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Chips neuromórficos

Hoy en día, los ordenadores utilizan la arquitectura von Neumann, que transporta los datos
entre el procesador central y los chips de memoria en secuencias lineales de cálculos. Ese
método funciona sin problemas para trabajar con números y programas escritos con precisión,
pero no sirven para procesar imágenes o sonidos y darles sentido. Cuando en 2012 Google
presentó un software que había aprendido a reconocer gatos en vídeo necesitó 16.000
procesadores para llevarlo a cabo.
ara mejorar su rendimiento hay que incluir más transistores que sean cada vez más rápidos, lo
que a su vez aumenta la temperatura, limitando la velocidad de los chips. Eso detiene el progreso
hacia la creación de dispositivos que procesen eficazmente imágenes, sonidos y otras
informaciones sensoriales y que luego las apliquen a tareas como el reconocimiento facial o la
navegación.
Los chips neuromórficos intentan replicar la forma en la que el cerebro procesa la
información, es decir, en paralelo y de forma simultánea, a medida que las neuronas y
sinapsis responden a los estímulos sensorialesLos chips neuromórficos intentan replicar la
forma en la que el cerebro procesa la información, es decir, en paralelo y de forma simultánea, a
medida que las neuronas y sinapsis responden a los estímulos sensoriales. A medida que
aprendemos cosas nuevas, las neuronas también cambian, algo que estos chips también harían,
incorporando los modelos de redes neuronales.
Por el momento, estos chips están muy lejos de tener la misma capacidad que tiene nuestro
cerebro, pero sí que deberían ser desde hoy mismo mucho más rápidos que los ordenadores
actuales al tratar datos sensoriales y aprender de ellos.
Nueva arquitectura revolucionaria para la computación cuántica
Un equipo de ingenieros de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) ha desarrollado
una nueva arquitectura para la computación cuántica que podría hacer posible la fabricación
de chips cuánticos más baratos, escalables sencillos de producir.
Pero empecemos por el principio: como ya sarás, la computación cuántica se basa en el uso de
bits cuánticos o qubits, la unidad fundamental de la información cuántica, que se construye a
mediante partículas que tienen un comportamiento cuántico. A diferencia de los bits
convencionales que se basan en el lenguaje binario para realizar sus procesos, el qubit utiliza el
modelo de los estados del átomo, que puede adoptar un estado de 0 y de uno, pero también los
dos simultáneamente. Por este motivo, un qubit es capaz de procesar mucha más información
que un bit.

El ordenador cuántico tiene que ser construido utilizando muchos qubits, todos controlados
individualmente y entrelazados entre ellos en una gran red para realizar los cálculos cuánticos.
En la actualidad, el espacio que tiene que haber entre un qubit y otro tiene que ser de escasos
nanómetros, ya que de lo contrario no se pueden entrelazar. Esto obliga a que los demás
componentes, como la electrónica de control y los dispositivos de lectura, estén fabricados
también a escala nanométrica.
Así funciona el flip-flop qubit
Y es en este punto donde entra la innovación que han presentado estos ingenieros, liderados
Andrea Morello y Guilherme Tosi. El equipo ha diseñado un nuevo qubit revolucionario, llamado
flip-flop qubit, que promete hacer posible la fabricación de procesadores cuánticos más baratos
y fáciles de producir.
El nuevo diseño ha establecido el récord para qubits aislados en estado sólido. Se compone de
átomos individuales de fósforo, implantados en un chip de silicio muy parecido al de los
ordenadores actuales. Esta configuración hace posible que un procesador cuántico de silicio
pueda ampliarse sin la colocación precisa de átomos requerida en otros enfoques. Además,
permite que los bits cuánticos se ubiquen a cientos de nanómetros de distancia y permanezcan
entrelazados.
Combinando alta capacitancia y baja ESR, los nuevos supercondensadores con gestión de
potencia de la serie SSC ayudan a mejorar las prestaciones y aumentar la duración de la batería
en aplicaciones industriales y comerciales.
Avnet Abacus, compañía de distribución de componentes de interconexión, pasivos y
electromecánicos y fuentes de alimentaciónen Europa y una unidad de negocio de la
multinacional Avnet, ha anunciado la disponibilidad de la serie SCC de supercondensadores
cilíndricos con gestión de potencia de pulso de AVX Corporation.
Estos condensadores electroquímicos de doble capa se distinguen por su excelente capacidad
de gestión de potencia de pulso, consecuencia de la combinación de elevada capacitancia (entre
1 y 3000 F) y baja resistencia serie equivalente (ESR de 0.16 a 200 mΩ a 1000 kHz).
Especificados a 2.7 V, también se caracterizan por su baja fuga (de 6 a 5800 µA), alta densidad
de energía (de 1.2 a 5.6 Wh/kg) y duración estimada en más de 50000 ciclos.
Pudiéndose usar en solitario o junto a baterías primarias o secundarias, los
supercondensadores de la serie SCC ayudan a extender el backup y la duración de la batería y
ofrecen pulsos de potencia instantáneos en función de las necesidades de sistemas de hold up,
acumulación de energía y potencia de pulso en aplicaciones industriales y comerciales.
Todos estos condensadores de AVX han sido testados para rendir en entornos con presencia de
temperaturas extremas, humedad y vibración.
Otras características de los supercondensadores con gestión de potencia
Estos nuevos modelos se encuentran disponibles en un amplio rango de tamaños de
cubierta con diámetros entre 6.3 y 60 mm, longitudes de 12 a 165 mm y cargasradiales, con
patillas de soldadura o cilíndricas, convirtiéndose en los supercondensadores de 1 F / 2.7 V más
compactos del mercado.
La serie SSC, que tiene un rango de temperatura operativa de -40 a +65 °C (o, con limitación
de tensión de 2.3 V por celda, de -40 a +85 °C), es compatible con soldadura manual, por reflujo
o por ondas y supera lo establecido en la normativa RoHS (ausencia de plomo).

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