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UNIVERSIDAD JUÁREZ AUTÓNOMA DE

TABASCO
DIVISIÓN ACADÉMICA MULTIDISCIPLINARIA
DE COMALCALCO

ALUMNO (a): ISAMARA GIL NARANJO

MAESTRA: VERONICA FERNANDEZ ARTEAGA

ASIGNATURA: TECNOLOGIAS DE LA INFORMACION Y COMUNICACION

GRADO: 2 GRUPO: K

FECHA:
Contenido
ETICA.............................................................................................................................3
VIRTUD........................................................................................................................3
TIPOS DE VIRTUD......................................................................................................3
VIRTUDES ÉTICAS.....................................................................................................3
HISTORIA DE LA ETICA..............................................................................................4
EL BIEN MORAL COMO EJE RECTOR DE LA ÉTICA...............................................5
ÉTICA DE LA VIRTUD.................................................................................................5
LA ÉTICA DE LA VIRTUD ON ENFOQUE A LO QUE ACTUALMENTE DOMINAN EL
PANORAMA DE LA ÉTICA NORMATIVA.....................................................................7
Bibliografía......................................................................................................................8
ÉTICA
Es la disciplina1 que trata de lo bueno y lo malo, con el deber moral y la obligación. La
ética son un conjunto de principios morales, una teoría o un sistema de valores
morales.
Palabra ética proviene del griego êthos y significaba, primitivamente, estancia, lugar
donde se habita. Posteriormente, Aristóteles afinó este sentido y, a partir de él,
significó manera de ser, carácter. Así, la ética era como una especie de segunda casa
o naturaleza; una segunda naturaleza adquirida, no heredada como lo es la naturaleza
biológica. De esta concepción se desprende que una persona puede moldear, forjar o
construir su modo d’ser o êthos
¿Cómo se adquiere o moldea este êthos, esta manera de ser? El hombre la construye
mediante la creación de hábitos, unos hábitos que se alcanzan por repetición de
actos. El êthos o carácter de una persona estaría configurado por un conjunto de
hábitos; y, como si fuera un círculo o una rueda, éste êthos o carácter, integrado por
hábitos, nos lleva en realizar unos determinados actos, unos actos que provienen de
nuestra manera de ser adquirida.

VIRTUD
Aristóteles2 define la virtud como la excelencia. La virtud es la acción más apropiada a
la naturaleza de cada ser; el acto más conforme con su esencia. Esta acción propia de
cada ser que es la virtud, es también el bien propio de cada ser. En el hombre, por
tanto, la virtud es la excelencia de su parte esencial que es el alma.

TIPOS DE VIRTUD

Existen, pues, dos tipos de virtud: intelectual y moral. La primera debe su nacimiento y
desarrollo sobre todo a la enseñanza, por lo que requiere de experiencia y de tiempo,
mientras que la virtud moral es resultado de la costumbre, de la cual ha tomado su
nombre. De esto se desprende sin lugar a duda que ninguna de las virtudes morales
surge en nosotros naturalmente, puesto que nada de lo que es por naturaleza puede
modificarse por la costumbre; así, por ejemplo, la piedra, que naturalmente tiende a
caer, no podría, aunque intentáramos habituarla a ello lanzándola infinitas veces,

1 Coordinación de actitudes, con las cuales se instruye para desarrollar habilidades más rápido, o para seguir un determinado código
de conducta u orden
2 Filósofo y científico de la antigua Grecia
acostumbrarse a moverse hacia arriba, ni el fuego podría ir hacia abajo. Nada, en fin,
de lo que es naturalmente de un modo podría acostumbrarse a ser de otro.

VIRTUDES ÉTICAS
Por tanto, la virtud ética es un hábito 3, no un don de la naturaleza, y así mismo, se
niega con ello la posibilidad defendida por los socráticos de que la virtud moral pueda
ser susceptible de una elaboración científica. Con ello, Aristóteles pretende señalar el
papel que las pasiones juegan en la realización de una vida virtuosa, pues muchas
veces estas pasiones la obstaculizan, aun a sabiendas de que no es lo mejor. La
moralidad por tanto, no pertenece únicamente al orden del logos, sino también a la
pasión y a las costumbres (ethos en griego, de donde proviene la palabra ética).
Diríamos que la moral requiere, por tanto, de una educación, fundamentalmente
mediante el ejemplo, que tenga como principal objetivo introducir la razón en las
costumbres de manera duradera, elaborando una serie de hábitos adecuados.

HISTORIA DE LA ETICA
Durante varios siglos, los filósofos morales se ocuparon en encontrar principios, para
establecer reglas que guiaran la conducta, centrándose más en los actos humanos
que en los individuos, o sea en qué es lo que se debe hacer en lugar de qué clase de
persona hay que ser. Antes de la revolución del desarrollo de las ciencias naturales, el
pensamiento de los filósofos griegos, como Platón y Aristóteles, era la influencia más
importante para la filosofía y la ciencia. Ellos se ocupaban de la naturaleza y de la
formación del buen carácter, tratando de encontrar respuestas a preguntas como:
Cómo es la mejor forma de vivir y no tanto en Cuál es la correcta forma de actuar en
cada circunstancia, es decir, que la excelencia moral y la naturaleza de la virtud eran
los temas prioritarios. A partir de Newton y Galileo, el interés de los pensadores se
volcó hacia las reglas y los principios de la conducta moral. A mediados del siglo
pasado, algunos filósofos volvieron a ocuparse del carácter y sobre qué se entiende
sobre ética de la virtud. Para Aristóteles y buena parte de otros filósofos griegos, ser
bueno, o ser capaz de conocer qué es lo correcto y lo incorrecto, no se trata de la
aplicación de reglas y principios morales, sino de llegar a tener la sabiduría necesaria,
mediante determinadas prácticas, para lograr comportarse en forma correcta en cada
circunstancia, o sea, tener la clase de disposición natural y aprendida, y de carácter
correctos. Estas disposiciones son virtudes que los griegos consideraban el mayor
bien del hombre que hace posible una vida venturosa y exitosa. Para los filósofos
griegos, existen cuatro virtudes fundamentales: el coraje, la justicia, la templanza 4
(autodominio) y la inteligencia o sabiduría práctica; o sea, que, tanto para Platón como
3 Costumbre o practica adquirida por frecuencia de repetición del acto
4 Moderación de placeres
para Aristóteles, la doctrina más importante es la denominada unidad de las virtudes.
Una persona buena sabe conducirse aun cuando diferentes virtudes entran en
conflicto. Para Aristóteles, el hombre bueno tiene la virtud de la magnanimidad 5, que
significa grandeza de alma; y esta virtud es la que contiene a todas las demás. El
hombre con grandeza de alma es el arquetipo de la bondad y de la virtud. Es alguien
que ayuda a los demás y que no pide nada para él, que tiene orgullo cabal y
moderada humildad, que es digno de grandes cosas y se distingue en la sociedad.
Para Platón, todas las virtudes se reúnen en una sola y es el conocimiento; porque
para este filósofo es imposible saber lo que es mejor y hacer lo peor, ya que los actos
de debilidad son el resultado de la ignorancia. Aristóteles también coincidía en que no
se puede actuar mal a sabiendas. Ambos filósofos compartían la idea de que el
virtuoso actúa racionalmente y Aristóteles elabora la doctrina del justo medio sobre
este tema. El justo medio no significa actuar de una manera intermedia sino por medio
de la razón. Por ejemplo, el justo medio entre la cobardía y la audacia es el coraje, o
sea, enfrentar el peligro pero evitando la imprudencia.

EL BIEN MORAL COMO EJE RECTOR DE LA ÉTICA


Es frecuente olvidar que el eje rector de la ética al explicar la moralidad es el bien
moral. ¿En qué consiste, en resumidas cuentas, este bien? Ciertamente se trata de
una perfección a la cual está llamada una determinada potencia apetitiva, pues como
bien reza la definición de bien de Aristóteles, “el bien es lo que todas las cosas
anhelan”, o “apetecen”. En esta definición aparece con claridad una correlación que es
esencial para el bien, a saber, la perfección o lo anhelado o apetecido, y justamente la
potencia para apetecer. Muchas veces se ha considerado con tino que Aristóteles, con
esta definición, ya apunta al bien ontológico, del cual el bien moral vendría a
caracterizar a un determinado bien que no es ya trascendental.
Es la idea que tiene Maritain al decir que el bonum trascendentale se refiere a
cualquier género de bien y, también, de apetito, pues todo ser apetece, sea a sí mismo
o a otra cosa que lo perfeccione, sea esto de manera determinada o por determinarse
(como en el caso de la libertad). Según Maritain, el bien es el ser en tanto que se
ofrece al amor; y siendo el amor la manera en que se entiende cualquier tendencia
apetitiva, se sigue que es el ser en cuanto se ofrece al apetito. “He aquí aun una
nueva epifanía 6del ser: todo ser es metafísicamente bueno, es decir, apto para ser
amado, para ser objeto de un amor, en la medida misma en que es. He aquí el bien
que llamamos metafísico u ontológico y que es coextensivo con el ser”.

5 Generosidad y nobleza de espiritu


6 Manifestación de una cosa
ÉTICA DE LA VIRTUD

El enfoque de la ética de la virtud en la filosofía moral sostiene que, a la hora de


decidir cómo vivir, no deberíamos tener en cuenta que haría del mundo un lugar mejor,
o qué normas debemos obedecer, sino más bien qué tipo de agentes morales
queremos ser. La ética de la virtud se centra en el carácter moral. Sostiene que la
ética tiene que ver con el tipo de personas que somos, y no tanto con lo que hacemos.
Debido a esto, la ética de la virtud, a diferencia de otros puntos de vista éticos, no nos
orienta hacia lo que se debe hacer. No nos dice que deberíamos incrementar la
felicidad en el mundo, o defender la igualdad, o evitar el asesinato. Más bien, nos dice
simplemente que debemos desarrollar un carácter moral sólido. En opinión de quienes
defienden la ética de la virtud, si tenemos un carácter virtuoso actuaremos
correctamente.
Debido a la forma en que la ética de la virtud concibe el pensamiento ético, resulta
difícil ver cómo podríamos defender un punto de vista especista conforme a esa línea
de pensamiento. Aun así, hay quienes podrían pensar que es posible adoptar un
enfoque desde ética de la virtud que esté en consonancia con el especismo. Al
considerar esto, primero debemos señalar que estamos en una posición ventajosa en
nuestra relación con los animales no humanos. Estamos en una situación de poder
frente a ellos. Esta relación de poder nos puede conducir a beneficiarnos de una
situación en la que los animales se vean perjudicados, o simplemente ser indiferentes
a los daños que sufren, ya sean causados por nosotros mismos, por los demás, o
como consecuencia de fenómenos naturales. Sin embargo, tales actitudes, que
pueden describirse acertadamente como abusivas o insensibles, difícilmente pueden
ser consideradas características de un carácter virtuoso.

Cuando se habla de ética, se puede argumentar que, como la mayoría de la gente


acepta el especismo7, es muy difícil asumir un punto de vista antiespecista. Sin
embargo, quienes defienden un enfoque de ética de la virtud pueden rechazar esta
afirmación, como lo han hecho Daniel Dombrowski y Nathan Nobis, porque se debe
obrar virtuosamente, independientemente de si el contexto en el que nos encontramos
es favorable o desfavorable a la acción moral.
Hay quienes defienden la ética de la virtud y afirman que ser virtuoso es realizar
nuestro potencial de convertirnos en agentes morales por completo. Pero solo
podemos realizar ese potencial al máximo haciendo posible que otros individuos
7 Discriminación moral de los individuos por permanecer a otra especie
también satisfagan sus propias necesidades, según han afirmado teóricos y teóricas
como Stephen Clark, Bernard Rollin, Rosalind Hursthouse y Martha Nussbaum.
Puesto que los seres sensibles se ven perjudicados cuando no pueden satisfacer sus
propias necesidades, el enfoque de la ética de la virtud implicaría el respeto a los
intereses de los demás. Por otra parte, debido a lo que se ha señalado anteriormente
en relación con la insensibilidad, también podríamos afirmar que la acción más
virtuosa no sería simplemente no hacer daño, sino en realidad, hacer el bien, y tratar
de ayudar a los animales siempre que sea posible.
Las éticas de la virtud niegan que la moral se reduzca a un conjunto de principios o
reglas morales que hay que seguir y afirman que la moral se manifiesta a través de
rasgos internos de la persona, las virtudes, que son disposiciones de carácter moral
u orientación de la voluntad a vivir de una forma admirable. Para las éticas de la
virtud, las actitudes son más importantes que las creencias y el carácter moral y la
voluntad lo son más que la razón. Entre los primeros filósofos contemporáneos que
han defendido alguna ética de la virtud se cuentan Elizabeth Anscombe(1919-2001),
Philippa Foot(1920) y Alasdair MacIntyre (1929).
Para MacIntyre las sociedades modernas no han heredado una sola tradición moral,
sino fragmentos8 de tradiciones morales muchas veces incompatibles entre sí, pero
que constituyen el grueso de nuestras convicciones morales. Por ello, a veces, la
gente se siente confusa. Somos perfeccionistas platónicos cuando recompensamos a
los ganadores olímpicos, utilitaristas cuando aplicamos el principio de selección con
los heridos de guerra, lockeanos cuando afirmamos los derechos a la propiedad,
cristianos cuando tenemos por ideal la caridad, la compasión y el igual valor moral de
todas las personas, y seguidores de Kant y Mill cuando afirmamos la autonomía
personal. Las teorías éticas modernas han intentado dar coherencia a estas
convicciones9, pero han fracasado porque estas convicciones morales son muy
heterogéneas y están desconectadas de la tradición de la que proceden. MacIntyre
propone volver a una concepción aristotélica de la vida buena que de coherencia a
estas convicciones y alumbre un conjunto de virtudes que ofrezcan ejemplos de vida
y den sentido a la existencia humana. Ya no sirven teorías éticas construidas a partir
de principios y reglas de aplicación universal.

8Parte o pedazo, generalmente irregular de una cosa


9 Ideas religiosas, éticas o políticas en las que cree una persona
LA ÉTICA DE LA VIRTUD CON ENFOQUE A LO QUE ACTUALMENTE DOMINAN EL
PANORAMA DE LA ÉTICA NORMATIVA

Este es uno de los más importantes para la ética. Sus defensores contemplan las
cuestiones morales desde la óptica de los agentes morales centrándose en las fuentes
de moralidad en la vida interior y en el carácter. Sostienen que “tal vez” ¿Qué debo
hacer? Es la pregunta equivocada. Podríamos preguntarnos en su lugar: ¿Qué clase
de persona debo ser? Derivada de Aristóteles, la ética de la virtud asume que existen
ciertos ideales hacia los cuales debemos tender activamente porque son adecuados
para el desarrollo y progreso pleno de la humanidad. Estos ideales son descubiertos a
través de una profunda reflexión sobre qué clase de personas tenemos el potencial de
llegar a ser. Honestidad, valentía, compasión, generosidad, fidelidad, integridad,
justicia y prudencia son todos ejemplos de las virtudes que podemos imitar y tratar de
cultivar. La hipótesis es que una persona que ha desarrollado virtudes estará
naturalmente dispuesta a actuar de forma consistente con ellas. La orientación de
quién soy yo y quién debería ser posee también una dimensión social. Los agentes
sociales también se preguntan “quiénes somos nosotros” y “quiénes deberíamos ser”
Bibliografía
(s.f.).

buganza, j. (2015). la etica de la virtud y su lugar en la teoria etica. estudiosde filosofia, 67.

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