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CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS DEL TERRITORIO DOMINICANO

La República Dominicana está situada a 19° de latitud norte y presenta las


características de un clima subtropical modificado por los vientos alisios del noreste
y por la topografía del país. Las variaciones climáticas son marcadas, oscilando
desde semiárido a muy húmedo. Su latitud y los sistemas de presión prevalecientes,
influidos por el sistema del Atlántico medio, que tiene altas presiones, hacen su
clima similar al de las otras Antillas Mayores (Cuba, Jamaica, Puerto Rico).

La temperatura media anual al nivel del mar es de 25° centígrados, con pequeñas
variaciones estacionales. La precipitación media anual varía en forma drástica de
455 mm en la Hoya de Enriquillo (Valle de Neyba) a 2,743 mm a lo largo de la costa
noreste. La distribución geográfica y estacional de las lluvias es errática.

Existen normalmente dos estaciones de lluvias: la de abril a junio y la de


septiembre a noviembre. Generalmente el período de diciembre a marzo es el
menos lluvioso.

El país se encuentra en una región caracterizada por tormentas tropicales y, entre


los meses de agosto y noviembre, puede experimentar daños ocasionados por
fuertes vientos, lluvias y mareas altas.

La República Dominicana se encuentra entre los paralelos 17° 36' y 19° 58'.

Esto coloca al país al borde de la zona tropical norte, lo que se refleja en los
elementos del clima que están relacionados con la radiación solar (temperatura,
presión, vientos, humedad, lluvia, etc.), tanto en su duración como intensidad. El
hecho de ser una isla de reducida extensión y que se encuentra bastante alejada
de las masas continentales hacen que la influencia del mar sea importante.

Las brisas diarias mar-tierra suavizan y uniforman las temperaturas e influyen en


la cantidad y distribución de las "lluvias", al arrastrar las masas de aire húmedo
procedentes del mar. El país, y la isla, están libre de las temperaturas extremas a
que están sometidos los continentes.

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Las Corrientes Ecuatoriales del Norte y del Sur afectan al país debido a sus altas
temperaturas y acuosidad, contribuyendo a intensificar esos caracteres en nuestro
clima. Por otra parte, nuestra relativa cercanía a Norte América nos pone al alcance
de las masas de aire frío que desciende en invierno por las llanuras centrales de
Estados Unidos y que, al llegar a nuestro país, determinan lluvias menudas y bajas
temperaturas, fenómeno conocido como "norte". La temperatura no es igual en el
Océano Atlántico y en el Mar Caribe. Debido a que Las aguas costeras del Norte
reciben los efectos de las bajas temperaturas del Atlántico Norte; además, el Mar
Caribe está más próximo a la línea ecuatorial. Los vientos Alisios del Noreste (o del
Atlántico) son vientos que vienen absorbiendo humedad a lo largo del Atlántico y
producen lluvias abundantes al encontrarse con las montañas. A pesar de ser
constantes están sujetos a un ritmo estacional así como a cambios diarios. Las
perturbaciones producidas en el seno de los Alisios (ondas Alisias o del Este)
ocasionan períodos ininterrumpidos de días muy lluviosos, seguidos de otros secos.
Los centros de altas y bajas presiones afectan a la República Dominicana. Entre los
centros de alta presión se encuentran el del "Atlántico - Bermudas" y el continental
de América del Norte; un centro de baja presión es el de los golfos de Mosquito y
Darién.

El variado relieve de la isla determina importantes variaciones locales así como


grandes variaciones diarias en los distintos elementos meteorológicos. Compárese,
por ejemplo, las temperaturas de Constanza con las de Jimaní o de Mao. Otro tanto
puede decirse de las precipitaciones, pues la posición de nuestras cordilleras, cuyos
ejes se orientan de Noroeste a Sudeste, permite elevadas precipitaciones del lado
de barlovento y lluvias escasas a sotavento. Estos están asociados con fuertes
vientos (que en ocasiones sobrepasan los 200 km/h) y lluvias torrenciales (con
intensidades superiores a los 500 mm/24 horas). Los huracanes y otras tormentas
tropicales se registran principalmente de agosto a octubre, afectando mayormente
al Suroeste del país.

Nuestra isla queda dentro de una isoterma media anual de 25° C. Está suavizada
en unos 1.5° C, respecto a la temperatura que le correspondería por su latitud,
debido a la influencia marítima y las brisas. A causa de la acción estabilizadora de

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las corrientes marinas y aéreas, en la costa es raro que el termómetro registre
temperaturas por debajo de 10° C; hacia el centro de la isla, durante la noche se
pierde por radiación gran parte de su calor y en varias localidades pueden
registrarse temperaturas extremas por debajo de 10° C.

La temperatura desciende a medida que asciende el relieve montañoso. La


disminución es de, aproximadamente, 0.5° C por cada 100 metros. Así se explica
que Santo Domingo, al nivel del mar, tenga una temperatura media de 25.6° C y
Constanza, a 1,234 metros sobre el nivel del mar, tenga 18° C de temperatura media
anual.

Las temperaturas medias anuales oscilan entre 17.7° C (en Constanza a 1,234
msnm) y 27.7° C (en Neyba a 10 msnm). A su vez, las temperaturas medias
mensuales oscilan entre 15.4° C (en Constanza) y 30.6° C (en Duvergé a 2 msnm).
Los meses más frescos son Enero y Febrero y el más cálido es Agosto.

La más baja temperatura registrada en la historia climática del país ocurrió en


Valle Nuevo (en las montañas al sur de Constanza), donde el 2 de marzo de 1959
la temperatura bajó a 3.5° C bajo cero. La temperatura más alta se presentó en Mao
el 31 de agosto de 1954, cuando se registró 43°. C.

Durante los meses de invierno ocurren heladas en las partes altas de las regiones
montañosas. Sin embargo, la mayor parte del país se encuentra libre de éstas,
debido a que muy raras veces la temperatura baja a menos de 15° C. Son comunes
las temperaturas altas durante los meses de verano, sobrepasando algunas veces
los 34° C durante el mediodía.

Aunque la temperatura no presenta gran variación entre los meses más frescos y
los más cálidos, las diferencias de humedad atmosférica y la influencia de los
vientos hacen que las temperaturas sensibles sean bastante diferentes, tal como se
puede observar cuando se compara la cuenca inferior del río Yuna, la cual tiene un
alto índice de humedad, con las regiones áridas de Azua o del Cibao Occidental,
que tienen un índice de humedad muy bajo.

La duración del día (tiempo que permanece el sol sobre el horizonte) oscila entre
11 y 13 horas, dada nuestra latitud o cercanía al Ecuador. El siguiente cuadro

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muestra la duración promedio del día para cada mes, en los paralelos 18, 19 y 20
de latitud Norte.

La insolación (número de horas con sol brillante) oscila entre 6 horas, para
diciembre-enero, a 7 horas, para marzo-agosto. Y la insolación media anual es de
un 50% de la posible.

Las variantes estacionales de nubosidad muestran una máxima doble: en mayo o


junio y en septiembre u octubre, siendo la primera un poco más pronunciada.

Por lo general, en la región montañosa el porcentaje más bajo de nubosidad


ocurre entre diciembre y abril. El promedio de nubosidad diurna varía
considerablemente pero, por lo general, es mayor entre las 4 y las 6 de la tarde.

La media anual de lluvia para todo el país es de unos 1,500 mm, con variaciones
que van desde 350 en la Hoya de Enriquillo hasta 2,743 mm anuales en la Cordillera
Oriental. En general, más de la mitad del país goza de más de 100 días de lluvia
anual (días en que llueve 0.5 mm o más), con variaciones que van desde 31 días
en Pedernales y 265 días en San Cristóbal.

En el país hay cinco causas o factores determinantes de la precipitación pluvial:

a. el relieve

b. los frentes polares

c. la convección

d. los huracanes; y

e. las ondas del Este

El relieve o topografía da lugar a lo que se llama lluvias orográficas. Hay cuatro


áreas en el país cuyas precipitaciones son de 2,000 mm o más y se deben a ese
tipo de lluvias. Estas áreas son:

1. el litoral de las bahías de Samaná y Escocesa, desde Cabrera hasta Miches;

2. la vertiente Norte de la Cordillera Septentrional, desde Puerto Plata hasta


Gaspar Hernández;

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3. la parte oriental de la Cordillera Central, desde Jarabacoa hasta San
Cristóbal; y

4. la parte oriental de la Sierra de Bahoruco, al Sur de Barahona.

Los vientos Alisios, que vienen del mar cargados de humedad, al encontrar en su
trayectoria una montaña se ven obligados a ascender. Con el ascenso, el aire
húmedo se enfría y viene la condensación, es decir, la lluvia. Esta clase de lluvia se
llama orográfica porque es ocasionada por la montaña que se interpone.

Las lluvias orográficas únicamente se producen del lado de la montaña, las


precipitaciones son escasas. La causa de la aridez del valle del río Yaqué del Norte
(Línea Noroeste) es precisamente la posición Noroeste-Sudeste de la Cordillera
Septentrional. Esta cordillera corta la corriente húmeda de los alisios y produce un
paisaje geográfico semidesértico. La aridez de Azua, Neyba, Pedernales, etc., con
su típica vegetación xerófila, es debida a la misma causa: vientos secos que llegan
a esas zonas después de descargar toda su humedad del lado barlovento de las
montañas.

Las lluvias que traen los llamados frentes polares se deben al paso de ciclones
subtropicales por el océano Atlántico, al Norte de la isla. Los vientos que
predominan en las latitudes medias vienen del Oeste, y los vientos polares se
mueven hacia el Ecuador. La zona donde se encuentran ambas corrientes da lugar
a un conflicto o frente polar, el cual arrastra consigo lluvias menudas y bajas
temperaturas. Este fenómeno es conocido en el país con el nombre de norte frío y
las lluvias que traen al Cibao favorecen las cosechas de invierno.

Esta clase de lluvia se produce por ascenso del aire caliente cargado de humedad.
La precipitación ocurre por enfriamiento en regiones elevadas de la atmósfera, lo
mismo que en el caso de la lluvia orográfica.

La lluvia de convección es local; se conoce esta lluvia por los cúmulos-nimbos que
se forman, los que pueden producir un aguacero repentino. Contrariamente a la
lluvia orográfica, que generalmente cae en gotas normales, la lluvia de convección

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se precipita en "goterones". Las estaciones más propicias para la lluvia de
convección son la primavera (final), verano y otoño (inicio).

Las corrientes ascendentes de aire en un huracán van cargadas de gran cantidad


de humedad, y esa humedad, en estado de vapor, al ascender se convierte en lluvia.
Durante la temporada ciclónica, que en las Antillas se prolonga Las corrientes
ascendentes de aire en un huracán van cargadas de gran cantidad de humedad, y
esa humedad, en estado de vapor, al ascender se convierte en lluvia. Durante la
temporada ciclónica, que en las Antillas se prolonga de junio a octubre, las lluvias
que caen en el Sur de la Cordillera Central son producidas por el paso de huracanes
o por ondas Alisias, a pesar de que algunos huracanes y ondas pueden alcanzar
todo el país.

Ondas del Este, llamadas también Ondas Alisias porque son los alisios los vientos
predominantes y ellos las impulsan hacia el Mar Caribe. Estas ondas traen al país
lluvias que pueden durar tres días o más. Aunque tienen el mismo origen que los
huracanes, nunca alcanzan la violencia de aquellos debido a que los vientos
acompañantes son de intensidad moderada. Las lluvias ocasionadas por estas
ondas son más abundantes en el Sur que en el Norte del país.

La lluvia en su distribución a lo largo del año, que es diferente para cada región y
zona. A grandes rasgos, la época más lluviosa para la costa Norte y la región
Noreste es de noviembre a enero, debido a la presencia de los frentes polares.
Estos pueden iniciarse en noviembre o en diciembre y duran hasta marzo. Para el
resto del país, la época de lluvias es de mayo a noviembre.

El mes de mayo, con una media de 200 mm, es el más lluvioso del país mientras
que marzo es el más seco, con menos de 50 mm en más de la mitad del país.

La humedad relativa media anual registrada oscila entre 72% para Santiago y
84.3% para Sabana de la Mar.

En Santo Domingo, con una media anual de 83.7, la variación diaria oscila, entre
el amanecer y el mediodía, de 92.6% (en enero) y de 89.2% a 71.1% (en julio). En
San Juan de la Maguana se han reportado variaciones diarias hasta de 90%, al
amanecer, a 30% en el mediodía.

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Hay pocos datos registrados para la evaporación. En todo caso es intensa dado
el carácter tropical de la isla, especialmente en los valles. Según cálculos del
Servicio Meteorológico Nacional, la evapotranspiración potencial (suma de la
evaporación directa desde el suelo y de la transpiración de las plantas), oscila entre
1,043 y 1,616 mm anuales.

El régimen de vientos puede descomponerse en dos partes: una debida a la


circulación media o general en la estructura de la atmósfera (vientos alisios), y otra
a las perturbaciones locales de cada región (brisas). Y habría que tener en cuenta
las variaciones estacionales.

Vientos alisios. Estos vientos predominan sobre la isla durante todo el año. Se
hacen sentir más sobre los sistemas montañosos, donde soplan con mayor
intensidad, se originan en un área de alta presión —anticiclón del Atlántico— que
se extiende desde las islas Bermudas hasta España. Inician sus movimientos casi
paralelos a la costa africana y luego giran hacia el Oeste. En las Antillas se sienten
venir desde el Este durante todo el año pero la tendencia es soplar del Nordeste en
invierno y del Sudeste en verano.

La acción de los vientos alisios influye decisivamente sobre nuestro clima y se


hacen sentir más en las áreas más expuestas a las corrientes. Lo contrario ocurre
en las áreas resguardadas, donde no llega libre su acción. Las altas temperaturas
que se registran durante el verano en Sánchez, La Vega, Mao, Jimaní, Villa
Vásquez, Pedernales, etc., son ocasionados por montañas y sierras que cortan las
corrientes de los vientos.

Brisas mar - tierra. Estas son corrientes que se manifiestan durante el día y la
noche en las zonas costeras del país. Su causa es la diferencia de calentamiento
de las tierras y las aguas del mar.

La brisa mar - tierra (brisa marina, o simplemente brisa) idealmente comienza


hacia las 10 a.m., como consecuencia de la diferencia de temperatura entre la tierra
y el mar durante la mañana; registra su máxima velocidad hacías las 2 p.m. Luego
disminuye paulatinamente habiendo un período de calma al anochecer al que sigue
el terral (brisa de tierra - mar), debido al diferente enfriamiento de la tierra y el mar

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durante la tarde y la noche, alcanzando su máxima intensidad en las primeras horas
de la madrugada. En los Trópicos pueden alcanzar una altura de 1 - 2 km,
penetrando más de 100 km al interior, si no hay montañas que se lo impidan, y
alcanzando velocidades de 20 - 30 km/h.

Brisas valle - montaña. Estas corrientes se producen de un modo similar a las


brisas mar - tierra, a lo largo del año. Las laderas de las montañas se calientan y
enfrían más rápidamente, sobre todo si son rocosas o deforestadas, mientras que
el valle, protegido por las montañas, lo hace más lentamente. Cuando el aire
caliente de las laderas se eleva (siendo sustituido por el más fresco del valle) se va
enfriando llegando a formar nubes sobre las partes altas de las montañas y, si
asciende suficientemente, provoca lluvias locales, mientras que sobre el centro del
valle las nubes se disuelven (al descender y calentarse), reinando buen tiempo.

Las tormentas tropicales

Son fenómenos meteorológicos complejos caracterizados por sus fuertes vientos,


lluvias torrenciales y sus efectos destructores. Su área de formación varía a lo largo
de la temporada ciclónica, estando siempre muy cerca del Ecuador: del Golfo de
México y Caribe Occidental hasta la isla de Cabo Verde en África.

El término ciclón tropical se aplica para todas las circulaciones que se originan
sobre aguas tropicales. Según la velocidad de sus vientos, se clasifican
en: Depresión tropical, si no alcanzan 61 km/h; Tormenta tropical, si oscilan entre
61 y 177 km/h; y Huracán, cuando superan los 117 km/h.

La costa Sur es la región más afectada, recibiendo el 67% de los ciclones que
tocan la República Dominicana, dada su situación en la trayectoria de los ciclones
formados al Este de los 70° Oeste y bajo los 20° N, que son los que más afectan al
país.

La temporada ciclónica oficial en la República Dominicana (como en todo el


Caribe) es 1ro. De junio al 1ro. De Noviembre de cada año, ocurriendo ciclones
ocasionalmente en mayo y diciembre. Los que más afectan a la isla no comienzan

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hasta agosto, siendo septiembre y octubre los meses en que ocurren los más
importantes.

Las informaciones climáticas muestran que en la República Dominicana (y, de


hecho, en toda la isla La Española) se manifiestan tres de los cinco grupos
climáticos de Köppen. El clima predominante en el país es el Tropical de sabana
con temporada doble de lluvias.

Los climas tropicales se caracterizan por su alta temperatura constante (a nivel


del mar y altitudes bajas) - la temperatura media de todos los meses es de 18°
Celsius o superior. La diferencia entre la temperatura media del mes más frío y la
del mes más caliente es inferior a 5° Celsius.

Los climas tropicales se subdividen en:

Clima tropical de selva: con el símbolo Af. Las lluvias están repartidas a lo largo
del año por lo que no hay una estación seca definida, ya que la media de ningún
mes es inferior a 60 mm. Se caracteriza por selvas de árboles altos, siempre verdes,
y la gran diversidad de asociaciones vegetales. Este clima se encuentra en la
Península de Samaná, la Cordillera Oriental, la zona cársica de Los Haitices, el Bajo
Yuna y en algunas partes de las cordilleras Septentrional, Central y Sierra de
Bahoruco (Bahoruco Oriental).

Existe una variante de este clima con temporada doble de lluvias (w''), simbolizada
como Afw''. Las dos temporadas de lluvias ocurren: una en la primavera (sobre todo
en mayo) o el verano y otra en otoño (sobre todo en noviembre); con dos
disminuciones de las lluvias en el invierno o la primavera y en el verano. Pero la
media de ningún mes es inferior a 60 mm. La vegetación es menos exuberante que
en Af y se encuentra en las áreas periféricas de las regiones mencionadas arriba
además de otros lugares como Jarabacoa, La Vega, Bonao, San Francisco de
Macorís entre otras.

Clima tropical de bosque: (también denominado clima monzónico), con el


símbolo Am. Esta clase tiene una temporada doble de lluvias, como la variante Afw'',
con dos disminuciones. Pero la caída de las lluvias es menor de 60 mm en el mes
más pobre en lluvias. Aunque es un clima más típico de Asia y África, en nuestro

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país su existencia se debe al papel de los vientos alisios que provocan suficientes
lluvias para evitar un clima similar al siguiente. En el país, se encuentra en Cabrera,
Cotuí, El Seibó, Monte Plata, San Cristóbal, Villa Altagracia, Villa Riva, Yamasa y
Yásica.

Clima tropical de sabana (también llamado tropical húmedo y seco), con el


símbolo Aw. La falta de lluvias se nota solamente en el invierno (febrero y marzo),
constituyendo una temporada de sequía bien definida. Fuera de esta época, llueve
regularmente durante el resto del año, principalmente en mayo, agosto, septiembre
y octubre, sobre todo en mayo. Es el clima característico de Santo Domingo (tanto
el Distrito Nacional como la provincia de Santo Domingo).

Una variante de este clima es la que presenta temporada doble de lluvias,


simbolizada como Aw''. Se diferencia del clima Aw porque las disminuciones de las
lluvias están bien definidas en dos períodos. Las mayores precipitaciones ocurren
en la primavera y el otoño, principalmente en los meses de mayo y octubre. Al
presentarse en terrenos llanos, la vegetación es del tipo "sabana": gramíneas
entremezcladas con numerosas plantas tropicales leñosas y bosques ralos de poca
altura que pierden su follaje en la temporada de sequía del invierno. Esta variante
tiene una gran extensión en el país, sobre todo en los Llanos Costeros del Caribe
(incluyendo Baní) y la parte oriental del valle de San Juan (Las Matas de Farfán,
Comendador, Bánica).

Otra variante es aquella de invierno húmedo y verano seco, representado con el


símbolo As. Se diferencia porque la época más seca ocurre en el verano (junio, julio
y agosto) y se encuentra en Puerto Plata.

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