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INTRODUCCION

La teoría humanista de la personalidad de Carl Rogers enfatiza la importancia de la tendencia


hacia la autorrealización en la formación del autoconcepto. Según Rogers el potencial del individuo
humano es único, y se desarrolla de forma única dependiendo de la personalidad de cada uno.

De acuerdo con Carl Rogers (1959), las personas quieren sentir, experimentar y comportarse de
formas que son consistentes con la autoimagen. Cuanto más cercana esta la autoimagen y el yo
ideal, más consistentes y congruentes son las personas y más valor creen que tienen.

Junto a Abraham Maslow, Rogers se centró en el potencial de crecimiento de individuos sanos y


contribuyó enormemente a través de la Teoría de humanista la personalidad a la comprensión del
self (el “sí mismo” o el “Yo”, en español).

Tanto las teorías de Rogers como las de Maslow se centran en las elecciones individuales, y
ninguna de las dos sostiene que la biología es determinista. Ambos enfatizaron el libre albedrío y
la autodeterminación que tiene cada individuo para convertirse en la mejor persona que puedan
llegar a ser, es también conocida como la tercera fuerza ya que se plantea como posible alternativa
a planteamientos conductuales y psicoanalíticos.

Profundiza en factores internos como los sentimientos, valores e ilusiones. Busca un amplio
desarrollo de la persona ya que promueve cosas como la alta percepción de la realidad, la
aceptación del yo, de los otros y la naturaleza, capacidad para resolver problemas, así como la
riqueza de reacción emocional.

Los seres humanos somos únicos y somos capaces de crear un mundo propio al pensar y
reflexionar, es decir, que somos capaces de producir nuestras propias realidades a través de
nuestra particular forma de percibir las cosas en nuestra vida. El ser humano tiene una capacidad
natural para aprender

El aprendizaje que promueve esta corriente es aquel que es capaz de modificar la conducta del
individuo, en sus actitudes y personalidad, y se produce al poner al sujeto en contacto real con
problemas de manera que el mismo sea capaz de decidir, resolver y aprender. Todo aprendizaje
logrado exige un cambio en la “autopercepción”; en la organización del yo. El aprendizaje
espontaneo es el más duradero, ya que engloba en la totalidad al sujeto.

Cuando se está desconectado de los demás el aprendizaje no se produce, y tampoco se produce


solo al contacto con otras personas, sino también con objetos y lugares.
Objetivos

Objetivo general:

Conocer La teoría humanista de la personalidad de Carl Rogers

Objetivos específicos:

Dar a conocer la importancia de la tendencia hacia la autorrealización en la formación del auto


concepto de la personalidad según Carl Rogers.

Profundizar en factores internos como los sentimientos, valores e ilusiones que forman la
personalidad.
Marco teórico

Antecedentes Biográficos

Carl Rogers nació en Oak Park, Illinois, un suburbio de Chicago fu el cuarto de seis hijos. Los
padres de Rogers protestantes de clase media educados y conservadores, instalaron en sus hijos
normas de conducta ética elevadas y enfatizaron la importancia del trabajo duro.

Rogers socializó poco fuera de su gran familia, pero este no le molestó. Era un lector ávido y
desarrolló un cierto nivel de independencia desde muy pequeño. Cuando tenía 12 años de edad, la
familia se mudó a una granja. La vida campirana estimulo su interés en la ciencia y aumento su
capacidad para trabajar en forma independiente. Estaba interesado con la literatura sobre
agricultura científica que su padre llevaba a casa. Rogers trabajaba duro en sus quehaceres en la
granja; criaba corderos, cerdos y becerros. También llevaba a cabo la recolección, estudio y cría
de polillas. Revelándose como un estudiante superior, Rogers ingreso a la Universidad de
Wisconsin, el alma mater de la familia, con la intención de estudiar agricultura. Sin embargo, en su
segundo año, decidió encaminarse hacia el sacerdocio. Después de su graduación en 1924, se
casó con Helen Elliot y se mudó a Nueva York para comenzar su preparación como ministro en el
Seminario Teológico Unión.

Sin embargo, el destino de Rogers no era convertirse en ministro. Durante sus años finales en el
colegio, Rogers se aparte de las formas de pensar fundamentalistas de sus padres. El enfoque
filosófico liberal hacia la religión fomentado en el Seminario Teológico Unión, y los acontecimientos
adquiridos por su participación en varias conferencias de la Y .M.C.A., lo llevaron a creer que no
podía trabajar en un campo que requiriera el profesor un conjunto específico de creencias. Este fue
un periodo difícil tanto para Rogers como para sus padres, sin embargo, fomentó la convicción
creciente de Rogers acerca de que lo importante es basarse en las propias experiencias personales
para desarrollar una filosofía de la vida. Sus intereses se dirigían cada vez más hacia la psicología;
por consiguiente, se cambió la Colegio de Profesores de la Universidad de Columbia, donde tuvo
contacto con la filosofía de John Dewey y comenzó su entrenamiento en Psicología Clinica.

En 1931 Rogers recibió su doctorado y se unió al personal de Centro de Asesoría Rochester, donde
ayudo a desarrollar un centro de estudios infantiles. Allí, Rogers tuvo contacto por primera vez con
10 que habrían de ser muchos años de oposición de los integrantes de la profesión psiquiátrica
respecto a permitir a los psicólogos y consejeros practicar y tener responsabilidad
administrativa sobre la psicoterapia. En 1939, cuando Rogers fue nombrado director del centro, se
desató una campaña vigorosa para destituirlo. Nadie criticaba su trabajo, pero la opinión general
era que un psicólogo simplemente no podía hacer esta clase de trabajo. Por fortuna, el consejo de
administración decidió a favor de Rogers.

En 1940 Rogers aceptó un nombramiento como profesor de psicología en la Universidad Estatal


de Ohio. Trabajo con estudiantes graduados expertos, desde el punto de vista intelectual, y
comenzó a articular con claridad sus opiniones sobre psicoterapia usando a estudiantes
universitarios como su base de datos primaria. En 1945, se cambió a la universidad de Chicago
donde, como profesor de psicología y secretario ejecutivo del centro de asesoría, de nuevo defendió
su opinión de que les psicólogos y consejeros podían realizar terapias de manera efectiva. Los
esfuerzos de Rogers, junto con los de otros, condujeron a la unión de la Psiquiatría y la Psicología
como dos profesiones en busca de un objetivo común. A lo largo de su vida, Rogers se refirió a sí
mismo como un consejero. Su labor de conciliación y desafío se reflejaron en el nombramiento de
Rogers como profesor de psicología y psiquiatría en la Universidad de Winsconsin en 1957. En
1963 Rogers se convirtió en miembro del Centro para Estudios de la Persona, en La Jolla,
California.

En sus años finales, Rogers buscó reunir en grupos de encuentro a personas de facciones políticas
en conflicto, tales como protestantes y católicos romanos, en Belfast, Irlanda. Como expresó su hijo
David: “A lo largo de su carrera, pasó de la psicoterapia personal a grupos pequeños y a naciones”.
Estaba planeando regresar a Sudáfrica a dirigir una segunda sesión de encuentro con negros y
blancos cuando murió en 1987 de un ataque cardiaco después de sufrir una cirugía por fractura de
la cadera.

La teoría de la Personalidad de Rogers no se caracteriza precisamente por destacar los constructos


estructurales, sino por su incidencia en los aspectos dinámicos y de cambio.

Los conceptos de organismo y self', tienen gran importancia en la teoría y pueden considerarse
como los pilares sobre los que se asienta toda ella. El organismo se define como una totalidad
gestáltica (una organización, una forma), integrada por aspectos físicos y psíquicos que conforman
la estructura básica de la personalidad (lo que somos realmente). En este sentido, el organismo
guarda cierta similitud con el ello freudiano, sin que se atribuyan al organismo las cualidades
inconscientes e instintivas del ello.

Para Rogers, el organismo es el centro y lugar de toda experiencia; en él reside el campo


fenoménico, es decir, el conjunto total de las experiencias (percepciones y significados), tanto
simbolizadas (conscientes) como no simbolizadas (no conscientes). Estas últimas son
consideradas por Rogers como experiencias que operan a un bajo nivel de conciencia; fenómeno
que se denomina subcepción. Los procesos motivacionales, conductuales y valorativo−regulatorios
son propios del organismo.
Carl Rogers y la teoría de la personalidad

Rogers sostenía que cada individuo existe en al centro de un campo fenoménico. Fue influido por
un movimiento filosófico llamado fenomenología. La palabra fenómeno proviene del griego
phainomenon, que significa “lo que aparezca o se muestra así mismo”. En la filosofía, la
fenomenología ha llegado a significar el estudio de la conciencia y la percepción humanas. Los
especialistas en fenomenología enfatizan que lo que es importante no es el objeto o evento por sí
mismo, sino la forma en que la percibe y entiende el individuo. El campo fenoménico se refiere a la
suma total de experiencias. Consiste de todo lo que está disponible en forma potencial para la
conciencia en cualquier lugar específico. Por ejemplo, cuando un individuo está leyendo es posible
que no se percate de la presión de la silla en sus glúteos, pero cuando atrae la atención a este
hecho se hace consiente.

El organismo es el individuo como un proceso, que en su conjunto responde al campo fenoménico.


Aquí el énfasis de Rogers es en la percepción de la realidad por parte del individuo. En este sentido
era consistente con el énfasis reciente puesto en la cognición en la psicología. Con propósitos
sociales, estamos de acuerdo en que las percepciones compartidas en forma común por los demás
en nuestra cultura son las correctas. Sin embargo, la realidad en esencia es una cuestión muy
personal.

De esto se deriva que el mejor punto de vista para entender a un individuo es el del propio sujeto.
Rogers expresó que el individuo es el único que pueda conocer por completo su campo de
experiencia. Reconoció que no siempre es fácil entender la conducta desde el marco de referencia
interno de otra persona. Se está limitado a la percepción consciente y comunicación de
experiencias de una persona es útil para entenderla y por consiguiente para comprender los
procesos de personalidad.

Realización.

La tendencia primaria del organismo es mantenerse, realizarse, y mejorarse a sí mismo. Esta


tendencia a la realización sigue líneas trazadas por la genética y puede ser influida también por el
temperamento. Por ejemplo, si se planta una flor el tipo particular de semilla determina si será un
crisantemo o un bugambilia, pero el ambiente puede influir mucho en el florecimiento. El proceso
de realización no es ni automático ni fácil; implica lucha incluso dolor. El niño pequeño puede luchar
para dar el primer paso pero esto es natural. Por tanto, cada organismo, o ser vivo, se dirige en
dirección de la maduración tal como está definida para cada especie.
La conducta es el “intento dirigido hacia el objetivo” por el organismo para satisfacer sus
necesidades conforme las percibe. La definición de Rogers es muy diferente a la de los teóricos del
aprendizaje, quienes consideran a la conducta en gran parte como una respuesta a los estímulos,
o a la de los psicoanalistas, quienes enfatizan los determinantes inconscientes de la conducta. Esta
última, es la respuesta a la percepción que tiene el individuo de sus necesidades.

Esta conducta dirigida hacia el objetivo es acompañada por emociones que por lo general facilitan
el proceso de realización. Las emociones agradables acompañan al logro del objetivo. Incluso
emociones que por lo general son consideradas desagradables, tales como temor o enojo, pueden
tener un efecto positivo de integración y concentración de la conducta hacia el objetivo.

El Yo

De la interacción del organismo y el ambiente, en particular de la que se tiene con otros que son
significativos, emerge una forma estructura del yo o un concepto de “quien soy”. Conforme los niños
pequeños interactúan con su ambiente en el proceso de realización, adquieren ideas acerca de si
mismos, de su mundo y de su relación con éste.

Experimentan cosas que les gustan y disgustan y situaciones que pueden o no pueden controlar.
Aquellas experiencias que parecen aumentar el yo son valuadas e incorporadas en la imagen de sí
mismo; aquellas experiencias que parecen amenazar al yo son negadas y son consideradas ajenas
a este.

El autoconcepto es una porción del campo fenoménico que se ha diferenciado en forma gradual.
Está compuesto por percepciones y valores constantes de “mi o yo”, las cuales son resultado de la
propia valoración por parte del organismo de sus experiencias, entonces el autoconcepto es un
objeto de percepción. Es la imagen que el individuo percibe por sí mismo. Se distingue del
organismo o el yo real en el proceso de realización y el yo como es percibido o conceptualizado. El
yo que forma el individuo puede ser una variación de la experiencia real de su organismo. Cuando
los niños niegan o distorsionan sus experiencias ya no son conscientes de estas, comienzan a
experimentar actitudes de otros.

Las experiencias que ocurren en la vida son simbolizadas, ignoradas, negadas o distorsionadas. Si
una de éstas es simbolizada, es aceptada en la conciencia, percibida y organizada en una relación
con el yo. Por lo general, tales experiencias están relacionadas con las necesidades del yo. Por
tanto, se seleccionan de entre las muchas experiencias personales aquellas que se adaptan con
nuestro concepto del yo. Se les permite un reconocimiento y simbolización conscientes. Sin o se
puede percibir ninguna relación entre una experiencia y el yo, simplemente no se pone atención a
experiencias irrelevantes.
Congruencia e Incongruencia.

Hay una necesidad de ser congruente para el yo como es percibido y el yo real, el organismo. Existe
un estado de congruencia cuando las experiencias simbolizadas de una persona reflejan todas las
experiencias reales del organismo. Cuando estas vi vencías simbolizadas no representan todas las
reales, o si son negadas o distorsionas, hay una falta de correspondencia entre el yo como es
percibido y el yo real. En tal situación hay incongruencia y una posible desadaptación. En forma de
diagramas, se puede mostrar esto con circulas superpuestos, parecidos a la descripción de Horney
de la distinción entre el yo real y el yo ideal.

Cuando un individuo niega o distorsiona experiencias sensoriales y viscerales significa ti vas surgen
ciertas tensiones básicas. El yo como es percibido, el cual gobierna en forma primaria a la conducta,
no es un representante adecuado de las experiencias verdaderas del organismo. Se vuelve cada
vez más difícil para el yo satisfacer las necesidades del organismo. Se desarrolla la tensión y se
presenta una sensación de ansiedad o incertidumbre.

Rogers ofreció el siguiente ejemplo. Una joven madre se concebía a sí misma como una “madre
buena y amorosa”. No puede reconocer sus actitudes rechazan tés negativos hacia su hijo debido
a que no coinciden con su imagen de sí misma. No obstante, estas actitudes negativas existen, y
su organismo busca actos agresivos que puedan expresarlas.

Se limita a manifestarse sólo a través de canales que son consistentes con su imagen de sí misma
de ser una buena madre.

Desarrollo de la Personalidad.

Rogers no plantea ninguna etapa específica del desarrollo de la personalidad. Se concentró en la


forma en la que las percepciones de otros impiden o facilitan la autorrealización. Aunque la
tendencia a realizarse sigue determinantes genéticos. Señalo que está sujeta a influencias
ambientales intensas.

El niño pequeño tiene dos necesidades básicas: la de consideración positiva de los demás y la de
auto consideración positiva. La consideración positiva se refiere a ser amada y aceptada como es
la persona. Los niños pequeños se comportan de tal manera que muestran su necesidad intensa
de la aceptación y amor de aquellos que los cuidan. Experimentan cambios significa ti vos en su
conducta con el propósito de alcanzar la consideración positiva.
En una situación ideal, la consideración positiva es incondicional. Es dada en forma libre a los niños
por lo que representan sin importar lo que hagan. La consideración positiva incondicional no es
contingente con ninguna conducta específica. Un padre puede limitar o reprimir ciertas conductas
indeseables de su hijo objetando sólo las acciones y no desaprobando al niño o a sus sentimientos.
Un padre que descubre que su hijo rayando la pared puede decir: “Escribir en la pared la destruye.

Usa este pizarrón en su lugar”. Aquí, el padre limita los comentarios a la sola conducta. Pero el
padre dice: “Eres un niño (a) malo por escribir en la pared”, ha pasado de la desaprobación de la
conducta a la desaprobación del niño. Esta consideración ya no es incondicional.

La consideración positiva condicional es dada sólo bajo ciertas circunstancias. A los niños se les
hace entender que sus padres no los amaran a menos que piensen, sientan y actúan como ellos lo
desean. En tales casos, el niño percibe al padre como una persona que impone condiciones de
valor, especificando con esto las circunstancias bajo las cuales el niño será aceptado. Tales
condiciones de valor pueden conducir al niño a introyectar valores de otros sujetos en lugar de los
del yo y provocan una discrepancia entre el autoconcepto y las experiencias del organismo.

La auto consideración positiva se da forma automática si se ha recibido consideración positiva


incondicional. Los niños que son aceptados por lo que son llegan a percibirse a sí mismos en forma
positiva si es blanco continuo de crítica y desprecio. Los autoconceptos inadecuados tales como
los de sentimientos de inferioridad con frecuencia surgen debido a que una persona no ha recibido
una consideración positiva adecuada de los demás.

La psicología humanista enfatizaba el rol activo del individuo en dar forma a su mundo interno y
externo. Rogers avanzó en este campo subrayando que los humanos son seres activos y creativos,
que viven en el presente y responden de forma subjetiva a las percepciones, relaciones y
encuentros que se estén dando actualmente.

Acuñó el término “tendencia a la actualización”, que se refiere al instinto básico que tienen las
personas a llegar a su capacidad máxima. A través del asesoramiento o terapia centrada en la
persona y de investigaciones científicas, Rogers formó su teoría del desarrollo de la personalidad.
La auto-actualización

“El organismo tiene una tendencia y un esfuerzo básicos para actualizarse, mantenerse y
enriquecer las experiencias del propio organismo” (Rogers, 1951, p. 487).

Rogers rechazó la naturaleza determinista del psicoanálisis y el conductismo y afirmó que nos
comportamos como lo hacemos debido al modo en que percibimos nuestra situación: “Ya que nadie
más sabe cómo percibimos, nosotros somos los más expertos en nosotros mismos”.

Carl Rogers creía que los seres humanos tienen un motivo básico, que es la tendencia a la auto-
actualización. Como una flor que crece y alcanza todo su potencial si las condiciones son correctas,
pero que está limitada por las restricciones del ambiente, las personas también florecen y alcanzan
su máximo potencial si las condiciones que les rodean son lo suficientemente buenas.

Sin embargo, de forma contraria a las flores, el potencial del individuo humano es único, y estamos
destinados a desarrollarnos de distintos modos dependiendo de nuestra personalidad.

Rogers creía que las personas son buenas y creativas de forma inherente, y que se vuelven
destructivas solo cuando un auto-concepto pobre (la imagen que tenemos de nosotros mismos) o
las limitaciones exteriores invalidan el proceso de alcanzar el potencial.

Según Carl Rogers, para que una persona alcanzara la auto-actualización, debe mantenerse en un
estado de congruencia. Esto significa que la auto-actualización ocurre cuando el “Yo ideal” de la
persona (quién le gustaría llegar a ser) es congruente con sus comportamientos reales.

Rogers describe al individuo que se está actualizando como una persona plenamente funcional. El
principal determinante de si llegaremos a convertirnos personas actualizados o no son las
experiencias en la infancia.

La persona plenamente funcional

Rogers afirmaba que todas las personas podían conseguir sus objetivos y deseos en la vida.
Cuando lo hacían, la auto-actualización había tenido lugar. Las personas que son capaces de auto-
actualizarse, que no constituye la totalidad de humanos, son llamadas “personas plenamente
funcionales”.

Esto significa que la persona tiene contacto con el aquí y ahora, sus experiencias subjetivas y sus
sentimientos, y que está en continuo crecimiento y cambio.
Rogers veía a la persona plenamente funcional como un ideal que muchas personas no llegan a
alcanzar. No es correcto pensar en esto como si fuera la finalización del itinerario de la vida; es un
proceso de cambio.

Rogers identificó cinco características de la persona plenamente funcional:

1- Apertura a la experiencia

Estas personas aceptan tanto las emociones positivas como las negativas. Las emociones
negativas no son negadas, sino examinadas (en lugar de recurrir a mecanismos de defensa del
yo). Si una persona no puede abrirse a sus propios sentimientos, no se puede abrir a la
actualización del yo.

2- Vivencia existencial

Esto consiste en estar en contacto con las diferentes experiencias tal y como ocurren en la vida,
evitando prejuzgar y las preconcepciones. Incluye ser capaz de vivir y apreciar de forma plena el
presente, no estar siempre mirando al pasado o al futuro, ya que el primero se ha ido y el último ni
siquiera existe.

Esto no significa que no debamos aprender de lo que nos ocurrió en el pasado o que no debamos
planificar cosas para el futuro. Simplemente, debemos reconocer que el presente es lo que
tenemos.

3- Confianza en nuestro organismo

Hay que prestar atención y confiar en los sentimientos, instintos y reacciones viscerales. Debemos
confiar en nosotros mismos y hacer aquello que creemos que es correcto y que surge de forma
natural. Rogers se refiere con esto a la confianza que debemos tener en el propio yo, indispensable
para estar en contacto con la auto-actualización.

4- Creatividad

El pensamiento creativo y la asunción de riesgos son características de la vida de las personas.


Esto incluye la habilidad para ajustarse y cambiar buscando nuevas experiencias.

Una persona completamente funcional, en contacto con la propia actualización, siente el impulso
natural de contribuir a la actualización de los que le rodean.

Esto se puede realizar mediante la creatividad en las artes y las ciencias, a través del amor paternal
o, simplemente, llegando a hacer lo mejor posible el propio oficio.
5- Libertad experiencial

Las personas plenamente funcionales están satisfechas con sus vidas, ya que las experimentan
con un verdadero sentido de libertad.

Rogers afirma que la persona que funciona plenamente reconoce el libre albedrío en sus acciones
y asume las responsabilidades de las oportunidades que se le brindan.

Para Rogers, las personas plenamente funcionales están bien ajustadas, bien equilibradas y son
interesantes de conocer. A menudo, estas personas consiguen grandes cosas en la sociedad.

El desarrollo de la personalidad

De forma parecida a la referencia que hacía Freud al alma, Rogers identificó el auto-concepto como
el marco sobre el que la personalidad se desarrolla.

Todas las personas tienen el propósito de buscar congruencia (equilibrio) en tres áreas de sus
vidas. Este equilibrio se consigue con la auto-actualización. Estas tres áreas son la autoestima, la
autoimagen o imagen de ti mismo y el Yo ideal.

“Creo que la buena vida no es un estado fijo. No es, desde mi punto de vista, un estado de virtud o
satisfacción, nirvana o felicidad. No es una condición en la que el individuo esté ajustado o
actualizado. La buena vida es un proceso, no un estado. Es una dirección, no un destino. La
dirección es aquella que ha sido seleccionada por todo el organismo, aquella en la que hay libertad
psicológica para moverse en cualquier dirección” Rogers, 1961

La auto-actualización es imposible si estas tres imágenes, especialmente la autoimagen y el Yo


ideal, no se solapan.

A esto se le llama una visión incongruente de uno mismo y, en este caso, el rol del terapeuta sería
transformar esta visión en una más congruente, ajustando la percepción que la persona tiene de la
imagen de sí mismo y su autoestima, así como construyendo un Yo ideal más realista para que
pueda conseguirse más fácilmente.

El proceso de auto-actualización llevará a un solapamiento cada vez mayor entre estas áreas y
contribuirá a la satisfacción de la persona con su vida.

Según los esquemas de Carl Rogers, cada una de las tres áreas tiene tareas específicas. Hasta
que una persona consiga la auto-actualización, las tres áreas se mantendrán fuera del equilibrio en
cuanto a cómo se relacionan con el mundo.
Rogers hizo énfasis en el hecho de que, en lo que se refiere a la auto-actualización, la personalidad
de cada persona es única; hay muy pocas personalidades hechas con el mismo patrón. Rogers
también trajo a la discusión terapéutica la idea de una visión holística de las personas.
Conclusión

Como hemos visto, el desarrollo cada una de las teorías psicológicas partiendo de una perspectiva
filosófica cada una de las teorías enfocadas al desarrollo de la personalidad del psicólogo
norteamericano y su interés por demostrar la capacidad intrínseca y extrínseca que posee el ser
humano de acuerdo con mas teóricos como el famoso Abrahán Maslow y su pirámide de las
necesidades, esto nos lleva a conocer de una forma más sencilla que las teorías antecesoras como
el psicoanálisis de Freud que lo ve de una perspectiva psíquica que, que dice que es el inconsciente
es el que domina nuestros impulsos y domina nuestra personalidad. También la segunda teoría
conductista ve al individuo como una máquina que responde a estimulo respuesta o algún tipo de
condicionamiento operante, menoscabando la autonomía del ser o del sí mismo como lo plantea
Carl Roger en esta teoría humanista que es conocida como la tercera fuerza y en la actualidad es
una de las más usadas y aplicadas porque responde al tratamiento directo con pacientes clínicos,
y su auge en el siglo xxl que permite que la persona busque y encuentre su verdadera personalidad
en un mundo lleno de problemas sociales ¿Cómo el individuo puede ser funcional en su contexto?

Cabe mencionar que para un psicólogo, el conocimiento de las diferentes teorías de la personalidad
es indispensable para poder atender y diagnosticar a los usuarios, eso nos lleva a comprender y
entender los diferentes síntomas y padecimientos de cada uno, ya que no todos presentaran las
mismas características de personalidad.
RECOMENDACIONES
ANEXOS
ANEXOS

BIBLIOGRAFIA

https://www.lifeder.com/teoria-personalidad-carl-rogers/

https://psicologiayempresa.com/carl-rogers-y-su-teoria-de-la-personalidad.html

https://psicologiaymente.net/psicologia/teoria-personalidad-carl-rogers
BIBLIOGRAFIA

https://www.lifeder.com/teoria-personalidad-carl-rogers/

https://psicologiayempresa.com/carl-rogers-y-su-teoria-de-la-personalidad.html

https://psicologiaymente.net/psicologia/teoria-personalidad-carl-rogers

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