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El Bloque Constitucional de Venezuela

Segundo Comunicado

A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL ANTE LOS EFECTOS


DE LA ESPURIA CONVOCATORIA A ELECCIONES PRESIDENCIALES

Caracas, 21 de febrero de 2018

PRIMERO: EL ORÍGEN ESPURIO DE LA ASAMBLEA NACIONAL


CONSTITUYENTE HACE QUE SUS ACTOS CAREZCAN DE EFICACIA, toda vez
que sin convocatoria de quien es el depositario del poder constituyente originario, el
pueblo de Venezuela, ésta no podía instalarse. Tal situación vicia de nulidad absoluta
el acto por ella emitido en fecha 23 de enero de 2018, mediante el cual realizó un
llamado anticipado de elecciones para la escogencia de “la Presidencia de la
República Bolivariana de Venezuela”. Reiteramos por tanto que, todos los llamados,
decretos, ordenes o cualquier otro calificativo que arbitrariamente este ente de hecho
adjudique a sus manifestaciones públicas, no tienen sustento en la voluntad del
soberano, son ilegítimos y fraudulentos; advirtiéndose que, quienes lo suscriben, han
usurpado funciones públicas incurriendo en responsabilidad penal por violar los
derechos garantizados en la Constitución de la República.

SEGUNDO: LA ORDEN DICTADA ESTÁ DIRIGIDA A UN ÁRBITRO QUE NO ES


IMPARCIAL, AUTÓNOMO E INDEPENDIENTE Y EL SISTEMA NO ES CONFIABLE.
La autoridad de los poderes públicos por elección popular sólo puede derivar de la
voluntad del pueblo expresada en elecciones auténticas, libres, justas y competitivas,
celebradas sobre la base del sufragio universal, directo y secreto, y en ningún caso de
una autoridad usurpada que viola los valores, principios y garantías democráticas al
someterse a un llamado sin trascendencia jurídica, hecho por quien ha conculcado su
poder constitucional.

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Para que una elección sea verdaderamente democrática, deben concurrir un conjunto
de condiciones que garanticen la confiabilidad del sistema electoral, del proceso y en
particular la aceptación de los resultados. Esas condiciones electorales no existen en
Venezuela actualmente.

El árbitro electoral (CNE), se encuentra dominado por la Asamblea Nacional


Constituyente que representa solo los intereses de quien quiere como presidente
mantenerse en el poder: Por tanto, no ofrece garantías de imparcialidad, pues entre
otras razones, su conformación mayoritaria responde a agentes de un entramado
asociativo que ha colonizado todos los poderes públicos; su voluntad institucional está
dirigida por la espuria Asamblea Nacional Constituyente, de ahí que sea imposible
que su proceder sea transparente y genere confianza; además, su irregular
conformación hecha por una Sala Constitucional, igualmente ilegítima, junto a un
constatable proceder amañado a favor de la llamada “revolución”, han propiciado que
sus rectores ilegítimos, teman también abandonar el poder y por consiguiente, teman
validar resultados adversos a la llamada “revolución”.

TERCERO: EL EJERCICIO DE LA SOBERANÍA ESTÁ VIOLENTADO. Diversos


fallos de las Salas Electoral y Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia así
como distintos actos dictados por el propio Consejo Nacional Electoral, han venido
mutando fraudulentamente tanto el sentido político como el significado jurídico de
normas constitucionales que consagran principios que nutren directamente la forma
política republicana que se ha dado la Nación, en las que se establecen que “la
soberanía reside intransferiblemente en el pueblo” y que es él, el “…depositario del
poder constituyente originario…”, lo cual, además de delito, constituye un evidente
desmedro de los derechos fundamentales a la participación política de cada persona.
Tal grave mutación normativa fue la motivación que permitió al CNE realizar la
convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente y posteriormente, la habilitación a
un sufragio territorial y sectorial para elegir constituyentistas en abierta contradicción
con el sufragio universal, directo y secreto, obstruyendo así a los venezolanos el
ejercicio de sus derechos políticos. Ahora, nuevamente se pretende hacer uso de este
falso y fraudulento andamiaje pretendidamente jurídico para montar una especie de
“carnaval electoral” con el único propósito de ungir la continuidad de la dictadura
instaurada en el país.

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CUARTO: EL DERECHO AL VOTO NO ESTÁ GARANTIZADO. El derecho a elegir y
ser elegido, y que cada persona equivalga a un voto, no existe en Venezuela. Sobre el
fraude están montadas estas elecciones para presidente de la República pues: no se
dispone de un registro electoral actualizado ni auténtico y su data no es confiable; los
millones de venezolanos que están fuera del país no se les garantiza su derecho a
actualizar su nuevo domicilio ante los respectivos Consulados, muchos de los cuales
han sido cerrados para impedir y limitar el ejercicio a este derecho. Por otra parte, la
práctica del CNE regular mediante reglamentos materias que sólo corresponden a la
ley hacerlo; modificar circunscripciones electorales a discreción; migrar electores sin
previa solicitud del interesado; disminuir o aumentar tanto los centros de votación
como el número de máquinas, a conveniencia del sector oficial, han minado las
garantías constitucionales de confiabilidad, imparcialidad, transparencia, igualdad y
eficiencia en los procesos electorales, así como la aplicación de la personalización del
sufragio y la representación proporcional.

QUINTO: CUESTIONADO EL SISTEMA AUTOMATIZADO. La automatización del


voto no es idónea, debido a la falta de operación transparente y de protocolos para
auditorías confiables, lo cual fue admitido por la propia empresa que desarrolló el
software y suministró el hardware (Smarmatic) el pasado 2 de agosto de 2017, al
expresar lo siguiente: “(…) No podemos garantizar resultados de la Constituyente,
creemos que la data para la elección fue manipulada (…) Estimamos que la diferencia
entre la cantidad anunciada y la que arroja el sistema es de al menos un millón de
electores(…)”.

SEXTO: EL DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO ESTÁ CERCENADO.


Presentarse como candidato, en ejercicio del derecho a la participación política y
disponer legítimamente de una campaña electoral que permita divulgar sus
propuestas, no es posible en este proceso electoral convocado. Por otra parte, el
régimen ha cercenado arbitrariamente este constitucional derecho a venezolanos
impidiéndoles presentar, en condiciones de igualdad, su candidatura a elecciones,
mediante anómalas inhabilitaciones políticas utilizando a la Contraloría General de la
República, sin la previa sentencia judicial que corresponde, propiciando así una
inexplicable situación de discriminación que favorece al oficialismo. Además, mediante
decisiones amañadas se han invalidado partidos políticos, propiciando un cuadro
discriminatorio en el desarrollo de una contienda electoral. Por su parte el elector, a
quien se le ha restringido su derecho a expresarse políticamente, sufre la interferencia

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al ejercicio a su derecho, al ser acosado por grupos oficialistas al servicio de la
“revolución”, no pudiendo denunciarlos públicamente pues solo tiene acceso a los
medios informativos estadales si es para alabar al régimen, prohibiéndosele
igualmente acceder a ellos, si su candidato no es el oficial, llegando al extremo de
correr el riesgo de colocarse en una grave situación de perdida al acceso de los
bienes que distribuye el Estado si se declara opositor. Esto sin considerar la amenaza
de sustitución de la cédula de identidad por el llamado Carnet de la Patria, con la que
se pretende comprar la adhesión política en las elecciones presidenciales
convocadas.

SEPTIMO: EL VENTAJISMO Y LAS PRÁCTICAS DELICTUALES. Actualmente en


Venezuela no existen contrapesos en el ejercicio del Poder Público, por lo que,
participar en unas elecciones presidenciales que tendrán como único propósito
legitimar un régimen totalitario y hacerse reconocer por una seudo Asamblea Nacional
Constituyente, pretendiendo que ese es el pueblo, constituye una farsa que el elector
conoce, al punto de tener claro que, hasta votando nulo, su decisión será manipulada
para hacer ganar a quien quiere seguir medrando del poder.

OCTAVO: NO HABRA OBSERVACIÓN INTERNACIONAL. Ha sido ya una


costumbre instaurada por el CNE prevalerse de la figura jurídicamente inexistente de
“acompañante internacional”, especie de invitados oficiales que provienen de las filas
de partidos y organizaciones afines al régimen en el ámbito internacional, quienes sin
mayores facultades de veeduría y sin obligación de rendir informe, concretan su labor
en asistir a los centros de votación que se les indica, para “ver” cómo transcurre la
jornada en los centros de votación, sin obligación de rendir informes ya que no
acceden a los espacios del CNE donde se procesan los resultados ni a los centros de
recepción de cómputos electorales. De manera que, una observación
verdaderamente calificada, independiente y habilitada para rendir informes
persuasivos con presencia antes, durante y terminado el proceso de votación, no
estará presente en el país.

NOVENO: LA COMUNIDAD INTERNACIONAL. Es lo cierto que los países que han


buscado coadyuvar a una salida a la crisis política, económica y social del país, están
definitivamente claros que el régimen nunca tuvo la intención seria de acordarse sobre
un proceso electoral y como prueba de ello, es llamativo el progresivo e intenso
despliegue público que cada vez mas países y organizaciones internacionales de

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Estados democráticos, de manifestaciones que contienen cuestionamientos cada vez
más severos sobre la gravedad de las violaciones constitucionales que invalidan el
proceso electoral indebidamente convocado. Por último, pero no menos importante,

DECIMO: UN LLAMADO A LOS PARTIDOS POLÍTICOS. Los partidos políticos


opositores tienen que asumir que muchos de sus miembros son diputados en ejercicio
en la Asamblea Nacional, en tal condición, representantes de todo el pueblo
venezolano; y que en tal sentido, han acordado una y otra vez, el compromiso de
lucha incansable para restablecer la democracia; comprometido como integrantes de
un Poder Público legítimo, a ejercer sus competencias constitucionales, entre las
cuales resalta, ejecutar el acuerdo firmado el 18 de julio del 2017 referido a la consulta
popular realizada el día 16 de julio de ese mismo año, mediante la cual se
comprometieron, con fundamento en los artículos 5, 62, 70 y 187 numeral 4 de la
Constitución, de acuerdo con los resultados de la segunda pregunta de la consulta
popular, a EXIGIR “(…) a todos los funcionarios, así como a los integrantes de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, sujetar su conducta a la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, desconociendo toda orden contraria a los
derechos humanos y colaborando activamente en el restablecimiento de la
Constitución (…) De manera especial, TODOS LOS FUNCIONARIOS E
INTEGRANTES DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL ESTÁN OBLIGADOS A NO
COLABORAR CON EL PODER ELECTORAL EN LA MATERIALIZACIÓN DEL
FRAUDULENTO PROCESO CONSTITUYENTE, POR EL CUAL SE PRETENDE
DEROGAR, POR LA VÍA DE LOS HECHOS, A LA CONSTITUCIÓN DE 1999 (…)”,
(mayúsculas y destacado nuestro). Por tanto, la posición de los partidos políticos de
oposición debe estar acorde con las exigencias no aceptadas en la mesa de
negociación y por tanto dejar que las elecciones írritamente convocadas de manera
unilateral por el actual presidente, usando la pantalla de la ANC, en caso de
realizarse, sean su propia consagración como dictador y con unos pocos
contrincantes que probablemente concurran a darle la apariencia de competencia por
el cargo de presidente.

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Por el Bloque Constitucional de Venezuela:

Coordinación Nacional: Cecilia Sosa Gómez, Blanca Rosa Mármol, Román Duque Corredor,
Jorge Rosell Senhen, Alberto Arteaga Sánchez, Rubén Pérez Silva, Pedro Rondón H. y René
Molina Galicia.

Coordinación Ejecutiva: Perkins Rocha.

Magistrados, Académicos, Profesores: Aníbal Rueda, María Concepción Mulino, Julio Elías
Mayaudón, Ramón Escovar León, Carlos Ayala Corao, Rafael Badell Madrid, Juan Carlos Apitz,
Ana María Ruggeri, Luis Beltrán Guerra, Salvador Yanuzzi, Alvaro Badell Madrid, Rodrigo Rivera
Morales, Alejandro Canónico, Iván Pérez Rueda, Franklin Hoet, Gustavo Linares Benzo, Nelly del
Valle Mata, José Francisco Comte, Marcos Solis Saldivia, Mariana León Mármol, Flor Zambrano,
Rafael Chavero Gazdik, Eustoquio Martínez, Carlos Camero y Alejandro González Valenzuela,
María Luisa Acuña.

Federación de Colegios de Abogados de Venezuela: Marlene Robles, (Presidenta), Norma


Delgado Aceituno, Clara Ines Valecillo; Jesus Vergara Peña y Jose Luis Machado.

Presidentes de Colegios de Abogados de Venezuela:

Lourdes Vallenilla (Amazonas), Luis Beltrán Calderón Mejías (Anzoátegui), Rosalino Medina
(Aragua), Roldan Torres (Apure), Rombet Camperos (Barinas), Nelson Riedi (Carabobo), Roberto
Andery (Cojedes), Omer Figueredo (Delta Amacuro), Yvett Lugo (Distrito Capital), Wilme Pereira
(Falcón), Mary de Muguesa (Guárico), José Luis Machado (Lara), Eliseo Moreno (Mérida), Letty
Piedrahita (Miranda), Jesús Ramos (Monagas), Pedro Arévalo (Nueva Esparta), Zoila Calderón
(Portuguesa), Orlando Velásquez (Sucre), Mario Torres (Zulia).

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