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Marcos 1:35
“Levantándose muy de mañana, cuando aun estaba oscuro, Jesús salía e iba a
un lugar solitario, a allí hablaba con Dios.”
El reconocido predicador y autor del siglo XVIII, Andrew Murray, escribió lo
siguiente:
“El estado de pobreza espiritual de la mayoría de los Cristianos se debe a que
ellos no han asimilado que una de las metas y objetivos de la conversión es llevar
al alma convertida, aún aquí en la tierra, a un estado de intimidad diaria con el
Padre celestial. Una vez esta verdad ha sido aceptada y asimilada, el creyente
podrá percibir lo indispensable que es a su vida espiritual, el separar un tiempo
todos los días para pasar en Su Palabra y en oración, esperando que Dios
manifieste Su amor y Su presencia.”“El creyente debe entender que él no tiene el
poder necesario en sí mismo para mantener saludable su vida espiritual. El
necesita cada día gracia fresca y nueva del cielo a través de un contacto diario
con Jesús. Necesita reconocer su debilidad y necesidad de esperar en Dios a
través de Su Santo Espíritu para renovar la luz y vida que Este da a su corazón.
Sólo así podrá esperar ser mantenido por el poder de Cristo a lo largo del día y de
las tantas tentaciones de que será objeto”.
1. Comunión.
La primera y más importante razón para tener una vida de devoción diaria es que
podamos experimentar unión y comunión íntima con Dios. Apocalipsis 3:20
dice: “He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
estaré con él y cenaré con él y él conmigo”. Cuando venimos a El a solas, El viene
a nosotros y se sienta con nosotros y tiene camaradería con nosotros.
2. Purificación.
La Palabra de Dios nos purifica y santifica. Jesús dice en Juan 17:17;
“Santifícalos en la Verdad, Tu Palabra es Verdad”. Y en Juan 15:3; “Ahora son
limpios ( purificados) por la Palabra que He hablado a ustedes”.
El Salmo 139:23-24 nos da una idea de cual debe ser la petición de nuestra alma al
dirigirnos a Dios en cuanto a la necesidad de ser purificados; “Escudríñame oh
Dios y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis iniquidades. Y ve si hay en mi
camino de perversidad guíame en el camino eterno”.
3. Instrucción.
El tiempo de devoción personal nos ofrece una oportunidad excelente para venir a
los pies del Maestro a aprender más de El. A conocer más de sus caminos,
conocer mejor su mente y su corazón. David decía: “Muéstrame tus caminos oh
Dios, enséñame Tus sendas; guiame en Tu verdad y enséñame, porque Tú eres el
Dios de mi salvación y en Ti espero todo el día”. Salmo 25:4-5.
4. Dirección.
Santiago 1:5 “Si alguno carece de sabiduría, pregunte a Dios, que da a todos
generosamente y se le dará”.
Durante nuestros tiempos de quietud con El, entramos a su presencia y
presentamos nuestras vidas, nuestros planes, nuestras inquietudes, circunstancias y
decisiones a El. Y con su Palabra abierta ante nosotros y nuestros corazones
inclinados a El, escuchamos y buscamos descubrir su corazón. Esperamos callados
en Dios hasta que El brille su luz sobre nuestro camino. Dios nos dirige a través de
su Palabra. En la medida que la leemos y meditamos en Ella, el Espíritu que mora
en nosotros ilumina nuestro entendimiento y nos da la sabiduría para determinar
cómo aplica a áreas específicas de nuestra vida. Dios usa su Palabra para
revelarnos sus prioridades.
5. Transformación.
Con cada día que pasemos en su presencia, iremos siendo transformados a su
semejanza..
2 Corintios 3:18 nos dice que; “nosotros, con el rostro descubierto, contemplando
como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma
imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu”.
Aquí el apóstol nos dice que en la medida que venimos ante la presencia de Dios,
sin máscaras o pretensiones, sino con nuestras vidas abiertas y expuestas ante El,
contemplándole, iremos adquiriendo gradualmente su semejanza, que seremos
transformados.
3. En la Mañana.
De nuevo Marcos 1:35; “Temprano en la mañana, cuando aún era oscuro…”
Y es mi opinión hermanos que aquí se encuentra el punto más importante de
esta exhortación.
Cierre
Durante ese tiempo a solas con Jesús, El nos dirige, contesta inquietudes
que traemos ante El, sentimos su perdón cuando confesamos la maldad e
iniquidad en nuestro corazón, sentimos la certeza de que escucha nuestras
súplicas y que intercede por nosotros y en la medida que vayamos
profundizando y aprendiendo y disfrutando y anticipando estos tiempos
con Dios, llegará el día en que como Moisés, veremos bajar una nube de
humo sobre la tienda de reunión que hemos levantado para encontrarnos
con nuestro Dios.