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Materiales
1 litro de agua
1 vaso milimetrado
7 vasos de vidrio transparentes
1 cucharilla
Pipeta o gotero
Balanza
Termómetro
Reactivos
Sal común o cloruro de sodio
Colorantes artificiales (tartrazina, azul brillante, amarillo crepúsculo,
Procedimiento
Agregar 200 ml de agua pura a los vasos de vidrio, luego agregar a cada vaso la sal
o cloruro de sodio, según los colores que se indican en la imagen mostrada.
Es necesario controlar la cantidad del soluto (sal o cloruro de sodio), que contenga
cada cucharita y también la cantidad de agua en cada vaso. Para ello hay que medir
tanto la masa de la sal de cada cucharadita que sea exacta y lo mismo se hará con el
volumen del agua.
Con la pipeta, tomamos 30 ml del agua que tiene las 5 cucharadas de sal (cloruro de
sodio) y ponerlos en el vaso que sólo tiene el agua con el colorante, se agrega por las
paredes del vaso.
Tomar otros 30 ml del agua que contiene las 4 cucharadas de sal y repetir el
procedimiento con los vasos restantes, hasta completar la última capa de agua en el
vaso que no contiene sal o cloruro de sodio
Observaciones
Al observar la distribución de las soluciones en el vaso N°1 de este experimento, podemos
deducir que la densidad es directamente proporcional al porcentaje o cantidad en masa de la
sal que se agrega.
Es decir la densidad va aumentando, de tal manera que la muestra que tendrá menor densidad
será la solución del vaso N°1 y la de mayor densidad será la solución del vaso N°7, que se
ubica en el fondo del vaso por tener mayor cantidad de soluto que es la sal o cloruro de sodio.
Todos los líquidos tienen una densidad de diferentes magnitudes o valores. Los que son
menos densos permanecerán por encima de otros más densos y parecerán como si flotaran.
Registro de Resultados
Temperatura
del agua
Color del
colorante
Cantidad de
gotas del
colorante
Cantidad de
Sal o
cloruro de
sodio
Conclusión
La hipótesis queda confirmada, a mayor cantidad de sal o cloruro de sodio, mayor será la
densidad de ésta.
Un ejemplo en la vida cotidiana es el Mar Muerto, las personas no se hunden y flotan porque
el agua es demasiado salada. Lo mismo ocurre en la Laguna Céjar, ubicada en San Pedro de
Atacama, Chile.