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Se estima que hace unos 10 000 años, cuando terminó el último periodo frío, los
bosques ocupaban entre el 80 y el 90% de la superficie terrestre, pero a partir de
entonces la deforestación ha sido creciente y en la actualidad los bosques cubren entre
un 25% y un 35% de la superficie terrestre, según cual sea el criterio con el que se
determine qué es bosque y qué no lo es. Desde hace dos siglos han surgido movimientos
conservacionistas para proteger bosques y otros ecosistemas naturales y hoy día se abre
paso con fuerza una nueva actitud de defensa y uso racional de este valor natural.
Formas de aprovechamiento:
Desventajas
Esto se debe a que muchos productores desean tener visión a gran distancia de
sus potreros o sembradíos, así como también controlar los abigeatos o robos.
Producir madera, leña y otros materiales diversos que sirvan para la subsistencia
del agricultor, el uso industrial o la exportación.
Mitigar los efectos perjudiciales del sol, el viento y la lluvia sobre los suelos.
SAF Secuenciales:
En ellos existe una relación cronológica entre las cosechas anuales y los
productos arbóreos; es decir que los cultivos anuales y las plantaciones de árboles se
suceden en el tiempo. Aquí se encuentran agricultura migratoria, sistemas taungya.
SAF Simultáneos:
Rompe vientos:
Cosiste en hileras de árboles que pueden delimitar una propiedad o servir de
protección para otros componentes u otros sistemas.
Planeación:
Consiste en la descripción y análisis de los aspectos naturales y sociales más
relevantes de un área determinada.
Aprovechamiento Industrial de los bosques
Se entiende que de la industria forestal forman parte todas las tareas necesarias
para establecer, repoblar, gestionar y proteger los bosques y aprovechar sus productos.
El último paso de la cadena de producción del que nos ocupamos es el transporte de
productos forestales en bruto, puesto que los procesos posteriores de transformación,
como el aserrado de la madera o la fabricación de muebles o de papel, se tratan en los
capítulos de la Enciclopedia titulados Industria de la madera, Carpintería e Industria del
papel y la pasta de papel.
A diferencia de otros sectores industriales, las industrias forestales son una fuente
importante de empleo, particularmente si se incluyen los puestos de trabajo que generan
las actividades de esparcimiento, los productos forestales no madereros y el sector
informal en pequeña escala. Las industrias forestales aportan ingresos a las poblaciones
locales, valiosas en un momento en que la mecanización y la intensificación del
aprovechamiento de la tierra están reduciendo el empleo agrícola. Por otra parte, algunas
actividades forestales son complementarias de las labores de la agricultura, ya que se
realizan en los momentos de menor intensidad de las faenas agrícolas, y algunas técnicas
agrícolas son fácilmente transferibles a las actividades forestales y a la elaboración de la
madera.
El uso final más común de la madera determina el tipo de empleos que genera el
sector forestal en un país. En los países en desarrollo, el 90 por ciento de la producción
de madera en rollo se destina al consumo interno y una gran proporción, casi el 80 por
ciento, se utiliza como combustible Esto tiene consecuencias de gran importancia para el
empleo, porque la mayor parte de los puestos de trabajo que dependen de la recolección
y comercialización de la leña se generan en mercados rurales dispersos que operan en el
sector informal. Por ello, las numerosas personas empleadas en estas actividades no
figuran en las estadísticas oficiales.
Componentes:
1. Depositar las latas de metal, los botes de plástico, el papel y el vidrio usados en
contenedores especiales para reciclarlos, no desperdiciar el papel.
2. Echar las pilas en contenedores especiales. Así se evitará la contaminación del
suelo.
3. Ahorrar energía: no dejar luces encendidas y apagar los aparatos eléctricos
cuando no los utilices.
4. Ahorrar agua: cerrar bien los grifos, ducharse en lugar de bañarte, no utilizar el
inodoro como papelera, etc.
Todo lo que se debe hacer para proteger el medio ambiente se reduce a ‘la regla de
las tres erres’: reducir, reutilizar y reciclar. Por ejemplo, para no talar árboles
innecesariamente hay que reducir el consumo de papel, reutilizar el papel y reciclarlo.
Importancia
La mayoría de las extinciones de especies ocurridas entre los años 1000 a 2000
se han debido a las acciones humanas, especialmente causadas por la destrucción de
hábitats. Los aumentos en las tasas de extinción se deben al consumo de los recursos
orgánicos, especialmente los de los bosques tropicales.2 Si bien la mayoría de las
especies que se están extinguiendo no son especies usadas en la alimentación humana
su biomasa está siendo convertida en tal alimento cuando su hábitat es transformado en
pastizal, terreno agrario o huerta. Se calcula que más de un tercio de la biomasa de la
Tierra está dedicado a las especies que alimentan a los humanos, tales como ganado y
productos agrícolas.3
Las formas alternativas de energía han ido ganando popularidad como medio para
hacer frente a dichas preocupaciones. Por ejemplo, la bioenergía derivada de materiales
biológicos como la madera, los cultivos y residuos agrícolas, o el estiércol. Si se gestiona
de forma sostenible, la bioenergía derivada de las plantas se puede considerar renovable,
ya que se pueden remplazar los árboles o plantas convertidos en energía por otros
nuevos. El beneficio neto en cuanto a la mitigación del cambio climático depende del
equilibrio entre el CO2 capturado durante el crecimiento de las plantas y el CO2 liberado
en la producción, procesamiento, transporte y quema del combustible.
Cada vez son más los cultivos agrícolas como la palma aceitera, la caña de
azúcar, el maíz, la colza, la soja y el trigo que se utilizan para producir biocombustibles
líquidos, principalmente para vehículos. Pero el aumento del uso de tierras agrícolas para
cultivos energéticos puede competir con la producción de alimentos, provocando el
incremento del precio de los mismos y la deforestación. Por ello se está cuestionando el
verdadero papel que estos biocombustibles desempeñan en la mitigación del cambio
climático. Se está desarrollando una nueva generación de biocombustibles derivados de
la madera, los residuos agrícolas y forestales, y de algunas gramíneas. Se espera que
éstos sean más eficientes desde un punto de vista energético y que generen menos
gases de efecto invernadero que la actual generación de biocombustibles (derivados de
cultivos agrícolas), sin competir con el suministro de alimentos. Si se logra una ordenación
sostenible, las grandes zonas forestales podrían ser la fuente de estos biocombustibles de
segunda generación.
Otras tecnologías son las calderas de energía que queman residuos de madera de
aserraderos para generar electricidad, y la gasificación. Este proceso consiste en calentar
los residuos de madera a una temperatura muy alta para producir gas que, a su vez,
puede quemarse de un modo muy eficaz para producir calor y electricidad. Más…
Cada vez es más evidente que la sobrevivencia de los bosques como sistemas
productivos depende en gran medida de su potencialidad para ofrecer mayores ingresos
en plazos más cortos (Ocampo et al. 1997). Tal es así, que en la actualidad se busca
valorizar y aprovechar al máximo todos los beneficios económicos adicionales (bienes y
servicios) que puede proveer un bosque, en contraposición al tradicional aprovechamiento
exclusivamente de la madera. Los bienes provenientes de la flora y fauna son de gran
importancia en la economía diaria de las poblaciones locales, ya que son utilizados como
materia prima para la elaboración de alimentos y medicinas; proveen fibras para la
confección de productos artesanales y para la construcción de viviendas; y, además,
muchos de ellos tienen gran potencialidad como base de actividades comerciales
(materias primas o productos terminados).
Las exigencias siempre en aumento que gravan sobre los bosques tropicales y un
mejor conocimiento de la ecología y del valor de las especies tropicales, han conducido a
que en los últimos tres decenios se crearan una red de parques y reservas nacionales en
las que se encuentra alrededor del cinco por ciento de los bosques higrofíticos tropicales.
Es evidente que no basta para la conservación de las especies; por eso es preciso
ampliar dicha red protectora de modo que incluya todos los tipos de bosque en suficiente
número, así como la gama completa de diversidad biológica. Los países industrializados
deben mostrarse dispuestos a ayudar a los más pobres a sufragar el costo de dichos
programas de ampliación. La propuesta Convención sobre Diversidad Biológica y el
propuesto instrumento jurídico para la conservación y ordenación, proporcionarían el
mecanismo adecuado para compartir equitativamente el costo de ampliar la red de zonas
protegidas en los bosques tropicales.
Facilitador: Bachilleres:
Enero, 2014