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acreditadas -sobre la base de las cuales responsabilizaron al señor Gelblung por los
daños sufridos por el actor y cuya falsedad no se encuentra controvertida-, gozan de
tutela constitucional en el sentido de no generar responsabilidad civil para quienes
las emiten o difunden. Debe recordarse que la libertad de expresión tiene un lugar
preeminente en el marco de nuestras libertades consti tucionales (Fallos: 321: 412;
entre otros). Ello es así, en razón de su centralidad para el mantenimiento de una
república democrática (Fallos: 320: 1272; entre muchos otros) y, por ello, para el
ejercicio del autogobierno colectivo del modo diseñado por nuestra Constitución
(Fallos: 336:879). En las sociedades contemporáneas el carácter masivo de los
medios de comunicación potencia, sin dudas, la trascendencia de la libertad de
expresión y el rol que cumple para el ejercicio del autogobierno colectivo pero
también implica mucha mayor aptitud para causar daños, especialmente al honor y a
la intimidad de terceros. En un estado democrático y constitucional comprometido
con respetar el bienestar individual de sus ciudadanos, la importancia de la libertad
de expresión hace necesario que se reconozca el máximo de libertad expresiva a
todos, siem~ pre que ello -dada su aptitud dañosa- sea compatible con la protección
a los derechos que pueden ser afectados por su ejercicio.
señor Fernández no satisfacen los requisitos exigidos por esta Corte para que opere
la eximente en análisis. En efecto, las afirmaciones según las cuales el señor
Edgardo Martín -actor en autos- era el autor de la muerte de Natalia Fraticelli y, a la
vez, el amante de la madre de la joven, fueron difundidas por el señor Fernández
como originadas en "alguien" que, en lugar indeterminado y a las dos de la mañana
del día anterior, habría respondido a la pregunta "¿quién fue?". La atribución
realizada por el señor Fernández constituye una mera referencia genérica e
indeterminada y, por ende, no opera como fuente en el sentido de la doctrina
"Campillay" (doctrina de Fallos: 316:2416; 326:4285; entre otros). Para que un
medio periodístico se exima de responsabilidad es preciso que atribuya la noticia a
una fuente, de modo que la noticia deje de aparecer como originada por el medio
periodístico en cuestión pues, como tiene dicho esta Corte, solo "cuando se adopta
tal modalidad se transparenta el origen de las informaciones y se permite a los
lectores relacionarlas, no con el medio a través del cual las han recibido, sino con la
especí- fica causa que las ha generado" (Fallos: 316:2416; 326:4285; 327:3560;
338:1032; entre otros), lo que a su vez permite formarse un juicio certero sobre la
credibilidad de la noticia (arg. Fallos: 319:2965 y 331:162). En el caso, no solo se
trató de una atribución gené- rica e indeterminada -se atribuyó la información a
"alguien"- sino que, según surge del contexto, la información que "alguien" habría
proporcionado a las dos de la mañana fue hecha propia por
indeterminada
El 24 de mayo de 2000, en el marco del programa televisivo “Memoria”,
conducido y producido por el Sr. Samuel Gelblung, se presentó un informe
sobre el llamado “caso Fraticelli”, en el que se vinculaba al Sr. Edgardo Héctor
Martín con el homicidio de la menor que era objeto de investigación policial.
Allí, algunos miembros del equipo periodístico dirigido por Gelblung
afirmaron, entre otras cosas, que para saber lo que había ocurrido debía
concurrirse a los “lugares comunes donde la gente se reúne y preguntar: ¿quién
fue?” y que, en un bar de la zona y a las dos de la mañana, alguien había
contestado “el amante de la mujer”. Los periodistas afirmaron que esa “línea
de información” conducía a un señor de apellido Martín, de unos treinta años
aproximadamente, kinesiólogo, de la ciudad de Rufino y quien sería amante de
la madre de la menor. Posteriormente, lo ubicaron en la escena del crimen,
donde habría sido sorprendido en compañía de la madre por la menor
asesinada.
El Sr. Martín tachó de falsas esas afirmaciones y promovió demanda por los
daños y perjuicios que le ocasionó su difusión. Los jueces de la causa hicieron
lugar a la demanda y, en lo que aquí interesa, condenaron Gelblung al pago de
la suma de pesos cuarenta mil ($40.000) más intereses.
El Sr. Gelblung interpuso recurso extraordinario federal por considerar que las
sentencias de grado aplicaron erróneamente las doctrina “Campillay” y de la
“real malicia” para la tutela de la libertad de expresión. La primera, en su
opinión, eximía de responsabilidad al periodista pues sus dichos fueron
atribuidos a una fuente, mientras que la segunda exigía demostrar que los
periodistas conocían la falsedad de la información o que obraron con notoria
despreocupación respecto de ello.
La Corte Suprema entendió que la doctrina “Campillay” no protege al medio
cuando deja de ser un simple difusor de una información originada en una
fuente distinta y se transforma en el autor de una información dañosa o
agraviante. Asimismo, consideró que no resultaba de aplicación al caso la
protección agravada prevista por la doctrina de la “real malicia” y que bastaba
la simple culpa para atribuirles responsabilidad a los demandados.
La sentencia fue suscripta, en forma unánime, por los cinco jueces que integran
el Tribunal.
CondenanaChicheGelblungpordifundirinformacióndañinaauntercerosinfuenteidentificable
. Todos ellos están acusados de “haber receptado con ánimo de lucro y conocimiento
de su procedencia ilícita al menos siete fotografías que ilustran a la modelo Jazmín
De Grazia, fallecida en el interior de su departamento (…) para posteriormente
publicarlas el día 10 de febrero de 2012 en las ediciones impresa y digital del Diario
Crónica (…). Ello a sabiendas que habían sido sustraídas de la División Fotografía
de la Policía Federal”.
La investigación
El 5 de febrero de 2012, en el marco de la investigación por la muerte de la modelo -
desarrollada por el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°7,
Justo Joaquín Rovira-, personal de la Unidad Criminalística Móvil de la Policía
Federal Argentina concurrió al departamento de De Grazia, donde el fotógrafo
policial obtuvo cincuenta y seis fotografías de la escena del hecho, los objetos
personales y el cuerpo de la víctima.
En tal sentido, la representante del Ministerio Público Fiscal concluyó que “no
puede perderse de vista las particulares aristas que el caso presenta en cuanto a
las cuestiones que se ventilan en las imágenes de referencia no solo carecen de
interés público sino que también versan sobre detalles íntimos de Jazmín de
Grazia, que resultaban de utilidad sólo a nivel judicial, circunstancia que era
conocida por los imputados, quienes con su accionar violaron el derecho a la
intimidad de la damnificada y de su familia”.
“Interés público” e “Interés del público”
En su requerimiento, la representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo que
“cabe diferenciar aquí entre el ‘interés público’ y el ‘interés del público’; es en el
primer caso en el que aumenta la protección del discurso y ante la duda debe estarse
por la libertad de expresión. Sin embargo, no es el caso de autos, ya que ningún
interés periodístico puede haber guiado la publicación de fotografías donde se
vislumbra el cuerpo de Jazmín de Grazia –instantes después de ser encontrada sin
vida- en la bañera, desnuda, que solamente intentaban con su publicación obtener un
redito económico derivado del impacto generado por dichas imágenes”.
Asimismo, citó la doctrina sentada por los fallos “Patitó” o “Vago”, donde se
destacó el carácter relevante del derecho de libertad de expresión aunque se indicó
que esta relevancia no le confería calidad de derecho absoluto, sino que está
sometido a limitaciones razonables. “En tal sentido, en el caso en análisis, la
publicación de imágenes obtenidas en forma ilícita, carentes de toda relevancia
informativa, no admite justificación alguna y su divulgación e violatoria del derecho
a la intimidad de la damnificada y de sus familiares, más aún cuando la única
finalidad en el accionar de los imputados fue aumentar las ventas de un periódico”.
El fiscal ante la Cámara de Casación Penal, Javier De Luca, desistió del recurso de
Casación contra la resolución del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional
Nº2 de San Martín, que hizo lugar a la solicitud formulada por la defensa y
sobreseyó a una manifestante.
En el caso, la conducta se tipificó en el artículo 194 del Código Penal que establece:
“El que, sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o
entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los
servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de
sustancias energéticas, será reprimido con prisión de tres meses a dos años”.
Para el fiscal, “el hecho de que sólo los cortes -ya sea de rutas, calles o vías férreas
realizados por los miembros marginados de la sociedad sean los únicos destinatarios
de este tipo de declaraciones de ilegalidad, hace sospechar que en realidad se
pretende criminalizarlos en razón de su contenido o por la calidad personal de sus
integrantes o por resultar molestos para la autoridad”.
“No se trató de un piquete como medio para cometer otros delitos, por ejemplo,
extorsiones a autoridades o a particulares, etc. que serían perfectamente punibles,
sino que se trató de una protesta como conducta claramente expresiva en reclamo
del pleno goce del derecho de propiedad”, concluyó el dictamen
Este jueves 14 de septiembre se recordará el primer mes sin Julio Trossero en Seguí.
Hasta aquí, la investigación judicial a cargo de Gervasio Labriola ha logrado
avanzar en distintos aspectos, aunque restan aún dilucidar algunas cuestiones.
Con tales datos, no habría un motivo que ligue al gobierno municipal con el hecho
en sí. Lo que hace aparecer en la escena a la dirigencia oficialista es el propio
accionar de los suyos. El intendente calificando las primeras movilizaciones de tener
un tinte político y gran parte de su dirigencia que -obedecedora sin chistar- salió con
la misma tesis.
Secreto profesional
Secreto profesional
Hay ciertas profesiones u oficios que colocan a quienes las desempeñan en la posibilidad o
necesidad de conocer ciertas circunstancias personales de sus pacientes o clientes, que les son
reveladas con el único fin de permitir que la tarea profesional se desarrolle de manera más
factible, pero que no implica que esa información recibida llegue a conocimiento de terceros por
haberlo contado quien recibió el secreto, incluso cuando es requerido legalmente en juicio, si esto
puede ocasionar un daño al interesado. Por ejemplo, las informaciones que reciben periodistas,
médicos, abogados o los sacerdotes en la confesión.
Secreto profesional
El artículo 156 del Código Penal argentino, reprime con multa de entre mil quinientos y noventa
mil pesos, con accesoria de inhabilitación especial si correspondiere, de seis meses a tres años, a
quien configure la siguiente acción: Revelar sin justa causa, un secreto que pueda causar daño con
su divulgación, y del que tuviera noticia por su estado (por ejemplo el estado sacerdotal) empleo
(persona que trabaja en relación de dependencia) oficio (por ejemplo, un masajista, una niñera, un
cerrajero), profesión o arte. (médico, odontólogo, psicólogo, periodista). Los médicos juran
mantener el secreto profesional al realizar el juramento Hipocrático, al recibir su habilitación
profesional.La naturaleza del perjuicio que se pueda ocasionar al revelar el secreto no es
significativa. Tanto puede tratarse de un perjuicio material como moral.Un secreto es aquello que
se mantiene en reserva, o sea que solo lo conoce aquel en quien se confió o un número reducido
de personas, que también recibieron la información para no revelarla. La mayoría de la doctrina
entiende, y no lo requiere el artículo citado, que se haya confiado el secreto pidiendo
expresamente que no se lo revele. Sin embargo si el interesado consintió en que el profesional o
empleado lo contara, ya no es delito.Con respecto al requisito de que no exista justa causa, el
Código Procesal Penal de la nación argentina realiza una distinción con respecto a la obligación
legal de denunciar los delitos perseguibles de oficio, en su artículo 177. En su inciso 1 impone la
obligación de denuncia de estos delitos para los empleados o funcionarios públicos que tomen
conocimiento de ellos en el ejercicio de sus funciones, pero en el inciso 2, tras establecer también
esta obligación a cargo de médicos, parteras y farmacéuticos, los exime de la denuncia (por delitos
contra la vida y la integridad física) si la información hubiera llegado a ellos por secreto
profesional.Con respecto a la interpretación de esta norma se plantea el problema por ejemplo, de
un médico, que a su vez sea empleado de un hospital público ¿Debe denunciar la información que
le llega como secreto profesional si es un delito público?Hay justa causa cuando la ley así lo
determina, por ejemplo, la Ley 17.132 de ejercicio de la Medicina, Odontología y actividades
afines, establece la obligación de denunciar por causas legales, por ejemplo denunciar casos de
lepra, dispuesto por la ley 11.359, los de peste impuesto por la ley 11.843 o enfermedades
infectocontagiosas.Hay casos que son justa causa evidente de revelación de secretos, cuando se
trate de un enfermo psiquiátrico peligroso, o cuando se tenga información de que alguien va a
realizar un crimen, pero hay casos dudosos sobre qué es justa causa, como el caso de la
persecución de honorarios profesionales, aunque se entiende en general que también es una justa
causa.En la Capital Federal se decidió recientemente que un médico de un hospital público no está
obligado a denunciar un aborto auto infligido en el año 2007, y por lo tanto no se hizo lugar a la
instrucción de sumario criminal contra la mujer.La Cámara Federal al juzgar sobre un hecho
ocurrido también en el año 2007 sobreseyó a un ciudadano boliviano, que fuera denunciado por
su médica tratante en el Sanatorio Mitre (Ciudad de Buenos Aires) por retener cápsulas de droga
que había ingerido y que no había podido expulsar en su totalidad. No consideró válida la
denuncia de la médica porque la había recibido bajo secreto profesional.En el caso del profesional
que es citado como testigo y se releva al profesional de guardar el secreto, por parte de la
autoridad judicial, éste tiene la opción, no la obligación, de revelar el secreto.
A continuación analizaré sobre un caso ocurrido el día 27 de septiembre del 2017 a través de una
noticia periodística en relación a la fallida Julieta Pradas,su pareja Juan de los Palotes, el periodista
José Libertad y el diario Crónica.
El periodista José Libertad afirma que hubo demora en el esclarecimiento de los hechos debido. a
sucesivos planteos de nulidad de la defensa del único acusado ,el novio de la modelo Juan de los
Palotes. Además se incorporan a la causa fotografías tomadas por la policía Metropolitana,
quienes según afirmaciones del novio eran los que frenaban la investigación, aunque al no ser
preciso se puede entender que los que obstruían eran el periodista y el diario, por lo cual a demás
se inició una querella criminal contra el Diario Crónica y el periodista. La madre de Julieta Pradas
inició también demanda contra éstos.
Lo primero a tener en cuenta al comenzar el análisis es la libertad de expresión del periodista por
sobre las demandas,ante el derecho al honor afectado por la difusión de la información. El
derecho a la libertad de prensa, consiste no sólo en publicar las ideas sin censura previa, sino
también en todo el proceso previo de investigación, búsqueda, recolección de datos, etc.
Tambien debemos tener en cuenta que Julieta Pradas, si bien no era funcionaria pública , su
profesión era el modelaje, por lo cual tenía un mayor grado exposición ante la prensa y los medios
de comunicación que un habitante promedio.
Para el doctor . De Luca caben distinguir dos clases de protección al honor de las personas, las
cuales deben ser tenidas en cuenta para el presente caso, una rigurosa aplicable al ciudadano
común, y otra atenuada para los funcionarios, figuras públicas (en este Julieta Pradas) y, en
algunos supuestos, para los particulares que se ven envueltos en controversias de carácter
público. Respecto de estos últimos sólo procede la imputación en caso que se acredite que la
información fue difundida con conocimiento de su falsedad o temerario desinterés acerca de si
dicha información era verdadera o no.
No se observa una afectación al honor de la fallecida, más aún por ser los expedientes judiciales
en general de carácter público, y de forma más especifica el haber tenido acceso al mismo siendo
que si tuviera un carácter reservado la única manera de acceder a dicha información es por alguna
de las partes involucradas.
Pasare a analizar el tipo penal que se intenta imputar al periodista y al diario crónica de manera
separada:
1- IMPUTACION AL PERIODISTA
Se configura la acción típica del art. 110 del CPN ,delito de injurias, a Juan de los Palotes por
obstruir la justicia y por dilatar el proceso en el cual era el cual era el único acusado y se considera
que el periodista daña el honor de Palotes, ya que como bien sostiene De Luca también es injuria
la obstrucción de un hecho cierto.El periodista debe guardar secreto sobre sus fuentes periodistas,
amparándose en el art 43 de la constitución,ya que la transparencia de los actos sostiene la teoría
de autogobierno. Solo podría ceder ante tres supuestos , en este caso no corre peligro la vida de
ninguna persona y tampoco parecería estarse frente a información que pudiera evitar la condena
a un inocente, solo restaría entender si la información que fue publicada tenía la cualidad de no
poder ser publicada debido a quien las tomo ,policía metropolitana, y que tienen estos de no
utilizar esta información de modo tal que obstruyan el debido proceso.
Tambien se debe tener en cuenta que un n periodista puede negarse a revelar la identidad de la
fuente de información o los datos que conduzcan a ella ante las autoridades, cualquiera sea esta, o
los particulares. Si la revela será un problema moral, no jurídico-penal. Eventualmente, podrá
incurrir en responsabilidades civiles frente a su confidente o laborales en su lugar de trabajo.
Dicho diario también se ve involucrado en el delito de injuria por no haber, previo a la publicación
de la noticia periodística, realizado una revisión de la noticia en cuestión y además dicho diario
tiene la obligación de respetar el derecho del periodista de no ser censurado de modo previo, art
14 CN Y ART 32 CN , respondiendo en todo caso por las responsabilidades ulteriores.
También se debe tener en cuenta las fuentes judiciales a que se refiere el periodista, las cuales
involucran de manera directa al diario Crónica, ya que para que un medio de comunicación se
exima de algún tipo de responsabilidad es preciso que atribuya la noticia a una fuente (en este
caso no se especificaría la fuente por ser muy vaga la precisión hecha por el periodista), de modo
que la noticia deje de presentarse como originada por el medio en cuestión.
En conclusión entiendo que ante el diario Cronica como el periodista al publicar la nota presentan
grandes subjetividades subrogándose de cierta forma en el rol de juez y dando a conocer sus
propios juicios de valor.
La teoría del Autogobierno: Se desarrolló en 1969 y fue pensada por Alexander Meiklejohn.
Destaca que la soberanía reside en el pueblo, por lo tanto es este el único capaz de determinar el
interés público y debe tener la libertad de juzgar a sus gobernantes, así como de informarse acerca
de ellos. El Estado tiene un rol activo ya que garantiza la libertad de expresión, pero establece
reglamentación sin restricciones. El ciudadano tiene una virtud cívica, que consiste en poder
expresar sus ideas y realizar críticas. Se caracteriza por tener leyes acordes y permite el ejercicio
pleno de la libertad de expresión, ósea establece un espacio de libertad absoluta, la cual se
combina con los ciudadanos buscando la armonía en la responsabilidad ósea las leyes. Prevalece
para los asuntos de interés público. Sus principales problemas son que es muy exclusiva y que
choca con los gobiernos no democráticos. En “New York Times v. Sullivan” se destaca la
importancia del debate de asuntos públicos, incluso cuando este origina fuertes ataques contra
funcionarios públicos.
Bibliografía:
http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1066&di=1&no=260771
Este jueves 14 de septiembre se recordará el primer mes sin Julio Trossero en Seguí.