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Sermón: POR QUÉ DEBEMOS DAR GRACIAS A DIOS

Introducción: Dios nos bendice cada día, de hecho la Biblia dice: “nuevas son sus misericordias cada
día”. El Señor nos permite ver Su gracia y cuidado a cada momento de nuestra vida, y por eso recibimos su
protección, provisión, y respaldo. Seguramente hemos pasado por dificultades y crisis, pero han sido más bien
oportunidades donde hemos visto la gloria del Señor. Demos gracias a Dios. Cuando no había más que unos
peces y panes, Jesús dio gracias y pudo alimentar a miles de personas. Un corazón agradecido favorece la
acción sobrenatural de Dios, por eso “Dad gracias a Dios en todo”…
Sermón dominical: ¿POR QUÉ DEBEMOS DAR GRACIAS A DIOS?
I. JESUCRISTO ES DIOS TODOPODEROSO Y MISERICORDIOSO (Lucas 17:11-14).
Hay varias cosas importantes aquí que debemos destacar:
a) Jesús está pasando “entre Samaria y Galilea”, región rechazada y menospreciada por las autoridades
civiles y religiosas de Jerusalén. Pero para Jesús eran muy importantes quienes habitaban allí.
b) Los leprosos por su enfermedad según la Ley, debían vivir aislados (en las leproserías), separados de la
comunidad, de la vida religiosa del templo, de sus familias, quiere decir que ellos lo perdían prácticamente
todo. Por eso el texto nos dice: “los cuales se pararon a lo lejos y alzaron la voz”.
c) Ellos claman la misericordia de Dios. Éste clamor no está apoyado en virtudes propias, en capacidades
humanas o en talentos de los hombres, es un clamor que espera y confía en la gracia de Dios (eso es gracia,
un don o favor concedido por Dios a alguien que no merece alguno
d) Jesús dio la palabra, y mientras ellos iban caminando fueron limpiados, es decir, mientras caminaban en la
palabra recibieron el milagro. El Salmo 107:19-20, nos recuerda su amor y el poder de su palabra. Por eso
cuando nos exponemos a Su palabra nuestro corazón es transformado, pues la palabra de Dios es viva y
eficaz. Esta es una razón por la cual debemos dar gracias a Dios.
II. LA GRATITUD ES DE ALTO VALOR PARA DIOS (Lucas 17:15-16).
a) Agradecer a Dios es una manera de darle gloria.
b) La ingratitud es ausencia de agradecimiento. Un ingrato es aquel que no reconoce, ni aprecia, ni agradece
el favor recibido (Lucas 17:17).
Nota: Consideremos la frase de King Martin Luther: “Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y
la envidia. Cuando muerden dejan una herida”. Creo que detrás de la ingratitud se esconde la soberbia.
Seguro los nueve leprosos pensaban: “ya era hora”, “bueno es lo que Jesús debía hacer”, o tal vez estaban
demasiado ocupados, o hacer otras cosas era más importante que agradecer a Jesús.
c) La adoración y la gratitud van de la mano.
Nota: El texto nos dice que el leproso: “se postró… dándole gracias”. Al observar el caminar de Israel por el
desierto ante la provisión de Dios generalmente se quejaban, y esto deterioró totalmente su vida de adoración.
El versículo 18 nos deja ver que gratitud es lo que Dios espera de su pueblo, sin embargo los nueve hebreos
no volvieron a dar gracias, sino un extranjero.
III) JESÚS RESTAURÓ ÍNTEGRAMENTE LA VIDA DEL SAMARITANO (LUCAS 17:19)
Nota 1: Al sanar a éste samaritano, Jesús le devolvió su familia, su vida en sociedad, sanó su piel de la lepra,
y por tanto restauró su autoestima, su capacidad productiva. Pero, además le dice aquí: “vete, tu fe te ha
salvado”, le dio salvación. ¿Y los otros nueve? Fueron sanos pero ¿salvos? Esto nos enseña que puede
recibirse una bendición inicial por la misericordia de Dios, pero por la ingratitud se pierden las demás cosas
que el Señor tiene planeadas.
Nota 2: Demos gracias a Dios por todas sus misericordias y bondades, por su cuidado y protección. Es él
quien envía su provisión desde el cielo, es quien renueva nuestras fuerzas y cuida de nuestra familia.
Jesucristo dio su vida por nuestro pecado en una muerte horrible, y en todo esto vemos su gran amor, por
todas estas cosas demos gracias a Dios.
"Sirvan al SEÑOR con alegría; Vengan ante El con cánticos de júbilo. Sepan que El, el SEÑOR, es Dios; Él
nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo Suyo somos y ovejas de Su prado. Entren por Sus puertas
con acción de gracias, Y a Sus atrios con alabanza. Denle gracias, bendigan Su nombre. Porque el SEÑOR
es bueno; Para siempre es Su misericordia, Y Su fidelidad por todas las generaciones” Salmo 100:2-
4. Sermón dominical.
Conclusión: Dios derrama bendiciones sobre su pueblo día y noche, su bondad no se agota. Tiene cuidado
de sus hijos, y los moldea cada día. Como buen padre está atento a las necesidades de sus hijos. Él ha sido
fiel y bueno. Por todo esto demos gracias a Dios.
Segundo sermón dominical: Introducción: Vemos que una de las grandes señales en el ministerio del
Señor Jesucristo fue la multiplicación de los peces y los panes junto al mar de Galilea, éste glorioso evento
nos recuerda no sólo el gran poder del Señor sino el cuidado que tiene por cada uno sus hijos.
Éste gran milagro también nos hace reflexionar al considerar que el Señor Jesús sabía que tenían hambre y
estaban en un desierto, él suplió esa necesidad; de la misma manera hoy el Señor Jesús conoce nuestra
diversas situaciones y está pronto para ayudarnos en toda crisis.
AGRADEZCAMOS A DIOS SU BONDAD
A) La obra del Señor implica acciones de la persona, Juan 6:11.
“Entonces Jesús tomó los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban sentados; y lo
mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que querían”.
Reflexión: Tengamos en cuenta lo que la Biblia nos enseña: “y tomó Jesús aquellos panes”, vemos una
sucesión de acciones en el contexto, pues primero los discípulos obedecieron la orden del Señor, luego las
personas también “y entonces Jesús tomó los panes”, podemos ver el orden de las acciones: La palabra del
Señor fue expresada, vino la consecuente acción del hombre y luego la acción de Dios. Éste orden no ha
cambiado sigue siendo igual en la actualidad.
B) La gratitud es una virtud que genera milagros de Dios, Juan 6:11.
Reflexión: La Biblia nos enseña: “y habiendo dado gracias” (el Señor Jesús agradece al Padre celestial los
cinco panes y los dos pececillos), vemos pues que el Señor Jesús no murmuró, ni se quejó, tampoco se
enojó, él dio gracias. Tengamos siempre presente que a pesar de las dificultades en el diario vivir el Señor
sigue mostrando su misericordia y cuidado.
En el texto bíblico de hoy “dar Gracias” es una traducción del griego “Anthomologeomai” que significa:
reconocer plenamente, celebrar plenamente; por tanto dar gracias o agradecer es reconocer la bondad de
Dios y celebrar con gozo los favores recibidos. Por eso demos gracias al Señor.
C) Debemos agradecer al Señor por lo que vendrá, pues esto es fe (Juan 6:11b).
Reflexión: La fe ve lo que no se ve, y también tiene la certeza de lo que no ha llegado, confía en la Palabra
de Dios, agradece al Señor porque él cumplirá su propósito en ti. La verdadera fe está segura en el poder y la
acción sobrenatural de Dios, sin importar lo que digan o piensen los demás, pues está basada en la palabra
del Señor, la cual permanece para siempre.
D) Dar gracias al Señor por todo lo que él ha hecho, es una manera de reconocer su grandeza y
bondad, Juan 6:14.
“La gente, entonces, al ver la señal (el milagro) que Jesús había hecho, decían: Verdaderamente éste es el
Profeta que había de venir al mundo.”
Reflexión: Más adelante en este mismo evangelio, el Señor Jesús expreso: “yo soy el pan vivo que descendió
del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre”. El más grande tesoro que hombre alguno pueda
tener es Jesucristo mismo, aunque el ser humano busca saciarse con diversidad de cosas en éste mundo sólo
en Cristo el hombre encuentra perdón, salvación y vida eterna.
Jesucristo dio su vida por nosotros, resucitó, y está sentado a la diestra del Padre, y también volverá por su
iglesia. Agradezcamos pues al Señor Jesús por su sacrificio y pongamos nuestra vida en sus manos.
Conclusión: Es necesario agradecer al Señor por todo lo que ha hecho, está haciendo y hará. La gratitud
comienza reconociendo la bondad de Dios, celebrando su provisión y, confiando en lo que vendrá porque
actuamos en Su palabra.
ACCION DE GRACIAS
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias. —Filipenses 4:6
Introducción: La palabra de Dios nos enseña que debemos dar gracias siempre, en todo y por todo,
y que nuestras peticiones deben ir acompañadas de acción de gracias. Hay quienes tratan de tener
acceso a Dios usando vías diferentes, pero eso es imposible. La gratitud a Dios es clave para
desatar el poder sobrenatural, porque edifica el trono para que Dios haga una habitación.
1. ¿QUÉ ES SER AGRADECIDO? 1 Tesalonicenses 5:18
A. Ser agradecido es una virtud del carácter que se desarrolla reconociendo que lo que tenemos y lo
que somos proviene de Dios. Cuando aprendemos a depender totalmente de Él y a darle todo el
reconocimiento, eso nos mantiene humildes.
B. Ser agradecidos también es cuando nos enfocamos en lo que tenemos y no en lo que nos falta.
C. Ser agradecidos es estar conscientes de lo que otros hacen por nosotros y estar dispuestos a
darles las gracias por ello y hacerlos sentir importantes. Se trata de demostrar respeto y de valorar lo
que los demás hacen por nosotros independientemente de cuál sea su motivación para hacerlo.
2. ¿POR QUÉ SER AGRADECIDOS? Colosenses 3:15
A. Porque Dios es bueno. Esdras 3:11 No podemos ponerle precio a lo que Dios ha hecho en
nuestra vida. No hagamos nada sin darle gracias a Dios por ello. Reconozcamos siempre que lo que
somos y lo que tenemos viene de Él.
B. Porque Dios lo manda. Filipenses 4:6 Es su voluntad que demos gracias en todo momento, aun
en los momentos difíciles. No es preciso que entendamos lo que está pasando; es necesario ser
agradecidos. Debemos rehusarnos a la queja; a desanimarnos, por el contrario, debemos dar gracias
porque la respuesta está en camino.
C. Debemos ser agradecidos con las personas que nos rodean,
3. ¿QUÉ PRODUCE LA ACCIÓN DE GRACIAS?
A. Ser agradecidos extiende el favor de Dios hacia nosotros. Salmos 5:12 Significa acceso, trato
especial y privilegios especiales. Cuando tenemos el favor y la gracia de Dios estamos vestidos con
algo que nos hace irresistibles a otros. El favor puede hacer lo que el dinero no puede. Algunas
puertas sólo se abrirán debido al favor de Dios sobre nosotros.
B. La acción de gracias extiende Su misericordia hacia nosotros: Misericordia es cuando Dios no nos
da lo que nos merecemos. ¿Cuántas veces a la semana le fallamos a Dios? Cuando fallamos
merecemos ser castigados, pero en lugar de eso, Dios nos perdona.
C. Ser agradecidos hace que Dios nos confíe más. Cuando somos agradecidos por los cientos, Dios
nos bendice con miles. Cuando somos agradecidos por lo que tenemos, en lugar de quejarnos por lo
que no poseemos, Dios desatará lo que no tenemos.
D. Dar gracias a Dios es clave para que lo sobrenatural sea desatado Juan 6:11 Jesús necesitaba
alimentar a las multitudes con unos cuantos peces y unos panes. Él le mostró a la gente que ser
agradecidos trae multiplicación.
E. Ser agradecido beneficia a otros. Ser agradecido con otros esparce bendición a su alrededor en
cada momento. ¿Cuántas veces te has sentido bien cuando otra persona te agradece algo?
¿Cuántas veces has sentido tu trabajo valorado, tus ideas importantes, tu persona aceptada cuando
alguien te agradece?
F. Ser agradecidos nos mantiene saludables y con energía. Somos felices y hacemos felices a otros.
Conclusión: Mantener una actitud de agradecimiento como la que Jesús tenia, nos bendice.
Aprovechemos esta época para dar gracias a Dios y los que nos rodean por todo lo que hemos
recibido. Comienza hoy dando gracias a Jesús por dar su vida por nosotros y recíbele hoy como tu
Señor y Salvador.
Aplicación práctica:
Practiquen la gratitud haciendo dando gracias a Dios por todo de lo más pequeño y común hasta lo
más grande:
Cuando te levantes – Gracias por un nuevo día de vida. Cuando enciendas la luz –Cuando te bañes
–Cuando comas- Cuando enciendas tu vehículo –Cuando estés en el tráfico – Gracias por el trabajo-
Por la familia-, por la salud, etc.
ORACIÓN DEL PECADOR
Señor Jesús reconozco que he pecado y que tú moriste por mí, hoy me arrepiento y te pido perdón.
Te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi Salvador, amén.

LA GRATITUD A DIOS Y EL GOZO


Filipenses 1:3-4 “Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis
oraciones rogando con gozo por todos vosotros”.
El apóstol Pablo daba gracias a Dios por los filipenses, porque ellos estaban perseverando en el
Señor. Ese es un gran motivo para dar gracias. Como aplicación, podemos decir que los padres
creyentes dan gracias a Dios porque sus hijos perseveran en el Evangelio. Este es un gran motivo
para agradecer a Dios, pero en realidad el cristiano debe dar gracias a Dios por todo y en todo.
La gratitud a Dios es un imperativo moral y una fuerza poderosa
La gratitud a Dios es la actitud correcta del corazón humano perdonado, redimido y bendecido. Esta
gratitud a nuestro Creador, Salvador y Señor está enfatizada en muchos pasajes de la Escritura.
Lucas 17:11-19 relata el portentoso milagro por el cual el Señor Jesucristo sanó a diez leprosos. Sin
embargo, sólo uno volvió al Señor para darle las gracias y para adorarle. Éste era nada menos que
un samaritano y el Señor Jesús dijo refiriéndose a él: "¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios
sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado" (vv.18-19).
La gratitud nos impulsa a obedecer a Dios. En Juan 14:21, el Señor dice: "El que tiene mis
mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y
yo le amaré, y me manifestaré a él". La persona agradecida comprende muy bien que su deber es
obedecer al Señor. Al hacerlo está demostrando su amor.
La gratitud nos impulsa a adorar al Señor con todo nuestro ser. Lucas 7:36-50 narra el episodio en
que una mujer pecadora se postra al Señor y lo adora mientras que un fariseo sólo observa y critica.
Jesús dijo al fariseo acerca de la mujer: "Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son
perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama" (v.47).
La gratitud a Dios nos impulsa a anhelar vivir en santidad. La Biblia dice que sin santidad nadie
verá a Dios (Hebreos 12:14). Sólo una persona agradecida por haber recibido la salvación de Dios
puede anhelar vivir en santidad.
La gratitud a Dios nos impulsa a ser genuinamente humildes. La gratitud a Dios nos protege de
caer en orgullo y nos recuerda que somos totalmente dependientes de Él. En Lucas 18:9-14 el
Señor narra la diferencia entre la oración de un fariseo orgulloso y un publicano arrepentido y dice:
"Os digo que éste (el publicano) descendió a su casa justificado antes que el otro (el fariseo); porque
cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido (v.14).
La gratitud nos impulsa a predicar el Evangelio. Es imposible comprometernos con la iglesia y con
la extensión del reino de Dios sin gratitud. De hecho, el Reino de Dios, desde la perspectiva humana,
se basa en la respuesta de la persona redimida ante el amor tangible de Dios expresado en la
muerte del Señor. La respuesta correcta sólo puede ser una: gratitud.
La ingratitud hacia Dios es moralmente injustificable y es destructiva
La ingratitud hacia Dios es una actitud diabólica. Fue introducida por Satanás en el jardín de Edén
(Génesis 3).
La ingratitud y la incredulidad van de la mano. Aunque Israel fue liberado milagrosamente de
Egipto, se negó a agradecer a Dios. Por el contrario murmuró contra Dios muchas veces. Hallamos
un ejemplo en Éxodo 17:3. El resultado: una generación entera murió en el desierto sin alcanzar la
promesa.
La ingratitud lleva a traicionar a Dios. Fue la ingratitud la que convirtió a Judas en un traidor
(Lucas 22:1-6). Fue la ingratitud la que engañó al hijo pródigo (Lucas 15:11-32). Al exigir a su padre
su parte de la herencia le estaba diciendo: "¿Por qué no te mueres de una vez?" Fue un ingrato.

La ingratitud es característica del hombre pecador. Pablo pide muy seriamente a Timoteo evitar a
los ingratos. En 2 Timoteo 3:2 los ingratos forman parte principal de una lista de gente
absolutamente reprobable desde la perspectiva de Dios.
Tenemos que aprender a ser agradecidos a Dios en todo y por todo
La Escritura está llena de referencias acerca de la importancia de cultivar un corazón agradecido. El
Salmo 103:1-2 exhorta: "Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios". Efesios 5:20 y
Colosenses 3:17 exhortan a los creyentes a vivir en una continua acción de gracias a Dios,
por todo y en todo.
La gratitud a Dios conduce al gozo y la ingratitud a la amargura. Filipenses tiene unas 16
referencias al gozo y a regocijarnos. Pero sólo podemos experimentar el gozo de Dios cuando
tenemos una gratitud profunda y práctica hacia Él. "Así que, recibiendo nosotros un reino
inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y
reverencia" Hebreos 12:28

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