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Teotlsofia Número 8

Enero-Febrero 2018

Revista Bimestral,
órgano de difusión
de la Sección Mexicana de la Sociedad Teosófica
Directorio
EDITORES
Enrique Sánchez Arrieta
Guillermo Reyes Hernández
Huauhtli Mariel Ramos

COLABORADORES
Miguel Palacios Moyotl
José Romano Muñoz
Juana Leonor Ruíz Quintero
Rubén Morales Blanco
María Guadalupe Fernández

Contenido
Editorial …………………………………………………………..…………………3
Annie Besant- la magia del verbo, JoséManuel Anacleto………. ..……………........4
Annie Besant-un tributo, Sarojini Naidu…....………….…………………………….16
Los poemas de Annie Besant, C.Jinaradajadasa…….……..…………………….18
La Condesa Wachtmeister refiriéndose a Annie Besant ,Isaac Jauli …………21
Annie Besant, el alma diamantina, C. Jinaradajadasa ..…………………………..23

La palabra náhuatl Teotl, traducida al lenguaje castellano equivale al concepto teológico de «Dios» , según el gran diccionario náhuatl
por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México, con respaldo del INAH, por otro lado, puede ser una fuerza, un principio o una
energía, sacra o divina autogenerada, única y dinámica, que creó y continuamente genera, permea y gobierna el universo. Se manifiesta
de muchas formas, cíclica y regularmente, y en particular como dualidad. Teotl implica las ideas esenciales de devenir, movimiento y
cambio.

TEOTLSOFIA, SEPTIEMBE-OCTUBRE 2017 2


Editorial
Hoy en día, como hace decenas de miles de años, la humanidad vive en un casi total y permanente estado de
confusión, amenazada constantemente por brotes de guerras fratricidas, motivadas por la ambición personal de los gobernantes.
El hambre y la miseria extienden su siniestra influencia sobre las naciones dejando siempre tras de sí, una estela de dolor y
desesperanza. Hasta hoy; ni los gobernantes, ni las religiones han sido capaces de resolver estos graves problemas que le aquejan,
a pesar de los esfuerzos de algunos líderes mundiales, llámense gobernantes, religiosos, filósofos, escritores, o luchadores sociales
,nada ni nadie, ha logrado que las condiciones prevalecientes mejoren de manera permanente.

El problema, no es sólo que haya pobreza física, económica o alimentaria, el problema que enfrenta la humanidad,
es la miseria espiritual, por doquier podemos observar actos de egoísmo y de violencia, aún entre familiares,
naciones poderosas que avasallan a otras más débiles con el viejo argumento de que llevarán progreso y bienestar a sus
habitantes, la historia ha demostrado lo contrario. Las naciones invadidas son destruidas cultural y socialmente por aquellos que
les imponen sus propios "valores", a costa del dolor y la miseria de los más débiles creando en éstos, un sentimiento de desamparo
de la justicia divina, produciendo frustración y deseos de venganza. "Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los
hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias"(Don quijote de la Mancha).

¿Es la Teosofía la solución a éstos problemas?, Intrínsecamente lo es; pero no mediante la mentirosa oferta de un paraíso obtenido
por el perdón de dios, ni por medio de los sistemas de gobierno actuales que solamente los resuelven de manera parcial y efímera,
sino por la constante práctica del bien. Como es sabido, la fundación de la Sociedad Teosófica tiene el propósito fundamental de
crear las condiciones necesarias para el establecimiento de una verdadera fraternidad universal mediante la comprensión y
aplicación de las leyes eternas contenidas en el cuerpo de sus enseñanzas, principiando por el cumplimiento de sus tres objetivos
declarados. La Teosofía no ofrece recetas o soluciones "mágicas", muestra el camino para alcanzar el conocimiento que lleva al
hombre, no a conquistar a otros, sino conducirlo al conocimiento de sí mismo, reconociendo sus debilidades y fortalezas, las cuales;
son inherentes a su estado de conciencia actual. Nuestra presencia en la Sociedad Teosófica no es casual, es el fruto de las semillas
depositadas en el fértil campo del amor, a lo largo de nuestra dilatada existencia; es el cumplimiento de los anhelos de nuestras
almas por servir. Ser miembro de la Sociedad Teosófica no significa que automáticamente nos convertiremos en Teósofos, un
verdadero Teósofo, dice HPB, "debe conducirse con justicia y caminar humildemente“ y abunda: Sencillamente, que ha de olvidarse
de sí mismo por los demás.(Clave de la Teosofía), Seguidamente en el mismo texto cita a un miembro de la S.T; que a la letra dice:
"Lo que cada hombre necesita ante todo es estudiarse a sí mismo y hacer entonces un honrado inventario de su dominio subjetivo,
y por malo que éste sea, cabe la redención si con verdadera resolución se propone alcanzarla". ¿Pero cuántos lo hacen?. Todos
están dispuestos a trabajar por su propio desarrollo y progreso; muy pocos por el desarrollo y progreso de los más."(No está mal
trabajar por nuestro propio desarrollo, es nuestro deber hacerlo, porque...."Aquel, que nada tiene, nada puede ofrecer", lo que está
mal, es no compartir el fruto de ese desarrollo con los demás).Debemos prepararnos para servir de manera incondicional a toda
causa y propósito elevado, buscando siempre el bien común con la sabia guía de nuestro ser interno, desapegados de todo egoísmo.
No importa donde nos encontremos, el tiempo, el espacio y las circunstancias, no deben ser un obstáculo, sino una oportunidad para
contribuir al desarrollo y progreso espiritual de la humanidad de la cual formamos parte, si esto hacemos; si nos damos la mano
para levantarnos unos a otros cada vez que caigamos, estaremos dando pasos firmes para acercarnos a la práctica del ideal
teosófico que es: "LA TRANSFORMACIÓN MORAL DEL INDIVIDUO".

Fraternalmente:

Enrique Sánchez Arrieta. Presidente


Nacional
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Annie Besant – La Magia Del Verbo
José Manuel Anacleto,
Presidente del
Centro Lusitano de Unificação Cultural

Aunque Annie Besant haya escrito, en algún lugar, que sólo quería como epitafio para sí
misma el de que “ella procuró seguir la Verdad”, su figura es tan luminosa, que los más bellos adjetivos,
los más inspirados epítetos le fueron consagrados por muchos de los que pudieron conocer su
naturaleza impar. Entre tanto, para nosotros, la más expresiva de todas las imágenes se debe a
Charles Blech, Secretario-General de la Sociedad Teosófica de Francia a principios de siglo: “El Alma
de Diamante”, Annie Besant fue, sí, un alma de diamante – tan fuerte y tan delicada, tan bella y tan
resistente, brillando intensamente en tantas facetas, como si fuera la exponente de cada uno de los
Siete Rayos.

Infancia, Juventud y Matrimonio


Annie Wood nació el 1 de Octubre de 1 847, en Londres, pero su ascendencia tenía un
fuerte componente irlandés, raíz que siempre le agradó. Sus abuelos por parte de la madre – mujer de
gran sensibilidad – eran ambos irlandeses, así como también por el lado materno del padre –hombre de
sólida cultura humanista, matemático y profesor de Francés, Alemán, Italiano, Español y Portugués.

El padre de Annie murió días después de ella cumplir cinco años. Comenzó
entonces una época difícil para la madre viuda, tanto del punto de vista emocional, como
económico. Sin embargo, a los ocho años, cuando (con su hermano Henry y su madre) fue a vivir
para Harrow, a una antiquísima casa que se abría para un amplio jardín, de lujuriante arbolado,
Annie vivió un periodo feliz. Ella escribió, en su Autobiografía: “No había árbol al que no hubiese
trepado, y uno de ellos, un frondoso laurel de Portugal, era mi lugar predilecto. Allí tenía mi
cuarto y mi sitio, mi estudio y mi despensa. En ésta guardaba las frutas que podía coger
libremente de los árboles y, en el estudio, permanecía horas sentada, con algunos de mis libros
favoritos”.

En aquel tiempo, la Sra. Marryat, hermana de un conocido escritor de la época, se


ofreció para proveer a Annie de una educación esmerada. Tal fue aceptado, aunque implicase que
Annie pasaría menos tiempo con la madre – una decisión bien difícil ya que, citando más una vez las
palabras de nuestra heroína, refiriéndose a la madre, “mi amor por ella era idolatría, y el suyo por mí
era devoción”. Apenas reuniéndose en los periodos de vacaciones, “el vínculo de amor entre
nosotras dos fue tan tenaz que nada pudo romperlo”.

La Sra. Marryat tenía alma de educadora, de lo que se beneficiaba un conjunto


creciente de chicas y chicos (“yo jugaba a críquet y sabía trepar como el mejor de ellos”). Este último
hecho era inusual en la época, como se sabe. Annie cuyo sentido de reverencia, respeto, gratitud y
lealtad fueron exponenciales durante toda su vida, enalteció a aquella amiga: “Carezco de palabras

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para expresar lo que le debo, no solamente en conocimientos como, también, en amor por la
sabiduría, que desde entonces vivió en mí como un constante estímulo para el estudio”.

El tipo de educación que recibía, tanto de la madre como de la Sra, Marryat, acentuaron
la natural religiosidad del carácter de Annie, para quien los sueños místicos, las visiones de hadas y
duendes, el entusiasmo al leer las historias de los primitivos mártires cristianos – que soñaba vivir en
ella misma –, la cita de los textos evangélicos, eran mucho más seductores que los quehaceres y los
placeres de la vida terrena cotidiana. Su devoción religiosa de aquella época tenía el sello de
arrebatamiento y de la generosidad que caracterizaron toda la vida de Annie – ella sólo sabía ser
auténtica y seria, no importaban las circunstancias ni el campo de actividad. Tal condujo a que, a los 1
9 años, sin jamás haber tenido enamorados o haber pensado en eso seriamente – pues sus ideales
habían sido “mi madre y el Cristo” –, se hizo novia del Reverendo Frank Besant, con quien se casó un
año y tres meses después. Su futuro marido interpretó como interés amoroso una convivencia que,
para Annie, no era nada más que la oportunidad de conversar sobre temas religiosos. Pillada de
sorpresa cuando Frank le pidió en matrimonio, permaneció en silencio, envuelta en sentimientos de
culpa por haber dado pie a tal situación; tales sentimientos, llevados al extremo, combinados con la
esperanza de que, como “esposa de un pastor, mejor que de otras maneras, tendría oportunidad de
practicar el bien”, la llevaron a vencer su “aversión al matrimonio” y a comprometerse. Ya novia,
intentó romper el compromiso pero no fue más allá de la tentativa, para no dañar a su madre, que
consideraba suprema deshonra si su hija faltaba a la palabra dada. Así, sin entusiasmo y sin
preparación, se casó (o mejor, se dejó casar). Liviandad e irresponsabilidad – pensarán algunos;
consecuencia de la diferente focalización de sus intereses (que la volvió menos sagaz y despierta
para las “cosas comunes”) y de un escrúpulo, sentido de lealtad y de no hacer daño llevados al
extremo – pensamos nosotros. Un amigo de Annie, comentó, a propósito, con extraordinaria exactitud:
“Como ella no podía ser novia del cielo, se hizo novia del Señor Frank Besant, que difícilmente sería
un sustituto adecuado”.

De hecho, no lo fue. La minuciosa aspereza de Frank suscitó en Annie Besant (A.B.)


“primero, incrédula extrañeza, después un torrente de lágrimas de indignación y, pasado algún
tiempo, una resistencia orgullosa, desafiadora, fría y rígida como el hierro. La desenvuelta
jovencita, radiante, impulsiva, ardiente, entusiasta, se transformó –y muy rápidamente – en una
grave, altiva y reticente mujer, que sepultaba bajo las profundidades del corazón todas sus
esperanzas, temores y desilusiones”. Así, el único feliz resultado del matrimonio fueron dos hijos (un
chico y una chica), unidos para siempre a Annie por un elevado amor, y partícipes, cuando fueron
adultos, de las nobilísimas causas a las que se consagró. Todo lo demás, supuso un tormento para
A.B.; especialmente las visitas sociales de señoras cuya conversación la “fastidiaban enormemente,
y que eran tan indiferentes a todo lo que me llenaba la vida – teología, política, ciencia – como yo lo
era a sus discusiones sobre el novio de sus empleadas y las extravagancias de sus cocineras”.

Las Crueles Dudas...


Rápidamente, mientras, crueles dudas en el ámbito religioso la torturaban hasta las
fibras más íntimas. Damos de nuevo la palabra a la propia Annie Besant, que elocuentemente
expresó cuanto eso puede significar: “Sólo por una imperiosa necesidad intelectual y moral, una

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mentalidad religiosa se siente arrastrada para la duda, porque ella representa una conmoción que
hace zozobrar los fundamentos del alma y que hace vacilar todo: ninguna vida por debajo del vacío
cielo, ninguna luz en la oscura noche, ninguna voz a romper el mortal silencio, ninguna mano que se
extienda, salvadora. Los frívolos de cerebro vacío, que nunca intentaron pensar, que aceptan las
creencias como aceptan las modas (...), en su superficial sensibilidad y aún más superficial
mentalidad, no pueden ni por asomo imaginar la angustia que produce la mera penumbra del
eclipse de la fe y, menos aún, el horror de la profunda oscuridad, en la que el alma huérfana grita en
el vacío infinito...”.

¿Qué dudas eran esas, que le quitaban el sueño muchas noches y la propia voluntad
de vivir? No eran las pequeñas superficialidades sociales con las que los llamados fieles (en verdad,
y salvo raras excepciones, completamente ajenos a la verdadera vivencia religiosa, salvo en el
sentido de, por precaución, hacer un seguro para el Cielo y su Protección Divina, adhiriéndose a la
secta religiosa predominante en su medio) se ocupan una, dos, tres veces en la vida, o que los
medios informativos realzan de los discursos papales o de otras autoridades eclesiásticas; tampoco
eran preocupaciones con su salvación personal mas, sí, en lo esencial: ¿“Puede, acaso, haber un
castigo eterno después de la muerte, como las Iglesias sostienen? Existiendo un Dios Bueno, ¿cómo
puede crear la Humanidad, sabiendo previamente (presciencia divina) que la mayoría de los hombres
sufriría para siempre las torturas del infierno? Existiendo un Dios equitativo, ¿cómo podía permitir la
eternidad del pecado, de manera que el mal fuese tan duradero como el bien? ¿Cómo explicar los
puntos de semejanza entre religiones tan antiguas y el Cristianismo, si había sido educada en la
convicción de que ésta era la única religión verdadera, siendo falsas todas las otras?

Estos y otros problemas similares tacaban en puntos tan importantes y serios para
Annie que (no encontrando respuesta satisfactoria, después de una exhaustiva búsqueda) le
impidieron de seguir considerándose cristiana o siquiera, como el marido pretendía imponer, de
participar en actos y ceremonias que presuponían que lo fuese. Delante de las más serias
interrogaciones sobre el sentido de la Vida, ella no podía fingir, ni para sí misma ni para nadie. (Años
más tarde al renunciar al materialismo, definió la exigencia que la verdad, fuese cual fuese, le
suscitaba, diciendo:”...no me atrevo a comprar la paz con una mentira; una imperiosas necesidad me

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induce a decir la verdad tal como la veo, agraden o no mis palabras, reciba alabanzas o vituperios.
Debo mantener inmaculada esa fidelidad a lo verdadero, mismo que me cueste amistades, mismo
rompiendo lazos humanos. La verdad podrá conducirme a un desierto, podrá privarme de todo el amor
– mas debo seguirla. Aunque me quitase la vida, confiaría en ella”).

Así, cuando el marido le dio a elegir entre dos únicas opciones, la sumisión al
fingimiento o la separación, ésta fue inevitable, por muy incómoda, dura y hasta escandalosa que
fuese en la época. Siendo difícil, a seguir, la lucha por la sobrevivencia, bien más dolorosa fue la
pérdida de la custodia de sus hijos, impuesta en tribunal por hombres llenos de prejuicios religiosos.
La decisión se basó, exclusivamente, en las opciones filosóficas de Annie que, decían, no le
permitirían ser una buena educadora. Sin embargo, seguido de alcanzar la mayoría de edad y la
libertad de elegir, ambos, los dos hijos se juntaron a la madre, a la que continuaron adorando con
devoción y orgullo...

Trabajo Social yPolítico


Después de la separación, con apenas 25 años de edad, Annie se dedicó más que
nunca a las cuestiones religiosas que la atormentaban, amplió más y más su interés por la política y
por la ciencia, amplió su cultura hasta niveles extraordinarios, lo que más tarde le permitió tratar con
soltura cualquier cuestión que, mismo inesperadamente, se le presentase. Las personas se
sorprendían al ver a aquella joven de rostro simultáneamente hermoso y grave, seria y austeramente
concentrada en las más abstrusas lecturas.

Su reflexión sobre las cuestiones religiosas la condujo hasta posiciones de agnosticismo


(fue Vice-Presidenta de la Nacional Secular Society), tendió para el ateísmo pero con un sentido tan
profundo y una concepción tan profunda de lo uno (una única y eterna substancia) oculto en lo múltiple,
que una estrecha línea la separaba (temporalmente, como veremos) de un lúcido misticismo y de una
visión hylozoísta [2] del universo; sustentó una ética de riguroso altruismo y escrupulosa dignidad,
basada en el deber de la corrección por la corrección y no, como ocurre en la postura religiosa común,
con la esperanza de cualquier premio o el recelo de un posible castigo.

Al mismo tiempo, se interesó activamente por las agudas cuestiones sociales de


entonces – a cierta altura, llegando a ser una destacada militante socialista (“un socialismo de dar y
no de coger”, como escribió en su libro “El Mundo de Mañana”), por los derechos de las mujeres, de
lo que fue una verdadera campeona (asumiendo avanzadamente posiciones que sólo mucho más
tarde se fueron generalizando) y, en general, por el reconocimiento de las libertades de expresión (en
ese campo, mucho se debe a ella y a un puñado de compañeros de entonces). En todas estas
causas se empeño con extraordinario ardor, intrépido coraje y notable talento oratorio y literario,
habiendo convivido con hombres de la altura de Charles Bradlaugh (uno de los mayores amigos de
toda su vida) y George Bernard Shaw (que por ella alimentó la más viva admiración).

Así, en plena década de 1880, Annie Besant era una figura ampliamente reconocida y
famosa, especialmente en Gran Bretaña. A la vez, por detrás de su carácter voluntarioso y del vigor
de su inteligencia, existía un enorme corazón, lleno de ternura, que se expresaba a través de

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múltiples actividades filantrópicas, de una constante solicitud ante el dolor, de amistades vividas con
amplio sentido de fraternidad, Simultáneamente, constataba la precariedad de sus concepciones
materialistas, sea como explicación del Universo y de la Vida, sea como fuerza suficientemente
congregadora y regeneradora de la Humanidad. de este modo, continuaba a reflexionar y a
reflexionar y a buscar profundamente...

El Encuentro con la Teosofía y conH.P.B.


A principios de 1889, una de sus actividades era la de periodista (en colaboración
estrecha con el Sr. W.T. Sead, de convicciones cristianas, demostrando que hombres y mujeres de
buena voluntad se pueden siempre entender en lo esencial). Fue en esa cualidad que, para hacer una
crítica literaria, le llegaron a las manos los dos gruesos primeros volúmenes de la incomparable obra
“La Doctrina Secreta” (con el subtítulo “Síntesis de la Ciencia, de la Religión y de la Filosofía”), de H.P.B.
– Helena Petrovna Blavatsky.

Annie Besant llevó los libros para casa y, al leerlos se quedo asombrada. Los velos se
abrían. Allí estaban las ligaciones que preveía y buscaba, pero aún le faltaban, para acceder de la
ciencia puramente materialista a la ciencia del espíritu, a la filosofía integral, a la divina sabiduría
(”teo”+”sofía”). Le damos de nuevo la palabra: “¡Cómo me era familiar el asunto!¡ Cómo volaba mi mente,
presintiendo las conclusiones! ¡ Cuán natural me parecía el tema, cuán coherente, sutil e inteligible”.
Estaba maravillada, ofuscada por la luz que me mostraba tantas partes de un grande todo y resolvía
todas mis dificultades, enigmas y problemas”.

Redactó la crítica, naturalmente brillante y entusiasmada, y escribió a Helena


Blavatsky, pidiéndole permiso para visitarle. La respuesta fue afirmativa y H.P.B., la recibió con
un vehemente apretón de manos, exclamando: “¡ Oh querida Señora. Besant! Hace tanto
tiempo que deseaba conocerla”. Este primer encuentro causó una fuerte impresión en
Annie, que poco tiempo después repitió la visita, informándose mejor sobre como ingresar en
la Sociedad Teosófica (ST). H.P.B. le miró penetrantemente y le dio un documento, con cerca
de 4 años, de la Society for Psychical Research (SPR), pidiéndole que lo leyera antes de
decidirse. (Viene a propósito referir que ese famoso relato elaborado por una única persona,
retrataba a H.P.B. como una fraudulenta impostora. Escrito con el más puro sectarismo, aún
hoy es mencionado en la generalidad de los libros y enciclopedias de la “cultura oficial” sobre
H.P.B. y la ST. No obstante, fue la propia SPR que reconoció, a través de muchos de sus
miembros –algunos, adhirieron incluso a la ST – y, más tarde, pública y expresamente como
institución, el carácter tendencioso, parcial, sin fundamento y sin razón de ese relato – pero
esta reposición de la verdad es omitida en los mismos libros y enciclopedias. ¡ Así se pisotean
reputaciones!...).

Annie leyó el relato y rápidamente confirmó su futilidad. Además, “¿cómo podía yo


aceptar todo aquello frente a la naturaleza franca, leal, valiente de la que percibiera tan sólo un
vislumbre? ¿Frente a la altiva y ardiente sinceridad que resplandecía en aquellos ojos honrados e
impávidos, llenos de infantil nobleza?

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De este modo, luego al día siguiente, formuló el pedido de ingreso en la Soc. Teosófica.
Después de recibir la respuesta positiva, se dirigió a casa de H.P.B.. He aquí el relato de esa visita, por
la pluma de A. Besant:

“Encontré a H.P.Blavatsky sola, me aproximé a ella, me incliné y le besé sin decir una
palabra, – ‘¿Usted ingresó en la Sociedad?’ – Sí – ¿Leyó el relato?’ – Sí – ?¿Y entonces?’ Caí de
rodillas, apreté sus manos entre las mías y, mirándole a los ojos le respondí: – ‘¿Quiere aceptarme
como discípula y darme la hora de proclamarle al mundo como mi instructora?’ Su austero semblante
se modificó e irreprimibles lágrimas le llenaron los ojos, después, con una dignidad más que regia,
colocó su mano sobre micabeza, diciendo: ¡Qué noble mujer es usted! ¿Qué el Maestro le bendiga!

De hecho, en los años siguientes, y a lo largo de los restantes 44 años y medio de suvida,
Annie Besant no perdió oportunidad de defender a su gran Amiga (a la que comprendió más íntima y
profundamente que nadie), de dar a conocer al mundo su obra, de poner de relieve su inmensa
Sabiduría y noblísima estirpe. Lo hizo de modo sereno, inequívoco, entusiasta – con el extraño sentido
de gratitud y honradez que siempre le caracterizó. Es un dato muy curioso y simbólico que el contenido
del primer libro de Annie Besant editado después de haber asumido la Presidencia de la Sociedad
Teosófica (“H.P.Blavatsky y los Maestros de Sabiduría”) sea justamente una vigorosa defensa de H.P.B.

En este artículo, sin embargo, interesa especialmente realzar que también H.P.B., se
refirió de forma repetida – y altamente elogiosa y enfática – al cariño, atracción y admiración que A.B. le
despertó. Citamos algunas palabras escritas por el propio puño de Helena Blavatsky: “Mi amiga y
colega, Annie Besant, que es hoy mi brazo derecho”; “Los discursos fueron dados por Sinnett y
otros pero, no es necesario decir, nadie habló tan bien como Annie Besant. ¡ Oh, Cielos, cómo
habla esta mujer! Espero que usted pueda oírla”; “Qué mujer de gran corazón, noble y
maravillosa es ella!”; Y sintetizando todo en una frase, así definió H.P.B. a Annie Besant: “única,
incomparable”.

De esta forma, habiendo convivido con ella sólo dos años (bastante menos que
con otros compañeros de trabajo), Helena transmitió a Annie la lideranza espiritual, del núcleo
más interno, de la Sociedad Teosófica (permaneciendo el Coronel Olcott como su Presidente) e
hizo constar claramente su voluntad, antes de desencarnar, en Mayo de 1 891 (aunque ya lo
pensara interiormente desde pocos meses después al primer encuentro con Annie Besant; ver,
en relación a esto el Cap. 28 del libro “When Daylight Comes”, de Howard Murphet, cit.).

También, además, el Coronel Olcott llegó a expresar su extrema e inalterable


admiración por Annabay. Tres o cuatro (entre muchos) pasajes de su libro “Old Diary Leaves” son
suficientes para ilustrarlo: “Ella es, en verdad, el agente escogido para hacer fructificar las
simientes que fueron lanzadas por H.P.B. y por mí durante los anteriores quince años";”"Nunca
encontré una mujer más consistentemente religiosa que ella, ni cuya vida haya sido un auto-
sacrificio más alegre. Mis bendiciones estarán con ella, donde quiera que vaya”; (comentando un
viaje por la India, en el que acompañó a Annie Besant cuando ésta iba a dar una serie de
conferencias) “recuerdo la más espléndida serie de discursos que oí en toda mi vida, y la íntima
fraternidad con una de las mujeres más puras, más altamente inteligentes y más elevadas en

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en términos intelectuales y espirituales de su generación o de cualquier otra época histórica de
la que yo tenga conocimiento”; “Puedo conscientemente afirmar que en toda mi vida nunca
encontré una mujer más noble, altruista e íntegra ni cuyo corazón estuviese lleno de un amor
mayor por la
humanidad”.

La Mejor Oradora del Mundo.


En el campo teosófico, Annie Besant pudo encontrar la posibilidad de conciliar su
naturaleza mística con una sólida filosofía, la ciencia de las cosas físicas con la ciencia de los
mundo suprafísicos, la libertad del pensamiento y de expresión con una rigurosa noción de ética, de
deber y de amplia filantropía; llegó a una base sólida y potenciadora de la fraternidad universal, pudo,
en fin, identificarse con una concepción de lo Divino destituida de los habituales antropomorfismos, se
encontró con que existe una Sabiduría Perenne, una Ciencia Universal, una Religión –Sabiduría de la
que proceden todas las grandes escuelas filosóficas espiritualistas y todas las grandes religiones, sin
que (por eso) la verdad de una excluya la verdad de las otras.

De ese modo, A.B. se entregó al nuevo trabajo, que abrazó con toda la fuerza del
alma, con una generosidad que jamás midió sacrificios, con un ánimo inquebrantable de luchadora,
entretejido en una espontánea afectividad, en una amplia cultura y en un genio literario y oratorio
que rápidamente hicieron de ella la más celebrada figura de la Sociedad Teosófica. Representó,
de esta forma, una fuente de prestigio, de brillo y de solidez para la ST, contribuyendo más que
nadie para su rápido crecimiento en número de miembros y en pujanza en el mundo.

Poco tiempo (tres meses) después de su adhesión, disponía su casa para ser la sede
de la ST de Inglaterra, ya que era imposible seguir pagando la anterior localización. Su contribución
para el crecimiento de la biblioteca de la sede mundial de la ST en Adyar (un importante centro de
estudio no sólo para teósofos como, también, para innumerables estudiosos y eruditos) fue igualmente
relevante en los años que siguieron.

Escribió innumerables obras (¡hay más de cuatro centenares de libros y


opúsculos de su autoría!), en las cuales desdobló y presentó de manera más simple y clara los
profundos conceptos de la “Doctrina Secreta”, además de los que eran producto de su propia
investigación y del estudio (comparado) de las fuentes tradicionales. Algunos de sus libros –
por ejemplo, “La Antigua Sabiduría”, “Un Estudio sobre la Consciencia”, “El Cristianismo
Esotérico”, “El Mundo de Mañana”, “Evolución de la Vida y de la Forma”, “La Genealogía del
Hombre”, “Siete Grandes Religiones” (los dos últimos, reproducen una serie de conferencias) –
pueden considerarse verdaderos tesoros, siendo los demás de gran interés y utilidad.

Fue, no obstante, como conferenciante que su trabajo alcanzó mayor brillo y fulgor. Tal
había sido anticipado por H.P.B. cuando, confirmando una importante experiencia espiritual de Annie
(en Fontainebleau, en el Verano de 1889), señaló que su trabajo principal sería “La Magia del Verbo”.
Se cuentan por millares las conferencias que Annie Besant dio, llegando a disertar tres en el mismo

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día. Por ejemplo, en los 50 días entre el 16 de Noviembre de 1893 y el 7 de Enero de 1894, en la India,
dio un total de 48 conferencias. Hablaba invariablemente improvisando y con un pequeño tiempo de
preparación de los temas. El magnetismo, el encanto y la autoridad que de ella emanaban, la fluencia
rítmica de los discursos y la fuerza de las imágenes, el encadenamiento de las ideas y la solidez de
los argumentos la consagraban como “la más brillante conferenciante de Inglaterra”, “la mejor
oradora de su época” (Bernard Shaw) y, según muchos testimonios, “la mejor oradora del mundo”
(esta última expresión, se encuentra, por ejemplo, en un libro de M. Lutyens, fundamentalmente hostil
a la ST y despreciativo en relación a A.B.), El dramaturgo y novelista Enid Bagnold comentó en
relación a una conferencia de Annie Besant en el Queen´s Hall de Londres (1 91 2): “Cuando ella subió
a la plataforma para hablar, estaba radiante. Su autoridad llegaba a todos los lados”.

Sus discursos culminaban casi siempre en un torrente de aplausos, que llegaba a


prolongarse durante diez minutos – en una conferencia en la Sorbonne, en 1910, continuaron
prolongadamente ya fuera de la sala. Su primera serie de conferencias en la India (en 1893/94) fue un
éxito tan grande que, rodeada de multitudes, llegó a tener que hablar sobre pequeñas plataformas,
del diámetro de un sombrero, en precario equilibrio – e, a medida que su prestigio crecía, casi no
podía andar por las calles, entre las personas que le querían ver, tocar, expresar su admiración y
gratitud. Hablando para 5.000 personas, sin medios de amplificación, era tal la penetración de su voz
y de tal manera impresionante y casi sagrado el silencio de los oyentes, que podía ser oída por
todos, incluso cuando bajaba el tono para algún pasaje más íntimo y sensible. En 1 900, en París, fue
tan grande su triunfo al disertar en un congreso que, después de acabar, y cuando volvía a su lugar,
caminó decenas y decenas de metros bajo el clamor entusiasmado de la asistencia, que le cubría de
flores tiradas a su paso –cosa jamás allí vista. Estos hechos eran aún más notables en cuanto que
en ella no había nada de teatralidad o de apelo al culto de la personalidad – por el contrario,
innumerables veces lo recusó expresamente.

Por Todos Los Medios


Fue, por tanto, con absoluta naturalidad que, en 1 907, después de la muerte del Coronel
Olcott, quedó electa como Presidenta de la Sociedad Teosófica – de acuerdo, además, a la voluntad
que su antecesor manifestara –, cargo que ejerció durante 26 años.

La pujanza que la ST había alcanzado y el admirable genio y capacidad de


organización y liderazgo de Annie Besant, conjuntamente con el conocimiento de ciertos riesgos pero,
también, de ciertas oportunidades cíclicas – imposibles de exponer en este artículo, por razones de
espacio – hicieron que surgiera la esperanza de poder inducir una gran mutación en los valores
dominantes en el mundo (tan caracterizado por la ignorancia, por la superficialidad, por el sectarismo y
por el odio, de los que los grandes horrores de este siglo XX son ejemplos evidentes), substituyéndolos
por la cultura superior del espíritu, por la fraternidad de todos los pueblos, por la síntesis del Poder, del
Amor y de la Sabiduría, por la acción concertada de la labor política, científica, filosófica, artística,
pedagógica y filantrópica, unida por un revigorizamiento religioso, en su sentido universal e inclusivo.

Así, llena de energía y de sensibilidad por el sufrimiento ajeno, A.B. trabajó


intensamente en todos estos sectores y apeló al trabajo, a la generosidad y a la congregación de

TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 11


esfuerzos de todos los que podían contribuir para la construcción de un mundo mejor. Su trabajo, a
partir de la Soc. Teosófica, se multiplicó en tantas facetas e instituciones vocacionadas para el
servicio a la causa de la evolución de la Humanidad, que sería exhaustivo enumerarlas. Sintió, entre
tanto, que era necesario una figura de referencia que pudiese dar un nuevo impulso a la
espiritualidad humana, conjugando las fuerzas de regeneración, y (juntamente con C.W. Leadbeater)
creyó haberla encontrado en un joven hinhú, de apenas trece años: J. Krishnamurti. Éste llegó,
efectivamente, a ser un hombre excepcional, uno de las más reconocidos pensadores del Siglo XX,
aunque optase por caminos algo diferentes a los seguidos por la gran protectora de su juventud y (a
nuestro entender meramente personal, aunque con mucha convicción) haya mostrado tan poca
gratitud para quien fue capaz de reconocerlo contra toda evidencia formal (a los trece años, era
considerado muy poco inteligente, por sus profesores y por todos cuantos le conocían), le sacó de la
miseria, le rodeó de cariño, le educó primorosamente, le proyectó para la notoriedad mundial y aún
supo tener fraternidad y cariño cuando esa misma notoriedad fue usada contra aquellos que la
habían propiciado... No resistimos la tentación de pensar lo que podría haber acontecido si las cosas
hubiesen sido de manera diferente, sea por parte de Krishnamurti, sea por parte de algunos de los
miembros de la ST menos sensatos y lúcidos. En verdad, en la vedad, el problema tal vez fuese este :
Annie Besant, había sólo una..

La IndiaBien-Amada
Aunque continuaba a viajar por todo el mundo, transportando su entusiasmo, sus siempre
nuevas iniciativas, su palabra inspirada y alentadora, fue en la India que, a partir de 1 893, Annie
encontró su hogar. Fueron verdaderamente impresionantes su dedicación para el renacimiento de la
cultura y de la espiritualidad hindú, su amor por las gentes entre las que eligió vivir, su constante
atención a los problemas contemporáneos y a las perspectivas futuras de la vieja Âriavarta [3] . Ella fue
una valiente anticolonialista avant la lettre, con la singular peculiaridad de ser nativa del país
colonizador. Dirigiéndose a los pueblos occidentales, en un texto significativo, escribió en algún sitio: “La
India tiene mucho para ofreceros en el dominio religioso. Os puede dar una religión científica, cosa que
mal siquiera podéis imaginar. Aquí (en Occidente), la religión, frecuentemente, no es más que una
creencia ciega o un delirio emocional. En la India, la religión es intelectual y científica. La psicología hindú
hace parte de la religión. La India comprende el mental y el espíritu, y sabe como pueden ser
desenvueltosy entrenados. En lo que Oriente y Occidente, en cuanto a eso, difieren, es que la ciencia
occidental está limitada al mundo físico en cuanto la India es científica en su religión y conduce la
ciencia en el dominio de la psicología, preferentemente al dominio físico “(L´Avenir Eminent, 1916,
Editions Théosophiques, París). Es digno de notar la anterioridad con que esto fue proclamado en
relación al gran interés que muchas eminentes figuras de la ciencia, desde hace 30/35 años, vienen
demostrando por la espiritualidad oriental. No debemos omitir la gratitud y la justicia a quien la merece:
tal vez aún hoy (los que no tenemos el estúpido complejo de superioridad de nuestra deshumana y,
tantas veces, brutal y tiránica civilización euro-americana) no nos hubiésemos dado cuenta de los
tesoros de la vieja y profunda filosofía y psicología oriental, si no fuese por la pionera determinación de
Helena Blavatsky, Henry Olcott, Annie Besant...

Todo occidental medianamente informado conoce la figura de Gandhi; sin embargo, la


cultura oficial continúa a silenciar que él sólo fue consciente del valor de su India (que, hasta entonces,

TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 12


consideraba vergonzosa) por la influencia de los teósofos y, especialmente, de H.P.B. y de A.B. Por lo
demás, fue Annie Besant que le preparó el camino y propició la ocasión para que fuese conocido,
dándole la palabra en la memorable inauguración de la Universidad de Benares (la primera que existió
en la India), creada bajo el impulso de la Soc. Teosófica, en una ceremonia a la que asistió el propio
Vice-Rey y varias otras figuras prominentes...

Es difícil imaginar la magnitud de la obra educativa realizada por la ST en


Oriente, especialmente por iniciativa del Cor. Olcott y de Annie Besant – centenas y centenas
de escuelas fueron creadas bajo su auspicio. En el caso de Annie, manifestó una especial
preocupación por la mujer india, incentivando y promoviendo su educación (algo singular cien años
atrás). Al mismo tiempo, transportaba en su corazón un permanente cariño por la preservación de los
mejores valores de la India y por el (re)florecimiento de su cultura, filosofía y religión. Uno de sus
trabajos más notables fue la elaboración de un libro de texto (“Advanced Textbook of Hinduism”) cuyos
principios filosóficos y éticos acabaron por ser aceptados por los representantes de innumerables
corrientes religiosas del hinduísmo – un hermoso ejemplo, de verdad.

Su intervención en asuntos políticos de la India (entonces aún englobada en el Imperio


Británico) fue tan determinante que ella – una inglesa – fue elegida Presidenta del Congreso Nacional
Hindú. Creó y dirigió varios periódicos, donde sustentaba ideas de autonomía y denunciaba los abusos y
violencias de los británicos, simultáneamente luchando por la amistad entre los dos pueblos. Este
equilibrio le granjeó no sólo el inmenso cariño y respeto de los hindúes – en muchas casas, existían
retratos de Annie Besant al lado de representaciones de los Rishis, Avatares y divinidades del hinduismo
– como también de los más sensatos entre los ingleses. Uno de ellos, Lord Haldane, Ministro de Justicia
y, más tarde, Primer-Ministro, le consideró “el mejor estadista que jamás conocí”. Algunas veces, sin
embargo, las autoridades inglesas se molestaron con su actividad y se le fijó residencia forzada (lo que,
según testimonio de un amigo, la hizo estar como “un león enjaulado” sufriendo con el servicio que no
podía prestar). En el transcurso de una ola de protestas, fue liberada y su regreso fue así descrito, con
rigor, por George Arundale : “...una apoteosis imposible de imaginarse. Una multitud inmensa se
amontonaba a su paso, formando un cortejo cada vez más imponente. Aclamada por las masas, cruzó
poblados y aldeas engalanadas como si se tratase del descenso de una diosa. Flores adornaban los
caminos que sus pies habrían de pisar; en Bombay, ruedas de objetos preciosos balanceaban desde
las casas y finas perlas se lanzaban a su paso. Fue una continua ovación, la expresión de la
entusiamada gratitud por la fiel amiga de la India. En Adyar, su llegada fue digna de una epopeya”.

Así, Annie Besant es una referencia ineludible de la historia de la India. Ese hecho es
plenamente reconocido por Gandhi, Nerhu y otros líderes indios (ojala, sin embargo, hubiese sido mejor
comprendida). A cierta altura, Besant y Gandhi divergieron políticamente, lo que nunca puso en causa
una mutua admiración. En el 1º centenario del nacimiento de A.B., él dijo: “Cuando la Sra. Besant vino a
la India y cautivó a todo el país, entré en íntimo contacto con ella y, aunque tuviéramos diferencias
políticas, mi veneración por ella no se enfrió nada. Espero, pues, que las celebraciones sean dignas de
esa gran mujer”. Al contrario de M. Gandhi, Annie preconizaba una transición más gradual y menos
populista, daba prioridad a una verdadera reeducación de los hindúes (que despertase su antiguo
esplendor) y apostaba en el debilitamiento de las tensiones internas, sintetizando todo en la paráfrasis:
“¡ De qué le valdría a la India conquistar el mundo, si perdiese su alma!”. El futuro mostró que ella tenía
razón.

TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 13


Una Autoridad Natural

Annie nunca tuvo miedo de enfrentar al mundo para exponer sus ideas, siempre más
amplias. Era una verdadera fuerza, hablando, escribiendo y actuando con un saber hacer tan
primoroso, que constituía una autoridad natural, llena de afectuoso encanto y,no obstante, de sobria y
elegante altivez – nunca soberbia – delante de la limitada mentalidad común. Como invariablemente
acontece con todos los grandes pioneros de la evolución humana, sufrió varios sinsabores y muchos
ataques – pero siempre por la calumnia y por la astucia, jamás con valentía y frontalidad. Mismo las
disputas entre terceros (sus colegas de trabajo) se aplacaban “por respeto a Mrs. Besant”, “por
consideración a Mrs. Besant” o simplemente se desvanecían delante de su presencia tan digna y
poderosa. Eso sólo dejo de ser así cuando, en el crepúsculo de su existencia, su corazón de león se
despedazó y cayó enferma.

La Ardiente Peregrina

Alguien escribió un libro sobre Annie Besant con el título “The Passionate Pilgrim”. Eso fue ella –una
ardiente peregrina, una apasionada guerrera que jamás se permitió dejar que se perdiese el
estandarte que se le confiara. Usando una expresión popular, de ella se puede decir que “ trabajaba en
serio”. Su ritmo de trabajo era impresionante: cerca de 15 horas por día, incluso con 80 años. Qué
grande, qué extraordinario ejemplo de quien, no obstante, tenía una vida interior tan rica y preciosa!
Para nosotros, Annie Besant representa el poder y la inspiración de un mar inmenso de estandartes de
todos los colores, inscritos con los más bellos símbolos de la creatividad humana.

El final de su vida quedó oscurecido por el dolor de ver – justamente cuando la fuerzas,
al fin, le comenzaron a escasear – como algunos de aquellos en quienes más depositara su amor y su
esperanza abocaron en actitudes insensatas, de extremos opuestos (y, por eso, conflictivas).

En 1931 , cerca de los 84 años, como resultado de una caída, se debilitó hasta el punto de
tener que pasar gran parte del tiempo en la cama. Reunió todas las fuerzas que le quedaban para la
Convención Teosófica del final de 1932 y, a partir de ahí, su fuerza vital fue abstrayéndose, hasta fallecer,
el 20 de Septiembre de 1933 (homenajeada en los días siguientes por decenas de millares de
personas), con casi 86 años de una existencia consagrada a estudiar, amar y servir. A su lado estaban
dos de los compañeros que, a pesar de todo, mejor pudieron compartir su labor y sus anhelos:
C.W.Leadbeater y (cogiéndole la mano) C. Jinarajadasa, que sería Presidente de la Soc. Teosófica
entre 1946 y 1953. En el órgano oficial de esta institución (“The Theosophist”), en el número de Octubre
de 1933, finalizó el anuncio de la muerte de Annie Besant con estas palabras:
“¡Vuelve en breve, Oh combatiente, y dirígenos una vez más!

Intentar otra vez.


Lo que sigue puede entenderse como una ficción sobre acontecimientos ocurridos
después de desencarnar Annie Besant. No Obstante, tal vez sea más bien una dramatización de
hechos ocurridos... M.,K.H. y Otro le esperaban a ella, que rápidamente se elevó hasta el Devachan
[4] , estado donde, no obstante, no tenía interés en permanecer – ¡ ¿cómo descansar, si hay tanto
para hacer?!

TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 14


Entonces, reencontró a H.P.B. – casi todas las noches lo hacía, pero ahora era
diferente, Annie se inclinó para besarle las manos, susurrando: “Disculpe. Fallé...”. Helena se levantó,
mientras las miradas se fundían – en un estado por encima de una profunda conmoción – y,
abrazándola, dijo: “No, no fallaste. Fuiste digna y admirable. ¿Quién lo haría mejor sino Ellos? Sabes
bien, tuvimos contra nosotros todos los poderes del mundo, todos los poderes de la sombra, ¡ y
cuántas traiciones! Sí, mira bien, no te engañes, incluso tu amado –– traicionó por omisión y por
vanidad disfrazada de humildad; y –– y –– y ––, traicionaron por acción liviana; y tantos otros, por
inercia, indolencia o ingratitud, igualmente traicionaron. Pero tú, Annie, fuiste siempre honrada y
auténtica – ¡ oh, cómo luchaste por la Causa Sublime!”. También Ellos estaban presentes y, en aquel
plano y en aquella envoltura, Annie se sintió reconfortada. Sin embargo, todavía dijo : “Pero no
conseguimos el gran cambio. No conseguimos doblegar el peso de los valores de la ignorancia.
Desafiamos al mundo – ¡ y perdimos!...” Helena sonrrió. Le cogió de nuevo las manos y respondió: “No,
Annie. Fue el mundo que perdió. Bien sabes, siempre perdió cuando ganó, permaneciendo como el
valle sombrío. El lugar de Myalba [5] . Acuérdate, ya fue muchas veces así – pero, poco a poco, los
muros de la Gran Babilonia se van rompiendo. Y mira, vamos siendo más... Algunos continúan el
trabajo, hasta que volvamos”.

La presencia de Annie se iluminó más intensamente. Se sintió preparada para la


batalla y sonrrió cuando H.P.B. le señaló las palabras “Vuelve en breve, oh combatiente...”.
Entonces, preguntó: “¿Iremos juntas?”. “No necesariamente” dijo H.P.B., “y serás tú a ir primero”.
Annie casi se entristeció, pero luego H.P.B. siguió: “Pero yo estaré siempre por detrás de tí. E irán
otros, ––, ––, ––, y el camino estará un poco más facilitado – y nosotros con más experiencia, claro.
Mira, contempla el Plano. Nada se perdió, algo se avanzó, ¡VAMOSAINTENTAR OTRA VEZ!”

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Annie Besant – Un Tributo
Sarojini Naidu
De una transmisión radial de la Sra. Sarojini Naidu,
Gobernadora Deuttar Pradesh, 1947.
Reimpreso de The Theosophist, octubre 1987.

Todo el mundo, todo lo que queda del mundo civilizado, está unido en la celebración
del aniversario del nacimiento de alguien que nació lejos, muy lejos de India, una pequeña niña
risueña, una niña como cualquier otra, que vertía las mismas lágrimas, reía de igual modo, que
bailaba al sol. Y quién podría haber predicho hace cien años que esta niña crecería y se convertiría
en una de las figuras inmortales de la historia. Todo el mundo sabe la historia de los primeros años
de Annie Besant. Cuando en su juventud, ella mostró algunos signos de ese espíritu activo que la
convirtió en una de las más grandes rebeldes del mundo. Pero no fue hasta que pasó por un largo
aprendizaje en Inglaterra -hasta que llevó a cabo sus primeras guerras contra la injusticia, hasta
que en la camaradería de grandes reformadores enseñó el evangelio de la emancipación para la
humanidad¬- que ella llegó a la India.

Yo tenía quince años, era una niña soñadora. Y cuando esta mujer, en el esplendor de
su madurez llegó a India, resonó en una nación asombrada como la figura de alguna diosa que
recobra vida. No era bella en el sentido común, era majestuosa, y yo que he visto tantas reinas en
mi vida, nunca vi una tan imponente, una cuyo prestigio tuviera un efecto tan inmediato y duradero.
Ella llegó como un peregrino buscando el sendero de la sabiduría que pensó la gente de la India
podría enseñarle. Pero cuando descubrió que India había perdido su propia herencia, cuando
descubrió que los hijos e hijas de esta antigua tierra ignoraban su propia cultura, su gran filosofía, su
propia iluminación, ella misma se transformó en maestra.

Y es como maestra que la conocí. Su oratoria era incomparable, los gestos de su mano
cuando hablaba, ¡ el brillo de sus ojos cuando giraba para dirigirse a la audiencia! Cada fibra de su
ser era un éxtasis de dedicación a la causa de la India. Su primer trabajo fue a favor de la educación,
el fundamento mismo de la civilización. En la ciudad donde comenzó su primer trabajo a orillas del
Ganges, está su monumento más perdurable. Su trabajo educativo todavía no puede ser valorado.
Su trabajo de reforma social, y su primera batalla contra toda forma de injusticia, aún debe encontrar
un historiador con la verdadera perspectiva para apreciarlo. Pero ella es muy conocida en India,
como lo es para el mundo actualmente, y es claramente recordada por su gran trabajo político. Es
tan extraño que haya sido una mujer europea, extranjera de nacimiento y ciertamente más india que
todos nosotros, quien nos enseñara que la libertad era nuestro derecho por nacimiento, y que ningún
sacrificio era demasiado grande como para lograr esta libertad. A lo ancho y a lo largo del país ella
voló sobre las alas de la inspiración y reavivó los corazones dormidos de nuestra gente
devolviéndolos a la vida.

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Hoy, que nuestra libertad es algo nuevo para nosotros, cuando aún no nos hemos
acostumbrado a la bandera de la libertad desafiando los vientos del cielo y del amanecer, nuestros
pensamientos vuelven en gratitud a esta persona magna y gloriosa, que era un líder de los más
importantes que trabajaron por la libertad. La vi volverse apacible con el pasar de los años, de ser una
reina imperiosa con prestigio y autoridad, a transformarse en una anciana con hombros curvados,
cabello blanco y una frágil memoria, pero más grande aún que en el apogeo de su vida, más
magnificente con sus hombros curvados que en la marea alta de su femineidad. Ella se volvió no la
reina sino la profetiza, la sacerdotisa, la adivina. Murió porque lo viejo debe morir; murió porque había
vivido más que el lapso normal de la vida humana. Pero su trabajo permanece. Por la libertad de este
país, los hombres y las mujeres honrarán por siempre su nombre. Ella estaba entre ese pequeño pero
gran grupo de visionarios, guerreros, profetas, que previeron y predijeron el día de la libertad, y fue ella
la que inspiró los corazones de los indios para avanzar y luchar, sin medir elcosto.

En el centésimo aniversario de su nacimiento, regocijémonos de haber tenido el


privilegio de vivir bajo la radiante influencia de su ser. Recordemos las palabras doradas que fluyeron
como un río revitalizante de su dorada voz para inspirar y reavivar nuestros corazones. Recordemos
esta mujer que no fue meramente un ser humano, sino la encarnación de todo el poder, de toda la
pasión, de todo éxtasis y toda la gloria de su femineidad, cuya misión es servicio. Su familia incluyó todo
el censo de la humanidad. No tuvo limitaciones de color, credo o casta, y al envejecer cada vez más,
su poder cambió y se volvió apacible, y se enriqueció por medio de un amor sin par que era la
maternidad encarnada.

A la memoria de esta mujer rindo mi tributo, mi homenaje, no sólo como india y


compañera de trabajo, sino como alguien que desde temprana edad se sintió inspirada a trabajar por
la gloria de su país y que aprendió sus primeras lecciones de patriotismo de los labios de esta mujer
que fue conocida como Annie Besant en vida, y como una gran madre del pueblo indio después de su
muerte.

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Los Poemas de Annie Besant
C. Jinaradajadasa
Reimpreso de The Theosophist, octubre 1956.
Los poemas fueron impresos por primera vez en 191 7
en The Bombay Chronicle.

Recientemente, un corresponsal del Amrita Bazar Patrika publicó un poema con el


estribillo: “Lo que suceda, es lo mejor”, y se lo atribuyó a la Sra. Besant. El poema es muy conocido,
pero pertenece a Ella Wheeler Wilcox. Ciertamente el espíritu reformista y marcial de la Sra. Besant
no respaldaría la doctrina burocrática de que en cualquier parte del cosmos “lo que suceda, es lo
mejor”. La Sra. Besant, sin embargo, ha escrito tres, si no más poemas, y aunque se escribieron hace
cuarenta y dos años, revisten un gran interés para explicar su vida hoy.

Recuerdo muy bien la gran sorpresa que tuve al descubrir estos poemas hace diez
años. En Inglaterra nadie estaba consciente de que ella había escrito poesía, y yo no había oído
nada sobre su talento poético, aunque todos sabían qué maravillosa poeta era en sus ideas y en su
dicción en la oratoria.

Un día, inmerso en la biblioteca de un amigo, encontré un libro de himnos editado por el


Rvdo. Charles Voisey y en él había tres poemas de Annie Besant.

En 1872, la joven A. Besant se debatía en tormentas de dudas espirituales, y finalmente


sintió la necesidad de liberarse de las crudas formas del pensamiento cristiano, que en ese entonces
los cristianos ortodoxos sostenían con rigidez como parte de la enseñanza cristiana. En 1 872, había
prédicas en la “Iglesia Teísta” de Londres, a cargo del Rvdo. Charles Voisey (un clérigo de la Iglesia de
Inglaterra, quien había sido expulsado por su iglesia debido a sus opiniones avanzadas sobre el
Cristianismo), que son comunes en el pensamiento cristiano en la actualidad. Su relación con el Sr. y
la Sra. Voisey se convirtió en amistad; la Sra. Besant escribe en su biografía: Descubrí que el Teísmo
de ellos estaba libre de los defectos que me rebelaban en el Cristianismo, y abrieron en mí nuevos
puntos de vista sobre la religión.

Tres años más tarde, el Sr. Voisey publicó su Libro de Plegarias Revisado, y la Sra.
Besant contribuyó con los tres poemas siguientes. El primero es muy conocido en la India, porque
la Sra. Besant vivió según sus palabras: La acción osada es la única plegaria.

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Plegaria
Quien batalla jadeante por ser libre Quien, cuando una verdad conoce,
Quien se afana por la libertad de los demás En dicha y en pena no la deja de abrazar; Quien
Quien, en la derrota, con calma labora gallardo, en soledad, a ésta se aferra Su plegaria
Su plegaria es de verdad. es de verdad.

Quien, amando a todos, a nadie menosprecia, Al cavilar, en reto debe tornase la fuerza Vacuo
Ypuede con el peor simpatizar, como el aire es el rogar,
Quien verdadero mártir muere, La acción osada es la única plegaria, Entonces,
Su plegaria es de verdad. aprende a orar.

El siguiente poema es igualmente interesante, y podría ser también un canto de


consagración y dedicación para el hijo de un patriota. Exhala el espíritu marcial con el que la Sra. Besant
ha inspirado a la Joven India en la actualidad; y seguramente, como ella ha estado trabajando por la
Joven India, una y otra vez el pensamiento que aparece en esta línea, debe haber sido suyo: La
insignia que hoy portamos, mañana te pertenecerá.

Por el nombre de un hijo


Ala dicha, plenitud y gloria de la vida,
Alreposo y al trabajo, al placer y las heridas,
¡Bienvenido, joven soldado!

Tres veces bienvenido, ¡Oh hijo! que hemos adoptado, Y


a quien hoy la corona
De la humanidad colocamos,
Aclamándote, hermano.

Nuestro nombre te confiamos, mantenlo inmaculado,


Confiamos que en tu vida seas honesto y osado.

Con tu propio corazón, sé sincero;


Siempre dispuesto a seguir la verdad, aunque en soledad;
Complácete, cuando el mundo sonría, pero no temas su antipatía,
Joven soldado de la libertad.

La esperanza que forjamos, en tibrillará,


La insignia que hoy portamos, mañana tuya será,
Para que avances:
Hoy te enlistamos, que puedas al llegar a hombre
En las filas de los verdaderos y libres, ver tu nombre;
¡Bienvenido, joven soldado!

TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 19


El último de los tres poemas revela otra fase la Sra. Besant, ya que, como bien sabemos
hoy, tanto la religión como la política tienen para ella el mismo valor espiritual, y la libertad política es
solo un reflejo aquí abajo de esa libertad espiritual que el hombre es llevado a descubrir en el proceso
de evolución. El poema no tiene título, y se asemeja a un canto de uno de los Upanishad-s:

Nunca se ha roto Pero, paulatina avanza La marcha de las edades:


El silencio eterno; Con fugaz mirada, los buscadores de verdades,
Ni pronunciado aún Despliegan las páginas
Con celestial acento De la Divina revelación.
La idea que Dios tiene de Sí.
Como ciegos a tientas vamos, Ajeno a la impaciencia, Girando a marcha lenta,
La oscuridad lo envuelve a Él: Sin pausa, sin prisa,
¡Oh, bondad paternal! El tiempo siempre muestra
Que aquél que Lo contemple Nuevas verdades sobre Dios.
Pueda con el alma ver.
El habla humana aún no ha roto Esa calma
El velo aún no se ha rasgado celestial;
Que oculta toda Su Santidad, Pero, del eterno silencio Con nitidez creciente
Una señal aún no se ha dado Se deja oír
La idea que Dios tiene de Sí.
Que el humano anhelo
Pueda saciar

Es notable que en estos tres poemas tenemos, por un lado, la aspiración a la acción heroica en
nombre de la humanidad, y por otro, la comprensión de la idea que Dios tiene de sí. Como los poemas
se escribieron en 1 875, han pasado cuarenta y dos años de tormentas y tensión, y la acción heroica,
con la aspiración a comprender el gran Ser de Todo, ha sido la base de la vida de la Sra. Besant. Los
poemas muestran cómo, si la Sra. Besant se hubiese inclinado más hacia la poesía, habría creado
bellos y numerosos poemas. También nos muestran el porqué la Sra. Besant es reconocida como la
más grande oradora en vida, ya que cuando un alma es heroica en cada fibra de su ser y una artista en
cada uno de sus instintos, esa alma en acción solo puede ser poeta y profeta, patriota y líder.

¿Es el mundo un sueño?


¿Es intrínseco? ¡Dímelo! — Niintrínseco,
Ni un sueño, por lo que sé.
Es algo, es nada en Uno.

Kokin Wakashu

TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 20


LaCondesa Wachtmeister refiriéndose a Annie
Besant Isaac Jauli
Miembro de la ST en España y
ex Secretario General de la ST en México,
actualmente trabaja en los Archivos de la ST en Adyar.
El artículo está basado en una charla dada en la
Sede Internacional en Adyar el 1ro de Octubre del 201 5

La Doctora Annie Besant, segunda Presidente Internacional de la Sociedad


Teosófica (ST), nació el 1ro de Octubre de 1 847. Era tan conocida en todo el mundo que cualquier
noticia relacionada con ella era leída por todos con sumo interés. Tuvo una vida tan dramática que
de muchos modos ella simboliza algunas etapas del desarrollo general.

La autobiografía de Besant, escrita en 1893, describe su vida hasta 1891 , el año que
marca el fallecimiento de Madame H. P. Blavatsky (HPB), Co-Fundadora de la ST junto al Coronel Henry
Steel Olcott. La autobiografía de Annie Besant revela tantos eventos asombrosos, que es una de las
biografías más fascinantes que puedan leerse. Pero el año 1 891 sólo marcó el punto medio de su
memorable e incomparable vida.

Uno de esos eventos involucró a W. Q. Judge, que prosiguió luego de la partida de HPB y
que produjo muchos interrogantes en algunos miembros de la ST alrededor del mundo. Al respecto,
me gustaría compartir los siguientes hechos sobre la vida de Annie Besant, puestos en circulación en
un mensaje privado impreso por la Condesa Constance Wachtmeister en tal controvertido momento
('H.P.B., y la Presente Crisis en la Sociedad Teosófica', por Constance Wachtmeister, Women's Printing
Society, 66, Whitcomb St., Ltd, Londres, W.C.: blavatskyarchives. com/theosophypdfs/wachtmeister_hpb
_and_the_present_crisis_1895.pdf

La Condesa sintió la responsabilidad de publicar este mensaje porque ella era


una de las miembros más antiguas de la ST, y porque tuvo una relación de amistad íntima con
HPB durante los últimos seis años de su vida. Por ello, se sintió profundamente destinada a
compartir con los miembros de la ST algunos de los pensamientos que HPB había guardado
para sí, porque se sintió sorprendida por los eventos que habían tenido lugar en el caso del Sr.
Judge y la Sra. Besant. La Condesa manifiesta en su mensaje impreso:

HPB siempre me dijo que su sucesor sería una mujer, mucho antes de que Annie Besant
se hiciera miembro de la ST. Ella hizo algunos intentos con diferentes personas con la esperanza de
encontrarla, pero no tuvo mucho éxito, así que se deprimió y desanimó mucho, y dijo 'Ya no queda
nadie para tomar mi lugar cuando me marche'. Sólo fue cuando Annie Besant se unió a la Sociedad
que su esperanza revivió, porque parecía sentir que en ella había encontrado un sucesor. HPB me dijo
esto.
TEOTLSOFIA, ENERO-FEBRERO 2018 21
Pero la Condesa tenía serias dudas sobre esta candidata que HPB había
encontrado y continúa diciendo:

Yo estuve tan desanimada con los fracasos anteriores [los fracasos con los sucesores
potenciales], que estaba determinada a protegerme y a no aceptar a Annie Besant a
menos que estuviera completamente convencida de su desinterés de propósito y de su
integridad. Pensé que también era posible que fuera una mujer ambiciosa, que se había
integrado a la Sociedad Teosófica con la idea de gobernar y de tenerlo todo bajo su control,
así que la observé minuciosamente, examinando cada acción desde este punto de vista.

Sin embargo, gradualmente la Condesa cambió de parecer desde que escuchó sobre la vida de
Besant, una vida de sacrificio constante y de esfuerzos por corregir sus propios errores. Con un
poder de voluntad indomable, supo superar los obstáculos que se le presentaron. En palabras
de la Condesa: 'Me veo obligada a confesar que mis suposiciones han sido injustas y erradas'.
La prueba que terminó de convencer a la Condesa la expresó de esta manera:

Un día vi a Annie Besant envuelta en una nube de luz, del color de la del Maestro. Él estaba
parado a su lado con la mano sobre su cabeza. Yo dejé la habitación y rápido corrí donde
estaba HPB y hallándola sola le dije lo que había presenciado y le pregunté si esto era una
señal de que el Maestro había escogido a Annie Besant como su sucesora. HPB replicó 'Sí' y
luego se alegró de que lo hubiera visto.

Esta no fue la única experiencia de este tipo que presenció la Condesa,


como ella misma relata: Otra vez, una tarde acompañé a Annie Besant a un pequeño
salón en Londres, donde ella daba una conferencia a unos trabajadores, cuando de
repente el Maestro estaba a su lado y habló con una elocuencia que nunca antes había
escuchado de sus labios; fluyó de ella como un torrente de fuerza espiritual. Debo
agregar que desde entonces y aquí en la India, tengo pruebas repetidas de que ella
estaba en comunicación directa con el Maestro.

La condesa deja muy claro en su mensaje que durante el último año de vida de
HPB, cuando vivía en Avenue Road, Besant pasaba algún tiempo con HPB cada tarde
recibiendo enseñanzas ocultas. Y antes de que Besant partiera rumbo a América con un
mensaje de HPB para los Hermanos Americanos, HPB le dijo a la Condesa:

El Maestro se comunica verdaderamente con Annie Besant, su desarrollo en


esta vida ha sido realmente rápido; es la explosión repentina a través de la cáscara de todo el
desarrollo y conocimiento obtenidos en sus vidas previas de ocultismo.

La Condesa señala finalmente que HPB escribió una carta a W. Q. Judge con
fecha 27 de Marzo de 1891 , de la que ella poseía de una copia. En esta carta HPB
describió a Besant como: ...el alma de honor y de veracidad sin concesiones... un diamante
inquebrantable,... tan transparente que nadie puede ver lo lleno que están sus bordes, de
puro entusiasmo y Teosofía inalterable. INEGOÍSMO Y ALTRUÍSMO son los nombres de

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Annie Besant... Judge, ella es una mujer maravillosa, mimano derecha ysucesora.

La Condesa termina su mensaje diciendo: 'Luego de que HPB falleciera en Londres, fui notificada de
que el [su sello] anillo se le entregara a Annie Besant según sus indicaciones expresas; supe entonces
que Annie Besant era su sucesora'.

Finalmente podemos decir que 'para conocer a un ser humano, tenemos que conocerlo desde
su nacimiento hasta su muerte'. Estas son palabras de la Dra., Annie Besant, pero no podemos
omitir el considerar los incidentes narrados por la Condesa Wachtmeister, que nos ayudan a
tener una visión de esta gran alma que difundió las enseñanzas Teosóficas alrededor del
mundo y supo cómo hacer para que llegaran a miles de corazones.

Annie Besant, el alma diamantina


C. JINARÂJADÂSA
De la Publicación del Centenario de Besant,
The Theosophist, octubre1947

Es raro que aparezca entre la humanidad un alma de la calidad de la Dra. Annie


Besant, una calidad que quiero describir con el símil de un diamante. Un diamante es el
mineral más duro que tenemos, puede cortarse solamente con herramientas que tengan filo
de diamante y polvo molido de su propia substancia. Otra característica de un diamante es
que tiene muchas facetas, y un diamante pulido emite color tras color cuando se gira hacia la
luz, porque los colores del espectro solar se reflejan a través de sus muchas facetas. De la
misma manera, un “alma diamantina” es indestructible, tiene la cualidad de una resistencia
increíble, y por lo tanto una capacidad muy grande para trabajar en muchos aspectos de la
actividad. Es esta última cualidad la que deseo hacer notar, los aspectos multifacéticos de la
vida y obra de la Dra. Besant.

La encontramos primero como una cristiana devota, aceptando las verdades de


la Cristiandad ciegamente, sin dudar o investigar. Luego vino el despertar. Ella tenía dificultad
para comprender la historia de Cristo como se narra en los Evangelios, por lo tanto, formó
cuatro columnas y anotó línea por línea los pasajes de los cuatro Evangelios que describían
los incidentes en la vida, y encontró que no cuadraban. Esto le pareció extraño, pues se
suponía que los Evangelios fueron inspirados por el Espíritu Santo y que representaban al
verdadero Evangelio, la única revelación de Dios, que el cristiano estaba obligado a aceptar.
Desde ese momento comenzó su fase de dudas, que resultó en su final abandono de la fe
cristiana. Se convirtió en atea porque no podía creer que existiera Dios.

Su denuncia de la opresión

Pero una notable característica suya brilló de allí en adelante, especialmente su apasionada

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denuncia de la opresión. Se convirtió en la defensora de todos los individuos oprimidos y causas
de opresión que encontró en cualquier parte del mundo. Así, la vemos en 1 888 emprendiendo la
causa de las niñas fosforeras en una de las fábricas en Londres (Bryant & May’s). Ellas eran
mal pagadas y muchas sufrían de envenenamiento fosfórico en las mandíbulas. La doctora
Besant en su pequeño periódico, The Link, publicó los hechos, se la amenazó con una acción
legal en su contra por difamación y las niñas fueron amedrentadas para averiguar quién le había
dado la información. Las niñas fueron presionadas para firmar una declaración negando los
hechos revelados, y entonces todas ellas iniciaron una huelga. La Dra. Besant y otros agitaron
la opinión pública, recurrieron a los miembros del Parlamento y trabajaron duro hasta que todo
el problema fue traído ante el conocimiento público, y tal presión produjo que se atacara a la
dirección de la fábrica, hasta que cedió. Las niñas fosforeras ganaron sus demandas. Fue
después de este incidente que se estableció el Sindicato de los Fabricantes de Fósforos, del
que la Dra. Besant fue la Secretaria durante algunos años.

La encontramos de nuevo en el año 1878, al emprender la causa de Afganistán


e India en un folleto titulado Inglaterra, India y Afganistán.

La siguiente fase en su vida está marcada por su convicción de que puesto que
la religión no ayudaba y no le daba oportunidad de progresar a la humanidad, la única
solución posible parecía estar en la ciencia, así es que emprendió el estudio científico. Su
plan era obtener el grado de Licenciada en Ciencias en la Universidad de Londres y luego
una Licenciatura en Medicina. Ella aprobó el examen de Admisión de la Universidad de
Londres y luego el examen intermedio con honores en todos los temas requeridos. Por lo
tanto, vemos que ella tenía un cerebro científico muy bueno. Pero ¿por qué no continuó con
el examen de Licenciada en Ciencias? Ella lo explicó. Había un examinador en la Universidad
que le dijo de antemano que por brillantes que fueran los trabajos de investigación
requeridos no los pasaría, porque le tenía una fuerte antipatía por su ateísmo y por ciertas
actividades suyas hacia las multitudes, las que él consideraba inmorales, así es que ella
tuvo que abandonar sus estudios universitarios.

Pero no solamente estudió Ciencias, hizo algo mucho más importante.


Comenzó a enseñar ciencias, porque la ciencia para ella era el evangelio de la verdad. La
encontramos editando varios manuales sobre Ciencias, como resultado de algunas clases
que había dirigido a las multitudes. Son como pequeños textos, dignos de reimprimirse
ahora, con cambios por supuesto. En esta época, por lo tanto, ella trató de hacer de la
ciencia el evangelio de vida para todos.

El Folleto Knowlton

Este periodo fue seguido pronto por el del famoso folleto Knowlton. Un individuo llamado
Knowlton había publicado en EEUU un folleto sobre el control de la natalidad, que había sido
reimpreso en Inglaterra en 1 833 y nadie había hecho ninguna objeción. Entonces un hombre en
Bristol lo reimprimió en 1884, pero agregó algunas ilustraciones pornográficas que no estaban

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en el original. El editor fue acusado por la policía por publicar literatura inmoral. El señor Charles
Bradlaugh y la Dra. Besant vieron en esta acción de la policía un hecho peligroso para la libertad
de pensamiento. ¿Qué hicieron ellos? Imprimieron una nueva edición del folleto original, sin las
ilustraciones objetables; ellos proyectaron abrir una pequeña tienda y notificaron a la policía de
que en cierto día venderían el folleto al público, y fue así como enfrentaron la acusación. Fueron
acusados, y por primera vez la Dra. Besant apareció ante la Corte defendiendo su propia causa.
Perdieron el caso, pero luego ella y el señor Bradlaugh ganaron la apelación ante la Corte
Suprema sobre un punto técnico legal. La acusación de la policía no continuó, y en el momento
que ganaron el caso por la libertad de pensamiento ellos retiraron el folleto.

En esta fase de su vida como atea, la Dra. Besant dictó algunas brillantes
conferencias sobre Ateísmo. Ella no creía en Dios, creía que era solamente por medio de la
ciencia que podía haber algún tipo de felicidad para la humanidad. En esta época, un poeta
inglés, Gerald Massey, vio que ella, aunque atea, estaba siempre defendiendo la causa del
oprimido, y escribió un poema que es de lo más sorprendente porque nunca la conoció;
solamente sabía acerca de ella. Pero en este poema la describió tan brillantemente como
nunca se había hecho antes.

Fue en esta época que la Dra. Besant estaba fascinada con la India y escribió
una serie de cuentos muy ocurrentes para niños, “Biblioteca para Padres Jóvenes”, publicado
en 1885. En la primera historia, “El Ganges y la Doncella del Río”, da una descripción de India,
aún antes de verla. También escribió historias acerca de Hipatia y Bruno (ella nada sabía en ese
momento del misterio detrás de estos dos mártires, que fueron sus propias encarnaciones
pasadas), dos personajes que dejaron un mensaje inolvidable a la humanidad. También deseo
mencionar que escribió un folleto llamado “La Historia Natural del Diablo Cristiano”. Puede que
estuviera muy fascinada con su sátira de las tradiciones cristianas; esta faceta del diamante es
algo muy atractivo.

Métodos Constitucionales

En la siguiente faceta se encuentra entre un grupo de Fabianos, de la famosa


Sociedad Fabiana, de cuyo grupo original aún viven tres, George Bernard Shaw y Lord y Lady
Pethick- Lawrence. La Dra. Besant participó en todos los debates y escribió dos o tres folletos
para los fabianos. La era del socialismo había comenzado, los fabianos investigaron las
condiciones en varias industrias en Inglaterra, horarios, contratos, etc. y sugirieron
inmediatamente las mejoras necesarias. El evangelio de los fabianos era crear cambios
económicos, no mediante huelgas y revoluciones, sino por medio de métodos de procedimiento
constitucional, que produjeran los resultados propuestos aprobando nuevas leyes para cambiar
las leyes malas.

Aquí debo mencionar un hecho interesante que ocurrió alrededor de esta


época. Porque es durante su trabajo con el señor Bradlaugh que aprendió de él el método
constitucional de agitación. El señor Bradlaugh era ateo, pero había llegado a ser famoso
en los anales de la Ley Constitucional por esta razón. Fue elegido miembro del Parlamento

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de Northampton, pero como ateo rechazó en la Cámara de los Comunes prestar el
juramento de lealtad con la Biblia en su mano y decir “Por lo tanto, ayúdame Dios”, como se
requería a todo miembro. Dijo que prestaría juramento, pero no sobre la Biblia; en otras
palabras manifestó que afirmaría, y daría su palabra de honor y reclamó su asiento en el
Parlamento como un miembro debidamente elegido. Pero la Cámara de los Comunes le
rechazó el permiso de tomar su asiento por no prestar el juramento necesario, y la Cámara
declaró vacante su asiento. Por lo que debía haber otra elección. Pero Bradlaugh fue
reelecto. Nuevamente llegó a la Cámara y al procedimiento inglés en el Parlamento, y
desafió el juramento. Una vez más la Cámara de los Comunes no le permitió asumir su
cargo y declaró que su asiento estaba vacante. Por tercera vez tuvo lugar una elección y
por tercera vez volvió al Parlamento, con cientos de personas que le seguían e insistían en
los derechos de las personas. Nuevamente no se le permitió “ratificar”, es decir, sin la Biblia
y prestar juramento a su propio modo. El señor Gladstone, el Primer Ministro, un devoto
cristiano, estaba desconcertado y no sabía qué hacer. Finalmente la Cámara decidió que
aunque el señor Bradlaugh había sido debidamente electo como miembro, él había violado
la ley del Parlamento y por lo tanto tenía que ser castigado, de modo que lo enviaron a
prisión a la Torre del Reloj de la Cámara de los Comunes, mientras consideraban su caso.
Entretanto, diez mil personas protestaban en todo el país. Bradlaugh estuvo prisionero
solamente durante treinta y seis horas; la ley fue luego cambiada, se hizo una modificación
que permitía a la gente, no sólo a los miembros del Parlamento, a hacer una ratificación y a
no obligarlos a prestar el juramento sobre la Biblia. Así el señor Bradlaugh entró al
Parlamento y tomó su asiento legalmente. La Dra. Besant estuvo a su lado en todo este
alboroto, y aprendió de él cómo agitar para cambiar las leyes malas por medio del
procedimiento constitucional sin apelar a la violencia.

Llega a la Teosofía

Es en esta época que la Dra. Besant llega a la Teosofía. Ella narró todo esto en su
Autobiografía. En esta época solamente había unos pocos libros de literatura teosófica, Isis sin
Velo, El Mundo Oculto, Buddhismo Esotérico y La Doctrina Secreta. Después que la Dra. Besant
se convirtió en teósofa, hizo algo que ningún otro habría hecho. Tomó las verdades de la
Teosofía de estos libros y las presentó en conferencias públicas, llenas de idealismo y belleza.
Éste es el notable don que ella tenía; presentó todas estas maravillosas Verdades con belleza.
Siempre la encontramos dando a nuestro trabajo teosófico un aspecto que nunca existió antes.
Particularmente pienso en una conferencia suya, que no escuché porque estaba en América
en esa época. Era una conferencia sobre la “Vida Espiritual para el Hombre de Mundo”, dada
en la Sociedad de Abogados de Londres, exquisita en su forma, no podía haber una
presentación más artística de un gran tema. Uno puede tomar esta conferencia, analizarla
sección por sección, y ver cómo se presentó el tema en conjunto con una perfecta simetría.

También dio una serie de conferencias tituladas En el Recinto Externo y luego El


Mundo Cambiante. Todas tienen una estructura artística, y el segundo trabajo bosqueja un
mundo ideal unido.

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Creo que la Dra. Besant puede ser descrita más como una artista que como una
conferencista de tipo profesional, porque ella no examina ningún tema en su totalidad, sino
que da una presentación definida del mismo desde algún ángulo seleccionado por ella, como
un pintor cuando pinta un paisaje. Mientras da Sabiduría, lo hace dentro de un marco exquisito.
De sus muchos libros, quizás uno que perdurará mucho tiempo es ese tan fascinante Estudio
sobre la Consciencia, porque tiene profundidad en la presentación filosófica que encantará a
muchas generaciones futuras.

Una brillante contribución de la Dra. Besant fue su Historia de la Gran Revolución


Francesa hasta la muerte de Robespierre. Existen muchas historias de la Revolución Francesa,
pero esta obra está escrita por ella desde el punto de vista del pueblo. Generalmente, los
historiadores denuncian a los sanguinarios del Terror, pero no enfatizan suficientemente los
terribles sufrimientos de las multitudes que hicieron inevitable esta Revolución, porque fue una
Revolución del Hambre. (Esto fue lo que ella temía en India y entonces, cuando llegó la hora,
entró a la política inda como un líder).

La Dra. Besant me dijo una vez que Robespierre es uno de las grandes figuras
patéticas de la historia, porque él vio un ideal a realizar pero no tenía la fuerza para hacerlo. En
vez de ser él quien creó el Terror, para ella el Terror creció para ser lo que fue, a causa de que
retiró su mano guiadora. Ciertamente las últimas páginas de su capítulo sobre Robespierre al
describir su fin, dejan una profunda impresión sobre la mente del lector.

Investigaciones clarividentes

Paso a otra faceta de su trabajo, y ésta es la contribución que dio cuando


desarrolló los poderes de clarividencia. Aquí puedo hablar con algún conocimiento personal.
Es interesante observar que mientras que el Obispo Leadbeater tuvo que desarrollar sus
poderes lentamente, paso a paso, la Dra. Besant los desarrolló rápidamente. Esto sucedió
en 1 895. La primera de las grandes investigaciones hechas por ellos, conjuntamente, fue en
las condiciones del Mundo Celeste. Esto resultó en el manual El Plano Devachánico, escrito
por C. W. Leadbeater, quien ya había escrito El Plano Astral. Luego siguió una serie de
investigaciones sobre las primeras Rondas de la Cadena Terrestre, cuyas notas están
todas escritas de mi puño y letra, tal como fueron tomadas por mí durante las
investigaciones. En 1895 las primeras investigaciones de “Química Oculta” tuvieron lugar en
la estructura del hidrógeno, nitrógeno y oxígeno, y un nuevo gas desconocido etiquetado
Oculto de peso atómico 3. En 1907 setenta y un elementos químicos fueron explorados por
sus investigaciones conjuntas, “divididos” y seguidos en los sub-planos. Los dos
investigadores vieron las varias fuerzas en el átomo girando a increíble velocidad, y la Dra.
Besant seleccionó su parte del trabajo, el de seguir la división de los grupos de sub-plano a
sub-plano.

Ahora llegamos a otra faceta, la Regeneración de India. En el momento en que la


Dra. Besant desembarcó en India en 1893, ella se puso a trabajar. Dictó conferencias sobre lo
mejor que hay en el Hinduismo, predicó un nuevo tipo de educación, e instó a las Ramas

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Teosóficas a comenzar nuevas escuelas, y a mantener los principios fundamentales de los
ideales indios cuando se enseñaba a niños y niñas hindúes. Antes de desembarcar en 1 893,
ella ya hablaba de India como de su “Madre Tierra”. Esta frase está en una carta que
escribió en 1 892. Mencionaré un libro particular que será muy útil estudiar para todas las
Ramas Jóvenes: sus Conferencias sobre Ciencia Política, porque presentan claramente lo
que debería saber un estudiante de la política.

“Observada” por su Maestro

Desde muy temprano en su vida ella fue “observada” por su Maestro y escuchó Su
voz. Cuando joven y estando desesperada, consideró suicidarse a causa de la completa
desdicha de su vida matrimonial. Cuando tuvo la botella de cloroformo en su mano escuchó una
voz diciendo: “Cobarde, cobarde, quien sueña con el martirio y no puede ni siquiera soportar
unos pocos años de dolor”. Esto sacó a relucir el espíritu guerrero en ella y arrojó la botella de
cloroformo por la ventana. Luego, durante su fase de Socialismo y Fabianismo, una noche en
su oficina en Fleet Street, cuando estaba desesperada porque la Verdad parecía inalcanzable,
escuchó la misma voz que le hablaba: “¿Estás dispuesta a sacrificar todo para encontrar la
Verdad?” Y ella respondió “Sí Señor”. Entonces la voz continuó: “La encontrarás pronto”. Unas
pocas semanas después su amigo William T. Stead, editor de The Review of Reviews, le envió
dos volúmenes de La Doctrina Secreta de H.P.Blavatsky. Ella los leyó, vio donde se encontraba
la Verdad y pidió al Sr. Stead que le presentara a HPB.

Así encontró la Verdad, pero significó para ella un desconsolador sacrificio,


porque significaba despedirse de la compañía del Sr. Bradlaugh y todos sus numerosos
compañeros librepensadores. Cuando la Dra. Besant se convirtió en teósofa, muchos de sus
antiguos amigos no sólo la desaprobaron sino que profetizaron que la Teosofía era solamente
una etapa hacia algo nuevo. El pronóstico general era que ella finalmente se convertiría en
una católica romana. Esto, por supuesto, no podía suceder, porque había llegado al fin a la
Verdad. Al final de su vida dio testimonio de la existencia de los Maestros, porque había
encontrado a su Maestro.

Esta es una rápida descripción de esta alma diamantina resplandeciendo con brillantes colores.
Pueda que todos algún día adquiramos algo de la cualidad de brillo y resistencia de esta alma
diamantina que era la verdadera naturaleza de la Dra. Annie Besant.

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