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Trastorno Delirante

El trastorno delirante se define como un trastorno psiquiátrico en el cual los síntomas


predominantes son ideas delirantes. Este trastorno se llamó con anterioridad paranoia o
trastorno paranoide. Estos términos, no obstante implican de forma incorrecta que el
contenido de las ideas delirantes es siempre persecutorio, y esto no es cierto.

Las ideas delirantes, en el trastorno delirante pueden ser de grandiosidad,


eroctomaníacos, celotípicos, somáticos y mixtos.

Trastorno Megalomaniaco
La palabra megalomanía deriva de dos raíces griegas que son “megas” (grande)
y “manía” (obsesión). En este sentido podemos decir que la megalomanía es la
obsesión por lo grande. La megalomanía está asociada al poder, es un estado
psicopatológico caracterizado por delirios de grandeza, poder, riqueza u omnipotencia.
A menudo el término se asocia a una obsesión compulsiva por tener el control. Estos se
distinguen entre:

Rasgos o trastorno de personalidad megalomaniáca: Cuando la forma de ser de una


persona está influida por un concepto grandioso de sí mismo, una autoestima alta que
les lleva a sesgar, alterar o filtrar la realidad. En general, están satisfechos con su forma
de ser. Sin embargo, con tratamiento pueden llegar a darse cuenta de esta alteración.

Trastorno delirante megalomaniáco: Cuando una persona, en un momento de su vida


y durante al menos un mes, se ve inmersa en un delirio y se ve alguien único, grandioso.
Dentro de ese delirio, existe un corte abrupto con la realidad objetiva. Para estos
individuos, su visión de sí mismos y de la realidad es la única posible. La inflexibilidad
para reconocer otro tipo de realidad, es muy marcada.

Pautas para el diagnóstico, Según Cie10


El tema o conjunto de ideas delirantes deben ser la manifestación clínica única o la más
destacada y deben de estar presentes durante por lo menos tres meses y ser claramente
propias del enfermo, es decir, no depender de factores culturales. Pueden presentarse
síntomas depresivos de una manera intermitente e incluso un episodio depresivo
completo siempre y cuando las ideas delirantes no coincidan con las alteraciones del
estado de ánimo. No hay evidencia de lesión cerebral, de voces alucinatorias
ocasionales y de antecedentes de síntomas esquizofrénicos (ideas delirantes de ser
controlado, difusión del pensamiento, etc.).

Según DSMV:
Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de
admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la vida adulta y
se presenta en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos
siguientes:
1. Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (p. ej., exagera sus logros y talentos,
espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).

2. Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado

3. Cree que es “especial” y único, y que sólo pueden comprenderle o sólo puede
relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.

4. Tiene una necesidad excesiva de admiración.

5. Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de


tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).

6. Explota las relaciones interpersonales (es decir, se aprovecha de los demás para sus
propios fines).

7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o a identificarse con los


sentimientos y necesidades de los demás.

8. Con frecuencia envidia a los demás o cree que éstos sienten envidia de él.

9. Muestra comportamientos o actitudes arrogantes, de superioridad.

Tratamiento

Psicoterapia: El tratamiento del trastorno narcisista de la personalidad es difícil, ya


que los pacientes deben renunciar a su narcicismo si quieren avanzar. Psiquiatras como
Otto Kernberg y Heiz Kohut recomiendan la utilización de terapias psicoanalíticas, pero
se necesitan nuevas investigaciones para validar el diagnóstico y determinar cuál es el
mejor tratamiento.

Farmacoterapia: El litio ha sido en pacientes cuyo cuadro clínico reflejaba oscilaciones


en el estado de ánimo. Dado que los pacientes con un trastorno de personalidad
narcisista toleran mal el rechazo y son proclives a la depresión, pueden utilizarse
antidepresivos, especialmente los serotonérgicos.

Conclusión
La mayor dificultad en el tratamiento de los trastornos delirantes radica en la escasa
conciencia de enfermedad de quienes los padecen. En consecuencia, suelen ser reacios a
pedir ayuda médica y, cuando acceden a los servicios sanitarios de forma involuntaria,
su tendencia es mantener una escasa adherencia al tratamiento.

Bibliografía:

D.S.M. V, American Psychiatric Association, Editorial Médica Panamericana.

Harold Kaplan, Benjamin Sadock, Manual de Bolsillo de Psiquiatría Clínica 5a Ed.

Vallejo Ruiloba, Introducción a la Psicopatología y psiquiatría, 5ª edición, Masson.


http://www.efesalud.com/noticias/megalomania-narcisistas-con-delirios-de-grandeza

https://psicovalero.files.wordpress.com/2014/11/manual-de-psiquiatria.pdf

Integrantes:
- Alma Alderete
- Magali Amarilla
- Enrique Bazán
- Analia Chamorro
- Rebeca Fernández
- Tomas González
- Ruth Velázquez

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