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Juicio político o golpe de estado?

El proceso se la ha abierto a Dilma bajo la acusación de manipular datos contables que


maquillaron la situación fiscal del gobierno, (algo que ya otros presidentes habían hecho), pero
la acusación de Dilma nada está relacionado con casos de corrupción.

Un tema bastante polémico es si una persona tiene el derecho de terminar o no con su propia
vida. La Asociación Médica Mundial define a la eutanasia de la siguiente forma:…..

Malaparte aplica el concepto del golpe de Estado no sólo a una operación ejecutada por
integrantes del Estado, sino también por poderes civiles, que -mediante la desestabilización
del gobierno a través de acciones orientadas a generar caos social- provocan su caída y
acceden al poder. En su libro Técnica del colpo di Stato (Técnica del Golpe de Estado) de Curzio
Malaparte.

"Yo fui electa por 54 millones de brasileños. Ahora, con este juicio en mi contra, lo que está en
juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo Brasil, a la constitución.
Están en juego las conquistan de los últimos 13 años". Dilma Rouseff

"El único objetivo es tomar por la fuerza lo que no conquistaron con las urnas", advirtió la
presidenta, que además aseguró que está en juego "el futuro del país". "No cometí crimen, no
tengo cuentas en el exterior, no recibí coimas, jamás fui corrupta", se defendió la jefa de
Estado.

http://www.lanacion.com.ar/1897964-brasil-crisis-dilma-rousseff-juicio-ultimo-discurso

Hasta hace unos años, Brasil parecía la nueva esperanza de Sudamérica: relativa paz política,
creciente integración social mediante el ensanchamiento de la clase media, incrementos
admirables en la economía, unos Juegos Olímpicos y un Mundial por venir. Hoy, la historia es
diferente y aunque Brasil sigue en el centro de la mira ahora es por su crisis política, social y
económica. En 2015, añadido a los ya sabidos casos de corrupción, la economía brasileña se
contrajo en 3.8%, la inflación llegó a 10.7% y desempleo escaló hasta la preocupante cifra de
9%. ¿Cómo llegó Brasil de ser un éxito sin precedentes a un rotundo fracaso?

Como señala Brandon Van Dyck para Foreign Affairs Latinoamérica volumen 16 número 3 en
su artículo “¿Qué tan grave es la crisis brasileña?”, la tragedia se puede explicar a partir de la
falta de reformas y las ineficiencias estructurales. El autor atribuye al custo Brasil, es decir a las
regulaciones y a los impuestos excesivos para el mercado interno que han mermado la
capacidad de hacer negocios en Brasil, así como al altísimo sistema de pensiones, que ha sido
responsable en gran medida del déficit fiscal, el porqué de la ruina económica. En cuanto a lo
político, Van Dyck indica que si bien se logró una continua gobernabilidad en tiempos del
expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, fue únicamente posible por la coalición que existía entre
partidos. Si Dilma Rousseff pudo gobernar del modo que lo hizo durante tanto tiempo, fue
precisamente porque representaba la unión de dos de los partidos más grandes: el Partido de
los Trabajadores (PT) y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Sin embargo,
la separación de estos dos tras la reelección y la fragmentación de las cámaras en 13 partidos
crearon el escenario idóneo para que el descontrol y el caos político regresaran.
Recordemos la situación que vive Brasil: la economía se ha contraído aproximadamente en
10% en los últimos 3 años, derivado tanto de cambios exógenos, como la caída de precios de
materias primas y el desaceleramiento chino, como por ineficiencias internas. Con el
descubrimiento del Caso Petrobras y los Panama Papers, aproximadamente 6 de cada 10
políticos están siendo investigados por la Suprema Corte de Justicia, incluyendo al antes
admirado y mentor de Rousseff, Lula. Dilma, en respuesta, protegió a su maestro y lo colocó
como Jefe del Gabinete, lo que lo volvía inmune a los cargos, implementó un plan de
austeridad, rompiendo así con todos los programas que había prometido en campaña, y
presuntamente maquilló los números oficiales para calmar la situación. Lo que siguió fue la
indignación masiva y una caída brutal en la aceptación popular de la Presidenta. Eduardo
Cunha, uno de los políticos más influyentes, Presidente de la Cámara y miembro del partido
opositor, el PMDB, aprovechó la ocasión y convocó a un impeachment para su destitución. Las
cámaras legislativas dieron su visto bueno, suspendiendo a Rousseff por 6 meses mientras se
le investiga, y su cargo fue ocupado por el vicepresidente Michel Temer, exaliado de la
Presidenta y miembro del mismo partido de Cunha, el PMDB. Sin embargo, el PMDB tampoco
se encuentra libre de culpas, puesto que el mismo Cunha ya fue suspendido de la Cámara y dos
de los ministros de este gobierno interino ya fueron destituidos por casos de corrupción.

La sociedad brasileña, a tan solo unos meses de los Juegos Olímpicos, decidió manifestar su
desaprobación y la situación del país se volvió cada vez más ingobernable, como lo muestra la
drástica desvalorización de los bonos de las tres grandes: Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s.
Sin embargo, dentro del derrumbe del gigante de la izquierda, se muestran las fortalezas
obtenidas en el transcurso de todos estos años de bonanza. Como lo menciona Van Dyck, se ha
demostrado que la economía está diversificada y sólida, pudiendo resistir en buena medida
estos cambios negativos y que la opinión pública ha sido capaz de señalar su desaprobación y
quiere ver una rendición de cuentas. Quizá, tras este periodo oscuro, Brasil pueda resurgir más
fuerte que nunca.

https://www.facebook.com/notes/foreign-affairs-latinoam%C3%A9rica/crisis-latinoamericana-
fracas%C3%B3-la-izquierda/1061759287205108

Un tema bastante polémico es el juicio político contra Dilma Rousseff que se llevó a cabo en
Brasil durante los meses pasados. La ex mandataria brasileña se expresó respecto al tema de la
siguiente manera: “"Yo fui electa por 54 millones de brasileños. Ahora, con este juicio en mi
contra, lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo Brasil,
a la constitución. Están en juego las conquistan de los últimos 13 años". Juicio político o golpe
de estado?

Dilma resultó reeligida, después de su mandato 2011-2014, con el 51,64% de los votos en las
elecciones presidenciales del 2014. . Analizando esta situación más a fondo, Van Dyck indica
que si bien se logró una continua gobernabilidad en tiempos del expresidente Luiz Inácio Lula
da Silva, fue únicamente posible por la coalición que existía entre partidos. Si Dilma Rousseff
pudo gobernar del modo que lo hizo durante tanto tiempo, fue precisamente porque
representaba la unión de dos de los partidos más grandes: el Partido de los Trabajadores (PT) y
el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Sin embargo, la separación de estos
dos tras la reelección y la fragmentación de las cámaras en 13 partidos crearon el escenario
idóneo para que el descontrol y el caos político regresaran.

Regresando a la situación presente en Brasil con respecto al gobierno de Rousseff, estamos


ante un gobierno que ha alcanzado su poder mediante un proceso democrático de elecciones
libres tal como señala Juan Linz, por tanto debe ser considerado legítimo incluso por aquellos
que constituyen su oposición. Las reglas del juego democrático le concedieron la legitimidad al
mando de rousseff, que por el contrario a la imagen ilegitima que tiene MichelTemer quien
tomó posesión del cargo que dejó la ex presidenta.

Hablando justamente de lo que es legítimo o no, podemos encabezar aquí el mismo juicio
político contra Dilma y clasificarlo entre estos términos, siguiendo con juan Linz, encontramos
otro término al que se le puede tildar y éste es que el proceso que se está llevando a cabo
contra Dilma es perfectamente legal pero débil en legitimidad.

Hagamos un recorrido del proceso político que se está dando ahora contra Dilma rousseff y de
qué se le acusa: mediticamente pareciera que el juicio esta relacionado con corrupción, pero
no es asi, El proceso se la ha abierto a Dilma bajo la acusación de manipular datos contables
que maquillaron la situación fiscal del gobierno, (algo que ya otros presidentes habían hecho),

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