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del cual es el poder legislativo el que debe fijar los límites de la actividad
sancionadora de la Administración y el de tipicidad, manifestación en este
ámbito del de seguridad jurídica, junto a los de presunción de inocencia,
información, defensa, responsabilidad, proporcionalidad, interdicción de la
analogía, etc. Todos ellos se consideran básicos al derivar de la Constitución y
garantizar a los administrados un tratamiento común ante las
Administraciones Públicas (principios de la potestad sancionadora).
Se acoge así el principio de legalidad de las sanciones, que en el ámbito penal fue
formulado por FEUERBACH: «nullum crimen, nulla poena sine lege».
3. Concurrencia de infractores:
Solidaridad: Cuando el cumplimiento de una obligación establecida por una
norma con rango de Ley corresponda a varias personas conjuntamente,
responderán de forma solidaria de las infracciones que, en su caso, se cometan
y de las sanciones que se impongan.
Mancomunidad: No obstante, cuando la sanción sea pecuniaria y sea posible
se individualizará en la resolución en función del grado de participación de
cada responsable.
La propia redacción del párrafo parece indicar que la enumeración realizada no tiene
el carácter de "numerus clausus", sino de mero ejemplo, debiendo la Administración
valorar cualquier circunstancias concurrente en el caso concreto del infractor que
pueda agravar o minorar su responsabilidad no sólo de acuerdo con el principio de
proporcionalidad sino también el de culpabilidad.
b) las sanciones
– impuestas por faltas muy graves prescribirán a los 3 años, – las impuestas por
faltas graves a los 2 años y – las impuestas por faltas leves al año.
a)A ser notificado de los hechos que se le imputen, de las infracciones que
tales hechos puedan constituir y de las sanciones que, en su caso, se les pudieran
imponer, así como de la identidad del instructor, de la autoridad competente
para imponer la sanción y de la norma que atribuya tal competencia.
b) A la presunción de no existencia de responsabilidad administrativa
mientras no se demuestre lo contrario.
Artículo 61. Inicio del procedimiento por petición razonada de otros órganos.
2. En ningún caso se podrá imponer una sanción sin que se haya tramitado el
oportuno procedimiento.
administrativa.
d) Cuando no exista o no se haya podido identificar a la persona o
personas responsables o bien aparezcan exentos de responsabilidad.
e) Cuando se concluyera, en cualquier momento, que ha prescrito la infracción.
RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LA
2.
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
La responsabilidad es la posición del sujeto a cargo del cual la ley pone la
consecuencia de un hecho lesivo a un interés protegido. Esa responsabilidad puede
ser contractual, cuando la obligación de resarcir deriva del incumplimiento de un
deber nacido de una relación jurídica singular o extracontractual, originada al
margen de la existencia de aquella relación por una acción u omisión que transgrede
el mandato general de no hacer daño a otro (neminem laedere).
Artículo 106 CE. 2. Los particulares, en los términos establecidos por la ley,
tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus
bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea
consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos.
Artículo 121. Los daños causados por error judicial, así como los que sean
consecuencia del funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, darán
derecho a una indemnización a cargo del Estado, conforme a la ley.
a) Cuando los daños deriven de la aplicación de una norma con rango de ley
declarada inconstitucional, siempre que concurran los requisitos del apartado
4.
b) Cuando los daños deriven de la aplicación de una norma contraria al
Artículo 121 CE: Los daños causados por error judicial, así como los que sean
consecuencia del funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, darán
derecho a una indemnización a cargo del Estado, conforme a la ley (LOPJ).
LA RESPONSABILIDAD EN LA
LEY 39/2015, DE 1 DE OCTUBRE, PAC
La Ley 39/2015, de 1 de octubre, PAC, desde el punto de vista procedimental,
acoge las siguientes previsiones:
Artículo 13. Derechos de las personas en sus relaciones con las Administraciones
Públicas. Quienes de conformidad con el artículo 3, tienen capacidad de obrar ante
las Administraciones Públicas, son titulares, en sus relaciones con ellas, de los
siguientes derechos:
f) A exigir las responsabilidades de las Administraciones Públicas y
autoridades, cuando así corresponda legalmente.
Artículo 61. Inicio del procedimiento por petición razonada de otros órganos. 4.
En los procedimientos de responsabilidad patrimonial, la petición deberá
individualizar la lesión producida en una persona o grupo de personas,
su relación de causalidad con el funcionamiento del servicio público, su
evaluación económica si fuera posible, y el momento en que la lesión
efectivamente se produjo.
ANEXO
RELACIÓN DE CAUSALIDAD ENTRE EL DAÑO Y EL
SERVICIO PÚBLICO
La Ley exige que la lesión sea «consecuencia» del funcionamiento normal o anormal
de los servicios públicos. Por tanto, que exista una relación causal entre el servicio
público y la lesión.
minada actuación sea idónea para producirla, es decir, debe tener especial
aptitud para producir ese resultado dañoso.
b) Sin embargo, esa línea jurisprudencial que exige que el nexo causal sea
directo, único y exclusivo se ha venido atemperando, permitiendo que concurra
el nexo causal para apreciar la responsabilidad bajo fórmulas mediatas,
indirectas o concurrentes. En esta misma línea jurisprudencial se encuentra la
Sentencia de 5 de mayo de 1998 que analiza la jurisprudencia en los casos de
suicidio o fallecimiento de internos en establecimientos penitenciarios:
la primera como una excusa extraña, siempre exterior por relación al objeto
dañoso y a sus riesgos propios,
mientras que en el segundo de dichos presupuestos existe una interioridad al
funcionamiento del mismo servicio».
Por otro lado, la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 junio 1983 (RJ 1983, 3664)
indica que «la fuerza mayor es concepto jurídico que debe quedar ceñido al suceso
que esté fuera del círculo de actuación obligado, que no hubiera podido preverse o
que previsto fuese inevitable, como guerras, terremotos, etc.» pero aquellos eventos
internos intrínsecos ínsitos en el funcionamiento de los servicios públicos, como es
una rotura o una obstrucción de una conducción de aguas, son sucesos previsibles y
evitables con una adecuada inspección y en cualquier caso nunca constituyen la
fuerza mayor.
Por su parte, el Consejo de Estado reserva el concepto de fuerza mayor para los
acontecimientos insólitos y extraños al campo normal de las previsiones típicas de
cada actividad o servicio o para aquel suceso que no hubiera podido preverse o que
previsto fuera inevitable, que haya causado un daño material y directo que exceda
visiblemente de los accidentes propios del curso normal de la vida por la importancia
y trascendencia de su manifestación.
El propio Código Civil estima los supuestos de fuerza mayor, en el artículo 1575 a
los casos de incendio, guerra, peste, inundación insólita, langosta, terremoto u otro
igualmente desacostumbrado y que no se haya podido racionalmente prever.