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Abstract: Ethnographic research carried out within the context of colonial expansion is one of the
most controversial periods in the history of anthropological science. Due to the prevailing defini-
tion of scientific “objectivity” as “axiological neutrality,” ethnographers dealing with colonial si-
tuations have failed to identify their own research goals as concrete modes of epistemic values or
to take into account their conditioning according to their own cultural tradition as non-epistemic
values when shaping their ethnographic practice. An analysis of specific episodes within the his-
torical development of anthropology, based on the notion of “axiological dimensions,” enables us to
reconsider the ways in which that discipline is intertwined with its social and cultural context.
Key words: political values, objectivity, colonialism, British anthropology.
E
n este escrito pretendo mostrar disciplina científica, y particularmen
la relevancia del análisis histó- te de sus elementos constitutivos: la
rico desde el punto de vista de otredad cultural como objeto de conoci-
la axiología para la comprensión de los miento y la etnografía como proce
dimiento empírico de investigación. El
*Las reflexiones contenidas en este trabajo
supuesto básico de dicho análisis es
forman parte de mi tesis de Maestría en Filoso- que toda disciplina científica se confi-
fía de la Ciencia (González Muñiz, 2006). gura a partir de la confluencia de di-
**Egresado de la Escuela Nacional de An- versas tradiciones con toda su carga
tropología e Historia-inah, doctorante en la Uni-
versidad Humboldt de Berlín. Línea principal
axiológica inherente y que justamente a
de investigación: historia e historiografía de la partir de ese conjunto de valores co-
antropología y sus prácticas etnográficas. bran forma concepciones básicas en
159
160 Eduardo González Muñiz
torno a las parcelas de la realidad que pología de la primera mitad del siglo xx
los científicos pretenden estudiar, así y detectar las dimensiones axiológicas
como a los modos más adecuados para que delinearon las concepciones funda-
realizarlo exitosamente. Se trata de mentales en torno a la otredad cultural
asumir metodológicamente los inevita- y la práctica etnográfica en la antropo-
bles vínculos entre ciencia y sociedad logía británica desarrollada en situa-
para descubrir cómo cobran vida las ción colonial. Paralelamente, mostraré
prácticas científicas. La noción central que la imbricación de valores no epis-
del análisis axiológico, las “dimensio- témicos (principalmente políticos) con
nes axiológicas”, permite organizar los valores epistémicos de la antropolo-
esos vínculos en términos de disposi- gía británica no sólo no entorpeció sus
ciones concretas de valores, epistémi- pretensiones cognoscitivas –y en conse-
cos y no epistémicos, que se configuran cuencia sus productos teóricos no eran
a partir de un incesante juego recípro- meras “instrumentalidades políticas”,
co en episodios específicos de la histo- es decir, vehículos de opresión que
ria de las ciencias. De este modo, la ocultaban la “verdadera intención” de
idea de las “dimensiones axiológicas” la antropología: asegurar la domina-
pretende ser una categoría de investi- ción política–, sino que de ese modo las
gación orientada a detectar y analizar posibilitó. En consecuencia, pretendo
la intensa imbricación de valores no mostrar que los valores no epistémicos
estrictamente epistémicos pertene- provenientes de las tradiciones políti-
cientes al ambiente social y cultural de cas determinaron la concepción de su
la investigación científica y los valores objeto de estudio al tiempo que las va-
específicamente cognoscitivos que re- loraciones epistémicas asociadas a la
gulan sus procedimientos de investiga- objetividad científica determinaron el
ción (una presentación más detallada autoentendimiento de los etnógrafos y
del tema puede verse en González Mu- su papel concreto dentro del proceso
ñiz (2006, 2008). colonizador.
Para mostrar los alcances de dicha Dado que la relación entre antropo-
categoría, me interesa recurrir al exa- logía y colonialismo entraña un debate
men de uno de los sucesos más polémi- más amplio en torno a la relación entre
cos de la antropología, la desarrollada ciencia y sociedad, conocimiento y polí-
en situación colonial. Esta reflexión tica o, si se prefiere, entre saber y poder,
está basada en fuentes secundarias, resulta pertinente, además, reconstruir
particularmente en un debate pertene- y examinar las tradiciones (políticas,
ciente a la antropología anglosajona científicas o filosóficas) que preceden y
que giró en torno a los procesos de colo- condicionan los actos de comprensión
nización y descolonización, y que tuvo su y explicación antropológicos en la me-
momento crítico en la década de 1970. dida en que guían los juicios acerca de
Más específicamente, quiero examinar lo que resulta interesante, relevante o
los efectos constitutivos del proceso de correcto explorar y conocer. Considero
expansión colonial europea en la antro- que ello evidencia la contribución fun-
En torno al análisis de los valores en antropología: el caso de la etnografía en situación colonial 161
llas contra [...] el racismo [...] y los ciona los resultados de la investiga-
prejuicios contra los primitivos [...] ción. En su defensa de la neutralidad
En parte, los antropólogos se han ad- axiológica, los antropólogos en si
herido a esta doctrina de los hechos tuación colonial pasaron por alto los
locuaces porque creen que los fenó condicionamientos de sus metas especí
menos externos exhiben un orden ficamente cognoscitivas y difícilmente
natural, y este orden natural es “des- las concibieron como valoraciones con-
cubrible” si uno aplica técnicas objeti- cretas. Así, el “dogma empirista”, en
vas. El objetivo de la antropología ha consonancia con la afirmación de la
sido pues, inventar una serie de proce- neutralidad axiológica, repercutió en
dimientos objetivos de descubrimiento la configuración más íntima de la teo-
que revelen de un modo más o menos ría antropológica en la medida en que
automático el orden natural de los fe- constituyó un criterio normativo de ex-
nómenos externos (Tyler, 1975: 321). celencia científica, es decir, un conjunto
de valores epistémicos que regulaban
Esta noción de objetividad, que el de facto la investigación etnográfica.
mote de “dogma empirista” captura En efecto, la búsqueda de un supuesto
con gran acierto, entrañaba los crite- orden natural de los hechos de la cultu
rios de validez científica que guiaban ra constituía en sí misma una meta de
la investigación etnográfica y que, al la investigación etnográfica que deter-
mismo tiempo, impedían establecer minaba, por ejemplo, cómo habría de
explícitamente un vínculo entre el pro- proceder el etnógrafo en el campo, qué
ceso de producción de conocimiento cuenta como evidencia empírica y qué ca
acerca de “otras” culturas3 y el contex racteriza una buena observación.
to en el que se situaba dicho proceso, a
pesar de que, debido a su naturaleza, la ESOTERISMO ANTROPOLÓGICO Y
etnografía implica necesariamente un SITUACIÓN COLONIAL
encuentro histórico concreto entre el
antropólogo y la otredad cultural. Más Las narrativas acerca de la antropolo-
exactamente, supone un encuentro in- gía en el periodo colonial involucran
tercultural que necesariamente condi- una gran variedad de escenarios, per-
sonajes y situaciones, pero poseen una
3
La etnografía clásica se configuró en torno trama simple: el desarrollo de la antro-
a la formulación de hipótesis verificables con pología clásica formó parte del proceso
apariencia de leyes con el fin de revelar el orden de expansión colonial europea porque
inherente de la realidad; es decir, que dichas
leyes eran consideradas isomórficas con las con-
los antropólogos se interesaron por
diciones objetivas de las sociedades (Ulin, 1990: observar, describir y comprender socie
43). De ahí que la etnografía clásica, entendida dades no europeas colonizadas al am-
como un proceso de recolección neutral de he- paro de la sociedad colonizadora (Asad,
chos, privilegiara la descripción y la observación
sobre la teorización en el campo, e incluso sobre
1991: 315). Debido a ese desarrollo
la interpretación que los nativos tenían acerca simultáneo, la investigación etnográfi-
de su propia cultura. ca practicada en el contexto de expan-
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sión colonial es, tal vez, el episodio más ciente a la sociedad colonizadora, era
polémico en la historia de la antropolo- una figura marginal entre el numeroso
gía; la utilización efectiva del conoci- personal administrativo y militar, de
miento antropológico por parte de la manera que su experiencia en tanto
administración colonial para afianzar antropólogo nunca fue indispensable
su poder político fue el centro de un de- para el “gran proceso del poder colo-
bate4 en la antropología anglosajona, y nial” (Asad, 1991: 315); de hecho, en la
si bien es un tema que ha perdido ím- dinámica de las sociedades coloniales
petu, aún se discute entre historiado- los antropólogos y los administradores
res de la antropología. no pocas veces vieron sus intereses en-
¿Fue el conocimiento antropológico frentados:
un instrumento de la dominación polí-
tica colonial? Se ha documentado la […] con frecuencia cada uno de ellos
participación efectiva de antropólogos tiene importantes quejas acerca del
profesionales en labores específicas de desempeño o el ejercicio de la autori-
la administración colonial (Kuper, dad del otro. Son quejas administrati-
1973), pero los motivos que los llevaron vas habituales el que los antropólogos
a desempeñar labores administrativas [...] definen los problemas de investi-
fueron demasiado complejos, variables gación con más amplitud de la que los
e indeterminados para ser definidos administradores consideran necesa-
como instrumentalidades políticas. En ria [y] que no pueden o no quieren
este escenario, cabría atribuir al etnó- plantear los resultados de la investi-
grafo indolencia, apatía y acaso com- gación de manera que puedan com-
plicidad ante el sometimiento de las prenderlos fácilmente los administra-
culturas tradicionales africanas o asiá- dores (Foster, 1969: 232).
ticas. El antropólogo, aunque pertene-
Precisamente la discusión más su-
4
A mediados de la década de 1960 Jaques
til y más interesante para el análisis
Maquet publicó un artículo titulado “Objectivity histórico se encuentra en la naturaleza
in Anthropology”, en el cual afirma que las teo- del conocimiento antropológico y en los
rías funcionalistas fueron puestas al servicio resultados de las investigaciones etno-
del poder colonial (Maquet, 1964). Posterior-
mente, en 1968 la revista Current Anthropology
gráficas acerca de las sociedades colo-
publicó el artículo de Kathleen Gough “New nizadas. En este sentido, Talal Asad ha
Proposals for Anthropologists”, en el que consig- señalado que
na la famosa frase “la antropología es hija del
colonialismo” (Gough, 2005). Como respuesta a
[…] la función de los antropólogos en
estas críticas, Adam Kuper (1973) publicó una
defensa de la autonomía del conocimiento an- el mantenimiento de las estructuras
tropológico mediante críticas directas al artícu- de dominación imperial, a pesar de
lo de Maquet. El debate continuó en un semina- las consignas que dicen lo contrario,
rio realizado en Gran Bretaña dedicado por
ha sido trivial; el conocimiento que
completo a este tema. Los artículos allí presen-
tados se integraron posteriormente, en un libro producían era por lo regular demasia-
editado por Talal Asad (1973). do esotérico para que lo utilizara el
En torno al análisis de los valores en antropología: el caso de la etnografía en situación colonial 167
gobierno, y aun cuando fueran conoci- necesitaría mostrar, además, que la do-
mientos utilizables, eran marginales minación política y cultural se sustentó
en comparación con la gran cantidad efectivamente en el conocimiento gene-
de información rutinariamente acu- rado y avalado por los antropólogos
mulada por comerciantes, misioneros como tales; más aún, sería necesario
y administradores (Asad, 1991: 315). mostrar que el régimen colonial, con el
fin de asegurar el control político-eco-
¿Qué debemos entender con la idea nómico de las colonias y hacer eficiente
de que el conocimiento antropológico su administración, supeditó a valores
era, por lo regular, “demasiado esoté políticos los valores epistémicos de la
rico para ser utilizado”? Lo que debe antropología. Pero ello implicaría acep-
entenderse es que el conocimiento tar que los administradores coloniales
antropológico no era asequible a viaje- tenían un entendimiento antropológi-
ros, comerciantes, administradores y co de las sociedades colonizadas tanto
antropólogos por igual, pues dicho co como un antropólogo y que considera-
nocimiento era obtenido por técnicas ban el conocimiento antropológico
estandarizadas de observación y reco- como una herramienta más eficaz que
lección, evaluado de acuerdo con unos otras estrategias políticas de coerción,
valores epistémicos y codificado en un represión y administración.
lenguaje teórico que, además, se encon- Me parece que el conocimiento an
traba sometido a las formalidades aca- tropológico generado en situación colo-
démicas. En pocas palabras, solamente nial constituyó un factor relativamente
los “iniciados” tenían acceso al núcleo marginal en el proceso colonizador de-
axiológico de la antropología y las reglas bido al autoentendimiento disciplinar
de la práctica indagatoria etnográfica de los etnógrafos, así como a diversas
y no todos los personajes pertenecientes concepciones provenientes de su pro-
a la minoría racial dominante tenían pia tradición política. Lo que veremos
acceso a las preconcepciones acerca de en seguida es justamente cómo la pro-
la naturaleza del objeto de la antropolo- pia tradición política del antropólogo
gía y de lo que significa ser antropólogo. “inyectó” valores en la constitución de
De esta forma, para defender la su objeto de estudio, y veremos, por
idea de que la antropología contribuyó, otro lado, cómo la lógica de dominación
con su conocimiento, a consolidar la colonial constituyó el marco de racio-
dominación política europea en sus co- nalidad que determinó el entendi-
lonias, no basta con señalar que algu- miento teórico de “otras” culturas por
nos antropólogos asumieron cargos parte de los antropólogos funcionalis-
administrativos (ello sólo mostraría tas británicos.
que el régimen colonial utilizó al perso- Jacques Maquet define la “situa-
nal europeo disponible y que un an ción existencial” de la antropología
tropólogo es capaz de elaborar censos como la multiplicidad de determinacio-
demográficos y presentar reportes a nes sociales, económicas y personales
un superior jerárquico). Para ello se que cuentan para la existencia coti
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gobierno colonial como “una fuerza cie- señala el inicio de la participación in-
ga y loca que actúa incontrolablemente glesa en “la lucha por África” (Hobs-
en direcciones impredecibles”. En con- bawm, 1989). Esta era llegó a su fin en
traste con esta afirmación, considero 1945, cuando el recién electo gobierno
que es posible lograr un entendimiento laboral en Gran Bretaña introdujo
del gobierno colonial, de sus direccio- cambios en la administración colonial
nes y sus fuerzas, si nos situamos des- para propiciar la independencia de los
de la perspectiva axiológica y de las pueblos africanos en el futuro inme-
tradiciones políticas. Así, el examen diato. Durante ese mismo periodo, la
del proyecto colonial, de su estructura antropología comenzó su profesionali-
axiológica y de su desarrollo histórico, zación: en 1884, Edward B. Tylor fue
puede muy bien evidenciar el curso de nombrado catedrático en antropología
sus acciones y propósitos. por la Universidad de Oxford y primer
presidente de la recién creada Sección
LA TRADICIÓN FOLK-POLÍTICA de Antropología dentro de la Asocia-
BRITÁNICA ción Británica para el Avance de la
Ciencia. Para 1946 la antropología era
Durante el periodo colonial británico, ya una profesión y una ocupación aca-
el interés cognoscitivo de la antropolo- démica completa (Kuklick, 1984: 59).
gía era el estudio de las “culturas ge- Además de circunscribir el desarro-
nuinas”. A partir de la Primera Guerra llo histórico de la antropología británi-
Mundial y hasta finales de la década ca, estas marcas temporales permiten
de 1940, las culturas genuinas fueron señalar la participación constante de
concebidas como totalidades integra- los antropólogos en un debate nacional
das o sistemas de adaptación de un en torno a las características de un or-
grupo a su ambiente, y como unidades den político deseable; las ideas que for-
delicadamente balanceadas que resuel maron parte de este debate eran de
ven las necesidades fundamentales de corte liberal. Pero la importancia de la
los individuos. Veremos a continuación discusión está en otro lado: en los su-
que esta concepción de las culturas ge- puestos políticos que enmarcaron di-
nuinas logró constituirse a partir de cho debate que formaban parte de la
un conjunto de valores no epistémicos, cultura popular británica, del discur
los cuales pueden ser detectados en so de la alta cultura e incluso de las
una tradición política de la que no sólo discusiones sobre la naturaleza del Es
formaban parte los antropólogos, sino tado conducidos por los filósofos políti
que, en general, logró reunir a políticos cos desde el siglo xvii. El conjunto de
y filósofos ingleses desde el siglo xvii. estos supuestos de naturaleza política
Se trata de la tradición folk-política conforman lo que Kuklick ha llamado
británica. “tradición folk-política”, la cual se ha
La era del entusiasmo imperialista configurado en torno al interés por de-
comenzó con la ocupación británica de terminar el rango de posibilidades de
Egipto en 1882, acontecimiento que estructuración social (ibidem: 60).
172 Eduardo González Muñiz
7
Mientras John Locke consideraba ilegíti-
A partir de la década de 1920 y hasta
mo el gobierno establecido durante la conquista bien entrada la década de 1940, los an-
porque implicó una “abrogación de la democra- tropólogos británicos emprendieron el
cia natural de los sajones”, David Hume defen- estudio de sociedades “acéfalas”, es de-
dió los efectos civilizadores de la conquista: has-
ta la llegada de los normandos, “los sajones
cir, sociedades carentes de una entidad
habían avanzado muy poco desde el rudo estado concentradora del poder político o de un
de naturaleza” (Kuklick, 1984). Estado. Kuklick enumera un conjunto
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de factores que concurrieron para di facción personal ignorada por la gene-
rigir la atención de los antropólogos ración previa de antropólogos. Y los
británicos hacia tales sociedades: i) juicios de los antropólogos encajaban
este tipo de sociedades era especial- en un modelo convencional: las socie-
mente adecuado para un grupo de an- dades acéfalas eran vistas a partir del
tropólogos ansiosos por distinguirse de modelo folk de la democracia anglo-
sus predecesores evolucionistas y sus sajona [...] los funcionalistas se repre-
contemporáneos amateurs; afirmaban sentaban las culturas tradicionales
que se necesitaba entrenamiento para como sociedades perfectamente inte-
comprender los patrones de comporta- gradas e inevitablemente estáticas
miento que posibilitan y mantienen el debido a que todas sus instituciones se
orden social ante la ausencia de un go- reforzaban mutuamente y sus miem-
bierno centralizado; ii) debido a la pro- bros se encontraban unidos en un
pia dinámica colonial, las sociedades acuerdo consensual (Kuklick, 1984).
sin Estado por lo regular estaban lejos
del centro administrativo y en conse- El constante interés por el estudio
cuencia permanecían como objetos de instituciones, costumbres y valores
inexplorados de la investigación an que fomentan la solidaridad, hizo a un
tropológica; iii) los gobiernos centra lado estudios que pudieron hacerse (y
lizados eran más comunes en áreas que no fueron frecuentes hasta bien en-
pacificadas, en parte debido a que la trada la década de 1940) en torno a los
consolidación de una autoridad tribal cambios que el régimen colonial intro-
central fue una reacción tribal típica a dujo en las sociedades africanas. Asi-
la invasión foránea y en parte porque mismo, por un tiempo los antropólogos
los propios agentes coloniales estimula- evitaron especular acerca del origen del
ban la centralización política con objeto Estado, por su renuencia a concluir que
de facilitar los trámites administrati- la fuerza era necesaria para el mante-
vos (Kuklick, 1984: 71). nimiento de la organización política.8
Tal como lo presenta Kuklick, el in-
terés por el estudio de sociedades sin
Estado fue en gran medida la respues- 8
Henrika Kuklick señala que el libro clásico
de antropología política African Political Sys
ta y la adecuación práctica de los an- tems de 1940, editado por Meyer Fortes y Ed-
tropólogos a las condiciones sociales de ward Evans-Pritchard, concentra el enfoque
la situación colonial. Sin embargo, la antropológico de esa época: “generalmente se
selección de las sociedades sin Estado acepta que este libro no sólo marcó e inspiró
una generación completa de antropólogos, sino
como temas de investigación etnográfi- que además constituyó la culminación de una
ca se debió también a un asunto más tendencia previa; para los antropólogos de la
sutil, puesto que dicha selección: primera posguerra, las sociedades simples repre-
sentaban un ideal cultural: sólo pequeñas dife-
rencias de estatus existían en sociedades no
[…] representaba un juicio normativo
desarrolladas económicamente, y el orden so-
que entrañaba el reconocimiento de cial se mantenía por medio de cooperación in-
fuentes de estabilidad social y satis- formal y consenso” (Kuklick, 1984).
En torno al análisis de los valores en antropología: el caso de la etnografía en situación colonial 175