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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD YACAMBÚ
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHO
LA MORA - CABUDARE

INTEGRANTE:
Daniela Farias
C.I.: 23304562
Cátedra: Teoría General de las
Obligaciones
Prof.: Karla Goncalves

LA MORA, FEBRERO DE 2018


Ensayo Derecho de Obligaciones: Estas obligaciones, cuyas prestaciones son susceptibles de
ser valoradas o traducidas económicamente, son las que pertenecen al ámbito del Derecho de
Obligaciones en la medida en que no estén reguladas por otra rama específica del Derecho. Si la
prestación no tiene contenido patrimonial (o traducible a éste) no pertenece al Derecho de
Obligaciones. Este es el criterio diferencial fundamental, aunque no el único.
Radica en que en la obligación, las partes (acreedor y deudor) se encuentran en plano de
igualdad. La obligación de pagar mis impuestos tiene carácter patrimonial, pero los sujetos no
están en plano de igualdad. Yo no estoy en el mismo plano del Estado. El Estado está, en
principio, en un plano de superioridad. Entonces, la obligación de pagar mis impuestos no entra
en el ámbito del Derecho de Obligaciones. Tal obligación entra en el ámbito del Derecho Fiscal.
La obligación civil es un vínculo jurídico entre dos personas (o mas) en virtud del cual
una de ellas, llamada deudor, está constreñida a dar alguna cosa, a hacer o no hacer algo, a favor
de otra llamada acreedor, el cual tiene el poder jurídico de compeler al deudor al pago, es decir, a
que le de la cosa o haga o no haga algo. La obligación civil se identifica con los llamados
derechos personales o créditos.
Los términos obligatorios y la relación obligatoria indican desde esta perspectiva lo
mismo. Cuando el art. 1089 del CC dispone que los contratos son fuentes de obligaciones, se
refiere a las relaciones obligatorias. La obligación será la total relación jurídica que nace entre las
partes del contrato. Su contenido será el conjunto de deberes, cargas y facultades de las partes,
Los deberes jurídicos son a veces denominados obligaciones. Conviene no confundir el
término obligaciones como equivalente de relación obligatoria y el de obligación como sinónimo
de deber jurídico.
La obligación crea un lazo, una liga-vinculum, que presupone por lo menos dos sujetos:
Uno activo y otro pasivo; el primero creditor sujeta en cierta forma al segundo debitor para que le
preste la conducta debida. Las expresiones creditor y debitor se usaron tardíamente, reus parece
ser el término admitido en la vieja lengua jurídica para uno y otro sujeto. El vínculo que es un
lazo de derecho permite al acreedor usar los medios coactivos para que el deudor preste el
comportamiento debido. El objeto de la obligación, consistía en la conducta que el deudor debía
observar en provecho del acreedor; así, un dare, facere o praestare
La relación obligatoria vincula, al menos, a dos personas. En términos jurídicos, nadie
puede estar obligado consigo mismo, sino siempre respecto de otra persona. Conforme a ello, la
relación obligatoria requiere estructuralmente la existencia contrapuesta de sujetos, que ocupan
posiciones perfectamente distintas en dicha relación:
Los elementos de la relación obligatoria son básicamente cuatro. Por un lado conseguimos
el sujeto pasivo: el deudor. El deudor es el sujeto obligado (debitor reus promittendi), quien debe
realizar la prestación en que consiste el objeto de la relación obligatoria. El deudor es quien posee
un débito en contraposición al crédito del acreedor.
La prestación no es más que la conducta que el deudor debe desplegar en beneficio del
acreedor, conducta que va a proporcionar una utilidad al acreedor (no necesariamente
patrimonial) y que éste espera.
De la prestación se dice que debe ser posible, lícita, determinada o determinable. En
cuanto a la posibilidad se dice que la misma debe ser material y jurídica. Posibilidad material
implica para el deudor que le sea factible realizar personalmente, o a través de un tercero, la
prestación a la cual se ha obligado. Ningún sentido tendría que el deudor se comprometa a hacer
algo que le resulte imposible, como destruir una estrella o vaciar el océano. Posibilidad jurídica
implica que la ley permita al deudor realizar la conducta jurídica a que se ha obligado. Desde este
punto de vista resulta imposible vender una plaza pública o enajenar un ejido.
Se llaman fuentes de las obligaciones a aquellos hechos a los cuales el ordenamiento
jurídico romano atribuía eficacia de hacer surgir un vínculo obligatorio entre dos o más personas.
Según Gayo, las obligaciones derivan de dos fuentes: el contrato y el delito, pero en la res
cottidianae, surge una clasificación tripartita de las causas de las obligaciones: las obligaciones
nacen del contrato o del delito, o por un cierto derecho peculiar de varias especies de causas, la
doctrina se inclina hoy por creer que tal división no es clásica y que las Res Cottidianae que
atribuyen a Gayo no son de éste. Los jurisconsultos romanos al referirse al tercer término,
indicaban a veces que la obligación se desarrollaba en ellos de un modo parecido como se
desenvolvía la procedente de un contrato determinado o de los delitos.
La Ley: Es la fuente inmediata de la obligación. Las obligaciones nacen de la ley, es decir,
su sola autoridad da nacimiento a una relación obligacional concreta (deudor, acreedor y
prestación debida) con independencia de todo acto voluntario o de comportamiento del sujeto. La
ley da origen a la obligación, de la voluntad de la ley surgen obligaciones.
La Voluntad de las Partes:
La manifestación – la exteriorización – la declaración - de la voluntad de las partes da
origen a una obligación. Esta voluntad declarada de las partes puede darse de manera unilateral o
bilateral.
Es unilateral cuando la obligación nace por el acuerdo de una parte.
Es bilateral cuando la obligación nace por el acuerdo de dos o más partes.
Cuando la obligación nace por el acuerdo de las partes, sea unilateral o bilateral, el
legislador sólo interviene para sancionar la obra de las partes, es decir, otorgándoles el derecho de
acción para controlar su actividad y limitando la libertad de los contratantes por medio de
prohibiciones o nulidades.
Todas las obligaciones que no nacen de la voluntad de las partes, sea voluntad unilateral o
bilateral, tienen por fuente a la ley.
En el Derecho Romano se reconocía 5 fuentes:
* Los contratos: acuerdos de voluntades de dos o más partes para crear una obligación
* Los cuasi contratos: aquellos actos que sin ser acuerdos de voluntad como los contratos
generaban efectos similares a éstos
* El delito: cuando una persona intencionalmente causaba un daño a otra
* El cuasi delito: cuando el acto negligente de una persona producía un daño
* La ley
La clasificación de las fuentes de las obligaciones contemplada en el código civil
venezolano se divide en dos etapas: la primera etapa desde la promulgación del primer código
civil de Venezuela en 1862 hasta el código civil de 1922 y la segunda etapa correspondiente al
código civil de 1942.
Las obligaciones pueden dividirse como sigue:
Obligaciones de Derecho Civil y de Derecho de Gentes.
Las obligaciones del Derecho de Gentes no necesitaron el empleo de formalidades
solemnes para su perfeccionamiento, fueron además accesibles a los extranjeros, tales como las
que nacían del comodato, depósito, compraventa, etc.
Civiles y honorarias:
En las instituciones de Justiniano se dice que la división principal de las obligaciones se
reduce a dos clases: Civiles o pretorianas; son civiles las que han nacido por las leyes, o
reconocidas por Derecho Civil. Son pretorianas, las que el pretor ha establecido por su
jurisdicción, llamadas también honorarias.
De derecho estricto ( stricti iuris ) y de buena fe ( bonae fidei).
En este tipo de obligaciones que nacen de los contratos bilaterales, las partes podían
invocar la compensación, los vicios del consentimiento, etc.
Civiles y naturales.
Tales obligaciones no podían repetirse cuando se cumplían en el Derecho Justiniano.
Como ejemplo de ellas tenemos la prestación de alimentos a parientes a quienes civilmente no se
está obligado a proporcionarlos; la constitución de dote por parte de la mujer en orden a sí
misma, si creía estar obligada; el pago de los gastos del funeral de un pariente; y el pago hecho
por la madre para rescatar al hijo en esclavitud.
Obligaciones divisibles e indivisibles.
Las obligaciones indivisibles en el Derecho Clásico, se estiman solidarias, mientras que el
Derecho Justinianeo las consideró diversas de las solidarias reconociéndoles, en caso de
pluralidad de sujetos activos o pasivos los efectos siguientes:
1. Si eran varios los acreedores, cualquiera de ellos podía perseguir al deudor por la
totalidad de la deuda, pero este último podía exigir al acreedor que cobra, una caución que lo
ponga al cubierto de una ulterior persecución por parte de los demás acreedores.
2. Si concurren varios deudores frente a un solo acreedor, éste puede perseguir a
cualquiera de ellos por el todo, a su vez, el deudor interpelado puede pedir que le otorgue un
plazo para dirigirse contra sus demás codeudores y exigir, antes del pago una indemnización por
las cuotas de éstos.
Obligaciones genéricas y obligaciones específicas.
Tiene interés esta división en caso de pérdida de la cosa por fuerza mayor antes del
cumplimiento de la obligación; en efecto tratándose de obligaciones genéricas éstas no se
extinguen por perecimiento del objeto: genus perire non censetur. El deudor continúa obligado,
en cambio, si la cosa específica perece por caso fortuito, el deudor queda libre: especies perit ei
cui debetur.
Obligaciones alternativas y facultativas.
Las primeras son aquellas en las que se señalan varias prestaciones para que el deudor
cumpla sólo alguna de ellas, bien a elección suya o bien al acreedor.
Las obligaciones facultativas.
Son aquellas en que el deudor se obliga al cumplimiento de una prestación determinada
aunque reservando para sí la facultad de liberarse cumpliendo con otra distinta.
Obligaciones de dar:
Consisten en la realización del antiguo dare romano. Como carácter fundamental, puede
señalarse que la propiedad o derecho se transmite y se adquiere de pleno derecho por efecto del
consentimiento legítimamente manifestado (art. 1161 del Código Civil) siempre que se trate de
un cuerpo cierto.
Obligaciones de hacer:
Tanto las obligaciones de dar como las de hacer consisten en la realización de una
prestación positiva por parte del deudor; es decir, consisten en una actuación de éste; en las de
dar, la actuación consiste en una actividad jurídica: la transmisión de la propiedad u otro derecho
real; y en las de hacer, en la realización o ejecución de una actividad o conducta que implica uno
o varios hechos que deben ser ejecutados por el deudor. Por ello, en la doctrina tanto las
obligaciones de dar como las de hacer reciben el nombre de obligaciones positivas u obligaciones
de prestación positiva.
A. Obligaciones de no hacer:
Son aquellas que consisten en la realización de una abstención por parte del deudor, en la
no ejecución o no realización de una determinada conducta; es decir, en un no hacer. .
Según el fin perseguido por la prestación:
A. Obligaciones de resultado:
Son aquellas en las cuales la prestación a que se obliga el deudor es un efecto específico,
preciso y concreto de su actividad; la prestación es un fin en si mismo, pues el deudor se
compromete a obtener un determinado resultado.
Obligaciones de medio:
Son caracterizadas porque el deudor no se compromete a obtener un determinado
resultado, no garantiza ese resultado, la prestación está constituida por hechos actividades del
deudor que pueden producir o no determinado resultado.
Según el carácter coactivo de la obligación:
A. Obligaciones jurídicas:
En ellas, el deudor no es libre de cumplir o no cumplir, sino que puede ser obligado a ello.
Las obligaciones jurídicas equivalen a las que los romanos denominaban obligaciones civiles, por
contraposición a las naturales, y son las obligaciones por excelencia.
B. Obligaciones naturales:
En las obligaciones naturales, el deudor sólo tiene un deber moral de cumplimiento; si
cumple espontáneamente el pago es válido. A pesar de no ser exigibles coercitivamente, sí
producen efectos jurídicos al ser cumplidas.
Según estén o no sometidas a modalidades:
A. Obligaciones puras y simples:
Son aquellas cuya existencia o cumplimiento no depende de la ocurrencia de ningún
acontecimiento o modalidad. Deben cumplirse de inmediato (ejemplo: pago de contado), a
menos que por su naturaleza sea necesario un plazo implícito (ejemplo: entrega de un traje hecho
a la medida (Art. 1212 CC).
B. Obligaciones a término:
Son aquellas cuyo cumplimiento o ejecución depende de la realización de una
acontecimiento futuro y cierto: una fecha futura, la muerte de una persona (Art. 1211 CC).
C. Obligaciones condicionales:
Son aquellas cuya existencia depende de la realización de un acontecimiento futuro e
incierto que se denomina condición. (Art. 1197 CC). El hecho puede ocurrir o no: Si fulano
muere este mes.
Según la pluralidad de objetos obligaciones que tienen dos o más objetos:
A. Obligaciones conjuntivas:
Son aquellas que recaen sobre varios objetos y para cumplirlas, el deudor debe realizar las
diversas prestaciones que constituyen los respectivos objetos. Obligaciones alternativas: El
deudor tiene una obligación con dos objetos, pero la cumple entregando uno sólo de ellos. Se
dice entonces, que ambos objetos están “in obligationem, pero uno sólo de ellos está “in
solutionem”, pues el pago (solutio) se efectúa sobre uno de los objetos solamente (Art. 1216 CC).
B. Obligaciones facultativas:
En estás, la obligación en principio parece tener dos objetos, pero en realidad tiene uno
solo, pues el deudor tiene la facultad de cumplir la obligación efectuando una prestación distinta
de la que contrajo, ejecutando una prestación sustitutiva de la que prometió inicialmente.
Según la pluralidad de sujetos (obligaciones en las cuales existen varios acreedores o
deudores), tenemos:
A. Obligaciones conjuntas o mancomunadas:
Son aquellas en las cuales existen varios deudores o varios acreedores y la prestación se
divide entre los diversos sujetos integrantes de la relación obligatoria. Es decir, la obligación se
divide en varias cuotas o partes como sujetos existan y se descompone en una serie de vínculos
jurídicos con su propio objeto.
B. Obligaciones solidarias:
Constituyen una excepción al principio general de la divisibilidad de las obligaciones
cuando tienen la pluralidad de sujetos, representados por las obligaciones conjuntas o
mancomunadas.
Según la divisibilidad del objeto de las obligaciones, éstas pueden ser:
A. Obligaciones divisibles:
Son aquellas en las cuales su objeto puede dividirse en partes o es susceptible de
ejecutarse por partes. Por ejemplo: una obligación que consista en una deuda de veinte mil
bolívares puede ser dividida y ejecutada en partes: en dos partes de diez mil bolívares o cuatro
cuotas de cinco mil bolívares.
B. Obligaciones indivisibles:
Son aquellas en las cuales su objeto n o puede dividirse en partes o no es susceptible de
ejecutarse en partes.
Según la fuente donde se origina la obligación:
A. Obligaciones contractuales:
Son aquellas derivadas de un contrato, de la celebración por las partes de un contrato.
Obligaciones extracontractuales:
El término de obligaciones extracontractuales lo reserva la mayor parte de la doctrina para
las obligaciones derivadas del hecho ilícito, comprendiendo el abuso de derecho, denominadas
también obligaciones delictuales
Obligaciones pecuniarias:
Las obligaciones pecuniarias tienen por objeto una suma de dinero, y merecen un análisis
más profundo en cuanto a su naturaleza.
Solidaridad Activa: Existe cuando son varios los acreedores que pueden demandar al
deudor (o deudores) el pago total, de modo que verificado el pago a cualquiera de los acreedores,
se extingue la deuda respecto de todos los acreedores.
En realidad es raro que exista esta estipulación. Más bien puede corresponder a una
comodidad exigida por el deudor, si bien a los mismos resultados (evitar tener que pagar a cada
uno de los acreedores su cuota) se podría llegar mediante un mandato.
El efecto de la solidaridad activa, entre los acreedores y el deudor es que no existe
división del crédito. Luego, cada acreedor puede demandar el pago total de la obligación, si bien
nada se opone a que el acreedor sólo reclame la parte o cuota que en definitiva le corresponde y
que acepte del deudor un pago parcial.
Solidaridad Pasiva:
Existe cuando hay varios deudores y cada uno de ellos puede ser demandado por el
acreedor o acreedores, por el total de la deuda.
Es la más eficaz de las cauciones personales porque otorga al acreedor la facultad de
perseguir el pago de su crédito en el patrimonio de varios deudores.
Los efectos de la solidaridad son los siguientes (art. 268):
1. El acreedor puede accionar contra cualquiera o todos los firmantes del título.
La solidaridad produce el mismo efecto el reconocimiento de la deuda, verificado por uno
de los codeudores.
Por otra parte, a consecuencia de la solidaridad, la demanda de intereses, contra uno de los
deudores, los hace correr respecto de todos.
Por vía consecuencial la solidaridad se extingue por la extinción de la obligación
principal.
También se extingue por la renuncia a la solidaridad. Lo que puede ocurrir en forma total
(articulo 1516 inciso 4º) o parcial (articulo 1516 inciso 3º) y en forma expresa o tácita,
entendiendo que ocurre tácitamente cuando el acreedor ejecuta ciertos actos que suponen
necesariamente su propósito de renunciar (artículo 1516 inciso 2º). El código también se refiere a
la renuncia a la solidaridad en el pago de una pensión periódica. Tratándose de las devengadas
puede ser expresa o tácita. En relación a las pensiones futuras debe ser expresa.
REFERENCIAS

Felipe Osterling Parodi y Mario Castillo Freyre. Tratado de Las Obligaciones. IX Tomos.
Biblioteca para leer el Código Civil. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del
Perú. 1996. tomos. Lima – Perú

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