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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

Asignatura:
DERECHO CIVIL II
Tema:
Actividad lv, v, vl, vll
Facilitador:
Alexis Gómez
Participante:
Ana Antonia Ozuna
Matricula 17-2966

Fecha:
02/02/18
SANTO DOMINGO ESTE
UNIDAD IV:
La Contraescritura.

4.1. ¿Qué es la contraescritura?


En general se entiende por contraescritura aquella mediante la cual se altere o modifique lo
estipulado en alguna escritura anterior.

4.2. Simulación y contraescritura.


La simulación es la operación por la cual se crea una situación jurídica aparente que difiere de la
situación jurídica verdadera. Se trata así de ocultar la verdadera situación jurídica tras la fachada
de una situación aparente.
Una noción tan amplia de la simulación rebasa el marco de los actos jurídicos patrimoniales: unas
personas que viven en concubinato y se crean la posesión de estado de conyugues, se entregan a
una simulación lato sensu. Pero generalmente se reserva el nombre de simulación para la creación
de una apariencia en el ámbito de las obligaciones. Supóngase dos contratantes que quieren
ocultar la convención real que concluyen; y que, para lograrlo, la disimulan tras una convención
puramente aparente.
Se dice entonces que existe una contra escritura. La contraescritura designa el contrato verdadero
que disimula el acto ostensible o acto aparente; el verdadero contrato va “contra la escritura” de la
convención aparente.

4.3. Efecto y oponibilidad de la contraescritura.


Los redactores del código civil francés organizaron la protección de las personas engañadas con la
simulación: “las contraescrituras no pueden surtir efecto sino entre las partes contratantes; no
producen efectos contra terceros” (art.1321). A consecuencia de un error, por haber considerado la
contraescritura como un instrumentum, los redactores colocaron esta disposición en el capítulo de
la prueba. En realidad, se refiere al efecto del contrato. Un contrato no produce efectos con
respecto a verdaderos terceros, se haya realizado o no se haya realizado por contraescritura. Pero
el contrato, de un lado, es oponible a los terceros; y, de otro, es susceptible a veces de crear
obligaciones, de surtir efecto con respecto a algunos causahabientes singulares; desde ese doble
punto de vista, la regla establecida por el art. 1321, “Los contra escritos no pueden surtir su efecto
sino entre las partes contratantes; no tienen validez contra los terceros.” Presenta interés por la
derogación que aporta a las reglas generales.

4.4. Requisitos que deben reunir los terceros.


Los terceros no tienen que justificar un perjuicio. Pueden invocar el acto aparente, incluso cuando
la simulación no les haya causado ningún perjuicio; es suficiente con que tengan interés en invocar
el acto ostensible.
Pero, para ser tercero del artículo 1321 del código civil, es necesario haber sido engañado por el
acto ostensible. Si tenía conocimiento de la contraescritura el litigante que pretenda desconocerla,
no hay ya apariencia, y no existe ya razón para protegerlo. Desde luego no es necesario requisito
exigido, por el contrario, para intentar la acción pauliana que el engaño haya sido dirigido contra
aquel que lo alega; incluso si el acto aparente no ha sido dispuesto para engañar al demandante,
este tiene derecho a atenerse al acto aparente.

4.5. La acción en simulación.


La simulación es toda operación en virtud de la cual se crea una situación jurídica aparente que
difiere de la situación jurídica verdadera, producto de la ocurrencia de determinadas circunstancias
adversas a los intereses patrimoniales de las partes contratantes.

4.6. Requisitos de la simulación.


Los requisitos de la simulación son:
a) El acuerdo simulatorio.
b) El fin de engañar a terceros.
c) El acuerdo simulatorio

4.7. Clases de simulación.


La simulación de contratos o actos jurídicos puede ser absoluta o relativa, según sean las
intenciones ocultas detrás del negocio jurídico.
Recordemos que existe simulación cuando la realidad deseada por las partes es diferente a la
voluntad plasmada en los documentos (contrato de compraventa, escritura pública, etc.).

4.8. Efectos de la simulación relativa entre las partes.


Este negocio simulado tendrá efectos entre las partes, siempre que concurran los requisitos de
validez y no perjudique el derecho del tercero. Así, el negocio jurídico disimulado (oculto y real)
vincula efectivamente a las partes siempre y cuando concurran sus requisitos de validez. Además,
el negocio jurídico disimulado no debe afectar el derecho del tercero. Aquí se tutela el interés de
los terceros en hacer prevalecer la realidad (negocio disimulado) sobre la apariencia (negocio
simulado). Es irrelevante si el negocio simulado (aparente y fingido) no reúne los requisitos de
validez.
Las mencionadas reglas sobre los efectos de la simulación relativa entre las partes están
inspiradas en el principio de respeto de la voluntad negociar: en su carácter disimulado es eficaz
porque las partes lo han deseado efectivamente como un acto que surtirá efectos que le son
propios; en cambio, en su carácter simulado es ineficaz, adolece de simulación absoluta porque los
efectos le son propios a la figura usada para esconder el carácter real del acto no son queridos por
las partes

4.9. Efectos de la simulación parcial entre las partes.


Cuando la simulación relativa objetiva sea parcial, esto es, cuando la partes no esconden el
carácter total del negocio que realizan bajo la apariencia de otro negocio diferentes, sino solamente
ciertos aspectos mediante estipulaciones o cláusulas que hacen referencia a datos inexactos,
tienen efectos entre ellas los datos exactos, ocultados, por ser los efectivamente queridos, siempre
que sean lícitos y no afecten los derechos de terceros.
De otro lado en la simulación relativa subjetiva parcial por interpósita persona ficticia, el testaferro
no adquiere ni tramite derechos sino que sirve de enlace para que el derecho pase directamente
del transmitente al efectivo titular oculto. El acuerdo simula torio se da entre el disponente del
derecho, el testaferro y el adquirente efectivo, de modo que la simulación de persona es siempre
parcial; no es aparente todo el acto, sino solamente con relación a uno de los sujetos. El testaferro
no adquiere nada; presta una colaboración puramente material; la relación jurídica se constituye
desde el primer instante entre el transmitente y el verdadero adquirente. El que transfiere el
derecho sólo se obliga aparamente con el interpuesto, pero en la inteligencia de obligarse hacia el
tercero, frente al cual adquiere los derechos y asume las obligaciones resultantes del acto
4.10. Efectos entre simulantes y terceros.
Existe el principio que, los actos jurídicos sólo producen efectos en quienes lo concluyen; sin
embargo, tal aseveración no es tan rígida, tratándose de los actos jurídicos simulados. En ese
sentido, se entiende por terceros, aquellos que no han tenido participación en la celebración del
acto jurídico, ni por sí ni mediante representante; y, por consiguiente, no pueden gozar ni sufrir sus
efectos. Ahora bien, en el tema de los terceros en materia de simulación, serán únicamente los que
tengan un derecho bien legal, o bien contractual.

Los terceros pueden ser absolutos y relativos. Es tercero absoluto quien no tiene ninguna relación
jurídica con cualquiera de las partes. Es tercero relativo, aquel que siendo ajeno a las partes del
acto jurídico, puede ser alcanzado, positivamente o negativamente, por sus efectos.

Tercero relativo, son aquellos que no concurrieron con su voluntad en el acto jurídico pero que son
beneficiados o perjudicados por el acto jurídico

4.11. Efectos entre los simulantes y los terceros acreedores del titular
aparente.
El acto jurídico simulado es válido y eficaz frente a los terceros acreedores del adquirente (titular
aparente). El acreedor de buena fe del simulante adquirente tiene un interés opuesto al del
acreedor del simulante. Su interés es el de hacer prevalecer la apariencia sobre la realidad, a fin
de poder satisfacer su crédito con la ejecución forzada del bien que aparentemente ha ingresado al
patrimonio de su deudor.

Es un acto jurídico orientado según la clase de simulación, a ejercitar el derecho de la tutela para
deducir consecuencias judiciales, de la ficción de un contrato, y así declarar su inexistencia o
declarar que se ha formalizado en sustitución del verdadero.

Sus características son las siguientes:

Disconformidad entre la voluntad interna y la voluntad manifestada.

Concierto entre las partes para producir el acto simulado.

Propósito de engañar a los terceros.


UNIDAD V
Extinción del Crédito.

5.1. Modos de extinguir las obligaciones


El artículo 1234 del Código Civil Dominicano establece que las obligaciones se extinguen por:
a) El pago, b) La novación, c) La quita o perdón de la deuda; d) La compensación;
e) La confusión; f) La pérdida de la cosa; g) La nulidad o rescisión; h) La condición
resolutoria; y i) La prescripción.

5. 2. El pago
En el lenguaje jurídico, se denomina pago a la ejecución de la prestación debida por el deudor,
cual que sea el objeto, ya se trate de una suma de dinero, o de la entrega de mercancías, o la
ejecución de un trabajo.
El deudor sólo se libera cumpliendo la prestación debida, esto es efectuando el pago de la misma.
El pago para surtir efecto debe regirse por tres principios: Debe pagarse lo debido, debe pagarse
todo lo debido, y no se puede pagar más de lo debido. Hay pago con subrogación, imputación del
pago, dación en pago, pago por cesión de bienes y por consignación.
El pago debe hacerse al acreedor o al que tenga su poder, o al que está autorizado por los
Tribunales o por la ley, para recibir en su nombre.

5. 3. La dación en pago.
La dación en pago es el negocio jurídico por el cual el deudor transmite la propiedad de una cosa a
su acreedor, quien acepta el recibirla en lugar y en pago de la prestación debida.
El acreedor no puede ser compelido a recibir cosa distinta de la que se le debe, pero no le está
prohibido hacerlo.
La dación en pago, cuando es aceptada por el acreedor, extingue definitivamente la obligación.
Supone la transmisión inmediata de la propiedad y de su entrega, su tradición, instantánea.
La transmisión instantánea de propiedad prohíbe la dación en pago que recae sobre cosas futuras;
impide igualmente la dación en pago de una cosa cuya entrega fuese acompañada de un término.
Si bien en la dación en pago la transmisión instantánea de la propiedad es indiscutida, la tradición
o entrega inmediata no lo es. Si no se verifica la tradición instantánea, la operación prevalece como
promesa de dación en pago.
Cuando el accipiens o acreedor sufre la evicción de la cosa ajena dada en pago, el pago es nulo y
aquél conserva su crédito con todas sus garantías.
Los acreedores, por medio de la acción pauliana, pueden invalidar las daciones en pago
fraudulentas a su respecto. La acción pauliana no se concede contra los pagos, pero sí contra las
enajenaciones, y la dación en pago es una de ellas.
5.4. Prueba del pago.
La carga de la prueba de la obligación pesa sobre el acreedor. La carga de la
prueba del pago pesa sobre el deudor.
El Art.1315, párrafo 2, es inaplicable en los casos de obligaciones de
prudencia y diligencia.
El pago es un acto jurídico, por lo tanto, no puede probarse, por encima de 30 pesos, más que por
un procedimiento de prueba perfecto. En el caso de pagos parciales, esa prueba se exigirá si el
total de los pagos supera los 30 pesos (Arts.1341 y siguientes). Sin embargo, nuestra Corte de
casación ha dicho en alguna oportunidad que la regla que prohíbe probar por testigos los pagos
superiores a 30 pesos no es de orden público y por consiguiente la parte que se aprovecha de ella
puede renunciarla.
La regla dispuesta por el Art.1341 sólo se aplica a los pagos de sumas de dinero para los cuales se
exige un recibo; se permite por todos los medios la prueba de la obligación de hacer. El Art. 1348
permite acudir a todo medio de prueba cuando ha sido imposible moralmente procurarse un
documento o recibo que pruebe el pago realizado. En las compraventas al contado, donde la
costumbre es no entregar recibo, puede invocarse el Art. 1348.

5.5. Del cumplimiento forzoso.


Las obligaciones de hacer y de no hacer se resuelven en el abono de daños y perjuicios en caso
de incumplimiento por parte del deudor. Es la traducción del adagio "Nemo praeoise potest cogi ad
factum (Nadie puede ser obligado a la ejecución personal de un hecho), recogida en su espíritu por
el Art. 1142.
Pese a esa afirmación de alcance general, en el ámbito de esas obligaciones, el cumplimiento en
especie puede obtenerse con frecuencia. Y es que tal principio sólo es aplicable a las obligaciones
de hacer que han sido contraídas intuitu persona. Siempre que la obligación de hacer sea
susceptible de ser cumplida por un tercero, el acreedor puede ser autorizado también, en caso de
incumplimiento, para cumplir él mismo la obligación a expensas de su deudor. (Art. 1144). El
principio es idéntico en las obligaciones de no hacer.

5.6. Ofrecimiento real de pago seguido de consignación.


Todo pago supone una deuda. Para pagar válidamente se requieren dos condiciones:
1- Ser dueño de la cosa que se de en pago y
2-Ser capaz para enajenarla.
Sin embargo, el pago de una suma hecho en dinero o en otra especie que se consuma por el uso,
no puede reclamarse al acreedor que la ha consumido de buena fe, aunque el pago haya sido
hecho por uno que no era dueño, o que no era capaz para enajenarla.
El pago debe realizarse a las siguientes personas:
1-Al acreedor,
2-Al que tenga poder del acreedor para recibirlo, o
3-al que esté autorizado por los tribunales o la ley para recibir el pago en nombre del acreedor.
El pago hecho al que no tiene poder de recibir en nombre del acreedor, es válido, si éste lo ratifica
o si se ha aprovechado de él.

5. 7. Requisitos para la validez de los ofrecimientos reales de pago.


El ofrecimiento de pago junto a la consignación constituye mecanismos para liberar al deudor
cuando el acreedor se rehúsa a recibir el pago de su acreencia. En ese orden de ideas, en caso de
existir alguna obligación de pago o entrega se realizará el ofrecimiento de pago, y en el caso de
que el acreedor se rehúsare a aceptarlo, el deudor puede consignar la suma o la cosa ofrecida. La
importancia de este mecanismo radica en que los ofrecimientos reales de pago, seguidos de una
consignación, liberan al deudor, y surten respecto de la obligación el efecto de pago, cuando se
han realizado válidamente en cumplimiento a las formalidades exigidas por la ley; quedando la
cosa consignada de esta manera bajo la responsabilidad del acreedor.
Este mecanismo es regulado por los artículos 1257 y siguientes del Código Civil Dominicano que
entre otras cosas, disponen para su validez el cumplimiento de los siguientes requisitos:

5. 8. La Novación
Objetiva es un contrato mediante el cual la parte extingue la obligación originaria sustituyendo ésta
con una nueva obligación con objeto o título diverso.

5.9. Quita voluntaria o perdón de la deuda.


Art. 1283.- La entrega voluntaria de la primera copia del título, hace presumir la quita de la deuda o
el pago, sin perjuicio de la prueba en contrario.

Art. 1284.- La entrega del título original bajo firma privada o de la primera copia del título a uno de
los deudores solidarios, tiene el mismo efecto en beneficio de sus codeudores.

Art. 1285.- La entrega o descargo convencional en provecho de uno de los codeudores solidarios,
libra a todos los demás, a menos que el acreedor no haya reservado expresamente sus derechos
contra estos últimos. En este último caso no podrá repetir la deuda sino haciendo la deducción de
la parte de aquel a quien ha dado la quita.

Art. 1286.- La entrega de la cosa dada en prenda, no basta para presumir la quita de la deuda.

Art. 1287.- La quita o descargo convencional concedido al deudor principal libra a los fiadores. El
otorgado al fiador, no libra al deudor principal. Y el otorgado a uno de los fiadores, no libra a los
otros.

Art. 1288.- Lo que el acreedor reciba por un fiador para el descargo de su fianza, debe imputarse
sobre la deuda y recaer en descargo del deudor principal y de los otros fiadores.

5. 10. La compensación.
En Derecho, la compensación es uno de los modos de extinción de las obligaciones que tiene lugar
cuando dos personas son deudoras la una de la otra, con el efecto, por ministerio de la ley, de
extinguir las dos deudas hasta el importe menor.

5. 11. La confusión.
La confusión, en Derecho, es un modo de extinguir obligaciones que se produce cuando por algún
motivo concurren, es decir, se confunden en una misma persona las dos posiciones contrapuestas
de una obligación (obligación y derecho correlativo).

5. 12. La pérdida de la cosa debida.


Cuando la cosa cierta y determinada que era objeto de la obligación perece, queda fuera del
comercio, o se pierde de modo que se ignore en absoluto su existencia, queda extinguida la
obligación si la cosa ha fenecido o ha sido perdida sin culpa del deudor, y antes que fuera puesto
en mora. Si el deudor está puesto en mora, y no se ha obligado para los casos fortuitos, queda
extinguida la obligación en el caso en que la cosa hubiera igualmente perecido en poder del
acreedor, si le hubiese sido entregada. Está obligado el deudor a probar el caso fortuito que
alegue.
De cualquier modo que haya perecido o desaparecido la cosa robada, su pérdida no dispensa al
que la ha sustraído de la restitución de su valor.

5. 13. La nulidad o rescisión.


La rescisión es un concepto que hace referencia al negocio jurídico por el que se deja sin efecto,
mediante declaración judicial, un negocio, contrato o acto jurídico. También conocida como la
acción de nulidad de los contratos o negocios jurídicos, y en derecho notarial, como acción
proforma.

5.14. La condición resolutoria.


La condición resolutoria es aquella que, una vez verificada, produce la revocación de la obligación
y vuelve a poner las cosas en el mismo estado que tendrían si no hubiese existido la obligación.
No suspende el cumplimiento de la obligación, sólo se obliga al acreedor a restituir lo que recibió,
en caso de que el acontecimiento previsto en la condición llegue a verificarse.

5. 15. La prescripción.
Prescripción: La prescripción extintiva o liberatoria, es otro modo de extinción de las obligaciones, y
resulta del no uso durante cierto tiempo, de derechos o acciones. Solo el derecho real de
propiedad, perpetuo, no desaparece por el no uso. Los derechos personales u obligaciones se
extinguen por prescripción.

El plazo normal que entraña extinción de una obligación, es de 20 años. Sin embargo existen
algunas prescripciones especiales tales como:

a) Cinco años para las obligaciones entre comerciantes, si ellas no son sometidas a prescripciones
especiales más cortas (Art. 189 CC).

b) Dos años para las acciones en responsabilidad civil contractual y tres por lo que se llevan con
motivo de Litis sobre rentas o pensiones, intereses y alquileres, etc.
c) Un año para las acciones de los alguaciles en cobro de honorarios, etc.

d) Seis meses para las acreencias de hoteleros y restaurantes respecto a sus clientes (Art.2271
CC).

5.16. Distintas clases de prescripciones.


Prescripción Positiva o Adquisitiva: Es el medio por el cual se adquiere el dominio y otros derechos
reales, por la posesión a título de dueño durante el tiempo exigido por la Ley. Actualmente se
requiere de cierto formalismo legal para poder adquirir determinados bienes, ya sean muebles o
inmuebles. En caso de que un bien se encuentre en posesión de varias personas, no podrá
ninguna de ellas prescribir contra sus copropietarios o coposeedores, pero si procede contra algún
extraño, y esta prescripción aprovecha a todos los partícipes.

Prescripción Negativa o Extintiva. Es el medio de librarse de una obligación proveniente de una


relación jurídica preexistente, por el simple transcurso del tiempo y bajo las condiciones que
establece la ley. Para poder prescribir es necesario estar en posesión del bien, que éste se
encuentre en el comercio que se haga posesión en concepto de propietario de forma pacífica,
continua y publica.

5.17. Interrupción y suspensión de la prescripción.


Suspensión de la prescripción: es la detención del curso de la prescripción, que resulta cuando el
acreedor se encuentra en la imposibilidad de exigir el pago de su acreencia.

La prescripción se suspende entre esposos, respecto a los acreedores incapaces también se


suspende la prescripción (menores interdictos etc.).

Sin embargo las prescripciones cortas (de 5 años) no se suspenden respecto de los incapaces
(Art.2278 CC).

En caso de guerra o de acontecimientos graves que perturben el funcionamiento de los servicios,


también se suspende la prescripción.

Interrupción de la Prescripción: en caso de interrupción de la prescripción, el plazo transcurrido


anteriormente es anulado y para que la prescripción sea adquirida es necesario un nuevo plazo.

En todos los casos, una vez expirado el plazo, la deuda no se extingue automáticamente, siendo
necesario que el deudor se prevalezca de la prescripción solicitando su pronunciamiento por ante
el Tribunal correspondiente sin dejar que este lo supla de oficio.
UNIDAD VI
Pruebas de las Obligaciones. Interpretación de los Contratos.

6.1. Definición de pruebas.


Henri Capitant en su Vocabulario Jurídico la define como la demostración de la existencia de un
hecho material o de un acto jurídico.

Prueba son los diversos procedimientos destinados a convencer al Juez. Para Domat la prueba es
todo lo que persuade al espíritu de una verdad.

De la definición anterior se extrae que a quien hay que convencer es al juzgador de estos hechos o
actos alegados que es quien tiene la responsabilidad de juzgar su existencia o la pertinencia de lo
pedido; no se debe tratar de convencer a la contraparte pues a ella no le corresponde juzgar nada.
Se dice entonces que a los fines de probar se debe hablar de pruebas “lícitas”, “pertinentes” y
“útiles”.

6.2. Clasificación de las pruebas.


La clasificación de las pruebas, se hace desde varios o diversos puntos de vista, así
hablamos de medios de pruebas directos e indirectos, perfectos e imperfectos y medios de
prueba específicos.

6.3. La prueba literal.


Llamada también, escrita o documental, es la que resulta de un escrito contenido en un
documento cualquiera. Entre estos medios de prueba tenemos el acto autentico y el acto
bajo firma privada (artículo. 1317 a 1340 Código Civil). Aun cuando la ley, establece entre
estos modos o medios de prueba las tarjas, los libros y registros de los comerciantes, los
registros y papeles domésticos como una carta (artículo 1329 a 133 Código Civil) estos
últimos, sus efectos y credibilidad son muy limitados, y solo alcanzan la categoría en la
generalidad de los casos, de un principio de la prueba por escrito, el mismo tratamiento
deben recibir las fotocopias y documentos informáticos particularmente las fotocopias, que
al igual que toda copia de un acto o documento, para que sea válida como medio de prueba
debe estar conforme a su original, por aplicación del artículo 1334 del Código Civil, lo que
es admitido por la jurisprudencia dominicana, la cual es constante desde 1978, (Cas. Abril/
78 B.J. 809 pág. 717), en ese mismo sentido se pronuncia la jurisprudencia francesa (Civ.-
29/3/65. D. 1965.474) y la jurisprudencia española (Sent. 20/4/1993 A.C. 1908-1993).

6.4. El acto bajo firma privada.


Acto escrito otorgado por las partes mismas, con su sola firma y sin intervención de oficiales
públicos. Se opone al acto autentico. 2. Según lo dispuesto por el artículo 56 de la Ley del
Notariado No. 301, el acto bajo firma privada es aquel que ha sido redactado por las partes, donde
el notario se limita a legalizar las firmas de las partes, sea declarando que las mismas fueron
puestas en su presencia y estudio o dando constancia de la declaración jurada de las personas
cuyas firmas legaliza, de que las mismas corresponden a ellas y que fueron puesta
voluntariamente en la fecha especificada en el acto.
6.5. El acto auténtico.
Acto escrito u otorgado por un oficial público con derecho y capacidad para instrumentar en el lugar
donde se redacta el acto, y con las solemnidades requeridas. 2. El acto auténtico es definido por el
artículo 1317 del Código Civil Dominicano, como "aquél acto que ha sido otorgado por ante
oficiales públicos, que tienen derecho de actuar en el lugar donde se otorgó el acto, y con las
solemnidades establecidas por la ley".

6.6. Prueba testimonial.


Es la que resulta de la declaración bajo juramento, hecha por personas que han
percibidos y tienen conocimiento directo del hecho cuya existencia o no existencia, se
Seminario “Valoración de la Prueba”

6.7. Las presunciones.


Es la prueba que resulta de la inducción de un hecho desconocido, a partir de un hecho
conocido: Regulada por los artículos 1349 a 1352 del Código Civil, pueden ser
presunciones del hombre o he hecho (Arts. 1349 y 1353), y las presunciones legales (arts.
1350 a 1352), en el primer caso la inducción la hace el juez, en el segundo, la ley. Las
presunciones, su valor probatorio puede ser hasta prueba en contrario, como son las
presunciones legales simples (juri tantum), en tanto que las presunciones del hombre y las
legales irreparables (jure et de jure) no admiten por lo general, o solo de modo excepcional
la prueba contraria. En cuanto a su forma o modo de administración, no existe
procedimiento alguno, en razón de que puede resultar del hecho aportado a partir del
procedimiento de administración de otro medio de prueba, como en los casos en que es
inducida por el juez, y tratándose de una presunción legal, estamos frente a una dispensa de
aportar la prueba.

6.8. Distintas clases de presunciones.


Art. 1350.- La presunción legal, es la que se atribuye por una ley especial a ciertos actos o hechos,
tales como: 1ro, los actos que la ley declara nulos, por presumirse hechos en fraude de sus
disposiciones, atendida a su propia cualidad; 2do, los casos en que la ley declara que la propiedad
o la liberación resultan de ciertas circunstancias determinadas; 3ro, la autoridad que la ley atribuye
a la cosa juzgada; 4to, la fuerza que la ley da a la, confesión de la parte o a su juramento.

Art. 1351.- La autoridad de cosa juzgada no tiene lugar sino respecto de lo que ha sido objeto de
fallo. Es preciso que la cosa demandada sea la misma; que la demanda se funde sobre la misma
causa; que sea entre las mismas partes y formulada por ellas y contra ellas, con la misma cualidad.

Art. 1352.- La presunción legal dispensa de toda prueba a aquél en provecho del cual existe: No se
admite ninguna prueba contra la presunción de la ley, cuando sobre el fundamento de esta
presunción anula ciertos actos o deniega la acción judicial, a menos que no reserve la prueba en
contrario, y salvo lo que se dirá respecto al juramento y confesión judiciales.
6.9. Presunciones simples y presunciones legales.
La presunción legal es una dispensa de prueba para la parte que la invoca. La presunción consiste
en deducir de un hecho conocido la existencia de un hecho desconocido que intenta probar.
También podemos decir que este género de prueba por vía de inducción se funda en el hecho
conocido del cual se deriva hechos desconocidas susceptibles de ser ponderados por el juez con
la finalidad de establecer determinadas situaciones. (s.c.j. ,29 de agosto 1988, B.J, 933, Pág.
1164).
La presunción es legal cuando es la misma ley que deduce la consecuencia del hecho conocido al
desconocido. En las presunciones legales podemos encontrar:
Presunciones simples o juris-tantum: estas presunciones que admiten la prueba en contrario e
denominan “juris-tantum” o simple. La mayoría de las presunciones legales son simples, tal como
la presunción en buena fe del artículo 2268 del código civil.
Presunciones juris-et de jure: muchas presunciones legales no admiten la prueba en contrario. En
esos casos se las denomina irrefragables o “juris et de jure”.
Presunciones mixtas: son aquellas que no permiten una clasificación absoluta de irrefragables.
Esta concepción es de los hermanos mazeaud y también de Marty et Reynaud.

6.10. Clasificación de las presunciones legales.


Las presunciones se clasifican en legales y judiciales, según las establezca la ley o sean producto
de las deducciones hechas por el juez.
Presunciones legales son aquellas fijadas por el legislador, teniendo en cuenta que, según el orden
normal de la naturaleza, de ciertos hechos derivan determinados efectos, y entonces, por razones
de orden público vinculadas al régimen jurídico, impone una solución de la que el juzgador no
puede apartarse.
En estos supuestos el legislador hace el razonamiento y establece la presunción, pero a condición
de que se pruebe el hecho en que ella se funda.
Por lo tanto, constan de los mismos elementos que las presunciones judiciales:
Un hecho que sirve de antecedente, un razonamiento y un hecho que se presume.
Las presunciones "juris et de jure" no admiten prueba en contrario. Ellas no constituyen en esencia
un medio de prueba, sino que excluyen la prueba de un hecho considerándolo verdadero. El hecho
presumido se tendrá por cierto, cuando se acredite el que le sirve de antecedente.

6.11. La confesión de parte.


Es la declaración por la cual una persona, reconoce y admite como comprobado y a su
respecto, un hecho que puede producir contra ella, consecuencias jurídicas. Regulada por
el Código Civil (Arts. 1354 a 1356), es considerada la reina de la prueba (probatio
Probatisima), puede ser judicial o extrajudicial, la primera es un medio de prueba y tiene
carácter indivisible e irrevocable, la segunda es un hecho jurídico, que para ser medio de
prueba, debe a su vez ser probado por otros medios, siendo aun ante todo un hecho jurídico,
es indivisible como la primera. Puede resultar y por tanto administrada, mediante cualquier
procedimiento de los admitidos para administrar la prueba, por eso no existe procedimiento
algunos al respecto, salvo la comparecencia de las partes (Arts. 60. A 72, Ley 834 de 1978),
que puede ser utilizada y constituir un modo para administrar la prueba por confesión.
6.12. El juramento
Es la afirmación solemne por la cual una parte asegura la verdad de un hecho o la
sinceridad de una promesa. De carácter excepcional, y solo procede cuando no existe
ningún otro medio para aportar la prueba, haciendo depender de aquel a quien se le refiere
o defiere, la solución de la causa, de ahí su peligrosidad, es regulado por el Código Civil
(Arts. 1357 a 1365), puede ser decisorio cuando una parte lo defiere o refiere a la otra, o
supletorio (Arts. 1366 a 1369), cuando el juez lo defiere de oficio a una de las partes, como
Seminario “Valoración de la Prueba”

6.13. Interpretación de los Contratos. Necesidad de interpretación.


La interpretación del contrato se funda esencialmente sobre la averiguación de la intención de las
partes. El juez debe intentar descubrir la voluntad interna de los contratantes; solamente a falta de
ello podrá recurrir a las disposiciones legales supletorias, a la costumbre o a la equidad. Se
presume que, al guardar silencio, las partes han querido referirse a la ley supletoria o a la
costumbre. Las reglas clásicas de interpretación no permiten al juez que recurra a la equidad sino
en último extremo.
Interpretar es desentrañar el sentido o significado que existe de forma no inmediatamente aparente
en algún hecho de la vida real; es decir o transmitir o descifrar un mensaje que no es evidente por
sí mismo.

6.15 Reglas de interpretación.


Interpretar un contrato es determinar el sentido y alcance de las cláusulas que contiene, lo cual no
puede ser abandonado a la voluntad de las partes, correspondiendo a la autoridad judicial,
abocarse a las labores de interpretación. Los redactores del Código Civil trazaron algunas reglas
relativas a la interpretación de los contratos, en los artículos 1156 al 1164.
Tal como lo afirman los Mazeud, a los ojos de los redactores del Código Civil, imbuidos de
las teorías del derecho natural y de la autonomía de la voluntad, el principio fundamental consiste
en la averiguación de la común intención de las partes.
Las restantes reglas formuladas por el citado texto son subsidiarias y el Juez es incitado a no
recurrir a ella más que cuando le resulte imposible descubrir lo que hayan querido los contratantes.

6.16. Carácter de las reglas de interpretación.


De conformidad con el artículo 1160 de la misma norma, en un contrato se insertan cláusulas que
son usuales en cada tipo de contrato, cuando se omitan deben ser suplidas por el juez. Ahora bien,
no cabe la menor duda de que en razón del carácter de cuestión de hecho y no de derecho que
tiene la interpretación del contrato, los jueces del fondo disponen de un poder soberano, tal y como
se evidencia en las sentencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia; de donde se desprende,
igualmente, que los jueces en la interpretación de los contratos, no están obligados a la calificación
errónea dada por las partes, pudiendo calificar el contrato correctamente.
6.17. Límites del poder de los jueces
A interpretación del contrato es una labor exclusiva de los jueces al tenor de la siguiente posición
de nuestra Suprema Corte de Justicia: “ La interpretación de las convenciones entre particulares
es del dominio exclusivo de los jueces del fondo, los cuales pueden, apreciando soberanamente
los hechos y circunstancias del caso, determinar la naturaleza de los contratos según la presunta
intención de las partes
La normativa en materia de interpretación del contrato nos la entrega el legislador del Código Civil,
cuerpo legal que en sus artículos 1156 al 1164 dispone las reglas de interpretación de las
convenciones. Sin embargo, esta normativa no representa en realidad un obstáculo al magistrado
del fondo en su labor interpretativa, pues la misma no se le impone de manera imperativa al
momento de decidir, sino que en este caso la ley no tiene más que un valor puramente referencial.

Unidad VII:
Los Cuasicontratos

7.1. Definición de cuasicontratos.


El Cuasicontrato es una de las fuentes de las obligaciones que consiste en la aceptación de un
acto voluntario de la persona que se obliga, lícito y de carácter no convencional que hace nacer
obligaciones.

7.2. La gestión de negocios ajenos.


Entre los requisitos de la gestión de negocios ajenos, algunos conciernen al dueño, algún otro al
gestor y otros, por último, son relativos al acto de gestión o administración.
La gestión de negocios ajenos es la segunda de las dos fuentes autónomas de obligaciones que
los redactores del Código Civil francés clasificaron entre los cuasicontratos. La gestión de negocio:
es un acto en virtud del cual una persona denominada gestor, interviene o se ocupa de los asuntos
de otra, denominada dueño, sin obligación legal o convencional de hacerlo
En cierto sentido, la gestión de negocios ajenos tiene analogía con el mandato; pero difiere
sensiblemente de este, porque no se basa en un acuerdo de voluntades.

7.3. Obligaciones del gestor de negocios ajenos.


El gestor debe tener la intención de administrar los negocios de otro, pero no es indispensable que
obre por el exclusivo interés del dueño.
Por administrar el gestor sin la voluntad de obligarse, su capacidad es indiferente. Pero posee
cierto influjo sobre la validez de los actos jurídicos que haya podido celebrar en su propio
nombre: tiene el derecho a demandar la nulidad de los mismos y, en ese caso, el dueño no está
obligado para con él.

7.4. Obligaciones del dueño


a) Está obligado, con respecto a terceros, por los actos útiles que se hayan celebrado por el gestor,
en su propio nombre, para la administración.
b) Debe indemnizar al gestor por todos los gastos útiles o necesarios.

7.5. Utilidad de la gestión.


Utilidad de la Gestión. La gestión debe ser útil para el dueño, si la gestión no es útil, no existe
gestión de negocios ajenos, la utilidad de la gestión se aprecia al momento en que se cumple con
el acto de la gestión.

7.6. Prueba de la gestión.


Todo aquel que alega un hecho en justicia debe probarlo."
En el procedimiento civil dominicano, contrario a Francia, los medios de prueba de la República
Dom. Son incidentes, porque son conclusiones que las partes presentan en audiencia y el tribunal
debe pronunciar si ordenar el medio de prueba que se le solicita o no.
El juez por sentencia ordena el medio de prueba o no.
De conformidad con el código civil, en materia civil la prueba es esencialmente documental (no es
que sea la única forma de prueba, pero es la prueba por excelencia.
La prueba de testigos no se puede usar si el asunto pasa de 30 pesos.
Siendo la prueba escrita el tipo de prueba esencial hay varios asuntos que giran en torno a las
pruebas.

7.7. Efectos de gestión de negocios ajenos.


Cuando un sujeto voluntariamente gestiona el negocio de otro, ya sea con el consentimiento del
propietario o no, quien la realiza contrae la obligación tácita de continuarla y concluirla, hasta que
el propietario pueda encargarse personalmente del asunto, debe asimismo encargarse de todo lo
que dependa de ese mismo negocio.
Para la existencia de esta figura jurídica es necesaria la existencia de un negocio jurídico ajeno.
Se entiende por negocio ajeno aquel susceptible lícitamente de ser realizado por el gestor quien es
consciente de que no es de su propiedad. El que gestiona un asunto ajeno creyéndose propio, no
realiza gestión de negocios. La gestión puede consistir en el cumplimiento de un acto jurídico que
puede efectuarse de dos maneras: Cuando el gestor actúa en su propio nombre con la intención de
beneficiar al dueño y cuando el gestor actúa por cuenta del dueño del negocio.

7.8. El pago de lo indebido


El pago de lo indebido; tiene lugar cuando una persona (deudor) paga a quien no es su acreedor.
La ley obliga a aquel que ha recibido el pago tiene la obligación de repetirlo. El pago supone el
cumplimiento de una obligación, y es un acto jurídico cuyos elementos son los sujetos (solvens, y
accipiens), el objeto (aquello que se paga), y la causa (entendiendo por tal tanto la fuente - deuda
anterior que sirve de antecedente al pago-, cuando el fin, u otro objetivo al que se orienta el
solvens: la extinción de la deuda)

7.9. Requisitos del pago de lo indebido.


Para que el accipiens esté obligado a restituir lo que ha recibido deben encontrarse reunidos tres
requisitos: a) el solvens debe haber pagado una deuda que no existía; b) es preciso que el solvens
haya incurrido en un error al pagar; se requiere que el accipiens no haya destruido su titulo de
crédito.

7.10. Inexistencia de la deuda.


Inexistencia de la deuda.- Una deuda puede considerarse inexistente en tres casos:
El solvens no era deudor y el accipiens no era acreedor
El solvens era el deudor pero el accipiens no era el acreedor
El accipiens es acreedor pero el solvens no es el deudor

7.11. Error del solvens.


Error del solvens.- Si a sabiendas se paga lo que no se debe, la prestación se reputará hecha con
intención liberal, quedando excluida la acción en repetición.

7.12. El accipiens no debe haber destruido su título.


Este requisito supone que el accipiens es verdaderamente acreedor de la obligación cuyo pago
recibe, sin embargo el pago ha sido indebido porque el solvens no era el deudor. En este caso
cuando el accipiens ha destruido el título que le servía de prueba de su crédito, no puede ser
objeto de repetición, pues al carecer de titulo no podría demandar eficazmente al verdadero
deudor. Este requisito está previsto en la segunda parte del artículo 1377.

7.13. Efectos del pago de lo indebido


El principal efecto que produce el pago de lo indebido consiste en la obligación que tiene el
accipiens de restituir lo recibido indebidamente.
En principio el solvens no tiene ninguna obligación, sin embargo, según dispone el artículo 1381
del Código Civil, aquel a quien se le ha restituido la cosa, deba abonar, aun al poseedor de mala
fe, todos los gastos útiles y necesarios que haya hecho para la conservación de ésta.

7.14. El enriquecimiento sin causa.


El enriquecimiento sin causa descansa sobre una idea fundamental basada en la equidad, nadie
puede enriquecerse a expensas de otro sin causa legítima. Un patrimonio resulta acrecentado sin
derecho, a expensas de una persona.
Del enriquecimiento sin causa, resulta que una persona, el empobrecido dispone contra el
enriquecido de una acción que se denomina acción in rem verso. El empobrecido, se convierte en
acreedor del enriquecido convertido en deudor
Nuestro Código Civil no contiene de manera expresa ningún texto que lo consagre como fuente de
obligaciones. Sin embargo, en nuestros días no se discute la existencia de este tercer
cuasicontrato admitido sin
Ley, bajo la influencia de la equidad.
7.15. Requisitos del enriquecimiento sin causa.
a) La existencia de un empobrecimiento y un enriquecimiento correlativo, es decir, el
empobrecimiento debe ser la consecuencia del enriquecimiento.
b) El empobrecido no debe haber obrado en su propio interés.
c) El enriquecimiento debe carecer de causa jurídica; es decir, ser injusto, ilegitimo, sin justa causa.
No debe resultar del cumplimiento de un acto jurídico válido o de la aplicación en un acto jurídico
de una disposición legal o consuetudinaria.
d) El empobrecido no puede tener a su disposición ninguna otra acción contra el enriquecido, la
acción de in REM verso no tiene sino un carácter subsidiario.

7.16. La acción de in rem verso.


Acción de enriquecimiento sin causa. Loc. Lat. Acción para devolución de la cosa. Fundada en la
idea del cuasicontrato, esta acción tiene por objeto no permitir a una persona enriquecerse, sin
causa legítima, e costa de otra. Se supone, para conceder esta acción, que he así enriquecido ha
aumentado su patrimonio indebidamente y por obra involuntaria de otro, al cual debe amparar la
justicia en la pretendida restitución | Acción que se concede a favor de quien ha contratado con
un sometido, esclavo o hijo de familia, contra el paterfamilias. Para reclamar del paterfamilias por lo
que se ha enriquecido como consecuencia del negocio realizado por el sometido

7.17. Requisitos para la acción in rem verso.


La acción in rem verso ( acción de reembolso) no tiene sino un carácter subsidiario: se niega
cuando el legislador ha previsto otra acción, ya sea que el empobrecido pueda ejercer, esta otra
acción, ya sea que no pueda utilizarla por no reunir todos los requisitos exigidos o porque la haya
perdido.

7.18. Efectos del enriquecimiento sin causa.


El enriquecimiento sin causa genera una acción de restitución o reintegro a favor del empobrecido
y contra el enriquecido injustamente. Se trata de una acción distinta y subsidiaria, no confundible
con la acción ordinaria de indemnización de daños. Es así como el enriquecimiento sin causa hace
que nazca una obligación de la que el empobrecido es acreedor y deudor el enriquecido. Esa
obligación de restitución que pesa sobre el enriquecido está limitada por la cuantía del
enriquecimiento y del empobrecimiento: el enriquecido no puede quedar obligado a más de lo que
se haya enriquecido, ni a más de lo que se haya empobrecido el demandante.

7.19. Diferencia del enriquecimiento sin causa con el pago de lo indebid


ENRIQUECIMIENTO ILEGITIMO:
CONCEPTO.
Es el incremento patrimonial sin causa, obtenido por una persona en detrimento del patrimonio de
otra. “El que sin causa se enriquece n detrimento de otro, está obligado a indemnizarlo de su
empobrecimiento en la medida que él ha enriquecido”.
Entendemos que esta encuentra el fundamento en el principio de equidad de que nadie puede
aumentar su patrimonio injustamente en perjuicio de otro y por eso el código hace que el que se
enriqueció sin justa causa quede obligado a restituir del daño al que empobreció.

ELEMENTOS:
1. Enriquecimiento de una persona.
_ Una persona se enriquece cuando aumentan sus activos o cuando disminuyen sus pasivos.
2. Empobrecimiento de otra persona.
_ Una persona se empobrece cuando aumentan sus pasivos o disminuyen sus pasivos, pero
también se empobrece cuando presta un servicio y no es remunerado.
3. Sin causa
Sin causa se refiere a que no tiene un derecho, que es injusto o ilegítimo ese enriquecimiento. Hay
una relación causa efecto entre el empobrecimiento de uno y el enriquecimiento de otro
Esto quiere decir que el enriquecimiento de una persona tiene su origen en el empobrecimiento de
otra. La regulación del hecho jurídico que nos ocupa, tiene como finalidad la de evitar que el
beneficio obtenido por una persona sin que exista una causa que lo justifique, origine perjuicios a
otra que se ha empobrecido por el enriquecimiento de aquélla cuando haya relación entre las dos
circunstancias, que obliga al enriquecido a restituir al que se ha empobrecido en la medida del
empobrecimiento sufrido, es decir, deberá de restituir el importe de su ganancia.
Uno de los casos del enriquecimiento ilegítimo es el pago de lo indebido que ocurre cuando no
habiendo relación jurídica entre dos personas, una de ellas entrega una cosa a la otra con el
propósito de cumplir con una obligación inexistente, en este caso existe un enriquecimiento ilegal,
en virtud de que el que recibe el pago...

DIOS LE BENDIGA

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