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DIAGNÓSTICO DE LA ALERGIA A LOS FÁRMACOS

Los pacientes con frecuencia refieren la mayoría de las reacciones adversas a medicamentos como
alérgica, sin embargo, solo lo son un 5-10%. Estas personas son tratadas, frecuentemente, con
fármacos alternativos, que pueden ser más tóxicos, caros e incluso, menos afectivos.

Para llegar a un buen diagnóstico es fundamental la realización de una historia clínica adecuada
que servirá para reconocer el tipo de reacción sospechosa y determinar la justificación de realizar
el resto de las pruebas diagnósticas. Hay que considerar: manifestaciones clínicas, historia
completa de todos los fármacos recibidos dentro del mes previo a la reacción, el proceso por el
cual se administró, vía de administración, dosis y duración de tratamiento, intervalo entre la toma
del fármaco y la aparición de a reacción, exposiciones previas a los medicamentos, e impacto del
cese del tratamiento o de la re exposición, en caso de ser posible, valorar actores genéticos como
el fenotipo acetilador lento indicar si el paciente tiene historia previa de alguna reacción por
fármacos

El diagnóstico de la alergia a los medicamentos variará en función de que deba efectuarse en la


fase aguda o con posterioridad a la misma. Durante la fase aguda, la principal cuestión es saber si
os síntomas que presenta e paciente son debidos realmente a una reacción de hipersensibilidad.
La determinación de a triptasa sérica en las reacción de tipo inmediato y una evaluación de
enzimas que indiquen la afección hepática y /o renal, presencia de eosinofilia, son indicadores
importantes y a veces suficientes.

En una fase posterior, tras la remisión de la fase aguda, el papel del alergólogo es averiguar si la
reacción es determinar si fue causada por un medicamento y reconocer cuál de los diferentes
fármacos administrados pudiera ser el causante de la reacción.

Consentimiento informado

Algunos de los procedimientos diagnósticos tienen riesgos y beneficios, por lo que la decisión de
actuación debe ser compartida con el paciente según su grado de competencia para asumir
responsabilidades sobre su propia salud.

DIAGNÓSTICO IN VIVO DE LA ALERGIA A FÁRMACOS.

Las pruebas in vivo para el diagnóstico comprenden as pruebas cutáneas que incluyen las pruebas
intraepidérmicas (prick) y las pruebas intradérmicas, las pruebas epicutaneas en parce y la prueba
de exposición controlada al medicamento.

Las reacciones alérgicas que se han estudiado con más detalle han sido las producidas por las
penicilinas. Los trabajos dedicados al estudio de reacciones alérgicas a las penicilinas representan
más del 50% de loes realizados.
En la alergia inmediata a os antibióticos betalactamicos, la reacción mediada por IgE puede
demostrarse mediante una prueba intraepidermica o una prueba intradérmica positiva a los 20
minutos de su realización. Por el contrario, las reacciones no inmediatas manifestadas por
síntomas cutáneos están mediadas, a menudo por células T. En estos casos, las pruebas
epicutaneas en parche y/o las pruebas intradérmicas con lectura tardía ofrecen mejor
rentabilidad.

Pruebas cutáneas: las pruebas intraepidérmicas y las pruebas intradérmicas.

Además de la historia clínica detallada, las pruebas cutáneas han sido la principal herramienta
diagnostica para la evaluación de pacientes con reacciones alérgicas mediadas por IgE.

Procedimiento.

La pruebas intraepidermica se realiza puncionando la piel de la cara volar del antebrazo con una
lanceta, a través de la solución alergénica. Tiene una sensibilidad moderada-baja para reacciones
alérgicas de tipo inmediato a os medicamentos.

Si resulta negativa, puede efectuarse la intradérmica, se lleva a cabo mediante la inyección de


0,02-0,05 mL de alérgeno, esta prueba ofrece mayor sensibilidad, aunque menor especificidad.

El paciente no debe presentar enfermedades infecciosas, fiebre ni reacciones inflamatorias,


excepto si las pruebas son necesarias con urgencia.

Soluciones alergénicas que se deben probar.

La principal dificultad en las pruebas cutáneas con medicamentos reside en que no se cuenta,
muchas veces, con un antígeno adecuado para el diagnóstico, ya que la reacción alérgica puede
haber sido producida por el propio fármaco o por un metabolito o por un producto de
degradación del mismo. Desafortunadamente hay poca información disponible sobre los
metabolitos farmacológicos relevantes en la mayoría de los casos no están disponibles para
usarlas en pruebas diagnósticas.

En la mayoría de los casos, se usa el fármaco en su presentación comercial, siendo importante


establecer la dilución o dosis umbral a partir de la cual induce una reacción irritativa.

Interpretación de los resultados.

La subsiguiente liberación de histamina y otros mediadores inflamatorios que se produce en a pie


tras el contacto antigénico induce una reacción inmediata y/o tardía consistente en eritema,
pápula y/o infiltrado, que pueden medirse.

En diversos centros se dispone de diferentes sistemas de puntuación cualitativos. No obstante, a


mejor manera de documentar es esbozando el tamaño de área inyectada y el de la reacción a los
15-20 minutos, con un celofán translucido.
Las reacciones tardías se documentan por el diámetro del eritema y de la pápula y/o infiltrado, así
como por la descripción morfológica.

No obstante, algunas pruebas cutáneas son difíciles de interpretar, con una incidencia de 16.7% de
pruebas cutáneas indefinidas o no interpretables. Por otro lado, pueden ocurrir reacciones
falsamente positivas si la solución medicamentosa está concentrada y es irritante para la piel si e
fármaco es histamino liberador como la codeína, o si la solución en la que se disuelve el fármaco
no es fisiológica.

Las reacciones sistémicas inducidas por las pruebas cutáneas son raras pero existen, y las causas
principales son la administración de altas dosis del fármaco durante las fases iniciales de la prueba
o bien que no se haya realizado una prueba intraepidermica antes de la prueba intradérmica.

Pruebas epicutáneas en parche y foto parche.

Son útiles en el diagnóstico de la dermatitis de contacto producida por la aplicación tópica de


fármacos, y también en reacciones cutáneas de tipo retardado inducidas por la administración
sistémica del medicamento.

Procedimiento.

Las pruebas epicutaneas en parche consisten en aplicar de corma directa, o vehiculizando


adecuadamente y bajo oclusión, el medicamento que se va a testar, durante dos días, leyéndose el
resultado a las 48 y 96 horas tras su aplicación. La prueba del fotoparche es una modificación de
las pruebas epicutaneas en parche y está indicada cuando se sospechan reacciones foto alérgicas o
foto tóxicas. En este caso los parches se retiran a las 24 horas y la piel se irradia con la luz
ultravioleta.

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