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Facultad de Derecho
La Mora-Cabudare
ENSAYO
LAS OBLIGACIONES
Participante:
Elimar J. Hernández A.
C.I.:16795152
Expediente CJP06200007
Cátedra: Teoría General de las
Obligaciones
Profesora: Abog. Karla P. Goncalves
Febrero 2018
A lo largo de los años los seres humanos han tenido la necesidad de reglamentar o
establecer un conjunto de normas para desenvolverse en la sociedad, donde las
obligaciones son de gran importancia para el buen desarrollo entre los individuos y
sus relaciones jurídicas, al pasar el tiempo se han establecido los principios rectores
que han originado una serie de figuras de suma importancia para nuestro
ordenamiento jurídico actual y que se encuentra estrechamente vinculado en el
estudio de los contratos, definido claramente en el código civil vigente y la teoría
general de la obligaciones en el cual el presente ensayo hará mención en su
contenido.
Al hablar sobre las obligaciones se puede definir como el vínculo jurídico mediante
el cual una persona llamada deudor se haya constreñida a realizar una determinada
prestación en favor de otra persona denominada acreedor. La obligación entre uno
y otro no puede perdurar indefinidamente pues desaparece cuando el deudor
cumpla con la prestación prometida, la obligación deriva etimológicamente de
“obligatio”, la que a su vez se deriva de la conjunción de “ob” y “ligare” al como lo
señala el autor Agustín Hurtado Olivero en su obra Lecciones de Derecho Romano.
Pag. 11. Que significa atar o amarrar y de allí que puede entenderse entonces que
por el hecho de contraer la obligación el deudor queda ligado a su acreedor.
Al hablar sobre los elementos los podemos clasificar como: elemento subjetivo y
elemento objetivo y el vínculo. Los primeros están representados por la persona del
deudor y acreedor, donde existe de parte del deudor (sujeto pasivo) una obligación
y de parte del acreedor (sujeto activo) el derecho del crédito y los elementos
objetivos, derivándose de ellos las diversas clases de prestaciones, es decir las
diversas acciones y comportamientos que el deudor se obliga a efectuar en favor
del acreedor.
Es por ello que se puede definir la prestación como la conducta que se obliga el
deudor a realizar a favor del acreedor. Los sujetos de derecho pueden obligarse a
realizar varias clases o variedad de prestaciones, más sin embargo esta clase se
puede clasificar en tres grandes grupos ya mencionado anteriormente como son las
prestaciones de dar, de hacer y no hacer
Las prestaciones de dar son aquellas que tienen por finalidad la transmisión de una
propiedad u otro derecho real como por ejemplo: la servidumbre, el usufructo, la
habitación e hipoteca. Esta clasificación presenta la particularidad de que la
propiedad o derecho se transmite mediante el consentimiento legítimamente
manifestado. La prestación de hacer, está representada por aquellas actuaciones
del deudor que constituye una actividad personal del deudor la cual no implica la
prestación de la propiedad u otro derecho real un ejemplo de ello es el trabajar o
gestionar un determinado negocio y por último la prestación de no hacer es la que
consiste en una abstención por parte del deudor, en una actuación negativa, en ellas
el deudor se compromete a no efectuar una determinada conducta o actividad.
Para que una prestación sea válida es decir produzca sus efectos jurídicos es
importante con una serie de requisitos y estos son: A) La prestación debe ser
posible, es decir viable en el campo de la realidad y desde el punto de vista jurídico
por consiguiente la imposibilidad debe ser natural o jurídica. Tal como lo establece
el 1155 del C.C. B) La prestación debe ser lícita. Es decir su ejecución no viole el
orden público ni las buenas costumbres. C) La prestación debe ser determinada o
determinable, debe ser determinada por las partes para asumir la relación
obligatoria o puede ser determinado por un tercero nombrado por las partes o por
el juez. Basta que la prestación sea determinable en el momento del nacimiento de
la obligación su determinación puede ser posteriormente. D) La prestación debe ser
valorable económicamente es decir debe ser susceptible de apreciarse en dinero,
donde no es necesario que se trate de una suma de dinero pero debe ser
susceptible de valorarse en tales términos para así poder exigirle al deudor en caso
de incumplimiento. E) Debe corresponder a un interés legítimo del acreedor donde
el interés no tiene que ser necesariamente económico, ya que puede ser por
ejemplo: puede ser un disfrute artístico o intelectual para quien escucha un cantante
o una determinada conferencia.
Las clasificaciones efectuadas por la doctrina de la segunda mitad del siglo pasado
se denominan clasificaciones de la doctrina moderna, en esta etapa se presenta lo
que el autor Alberto Miliani Balza en su obra Obligaciones Civiles I. pag. 45 Señala
como clasificación doctrinaria dual donde las primeras son las que naces de una
declaración de voluntad fuentes en las cuales el papel del derecho en reconocer la
obra en particular que han hecho las partes y la segunda función es la de interpretar
la voluntad de las partes y llenar sus vacíos, es decir una función supletoria o
interpretativa. Posteriormente Josserand establece la posición monoista
distinguiendo 4 grandes fuentes a saber siendo esta, los actos jurídicos, los actos
ilícitos, el enriquecimiento sin causa y la ley. Para el doctrinario René Savatier la
clasificación de las fuentes de las obligaciones se fundamentan no en la figura
jurídica determinada que el legislador consagra en su texto legal positivo sino en
toda una serie o conjunto de principios que conforman las tendencias modernas en
el derecho de las obligaciones y que sirven como fuente de inspiración para el
legislador. El citado autor comprende esto en cinco principios a saber, siendo estos
el principio de la autonomía de la voluntad, el principio de la equivalencia de
patrimonio, el principio de la responsabilidad por culpa, el principio de la
responsabilidad por riesgo y por último el principio de interés social. Por ultimo
tenemos la declaración unilateral de voluntad incentivada por los autores Colin y
Capitant que de acuerdo a la teoría tradicional clásica una sola voluntad no puede
crear obligaciones por cuanto se requiere la concurrencia la de dos sujetos
acreedor y deudor
Curso de obligaciones, Derecho Civil III, tomo I, Autores Eloy Maduro Luyando y
Emilio Pittier Sucre. Caracas 2011.
Obligaciones Civiles I, Alberto Miliani Balza, Marga Editores S.R.L. Caracas 1997.