La Oligarquía de 1930-1968
momento: el Frente Democrático Popular.
El estado oligárquico se impuso en la sociedad peruana a través de regímenes
políticos cerrados y antidemocráticos. Es, por definición, un gobierno de pocos
que excluye toda posibilidad de incorporación de intereses de las clases
mayoritarias. Corresponde a una etapa histórica en que la mayor parte de la
población está ubicada en el campo, controlada por gamonales y desarticulada
por todo el país” (Pease 2013: 154).
El tercer militarismo
Gobierno del Gral Sanchez Cerro
Se inició durante el gobierno del Gral Sanchez Cerro, en esta etapa de gobierno
se fortalece la alianza oligárquico-militar. Sánchez Cerro llegó al poder mediante
un golpe de Estado a Leguía.
Su partido político, la Unión Revolucionaria (UR), fue el representante del
fascismo peruano, pero no tuvo el apoyo que tenían los fascistas en Europa. El
principal adversario de este gobierno sería el APRA, el movimiento más
importante en ese momento de la izquierda peruana y que sí logró amasar una
base popular importante, llevando a un conflicto armado. Esta lucha se realizó en
la denominada “Revolución de Trujillo” (1932)
Sánchez Cerro después sería asesinado por un partidario aprista.
Gobierno del Gral. Benavides
Durante esta etapa el país tuvo que enfrentar una crisis política, ya que la
constitución vigente no hacía mención del panorama posterior que debería seguir
el Perú al ser asesinado un presidente.
En ese contexto, la clase política y los congresistas nombraron al Gral. Benavides
como presidente. Sin embargo, su elección fue inconstitucional ya que la carta
magna prohibía el acceso a la presidencia de miembros activos de las FF.AA.
La represión contra el APRA disminuyó durante este gobierno, aunque todavía
permanecía su veto.
El gobierno de Benavides tuvo la buena fortuna de encontrarse en un contexto de
recuperación económica gracias a la demanda internacional y el consecuente
incremento de la exportación primaria en el Perú.
Sin embargo, a pesar del panorama favorable, el gobierno no pudo resolver las
tensiones políticas con la UR y el APRA. En su afán de evitar que la derecha
radical o la izquierda se impongan, se mantuvo en el cargo hasta 1939, alegando
la necesidad de consolidar la “restauración nacional”.
En este tiempo el APRA volcó su apoyo hacia el otro partido de izquierda del
El régimen de Prado: una transición cordial
Gobierno de Manuel Prado
La transición de poder hacia el representante de la oligarquía, Manuel Prado, era
una clara manifestación de la alianza y cercanía con los militares.El evidente
fraude y manipulación electoral. que permitió la llegada a la presidencia de Prado,
iba a ser sembrar una tradición poco democrática y corrupta para los procesos
electorales de 1950, 1956 y 1962.
El contexto de la Segunda Guerra Mundial tuvo un gran impacto en la política de
ese momento. La amenaza del fascismo logró que la UR perdiera popularidad.
Asimismo, el contexto obligó a que el APRA, quien había apoyado tácitamente a
la elección de Prado, moderara su línea política.
El Frente Patriótico, el partido de Prado, logró aglutinar una amplia gama de
políticos que llegaban incluso hasta el Partido Comunista quienes, siguiendo la
política anti fascista de los soviéticos, apoyaron al régimen actual.
Gobierno de Bustamante y Rivero
Hay que entender al reformismo como una búsqueda de transformar las bases
estructurales del Estado. Los militares y la oligarquía compartían y mantenían
privilegios a través de sus gobiernos, aislando y excluyendo a gran parte de la
población mediante sus políticas. El reformismo en este escenario pretendía
transformar esta situación a una más inclusiva a partir de un desarrollo integral.
Benavides había vuelto al Perú luego de su extensa misión diplomática,
esperanzado que Prado le devuelva el favor y así gobernar. Sin embargo, Prado
decidió su apoyo por el general Eloy Ureta, héroe de la guerra contra Ecuador
(1941). Esta estrategia buscaba favorecer la alianza élite-FF.AA. Benavides a
partir de ello publicó un manifiesto urgiendo la necesidad de la candidatura de un
civil honesto como evidente rechazo a Prado y Ureta.
La postura de Benavides benefició a Bustamante y Rivero quien, apoyado por el
APRA, ganó las elecciones. Esta victoria significó un quiebre con los gobiernos
anteriores.
A pesar del intento de democratización, Bustamante no logró sortear dos grandes
problemas: una desacertada política económica que conllevó a un
desabastecimiento, inflación y corrupción; y el colapso de la unidad política que lo
había llevado a la presidencia.
El APRA fue el elemento corrosivo que conspiró a largo del gobierno de
Bustamante. A partir de la negativa del presidente para obtener prerrogativas, el
APRA buscó dar un golpe de Estado. Sin embargo, este fue aplacado por el
ejército con Odría a la cabeza. Poco tiempo después, el general realizaría un
golpe militar que le permitiría llegar a la presidencia
La restauración oligárquica
El gobierno de Odría significaba el retorno de la alianza élite-militares. Entre las
primeras acciones efectuadas estuvo la prohibición del Partido Comunista y el
APRA. La represión hizo recordar a las épocas de Sánchez Cerro, con varios
miles de apristas encarcelados o en el exilio. Además, instauró una política
populista para aislar al APRA del pueblo.
Las FF.AA. no apoyaron incondicionalmente a Odría. Lo apoyaron en el golpe, ya
que percibieron que el APRA era una amenaza, sin embargo, bajo otras
circunstancias no lo hubieran hecho. Odría buscó ganarse su simpatía mediante
un aumento de inversión al sector militar al punto que excedía en lo destinado a
los programas sociales.
El cambio que buscaban los militares, quienes abogaban por un mayor
profesionalismo e institucionalidad, podía lograrse mediante la implementación del
CAEM (Centro de Altos Estudios Militares).
Los grandes cambios sociales que estaba experimentando el Perú desde la
década de los 30 estaban comenzando a impactar al Estado oligárquico. La
represión y el autoritarismo ya no tenían el mismo efecto, incluso la idea de
reformas comenzó a surgir. La política estática que mantenía la alianza élite-
militares no tenía cómo responder a las transformaciones económicas y sociales
Gobierno de Prado
Prado negoció la coexistencia con los Odriístas y los apristas a cambio de apoyo
electoral. Así se llegó al denominado “Pacto de Monterrico” donde Prado,
mediante una negociación secreta y turbia, acordó con Odría en no investigar los
casos de corrupción contra él durante su gobierno.
Seguidamente se dio una amnistía a los apristas, por lo que su partido se volvió
legal (esto no incluyó al Partido Comunista). Los apristas colaboraron con el
gobierno sin generar obstáculos, contrariamente a lo sucedido con Bustamante y
Rivero. Este espíritu de cooperación fue lo que denominó a este periodo como el
de la “convivencia”. La cúpula del APRA había abandonado la estrategia
revolucionaria y ahora buscaba aspirar llegar al poder por las vías democráticas
bajo este nuevo orden tripartito: élite-militares-APRA.
Más allá del apoyo del APRA, este no podía ayudar al gobierno de Prado en
solucionar el clima económico. Durante el régimen de Odría se había gastado en
demasía en políticas populistas, así como un gasto desmedido en el ámbito militar.
Sin embargo, Prado no llevó una política económica de austeridad que era lo
recomendable en ese momento. Por el contrario, los índices de gastos e inversión
sobrepasaron en ciertos ámbitos a los realizado en el gobierno de Odría. La
inflación y la devaluación de la moneda provocaron huelgas y protestas contra el
gobierno.
Prado pretendió silenciar a sus críticos permitiéndoles trabajar en su gobierno. Es
así que uno de sus principales opositores en materia económica, Pedro Beltrán,
llegó a tener el cargo de ministro de economía
El segundo intento reformista
Gobierno de Belaúnde
A partir de la casi victoria electoral de Haya de la Torre y la consecuente
“superconvivencia” con el Odriísmo en el congreso, las FF.AA. formadas en el
CAEM depusieron a Prado un poco más de una semana para que inicie su
mandato y formaron una nueva junta militar.
En las nuevas elecciones celebradas un año después ganó Belaúnde, el
candidato que respaldaban las Fuerzas Armadas al verlo como el tipo tecnócrata
civil que podía llevar a cabo la labor de modernización y reformas que necesitaba
el país.
Sin embargo, su partido Acción Popular no logró ganar una mayoría en el
congreso, lo que abrió camino a una alianza entre el APRA y la Unión Nacional
Odriísta.
Para poder hacerle frente a la crisis agraria, que provenía desde la década de
los 40’s, así como solucionar la situación agravada de la redistribución territorial,
Belaúnde propuso la ejecución de una reforma agraria.
Esta iba a consistir en la redistribución de las tierras cultivables, y así las
comunidades campesinas puedan acceder al control total de ellas, ya que
previamente se encontraban en las manos de la élite agroexportadora.
Sin embargo, la propuesta no fue bien recibida por el congreso, dominado por el
APRA y la Unión Nacional Odriísta. La ley no encontró salida por los obstáculos
presentados por la oposición.
La impaciencia de los militares fruto de estos obstáculos y trabas, así como lo
sucedido con el escándalo de la página 11 de la IPC produjo un golpe de Estado
de la junta militar al gobierno civil