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A veces se le denomina la Biblia dentro de la Biblia, pues hace un resumen de los libros
anteriores y anticipa el pensamiento de los posteriores.
Es el único libro de las escrituras con el cual todos los otros escritos tienen afinidad.
Muchos de los salmos son obras de israelitas de diversas épocas que vivían en
profundidad una vida en la intimidad del Señor.
Jeremías 23:18
El leer los Salmos es como entrar en el santuario y oír una conversación entre Dios y
su pueblo.
El libro de los Salmos representa una colección casi completa de los cantos litúrgicos
que se llegaron a emplear en Jerusalén.
El pueblo hebreo en la época del Antiguo Testamento recitaba y cantaba los salmos en
la liturgia del templo. Desde los comienzos de la historia de la iglesia, los cristianos han
hecho lo mismo.
Se lee más de este libro en los cultos que cualquier otra parte de la Biblia.
En griego En Hebreo
El libro es conocido como el libro de los Psalmos que En hebreo el título del libro es “Tehilim”, término que
significa “canto acompañado con instrumento musical” procede del verbo halal que significa “alabanza”
Puesto que el libro termina en un gran clímax de “alabe al Señor” (heb. Hallelu YAH),
los israelitas le dieron el el nombre de Tehilim, el cual significa “cantos de alabanza” o
más simplemente “alabanzas”.
En cambio, muchos salmos son tefilot o tefilah (oraciones). La segunda división fue
llamada “las oraciones de David, hijo de Isaí” (Salmos 72:20).
La paternidad literaria de los Salmos. La mayor parte de las composiciones del Salterio
tienen indicaciones de índole histórica, musical o literaria.
Autor Salmos
Asaf 50; 73 - 83
Salomón 72 – 127
Hemán 88
Etán 89
Moisés 90
Los hijos de Coré y Asaf se refieren a familias de levitas cantores (veamos el título de
los Salmos 42 y 76).
El resto de los salmos, 49 en total, se llaman a veces “salmos huérfanos” porque son
anónimos. Algunos de ellos, sin embargo, pueden haber sido compuestos por David,
pues el Nuevo Testamento atribuye a los anónimos, 2 y 95, al poeta religioso por
excelencia de Israel. (Hechos 4: 25 – 26: Hebreos 4:7).
Además de las colecciones de los cantores del templo y al de David, había algunos
salmos llamados “aleluyáticos”, porque empiezan y terminan con la expresión Aleluya,
“Alabado sea Jehová”
Otros salmos, los cuales son llamados “graduales” o “peregrinación”, eran cantados
por los israelitas cuando “subían” a Jerusalén para las grandes fiestas. (120 - 134).