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Una de las estrategias implementadas para promover la educación ambiental incorporada desde el
currículo de los establecimientos educativos son los Proyectos Ambientales Escolares PRAE, estos
nacen desde la Presidencia de la República de Colombia la cual en uso de sus atribuciones
constitucionales y legales instituye los Proyectos Ambientales Escolares para todos los niveles de
educación formal y fija los criterios para la promoción de la educación ambiental no formal e
informal en el país a partir del decreto 1743 de 1994.
Desde esta perspectiva, la formulación del PRAE, se constituye en la carta de navegación y plantea
los lineamientos generales que las instituciones educativas seguirán para fortalecer procesos de
transformación y asegurar la calidad de la educación en nuestra ciudad a partir de la formación
ambiental para proteger y conservar el ambiente, uno de los fines del PRAE es la resolución de
problemas, lo cual, se logra gracias a que el PRAE es un proyecto de investigación que debe
promover la formación en valores, la interculturalidad, la gestión, además de integrar, las diversas
áreas del conocimiento, los diversos saberes y disciplinas que permitan la resolución y el manejo
de problemáticas ambientales promoviendo
habilidades en investigación.
Al ser los PRAE proyectos escolares de investigación exigen la cooperación de toda la comunidad
educativa: Padres de familia, estudiantes, docentes, directivos, personas de servicios generales,
administrativos, entre otros, esto, dicho en otras palabras se denomina participación, uno de los
principios rectores de la educación ambiental que hacen parte insustituible de los PRAES y motivo
por el cual el Concejo De Bogotá lo fortalece a partir del acuerdo 166 de 2005 por medio del cual
se crea el Comité Ambiental Escolar CAE en los colegios públicos y privados de la ciudad y otorga
funciones tan importantes como la de Asesorar al Gobierno Escolar, con el fin de fortalecer la
dimensión ambiental al interior de la institución educativa o Liderar la formulación,
implementación, seguimiento y evaluación del Proyecto Ambiental Escolar (PRAE) y realizar la
gestión necesaria para el desarrollo del mismo.
Por lo anterior, el PRAE debe tener un propósito y unos objetivos claros para lograr su éxito, de tal
manera que en su estructura contenga un esquema de preguntas, un periodo específico para
contestarlas y una capacidad para agregar y suprimir interrogantes y procesos sin que afecte su
estructura conceptual, pero que se adapte a las necesidades y potencialidades regionales del
momento y a las políticas y legislaciones ambientales vigentes. En general, un Proyecto Ambiental
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Fonseca Amaya, Guillemo y Ussa Cristiano Edwin Alberto. 2011. El PRAE un Proyecto de Investigación:
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Herramienta didáctica SED-UD. Secretaria de Educación de Bogotá D.C. Dirección de Relaciones con el Sector
Educativo Privado, Bogotá, Colombia.
Escolar debe tener un esquema conceptual que vincule la sociedad y el ambiente, dar soporte
para la toma de decisiones, tener en cuenta la escala y tiempo en la cual se medirán y estimaran
los indicadores, ser flexible, práctico y permitir la evaluación general e integrada de todos los
componentes del proyecto, para ello, es esencial articular un proceso de gestión y participación
relacionado con los problemas ambientales2 más relevantes que afecten la institución y el
territorio donde se encuentra la escuela. Por esto, se debe poner a interactuar los sentidos con el
ambiente, observando integralmente todos los elementos del paisaje, reconociendo las realidades
sociales y culturales que lo componen, los actores sociales e institucionales que se encuentran
presentes en el territorio, integrando este mar de variables, estímulos, sentimientos y procesos en
la investigación desde el currículo.
Los PRAES, como una oportunidad y estrategia para incorporar las problemáticas
ambientales a la escuela y desde allí contribuir a incrementar la calidad de vida de todas las
especies que habitan el planeta, es posible si se reconoce, el carácter investigativo del PRAE
mismo, es decir, trascender el desarrollo de innumerables y variadas actividades inconexas, para
diseñar un plan que contemple la investigación como condición de posibilidad de guiar la
intervención en relación con los problemas ambientales que afectan a una comunidad en
particular.
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Ambiente entendido como un sistema dinámico definido por las interacciones físicas, biológicas, sociales y
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culturales, percibidas o no, entre los seres humanos y los demás seres vivientes y todos los elementos del
medio en el cual se desenvuelven, bien que estos elementos sean de carácter natural o sean transformados
o creados por el hombre (MMA-MEN, 2002)
importante que incluso influye en la manera en que se interpretan los resultados, por esta razón
es conveniente que la institución educativa defina desde un principio cual será la investigación que
más se ajusta a sus necesidades y realidades, en lo que respecta al equipo de trabajo, apuntamos a
una mirada del PRAE desde la Investigación Acción Participativa, como una propuesta
metodológica que establece una relación natural entre los principios del PRAE y la investigación.
Seguramente, ahora surgen las preguntas ¿Qué es investigar?, ¿para qué investigamos? y
¿Cómo hacemos investigación teniendo en cuenta las realidades institucionales?, para dar
respuesta a estas incógnitas hemos querido hacer un barrido por los diferentes principios de la
investigación, comenzando por el principio que enuncia “la capacidad de preguntarse y la
necesidad de comprender la realidad que habitamos”, pues es precisamente esto la capacidad de
asombro, de preguntarse, de querer solucionar un problema lo que permite que realmente se
actué con una actitud investigativa, prospectiva en relación con la solución de los problemas
ambientales.
Aclarando esta concepción podemos decir con certeza que la cultura es parte del
ambiente, promoviendo una manera de estar y de ser, es decir el ambiente es en tanto las
relaciones del hombre con lo natural, es el hombre o los hombres quienes establecen diálogos
fecundos para pensar su propia relación con lo natural y consigo mismo, asunto que
necesariamente obliga a establecer un dialogo de saberes, espacio de conversación que instaura
una relación horizontal entre los miembros de una comunidad, no importando el lugar que cada
uno de ellos ocupe en la organización social, es decir la solución de las problemáticas ambientales
se constituye en una corresponsabilidad de todos aquellos actores que habitan directa o
indirectamente un espacio vital, así, en la investigación y respondiendo a nuestra preguntas
inicialmente planteadas se instaura un principio fundamental: El diálogo de saberes.
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… “Para esto es importante elaborar sistemas investigativos propios, que puedan recurrir no solo a
los procesos fundamentales del paradigma de la investigación experimental, sino también a los
principios de la investigación – acción. Desde esta perspectiva se puede ubicar a la investigación
critica como eje central de todo sistema de investigación que se oriente a los propósitos de la
educación ambiental, en razón de la pertinencia que para el efecto plantea desde su
fundamentación conceptual, pues de acuerdo con Sauve L (1996) en ella “el saber se construye
socialmente y está en función del contexto histórico, social y ético en el cual se elabora”. A la vez
que es “coadministradora por los diferentes actores de la problemática y se preocupa por el
empoderamiento de los mismos”, lo cual por supuesto, sirve de escenario al trabajo de reflexión
crítica para la interpretación de problemas ambientales y para la profundización en el
conocimiento contextual particular, aspectos que contribuyen en los procesos de apropiación de
la realidad” (MA-MEN 2002: 45).
lo natural, lo social y cultural, permite la configuración de una vida digna para cada uno de los que
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habitan el territorio.
En el marco anterior es importante reconocer los planteamientos que acerca de la Investigación
Acción Participación, se han consolidado, El término de «investigación-acción» proviene de Kurt
Lewin y fue utilizado por primera vez en 1944, describía una forma de investigación que podía ligar
el enfoque experimental de la ciencia social con programas de acción social que respondieran a los
problemas sociales principales de entonces. Mediante la investigación-acción, Lewin argumentaba
que se podían lograr en forma simultánea avances teóricos y cambios sociales. La investigación
acción para Lewin consistía en análisis, recolección de información, conceptualización, planeación,
ejecución y evaluación, pasos que luego se repetían.
En nuestro País, es importante reconocer el aporte de Fals Borda, sociólogo Colombiano, quien
desde diversos trabajos desarrollados con comunidades, logro en ellas mismas un proceso de
empoderamiento y transformación social, que culminaron con la solución de problemas
contextuales. Además de los aportes en la propia solución de los problemas en estas
comunidades, el trabajo de Fals Borda, permite derivar principios fundamentales en la
configuración de este tipo de investigación como una propuesta alternativa, a la investigación de
tipo positivista. En este sentido se plantea la necesidad de reconfigurar la tradicional relación de
dominación – dependencia implicada en el binomio sujeto – objeto, en la perspectiva de una
investigación positivista, para invitarnos a un nuevo tipo de relación que llevaría a un nuevo tipo
de sociedad, que sería una sociedad participativa, donde la relación fundamental sería sujeto –
sujeto. Además en la IAP se establece el reconocimiento de la ciencia popular como algo legítimo,
e igualmente válido que las ciencias académicas, así se reconoce el saber de todos los miembros
de la comunidad como fundamental en la solución de los problemas, que en este caso, se
abordarían desde el ambiente.
sus propios saberes y en virtud de sus derechos como ciudadanos, en la solución de sus
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Por otra parte es importante señalar, que en la IAP, es la construcción colectiva, el consenso y los
niveles de argumentación, lo que legitima el saber que se produce desde la praxis, en este sentido
se trasciende el binomio investigador/investigado, dando paso a una construcción colectiva, en
donde los agentes externos, se involucran con la comunidad, haciéndose participes en la solución
de los problemas y aportando en la consolidación de la comunidad desde la autogestión. En este
sentido es posible obtener conocimiento teórico en la práctica misma, lo cual va en contravía de
una actitud tradicional que nos insiste en la separación entre teoría y práctica.
Los dos elementos de la toma del poder que son considerados por la IAP como los más
importantes son: la organización popular democrática y autónoma, y el establecimiento del
estatus del saber popular y su promoción, las iniciativas de la comunidad buscan promover su
propio desarrollo, el cual se origina en su tradición cultural y busca preservar el medio ambiente
natural con el que tienen sus integrantes una asociación orgánica. Así, en la IAP, el saber
experiencial de la propia comunidad, el liderazgo, el conocimiento de sus derechos, el respeto a la
diferencia, la explicitación de las emociones y la transformación social, se constituyen ejes
fundamentales para desarrollar este tipo de investigación.
Teniendo en cuenta lo anterior, es posible rastrear de forma natural, la relación que existe entre el
horizonte de sentido del PRAE y la propia IAP, como formas que convocan a la transformación
social, que permiten el cuidado del ambiente (intersección entre lo natural, social y cultural), como
una estrategia que garantiza la propia existencia del ser humano.
Desde aquí, se retoma lo planteado por Salazar y Urbina 2009, en relación con el proceso
metodológico es importante reconocer las siguientes fases, sin embargo es pertinente aclarar que
las fases y técnicas determinadas por los diferentes autores en cuestiones de IAP varían al
adaptarlas a cada caso, y es esto, lo que potencializa la IAP en las instituciones educativas, la
posibilidad de adaptar la metodología y el avance de la investigación a sus realidades.
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De manera general la IAP cuenta con cuatro momentos, el primero de ellos se refiere a un proceso
previo de diagnóstico y motivación que incluyen mecanismos, estrategias y técnicas de
dinamización social y participación que puedan ser adaptadas en las diferentes fases de la
investigación; un segundo momento que atiende una primera etapa en la que se realiza a manera
de acuerdo la Conformación del Grupo de Investigación teniendo en cuenta el reconocimiento de
necesidades sentidas por la comunidad como puente a problemáticas integrales que afectan a
todos y todas (Martí 2002 y Bru y Basagoiti 2003), consintiendo a la estructuración del sujeto de
estudio, la introducción de elementos analizadores y permitiendo la conformación de un grupo
dinamizador de la investigación; en una segunda etapa o de investigación se establece en
reconocimiento de una perspectiva dialéctica, múltiples argumentaciones y diferentes puntos de
vista (información) obtenidos a partir de métodos cuantitativos, cualitativos y participativos, es
también en esta fase donde se han de jerarquizar los problemas, discutir y elaborar propuestas
concretas que permitan la obtención de los objetivos, por tanto, es necesaria la implementación
de estrategias participativas que den razón de los grupos que hacen parte del sujeto de estudio
como conjuntos de acción (Martí, 2002, p.19); por último se integra una etapa de acción en donde
el trabajo realizado a lo largo de la investigación y particularmente los resultados obtenidos de las
estrategias participativas en jerarquización de problemas, discusión y elaboración de propuestas,
se recapitula en el denominado Programa de Acción Integral (PAI), “con el objeto de integrar todos
los ámbitos y conjuntos de acción, articulando desde espacios comunes las diferentes políticas
propuestas (y no al revés)” (Martí, 2002, p.19). La fase de concreción implica la realización de un
documento que incluya el cronograma y el presupuesto previstos, así como los conjuntos de
(auto) gestión, acción y definición de indicadores de evaluación. (Martí, 2002, p.22).
REFERENCIAS
Salazar y Urbina. (2009). La investigación Acción Participación en el diseño del Proyecto Ambiental
Escolar PRAE del colegio Señor de los Milagros de Sativasur, Boyaca.
Sauve L (1996). Educación relative á I’ enviore ent: pour un savoir critique et un agir responsable.
Dans le livre. La Recherche Sociale en Enviorement. Nouveaux Paradigmes. Robert Tessier ej Jean
– Guy Vaillancourt. Les Presses de I’ Université de Montreal. Quebec. Canada.
Decreto 1743 del 3 de agosto de 1994. Expedido por el Presidente de la República de Colombia.
Por el cual se instituye el Proyecto de Educación Ambiental para todos los niveles de educación
formal, se fijan criterios para la promoción de la educación ambiental no formal e informal y se
establecen los mecanismos de coordinación entre el Ministerio de Educación Nacional y el
Ministerio del Medio Ambiente.
Acuerdo 166 del 23 de septiembre de 2005. Expedido por el Concejo de Bogotá. “por medio del
cual se crea el comité ambiental escolar en los colegios públicos y privados de Bogotá y se dictan
otras disposiciones".
Decreto 617 del 28 de Diciembre de 2007 .Expedido por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Por el cual se
adopta y reglamenta la Política Pública Distrital de Educación Ambiental.
PPDEA. Política Pública Distrital de Educación Ambiental. (2008). Alcaldía Mayor de Bogotá,
Secretaria Distrital de Educación, Secretaria Distrital de Ambiente.
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