Você está na página 1de 28

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA

LÓGICA JURÍDICA

TEMA: LA RESPONSABILIDAD CIVIL COMO CONCEPTO Y SISTEMA


UNITARIO EN EL DERECHO ECUATORIANO

DIEGO SANDOVAL

1
LA RESPONSABILIDAD CIVIL COMO CONCEPTO Y SISTEMA UNITARIO
EN EL DERECHO ECUATORIANO

CIVIL RESPONSIBILITY AS A CONCEPT AND UNITARY SYSTEM IN


ECUADORIAN LAW

DIEGO FRANCISCO SANDOVAL PORTILLA


ESTUDIANTE

Resumen: El daño hacia la víctima es uno de los principales referentes


considerado al analizar la responsabilidad civil, entendida como la necesidad de
indemnizar por un daño realizado a una persona o ya sea por sus bienes en el cual
actúan como personajes del “agente” como partícipe del Estado y el “principal” a
quienes se les debe hacer efectiva la responsabilidad de los daños. La evolución de la
responsabilidad, desde la época romana, demuestra ya un efectivo uso de lo que es el
derecho reconocido y es así que se debe analizar a profundidad los diferentes tipos de
responsabilidad para poder entender cómo se ejerce en la sociedad hacia el efecto de
contraer y ejercer obligaciones. Uno a uno abarcaremos el estudio de la responsabilidad
civil contractual como la extracontractual, en el que se observará la normativa que se
debe aplicar, como la instancia del derecho civil al regular la necesidad que debe existir
en la indemnización o reparación de los daños generados, la cual encuentra establecido
en el artículo 214 del Código Civil.

Palabras clave: Código, Responsabilidad, Civil, indemnización, víctima

Abstract: The damage to the victim is one of the main references considered
when analyzing civil liability, understood as the need to compensate for a damage done
to a person or for their assets in which they act as characters of the "agent" as a
participant in the State and the "principal" to whom the responsibility for damages
should be made effective. The evolution of responsibility, since the Roman era, already
demonstrates an effective use of what is the recognized right and it is thus that the

2
different types of responsibility must be analyzed in depth in order to understand how it
is exercised in society towards the effect of contract and exercise obligations. One by
one we will cover the study of civil liability as non-contractual, in which both the
regulations that must be applied and the civil law instance to regulate the need that must
exist in the compensation or repair of the damages generated, as found established in
article 214 of the Civil Code.

Keywords: Code, Liability, Civil, compensation, victim

1. Introducción

A la responsabilidad civil la podemos definir como: “La obligación en que se


coloca una persona para reparar adecuadamente todo daño o perjuicio causado; la que
resulta ser civil si se origina en la trasgresión de una norma jurídica que afecte el interés
de una de determinada persona. (Núñez, 2010)

Al iniciar de que todo ciudadano independientemente de su estado civil, género,


posición social, etnia, educación, tiene deberes y responsabilidades además de sus
derechos, por lo que se asume que este no ha de perder la responsabilidad civil, solo por
el hecho de ser un integrante en la sociedad; es así que la responsabilidad civil se
conoce en base a tres axiomas dados por el derecho romano donde se conformó un
entorno práctico pero también basado en los valores y el respeto hacia uno mismo y el
resto: “honeste viveri” (vivir honestamente) , “suum cuique tribuere” (dar a cada uno lo
suyo) y “alterum non laedere” (no dañar al otro). (López, 2011: 1).

Además se sabe que todo ser es un ente social, que necesita comunicarse para
demostrar, expresar y percibir sentimientos, ideas, pensamientos, razones; el conjunto
de un grupo de individuos que viven en una determinada zona geográfica, es la
sociedad, y por ende cada uno dispone de sus derechos civiles por ser ciudadanos, pero
como se ha dicho también de responsabilidades, entre las que se encuentra la no
agresión a otros.

3
Existe la frase que indica <el derecho de uno termina donde empieza la libertad de
otro>, es entonces un aliciente para saber que como individuo parte de la sociedad a la
que pertenece y ha conformado como parte integral y activa de la misma debe vivir de
forma correcta tanto integralmente con sus acciones propias que le han de beneficiar a él
mismo, como a los suyos, para evitar dañar los bienes de otros.

Es necesario entonces definir al “alterum non laedere” (el no daño al resto), pues
se plantea como esa relación con la otra persona o grupo de individuos, se sabe que “el
daño que alguien se infiere a sí mismo no entra dentro de la consideración de la
responsabilidad civil, como sería el caso del suicida o de quien se flagela por motivos
religiosos, o si la víctima ha sido culpable del daño”. (Yaguéz, 1989:81).

Es decir que, el no causar daño hacia el resto no es una simple idea que se pueda
escoger sino que, pasa a ser una obligatoriedad para todo ciudadano, pues nadie puede
afectar o atentar contra la vida humana de las otras personas porque simplemente no
tiene derecho a hacerlo, salvo el caso de si dicha vida es la propia, pues en este caso no
se la considera como parte del derecho civil, porque este tiene la singularidad de que el
daño no debe ser ejecutado hacia otro ser humano, e incluso ahora se habla del daño
ambiental, o a los animales; ya no solo a nivel de individuos con raciocinio.

Según A Yáguez (1989) detalla que “el no causar daño a los demás es quizá, la
más importante regla de las que gobiernan la convivencia humana” (Yaguéz, 1989),
claro está porque nadie puede alterar la calidad de vida y su dignidad, por motivos
personales, al menos esto también se plantea en el Ecuador a partir de la Constitución
del 2008, donde , finalmente en el presente informe se plantea la pregunta ¿Qué es la
responsabilidad civil y cómo se la ha incluido en la legislación ecuatoriana?, en
definitiva es el derecho civil el que se encarga de que la víctima obtenga la reparación
precisa sobre el daño que ha recibido, siempre que este haya sido comprobado y que no
se demuestre que la víctima ha tenido culpabilidad sobre dicho daño.

II. Generalidades de responsabilidad civil

4
Por un lado se conoce a la responsabilidad, como aquel sistema jurídico que
dispone la mayor parte de países, donde se incluyen dos tipos de derecho que son el
penal y el civil.

En otra instancia, la responsabilidad civil “es el obrar humano en la transgresión


de las normas jurídicas para actuar con dolo o culpa, en donde se ocasiona un perjuicio
que puede ser valorado en dinero, es decir, que sea susceptible de una indemnización”
(Abad, 2015); al agredir o transgredir a otro aun si este se encuentra consciente del daño
que se le podía ocasionar y una vez que se lo ha causado, independientemente del
motivo, esto da lugar tanto a una remuneración de tipo económica pero también tendrá
que ser juzgado por un tribunal, quien decidirá qué tipo de pena se le dará a quien haya
infringido el derecho civil de otra persona.

Otro concepto detalla que la responsabilidad civil es “la obligación de resarcir que
surge como aquella consecuencia del daño provocado por un incumplimiento o
responsabilidad contractual, con la idea de reparar el daño que ha causado a otro con el
que no existía un vínculo previo” (Alessandri, 2007), esta responsabilidad de
reparación puede darse bien sea por naturaleza o por una transacción monetaria.

Algo indispensable que acotar, es que, la responsabilidad civil puede ser de tipo
contractual o extracontractual, debido a que:

Cuando la norma jurídica violada es una ley (en sentido


amplio), se habla de responsabilidad extracontractual, la cual a su
vez puede ser o bien delictual o penal (si el daño causado fue debido
a una acción tipificada como delito) o cuasi-delictual o no dolosa (si
el perjuicio se originó en una falta involuntaria). Cuando la norma
jurídica transgredida es una obligación establecida en una
declaración de voluntad particular (contrato, oferta unilateral,
etcétera), se habla entonces de responsabilidad contractual. (Díez,
1989: 49)

5
Luego de entender la clasificación básica de la responsabilidad civil, es necesario
saber que, para el caso de la responsabilidad contractual, se requiere de un mecanismo
específico para lograr hacer valedera la misma, la herramienta más utilizada es el
contrato, al ser este un documento escrito o verbal que sirve para dejar por sentada una
responsabilidad y los términos que esta ha de contener, pues se efectuará tanto la
responsabilidad civil del adquiriente así como del contratante.

Las obligaciones como tal también pueden ser clasificadas en dos tipos:

- De medios
- De resultados

Estos dos subtipos tienen importancia predominante al requerir determinar el tipo


de responsabilidad civil contractual de la que se habla, pues “constituye uno de los
requisitos básicos para que la responsabilidad se produzca, y dependerá de la clase de
obligación” (Grungo Colarulo Asociados, 2017).

II.1 El Contrato

Etimológicamente al hablar de contractos nos referimos a lo contraído, el contrato


tiene un serie de sinónimos en la lengua española como “pacto, convención, convenio,
ajuste, acuerdo, compromiso, trato, iguala, obligación, etc.” (Simental, 2009), en esta
instancia se puede decir que, aun si el contrato no tiene un concepto jurídico
estandarizado, se sabe que “esto no impide que sea aceptado con una connotación en el
conglomerado social y en la conformación del ordenamiento jurídico en cualquier
Estado contemporáneo”. (Simental, 2009, pág. 100)

El contrato recoge el intercambio económico que hayan contratado las partes, es el


procedimiento para crear una situación jurídica. Grandes juristas como Kelsen y
Recasés lo han definido como:

6
El choque de voluntades opuestas que terminan por ponerse
de acuerdo. También se puede decir que el contrato es un acuerdo
mediante el cual las partes regulan una relación jurídica
patrimonial, ya que esta idea puede ser representada como
autorregulación de relaciones jurídicas patrimoniales, que no
excluye que sea de todas maneras un acto de decisión de las partes.
(Simental, 2009)

Una diferenciación que podemos hacer del contrato y la convención es que el


primero solamente genera obligaciones y el segundo puede modificar o extinguir
obligaciones ya creadas. Esta distinción viene desde roma muy seguramente hunde sus
raíces en el sentido semántico de las palabras, contrato y convención. Esta última viene
de la palabra venidera pum que significa venir juntos, ajuste y concierto entre dos o más
personas o entidades, ajuste o acuerdo de voluntades entre dos o más personas.

Mientras que contrato que es un sustantivo masculino de origen latino,


semánticamente significa pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan
sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimento pueden ser compelidas.
Por lo mismo es que en todos los contratos hay una convención. La diferencia de
genero a especie, se apoya en la finalidad del primero, que es la de producir efectos
jurídicos.

Con todo lo anterior dicho, es posible definir que el código de comercio establece
que “el contrato es el acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir
entre ellas una relación jurídica patrimonial.” (Código de Comercio, 2013); Bajo esa
concepción el contrato crea o constituye obligaciones o relaciones jurídicas de
contenido patrimonial, cabe recalcar, susceptibles de valoración económica, las regula,
modifica o extingue.

En consecuencia al ver si la conducta humana está encaminada a producir efectos


jurídicos, como crear, modificar, transmitir un derecho, se denomina contrato o
convención, ambos sinónimos y por lo tanto expresan la misma idea.

II.2 Naturaleza jurídica del contrato

7
Ahora hablemos sobre la naturaleza jurídica del contrato en la concepción
tradicional. Primeramente la subjetiva, la cual “remite la teoría de la voluntad, según la
cual la voluntad es la esencia del contrato” (Zamora, 2004). Y la segunda que es el
principio de la objetividad, al entender que, es la teoría de la declaración, la cual “mira
al contrato no como un fenómeno síquico sino como un fenómeno social que despierta
la confianza de que el acto es serio y conforme a la voluntad exterioriza” (Zamora,
2004), es decir conforme al desarrollo normal de la actividad negociar.

En la actualidad el contrato ya no es el arquetipo regulado en el código civil, sino


el instrumento jurídico que puede ser utilizado como acto o como norma o estado. En el
primer caso ha habido consentimiento y, en el segundo se h suprimido el requisito del
acuerdo de voluntades para obtener la situación jurídica a la que se llega mediante la
manifestación libre del consentimiento, muy a pesar de que este no se haya expresado.

Una primera razón que avala este aserto la constituye el hecho de que en la
concepción clásica del contrato se admite la expresión de la voluntad coaccionada, a
menos que el coaccionado posteriormente le exponga y, una segunda, que no es posible
ignorar la apuesto que no puede haber un contrato bilateralmente forzoso ya que se
derrumbaría el Estado social de derecho para ser sustituido por la dictadura y, por sobre
todo a este respecto, porque, lo más normal que sucede al seguir el orden lógico de las
cosas, es que la parte fuerte sin jugar a la débil. Como vemos en el caso del profesional
y el consumidor.

También es posible señalarse que, “la base del contrato clásico se quiebra de lado
y lado en el derecho de consumo, caracterizado entre otros factores, Por el tráfico en
masa y por la asimetría de información” (Simental, 2009, pág. 104). Por el lado de los
profesionales porque estos quieren asegurar el mercado para tener mayores ventajas o
beneficios económicos, lo cual consiguen con la contratación en masa. Por el lado de los
consumidores, porque, debido a las necesidades económicas de los mismos, deben
inexorablemente contratar.

El tráfico en masa, propio del derecho de consumo, con llevó al empleo de


condiciones generales de contratación caracterizado por la utilización de condiciones

8
generales en los contratos a los cuales se pliega o adhiere el consumidor y para los
cuales el derecho clásico o tradicional no tiene previsiones legislativas.

Esta razón ha conllevado aquí los ordenamientos jurídicos contemporáneos


reconozcan a los empresarios en particular, a los comerciantes en general, y que en la
distribución de sus bienes y servicios predispongan el contenido contractual de tal
suerte que su voluntad individual o particular se convierte en fuente de obligaciones que
vendría a ser el contrato ley.

A este respecto se puede mencionar que en un contrato se inserta un pacto


prohibido por el legislador o es contrario a la ley o es inmoral pues contrario al orden
público, dicho pacto es ilegal. Por ejemplo un contrato de sicariato técnicamente está
correcto pero es ilegal. El problema que plantea la ilegalidad apareja como sanción una
solución no pacífica en la doctrina, es decir la nulidad total o del contrato O la nulidad
parcial del mismo.

III. La regulación legal de los contratos

Existen dos códigos para regular los contratos en el derecho privado que son:
-El código civil y
-El código de comercio en lo que respecta a la legislación ecuatoriana.

El derecho común es integrador del derecho privado como ya lo hemos visto en


clases, Y por ello es que resulta muy saludable la recomendación transcrita, por las
motivaciones que generan.
No obstante, conviene reflexionar sobre los obstáculos negativos que tamaña
empresa debes sortear.

En los procesos judiciales siempre surge el interrogante sobre si el acto es


mercantil o es civil, tanto así que la doctrina ha elaborado un test, pues se sabe que el
derecho mercantil es ágil, mientras que el derecho civil generalmente elaborado por
juristas es rígido y social.

9
Por último, los comerciantes son personas especializadas en el oficio, A lo menos
porque conocen bien las reglas del mercado y de la competencia, en cambio los demás
miembros de la sociedad no lo son, lo cual les da a aquellos una evidente ventaja al
momento de negociar.

III.1 La víctima y la victimización

Para captar el habla de victimización se debe tomar en cuenta que es un término


proveniente de “la ciencia victimología que es una disciplina encargada del estudio de la
víctima” (Seguridad Ciudadana y Policia Comunitaria, 2017), donde a la víctima se la
conoce como aquel individuo vulnerable sobre la cual ha incidido algún tipo de
situación de violencia o peligro desde fuerzas externas.

Así, para el derecho penal la víctima es “la persona natural o jurídica que sufre,
como resultado del cometimiento de un delito, la afectación o daño, físico o moral,
material o psicológico” (Gallardo, 2011: 12); esta falta de consentimiento hace una
producción para que se violente sus derechos humanos fundamentales como la dignidad
humana y su libertad.

Por otro lado en el derecho civil la víctima se la concibe como aquel sujeto digno
de reparación en base a una indemnización, que ha de recibir por motivos del daño
causado a su persona; en estos casos:

La responsabilidad civil suele analizarse en perspectiva de


configuración de los elementos que hacen prosperar la
indemnización. Mas esta mirada clásica es insuficiente si se
considera que la actividad de la víctima puede tener consecuencias
relevantes a la hora de otorgar, negar o reducir una indemnización de
perjuicios. (Bahamondes & Pizarro, 2012)

En base a lo dicho anteriormente por Bahamondes & Pizarro, es necesario analizar


a mayor detalle a la víctima, no solo como quien ha de recibir indemnización por el
daño percibido sino como aquel ente a quien se debe considerar como parte de la
sociedad, y a quien nada ni nadie le ha de agredir sus derechos a la vida digna.

10
Se ha recopilado la información con respecto a la víctima, donde se incluyen los
tratados internacionales decretados por la Asamblea General de las Naciones Unidas así
como la Cumbre de Justicia Iberoamericana, donde se habla acerca del derecho de la
víctima, como aquella persona que tiene potestad de enjuiciar al perpetrador.

Dentro de estos parámetros, es adecuado mencionar que la Constitución del


Ecuador del 2008, es un alcance de dichos Tratados Internacionales, de igual forma se
pone vital importancia a la víctima, como sujeto directo del proceso judicial, aun si al
ver que esta no haya realizado un juzgamiento particular, tiene voz y voto para declarar
y hacer que se respeten sus derechos dentro del proceso judicial.

Además en la Constitución en el Artículo 66 Numeral 3 se indica, que “el Estado


es el encargado de prevenir, eliminar y sancionar toda forma de violencia, con el fin de
garantizar una vida libre de todo tipo de agresión tanto física como psicológica en el
ámbito público y privado”. (Constitución del Ecuador, 2008); es decir que se plantea
dos vías una en el ámbito público y privado, lo que indica que la violencia o daño
también puede darse no solo por otros ciudadanos civiles sino también se puede utilizar
el llamado “abuso de fuerza” por parte de las fuerzas policiales y de justicia, al tomar en
cuenta que por un lado se encuentran los derechos ciudadanos y humanos que no deben
ser vulnerados por ninguna entidad o persona natural y por otro la imposición de las
normas prescritas en la ley, donde miembros de justicia y policiales no pueden hacer
caso omiso.

En cuanto netamente a la justicia el Código orgánico integral penal en su artículo


102 detalla “cuando la infracción produzca efectos en el Ecuador o en lugares sometidos
a jurisdicción, o quienes por violencia física, abuso de autoridad, o medio coercitivo
obliguen a un ciudadano será penado (…)”, es decir esta pena ha de constituir tanto la
indemnización como el reparo a la víctima y de ser el caso el juzgamiento mediante el
derecho penal del agresor.

11
A nivel de Ecuador para el caso de la acción de daño moral está vigente “el
sistema de total independencia de jurisdicciones. Lo declara la nueva ley y puede
afirmarse que regía aún antes de esta, pues no había norma legal que dispusiera lo
contrario. Esta independencia, además, se había reafirmado por la jurisprudencia y la
doctrina” (Valdez, 2008)

III.2 La responsabilidad Civil y el Daño

Se sabe que la persona es un ente activo y social por naturaleza, por lo que existen
desacuerdos constantes plasmados en diferentes puntos de vista e intereses individuales,
por lo que puede ser que el uso de la fuerza sea el primer instrumento para reacciones
frente a los adversarios, por otro lado es necesario partir de que la responsabilidad civil
es definida como “Una obligación de reparar el perjuicio causado a otro” (Carbonnier,
1959, pág. 569).

Al partir de lo dicho anteriormente, se sabe que antiguamente, si un individuo


sufría un daño no se lo consideraba persona sino que:

Afectaba a todo el grupo, y las represalias se tomaban contra toda la


otra tribu a la que pertenecía el ofensor, siendo esta venganza un derecho
primitivo que luego fue usado, para limitar las relaciones entre los
miembros de los clanes. La venganza en aquellos tiempos según dice
Martínez Sarrión, “no se nutre, cual corrientemente se suele decir, del
odio, sino de la necesidad de tomarse justicia por su mano, ante la carencia
de un organismo superior e imparcial, de una instancia a la que de ocurrir.
(Martinez, 1992).

Pero luego se produce un avance jurídico al tiempo de que el hecho de la


venganza sufre limitaciones, si se devuelve mal con mal, por lo que este se conoce
como un principio de proporcionalidad de la sanción por la falta cometida, hoy existe la
naturaleza jurídica de la responsabilidad civil, es así que “existe el deber jurídico de
reparar los daños que se producen con ocasión del incumplimiento de una obligación”,
por lo que este incumplimiento genera la responsabilidad civil, y forma parte de un
deber de conducta que tiene que ser tipificado en la ley, por lo que toda obligación civil

12
“conlleva una conducta que el destinatario debe cumplir o realizar, ya sea esta positiva
entendida como una acción o negativa como una omisión, entonces, si el destinatario no
cumple, con esta conducta ha de sujetarse a la indemnización de perjuicios” (Manchala,
2015, pág. 16).

Hoy se puede decir que el daño es “un hecho: es toda forma de afrenta a la
integridad de una cosa, de una persona, de una actividad o de una situación, el perjuicio
lo constituye el conjunto de elementos que aparecen como las diversas consecuencias
que se derivan del daño para la víctima” (Alessandri, 2007), es decir que es haber
perjudicado sea de forma material o moral a una persona, por lo que esto trae
consecuencias directas para la misma.

En lo que se refiere a la legislación del Ecuador, en el artículo 214 señala que: “El
que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, está obligado a la
indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o
cuasidelito.” (Código Civil del Ecuador, s.f), es decir que a partir del código civil se
puede establecer entonces la necesidad de reparación e indemnización a la víctima.

Dentro de lo que incluye el pago de la indemnización, se encuentran existentes las


causas de daños o perjuicios, se deben considerar dos conceptos específicos que son
“lucro cesante y daño emergente, y no siempre corresponde indemnización por los dos
conceptos, lo que dependerá de cada situación en particular” (gerencie.com, 2011).

Para explicar en breves rasgos un lucro cesante se hace referencia “al lucro, al
dinero, a la ganancia, a la renta que una persona deja de percibir como consecuencia del
perjuicio o daño que se le ha causado.” (gerencie.com, 2011), es decir que, en el caso de
un contrato de consumo, habiéndose realizado, y al existir ya un previo lucro o
ganancia, ya sea la empresa que otorga el consumo o el mismo cliente, deja de percibir
su bien o servicio o el dinero, por dichos motivos del daño causado por la otra parte.

Por otro lado y tomándolo de gran interés para el presente proyecto se encuentra
el daño emergente, el cual:

Corresponde al valor o precio de un bien o cosa que ha sufrido


daño o perjuicio. Cuando el bien o la propiedad de una persona ha sido
dañada o destruida por otra, estamos ante un daño emergente, y la

13
indemnización en este caso será igual al precio del bien afectado o
destruido. (Martinez, 1992)

Es decir que, si evidentemente existe destrucción de un bien adquirido, se da el


daño emergente, ejemplo de ello se puede tener a un conductor de un bus, a quien le
destruye una persona el mismo, por lo que la otra persona deberá reponer el valor o
precio del bien que lo dañó, por lo que estos casos han de ser notorios en los bienes de
consumo, al asumir que son aquellos que se han producido por una industria y los
cuales el consumidor puede adquirir.

III.3 Indemnización de la Víctima

Se sabe que el daño, es “un perjuicio o lesión que se ocasiona a una realidad,
que en principio debió resultar favorable, pero a consecuencia de la inobservancia de
normas, el resultado es precisamente el quebrantado de aquella, dada la trascendencia de
las secuelas que crea en aquel que lo sufre”. (Loaiza, 2015), en esta instancia, se hace
uso del término “daños y perjuicios” y su respectivo resarcimiento.

Al notar si se produce un daño, existe la obligación de responder por este, lo cual


constituye en uno de los principios básicos de la responsabilidad civil, por lo que
incluso algunos autores la establecen como “el principio de justicia que impone la
necesidad de restablecer el estado anterior a la lesión causada injustamente” (López,
2011:2), claro está que dicha lesión puede producir daño o dolo, y por ende es
totalmente un perjuicio para la víctima, pues ha alterado su calidad de vida normal, o el
estado de las cosas que se afectaron, al producir indistintamente un daño hacia la
víctima dueña de dicho bien.

Incluso se habla de una “exigencia ética que ha de ser dada en base a la sanción
jurídica de la conducta lesiva”. Estas y otras afirmaciones se detallan con la idea de
indemnizar a la víctima del daño, porque además de ser un derecho de la misma
constituye un hecho ético y que emana justicia para quien ha sido agredido ya sea por la
ejecución de una conducta no legal o por la falta de aplicación de una normativa
vigente.

14
Otra de las situaciones objeto de discusión si se tratan de indemnizaciones, es la
obligación de indemnizar de forma monetaria a la víctima, por lo que “esto se encuentra
establecido en el análisis económico del derecho” (López, 2011:3)

En lo que respecta al Código Civil, en el artículo 1572 trata sobre la


indemnización de los perjuicios, en donde establece que:

La indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y


el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, o
de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el
cumplimiento. Exceptúense los casos en que la ley la limita al daño
emergente. (Código Civil del Ecuador, s.f)

En esta instancia, cualquier tipo de daño sea este emergente o de lucro cesante a
de someterse a lo que se imponga por parte de la ley, salvo los casos en los que esta no
considere como situaciones de indemnización, al saber además como se ha dicho que el
daño emergente es la pérdida que:

Sufre la víctima bien sea por el incumplimiento del contrato –en


el terreno de la responsabilidad contractual- o por el daño que le
ocasionó el delito o cuasidelito –en el campo de la responsabilidad
delictual o extracontractual. (Aquí también se presentaría el
incumplimiento de una obligación general de prudencia y diligencia
impuesta a toda persona que vive en comunidad. (Tamayo, 1998)

Es decir que si se ha producido un daño emergente, la víctima a de recibir su


indemnización, por dicha situación percibida.

Se sabe que en los casos de años emergentes, la indemnización a de ser de tipo


civil, y esta tiene una función reparadora, por lo que es necesario buscar que el afectado
recobre la situación que tenía anteriormente a incumplimiento del contrato.

Los daños y perjuicios sufridos por la víctima, es decir por quien ha perdido
su bien de consumo o su utilidad una vez teniéndolo como patrimonio, se requiere para
esto acudir a la acción penal, pues la víctima “Puede reclamar la indemnización de los
daños y perjuicios frente al autor del delito y en qué condiciones en el procedimiento
penal, en qué momento procesal lo ha de hacer” (León, 2012, pág. 16)

15
Para lograrlo se tiene el respaldo de la Constitución Ecuatoriana del 2008, aquella
que orientan los principios mínimos del derecho penal, y según lo que indica la
doctrina establece “la declaración sobre principios fundamentales de justicia para las
víctimas de delitos y abusos de poder” (Bovino, 2008) así la indemnización de daños y
perjuicios es considerada como parte de una pena adicional, pues la indemnización
proviene de “una responsabilidad penal principal y una responsabilidad civil accesoria”
(León, 2012).

Algo que también es necesario aclarar que “se requiere en la mayoría de casos la
indemnización que se fijan en base a las pruebas reunidas y aportadas, así como la
jurisprudencia y los respectivos argumentos presentados por las partes” (Jims, 2011); se
sabe que la indemnización no se fija al azar, sino que debe haber la suficiente
documentación y argumentos para establecerla de la forma más conveniente posible.

III.4 Indemnización de la víctima por bienes de consumo

Hay que tener en cuenta que los bienes de consumo son “los bienes finales en el
proceso de producción de una economía que permiten la satisfacción de las necesidades
de las personas de una manera directa, es decir, estos no crean otros bienes y servicios
sino que son directamente usados por el consumidor” (Economipedia, 2014).

Se sabe además que en el amplio entorno comercial, existen varios tipos de bienes
por lo que hay bienes de capital, que son las herramientas con las que se producen otros
bienes, aquellos bienes intermedios que sufren un proceso de transformación y se
obtienen otros bienes, y finalmente los bienes de consumo, que satisfacen las
necesidades del consumidor, por lo que se puede decir que estos son los más comunes,
por lo menos en el mercado ecuatoriano.

Con el fin de entender mejor acerca de los bienes de consumo, es necesario


también entender de forma jurídica quien es el consumidor y a que derechos este tiene
acceso.

Es necesario definir al consumidor desde varios puntos de vista, pues un concepto


puede darse de acuerdo al mercado y otro según la norma jurídica; así en términos
económicos un consumidor o también conocido como comprador es “una persona u
organización que demanda bienes y servicios a cambio de dinero proporcionados por el
productor o proveedor” (Arellano, 2011) ; es decir que, toda persona que ejecuta una

16
transacción de compra y venta de bienes y servicios, se lo denomina un consumidor; así
también adentrándose un tanto a la normativa vigente en la Ley Orgánica de Defensa al
Consumidor, en su artículo 2 detalla un concepto “el consumidor es toda persona
natural o jurídica que como destinatario final adquiera utilice o disfrute bienes o
servicios, o bien reciba oferta para ello. Si la presente ley mencione al Consumidor,
dicha denominación incluirá al usuario”. (Ley Orgánica de Defensa del Consumidor,
2011); es decir que, para términos de la Ley en el Ecuador, el consumidor toma el
término de usuario.

Para definir al consumidor es necesario segmentarlo en variables específicas para


entenderlo con más detalle, pues se lo puede percibir dentro del comportamiento de
compra, por sus relaciones con el medio y por el perfil sociodemográfico, en esta
situación se analizan seis tipos de compradores “comprador on-off line, comparativo,
tradicional, dual, e-rezagado, navegante” (Briz & Lazo, 2011, pág. 11). Las
características específicas del consumidor on-off es que “utilizan internet como canal de
información y realizan compra por otra vía” (Arellano, 2011) ; mientras que el
consumidor o comprador que le gusta comparar es aquel que se fundamenta en la
comparación de precios, características y maneras específicas de selección de un
producto; mientras que aquel consumidor tradicional es aquel que adquiere sus
productos en establecimientos convencionales, como tiendas, supermercados, centros
comerciales, y otros lugares de adquisición de bienes y servicios convencionales. El
consumidor dual en cambio es aquel que utiliza el internet como canal informativo; a su
vez los consumidores e-rezagados son aquellos que jamás utilizan el internet como
medio para informarse sobre un producto y sus características, mientras que el
comprador navegador por su parte, es aquel que incluye altas experiencias en compras
por internet. En cuanto a su perfil sociodemográfico, los compradores o consumidores
on-off son por lo general personas de 20 a 24 años de ambos géneros y solteros, los
compradores que comparan son solteros entre 25 a 29 años por lo general de género
masculino, en cuanto al comprador tradicional son personas de más de 40 años,
hombres; el comprador dual es por lo general soltero de 20 a 24 años, de género
masculino; el e-rezagado se incluye en edades mayores a 35 años, y especialmente son
mujeres; mientras que el comprador navegante, por lo general es casado, y tiene más de
30 años de edad.

17
Se puede también decir que, quien compra los bienes y servicios lo hace con
intensión de utilizar o beneficiarse de su uso, pues la idea es intercambiar dinero por
artículos que los puedan utilizar; es así que también nace el término “derecho del
consumo”, por tratarse del derecho de todo consumidor a ser complacido en su totalidad
o satisfecho al adquirir un bien o servicio, pues este ha generado un desembolso de
dinero o intercambio de otros bienes, para lograr dicho bienestar; razón por la que “el
derecho de consumo es el conjunto de normas emanadas de los poderes públicos
destinadas a la protección del consumidor o usuario en el mercado de bienes y servicios,
otorgándole de derechos y obligaciones” (Bonifaz, 2015); es decir es necesario delimitar
un compromiso legal entre demandantes (consumidores) y oferentes (empresas o
personas que venden el producto o servicio); que debe ser estipulado por normativas
legales, para garantizar su respeto y cumplimiento, de ambas partes. Se puede decir
que, actualmente el consumidor ha evolucionado, desde la era digital; donde es más
fácil conseguir un bien o servicio en un entorno virtual, pues con solo dar varios clic en
páginas de compra y venta de artículos el consumidor puede adquirir un sinnúmero de
artículos que anteriormente solo podía imaginarlos tener, además puede escoger entre
los precios que más se ajusten a sus necesidades económicas y así poder seleccionar los
más convenientes.

Como se puede observar, según lo dicho tanto según el contexto económico como
constitucional y legal, se puede decir que el comerciante, es aquella persona que
demanda bienes o servicios a cambio de otro bien o de dinero; por lo que uno de sus
derechos principales es el acceder a productos de calidad que satisfagan sus
necesidades, que les beneficie y le puedan dar el uso que estaba previsto y de los que se
tuvo acceso; así se podrá garantizar con ello el beneficio que dichos bienes puedan
tener. Lo dicho se comprueba ya que gracias a la época de la era digital el consumidor
es mucho más prolijo y tiene más conocimiento sobre el bien o servicio que va a
adquirir, incluso debido a que puede acceder a los comentarios que otros consumidores
han hecho de un producto o servicio, o tiene la facultad de calificar al producto, dar
sugerencias, recomendaciones y felicitaciones de ser el caso, por el bien o servicio
recibido; lo que forma parte de un referente previo que sirve para futuras compras o
adquisiciones por parte de otros consumidores.

18
III.5 Derechos del Consumidor

Al tomar como punto de partida desde la Constitución del Ecuador y


específicamente desde el Art. 52 , establece que “la ley debe brindar los mecanismos
necesarios de control de calidad y los procesos de defensa de las y los consumidores, y
las sanciones por vulneración a dichos derechos” (Constitución del Ecuador, 2008); es
decir que, los consumidores pueden ampararse desde la normativa constitucional sobre
su necesidad de adquirir bienes de calidad, para poder evitar e incidir en daños o
deficiencias en los mismos, y en el caso de haberlos, la ley ampara su sanción. Cabe
mencionar que todos los ciudadanos requieren de la compra de bienes o servicios, es
decir, se asume que todos, han sido en cierto momento consumidores, por lo que es
deber del Estado garantizar el derecho a disponer de productos públicos y privados de
óptima calidad, con los respectivos procesos de defensa al consumidor. El consumidor
como parte activa de las transacciones dispone de derechos pero también de
obligaciones. Dentro de los derechos del consumidor, amparados por la Constitución, se
encuentran “el derecho a la protección de la vida, salud y seguridad en el consumo de
bienes y servicios, derecho a que los proveedores públicos y privados oferten bienes y
servicios competitivos y de calidad, así como a recibir una información adecuada, veraz,
oportuna y completa sobre los bienes que se ofrecen en el mercado” (Ley Orgánica de
Defensa del Consumidor, 2011, pág. Art. 4); dentro de esta primera parte de derechos se
puede observar que los bienes y servicios deben garantizar la seguridad de uso a sus
consumidores; es decir debe haber la facultad de satisfacer sus necesidades
fundamentales, para lo cual también se prevé necesario brindar la asistencia y la
información acorde con las características del producto o servicio, incluso si es que
existiera algún efecto nocivo al aplicarse o utilizarlo, esto debe ser notificado por el
vendedor.

Entre otros derechos facultados del consumidor se asumen “el derecho a un trato
transparente, equitativo y no discriminatorio o abusivo, a la protección contra
publicidad engañosa o abusiva, a la educación del consumidor, orientada a fomentar el
consumo responsable, a la reparación e indemnización de daños y perjuicios” (Ley
Orgánica de Defensa del Consumidor, 2011, pág. Art. 4); entre estos derechos se
encuentra el de mostrar un trato igualitario y con respeto al consumidor por parte de los

19
oferentes de los bienes y servicios, puesto que no puede habar bajo ningún motivo
situaciones de desvío ni en la calidad, cantidad o en el precio, peso y medida
estipulados desde el inicio de la compra-venta del bien o servicio; lo que por ende
conlleva a garantizar la capacidad del oferente de realizar un comercio responsable de
bienes y servicios, siempre enfocándose no solo en fines de lucro sino también en el
aporte social hacia quienes demandan sus productos; con lo que a su vez dará la
correspondiente confianza y aceptación de sus artículos, sin que esto incida de forma
negativa en reparos por daños o indemnizaciones forzosas ante la ley. Entre otros
derechos que se asumen para beneficio y amparo del consumidor están “el derecho a
acceder a mecanismos efectivos para la tutela administrativa y judicial de sus derechos e
intereses legítimos, que conduzcan a la adecuada prevención sanción y oportuna
reparación de su lesión; a seguir las acciones administrativas y/o judiciales que
correspondan” (Ley Orgánica de Defensa del Consumidor, 2011, pág. Art. 4); lo
anterior quiere decir que la Ley Orgánica de Defensa al Consumidor no solo ampara al
mismo, sino que le da la facultad o potestad para que el mismo sea quien acceda a
procesos de tipo administrativo o judicial por reclamo de derechos, en el caso de
encontrar fallas o anomalías en los bienes y servicios que le han sido concedidos
mediante una transacción de compra y venta.

Y finalmente también el consumidor tiene el derecho íntegro de hacer que “Las


empresas o establecimientos mantengan un libro de reclamos que deberá estar a
disposición del consumidor, en el que se notará el reclamo correspondiente” (Ley
Orgánica de Defensa del Consumidor, 2011, pág. Art. 4); es decir que, es necesario
crear el llamado “buzón de sugerencias y reclamos” en una empresa, el mismo que
puede ser físico y/o virtual por medio del cual, el consumidor tiene el derecho a
expresar cualquier tipo de descontento o reclamo de tratarse de un bien o servicio que
no ha satisfecho sus requerimientos, o no presenta una adecuada calidad según las
necesidades del consumidor. En definitiva, en la actualidad es posible que el
consumidor sea el punto de partida para la toma de decisiones de las empresas que
ofrecen productos y servicios; ya que anteriormente estas podían ofertar lo que
simplemente les interesaba vender; hoy es necesario, que satisfagan por completo los
requerimientos y necesidades de consumo, para con ello mantener satisfechos a los
consumidores y regirse a la normativa de protección, estipulada desde la Constitución

20
hasta la Ley Orgánica de Defensa al Consumidor, la misma que fue expedida bajo
Registro Oficial Suplemento 116 del 10 de julio del 2000; pero según han incrementado
las necesidades de amparo y protección al consumidor, se realizó su última
modificación el 13 de octubre del 2011; y mantiene un estado de vigente.

IV. Clases De Responsabilidad

A la responsabilidad jurídica se la puede clasificar en los siguientes tipos o clases


que son:

a) Responsabilidad Disciplinaria.- Esta responsabilidad se origina en el


cumplimiento de deberes específicos al buen funcionamiento de una institución
pública, de ciertas personas en su calidad de funcionarios de la administración
pública. Por ejemplo, llegar tarde al trabajo; (Núñez, 2010)

b) Responsabilidad Sancionatoria.- puede ser penal o administrativa. Por


ejemplo, la responsabilidad que genera el robar, conducir en estado de ebriedad,
clausura de establecimientos, etc. (Núñez, 2010)

c) Responsabilidad Civil o Reparadora.- Este tipo de responsabilidad puede


ser contractual o extracontractual. (Núñez, 2010)

IV.1 Responsabilidad Civil

Evolución de la Responsabilidad Civil.- Antiguamente, en el Derecho Romano, la


víctima de un daño ejercía un derecho de venganza reconocido a la persona que sufría
un perjuicio, posteriormente se estableció que el autor del daño podía facultativamente
en un inicio y luego obligatoriamente librarse de la venganza al pagar al afectado una
suma de dinero. (Núñez, 2010)

La ley de las XII tablas castigaba solamente los daños físicos por lo que el Pretor
estableció la actio iniurarum aestimatoria la cual tutelaba aspectos esenciales de la
personalidad y algunos de los derechos con ella relacionados. Se protegían derechos,
intereses materiales e injurias difamatorias. (Núñez, 2010)

21
Esta “actio” permitió que el injuriado persiguiera una reparación pecuniaria como
especie de pena privada civil, que podía estimar él mismo, sin perjuicio de la
moderación dispuesta por el juez. Ésta sirvió para defender al hombre contra toda
ofensa directa o indirecta, mediata o inmediata, contra todo ataque a su ser o a su tener.
(Núñez, 2010)

Al momento de intervenir la autoridad para castigar a los culpables de los daños,


la responsabilidad civil y la penal se separaron. (Cabe anotar que según los hermanos
Mazeaud en el derecho romano jamás hubo una distinción entre responsabilidad civil y
penal propiamente) eso si había una composición obligatoria y una facultativa, siempre
se mantuvo una pena privativa y al mismo tiempo una pena reparadora. (Núñez, 2010)

La primera distinción entre responsabilidad civil y penal se la hace en el antiguo


derecho francés, a partir del siglo XIII.

IV.2 Diferencia Entre Responsabilidad Moral, Civil Y Penal

La responsabilidad moral significa ser responsable ante Dios y ante la conciencia.


En cambio, para que haya responsabilidad civil y penal es necesario una acción u
omisión, el pensamiento debe exteriorizarse, y debe existir un perjuicio. En unos casos,
el daño es para la sociedad, entonces existe responsabilidad penal; y en otros, afecta a
determinada persona, entonces hay responsabilidad civil. Las diferencias principales
entre estas dos últimas son:

a) La responsabilidad penal supone un perjuicio social, en cambio la


responsabilidad civil supone un daño individual.

b) La responsabilidad penal es sancionatoria, mientras que la responsabilidad


civil es reparatoria.

No obstante, la diferenciación de las clases de responsabilidad en moral, penal y


civil, muchas veces encontraremos en la práctica jurídica que un mismo hecho puede
abarcar los tres tipos de responsabilidades. (Núñez, 2010)

22
V. Responsabilidades Especiales

Ya se sabe que, la Responsabilidad Civil tiene como propósito la reparación o


indemnización del daño que se la ha causado ya sea en base a una conducta activa o
pasiva que ha transgredido el orden jurídico convencional, por lo que permite
restablecer el equilibrio entre el autor del daño y su patrimonio; y el que corresponde a
la víctima, previo a ser dañado.

En base a ello se tiene claro que la reparación puede consistir en el pago de suma
de dinero o resarcimiento del daño en especies, por lo que, la responsabilidad civil no
está solo vigente para clientes y profesionales, sino que han de ser ejecutadas también
para personas de tipo jurídico, así como para miembros de instituciones públicas, puesto
que los actos que estos pueden realizar pueden caer en la ejecución de daños.

Dentro de la responsabilidad civil para las personas jurídicas, se tiene claro que
estas son conocidas como empresas, entidades, organizaciones o corporaciones, las
mismas que también han de mantener responsabilidad civil.

Así en el artículo 564 del Código Civil se detalla a la persona jurídica como
“aquella persona ficticia, capaz de ejercer derechos y contraer obligaciones civiles, y de
ser representada judicial y extrajudicialmente” (Código Civil del Ecuador, s.f),
normalmente las personas jurídicas disponen de capacidades que se asocian al Derecho
Privado, tal es el caso de las tutelas, matrimonios, etc., sin embargo, no en todos los
casos se plantea dentro de dicha rama del derecho, pues en el caso de la responsabilidad
como miembro civil, se asume dentro del Derecho Civil.

Según Salvat detalla “las personas jurídicas responden por daños ocasionados
mediante actos de personas que se hallan bajo su dependencia, o por cosas de que se
sirven o que tienen a su cuidado, tanto las privadas como las públicas, se rigen por los
principios legales regulativos de la responsabilidad civil, ya sea en el orden contractual
o extracontractual”.

Bajo esta instancia, el Código Civil en su artículo 570 detalla “Las corporaciones
son representadas por las personas a quienes la ley o las ordenanzas respectivas, o a
falta de una y otras, un acuerdo de la corporación, han conferido este carácter” (Código
23
Civil del Ecuador, s.f); es decir que debido a la representación de personas con respecto
a sus corporaciones o personas jurídicas, o por un acuerdo esta tiene el deber también de
responder sobre las obligaciones que se le ha conferido a la empresa, por tratarse de su
representante también en temas legales.

Por lo tanto:

Las personas jurídicas no son capaces de delito o cuasidelito


penal, por lo tanto, sólo puede hacerse efectiva respecto de las personas
naturales y por las personas jurídicas deben responder los que hayan
intervenido en un acto punible” (Abad, 2015, pág. 55)

Sin embargo cabe recalcar que lo anterior no perjudicará la responsabilidad civil


de la persona individual en cuyo nombre haya recaído dicho acto.

VI. CONCLUSIONES

Dentro del Derecho civil se incluye el respaldo a la víctima de un daño o dolo por
lograr su respectiva indemnización, lo cual se constituye en la responsabilidad civil,
considerada como aquella obligación que surge a causa de dicho daño provocado por el
incumplimiento contractual o extracontractual.

La responsabilidad civil incluye entre otras cosas tres aspectos relevantes que son
el vivir honestamente, el dar a cada uno lo suyo y el no dañar al otro, entonces si una de
las tres variables se rompe, simplemente es necesario que se indemnice a la víctima ya
sea de forma monetaria, así como en especies; aun si se sabe que ninguna
indemnización es suficiente entender que se trata de un daño ocasionado a la misma
persona o su patrimonio.

Dentro de la responsabilidad civil no solo se encuentra incluidas las personas


como entes que han de generar indemnizaciones en el caso de daños ocasionados, sino
que también se considera a las personas jurídicas dentro de dicha responsabilidad; pues
estas siempre están representadas por una persona natural, quien hace las veces de
representante legal y ha de asumir la responsabilidad civil que le sea atribuida a la
empresa o corporación, claro está que esto no debe dañar su propio nombre.
24
25
REFERENCIAS

1) Bibliografía

Abad, M. d. (2015). Responsabilidad Civil. Cuenca: Universidad del Azuay.


Alessandri, A. (2007). De la responsabilidad extracontractual en el derecho civil.
Santiago de Chile: Imprenta Universal.
Arellano, G. (2011). La cultura de lo digital. Madrid.
Bahamondes, C., & Pizarro, C. (2012). La exposición de la víctima al daño: desde la
culpabilidad a la causalidad. Obtenido de
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
68512012000200001
Bonifaz, M. (2015). Catarina. Obtenido de Catarina:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lis/fuentes_q_i/capitulo2.pdf
Bovino, A. (2008). Problemas del derecho procesal penal contemporáneo. Valencia.
Briz, J., & Lazo, I. (2011). Internet y Comercio Electrónico. Mundi-Prensa.
Carbonnier, J. (1959). Droit civil. Paris: Themis.
Código Civil del Ecuador. (s.f). Código Civil del Ecuador. Quito.
Código de Comercio. (2013). Código de Comercio. Obtenido de
http://www.desarrolloamazonico.gob.ec/wp-
content/uploads/downloads/2014/05/CODIGO-DE-COMERCIO-act.pdf
Constitución del Ecuador. (2008). Constitución del Ecuador. Quito.
Constitución del Ecuador. (2008). Constitución del Ecuador. Montecristi.
Díez, L. (1989). Sisteema de derecho civil.
Economipedia. (2014). Obtenido de http://economipedia.com/definiciones/bienes-de-
consumo.html
El Telégrafo. (23 de 09 de 2014). Obtenido de
http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/13/hoy-la-ciudadania-ve-con-
mayor-credibilidad-y-confianza-a-la-policia
Gallardo, C. (2011). Las Encuestas de victimización. Quito: FLACSO.
gerencie.com. (2011). Obtenido de https://www.gerencie.com/lucro-cesante-y-dano-
emergente.html
Grungo Colarulo Asociados. (2017). Obtenido de
https://gcinjurylaw.com/responsabilidad-civil

26
Jims, J. (2011). Internet y su Regulación: El Fenómeno de la Concurrencia Normativa
en el Ciberespacio. Jims.
León, B. (2012). La indeminización de daños y perjuicios en la sentencia penal.
Cuenca: Universidad del Azuay.
Ley Orgánica de Defensa del Consumidor. (2011). Ley Orgánica de Defensa del
Consumidor. Quito: Lexus.
Loaiza, A. (2015). El derecho de Daños: Normativa actualmente Aplicable y
resarcimiento según el Ordenamiento jurídico ecuatoriano. Cuenca:
Universidad de Cuenca.
López, E. (2011). Introducción a la Responsabilidad Civil. Madrid.
Manchala, A. (2015). La Responsabilidad Civil Extracontractual y su Reparación por
Daños y Perjuicios dentro de la legislación Ecuatoriana. Cuenca: Universidad
de Cuenca.
Martinez, A. (1992). La Evolución del Derecho de Daños. Barcelona.
Núñez, A. P. (2010). LA RESPONSABILIDAD CIVIL. Derechos Ecuador, 1.
Revista Sin Miedos. (28 de 04 de 2016). Obtenido de
https://blogs.iadb.org/sinmiedos/2016/04/28/confianza-en-policias/
Seguridad Ciudadana y Policia Comunitaria. (2017). Ministerio de Seguridad
Ciudadana y Policia Comunitaria.
Simental, V. (2009). Contratos. Consideraciones en torno a su definición. México:
UNAM.
Tamayo, L. (1998). Manual de Oblgaciones . Bogotá: Editores TEMIS S.A.
Valdez, A. (2008). La Prueba del Daño Moral en el Proceso Civil Ecuatoriano. Quito:
La Cámara Ecuatoriana del Libro Núcleo .
Yaguéz, Á. (1989). La responsabilidad civil. Bilbao: Universidad de Deusto.
Zamora, M. A. (2004). Contratos civiles. Méico: Porrúa.
Núñez, A. P. (2010). LA RESPONSABILIDAD CIVIL. Derechos Ecuador, 1.

2) Base legal

Código Civil del Ecuador. (s.f). Código Civil del Ecuador. Quito.
Código de Comercio. (2013). Código de Comercio. Obtenido de
http://www.desarrolloamazonico.gob.ec/wp-
content/uploads/downloads/2014/05/CODIGO-DE-COMERCIO-act.pdf
Constitución del Ecuador. (2008). Constitución del Ecuador. Quito.

27
Constitución del Ecuador. (2008). Constitución del Ecuador. Montecristi.
Ley Orgánica de Defensa del Consumidor. (2011). Ley Orgánica de Defensa del
Consumidor. Quito: Lexus.
3) Listado de web site

Bahamondes, C., & Pizarro, C. (2012). La exposición de la víctima al daño: desde


la culpabilidad a la causalidad. Obtenido de
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68512012000200001
Bonifaz, M. (2015). Catarina. Obtenido de Catarina:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lis/fuentes_q_i/capitulo2.pdf
Código de Comercio. (2013). Código de Comercio. Obtenido de
http://www.desarrolloamazonico.gob.ec/wp-
content/uploads/downloads/2014/05/CODIGO-DE-COMERCIO-act.pdf
Economipedia. (2014). Obtenido de http://economipedia.com/definiciones/bienes-
de-consumo.html
El Telégrafo. (23 de 09 de 2014). Obtenido de
http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/judicial/13/hoy-la-ciudadania-ve-con-mayor-
credibilidad-y-confianza-a-la-policia
gerencie.com. (2011). Obtenido de https://www.gerencie.com/lucro-cesante-y-dano-
emergente.html
Grungo Colarulo Asociados. (2017). Obtenido de
https://gcinjurylaw.com/responsabilidad-civil
Revista Sin Miedos. (28 de 04 de 2016). Obtenido de
https://blogs.iadb.org/sinmiedos/2016/04/28/confianza-en-policias/
Zamora, M. A. (2004). Contratos civiles. Méico: Porrúa. Obtenido de
http://www.desarrolloamazonico.gob.ec/wp-
content/uploads/downloads/2014/05/CODIGO-DE-COMERCIO-act.pdf

28

Você também pode gostar