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INTRODUCCIÓN:

La oratoria es una forma particular de la comunicación social, también


se puede definir, como el arte de comunicar y persuadir a otras
personas por medio de la palabra.
Por medio de la oratoria se convence, “se mueven” las voluntades y
sentimientos de los oyentes; valiéndose de la poesía, la dialéctica, la
elocuencia y en nuestro caso, la palabra de Dios.
Pero el predicador en la Iglesia no sólo debe ser un buen orador, sino
que, además de la expresión oral, debe tener pasión, tener un lugar
adecuado para los oyentes y un lenguaje corporal apropiado para
transmitir su mensaje.

I. LA IDONEIDAD DEL PREDICADOR.

El predicador y su mensaje conforman una relación vital, que debe estar


muy lejos de ser mecánica.
Una relación mecánica la podemos ejemplarizar con el quehacer del
telegrafista, cuyo accionar o tiene relación con su carácter, puede ser
bueno o malo, esto no tiene importancia, siempre y cuando presione
con exactitud el aparato para enviar el mensaje que le han solicitado
transmitir.

Muy diferente es el mensaje que transmite el predicador, quien ofrece a


sus oyentes un mensaje vivo, quien debe poseer integridad para no sólo
reflejarla sino transmitirla, así como la pureza de un vaso puede
contener un líquido incontaminado para poder ser ingerido;
Tal es la razón por la que, no sólo es importante lo que se aprende,
sino de quien se aprende, porque esto nos garantiza pureza. Es por esta
razón que el primer requisito para un sermón eficaz, es la idoneidad del
predicador y su desarrollo en la oratoria.
Esto aspectos son necesarios que el predicador tome en cuenta para
entregar a la iglesia un sermón eficaz:
 Gestos
 Palabras
 Miradas
 Volumen y entonación
 Ritmo y pronunciación
 Vocabulario
 Claro y conciso
 Orden y estructura del mensaje
 Vestuario

II.
EL PREDICADOR DEBE TENER LAS CUALIDADES PERSONALES
INDISPENSABLES PARA EL BUEN DESEMPEÑO DEL MINISTERIO DE
LA PALABRA.

El ministerio de profeta o predicador, exige cualidades personales


indispensables para un buen desempeño.
Estas cualidades podemos encontrarlas en quince recomendaciones que
el apóstol Pablo hace en la carta a Timoteo, Cap. 1, en las que destacan
tres puntos principales:
a) La conducta moral
b) La madurez espiritual
c) La aptitud para enseñar.
La primera, la conducta moral del predicador. Significa que no sólo
debe de haber una acusación en su contra, sino que no exista la
posibilidad de formularle una acusación que pudiera resistir la
investigación.
Su conducta debe ser incólume, que no le de al adversario ninguna base
para vituperar su vocación. Su buen testimonio debe aún ser vista por
los extraños.
El predicador debe ser un modelo a seguir por los que creen la palabra,
un auténtico líder en comportamiento, en amor, en fe y en pureza; a fin
de que los miembros de su iglesia sigan a Cristo a través, no sólo de sus
enseñanzas, sino de su testimonio como predicador o pastor.

En segundo lugar, la conducta del predicador no sólo debe ser


intachable dentro de su hogar, sino fuera de él.
En la carta a Timoteo, Pablo traza dos clases de relaciones:
 Los tratos sociales y
 Los tratos comerciales.
Con relación a los tratos sociales, el predicador no debe ser dado al
vino, no debe ser un hombre violento, sino amable; no pendenciero.
En las relaciones mencionadas, enfatiza que debe ser una persona
ejemplar. Es incentivado a tener excelentes relaciones con todas las
personas que lo rodean, pero sin involucrarse con malas costumbres.
Para tener buenas relaciones con los demás, se requiere tener una
disposición pacífica, con dominio propio, no darse por ofendido y
responder de la misma manera que pudiese ser tratado, en caso de que
se le maltrate.
Por otra parte, debe ser paciente y de espíritu afable, a fin de no insistir
en sus derechos legales cuando es atacado, sino tener templanza y
disposición de sufrir injurias y dejarlas pasar, para no dar pie a
contiendas. Esta actitud es parte de la “amabilidad”.
El predicador idóneo debe tener LA LLENURA DEL ESPIRITU SANTO;
Sin esta condición, podría ser un buen orador y persuadir con
razonamientos a sus oyentes, pero no sería posible que impactara sus
corazones para una verdadera transformación en el Espíritu.
Y ésta transformación de las almas es el objetivo del sermón.

III.
LA PREPARACIÓN DE UN AMBIENTE PROPICIO PARA LA
PERSUASIÓN.
Como decíamos, el predicador diserta a la congregación, pero es el
Santo Espíritu el que convence a cada individuo de pecado de justicia y
de juicio.
Sin embargo, para que la audiencia pueda recibir el mensaje, el
predicador debe tener en cuenta que en todo recinto en donde hay
congregación y sobre todo, si es de libre acceso al público, puede ser
propicio a una indefinida gama de factores de distracción. Estos factores
pueden interferir no sólo con el contacto visual, sino, cortar con el hilo
comunicativo que se puede haber entablado.

Existen algunos detalles físicos que al descuidar, pueden interferir con el


mensaje:
1. La participación congregacional en un culto de reverente adoración.
Como se mencionó antes, en una congregación cristiana el centro de
adoración es Dios en sus tres manifestaciones, y para dar lugar tanto a la
revelación divina, como a la respuesta humana, deben estar presentes
no sólo la presencia de Dios, sino:
 El canto. Debe ser planificado y entonado para una verdadera
adoración, El número de alabanzas deberá de ser de 4 o 5 si es
para un culto evangelistico y un poco menos si es un culto de
edificación. La selección de los himnos debe ser cuidadosa,
iniciando por un canto de adoración a Dios y luego canto de
alabanza.
La música siempre debe despertar la devoción del pueblo

 La oración. La oración pública debe ser breve, con expresión


fuerte y clara, procurando de que todos los asistentes se hagan
parte de ella, debe ser didáctica, o sea, que la persona que dirige
la oración enseñe a orar a la congregación.
En un culto se hacen tres oraciones: la inicial, la pastoral o de
intercesión y la oración final.
 La lectura de las escrituras. A veces es necesario leer una porción
bíblica contrastante con el mensaje del sermón, con la finalidad de
satisfacer y alimentar a la congregación necesitada, por ejemplo, si
el sermón tiene que ver con un tema ético, se podría leer
interpretativamente una porción devocional también.
 La ofrenda. Es todo lo que abraca para el servicio a Dios: tiempo,
talentos, influencia, bienes materiales. La mejor ofrenda es
ofrecernos a nosotros mismos sobre el altar de Dios.
La ofraenda que se da en el culto, es la ofrenda de los bienes
materiales, es un acto de adoración para que el evangelio se
expanda en la tierra,
 El sermón. Su objetivo es llevar alimento espiritual a la
congregación

2. Existen otros detalles de orden físico:


a. Cuidar de que haya una escrupulosa limpieza de los utensilios del
templo.
b. Procurar que la congregación forme un grupo lo más compacto
posible.
c. Dentro de lo posible, cuidar de que las temperaturas entro del salón
no sean extremas.
d. Se debe procurar la mejor ventilación posible.
e. Instalar una iluminación adecuada.
f. Dentro de las posibilidades, eliminar los efectos acústicos dentro del
salón.

CONCLUSIONES:
La oratoria es el arte de comunicar y persuadir a los oyentes por medio
de la palabra hablada.
El predicador en la Iglesia no sólo debe ser un buen orador, sino que
debe tener pasión, un espacio adecuado donde predicar y un lenguaje
corporal apropiado.
El predicador debe ser idóneo para realizar lo encomendado e íntegro,
Otros aspectos necesarios que el predicador debe cultivar para entregar
a la iglesia un sermón eficaz:
 Gestos
 Palabras
 Miradas
 Volumen y entonación
 Ritmo y pronunciación
 Vocabulario
 Claro y conciso
 Orden y estructura del mensaje
 Vestuario
Otras cualidades recomendadas que el apóstol Pablo a Timoteo, Cap.
1, que debe tener el predicador:
a) Conducta moral
b) Madurez espiritual
c) Aptitud para enseñar.

Debe ser un modelo a seguir por la congregación, buen


comportamiento, amor, fe y pureza, a fin de que los miembros de su
iglesia lo sigan por su testimonio como predicador o/y pastor.
En la carta a Timoteo, Pablo traza dos clases de relaciones:
 Los tratos sociales y
 Los tratos comerciales.
 El predicador idóneo debe tener LA LLENURA DEL ESPIRITU
SANTO. Sin esta condición, podría ser un buen orador y persuadir
con razonamientos a sus oyentes, pero no sería posible que
impactara sus corazones para una verdadera transformación en el
Espíritu.

El predicador debe procurar un buen ambiente físico para la


congregación, con acciones tales como:
 Ser preventivo y organizar a sus líderes y servidores para
que lo apoyen en caso de que acaezcan situaciones
imprevistas que entorpezcan el buen desarrollo del servicio.

1. La participación congregacional en un culto de reverente


adoración:
 El canto.
 La oración.
 La lectura de las escrituras.
 a ofrenda.
 El sermón. Su objetivo es llevar alimento espiritual a la
congregación

2. Existen otros detalles de orden físico:


a. Cuidar de que haya una escrupulosa limpieza de los utensilios del
templo.
b. Procurar que la congregación forme un grupo lo más compacto
posible.
c. Dentro de lo posible, cuidar de que las temperaturas entro del salón
no sean extremas.
d. Se debe procurar la mejor ventilación posible.
e. Instalar una iluminación adecuada.
f. Dentro de las posibilidades, eliminar los efectos acústicos dentro del
salón.

Bibliografía:
Libro El Sermón Eficaz, James D. Crane, Editorial Mundo Hispano, 2003

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