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INTRODUCCIÓN

La corrosión es el mecanismo espontaneo con el que la naturaleza revierte los procesos de


obtención de los materiales, causando la alteración o destrucción de la mayor parte de los bienes
fabricados por el hombre. La experiencia nos ha enseñado que los metales comunes poseen
diferentes tendencias a corroerse.

El hecho de que los metales, cuyo consumo es una medida de la civilización y la cultura sólo
puedan obtenerse de sus menas a costa de grandes aportes de energía, indica que se emplean en
un estado metaestable, de violencia, y cuando ésta violencia se elimina vuelven a perderse, lo que
justifica los fenómenos de corrosión y sus efectos. Se ha llegado a la conclusión de que, aunque se
tomen todas las previsiones posibles, no se puede impedir completamente las pérdidas de metales
por corrosión, pero cabe lograr una disminución en la magnitud de los perjuicios, y esto basta para
que todos los esfuerzos sean justificados.

El conocimiento de los fenómenos de corrosión y la puesta a punto de medidas eficaces


contra ella es una exigencia económica mundial, como consecuencia del enorme consumo de los
materiales metálicos. El problema de la estabilidad de los metales no solo es de importancia
económica, sino vital para la independencia de una Nación, porque permite asegurar el suministro,
de las muchas veces escasas, materias primas a través del ahorro que supone el aumento de la vida
útil de los productos manufacturados, el aumento de su valor comercial y el incremento del
aprovechamiento productivo del trabajo de los hombres. Por eso, es de gran importancia el estudiar
acerca de la corrosión de los metales para obtener la capacidad de hacerle frente.
CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LOS DISTINTOS PROCESOS DE CORROSIÓN

Se entiende por corrosión la interacción de un metal con el medio que lo rodea, produciendo
el consiguiente deterioro en sus propiedades tanto físicas como químicas. Las características
fundamentales de este fenómeno, es que sólo ocurre en presencia de un electrolito, ocasionando
regiones plenamente identificadas, llamadas anódicas y catódicas: una reacción de oxidación es una
reacción anódica, en la cual los electrones son liberados dirigiéndose a otras regiones catódicas. En
la región anódica se producirá la disolución del metal (corrosión) y, consecuentemente en la región
catódica la inmunidad del metal.

Los enlaces metálicos tienden a convertirse en enlaces iónicos, los favorece que el material
puede en cierto momento transferir y recibir electrones, creando zonas catódicas y zonas anódicas
en su estructura. La velocidad a que un material se corroe es lenta y continua todo dependiendo del
ambiente donde se encuentre, a medida que pasa el tiempo se va creando una capa fina de material
en la superficie, que van formándose inicialmente como manchas hasta que llegan a aparecer
imperfecciones en la superficie del metal.

Obsérvese en la figura 1 una pieza de un barco con corrosión.

Figura 1. Pieza de un barco con corrosión.

No siempre que se presenta la oxidación de un metal existe corrosión, en algunos casos el


óxido formado es resistente y forma una capa gruesa de óxido que impide que el resto del material
continúa oxidándose. Este fenómeno es común en materiales de aluminio, zinc y magnesio.

Material + Oxígeno → Óxido de material ±Energía.


Tipos de corrosión

Se clasifican de acuerdo a la apariencia del metal corroído, dentro de las más comunes están:

 Corrosión uniforme: Donde la corrosión


química o electroquímica actúa
uniformemente sobre toda la superficie del
metal

 Corrosión galvánica: Ocurre cuando metales


diferentes se encuentran en contacto,
ambos metales poseen potenciales
eléctricos diferentes lo cual favorece la
aparición de un metal como ánodo y otro
como cátodo, a mayor diferencia de
potencial el material con mas áctivo será el
ánodo.

 Corrosión por picaduras: Aquí se producen hoyos o


agujeros por agentes químicos.

 Corrosión intergranular: Es la que se encuentra


localizada en los límites de grano, esto origina
pérdidas en la resistencia que desintegran los
bordes de los granos.

 Corrosión por esfuerzo: Se refiere a las tensiones


internas luego de una deformación en frio.
 Recubrimiento superficial: pinturas, capas de óxido, recubrimientos metálicos.

 Protección catódica.

MECANISMOS ELECTROQUÍMICOS DE LA CORROSIÓN

El ataque electroquímico es el segundo mecanismo principal de la corrosión y se caracteriza


por el establecimiento de zonas catódicas y anódicas, separadas por distancias finitas y entre las
que fluyen electrones, a través del metal. En el corrosivo electrolítico, la electricidad fluye por medio
del movimiento de los iones, de modo que el ataque es localizado, más que uniforme, como es el
caso en el ataque químico directo.

Se presentan celdas galvánicas o de concentración, dependiendo de las circunstancias de la


corrosión. A veces, existen simultáneamente ambos tipos de celdas. La corrosión de celda de
concentración se subdivide, además, en celdas de concentración de iones metálicos y celdas de
concentración de oxígeno. En las cuatro secciones siguientes se analizan esos tipos de celdas
electroquímicas y la corrosión causada por ellas.

Hay varias formas para evitar la corrosión galvánica o electroquímica y pueden ser usadas
en forma aislada o combinadas y naturalmente, los métodos de prevención, se basan en el
conocimiento del mecanismo electroquímico de la corrosión. La forma de prevenir este tipo de
corrosión se puede hacer con los siguientes métodos:

1.- Evitando el uso de metales diferentes siempre que esto sea posible. Si esto no es práctico, tratar
de usar metales que estén lo más cercano posible entre sí en la serie galvánica.

2.- Es necesario evitar una relación de áreas desfavorables, es decir, bajo ninguna circunstancia
conectar una pequeña área anódica a una gran área catódica.

3.- Si se utilizan metales diferentes, aislar eléctricamente uno del otro, instalando juntas de
aislamiento.

4.- Si se necesita utilizar metales diferentes, y no pueden ser aislados, las partes anódicas deberán
ser diseñadas de manera de poderlas reemplazar fácilmente o construirlas de materiales más
gruesos para alargar la vida del equipo bajo los efectos de la corrosión.

La protección catódica se utiliza cuando un metal se hace más catódico o negativo,


imprimiéndose una corriente eléctrica, conectándolo con otro metal más activo que el metal del
equipo que se desea proteger. Por ejemplo, cuando un equipo de acero se conecta a una pieza de
zinc, el zinc se corroe dando protección al fierro, en este caso el zinc es el metal anódico y recibe el
nombre de ánodo de sacrificio, mientras que el acero funciona como cátodo recibiendo protección.

La protección catódica no elimina la corrosión, éste remueve la corrosión de la estructura a


ser protegida y la concentra en un punto donde se descarga la corriente. Para su funcionamiento
práctico requiere de un electrodo auxiliar (ánodo), una fuente de corriente continua cuyo terminal
positivo se conecta al electrodo auxiliar y el terminal negativo a la estructura a proteger, fluyendo
la corriente desde el electrodo a través del electrólito llegando a la estructura. Influyen en los
detalles de diseño y construcción parámetro de geometría y tamaño de la estructura y de los
ánodos, la resistividad del medio electrólito, la fuente de corriente.
En la práctica se puede aplicar protección catódica en metales como acero, cobre, plomo,
latón, y aluminio, contra la corrosión en todos los suelos y, en casi todos los medios acuosos. De
igual manera, se puede eliminar el agrietamiento por corrosión bajo tensiones por corrosión,
corrosión intergranular, picaduras o tanques generalizados.

Como condición fundamental las estructuras componentes del objeto a proteger y del
elemento de sacrificio o ayuda, deben mantenerse en contacto eléctrico e inmerso en un electrolito.

Fundamentos de la protección catódica

Luego de analizadas algunas condiciones especialmente desde el punto de vista


electroquímico dando como resultado la realidad física de la corrosión, después de estudiar la
existencia y comportamiento de áreas específicas como Anodo-Cátodo-Electrólito y el mecanismo
mismo de movimiento de electrones e iones, llega a ser obvio que si cada fracción del metal
expuesto de una tubería o una estructura construida de tal forma de coleccionar corriente, dicha
estructura no se corroerá porque sería un cátodo. La protección catódica realiza exactamente lo
expuesto forzando la corriente de una fuente externa, sobre toda la superficie de la estructura.

Mientras que la cantidad de corriente que fluye, sea ajustada apropiadamente venciendo la
corriente de corrosión y, descargándose desde todas las áreas anódicas, existirá un flujo neto de
corriente sobre la superficie, llegando a ser toda la superficie un cátodo.

Para que la corriente sea forzada sobre la estructura, es necesario que la diferencia de
potencial del sistema aplicado sea mayor que la diferencia de potencial de las microceldas de
corrosión originales. La protección catódica funciona gracias a la descarga de corriente desde una
cama de ánodos hacia tierra y dichos materiales están sujetos a corrosión, por lo que es deseable
que dichos materiales se desgasten (se corroan) a menores velocidades que los materiales que
protegemos. Teóricamente, se establece que el mecanismo consiste en polarizar el cátodo,
llevándolo mediante el empleo de una corriente externa, más allá del potencial de corrosión, hasta
alcanzar por lo menos el potencial del ánodo en circuito abierto, adquiriendo ambos el mismo
potencial eliminándose la corrosión del sitio, por lo que se considera que la protección catódica es
una técnica de polarización catódica.

La protección catódica no elimina la corrosión, éste remueve la corrosión de la estructura a


ser protegida y la concentra en un punto donde se descarga la corriente. Para su funcionamiento
práctico requiere de un electrodo auxiliar (ánodo), una fuente de corriente continua cuyo terminal
positivo se conecta al electrodo auxiliar y el terminal negativo a la estructura a proteger, fluyendo
la corriente desde el electrodo a través del electrólito llegando a la estructura. Influyen en los
detalles de diseño y construcción parámetro de geometría y tamaño de la estructura y de los
ánodos, la resistividad del medio electrólito, la fuente de corriente.

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