nº 3

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 Editorial 4 Furman 217 Mujer rota 100 Didier Barrera
Resistencia creativa 6 Alana Álvarez Ella Valentina Castro
101
El libro viajero 8 Berna Muñoz
Bak 102 Carmen Monzón
Amor 16 Francisca Palma Arriagada
Carmencita en el país de... 103 Gaby Caballero
Rap 18 Sussy Santana
Barrilete 107 Sonia Concari
de plomatge verd 19 Josep Micó Conejero
Graffiti / Fecundo 108 José Luis Machado Santana
El desorden y la contradicción 20 Tugba Sevin
Balance en contradicción 110 Anastasia Valecce
en Luis Vélez de Guevara
Sí, es un hombre 111 Berna Muñoz
Sin piedras no hay arco 28 Sahai Couso Díaz
Estrela Cúbica 112 bagadefente
Una importante eleccón: 30 M.C.M. Arteaga
Sis Ra Tac 115 B. M. Goveia
¿Progreso o medioambiente?
Miserias 120 Isabel Gómez Sobrino
Está prohibido llorar 32 Masiel Mateos Trujillo
Vista al mar 121 Daniela Tomé
entre los hierros
28 122 George Barahona
Resonancias y disonancias 36 Paula Ruiz Santamaría
Migraciones y 124 Mariela Inés Laghezza
Luto 38 Didier Barrera configuraciones étnicas
Uno de estos días 39 Marco Parodi
Iridiscencia 128 María Prol Vila
De qué te sirve
Ana Paola Molestina Alta / amar 130 Kadiri Vaquer Fernández
El sueño americano... 40
Percepción 46 Samuel Rodríguez Clothes 131 Carmen Monzón
Perception 47 Trad. Oriane Brunet O biscoito do baleeiro 132 Caroline B. Colquhoun
Self Portrait 48 Luis Uip Desvelo 136 Amarilis Ortíz
De mestizajes 49 Valentina Castro De revoluciones 138 Valentina Castro
El recorrido 50 Melisa Paz Gómez Irresoluble 139 Didier Barrera
Ella 53 Iván Montes Carta sin franqueo 140 Agustín García
Breaking News 54 Miguel Herranz Olas William Luis
142
El malevo de la calle Camiri 56 Clara Mengolini Fuego y aire Anastasia Valecce
Tres escenas románticas Maximiliano Sacristán 143
60 José Bañuelos
Silencio Claudia González Rivas El remojo 144
63
Raise your words, not your... 68 Noelia Vallés Cuecas 146 David Vila Die(é)guez(s)
Latigazo 69 Didier Barrera Canción sin palabras 148 Elvira Aballí Morell
Contaminación visual 70 Jorge Pérez Torres Criaturas del mangle 150 Mayra Santos Febres
Le ragazze-leone 73 Alberto Arecchi Yo y el otro 151 William Luis
Belén 77 Nissim Lebovits La llamada de mi voz 152 Ramiro Bautista
Fotos 78 Ivo Morales poemimimi 154 bagadefente
Insomnio 80 Isabel Gómez Sobrino Músico de calle 157 Marijo Alba Sánchez
El savi sempre vol aprendre 81 José Ibor i Oroval Otro gigantesco NO... 158 Cheikh Sene
Abstracción 82 Nissim Lebovits
Tres poemes curts 166 José Gil Férez
Muñecas de papel 83 Sussy Santana
Cetáceos 168 Náthaly Hernández Chávez
Bestiario mexicano 84 Obed González
A guitarra galega 86 Isabel Rei Samartim Pintor del cor 169 Llúcia Arredondo
The Dream of the Horse 94 Joseph Cobano Thelonious Monk 170 Didier Barrera
Minicuentos originales 96 Curso de teoría literaria La vida en treinta segundos 171 Megahan Montserrat Bailón
2 Falsos Positivos 98 Álvaro Lozano Gutiérrez Notas biográficas 172 3
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[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\[/\
Q ueridxs poetas, narradorxs, fotógrafxs, artis-
tas, ilustradorxs, ensayistas y curiosxs, bienvenidxs a
esta nuestra tercera edición de Furman 217. En primer
lugar, gracias a todxs lxs que nos han confiado su tra-
bajo y que nos han animado en el proceso de editar y
armar este número. Seguimos firmes en nuestro objetivo
de proveer una plataforma en que puedan convivir tan-
to las obras de personas que llevan años dedicándose a
su arte como las de aquellxs que dan sus primeros pasos
en busca de un medio de expresión. Del mismo modo,
seguimos abogando por dar espacio a contribuciones en
cualquier lengua y estilo, y animamos a todxs a que en-
víen sus creaciones sin ningún tipo de reparo.
Creemos que es necesario contribuir a desmantelar esas
jerarquías que tan a menudo devalúan y descontextua-
lizan las producciones culturales de muchas personas y
potenciar la creatividad de todxs y cada unx de nosotr-
xs. Por esta misma razón, Furman 217, es un proyecto
que apela a la inclusión y que celebra la polifonía de
voces y temas. Que personas a miles de kilómetros de
distancia encuentren sus obras en un mismo espacio y
que lxs unxs disfruten del arte de lxs otrxs, con eso ya
habremos cumplido gran parte de nuestro objetivo.
En esta edición contamos con fotografías, dibujos, ilus-
traciones y varios proyectos visuales que encontrarán a
medida que naveguen el proyecto. Las voces aquí reuni-
4 5
4 5
das son un mapa que refleja la diversidad de los contri-
buyentes. Por esta razón, se asomarán a escritos en gal-
lego/portugués, español, catalán, valenciano, francés,
italiano e inglés. Al final de esta edición podrán leer las
notas biográficas de lxs 68 colaboradorxs que forman
parte de este número. ¡Vayan a ver quiénes son!
Después de muchos meses considerando todas las con-
tribuciones y el perfil de lxs participantes, hemos arma-
do esta edición que tienes en tus manos o en pantalla.
No es un proceso fácil, pero nos da vida, y nos recuerda
que lo creativo puede convivir con lo académico, que
lxs escritorxs de muchos años suelen tener las mismas
preocupaciones que lxs escritorxs más jóvenes, que hay
imágenes que son poemas, que hay ilustraciones que
cuentan historias, y que los juicios de valor son total-
mente subjetivos.
Gracias a los que nos han apoyado desde el 2016, a los
que contribuyen y esperan, a los que apenas nos están
descubriendo ahora. Esperamos que disfruten de esta
edición, que entren a ella con la mente abierta, que se
dejen llevar, que se dejen conmover.
-Furman 217
 L a verdadera escri- hemos podido expresarnos y cre- pueden arrancarse la identi-
tura tiene el poder de su- cer como colectivo. Y es que estar dad así como así.

Resiste c
surrar que no todo está dentro de la academia americana Como Latinos, eso
dicho. En Furman 217
decidimos que, hasta n ia a veces es como tener que tapo-
near, enclaustrar, todo rasgo de
es lo que se nos exige ac-
tualmente, la famosa escri-
cierto punto, nues-

creativa
tra escritura puede vulnerabilidad. Todos los ensayos tura fórmula, administrati-
llenar vacíos. Y es académicos son iguales, escritura va, básica. La presencia del
que escribir artícu- predecible, directa, “to the point”. facilismo, de la inmediatez,
los académicos no
es verdaderamente Alana
de
Las palabras de esos ensayos se
alinean en filas muy derechas, y
siempre allí, acechando, hasta
el punto de quiebre cuando
escribir, al menos no en Times New Roman 12, una tras por fin entiendes que si no
lo es en una escuela
graduada en los Estados
Álvarez otra como un ejército que impo- hablas inglés, que si no eres
ne orden. efectivo, rápido, no eres nadie.
Unidos. Entonces, perdó- Es que para ser exitosa Saborear lo que se escribe,
nenme aquellos a quienes tengo que escarbarme el español lo que se pinta, quedarse allí
les gusta mecanografiar artículos y ponerlo a un lado. Tengo que se- capturando la imagen, se con-
que se vanaglorian del orden extremo, del “thesis state- guir la fórmula, tengo que borrar vierte en un lujo y no en una
ment”, del primer párrafo que lo contiene todo. Yo, por mi necesidad.
parte,disfrutaba inmensamente de mi discurso enrevesado. mi latinoamericanidad, tengo que
Aquello de ser directa no se me enseñó en la Es- dejar de ser tercer mundista para El grupo de personas
cuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. poder acceder a una ínfima parte que integran y colaboran en
Todo debía centrarse en la necesidad de llevar al lector en de un mercado controlado por la Furman 217 necesitamos cre-
un viaje. Esa misma travesía a la que Joseph Conrad de- estructura milimétrica anglosajo- ar, ensuciarnos las manos, los
nominaba “that lonely region of stress and strife”. Tiem- na. Y ya no más. No más orden, cuadernos, los pinceles, las
pos aquellos en los que escribir no significaba despojarse no más blancura, no más control, cámaras. Ensuciarnos porque
de emociones. no más represión creativa, no más sí, ensuciar el cuarto blanco
En la academia norteamericana tampoco se puede silencio forzoso, no más miedo a porque es necesario. Pero hay
escribir ensayos poéticos. Muy a mi pesar, esta escritura la deportación, no más pulcritud. tantos que no soportan ese
académica debía ser un cuarto aséptico, pulcro, limpio, sin Furman 217 viene a romper el or- peso, tantos para los cuales el
una mancha que denotara mi origen anterior. Yo jamás he den. acto creativo lo es todo, tantos,
sido muy limpia, de hecho, me obsesiono con las manchas,
con lo irregular, con lo indefinible, con el discurso en for- Furman 217 me dio la po- a los cuales la presión de la in-
ma de caracol, en eterno espiral, y con el uso excesivo de sibilidad de mancharme otra vez mediatez los desaparece y se
las comas. Éramos varios los que nos sentíamos así y de sin miedo, de volver a ser latino- atan a un mueble, y se quedan
este pensamiento colectivo resultó parte del material para americana, de volver a escribir en mirando fijo a la nada. Tantos
la primera edición de Furman 217. Entonces, era como si español. Pude sobrevivir, pero hay que no pudieron dejar de ser
se hubiera abierto la puerta de ese cuarto increíblemente otros que no pueden. Hay otros quienes eran. Furman 217 es
blanco y entrara una lluvia de tierra. Mis suciedades, allí, que no pudieron. Hay otros que para ellos, y para nosotros los
palpables de nuevo. fueron forzados al cuarto blanco que logramos conseguir una
Mis colegas y yo, sin decirlo, nos sentíamos igual: y que no lo resistieron. Hay otros ventana y escapar. No importa
frustrados, incompletos, encerrados en la imposibilidad para los que ya es muy tarde, para cómo, no importa cuándo, ni
de crear. Por medio de los diversos talleres, y gracias a la los que la pulcritud acabó por con qué pseudónimo, estamos
creación de las ediciones anuales de la revista Furman 217, desgarrarlos; porque no todos aquí para quedarnos.
6
7
 Línea de tiempo
Iván Perera
Línea de tiempo
13
Línea de tiempo. 2014
Fragmentos de libros
200 cm de diámetro
Érase una vez dos libros que, por algún loco vericueto del destino,
habían ido a parar al mismo estante, sobre el que descansaban
juntos, a pesar de no tener nada que ver el uno con el otro, pues eran
muy distintos. Uno era una novelita escrita con mucha dedicación
por un joven autor, mientras que el otro era un libro de recetas de
cocina del que ni su propio autor se acordaba ya, pues lo había escrito
como un encargo de una gran empresa editorial que hacía ya tiempo
que había bajado mucho en ventas, y que ahora prácticamente no
publicaba libros, ni de cocina ni de ninguna otra cosa. No es que la
novelita de autor pudiese presumir de haber corrido mejor suerte,
porque, después de haber ganado un modesto premio literario
otorgado por algún ayuntamiento de la costa durante el verano, y
gracias al cual había logrado publicarse con una tan pequeña como
insignificante tirada, se puede decir, sin miedo a equivocarse, que
el libro lo habían abierto, además de los miembros del jurado que
otorgaba el premio, y su autor, algunos devotos familiares de éste e
incluso alguno de sus amantes. Únicamente algunas pocas de estas
personas, además de abrirlo, lo habían leído.
Un día, estaban los dos desdichados libros muy pegaditos
uno al lado del otro, a su pesar, cuando, de repente, por la puerta
abierta de la librería entró un olorcillo a calamares fritos con
ali-oli procedente del aceitoso bar de la esquina de enfrente. Al
percibir este olor entre sus páginas, el libro de cocina suspiró
con profundidad, como si le recordara a algún pasado remoto.
8 9
el
13
Libro
Viajero
Berna
Muñoz
¿Hueles?, le dijo a la novelita de autor. Para mí que son
calamares con ali-oli. ¡Quién los pillara! Creo que no tengo ninguna
de ésas, ninguna receta de calamares, digo. Una pena, a lo mejor si
hubiera tenido una receta de calamares con ali-oli, me hubiera ido
mejor en esta sacrificada vida de libro que llevo, bueno, que llevamos,
en este valle de páginas, digo, de lágrimas.
Mientras escuchaba estas palabras, la novelita de autor
asentía con la sobrecubierta. ¡Y que lo digassss!, decía levantando
un poco el canto y mirando muy de frente.
¿Y qué me dices de una buena receta de algo thai?, continuó
el libro de cocina. Eso seguro que hubiera sido un punto y aparte
en mi destino. Esas cosas, así un poco exóticas, aunque sólo sea
por darle un puntito nada más, visten mucho, siempre triunfan, o
el tiramisú, algo con clase, me hubieran comprado los nostálgicos.
Pero nada, me han tocado la paella, que todo el mundo tiene una
receta de paella en su casa, aunque no la haya puesto en práctica en
veinte años, y la tortilla española con pimiento morrón, ¡que ya está
pasada de moda!
A estas alturas, la novelita de autor andaba muy ocupada
mirándose la guarda con dedicación, y escuchaba al libro de recetas
con desinterés, y como pensando en otra cosa.
Bueno, mira, continuó el libro de cocina, te estoy viendo la
cara, y no quiero quejarme más. Hay que aceptar lo que uno es, y ya
está, y a mí me ha tocado ser un libro se cocina barato, y de los

malos. Ahora sí, una cosa sí te voy a decir, a mí, personalmente a mí,
ni la paella ni la tortilla con morrón me disgustan, por muy pasada de
moda que esté, ¡que estas cosas nunca mueren, coño! Que después
hablan del Quijote, y de la Karenina, y de la madre que los parió, pero,
¿y la paella?, ¿qué me dices de la paella, ¡que lleva siglos matándonos
a todos!? Es que son ganas de no medir a las cosas con la misma
vara, digo yo. Yo, personalmente yo, me muero de hambre cada vez
que pienso de lo que estoy hecho, y es más, te voy a decir una cosa
que suena un poco fuerte, un poco a canibalismo, o antropofagia, o
como se llame eso, pero yo, personalmente yo, cada vez que pienso
de lo que estoy hecho, vamos, ¡que me comería a mí mismo de canto
si tuviera boca! ¡Que no hay derecho, hombre, unos con tanto y otros
con tan poco.
La novelita de autor, en ese momento, comenzó a gemir.
¡Anda!, ¿y a ésta qué la pasa ahora?, se preguntó en voz alta
el libro de cocina. Niña, ¿estás bien?, le dijo, al tiempo que le daba un
pequeño empujón con la parte baja de la contraportada.
¿Cómo voy a estar bien, si soy una novelita de autor?, dijo la
novelita. ¿Es que no te das cuenta de mi desgracia?, vale que seas
un libro de cocina del montón, pero por lo menos podrías mostrar
un poco de solidaridad conmigo, y con todas las que son como yo,
¡mis enemigas íntimas! ¿No te das cuenta de que mientras que tú
presumes de paella y de morrón, lo mío son todo penas?, ¿o con
qué te crees que está hecha una novelita de autor?, ¡pues con
toda la mierda!, ¡sí, ¡con toda la mierda!, ¡y yo no soy más que el
vertedero!, protestó gimiendo la novelita de autor, y explotó en un
llanto desconsolado.
Oye, dijo el libro de cocina, del montón noooooo… ¿eh?, a
ver si ahora porque has ganado un premio te vas a venir arriba
y te vas a creer mejor que los demás, porque yo seré un libro de
cocina corriente y moliente, de los que hay por millares, ¡pero soy
muy digno!, ¡muy digno! De todas formas, no te lo tengo en cuenta,
porque sé que no estás pasando por un buen momento, es dura la
caída, y sé, también, que cuando uno está mal dice cosas de las que
después puede arrepentirse, cosas que, cuando uno tiene que vivir
en un estante, así tan pegaditos como nosotros, casi preferiría no
haber dicho, así que no te preocupes, que yo, además de digno, soy
muy llevadero, y no me lo tomo a mal. En fin, hija, qué te voy a decir,
¡a cada uno le ha tocado lo suyo!, y tú tienes lo tuyo como yo tengo
lo mío, ¡y no hay más! Así que lo mejor es no ponerse a malas, y lle-
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varnos bien, que aquí somos muchos, y estamos muy apretados
como para andar con ojerizas, y eso por no mencionar que la
mayoría de nosotros ya hace muchas primaveras que dejó atrás la
juventud, en fin, ¡que estamos más viejos que el hilo negro!, por no
andarme con rodeos ni con primaveras ni con metáforas, que eso,
desde luego, no es lo mío, ni creo que lo vaya a ser nunca. Así que, ¡tú
no te preocupes! Pero, cálmate, por dios, ¡cálmate!
¡Gracias!, de verdad que te agradezco mucho tus palabras,
dijo la novelita de autor, que había estado llorando todo el rato, pero
que ahora por fin se encontraba un poco más aliviada. Se ve que,
a pesar de las prisas con que te hicieron, continuó la novelita, y del
poco amor, no se olvidaron de ponerte algo de corazón, así que de
verdad que te lo agradezco, muy agradecida. Yo, lo que me pasa a
mí es que éste no es mi sitio, ¡aquí no me hallo!, pero si esto debe
ser una librería de viejos, o peor, un sitio de esos que en la puerta
pone: ¡“Libros raros”! Hombre, ¡por dios!, ¿cómo me han traído a
mí aquí, a semejante lugar? Porque no veo bien desde aquí, desde
donde estoy, pero estoy segura de que es un sitio de ésos que te
digo, y hombre, la verdad, pues dicho con el corazón en la mano, ¡que
esto no es lo que yo esperaba!, ¿qué quieres que te diga? Que yo no
digo estar en el escritorio de algún escritor reconocido, un Premio
Nobel, por ejemplo, ¿no?, o en el dispensario de presentes del Papa,
no digo tanto, ¡pero coño, por lo menos una universidad!, ¡algo!, y
que me tocaran todo el día, que me olieran, que me manosearan las
páginas y me pegaran tiritas de colores a diestro y siniestro, ¡que
me subrayaran con lápiz!, ¡que me pintaran con boli!, ¡horrorrrr!...
¡Eso sí que no! Mira, ¿sabes qué te digo?, que después de todo, aquí
tranquilitos quizás no se está tan mal.
¿Ves?, replicó el libro de cocina en tono afirmativo, si te lo
estoy diciendo, que esto es lo mejor que nos ha podido pasar. ¿Tú
sabes lo que tiene que ser estar en una librería de ésas de primera
donde la gente va a comprar y luego no lee nada, donde te manosean
desconocidos todo el rato y luego te dejan ahí tirado, sin llevarte a
casa ni nada?, ¿tú sabes esas librerías donde cada semana entran
las últimas novedades?, ¡¿tú sabes los egos?! Bueno, mejor ni te
hablo, que yo, personalmente yo, y no otro, de eso, precisamente
de eso, ¡algo sé! Y de verdad que no te lo recomiendo, a ti esto te
puede parecer que estamos aquí olvidados del mundo, dejados de la
mano de dios, pero yo, personalmente yo, te juro y te perjuro que no
estamos tan mal, y que podría ser mucho peor, vamos, yo para atrás
11

ni para coger impulso, ¿me oyes?, ¡ni para coger impulso!
Pues sí que es verdad, dijo la novelita, en el fondo tienes toda
la razón.
Pero vamos, dijo el libro de recetas, que no te preocupes, que
todavía estás de muy buen leer, con ese cuerpecito tan liviano, con
esa cinturilla, tan delgada, ¡y eso a pesar de tus años! Si nos hubiera
tocado otra época, quién sabe lo que estaríamos haciendo ahora, ¡en
lugar de hablar de estas cosas tan tristes! Pero yo sé que a ti te va
a ir bien, yo, personalmente yo, sé que te depara un futuro, ¡y no muy
lejano!, te digo, ¿eh?, un futuro lleno de cosas maravillosas, ¡y de viajes!
Porque cualquier día, y te lo digo con pleno convencimiento, el día que
menos te lo esperes, te coge un muchacho de esos con la bolsita
de cuero cruzada al hombro, las gafitas, y el pelo medio largo medio
corto, y te lleva con él y hace maravillas contigo, ¡si lo sabré yo, que lo
he visto mil veces!
¡Eso!, ¡eso quiero yo!, replicó la novelita extasiada, ¡que me
lleve un muchacho por ahí a lugares desconocidos!, ¡a viajes, muchos
viajes!, ¡y que me traduzcan!, ¡que me traduzcan mucho!, ¡que me
traduzcan todo el rato! Ay… sería tan bello, tan bonito, ¡tan excitante!
¿Tú sabes lo bonito que tiene que ser estar todo el día por ahí de viaje,
de feria en feria?, ¿o que te lean en el cálido compartimento de un
viejo tren de madera cruzando algún país asiático, mientras la lluvia
golpea en el cristal? Yo vivo con esa esperanza, después de todo, eso
es lo bonito de ser un libro, ¿no?, o, por lo menos, de ser una novelita,
como yo, y que alguien te descubra… Pero vamos, que a ti también te
puede pasar, tú imagínate que un día te cogen, te abren las páginas
de dos en dos, sin contemplaciones, y te hacen frente a ti una pedazo
de paella como dios manda, y encima siguiendo tus instrucciones, ¿no
sería emocionante? Yo creo que sería para llorar de la emoción, tan
grande…
Ay, hija, dijo el libro de recetas, ¡de sueños vive el hombre! Y,
¿qué son los libros sino eso, sueños? Y los sueños, ¡sueños son!
Ambos se quedaron entonces mirando el horizonte, extasiados,
cada uno inmerso en sus propias cavilaciones, y todo eran suspiros
hasta que la novelita habló de nuevo, viendo una oportunidad magnífica
para ello, y con unos deseos irrefrenables de manchar el silencio.
¡Ainssss!, dijo. Qué bonito, ¿no?
¿Lo qué?, dijo el libro de cocina saliendo de su letargo.
¡Esto!, dijo la novelita. Estar aquí, ¡soñar despiertos!, ¡como
nosotros, los libros!, ¿no te parece hermoso?
12
Sí. Hermoso. Muy hermoso. Y muy bonito también, contestó
el libro de recetas de forma mecánica, y sin mucho convencimiento.
¡Oye!, dijo entonces el libro de recetas decidido y con tono
interrogativo.
¡Dime!, contestó extasiada la novelita, ¿quieres dialogar
conmigo?, ¿quieres que intertextualicemos?
Anda, ¡calla!, ¡calla!, que no hombre, ¡que no!, dijo el libro de
cocina con cara de, “a mí esto no me va”. Que te iba a preguntar una
cosa importante, dijo el libro de cocina. ¿Quién es ésa que tienes ahí,
a tu lado? Está un poco gorda, ¿no?
¡Ah!, ¡ésta!, dijo la novelita, entendiendo ahora a lo que se
refería el libro de cocina. Es una novela de ésas que llaman clásicas.
No sé cuál, es que no veo bien desde aquí.
Bueno, ¡acabáramos!, exclamó entonces el libro de recetas
con resignación. Como venga alguien, seguro que se la lleva a ella, y
nos deja a nosotros aquí tirados, ¿te das cuenta?
¡Que no hombre, que no!, dijo la novelita muy resuelta ella, que
ésta está aquí muerta del asco igual que estamos nosotros, ¿o es
que no ves que hace ya siglos que nadie la toca?, ¡si se le nota hasta
en la cara!
Pues hija, yo de esas cosas no sé, pero para mí que como venga
alguien, con ésa que nos han puesto al lado, ni nos miran. Porque tú
sabes cómo es la gente, que por tal de tener una de ésas en casa,
se la llevan, y después, ¡pan con sopa! Pero bueno, que igual tenemos
suerte, porque por lo menos la edición es más vieja que Matusalén,
no una de esas monerías que hacen ahora, y que te quieren vender
como nuevo lo que es más viejo que hacer un nudo, ¡en fin!, que como
esas cosas nada más que las leen los entendidos, igual por ahí nos
salvamos.
¡Oye!, dijo de repente la novelita con cara de preocupación, ¿y
por ahí, qué?, ¿quién tienes tú al otro lado?
¡Ah, no!, contestó el libro de recetas muy resuelto, por aquí no
te preocupes que tengo al manual del Windows 98.
¡Ah, bueno!, suspiró la novelita aliviada.
Vamos, dijo el libro de recetas, que a éste, lo que no sé es
cómo no lo han enterrado ya, ¡mira!, ¡mira qué cara tiene! Pobre, a
mí la verdad es que me da algo de pena, lo reconozco, tan dispuesto
él, tan ancho, tan erguido, tan mamotreto… ¡que se creía que se iba a
comer el mundo!, ¡y míralo ahora!, que está que da pena verlo, ¡ni dos
telediarios, ha durado!, ¿no te da lástima?
13
 ¡Ah, no!, dijo la novelita, a mí ninguna, la verdad.
Pues a mí sí, hija, a mí sí, dijo el libro de recetas muy
compungido, porque vale que uno tenga que aceptar lo que uno es,
pero hay cosas que son más complicadas de aceptar que otras, las
cosas como son, en fin, yo no lo juzgo, porque yo, personalmente yo,
no soy muy de juzgar nada, pero vamos, que lo que no hay derecho es
lo que han hecho con él, él tuvo su momento, tuvo su subidón, y claro,
¡dura es la caída!, ¡qué lástima!, con lo hermoso que está todavía, ¡y
lo apretadas que tiene las páginas!
¡Ahí viene!, ¡ahí viene un muchacho!, dijo la novelita extasiada,
y sin ningún interés ya en lo que estaba diciendo el libro de recetas.
¿Dónde?, preguntó el recetario. Yo no veo nada.
¡Que sí!, contestó la novelita con excitación, ¡que lo he visto!,
¡viene hacia aquí!, ¡viene hacia aquí!, ¡qué nervios!
Bueno, hija, tú relájate, que ya lo que tenga que ser, será,
dijo el libro de recetas sin querer darle demasiadas esperanzas a
la novelita, y con el claro convencimiento de que aquel muchacho,
a por él, no venía. Ser o no ser, ¿no?, continuó, si ya lo dijo uno de
esos que todavía anda por ahí, no me acuerdo quién. Pero hija, estate
tranquila, ¡por dios!, que te va a dar algo como les pasa a los iBúks
y a las tablets y qué sé yo, un papatús, un colapso, un cortocircuito…
Ay, ¡que me da!, ¡que sí!, ¡que es verdad!, que viene ahí con toda la
poca vergüenza, para mí que te va a coger y te va a hacer de todo,
¡míralo!, ¡se está acercando a nosotros!, empuja a la clásica, ¡empuja
a la clásica para atrás!, ¡que no salga!, ¡que no asome ni la punta del
canto!, dijo el libro de recetas totalmente excitado, y casi al tope de
sus pulmones.
En ese momento, en efecto, un muchacho con bolsita de
cuero cruzada al hombro, gafitas, y el pelo medio largo medio corto,
rozaba sensualmente la yema de sus dedos por el canto de todos
los libros dispuestos en el estante. Hasta que llegó a la novelita de
autor, giró la cabeza, leyó el título, y paró. La excitación de los dos
libros parlantes fue máxima, y la novelita, poco después, no cupo en
sí de gozo cuando el muchacho la tomó suavemente por la parte
alta del canto, y la sacó del estante con un pequeño empujoncito. El
libro de recetas se moría de envidia. Pero también de alegría al ver
que, finalmente, estaba sucediendo lo que él, como recetario bien
experimentado que era, ya había predicho. El muchacho, sin muchas
contemplaciones, y sin mirar siquiera el nombre que acompañaba al
título, abrió la novelita por la primera página, y leyó:
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“Ahora que todos están muertos, me resulta mucho más fácil
pensar en ellos”. Hasta aquí.
El muchacho cerró entonces el libro y decidió, sin pensarlo una
segunda vez, que una novela que comenzara con aquella frase debería
ser leída. Así que, ni corto ni perezoso, la cerró, agarrándola suavemente
como a una paloma herida entre sus cálidas manos, y se marchó en
busca de la caja registradora con la intención de llevársela, tras abonar
un precio prácticamente simbólico.
¿Ves?, gritaba el libro de recetas mientras la novelita de autor
era llevada a los confines de su mundo conocido, o sea, más allá del
estante más profundo que había en la librería, y en el tercer piso.
¡Te lo dije, niña!, ¡te lo dije!, gritaba el libro de recetas, y no podía
evitar sentirse feliz al ver a la novelita sonriendo plácidamente entre
los brazos de aquel muchacho, y dispuesta a deshojarse para él en
un lugar íntimo, quizás la cama, y a contarle todos sus secretos y sus
miserias, no sin algo de picardía y de jugueteo, y, por supuesto, algo de
entretenimiento.
¡No te preocupes por mí, niña!, ¡no te preocupes!, ¡ve tranquila!,
gritaba aún el libro de recetas al ver que la novelita se quedaba un poco
preocupada por dejarlo allí en semejante reunión. ¡No te preocupes,
niña!, ¡tú ve tranquila!, ¡yo estaré bien!
En ese momento, el muchacho inició su delicado y paulatino
descenso al segundo piso de la librería, todavía con la novelita de autor
agarrada entre sus manos, y novelita y libro de recetas se perdieron
definitivamente de vista, quizás ya para siempre.
¡Ea!, ¡pues se fue!, dijo el libro de recetas.
La novela clásica y el libro de recetas se acomodaron entonces
ligeramente el uno al lado del otro, más que nada, porque el libro de
recetas echó su contracubierta hacia un lado, como quien no quiere
la cosa, pero con la clara intención de ganar el espacio sobrante en el
estante. A ver si se me va a caer la gorda clásica encima, y a saber luego
el tiempo que tengo que estar así, pensó el libro de recetas. Así que,
muy resuelto, extendió un poco sus páginas, y se puso a sus anchas, que
tampoco fueron muchas teniendo en cuenta la pequeñez del hueco que
había dejado la novelita de autor al ser llevada.
¡Bueno!, dijo finalmente el libro de recetas cuando ya se hubo
acomodado del todo, y con la clara intención de que se le oyera. ¡Pues
aquí estamos!, y dejó escapar entre sus páginas un profundo suspiro,
mientras miraba al Windows 98 de reojo.
15
 A m or
Una cámara de seguridad vigila este en-
cuentro en el Metro de Santiago, especí-
ficamente en la Estación Einstein, a po-
cos metros del Cementerio General de la
capital de Chile. Allí, el 11 de septiembre
del 2016, se está viviendo una batalla
campal: manifestantes se enfrentan a la
policía en el marco de la conmemoración
de un nuevo aniversario del Golpe de Es-
tado de 1973. ¿Qué saben estos amantes
de lo que está sucediendo afuera?

La pareja se besa bajo esta cámara de se-

guridad que los observa, tal como lo ha-
cen las personas que los ven como distin-
tos, como ajenos, como migrantes.

Francisca Palma
Arriagada
foto y texto

16 17
Rap de plomatge verd
Sussy Santana         

I walk slowly to see the Fortune Teller and she catches a glimpse of my future:
refilar desolat en la foscor del pati,
bec llarg i plomatge verd que delata
el llum que encenc.
no el puc agafar, s’amaga darrere un test,
pensa en les flames que han arranat el seu món,

“You will be pregnant and on welfare all before you hit 16”
My tongue is still in my mouth, I learned my lesson early: cobejava el mar, cercava un recer benèvol
i la humitat li ha parat una trampa,
em sembla que no pot volar.

I see my dreams in the crush ice of my frío frío

li posem aigua i pa mullat
i esperem que la lluna tanque els ulls.
In the land of the Yokastas and Aneudys

a trenc d’alba una intensa piuladissa,

I don’t need to kill them to kill them

I don’t need to kill them to kill them

I don’t need to kill them to kill them

com una conversa familiar,
They don’t need to kill us to kill us
Don’t forget to kiss me goodnight
I lay my head on my mother’s lap:

i una llavor, com un cigró,

desada al mig del pati.
They kill us with words

l’ocell roman al costat de la clívia,

Be good and be quiet
I kill them with words

I kill them with words

I kill them with words

I see them dancing

petrificat com una estàtua.

però en agafar-lo se m’escalfa el palmell
i canta.
des del terrat tentineja per les teulades
i enceta el solc dels vents.

Josep Micó Conejero

18 19
El desorden y la contradicción en el mundo
descrito por Luis Vélez de Guevara
Después del exilio de los judíos de España,
los judeoconversos que decidieron quedarse en el
país tuvieron que vivir una vida en sombra, ale-
jados de la sociedad, y soportar acusaciones y
denuncias de la gente. Uno de éstos era Vélez de
Guevara, aunque él se consideraba uno de los es-
critores más importantes de la “escuela de Lope
de Vega” y se conocía por su posición cercana a la
corte, nunca pudo obtener el elogio merecido por
parte del pueblo y de la corte por su ascendencia
judía. El propósito de mi ensayo es señalar cómo
Luis Vélez de Guevara reflejó simbólicamente las
preocupaciones de los conversos y describió el
desorden y la contradicción del mundo de los con-
versos en su obra más conocida: El Diablo Cojue-
lo. Esta obra publicada en 1641 refleja al lector
la España del siglo XVII enfocándose en diferen-
tes niveles de la sociedad, y los critica narran-
do un viaje fantástico de un estudiante y el dia-
blo Asmodeo (Cojuelo) por las ciudades de España.
Después del 1492 todos los conversos, inclu-
so los escritores del ambiente intelectual, fue-
ron afectados por el miedo paralizante producido
por la noción de la pureza de la sangre, y por
eso, se sometieron a la ley del silencio (Irene
Andrés-Suárez 10), porque no querían sufrir las
consecuencias, como ser quemados por la Inquisi-
ción. Muchos de los conversos hacían papeles en
su vida diaria, porque “the allegory of the world
as theatre was used mainly as a literary device,
in Spain, where the judeo-converso problem was
endemic and acute. It was also a practical ne-
cessity of life [because]... life was a theatre”
(Herskovits 58). Esta teatralidad afectó también
a los escritores conversos de origen judío, como
señalan los críticos como Américo Castro, Fran-
20
20
Tugba Sevin
cisco Márquez Villanueva y Andrew Herskovits.
Los escritores conversos adoptaron y desarrolla-
ron una mentalidad conversa en sus obras. Los
signos más sobresalientes de esta mentalidad se
notan en el uso del lenguaje doble, en el deseo
de la crítica social, en la creencia del valor
y de la igualdad humana (Herskovits 37). Por
eso, los autores conversos usaron el poder de
las palabras para enjuiciar la sociedad, pero
lo tuvieron que hacer de una manera indirecta.
En esta época los conversos eran considerados
como una entidad estereotipada y no como un in-
dividuo igual a otros. Los escritores conversos
expresaron este rasgo que faltaba en sus vidas,
y crearon personajes que trataban de crear su
propio destino y de vivir una vida libre sin
la fuerza de un poder externo. Podemos apreciar
estos rasgos también en las figuras principales
de El Diablo Cojuelo. Luis Vélez de Guevara dio
a sus individuos la libertad máxima: el volar.
A pesar de todas estas características de los
personajes, los lectores de la obra llegan a la
conclusión de que “el mundo es un desorden for-
tuito y contradictorio” (Maravall 31) en ésta
época.
A lo largo de la obra se usa un lenguaje
peculiar con el cual Vélez de Guevara señala
que su lector es educado, alguien que conoce
la corte y su forma de vida. El primer tranco
(capítulo) empieza en Madrid. Aquí, el estu-
diante Cleofás Leonardo Pérez Zambullo huye de
la justicia por estar con una “doncella” llama-
da Tomasa de Bitigudiño y llega al ático de un
astrólogo donde oye un suspiro, “pareciéndole
imaginación o ilusión de la noche” (14), pero
lo oye por segunda vez y murmura “¿Quién dia-
blos suspira?”, haciendo alusión al carácter
21
 principal de la obra. Recibe una respuesta de
“una voz entre humana y estranjera” de una bo-
tella de vidrio. El estudiante empieza a hablar
con esta voz extraña que le pide que lo libere
de esta botella donde había pasado mucho tiem-
po. Esta voz afirma que se llama Diablo Cojuelo,
porque “le pusieron este nombre, a diferencia de
los demás, habiendo todos caído desde tan alto”
(17) y todos se cayeron sobre él y no pudo resis-
tir el peso y por eso se le quebraron las pier-
nas. El diablo pide a Cleofás que le saque “des-
te Argel de vidrio” (18), haciendo referencia a
Argel, donde muchos españoles fueron presos como
cautivos. Cojuelo promete que pagará “el rescate
en muchos gustos” (18). Entonces, Cleofás rompe
la botella con un “instrumento astronómico gi-
gote” (19) y rescata al diablo. Pero lo que ve
lo sorprende mucho porque el aspecto físico del
Diablo Cojuelo no era lo que esperaba:
vio en él un hombrecillo de pequeña estatu
ra, afirmado en dos muletas, sembrado de
chichones mayores de arca, calabacino de
testa y badea de cogote, chato de narices,
la boca formidable y apuntalada en dos col-
millos solos, que no tenían más muela ni
diente los desiertos de las encías, eri-
zados los bigotes como si hubiera barbado
en Hircania; los pelos de su nacimiento,
ralos, uno aquí y otro allí, a fuer de los
espárragos, legumbre tan enemiga de la com-
pañía, que si no es para venderlos en mano-
jos no se juntan... (19)
22
Esta descripción del diablo recuerda la descrip-
ción de los conversos dada en el Tratado de Albo-
rayque, obra anónima impresa en 1545. En esa obra
el converso se pinta como un ser medio humano y
medio animal para señalar las cualidades malas
que supuestamente tuvieron los conversos en la
época.
Una vez rescatado, el diablo dice a Cleofás:
“Vamos, don Cleofás, que quiero comenzar a pagar-
te en algo lo que debo,” y dos amigos empiezan
a volar y llegan a una torre por donde analizan
la ciudad desde lo más alto. Para Vélez de Gue-
vara, Madrid significa la Corte española donde él
fue recibido pero nunca fue aceptado como noble.
Por eso, Madrid simboliza el desorden, la injus-
ticia, su “exilio” de la esfera social. El Dia-
blo Cojuelo empieza a levantar los techos de las
casas y mostrar a Cleofás la variedad de gente
que vive en los edificios. Empezando con el se-
gundo Tranco, empieza la pasarela de personajes.
El observador es el estudiante y el narrador es
el Diablo Cojuelo. El Cojuelo quiere “empezar a
enseñarle distintamente, en este teatro donde
tantas figuras representan, las más notables, en
cuya variedad está su hermosura” (22). Ésta es la
frase clave de la obra porque se hace referencia
al tópico literario barroco theatrum mundi, que
en la vida de los conversos se convirtió en una
forma de vida. Por ejemplo, el escape constante
del protagonista y del Diablo Cojuelo es un sím-
bolo importante porque demuestra la psicología
de los conversos que tenían que escapar de la
realidad y actuar continuamente para alejarse de
los prejuicios de la sociedad y de los castigos
de la Inquisición. El escape de nuestro escritor
empezó con el cambio de su apellido.
23
 En este “teatro,” el Diablo Cojuelo señala a
Cleofás una cena con señores y príncipes extran-
jeros, y ve a un caballero tasajo … “en un hábi-
to” (27), haciendo referencia a una Orden Mili-
tar que simboliza la pureza de sangre. El Diablo
Cojuelo se burla de él. El cortejo de personajes
continúa en las calles Madrid, Toledo, Sierra
Morena, Córdoba, Écija, Carmona y Sevilla. Enfo-
cándose en varias ciudades de España, de Guevara
encuentra la posibilidad de describir todos los
aspectos de la realidad española de su época y a
personas que pertenecen a varias capas sociales.
El Diablo Cojuelo y Cleofás entran en una
calle con muchos espejos llamada “Calle de los
Gestos”, que solamente salen a ella, “estas figu-
ras de la baraja de la Corte, que vienen aquí a
tomar el gesto con que han de andar aquel día, y
salen con perlesía de lindeza, unos con la bo-
quita de riñón, otros con los ojitos dormidos,
roncando hermosura, y todos con los dedos de las
manos, índice y meñique, levantados, y esotros,
de Gloria Patri” (36). Los miembros de la Corte,
que ocultan su identidad verdadera y que fingen
tener otro carácter, están en el blanco de la
sátira de Vélez de Guevara. Los dos entran en
otra plaza “donde se alquilaban tías, hermanos,
primos y maridos, como lacayos y escuderos para
damas de achaque que quieren pasar en la Corte
con buen nombre y encarecer su mercadería” (37).
Aquí se describe la hipocresía de las damas de la
Corte que se relaciona también con los ejemplos
de cambio de apellidos, falsos parentescos aso-
ciados con los conversos. La parada próxima de
don Cleofás y del Diablo Cojuelo es “La casa de
los locos”. Allí es posible ver a personas que
pertenecen a distintos niveles sociales con sus
vicios particulares. Se critica la sociedad, que
24
en vez de preocuparse por sus vicios, se obsesio-
na con la situación y origen de los conversos.
Los dos amigos visitan muchas calles y observan
el desorden en la sociedad española. La obra ter-
mina con la separación de dos amigos cuando están
escapando de la justicia. El Cojuelo encuentra
refugio en la boca de un escribano que bostezaba.
Los diablos que les perseguían llevan al escri-
bano al infierno y sacan al Cojuelo de su boca.
El Cojuelo es condenado y Cleofás continúa sus
estudios en Alcalá.
El Diablo Cojuelo, que se asocia con los ju-
díos en sus rasgos, se burla de la teatralidad de
la sociedad. Pero, lo más importante es que, Vé-
lez de Guevara quiso reflejar una realidad social
en la cual el converso vive en un mundo encerrado
como el Diablo Cojuelo; y aunque escape o actúe
mucho, al final va a ser siempre destacado por la
sociedad o capturado por la Inquisición. Nuestro
escritor también relaciona el Diablo Cojuelo con
los judíos dándolo el nombre Asmadeo, porque se-
gún afirma George Peale, él era “el demonio más
poderoso de todos... [Y] fue el ángel favorecido
de Dios” (La anatomía 45). Como los judíos, As-
madeo se siente orgulloso de su ascendencia y de
su inteligencia sutil.
En esta obra, Vélez de Guevara crea dos
personajes, un estudiante y un diablo sacado del
folclore español, y desarrolla la obra alrede-
dor del escape del estudiante de las autoridades
y del diablo Asmadeo de su dueño astrólogo. Los
dos, en el viaje fantástico que hacen por España,
tratan de demostrar el desorden y la contradic-
ción en la sociedad y critican la hipocresía en
la corte española.
25
 OBRAS CITADAS

Andrés-Suárez, Irene. “Las dos grandes minorías

étnico-religiosas en la literatura españo
la del Siglo de Oro: Los judeoconversos y
los moriscos.” Actas del Grand Séminaire de
Neuchâtel, 26-27 de mayo, 1994. Les
Belles Lettres, 1995.

Herskovits, Andrew. “The Judaization of Chris

tianity in Felipe Godínez’s Ester Plays.”
Bulletin of the Comediantes, vol. 60, no.1,
2008, pp. 51-70.

---. The Positive Image of the Jew in the Come

dia. Peter Lang, 2005.

Maravall, José Antonio. El Mundo Social De “La

Celestina”. 3rd. ed., Editorial Gredos,
1976.

Peale, Clifford George. La anatomía de El Diablo

Cojuelo: Deslindes del género anatomísti-
co. North Carolina Studies in the Romance
Languages and Literatures, 1977.

---. “Estructura y visión del mundo de El Diablo

Cojuelo: Deslindes genéricos y específi-
cos.” Dissertation. U of California
Irvine, 1973.

Rodríguez Cepeda, Enrique, y Enrique Rull, eds.

El Diablo Cojuelo. Luis Vélez de Guevara.
Alcalá, 1968.

26 27
 “Sin piedras no hay arco”
Sahai Couso Díaz

La vida en treinta segundos

Megahan Montserrat Bailón Velazco

28 29
29
 so
Una importante elección:
g re
¿Pro o
medioambiente?
“Solo cuando el último árbol esté muerto, el último río
envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta
La contaminación medioambiental
es una de las problemáticas sociales más
comunes en la actualidad, gran parte de la
población tiene conocimiento sobre este
tema: qué es, sus causas y sus consecuen-
cias.
Así mismo, no es un secreto los evi-
dentes avances tecnológicos de los últi-
mos años: hogares y vehículos inteligen-
tes, impresoras 3D y drones autónomos.
Sin embargo, los altos niveles de conta-
minación que estos provocan, ya sea en
su fabricación o en su uso, pueden ser un
gran problema para la conservación del
medioambiente.
Esto nos lleva a una interrogante:
¿Puede el progreso tecnológico estar en
sincronía con el cuidado medioambien-
tal?
En cierta medida, la respuesta es sí.
Los países más desarrollados han
establecido ciertos controles, cuyo pro-
pósito es evitar los daños al ambiente
provocados por los pasos de la cadena de
producción, no sólo durante la fabricaci-
ón sino también durante la utilización del
producto. Es así como cada industria está
obligada a respetar la emisión máxima
autorizada de elementos contaminantes,
pagando impuestos de limpieza y además
30
Julio Logue
que no puedes comer dinero”
-PrOverBio InDOamEriCanO
incentivándolas a invertir en investigaci-
ón ambiental.
Es por esto que a la par de los avan-
ces tecnológicos han surgido también
nuevas fuentes energéticas mucho más
amigables con el ambiente, las cuales,
aplicadas correctamente a la producción,
pueden llegar a representar una clara dis-
minución de los efectos contaminantes
que los métodos tradicionales pueden
causar. Pero esta es solo una de las caras
de la moneda, por otro lado está la parte
económica.
Muchas industrias ven como un in-
conveniente la implementación de estos
métodos, ya sea porque pueden afectar el
nivel de producción, lo que supone una
pérdida, o porque no son económicamen-
te viables considerando los gastos que
suponen el aplicarlos.
Estas dos visiones ponen al hom-
bre en un dilema. Por un lado está el com-
promiso con el medio ambiente y por el
otro está la condición humana que busca
el lucro constante a cualquier precio, in-
cluso si eso supone un daño irremediable
al medio ambiente.
El rumbo que tomará la sociedad
depende únicamente de las decisiones
que tomen las generaciones más jóvenes.
¿Progreso o medioambiente?
Mónica Cristina Mara Arteaga
31
 Está prohibido
llorar entre los
hierros
Día 1
Está prohibido llorar entre los hierros, los hombres deberán
aguantar el dolor hasta la muerte; esa fue la orden que nos
dieron en la calle, mientras nosotras nos apostábamos unos
besos llenos de alcohol en la oscuridad de los postes. Entre
tu boca y mi boca llegó la luz, luego el silbato del gendarme
_Quietecitas que ya hay mucha basura con que aguanten
la noche_ Luego nos puso un acero en la muñeca y nos dio
para siempre un nombre en la identidad. Una acusación que
nos marcaría para siempre. Así fuimos las dos al calabozo, la
ducha no nos quitó el alcohol hasta la mañana. Ya no éramos
dos en una celda sino varias mujeres en la intimidad del
hongo y los escombros.
Día 2
Entrar es más fácil que salir, la causa, unos tragos de más
que traen besos en un lugar público y equivocado; luego de
lo que dicte el juez, te quedas casi hasta el infinito. Primero
fue pelear con el guardia porque tocaba a mi mujer de arriba
abajo, como si fuera una de esas fáciles, creen que todas las
que son como uno se prestan para cualquier cosa pero uno
tiene lo suyo, su propia ley de vivir en este mundo. El asco de
ver las manos rudas del hombre sobre el muslo de Daniela,
me hizo golpearle hasta herirle la cabeza contra los barrotes
_Ya la pagarás machona de mierda_ su amenaza quedó como
mandato. A Daniela y a mí nos separaron los guardias, el
viejo se tocaba su miembro, mientras la arrastraba a otra
celda y me gritaba_Aquí mando yo, no se te olvide, te la voy a
devolver que del tiro no va a querer nada más que machos en
32
la vida. Yo escuchaba sus quejidos en la otra celda y de solo
imaginarme las cochinadas del viejo sobre ella golpeaba la
pared con tanta ira que sangraron mis nudillos.
Día 3
Los viejos lo dicen, “no hay dos sin tres”, y no hay dos días
en un calabozo que luego no se conviertan en tres días o tres
años, y no hay dos machones en una celda sino hay una tercera
que siempre juegue a poner los ánimos calientes. Desde el
primer día Lula se acercó a mi _No le demuestres tu rabia al
viejo, sé un hombrecito y saldrás adelante. Desde entonces
una complicación tras otra, un día tras otro aprendiendo a
sobrevivir entre las rejas. Lula me enseñó a hacer cuchillas de
cuchara, a pasar pastillas en los dulces, a hacer el amor con
una sábana como cortina, a tatuarnos con tinta de lapiceros
vertidas sobre la sangre que dejaban las agujas que robamos
de la enfermería; las dos controlábamos un área, salíamos a
recoger los cigarros que nos daban las putas por protegerlas
de los otros grupos. Pero luego me enseñó a mantenerlas
contentas, tanta falta de hombre las pone irascibles y solo una
caricia puede salvarlas del vacío; ahí fuimos dos y tres y más.
Día 4
Daniela no soporta que sea parte del dúo de protección, _Eres
mía, solo mía_ dice constantemente en una amenaza ingenua
mientras besa mis pechos pequeños bajo la camiseta _esta
camiseta, este calzoncillo es mío_ y muerde mi ropa interior,
me la quita con su boca y terminamos lamiéndonos hasta
estallar el mejor de los abrazos. Pero hay un pubis fresco
queriendo saciar los deseos en colchones que no habitan
los mancebos. Es tan amargado ver a esas mujeres solas con
estas manos y bocas tan dispuestas a regalarles un poco de
felicidad.
Día 5
La cuchara afilada hace el corte, la sangre cae del cuello y rueda
a la entrepierna que debió esperar por los hombres antes de
cambiar su misión por estos dedos que imitaron un hombre
en su himen. _Ana, llevaron a Daniela a la enfermería_ fue
33
 el aviso rápido como un dardo. Las guardias sabían que yo no
debía estar ahí, pero también me debían favores y me dejaron
verla; un cuchillazo la iba separando de mí y de una hija
que quedaba al cuidado de su abuela. En su mano aún tenía
aferrada una pieza interior que me pertenecía, la encontró bajo
la almohada de Floralina, lo único que dijo _Ana, llevo muchos
años lavándolos, donde quiera que estén los reconozco_ y me
dio una sonrisa leve que desaparecía bajo mis ojos llenos de
lágrima y culpa. Los años de lavarla le reconocen en cualquier
galera, y su duelo con la puta en una cascada de sangre que
jamás cesaría de caer, y al llegar el médico era imposible ya
jugar con el tiempo y la suerte.
Día 6
La mujer de la cabeza rapada escupe su irracional impotencia
contra la guardia, dos mujeres se disputaron el horario de
acariciar una compañía en el humo del cigarro mientras
soñaban con un estatuto familiar en jardines que no existen
en las leyes.
Los días tras las rejas me impiden llorar junto a los candelabros,
el amor ha de fingirse en la complicidad de la nostalgia, mujeres
que extrañan la casa familiar, me hacen filas, están dispuestas
a entregarse, debo estar dispuesta a tomarlas, a continuar esta
misión de salvador que nos salvará de odios, vacíos, olvidos,
y una soledad infinita entre los barrotes oxidados con olor a
mugre. No siempre el gesto de hombre nos hará más duras y
llorar por tanto brazo que no permitió perdones, se irá con
el cuerpo blanco y fino a la tierra para olvidar que quiso dar
bondades con el puño.
Día 5
Llorar, llorar, la sal de los ojos cae sobre una mujer que se
esfuma; sobre mis muslos un tatuaje que obliga a salir, a
golpear, a vengar, con esa orden de ser un hombre finalmente.
-Masiel Mateos Trujillo

La cuchilla me ha garantizado una semana en el calabozo;

siento culpabilidad del amor que sustituye el odio y el
abandono. Daniela terminó en la clínica, la otra que aún no
conozco ni los apellidos, ni olores, con solo diez días en la
galera, ya pasa a ser la tercera de esta historia. Yo pienso en
las palabras que le diré a la vieja Herminia cuando venga a la
visita, con su bolsa acostumbrada de comidas para Daniela y
para mí. ¿Qué palabras le daré a la hija que aún cree que la tía y
la madre viven juntas en este sitio? Ya no tendremos más visita
familiar, la niña no entenderá qué significa la palabra morgue,
mientras en su orfandad sigue preguntando por qué la tía y la
madre durmieron juntas.

Día 7
La mujer de la cabeza rapada golpeó el moho del calabozo,
_No hubo invitaciones para la ceremonia oficial del entierro,
no hay lazos familiares que lo amparen, tampoco hay ley para
ser tutor en el revés, el rol de padre cae de mis sueños como el
telón en los teatros, imposible presencia frente a la risa de la Calder - Carmen Monzón
niña en la fiesta de fin de curso. niña en la fiesta de fin de curso.
34 35
4 5
 Resonancias y disonancias
La distancia dilata el amor, sentimiento ensanchado
visiblemente a medida que transcurre el tiempo y nos alejamos
en el espacio de los sujetos que un día generaron densidad
en nuestro pecho. Para no morir de la pena, los recuerdos
positivos se inflan entonces, dejando a un lado el daño, para
subrayar en la memoria cinco imágenes, canciones y frases
magnificadas que harán de muelle, de base y soporte en nuestra
salvación cotidiana, de cara a la búsqueda de un nosotros un
poco menos contaminado por la realidad a la que está sujeto
nuestro efímero transcurrir.

No sé que clase de embrujo sufrimos cuando miramos en
la caja de resonancia del recuerdo y sin embargo, adulterándolo
todo, aderezando con hechos que nunca existieron lo que un
día sucedió, nos sosegamos, seguros de que nuestra vida fue
feliz y nuestras relaciones tan especiales, que no necesitamos
más que deparar en ellas para dormir un poco más tranquilos,
para sentirnos un poco menos solos.

El amor de mi vida, el mejor verano, el día más feliz.
Términos absolutos que no sirven más que para darnos cuenta
de que la caja de música sin música es en este caso más real,
de que somos, a medida que vamos creciendo, descreyéndonos
y alejándonos, más capaces de diferenciar entre el real
y la imitación, entre lo que pasó y lo que disimuladamente
eliminamos.
Foto: Marta del Pino
Sin embargo, todas las heridas, todas las fallas, los
nudos y las sombras existen y no desaparecerán cuando nos
despertemos. Quizá aceptarlas a todas como hijos bastardos,
como nuestro pequeño zoo personal, sea, después de todo,
nuestra salvación única, última y necesaria búsqueda de la
verdad para una supervivencia honesta y radical, es decir,
desde las raíces.

Paula Ruiz Santamaría

36 37
Luto-Didier Barrera
Uno de estos días,
En obsidiana azulejada,
Sólo se encontrará con su propia marioneta, igual a ambos.
Un proyecto marítimo sin respiro,
Ni sondeos,
Ni planes en campos de alfalfa.
Y aunque le llegara la humedad,
No habrá espacio.
Ningún canto de nave podrá hacer de cuencas sal.
El flujo, en vez, se volverá espinas,
Entumeciendo hasta dejar sólo
Botas y luz: Damián Maseda Sol blanco de silencio.
Así tendrá que ser,
Que una pruebe y hable sin relación
Y no encuentre.

**
M
A De qué te sirve
el embudo de tus sorpresas
R cuando
C aún se rompe el barro
y es binomio de alfileres y cercos.
O Si fueras a abrir

Parodi
y aún hubiera
hilo de
hoja translúcida de espectrógrafo
que no causara
desbordes,
fuego de celuloide,
colmenas,
traspasos,
y helio,
sería el mar.

38 39

El sueño americano
que se robó una
identidad
Era un viernes 14 de marzo del 2014, Ana
acababa de recibir la carta que tanto anhelaba, la tenía en sus
manos y no era capaz de abrirla. Era la hora cero, la hora de
su no existir. Una acumulación de sentimientos albergaba en
su cuerpo. Ella no sabía si abrir la carta o dejarla cerrada para
siempre, ya que su contenido albergaba o bien la culminación,
o bien el fracaso de un sueño. Mientras se decidía a abrirla,
vinieron a su mente una sucesión de recuerdos de cómo
empezó todo. De repente, Ana se vio otra vez de diecisiete
años, llena de vida, de sueños y de alegría en Salinas, un
pequeño pueblo localizado en la costa ecuatoriana. Estaba
a punto de graduarse de la secundaria, nerviosa y asustada
porque necesitaba estudiar en la ciudad de Guayaquil si
quería obtener una educación superior. En aquel entonces, en
Salinas no había universidades, solamente escuelas de jardín,
primaria y secundaria. Ana vivía con su hermano David y su
mamá. Su papá se había desobligado económicamente de
ellos y no convivían con él. Sin embargo, después de diez años
de ausencia, el padre había decidido cambiar y hacerse cargo
de ella para apoyarla con sus estudios. Todo se escuchaba
perfecto, pero Ana no se sentía segura.
Sintió un dolor inmenso al dejar su pueblo querido.
¿Cómo no iba a sentir dolor, si toda su vida había vivido
allí? Cuando ella salía de clases se deleitaba viendo el mar y
después de caminar por el malecón, su mamá le preparaba
choquitas fritas con chifle y patacones, o choclo cocinado con
queso. Los fines de semana en la mañana, su mamá compraba
encebollado. Los sábados en la noche comía carne asada de
palito, tortitas de verde o choclo asado en el malecón y los
domingos al medio día, comía una deliciosa cazuela mixta
40
en el Rincón de Pocha, un puesto de comida en La Libertad.
Pero sus deseos de superación fueron más fuertes, decidió
enfrentar el riesgo y se fue a vivir con su papá y su madrastra.
En un principio, la trataron muy bien, su papá la
ayudaba económicamente y la apoyaba en sus metas y
logros. Conoció nuevos amigos y conoció a su primer amor.
Iba los fines de semana a Salinas para no sentirse totalmente
desligada de su tierra y poder seguir viendo a su mamá y a
su hermano. Pero poco a poco, su papá cambio de actitud y
volvió a ser el mismo de siempre, un manipulador, egocéntrico
y machista. No la dejaba salir ni tampoco dejaba que vayan
sus compañeros de la universidad o sus amigos a la casa
porque decía que esos desconocidos podían entrar a su casa
a robar. Ana tenía que recibirlos en la calle. De igual manera,
si alguien la llamaba por teléfono, su papá les decía que Ana
había ido a Guayaquil a estudiar, no a hacer una vida social
y les tiraba el teléfono. Nunca supo del noviazgo de Ana, si
no tampoco se lo hubiera permitido. Si Ana tuvo novio, fue
porque era su compañero de clases y también porque ella le
aumentaba una hora de la salida de clases y una media hora
de cuando pasaba la buseta por la universidad. Así que tenía
una hora y media para poder convivir con su novio, sin sentir
estrés ni amargura por causa de su padre. Esas pocas horas
fueron las horas más felices de Ana. Su vida en Guayaquil
solo giraba alrededor de sus estudios.
La gota que derramó el vaso en esa vida llena de
limitaciones fue cuando el padre empezó a tirarle el teléfono
a la mamá de Ana cada vez que llamaba. Él ya no quería
que fuera a Salinas y ya no le daba dinero para el gasto de
la semana. Así que Ana decidió irse de allí. La mamá de Ana
fue a Guayaquil y le rentó un cuarto en la casa de una señora
que era conocida de una amiga de ella. Esta decisión marco
la vida de Ana para siempre, pues ya no contaba con el apoyo
económico de su padre y su madre no iba a poder con tantos
gastos. Además, su hermano David ya se iba a graduar de la
secundaria y también quería estudiar en una universidad. La
mamá de Ana les dijo que no iba a poder pagar dos carreras
universitarias y que no quería que sus hijos se quedaran
sin estudiar. Así que ella decidió que Ana y David fuesen a
41
Estados Unidos para culminar sus estudios. Esta decisión
dolió enormemente a Ana, pero ella no quería que su plan
de tener una maestría quedara en el olvido. Su corazón se
quedó en Salinas con su familia, sus amigos de toda la vida,
su perrito Azabache y su novio Tyrone.
Cuando Ana llegó a Los Ángeles una tarde de octubre,
sentía que estaba muerta en vida. Su mamá, su hermano y
ella llegaron con dos maletas cada uno. Lo que Ana sintió
cuando fue a vivir a Guayaquil, no se compara con lo que
sintió cuando llegó a aquel lugar. Lo que más le dolía era su
novio, lo extrañaba y tenía que consolarse solo con su voz. Él
la llamó todos los días durante los primeros cuatro meses,
pero después las llamadas bajaron a una vez por semana,
luego una vez al mes y así hasta desaparecer. Ana no hablaba
inglés y en California era raro encontrar personas de Ecuador.
Ana llegó a casa de una tía, pero desde el primer día que
llegó, su tía le dijo que en los Estados Unidos, la familia no
existía, que allí no había «Marías» que hicieran las cosas, ni
hijitos de mami que los mantengan. Le informó también que
tenía que pagarle la renta, la luz, el agua, el gas, el teléfono y
la comida; nada era gratis. Los primeros meses, la mamá de
Ana le pagaba todo con los ahorros traídos desde Ecuador. Lo
irónico de todo eso era que cuando la tía de Ana recibía sus
amistades y familiares, se llenaba la boca diciendo que había
ayudado a emigrar a su familia y que los estaba ayudando
hasta que se pudieran establecer.
Cuando Ana les preguntaba a sus primas por
universidades y sobre el proceso de aplicación, se burlaban.
Le decían que para qué preguntaba si no sabía hablar inglés,
que no entendían por qué había decidido vivir en California si
no sabía hacer nada y que si tanto quería estudiar inglés, que
se fuera a una escuela para adultos. Como Ana no conocía a
nadie, eso fue lo que hizo. Pero en la escuela para adultos, no
aprendió mucho inglés. El profesor pasaba hablando durante
semanas sobre el mismo tema porque todos tenían que estar
al mismo nivel. Así que sólo estuvo allí tres meses.
La mayoría de sus compañeros eran serviciales. Lo
malo, es que se burlaban de ella cada vez que hablaba;
le decían que hablaba chistoso, que no le entendían su
42
vocabulario. Así que ella tuvo que aprender el vocabulario de
ellos para que no se burlaran. Cada vez que Ana decía que era
de Ecuador, ellos ni siquiera sabían dónde quedaba. Lo peor
fue una vez que le preguntaron en qué parte de México estaba
su país. Un chico que conoció en la calle le dijo que fuera a
Cerritos College, que preguntara por la oficina de Financial
Aid y que llenara una aplicación llamada F.A.F.S.A. Le dijo que
la podía llenar en español y sin costo alguno. También, le dijo
que debía tomar unos exámenes, en los cuales evaluarían su
nivel de inglés y de matemáticas. Ana hizo todo lo que aquel
muchacho le aconsejó.
Un mes después recibió una carta diciéndole que
le iban a pagar los estudios, los libros, el transporte y otros
gastos. Ana estaba feliz de que al fin iba a poder estudiar. Sin
embargo, su tía se enfureció. Le dijo que ese dinero con el que
iba a estudiar y sobrevivir, era el dinero que le quitaban de su
cheque cada mes. Un año después, su hermano decidió irse a
vivir a Florida y Ana y su mamá decidieron vivir lejos de su
familia. El primer trabajo de Ana fue en la cocina de un Jack
in the Box porque no hablaba bien el inglés. No le gustaba,
pero tenía un trabajo. Reunió el suficiente dinero para viajar
a Ecuador, pero al regresar, sintió que todo había avanzado
sin ella. Sus amigos trataron de hacerla sentir bien, pero ya
no podían conversar de lo mismo. Su novio no era el mismo
con ella, hasta sus besos y abrazos no eran los mismos. Se dio
cuenta que ese lugar que tanto añoraba ya no existía, que se
había quedado en el tiempo, en su memoria, en su pasado y
que ya no era parte de su presente. Se sentía tan triste y vacía.
Ana se regresó a California a las dos semanas. Cuando llegó a
California, sentía que tampoco encajaba, sentía que no era de
ningún lugar. Pero su vida tenía que seguir y tenía que seguir
con su meta. Ella quería estudiar, tener un título universitario
y ser una profesional. Así que se enfocó en estudiar y mejorar
su inglés. En el college, le consiguieron un trabajo como
ayudante de maestra en una escuela elementaria y su vida
empezó a cambiar. Aplicó a la ciudadanía y se hizo ciudadana
americana en el 2005 porque su mamá se lo aconsejó. Ana
no quería porque ella se sentía orgullosa de sus raíces y de
su país, pero era indispensable si quería seguir viviendo
43
en Estados Unidos. Ella obtuvo su A.A. degree en Cerritos
College, su Bachelor’s en CSU Dominguez Hills y finalmente
decidió continuar con la maestría en CSU Fullerton.
La carta que tenía en sus manos era la respuesta de
que si había aprobado o no los exámenes de la maestría y si
se iba a poder graduar o no. Estaba tan nerviosa porque fue
muy difícil lograr sus objetivos en este país. Tuvo que cambiar
su forma de hablar, sus costumbres, su forma de ser y hasta
de pensar. Tenía una doble ciudadanía, que la partía en dos
para crear un centro que equilibrase todo en su vida, pero
que lamentablemente no la hacía ser parte ni de aquí ni de
allá en Ecuador. Un centro que le creo otra identidad, una
nueva persona que pudo a pesar de las dificultades avanzar y
trazar sus metas. Finalmente, abrió la carta y la respuesta fue
que sí había aprobado los exámenes y que se iba a graduar
con honores. Los profesores le habían otorgado el Promise
Professional Award. Estaba tan feliz que estaba llorando de
emoción y sintió que todo había valido la pena.

Ana Paola Molestina

44 45
Berna Muñoz
Percepción Perception

Tomo tu mano, Je te prends la main,

abres los ojos. tu ouvres les yeux.
Una ciudad poblada de tristezas se deja arrastrar por la luz. Une ville peuplée de tristesses se laisse emporter par la lumière.

A las tres de la mañana te dispones a cantar, A trois heures du matin tu t’apprêtes à chanter,
no cantas; tu ne chantes pas;
algo canta en tu mirada. quelque chose chante dans ton regard.

El sueño te dice que sí, Le sommeil te dit oui,

tú dices que no. toi tu dis non.
Digo lo que me dicta el sabor de tu cuello. Je dis ce que me dicte la saveur de ta nuque.
Un poema nos escribe en este momento. Un poème nous écrit à cet instant même.

Al tocarte, toco el viento, Lorsque je te touche, je touche le vent,

al tocar el viento te toco a ti. lorsque je touche le vent, c’est toi que je te touche.
Mis manos abren un hueco en tu memoria. Mes mains créent un espace dans ta mémoire.

La oscuridad aparece. L’obscurité apparaît.

La música danza con la noche. La musique danse avec la nuit.
Oscuridad, música, noche. Obscurité, musique, nuit.
En medio de este huracán de sombras, Au cœur de cet ouragan d’ombres,
tus ojos le hablan al silencio. tes yeux s’adressent au silence.

Las palabras que duermen de día, Les paroles qui dorment pendant le jour
esperan a la noche para abrir los ojos. attendent la nuit pour ouvrir les yeux.
Yo las encuentro en tu voz. Je les trouve dans ta voix.
Las pronuncias despacio; con tu acento lejano Tu les prononces lentement, avec ton accent lointain,
como una promesa, con tu acento cercano comme une promesse, avec ton accent proche,
como una promesa. comme une promesse.
No las reconozco, Je ne les reconnais pas,
ellas me reconocen a mí. ce sont elles qui me reconnaissent.

El invierno inicia su marcha hacia el sur. L’hiver entreprend sa marche vers le sud.
La pequeña lluvia nocturna de hoy se llama como tú. La petite pluie nocturne d’aujourd’hui s’appelle comme toi.
Desde hoy, le hablaré a la lluvia para que vengas. A partir d’aujourd’hui je parlerai à la pluie pour que tu viennes.

Samuel Rodríguez Medina Traducción de Oriane Brunet

46 47
 DE MESTIZAJES

Siempre me han gustado las manchas.

Irregulares,
masas deformes,
pueblos,
traumas de raza.

Son más que insensatas las manos que besas,

inmundas,
mestizas,
desafortunadamente indias.
Manchadas de revoluciones fallidas,
tercermundistas,
secas,
curtidas,
latinoamericanas insignificantes,
Bolivarianas.

Tus manos huelen a humedad,

a erudísmos
y a castigos.

Valentina Castro
Self Portrait

Luis Uip
48 49

El recorrido
La punta de mis pies. Mis dedos gordos. Mis uñas
rojas, recién pintadas. Debajo del esmalte casi fresco están
descascadas. Están débiles, se quiebran. No duele, pero se ve
mal. Mis pantorrillas perfectamente depiladas. Mis piernas
brillantes por la crema cara con olor a frutos rojos, un poco
ácida. Están llenas de cicatrices. En la derecha tengo incluso
aún sangre fresca. Siempre me rasco las piernas. Les clavo
las uñas profundamente para sentir el placer de aquel dolor
combinado con picazón. Nunca me doy cuenta cuando
comienzo a sangrar. Tengo varios tonos de amarillo en las
piernas, de hecho. Unas cicatrices son más blancas, otras
casi negras. Todas tienen un toque amarilloso. En la rodilla
izquierda tengo una inmensa. Una vez me subí a un columpio
parada. Pensé que podría pilotearlo como a una patineta
voladora, de esas que tenían los Power Rangers en esa época.
Estaba equivocada. Y por esos días me equivoqué tres veces
más; una en la bicicleta, otra en un tobogán. Ahora tengo
la cicatriz grande y con relieve que me recuerda que desde
pequeña he sido terca y que la televisión no debería servirme
jamás de inspiración para nada. En la pierna derecha tengo
una línea curva blanca, sin relieve; plana. Ese día tenía afán
y quería dejar el apartamento limpio rápidamente. David
no me avisó que el trapero estaba partido y tan solo medio
arreglado con un poco de cinta en el mango. El maldito mango
de aluminio me perforó la pierna al primer intento de trapear.
Se cayó la parte de arriba y con la punta mal cortada de la
parte de abajo me abrí la pierna, justo sobre la rodilla. Sangré
mucho. Lloré un poco. Pensé que debían cogerme puntos. A
50
David le pareció una exageración. Creo que debí ir a la clínica.
Ahora tengo la marca que me recuerda que, si creo que debo
hacer algo, no debería escuchar a nadie más. Más arriba están
mis estrías, producto de la retención de líquidos en la camilla.
Tres meses en cuidados intensivos y puedo leerlos en mis
piernas y caderas. Las estrías han ido disimulándose, antes
eran grandísimas. La piel llegó a colgarme. Después de estar
hinchada perdí mucho peso. 33 kilos hacen que el esqueleto se
forre sólo en un cuero débil y amarilloso. Ahora las estrías sólo
son oscuras y suaves. Al menos tengo de nuevo mis caderas
para adornarlas con ellas. Ellas me hablan del cuerpo y la
verga y media que vale tenerlo sin marcas. Y yo, que antes me
cuidaba tanto. Que quería tanto la piel lisa. Aquí comienza
lo bueno: la cicatriz de mi abdomen. Empieza tenue, delgada.
Tiene un hundimiento al comenzar. De ahí salía un tubo por
el que sacaban líquidos. No recuerdo como se llamaba, pero
recuerdo verlo deslizarse por mi orificio cuando los médicos
decidieron quitarlo. El líquido era amarillo claro, como pus.
Pero no era pus. La cicatriz del abdomen se va ensanchando
en tanto se acerca a los pechos. Parece una hoja de un árbol
con su respectivo tallo. Es linda. De alguna forma es linda. Una
vez un dramaturgo le hizo un poema mientras me follaba. Me
pidió permiso para venirse en ella. La lamió, la besó y le habló.
Uno se encuentra muchos locos en el mundo. Pero los locos
que quieren a mi cicatriz me gustan. La gente dice idioteces
sobre heroísmo y cosas por el estilo cuando la ven. Esos
discursos no me interesan mucho. Puede que sea herida de
guerra. Puede que sea lo que sea. No es símbolo de heroísmo.
Arriba de ella, mis senos. Solían ser más firmes. Cuando hacía
ejercicio el músculo era fuerte. Ahora son sólo pequeños. Y por
lo pequeños no se les nota mucho la flacidez. Pero son flácidos.
Sobre el seno derecho tengo la cicatriz del aparato ese para la
quimioterapia. Se ve siempre que me pongo blusas con escote.
O sea, siempre. Siempre llevo escote. Después viene mi cuello,
51
que también tiene dos marcas que me dejaron en cuidados
intensivos. Ahí iba un catéter. Estaba conectada hasta el orto.
Incluido mi pobre cuello. Cables por todos lados. Juan tiene
unas parecidas en su cuello. La de él fue una hospitalización
a los ocho meses por estafilococo. Era tan sólo un bebé, mi
pobre hermano. Ahora compartimos marcas en la piel.
Además de las mil cosas que ya compartíamos. Mis labios
tienen restos de labial rojo de anoche. Labial barato. Un euro
veinte, creo. Anoche, que me maquillé a las once para salir
en medio de un arranque absurdo a buscar a Emanuel. A
Emanuel, sí, a Emanuel otra vez. Anoche, que debí quedarme
en casa descansando después del tratamiento por el que
estuve hospitalizada dos días, y por el cual acababa de llegar
de la clínica hacía tan sólo seis horas. Anoche está en mis
labios desgastados con el rojo mal pintando. Y mis ojos, con
la pestañina regada en los párpados. Rojo y negro en mi cara.
Rojo y negro en mi alma. ¡Ah, qué poética! No, no, la verdad
es que no. ¡Qué pendeja! Y mi pelo. Mi pelo desorganizado.
Corto. Muy corto. No tan corto. Ha crecido desde que terminé
la quimioterapia. Ha crecido cómo ocho centímetros. No
está corto. Está casi largo. Parece que me lo hubiera cortado
voluntariamente en un intento de lucir a la vanguardia. Todo
parece intencional aquí sentada frente al espejo. Todo parece
sutil cuando estás semidesnuda en tu cuarto y nadie pregunta
nada, nadie dice nada, nadie sabe nada. Ella me mira y yo la
miro. Yo le leo el cuerpo y luego sigo.

Melisa Paz Gómez

52 53
 neaking
Br ws Última Hora
E n un mundo de ide-
as oscuras y men-
tes opacas, de puertas
cerradas y prisas cons-
tantes, sin saber muy
bien cómo, ni por qué,
ha nacido una persona
capaz de ver la vida
más allá del blanco y
negro. Tal ha sido el
revuelo causado por
tamaño acontecimiento,
que las autoridades
enfermizas han decidi- José Bañuelos
do ponerla en cuaren-
tena ante el inminente
riesgo de un posible
contagio que saque al
mundo de su dicotomía
bicolor. Los médicos,
que califican el suce-
so de milagro, se pre-
guntan cómo es posible
que en un mundo gris,
haya nacido de repente
y de la nada, una per-
sona capaz de ver la
1M vida de colores.
54 Miguel Herranz 55
 El malevo de la calle Camiri
A Antonio Saravia,
el verdadero malevo
e inspirador
de esta historia
El Pipito Saravia (así lo llamaban en el bar-
rio) había sido siempre respetado por sus compañe-
ros de la escuela. Sus mejores amigos admiraban su
habilidad y destreza en la cancha de fútbol, las
niñas más coquetas suspiraban al verlo mascar chi-
cle durante las tediosas clases de historia. Esta-
ban también quienes lo envidiaban, ellos, los “pe-
queñitos” (así los llamaba el Pipito), temblaban
al verlo pasar. Era un niño impulsivo y aguerrido.
Creo que por aquella época algunos comenzaron a
llamarlo “el feroz malevo de la calle Camiri”.
Ya nadie recuerda exactamente bien qué fue lo
que pasó entre él y el Rubio Zimerman. Muchos ase-
guran que en algún momento fueron amigos insepa-
rables y por asuntos de “falditas” terminaron odi-
ándose brutalmente. Los más venenosos creen que el
Rubio Zimerman siempre había estado secretamente
enamorado del Pipito. La verdadera razón tampoco
importa demasiado. Una disputa en el recreo, una
apuesta perdida, un gol en contra, nadie lo sabe.
El asunto es que el Pipito comenzó a resentir al
Rubio Zimerman de una manera absurda y obsesiva.
No soportaba verlo caminar, hablar, reír ni jugar
al fútbol. No toleraba su mera existencia. Así
como un parásito que se instala en el cuerpo de un
animal hasta hacerlo morir, así era el odio que
iba creciendo en las entrañas del Pipito.
Una mañana fresca y luminosa, los padres le
recordaron que en dos días iban a mudarse de ciu-
dad, por lo tanto que fuera preparando sus maletas
56
edededededededededede
dedededededededededed
y juguetes. A partir de ese instante un único
objetivo se apoderó de su mente: encontrarse
con el Rubio Zimerman y darle su merecido.
Comenzó entonces una búsqueda sin descanso ni
respiro. Recorrió todos los rincones, patios,
calles y callejuelas posibles de Camiri, y
nada. Al Rubio se lo había tragado la faz de
la tierra. Del enojo pasó a una profunda an-
gustia. ¿Cómo podía estar esto pasando? ¿Se
iría de la ciudad así tan panchamente y deja-
ría a la rata esa en libertad? Nunca había
sido un niño creyente, pero la noche antes de
su partida rezó y rezó, pidiéndole a algún
ángel piadoso que le pusiera al desagradable
del Rubio Zimerman en su camino. Deseaba no-
quearlo con dos firmes golpes en la nariz. Sólo
eso. No era mucho pedir después de todo.
A la mañana siguiente se despertó y sa-
lió ansioso a la calle esperando quizás un
milagro. La calle estaba desierta, ni una
mosca volaba por allí. Totalmente desanimado
comenzó a embalar las cajas y a cargarlas en
la camioneta de su padre. Miraba el reloj y
los alrededores con desesperación. Nunca más
iba a volver a ver al Rubio Zimerman, nunca
más iba a tener la oportunidad de romperle
la nariz. Esa maldita laucha cobarde estaría
probablemente festejando su partida, esperan-
do que se largara de allí para por fin salir a
caminar libremente.
Cuando ya no quedaban más cajas, de pron-
to ocurrió lo imposible. De la polvorienta y
57
solitaria calle Camiri, bajaba de la manera más
fresca y relajada el Rubio Zimerman. El corazón del
Pipito empezó a latir tanto que parecía que iba a
explotar. Sus manos comenzaron a transpirar y sin
pensarlo dos veces, fue en su búsqueda. Una vez que
lo tuvo en frente, lo arrastró con toda la furia
contra una pared, levantó su puño bien alto y lo
miró con intensidad criminal a los ojos. El Rubio
Zimerman temblaba y su cara expresaba terror, mas
no sorpresa, como si hubiese sabido que ese ins-
tante era imposible de eludir. El Pipito que había
esperado con tantas ansias ese momento único e ir-
repetible, bajó el puño y lo dejó ir. Creo que por
aquella época algunos comenzaron a llamarlo “el no-
ble malevo de la calle Camiri”.

Clara Mengolini

58 5959

Tres
escenas
románticas
I del cine de clase B.
Primero fue un pestañeo
como si desde la usina
nos hicieran una broma infantil,
pero en seguida el bar quedó a oscuras
y los superyós
de una decena de parroquianos
encendimos nuestros teléfonos móviles
cual bujías futuristas
o espantapájaros
de las pulsiones cavernarias
que trajo el apagón.
Por la ventana redescubrimos
la plaza de enfrente
convertida en valle lunar.
Vamos me dijo ella,
pagué y cruzamos la calle.
Buscando un banco a tientas
nos sentimos los adelantados
en la conquista de un mundo tenue.
i l i ano
m las monogámicas esposas
Maxi i s tán
Sac r
60
II
Pusiste la casa a oscuras
para que la torta incendiaria
avanzara por el pasillo
y aterrizara en el centro de la mesa
como un plato volador
No valen la pena
tantos efectos especiales
hubiera querido decirle
a tu sonrisa de madre de relevo
iluminada en contrapicado.
Sin embargo usé el aliento
para soplar las cuarenta velitas
de aquella sonata de otoño
a cuatro manos.
III
Mis muñecas maniatadas
entre hilos amarillos
como quien señalara
el segmento A-B.
Soy tu atento marido
y en la matriz misma del hogar
te ayudo a desenredar
la madeja de lana
de la bufanda prometida.
Se me ocurre (pero lo callo)
que ésta sería una buena metáfora
para simbolizar
de la feliz vida en pareja.
61
 Katja
Silencio
siempre ha tenido muchas preguntas.
Desde pequeña ha querido siempre saber el qué, cómo,
cuándo, dónde y por qué de todo lo que la rodeaba. No es
que ahora sea muy mayor, cuando apenas acaba de cumplir
unos quince mal celebrados que ya le pesan como toda una
existencia inmortal a sus espaldas. De niña jamás habría
imaginado que su vida sería lo que es ahora. Está cansada,
siempre cansada, siempre con los ojos vidriosos, las sonrisas
moribundas y la respiración de un animal herido. A veces
para y se da cuenta de que hay algo que se le ha consumido
por dentro: no hay dolor, pero tampoco es capaz de sentir
felicidad, ya no. Sólo sobrevive, un día tras otro, es su única
meta. Cuando piensa en lo que ha cambiado, siente nostalgia,
porque no siempre ha sido así. Nunca fue especialmente
inteligente, pero sí lo bastante como para saber que, en esta
vida, lo mejor que podía hacer era conservar su curiosidad,
intacta pero disimulada, como eterna compañera.
Se pasó desde que aprendió a hablar hasta los siete años
pidiendo explicaciones de todo y a todos. Luego aprendió a
callarse para evitar los moratones escondidos y los golpes
que nunca veía venir ni podía evitar. Después se dio cuenta
de que, a veces, era mejor saber poco. Por su propio bien. Era
mejor no saber dónde se escondía su padre cuando aquellos
hombres armados aparecían en la puerta preguntando por
él, en mitad de la madrugada, ni tampoco quién era el señor
desaliñado, pálido y gordo que se llevaba a su madre y la
devolvía al cabo de un par de semanas con los ojos rojos y
las manos temblorosas. Ahora, Katja quiere saber de nuevo y
muchas veces lo consigue, pero no comprende. No sabe leer.
Su hermano era el único de la familia que podría haberle
enseñado, pero una noche cualquiera, cuando ella tenía cinco
años, salió a la taberna para encontrarse con sus amigos.
Víctor Hugo Toledo Aguilar Encontraron su cuerpo congelado en mitad del camino a la
mañana siguiente, con un tiro entre los ojos y los bolsillos

62 63
llenos de deudas. Quizás si ella hubiera tenido el valor de
pedir que le enseñase antes de que el juego se le fuera de las
manos, ahora sería más fácil entender la vida que la rodea.
Ha empezado a darse cuenta de que su corta existencia se
caracteriza por todas las cosas que no hizo y debería haber
hecho.
Katja siempre ha tenido dudas que no se ha atrevido
a consultar. No sabe por qué tiene que ser ella y no su padre
(que se pasa la vida zascandileando sin hacer nada) quien
se encargue de mantener la casa decente y la comida en la
mesa, y de cuidar a su hermanito pequeño (al que papá llama
bastardo a gritos cuando se pone a llorar, aunque ella tampoco
sabe qué significa esa palabra). Tampoco sabe por qué Andrej
dejó de visitarla y ahora siempre le vuelve la cara cuando se
cruzan. Le echa de menos, pero (y esto sí que lo sabe) no se lo
dirá, porque el orgullo herido duele.
Otra cosa que sabe, pero de la que no siempre es
consciente, es que es guapa. El pelo rojo se le ondula cerca
de las puntas y tiene los ojos grises y brillantes; sus mejillas
están de continuo encendidas por el trabajo, y su piel, aunque
a veces manchada de tizne negro, es blanca y con pecas. Su
figura es esbelta y no hay un gramo en su fino cuerpo que
no sea músculo fruto de puro ajetreo. Pero, aun así, Andrej
dejó de acercarse a ella, así que, ¿qué más le da? De todas
maneras, él ya no volverá a estirarle los mechones que se
le escapan del moño ni a darle golpecitos en la nariz para
llamar su atención, esos detalles han quedado atrás. Ahora
mismo la rodean docenas de cosas que no comprende, pero
tiene muy claro que, de no ser por su físico, no estaría donde
está. No la habrían aceptado si no fuese guapa. Ha sido eso
lo que la ha sacado de su hogar para llevarla a otro mundo
completamente distinto. En él, aparte de contemplar sucesos
extraños que no puede explicarse, ha aprendido algunos
gestos que la ayudan en el día a día. Quizás tampoco entienda
la mayoría, pero sabe que, si los hace, no hay problemas, y
ella sigue lejos de la casa llena de miseria en la que estuvo
hasta hace unas semanas. Ya no hay más golpes.
Fue un viaje extraño, con nieve, viento, miedo y
silencio. Acompañada de otras como ella, que observaban
64
a su alrededor con ojos de cervatillo, con la inocencia aún
intacta aunque al borde del precipicio. Se sentaron en el suelo
del tren sin hacer contacto visual y sin cruzar una palabra,
estrujándose las manos, apretando los labios. Las chicas que
viven con ella tienen casi todas su misma edad, quizás un poco
mayores o más pequeñas, pero las únicas personas que superan
los veinte años son Dedos y la rubia (y los llama así porque al
primero le faltan tres en la mano izquierda, y de la segunda es
lo único que sabe, ya que no hablan). Ellos aparecen casi todos
los días, si no uno el otro, para controlarlas y decirles lo que
tienen que hacer o llevarles cosas.
Las chicas no se hacen preguntas como ella, o por lo
menos no las comparten, aunque tampoco sería sencillo,
porque no hay dos que hablen el mismo idioma ni se parezcan.
Solamente callan y se miran los zapatos, sumisas y apagadas,
juventud marchita. Las hay castañas, rubias, morenas y
pelirrojas como ella, más altas o más bajas, todas delgadas y
de buena figura (unas más que otras), y a todas, ella incluida,
las visten de forma parecida: faldas cortas, camisetas escasas,
ropa interior de encaje (las que la llevan) y zapatos incómodos
con mucho tacón. Cuando hace frío, si tienen que salir, les dan
botas, también muy altas y bastante feas, pero nadie rechista.
Por lo general es la rubia quien las viste y maquilla, y
Dedos quien las orquesta. Las deja en casa, las baja al club
o las saca a la calle y las aposta más o menos por la misma
zona, a las afueras del parque. Y Katja sólo tiene que sonreír,
llevar la ropa que le dan y no decir nada que no sea la única
palabra que le han enseñado: Cien. Se la dice a quienes paran
sus coches a su lado o la agarran mientras baila o sirve mesas
en el club, aún con menos ropa.
Y luego todo viene a ser casi siempre lo mismo, como le
enseñó Masha antes de desaparecer, la única que hablaba un
poco su idioma. Dejarse acariciar, sonreír, dejarse desnudar y
seguir sonriendo, tocar y ser tocada, gemir en los momentos
precisos, moverse, seguir un ritmo. Y, sobre todo, no hablar, no
quejarse, no poner malas caras. Una hora después, ella vuelve
a estar en la calle y tiene cien en el bolso. A veces le hacen fotos
y hubo un tipo que grabó lo que hicieron en vídeo. A ella le da
igual mientras le paguen.
65
 No sabe qué juego es ni tampoco sabía que tendría que
participar cuando la sacaron de su casa. Nadie le explicó las
reglas al subirse al barco o al tren después. No tiene ni idea de
en qué país está, pero sabe que hay coches en las calles, que no
nieva, que no tiene que ocuparse de una casa ni esquivar a un
padre borracho. Ni siquiera sabe cómo se llama lo que hace
todas las noches con esos hombres (aunque sospecha que es
aquello que Madre no quería que hiciera con Andrej cuando
los dos desaparecían un par de horas para dar un paseo por
el bosque). Sólo ve que ha salido de una cárcel para meterse
en otra, porque, aunque no se lo cuente nadie, es capaz de
imaginar lo que les pasa a sus compañeras cuando replican a
Dedos y éste se las lleva enfurecido para no volverlas a traer.
Por la mañana, vuelven a casa y duermen tiradas por el
suelo de un piso que no tiene muebles. Suelen volver todas,
pero a veces no es así. Cuando se dan cuenta, la habitación
cambia un silencio sumiso por otro de pena. Algunas lloran su
inocencia perdida en gotas de sal que escuecen en las heridas,
luchando por no ser oídas y escondiendo la cara hacia la pared
para que no las vean. Otras aprietan la mandíbula con rabia Mario Serrano Avelar
contenida, jurando por dentro en trece lenguas distintas, y se
mantienen muy quietas en su sitio, sin poder dormir.
Pero todas callan y se siguen mirando los zapatos.

Claudia González Rivas

66 67
25
Raise your words, not your voice
World falling apart, no one cares
all they care about is their own flames
burning from inside out. They try-
to keep them buried but they will no longer stay still.

These flames would burn down the world

if only we were brave enough to speak,
clearly and precise with no raise,
neither violence in our actions.

This will no longer be an empty threat

but a revolution on how long can we keep quiet;
without burning ourselves with it and
digging our own graves.

So, speak up, the moment is now.

No el
ll
Va
é
ia
s

68 69
Latigazo—Didier Barrera
Contaminación Visual

7070
Jorge A. Pérez Torres71
 Le ragazze-leone
Alberto Arecchi

Notte di luna nuova, nella savana. Le ombre si sono

impadronite del mondo intero, delle cose inanimate e degli
esseri viventi dormienti. In notti come questa, la credenza
tradizionale ritiene che gli spiriti immondi possano uscire
dalla boscaglia, per contaminare il mondo degli uomini. Nel
buio, il villaggio dorme. Solo gli occhi dei rapaci predatori
riescono a distinguere le sagome dei viventi. Di tanto in tanto,
il grido o lo squittio disperato d’una vittima segnala che un
predatore si è guadagnato il proprio pasto.
Quattro ombre furtive superano il recinto spinoso,
posto come una barriera protettiva intorno alle case, incuranti
dei feticci che vigilano a tener lontani gli spiriti del male. Il
cane che fa la guardia alla capanna si scuote, in un fremito
allarmato. Ha appena il tempo di girarsi su se stesso, ma non
riesce ad emettere neppure un rantolo. Affoga in un rigurgito
di sangue, con la gola squarciata da lunghi artigli affilati.
Passi furtivi s’introducono attraverso la porta, ormai priva di
protezione. In pochi istanti, la tragedia si compie. Un odore
lugubre di morte impregna l’aria del piccolo ambiente. Una
cappa gelida sembra aver attanagliato le viscere del mondo,
nel silenzio più irreale. Dagli alberi, al limitare della radura,
una civetta si getta su un roditore, ancora ignaro della propria
sorte, l’afferra e lo solleva negli artigli, sino al ramo più alto,
Camaleón emettendo un cupo richiamo, quasi in segno di soddisfazione
Obed González e di trionfo.
Le sagome furtive escono dal villaggio, lasciando dietro
di sé impronte lorde di sangue e segni d’artigli affilati. Non
hanno più bisogno di nascondersi. Non si muovono più come
belve, nella pallida luce delle stelle. L’aspetto esteriore ricorda
la pelliccia dei felini, le orme sono quelle dei predatori, ma i
fantasmi cupi camminano su due sole zampe, pur procedendo
acquattati come iene. Non appoggiano veramente al suolo

72 73
le zampe anteriori, lo sfiorano soltanto. Si allontanano in
silenzio, verso la collina. In alto, su un terrazzo dominante, il
gruppo si ferma e si volta a guardare. Solo allora, tutte insieme,
le ombre misteriose si liberano delle pellicce, delle affilate
unghie d’acciaio che rivestivano le loro dita, e si scatenano in
una sarabanda sfrenata, emettendo urla belluine. Belve feroci,
scarmigliate, che emettono cascate di risate sguaiate, come iene,
ma si direbbero ragazzine, dalle fattezze umane. Laggiù, i cani si
svegliano e riempiono la vallata di latrati, ormai inutili.
L’alba dirada le paure della notte. La piccola Abla si
sveglia sempre per prima, come ogni mattina, ed esce dalla
capanna, per andare al pozzo a prendere l’acqua. Scopre così nei
primi chiarori una lunga scia di sangue, che parte dal recinto dei
vicini e va a raggiungere il limite della boscaglia. La ragazzina si
mette a correre per tutto il villaggio e sveglia la gente, chiama
a raccolta con alte grida. Gli uomini si armano ed entrano nel
recinto del sangue. Vedono il cane decapitato, scoprono l’intera
famiglia sgozzata nel sonno: il corpo di Oxu, l’uomo più valoroso
della tribù, giace scomposto e lacerato, con la moglie, gli anziani
genitori e i due bambini, in un’oscena poltiglia di color rosso
scuro, tra mosche, zanzare e scarafaggi, già attratti dall’odore
del sangue rappreso.
Mi trovavo in un Paese dell Africa Centrale, come
consulente d’un progetto di sviluppo. È meglio che non vi riveli
il nome del Paese né la località, per garantire la mia e la vostra
tranquillità. Un giorno, mi capitò di leggere su un quotidiano
locale la notizia d’un processo. Il cronista si soffermava con
macabro gusto sui particolari più cupi della vicenda. Si trattava
d’un gruppo di ragazze, ra­pite da piccole in alcuni villaggi
rurali. Rinchiuse per anni in gabbie, erano state addestrate a
comportarsi come belve carnivore. Mantenute in condizioni
di vita subumane, abituate a nutrirsi esclusivamente di carne
cruda e sanguinolenta, costrette a catturare piccole prede per
cibarsene. Una volta completato l’addestramento ferino, erano
state usate per compiere assassini su commissione. Partivano
in gruppo per colpire le vittime designate, coperte da pellicce
fresche, che emanavano un forte odore di fiere, con affilati artigli
metallici alle mani. La loro azione era difficile da distinguere da
un attacco di vere fiere predatrici, se non per una caratteristica
74
tipicamente umana: tutte le belve, in natura, uccidono soltanto
per nutrirsi o per sfamare i propri piccoli; solo gli animali
impazziti –e naturalmente l’uomo– uccidono in assenza degli
stimoli della fame.
Le donne-leone, donne-leopardo o donne-iena, erano
una tradizione antica dei rituali sciamanici dell’Africa. Nella
società d’oggi l’usanza sopravvive, sporadica e segreta, come
una forma di plagio, controllata da personaggi temibili, dal
comportamento criminale. Le ragazze formano piccoli gruppi
di sicari imprendibili e uccidono i nemici dei loro “padroni”,
per motivi di rancore, di vendetta o di rivalità. Quante stragi,
ufficialmente addebitate ad animali feroci, potrebbero in realtà
far capo ai gruppi criminosi delle ragazze-belve assassine?
Quel processo mi aveva intrigato e decisi di svolgere
un’accurata ricerca sugli articoli della stampa locale. Riuscii
ad intervistare gli avvocati degli imputati e il professor Mbé,
docente d’antropologia criminale. Infine, la mia curiosità mi
spinse a partire verso i luoghi che erano stati teatro delle stragi.
In tre villaggi, non lontani dalle sponde d’un gran lago,
raccolsi testimonianze di tradizioni che mi sembrarono molto
interessanti. Esistevano sistemi di potere occulto, nelle foreste
del cuore dell’Africa, che non esitavano a porsi al servizio di chi
pagasse abbastanza per compiere un assassinio. Lo strumento
di morte erano quelle povere ragazze, rapite e allevate in
gabbie, nutrite di carne sanguinolenta, infine addestrate ad
uccidere per avere la loro ricompensa. I travestimenti ferini
delle giovani assassine diffondevano il terrore. Si sapeva e non
si sapeva, ma soprattutto si temeva di dire o di vedere troppo.
Una domanda, una parola, un gesto, una foto potevano essere
pericolosi, tanto per l’imprudente autore quanto per i suoi
contatti.
Rimasi a lungo febbricitante, pervaso dal timore che
una qualsiasi delle infermiere, che si avvicinavano al mio
letto, potesse essere un’accolita della setta demoniaca che mi
ossessionava. Per mesi ho sognato d’essere perseguitato dalle
donne-leone e dai loro “imprenditori”. Finalmente, ne sono
uscito. Mi sono sforzato con tutto me stesso per dimenticare
tutto ciò che potesse richiamare in me gli oscuri terrori delle
foreste primordiali.
75
 Ieri pomeriggio, un’immagine inquietante è ricomparsa
dal fondo del mio inconscio. Una rivista con articoli sul
continente africano era posata sul tavolino, nell’anticamera
del dentista. Il televisore, nella sala d’attesa, era sintonizzato
su una di quelle terribili, allucinanti trasmissioni del primo
pomeriggio: un’improbabile ballerina e cantante si stava
confrontando in un duello amoroso con un Rodolfo Valentino
di borgata.
Ho cercato d’estraniarmi, mi sono immerso totalmente
nella lettura della rivista. Non saprei ricordarmi di cosa
trattasse esattamente l’articolo che mi ha colpito: di guerre, di
soldati-bambino e dei più deboli ridotti in schiavitù, o forse di Te vi en Belén.
tranquilli safari fotografici. Fatto sta che i quindici anni della
mia vita, trascorsi in Africa, sono riemersi con prepotenza Estuviste plantada en la tierra dulce,
dagli archivi della memoria. Soprattutto, è riemerso “quel” y de tus brazos pendieron las frutas sagradas,
capitolo della mia vita. Sento nelle narici l’odore irritante atractivas, secretas, llenas de palabras antiguas.
del sangue ristagnato, mi ronza nelle orecchie il volo delle Me hiciste fijarme en ti;
mosche, intorno ad una capanna colpita dall’ala della morte.
Rivedo quei poveri corpi lacerati. Non riesco più ad ignorare quería morirme para descomponerme
immagini e sensazioni che avevo tentato di rimuovere. bajo tus raíces enredadas. Belén
Notte d’estate. Nel parco, a poche centinaia di metri da Fuiste bastante poderosa,
casa mia, un’altra vittima. Certe mattine, sembra di leggere
en aquel momento transitorio, Nissim Lebovits
i bollettini di una guerra, combattuta per le strade, mentre
dormivamo pacificamente ignari. Ogni notte c’è qualche para llenarlo todo:
morto. Le due vittime di stanotte, però, sono state piuttosto el universo amurallado del patio,
inusuali. Le loro ferite sono troppo simili a lacerazioni d’artigli esta boca,
metallici. Ritorna l’incubo che mi ha perseguitato, come se
la lettura di quel giornale avesse riaperto una piaga ancora el espacio entre sombra y sustancia.
sanguinante, evocando una terribile presenza che cercavo di Me dejaste con visiones impresionantes,
escludere dalla mia memoria. Le ragazze-leone sono calate tra sueños que confunden.
noi. Il quotidiano oggi scrive che le impronte d’una gigantesca
pantera sono state individuate nel parco. Le forze dell’ordine Tú fuiste aquellos naranjos,
le stanno dando la caccia, ancorché non siano convinte inescrutable, escondida por sus hojas terrenales,
dell’esistenza della fiera. Io credo di sapere, nel mio intimo, chi y desde que te vi
ha commesso l’ultima strage e so che i battitori non troveranno fuera de la iglesia,
nessun felino… ma chi mi crederebbe, se raccontassi gli incubi
che popolano la mia memoria? no he respirado en una eternidad.

76 77
 IVO Morales

78 79
 El savi sempre vol aprendre,
l’ignorant vol ensenyar.

Me aferro a ti
mientras el mundo se derrumba a mis pies Què és un savi?
y el odio me despierta entre noche
Aquell que aprèn sempre.

JOSÉ RAMÓN IBOR I OROVAL

y las aceras se cubren de hielo.
Aquell que sempre aprèn.
Despierta ejerzo mi locura Aquell que vol aprendre.
labrando imágenes desatendidas Aquell que sap aprendre.
y polvorientas. Aquell que mai deixa d’aprendre.
Gano a la vida
ya malgasté muchos años Qui és un ignorant?
en quimeras Aquell que vol ensenyar sempre.
en dolorosas dudas Aquell que sempre vol ensenyar.
balanceándome torpemente en mis manos. Aquell que pretén donar lliçons.
Aquell que diu que les dona.
No quiero
entregar mis miedos Aquell que es creu ensenyador.
Isabel Gómez Sobrino

y mis deseos Aquell que creu saber ensenyar.

al sueño Aquell que creu saber.
para que juegue con ellos
y los mezcle
Tots dos són contraris.
a su azar.
Tots dos són diferents,
Me aferro a ti encara que l’u sap,
hasta que un día caiga rendida i l’altre creu saber.
con los ojos abiertos
en la fría tierra
que aguarda
inevitablemente
mi llegada.
80 81
82
Eres una abstracción

más fuerte cada hora,

con un acento francés

como lino desapretado.

Me pareces una pionera,

amo tus mechones cobres

moviéndote distintamente,

Ay, olvida tu alma, tu coño;

un acento como vino blanco,

intrépida en tu columpio de cuerda,

y las manchas de hierba en tus rodillas.

dejando atrás una atmósfera de espirales.
Nissim Lebovits
Abstracción

L
S
C
E

E
A

A
P
P
Ñ
U
M

SUSSY SANTANA
DE

Llevarnos al matadero donde todos saben que una mujer sin lengua es un pueblo sin futuro
Vendernos por libra al mejor reguetonero:
Ratatá, ratatá
Todos aman las camisetas mojadas hasta que son sus hijas las concursantes
Esta mañana en Boca Chica hay una chica muy chica y duele
Dale pezón al son, pa’ que lloren
Dale pezón al son, pa’ que lloren
Llevarnos al matadero maquilladas porque primero muertas que sencillas y muertas estamos
Hacer de tripas corazón, sin latidos
Recordarnos que en la cocina nacen todos los vicios
Y si como camino cocino: Prepárate
Dale pezón al son pa’ que lloren
Dale pezón al son pa’ que lloren
Llevarnos al matadero en donde todos los carniceros fueron criados a son de pezón para
que no lloraran.
83
 Rostro del tejido
social en México
Pajaronte
BESTIARIO
MEXICANO

Camaleón

Cipactli

O
B
González
ad
rea
lid D
a
del
ga
Fu

84 85
 A guitarra galega
C
onhecida como
viola em Portugal
e violão no Brasil,
a guitarra é Alta Idade Média, a primeira
atualmente um instrumento
bastante definido e concreto
que, pelo seu extenso passa-
do, tem a honra de possuir
diversos nomes ao longo do
mundo. A guitarra não é exa-
tamente a guitarra eléctrica,
nem a guitarra acústica, que
são instrumentos derivados
dela, mas aquele cordofone
de mastro, feito inteiramen-
te de madeira, de seis cordas
simples e caixa comprida,
que possui uma voz doce
e suave se for tocado com
delicadeza e, ao tempo, um
som penetrante se rasgado
e percutido com habilida-
de, um instrumento ideal
tanto para acompanhar a
voz humana quanto para
tocar a solo e em conjun-
to, cujo reportório permite
a interpretação de música
desde o Renascimento até
à atualidade. A guitarra tem
presença e antecedentes na
86
Galiza documentados desde
o século XII. As diversas
épocas da nossa história: a
onda capitalista das desco-
bertas e navegações, os sé-
culos complicados do XVII
e XVIII, o luminoso XIX e o
terrível XX até à atualidade,
foram testemunhas do em-
prego popular e erudito dos
diferentes tipos de guitarras
pelas gentes galegas.
Quando na península ibé-
rica começaram a definir-se
os novos Estados-Nação,
construídos a raíz da cha-
mada revolução francesa,
surgiram as primeiras ne-
cessidades de coexão das
populações. A música era
um dos elementos emprega-
dos nessa unificação popu-
lar e constituição identitária
das novas comunidades. Em
Portugal, durante o século
XVIII e graças à relação
intensa com a Inglaterra,
foi-se recuperando um
antigo instrumento que
também empregavam os ingleses e chamavam de guitarra
inglesa. Já no XIX esse instrumento autóctone de caixa em
forma de pêra passou a conhecer-se como guitarra portu-
guesa. A presença do adjetivo como atributo nacional fazia
parte da construção e concorrência política e económica.
Em paralelo, o reino de Castela tinha em todos os territórios
um uso muito presente de
diversos tipos de guitarras, As questões políticas
que nisso não era diferente não nos devem
de Portugal, mas na altura
ainda não estava a construir
fazer esquecer que
a sua identidade nacional os diversos tipos de
arredor da guitarra espanho- guitarras, violas,
la. Isso acontecerá definiti-
vamente no século XX, em bandolins e alaúdes
especial no último terço. têm e tiveram desde
Galiza, frente à formação
falida do Estado-Nação
sempre uso popular e
espanhol, desenvolve no erudito na Galiza.
século XIX um referente
musical próprio como instrumento galego identitário: A
gaita galega será a escolhida, dentre os numerosos instru-
mentos galegos, pela sua origem celta, o som poderoso e a
beleza melódica indiscutível. O mesmo processo acontece
nas outras nações da Espanha. O desenvolvimento plurina-
cional provocou a adoção de instrumentos musicais diversos
em cada um dos territórios, sendo que a construção músi-
co-ideológica da guitarra espanhola nasceu e se constituiu
através da música andaluza e castelhana. Mas as questões
políticas não nos devem fazer esquecer que os diversos tipos
de guitarras, violas, bandolins e alaúdes têm e tiveram desde
sempre uso popular e erudito na Galiza. Como instrumentos
galegos a tocar música galega foram veículos de cultura e
também de coesão social.
87
 A questão etimológica:
Cithara, guitarra, viola,
violão
Cithara é uma palavra grega
de significado genérico que
por todas as culturas e lín-
guas pelas que passou refe-
riu instrumentos cordofones
de todo tipo: com mastro,
como guitarras e alaúdes,
ou sem mastro, como harpas
e saltérios. Sem dúvida na
Grécia clássica todos esses
instrumentos eram de uso
quotidiano. Mas esse sig-
nificado geral do termo ci-
thara quebrou a cabeça de
não poucos historiadores da
música que tempo depois
quiseram sistematizar o
estudo da enorme família
das guitarras. Num momen-
to dado, o nome cithara e
os seus derivados começa a
aplicar-se em toda a Europa
só aos cordofones dedilha-
dos de mastro. Nessa altura,
que coincide com a confor-
mação das línguas europeias
modernas derivadas ou não
88
do latim, mas sempre muito
influídas por ele, é que apa-
recem as inúmeras varian-
tes do termo: Cythre, cistre,
cedra, guitthare, guiterne, gui-
tarra e muitíssimas mais que
não cabem no espaço deste
artigo. Todas essas varian-
tes continuaram a manter
o significado genérico do
original cithara, ainda que
agora especializado nos cor-
dofones de mastro. Assim, o
francês Carpentier em 1771
publica um método para
“l’instrument appellé Cytre où
Guitthare”. Outros métodos
para guitarra são ilustrados
com cordofones com caixa
em forma de pêra, como
a guitarra portuguesa. No
âmbito académico atual, este
tipo de caixa de ressonância
costuma associar-se com a
palavra cistre. Mas tendo em
conta a história do termo e
dos instrumentos represen-
tados por ele não parece ser
de importância essa varia-
ção nominativa para a sua
identificação.
Por outro lado aparece a pala-
vra viola. Segundo Coromines,
o grande etimologista cata-
lão, pode ser palavra occita-
na (occ. viula > germ. fidula)
cuja etimologia não é latina.
For occitana ou de uma outra
língua românica ou germáni-
ca, viola resulta ser uma pa-
lavra autóctone, quer dizer,
pré-românica e não latina.
Sendo assim, temos ao longo
da história duas palavras, uma
greco-latina e outra autócto-
ne, a referir o mesmo tipo
de cordofones dedilhados
de mastro. Daí o mistério de
que em Portugal as guitarras
sejam chamadas de violas, e
no resto da Europa as violas
sejam chamadas de guitarras.
Portugal mantém ambas as
palavras em uso até à atuali-
dade, de forma que as guitar-
ras populares como a brague-
sa, a amarantina, a toeira, são
chamadas de violas da terra. E
as guitarras são a portuguesa
que é cistre e a dita guitarra
clássica, cujo estudo erudito
adotou a palavra empregue
já internacionalmente. De
resto, o termo mantem-se
para as violas de arco. Mas,
como acontecia antes com as
questões políticas, que estas
questões etimológicas e as di-
versas denominações não nos
impeçam perceber que o ins-
trumento, chame-se viola ou
guitarra, é o mesmo e as suas
variantes pertencem todas a
uma mesma grande família.
Portugal também conservou
em uso um número elevado
de guitarras, ou violas, que
servem hoje de exemplo da
variedade destes instrumen-
tos, por sua vez reflexo da
enorme atividade musical
que desempenhavam. Assim,
além das violas da terra an-
teditas, há cavaquinhos,
machetes, rajões, que são
também guitarras, ou violas,
de diferentes tamanhos. Em
Múrcia tem-se documentado
o uso dos guitarros, que são
guitarras mais pequenas, com
diversos tamanhos e afina-
ções, amostras da riqueza
89
 peninsular que se perdeu.
O cavaquinho viajou até ao
Havaí e lá virou ukulele. As
violas da terra viajaram até
ao Brasil e lá viraram violas
caipiras, e depois junto dos
novos estilos de construção
a fazerem violas de maior ta-
manho, chegou o violão.
As guitarras na Galiza
Dos pórticos medievais às
igrejas rurais, dos paços das
cidades aos paços aldeães,
nos costumes universitá-
rios, como ofício dos cegos,
nas barbearias, em salões
familiares, das ruas aos tea-
tros, das urbes ao campo, do
âmbito eclesiástico ao civil,
e do popular ao erudito, as
guitarras têm um uso intenso
na Galiza e as provas dessa
presença são principalmente
elementos iconográficos em
edifícios, textos documentais
e biográficos e música ma-
nuscrita. Já no século XIX há
também fotografias, notícias
na imprensa, intérpretes de
renome, locais de concertos,
associações e grupos musi-
cais a destacar em concursos
90
e atuações internacionais. os certames e concursos, o
No começo do século a desenvolvimento de agru-
música dos Valladares, de pações de guitarras, grupos
Arespacochaga, as canções de bandolins, bandurras e
da guerra contra os france- alaúdes, o acompanhamen-
ses, são obras para tocar nos to dos coros, os construtores
salões dos paços e também galegos, os solistas virtuosos,
nos campos de batalha. Nos os diretores como Curros,
meados, começam as atua- Nieto, e também a atividade
ções em sociedades cultu- dos guitarristas barbeiros,
rais e teatros, em combina- dos cegos músicos, das ve-
ção com a música dos serões dettes guitarristas e outras
familiares de que também artistas como a virtuosa ban-
participava Rosalia de Castro durrista Miss Zaida.
e a sua família. O arquivo
Valladares deixa-nos a com- Na passagem ao século
posição para guitarra da XX, músicos como José
poeta Avelina Valladares, a do Baldomir colaboram com as
seu irmão Marcial e a música Irmandades da Fala que rei-
de José Naya. No último terço vindicam o guitarrista e vir-
do século chegam os cafés, tuoso José Castro “Chané”
como símbolo galeguista.
catedral de Ourense. Foto: Isabel Rei.
Músico guitarrista no retablo da Assunção,
Nesse entorno também está
o barbeiro ourensano, com-
positor e guitarrista, Ramon
Gutierrez Parada. Outros
barbeiros guitarristas são os
irmãos Casasnovas, Eduardo
Rey, Baltasar Piñeiro. É a
época do virtuoso ferrola-
no Juan Parga e do limião
Eulogio Gallego. Até ao ano
1936 o fervilhar guitarrístico
das cidades e vilas vem da
de Santiago de Compostela. Foto: Flickr
Músicos do Pórtico da Glória, catedral
mão de excelentes amadores
como Evangelino Taboada,
Alfredo Lopez, Antonio
Pazo, Nine Piñeiro ou a lu-
cense Paz Armesto e de
profissionais como Agustín
Rebel, Amador Campos,
Abelardo Díaz, o grande
German Lago, o prolífico
José Chás ou o diretor Santos
Rodriguez. Personalidades
como Castelão ou Porteiro
Garea destacam nas tunas
universitárias. Os grupos
de guitarras e outros instru-
mentos dedilhados esten-
dem-se pelas vilas galegas e
são comuns nas associações
culturais e musicais. Tocam-
se moinheiras, alalás, alvora-
das, fantasias e pot-pourris
de melodias galegas.
91
 Depois dos anos escuros
provocados pelo golpe de
Estado e a posterior guerra,
a guitarra voltará a soar na
Galiza com tons marciais de
sabor autoritário. É com a
propaganda de Franco que
o instrumento adquirirá essa
forte identificação com a cul-
tura andaluza e castelhana.
É quando as instituições
franquistas criadas para
o desenvolvimento de
atividades folclóricas farão
uso dum reportório guitar-
rístico mais ligado às ron-
dallas aragonesas. Nas dé-
cadas a seguir produzir-se-
-á um notório silêncio das
atividades guitarrísticas ante-
riores, destacando apenas os
intérpretes espanhóis como
Sáinz de la Maza, Segovia,
Yepes. Alguns compositores
galegos como Mantecón e
Bal Gay comporão obras para
eles. A guitarra galega sobre-
vive na segunda metade do
século graças a desconheci-
dos mas apaixonados amado-
res como Santos Sequeiros,
Benito Silva, Manuel Vicente
“Chapí”, Jesus Ínsua, Virgílio
Pajares, Xurxo Lourenzo,
Tino Prados, Miguel Varela,
92
Conchita Plantón, o cons- peninsulares do século Galiza, e descobri as gui-
trutor Guillermo Álvarez XVI, a música de Santiago tarras portuguesas e toda a
e tantos outros e outras de Múrcia e outros anterio- tradição europeia, confir-
que, nas suas vilas como res à primeira Constituição mei a ideia que nascia dos
Ortigueira, Padrão, Lugo, espanhola será republica- belos tempos do meu irmão
Ferrol, Cambados, Cangas da sob a chancela guitar- Francisco a compor, tocar
e mais, fazem música para ra espanhola e gravada ao e cantar à guitarra música
guitarra. Como profissional lado de Rodrigo, Turina ou galega: Há uma história
destaca a carreira internacio- Moreno Torroba. ainda não contada que te-
nal do portonovês Fernandez remos de saber fiar para
Deza. Os grupos folque e de Foi nessa altura e com esse entender por que é que as
música galega incorporam a ambiente que, animada galegas, além da gaita, to-
guitarra como instrumento pela minha família de mú- camos guitarra. Assim mo
galego, bem como as mo- sicos, iniciei os meus estu- pediu ele antes de morrer
dernas acústica e eléctrica. dos de guitarra. Quando há uns anos e assim faço.
Acabada a ditadura, as dis- décadas depois comecei a Para e por todas as guitar-
cográficas experimentam um pesquisar sobre música na ristas, a guitarra e a música.
incremento surpreendente
de discos sob a marca gui-
tarra espanhola que nas dé- Isabel Rei Samartim
cadas de 70, 80 e 90 vira uma
loucura de produção com
música gravada e voltada a
editar em volumes diferentes,
repetidos, misturas, remix,
reedições que aumentam o
número de discos vendidos
e ajudam a aprofundar a
ideia da guitarra como ins-
trumento nacional espanhol,
mesmo interpretando música
alemã, francesa ou inglesa.
Acontece igual no relativo à
reedição de partituras anti-
gas. Os tratados dos violistas
93
 THE DREAM OF THE HORSE
I’m surrounded by a fence,
I’m moving forwards and backwards,
I can’t get out.
What is the worst thing?
Looking and wishing freedom
From inside a fence,
Or having a fenced freedom?

A boy is walking, Joseph Cobano

He observes me, stops, gets close,
Talks, says hello,
Nevertheless, I know he’s afflicted with
something.
His heart is living in a fence as well.

I’m standing there, listening to

The boy’s friendly words;
He feeds me with pasture
Through the fence,
Nevertheless, I’m tasting love.

I know he wants to release me,

He himself feels the same way E. A. M
But he has to go.
He waves.

Alone again,
Inside this fence,
Mankind’s whim,
I want to get out,
I don’t even envy him.

94 95
MINICUENTOS ORIGINALES
The extremely short stories, or minicuentos, below were
written by the students in Vanderbilt’s graduate seminar on
THEORY during the fall semester of 2016. This is a required
course for incoming graduate students in the Department of
Spanish and Portuguese. The students in the seminar were
Elvira Aballí Morell, Caroline Beard, Braden Goveia, Andrea
López, and Daniel Romero Suárez. The instructor was
Edward Friedman. Each contributed a story, but we present
the collection without specific attributions.
A pesar de todas las advertencias, decidió abrir la
puerta y, cuando se arrepintió, era demasiado tarde: ya
estaba adentro.
Había una vez. Esta vez le pidió a Dios,
“Una vez más, por favor”, y Dios lo
realizó.
59 Tuvieron
59 muchos hijos y algunas
veces vivieron muy felices.
Lego
ergo
96 sum.
Un estruendo se hunde en el Pico. El hombre
visto desde lejos yace en el suelo con la sien
perforada, desarticulado como un monigote,
con el pecho expuesto, descalzo, solo lleva el
pantalón de miliciano. El hombre descansa a los
pies del Maestro.*
*En Cuba el punto más alto se conoce como Pico Turquino. Allí hay un busto de
José Martí. La Generación del Centenario fue presidida por Fidel Castro. Los que
pertenecieron son héroes de la República, casi todos militares. Seguían
los principios martianos. Mi personaje es uno de ellos.
Pedagogo (un poco afectado): Este
semestre enseño el seminario sobre Teoría
y el curso sobre el Quijote. De lo sublime a
lo ridículo.
Estudiante de posgrado (con un aire
docto): Sí, pero ¿cuál es cuál?
Después de mucho insistir, rogar y lloriquear, llegó
por fin a la conclusión de que a los hombres los
convence más una mordida que un lengüetazo.
97
97

Falsos positivos*
La mañana abrió sus ojos a otro día de lucha.
Recorrió la casa despacio, deteniéndose de manera inconsci-
ente en cada objeto, en las imperfecciones de las paredes, en
las grietas abiertas por el tiempo, en cada retrato que evocaba
el pasado, acariciando todo con la mirada, acariciando la me-
moria.
—Mire que este café le hubiera gustado, es un poquito
amargo, pero así lo prefería usted ¿se acuerda?
Sus manos reconocieron las sábanas buscando esa si-
lueta perdida. Un ritual repetido mil veces para organizar la
vida en torno a los recuerdos, sin llanto, sin palabras, sólo pre-
cisando que el aliento de su hijo no se perdiera para siempre.
—Ayer encontraron a su amigo Gonzalo en la fosa del
cementerio central, también lo mataron por la espalda. La co-
madre Diana tuvo problemas con los militares, casi no se lo
dejan sacar.
Cinco años atrás, cuando Antonio tomó su camino, en
su mente había más hambre que ilusión, era ese dolor que lo
acompañaba desde niño: la pesadez, el desaliento, eso que
anima los sentidos acallando las ideas. La plaga de los con-
denados de la tierra. Se fue a recoger café, buscando en esas
lejanas montañas un poco de dignidad. Ahora, lo único que le
quedaba a María era su sombra atrapada en los objetos, restos
de una vida cegada por una guerra que nunca decidió pelear.
* “Falso positivo” es como se conoce a las revelaciones hechas a finales del año
2008 que involucran a miembros del Ejército de Colombia con el asesinato de civi-
les inocentes para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate dentro del
marco del conflicto armado que vive el país. Estos asesinatos tenían como objetivo
presentar resultados por parte de las brigadas de combate. A estos casos se les con-
oce en el Derecho Internacional Humanitario como ejecuciones extrajudiciales y
en el Derecho Penal Colombiano como homicidios en persona protegida.
98
—Hoy me toca terminar más tarde, mire que llegaron
unas compañeras de lejos.
Ese día la plaza estaba llena, innumerables mujeres
sostenían retratos de sus hijos muertos. Parecían infinitos,
pero no obstante cada una de ellas tenía una cifra exacta: 3.796.
Civiles inocentes, llevados bajo engaños a zonas de combate,
asesinados a sangre fría y presentados como bajas enemigas,
presentados como trofeos de guerra.
Todos eran pobres, a todos les habían prometido un
trabajo, todos ejecutados y declarados como guerrilleros.
Ahora recorrían la plaza los jueves en la tarde, sus imágenes
recordaban al mundo que en una guerra sin sentido los ab-
surdos pueden multiplicarse en los cuerpos de aquellos que
nunca sostuvieron un fusil.
—A mi hijo me lo mataron hace cinco años, le dis-
pararon y le pusieron un arma en las manos. Después co-
braron la recompensa.
María le hablaba a un grupo de mujeres recién llega-
das, sus rostros asustados mostraban la extrañeza ante una
ciudad que no les pertenecía. Ahora ella era fuerte, había
aprendido a serlo gritando la verdad todos los días.
Las abrazó largamente con la ternura que viene del in-
tenso dolor. Todas eran una sola persona, las unía un pasado
en común, la de ser las madres de los falsos positivos.
Álvaro Lozano Gutiérrez
99
 Ella
I

Quiero perderme contigo en un campo de girasoles andaluces,

obedientes,
sumisos,
indistinguibles súbditos del sol.

II

A ella
mi lengua,
las curvaturas de mi cuello,
mis piernas,
íntegras,
hasta el ombligo.
A ella
los lunes,
la poca intimidad que me queda,
Y
lo cóncavo,
el revés,
la antítesis.

VALENTINA CASTRO

Mujer
100 rota—Didier Barrera 101
 Carmencita en el país
de las maravillas
Hijo,te he dejado varios mensajes en el feisbu y en
tu correo, pero no sé si te han llegado o si es que no
los abres. Tu abuela me dice que estás bien, que tienes
muchos deberes de la escuela y que por eso no respondes.
Pero yo te conozco más que nadie y sé que esa no es la
razón. ¿Sigues molesto porque me fui del país, ¿verdad?
si es así, aunque no lo creas, te entiendo. A tu edad, no
es fácil comprender que en la misma tierra que me vio
nacer no haya una sola oportunidad para mí. Tampoco
yo lo comprendería, pero ahora me ha tocado volverme
cada vez más práctica y mientras menos pensativa me
ponga mejor. Yo sé que para ti no existe un lugar mejor
que tu país. ¿Cómo es que le dijiste a tu abuelo? Que,
aunque todos decían que este era un mejor país que
el nuestro pero que no es cierto, que el mejor país era
aquel donde estaban tu familia y tus amigos. Y eso, hijo, a
cualquier edad, es una verdad indiscutible. Yo sé que no
quieres venirte a vivir para acá, pero cuando tenga todos
mis papeles en regla, te voy a ir a buscar y vas a venir a
vivir aquí conmigo. No te será fácil al comienzo, tendrás
que aprender el idioma y adaptarte a estar solo mientras
yo trabajo, serás otro niño, con la llave al cuello, que
calienta su almuerzo en un microondas y come frente a
la computadora… pero también sé que tú siempre haces
amigos nuevos enseguida. Además, podremos ir cada año
a los famosos parques esos. Yo todavía no me he atrevido
a ir, porque me moriría de tristeza ver todo aquello y
que tú no estés allí conmigo. Pero voy guardando todos
los folletos y cupones que me encuentro para que vayas
viendo las montañas rusas, el ratón micky y el castillo
mágico de Harry Potter. ¿No te gustó la guitarra que te
mandé por tu cumpleaños? La escogí roja y negra porque
102Bak-Carmen Monzón 103
no la conseguí azul, sé que azul es tu color favorito (¿sigue
siendo tu favorito?). Tu profesor de guitarra me escribió
para preguntar porque ya no asistías a sus clases. Dice
que tienes mucho talento musical y que vale la pena que
inviertas y sigas practicando. ¿Acaso ya no quieres tocar
guitarra? Tampoco estás yendo a la práctica de fútbol…
No quiero pensar que dejaste de hacer todo lo que te
gustaba por mi ausencia. Sé que cumplir catorce años no
es cualquier edad. Ya dejas de ser un niño y comienzas
a ver el mundo con ojos cuestionadores y sobre todo sé
que cuestionas mis decisiones. En tu estampa naciente y
optimista no cabe la desesperanza, la desazón ni mucho
menos el miedo. Sobre todo, ese miedo que me hizo salir
corriendo. Miedo de no poder dejar de depender de un
hombre para sobrevivir, a pesar de sus maltratos. Miedo
de que escucharas desde tu cama los golpes silenciados
por la almohada. Aquí en el primer mundo no necesito
a nadie para subsistir. Puedo pagar mi vivienda y aun así
me queda dinero para enviárselo a ti y a tu abuelita. (Ya
le dije también que se viniera conmigo pero ella si que
ni el pasaporte se quiere sacar. No entiendo cómo puede
vivir feliz sin tener tan siquiera un asomo de ganas de
ver mundo.) Pero tú y yo sí que viajaremos por todo este
planeta. Ese es mi sueño hijo. Ojalá puedas entender
que mi historia no empieza y termina siendo tu madre.
Te tuve tan joven, tan sola. En ese tiempo yo enfrentaba
todo como tú; henchida de esperanza y segura de que
nada nunca nos iba a faltar. ¡Seríamos tú y yo contra el
mundo! Pero ese mundo sacó varias mañas que tenía
escondidas y cuando menos lo esperé me tenía sin aire
y contra el suelo. Y fue cuando la historia tuya y nuestra
alcanzó rumbos que no preví y que me llevaron a correr a
medianoche contigo ahogado por el asma, a pedir dinero
prestado, a abandonar mis estudios y a hacer hasta lo
impensable por dinero. Tú ni te enterabas, tu vida era
jugar y así tenía que ser. Puedo decir con orgullo que
jamás te faltó una piñata y un pastel de cumpleaños con
tus amigos. Yo hacía malabares, me endeudaba o lo que
fuese para poder celebrarte cada año, porque sé que esos
104
serán tus mejores recuerdos. Yo no tuve piñata ni fiestas
de cumpleaños, pero ahora tengo en mi memoria cada
una de las tuyas. Sé que no podré evitar que te resientas
conmigo por estos años de ausencia. Por eso te mando
zapatos de marca, gorras de béisbol, juegos de video y todo
lo que pidas (aunque a veces te los mande una talla más
pequeña, porque estás creciendo tan rápido que cambias
de talla y de gustos radicalmente y yo desde la distancia
no seguirte el paso). Ya se acerca otra Navidad hijo y no
sé cómo haré sin ti. Me prohíbo ir ni a uno solo de esos
“malls” que están tan bonitos decorados y siempre tienen
unos San Nicolases igualititos al de verdad. Pero no,
prefiero quedarme en casa y no ver a todas esas mamás
y papás con sus niños comprando y sin preocuparse de
nada, felices porque este es su país y hasta los San Nicolás
les pertenecen. Pasaré la Noche Buena sola, esperando
que me contestes por la camarita del teléfono, la última
vez te vi muy flaco hijo… sé que te estás estirando, pero
me preocupa que no estés comiendo bien… yo en cambio
estaré atragantada con una crepa de esas rellenas con
nutella, frutas y dulce de leche, tan gigante que llega a ser
un poco grosera (así como grosera es la cantidad de libras
que he aumentado desde que vivo aquí). Créeme cuando
te digo que todo este sacrificio tendrá su recompensa.
Pero ya lo sabrás cuando estés aquí. Irás a la escuela y
tendrás las mismas oportunidades que todos los niños
del primer mundo. Porque con o sin crisis, con malos o
buenos gobiernos y hasta con guerras, este sigue siendo
el país de las oportunidades. Salir adelante acá, llega a
ser una cuestión de orgullo, llevas siempre esa herida
siempre abierta, de haberte separado de la carne de su
carne haciendo caso omiso de todas las advertencias. Así
que cómo a una le llegue a ir mal es preferible la muerte.
Pasaría a ser otra fracasada historia más de inmigración,
otra que falló en el intento y al sufrimiento de haberme
separado de ti se le sumaría la vergüenza. Por eso es que
no le cuento a tu abuela las veces que aquí pasan semanas
para que me salga algún trabajo. Ni tampoco que he
limpiado casas y cuidado niñitos ajenos. Yo prefiero
105
limpiar casas porque cuidar niños me deja en el pecho Como un barrilete
un hueco hondo, porque esos niños me recuerdan a ti y
de lo mucho que me estoy perdiendo del día de tu vida.
La otra tarde, sin querer, llamé por tu nombre al niñito y Sonia Concari
se extrañó mucho. Cuando le enseñé tu foto me preguntó:
¿Carmencita, ese es tu bebé? -Sí, es mi bebé grande. - ¿Y
por qué no está contigo? Porque vive en Venezuela con
sus abuelos… pero ven Dani que te pongo la televisión un El
rato- Y mientras él mira sus “cartoons” yo lloro calladita.
Si vieras la preciosidad de casas que he limpiado. Tú y viento
yo vamos a vivir un día en una casota de esas, con cuarto en contra,
de huéspedes para cuando tu abuela decida venir, y que
las primas vengan y se admiren de todo lo que hemos como un barrilete,
logrado y digan con orgullo que sí, que yo sí pude, que
salí del país y triunfé… Te cuento todo esto hijo querido, me eleva. Subidas y bajadas,
porque ya tienes catorce y puedes comprender mejor. Yo
sé que se te irá la rabia cuando me veas, cuando te cocine giros y planeos. La cuerda tensa, en tu mano,
algo rico y leamos juntos antes de dormir. ¿Sigues leyendo me sostiene. Me acerco y me alejas, me alzo y me
un cuento antes de acostarte? Cuando abras tu libro cada
noche quiero que pienses que estoy a tu lado. Compré descuidas, me mareo y me sostienes. Debo
historietas en español para mandarte, porque aquí sí que
hay de todo en las librerías hijo. Aquí hay de todo en todas derrumbarme para estar contigo, caer
partes… de todo menos un hogar y un nosotros. Pero yo voy
a crear un hogar para ti. El mejor del mundo. Una casita para que tus manos me recojan.
igualita al dibujo que me hiciste, ese en el que estamos Suéltame, déjame volar
los dos solos junto a un lago repleto de peces. Lo tengo
colgado en el refrigerador para mirarlo todos los días no hasta que el hilo
vaya a ser que entre tanto primer mundo se me olvide a
qué vine. Porque aquí todo se puede lograr, ya verás que se termine y
será así. Confía en tu mami que sabe lo que es mejor. una ráfaga
Mi amor. Hijo… Contéstame las llamadas por favor….
me pierda
-Gaby Caballero entre
las
nubes
y al
106 sea, fin, 107

libre
 Graffiti
Bajo el puente
el artista callejero
duerme
con la mano
pegada a la miseria.

Fecundo
Arte nace
sobre la pared abandonada
en la puerta de un baño
en un cadáver sobre la calle
en la boca de la cueva
dentro de la basura.

José Lu
is Machad
S
o an
tana

108 109
 Balance en contradicción
?

Soy el balance y la contradicción

La prudente insatisfacción
de ser: Sí, es un hombre.
Es mucho más grande que yo.
- mujer Pero eso no es difícil, porque yo soy pequeño.
- hembra Su cabeza es dos veces mi cabeza.
- maricona insensible Sus pies son tan largos como mis brazos.
- macha tierna Una sola de sus manos, podría tapar mi pecho entero.
Camina solo, en silencio, delante de mí. Bien lejos.
… demasiado pragmática por ser mujer Yo siempre voy detrás. Trato de alcanzarlo,
femenina como debe de parecer pero nunca llego.
imagen aceptable en la sombra del ser Todas sus ropas son negras, se llama Mito.

Balance en contradicción:
en fin incómoda en mi misma piel.

?
Anastasia Valecce Berna Muñoz

110 111
 Estrela

Cúbica

às vezes
a interação no interior do cristal
faz com que um fóton do pulso de luz
se divida em dois novos fótons

(ainda assim
não há simbolismo que vença o medo)

bonita, relaxa:
estamos ambos cansados —
seria só repetição
& redundância

pois

ao teu lado
meu coração fica trincado
remendado com esperadrapo

mas

mesmo sabendo disso

resolvi arriscar & insistir:

claro

que não deu em nada

but ces’t la vie

(gostar de alguém não é difícil

o complicado é desgostar)

como o triângulo
quis me unir à você
112 113
113
 para juntos sermos mais
que a soma das nossas partes Enquanto eu lhe indicava os lugares ainda não usados, ele me contou
que tinham deixado a segunda carta em cima da sua máquina de
eu atravessei o fogo escrever. Pelo gramado, a água, e as árvores ambulávamos dum sítio
para sair mais forte a outro. Que ele gostasse dos indícios duma chuva leve no céu era
porém estranho. Talvez seja pela sua qualidade de escritor, embora negasse
o título. Mal entendi o nome do moribundo quando ele o disse meio
teve aquele-cara- balbuciado. Não obstante, por conhecer bem os artifícios do meu
que-você-conheceu-
negócio, eu assenti com a cabeça. Depois destes anos trabalhando
no-final-de-semana
no Cemitério Limiar uma pessoa tem que aprender que não se faz
então, relaxa: outra coisa. Só compreendi que a coisa era um problema do coração
tô cansado — e também da memória. Porém, o homem não parecia comovido de-
sou só repetição pois de que eu dissesse que a minha irmã tinha falecido por causa do
& redundância Alzheimer no outono.

(os dois novos fótons no interior Imediatamente viu que a carta arreganhava a mesma caligrafia ine-
do cristal estão entrelaçados) quívoca da primeira. O que distinguia esta era a cor do envelope e
o lugar do remetente: “Lembranças da Bahia.” Esperou que o seu
a Rainha de Paus patrão se afastasse de novo para abri-la e ver as novidades. Deixou
o Rei de Copas
cair a carta sobre a máquina de escrever ao mesmo tempo que a voz
o Três de Espadas
doutro chefe recorria pelos cubículos inteiros: “O importante para
desencana nossos clientes é que os deles voltem a comer!”
descansa:
sou só A fotografia que trazia o envelope repetiu as mesmas obscenidades
da anterior. Mas, havia outro homem, isso sim, nu, de costas, e ela.
— até o tarô me traiu. Olhou a sua máquina de escrever e imprimiu outra mensagem.
[E assim se esmigalha meu biscoito]

Embora não se considerasse escritor, o homem sabia sentir. Talvez

bagadefente por isso o homem seja um dos melhores escritores das mensagens
poema e imagem de biscoito da sorte. Suas breves comunicações, me disse, adornavam
milhões de biscoitos da sorte em milhares de restaurantes chineses.

[Quando a comunicação falha, se conseguirá doutra maneira]

114 115
 Entre os sítios virgens não entendi quando me disse que pela chuva
se podia comunicar com alguém. Mas sim entendi, foi muito lú-
cido, quando descreveu o prazer que lhe dava observar as pessoas
pelas janelas dos restaurantes chineses. Ele ficava em frente, não
perto, mas a uns metros de distância, fora de todos os restaurantes
chineses em todas as cidades que frequentava. Sempre numa opor-
tunidade, numa mesa à vista, alguém terminava de comer. Que
grande contentamento poder presenciar esse momento! Acho que
nenhuma das pessoas percebiam aquele sorriso não muito longe
deles ao outro lado da janela.
[A coruja de Minerva voará de noite]
Às vezes teve que aclarar o sentido das comunicações que imprimia.
“A coruja,” lhe explicou ao superintendente do Departamento de
Qualidade, “simboliza Atena, a qual simboliza o conhecimento.”
-E isso de ‘voará de noite’ ?
-Que de antemão cegos somos.
Durante longas horas se contentava com contemplar às pessoas
unidas nas mesas. Com as mãos oleosas, barateavam sobre quem
seria o verdadeiro dono desse ou aquele biscoito da sorte. Ele no-
tava que ao abri-los compartilhavam, uma pessoa de cada vez, a
pequena comunicação conteúda como se fosse outra meia do Natal
ou ovo de Páscoa. Uau, os rituais que fazemos!
[Carpe diem. Mas, no tudo valerá a vingança]
A carta seguinte chegou a sua colega do Departamento de Con-
tabilidade. O mesmo tipo de envelope de sempre, e com a mesma
caligrafia prolixa dizia: “Lembranças de Montevidéu.” Naquela fo-
tografia, contra um fundo de lençol sem enrugar, se identificavam
o corpo dela e doutro homem anônimo com a pele mais castanha
116
que os homens anteriores. A esposa dele não tinha tido nenhuma
dificuldade em localizar a sua colega. Como para constatar sua peni-
tência, não tinha resguardado dela o menor pormenor da sua intri-
ga. Testemunha sou de que o homem tinha sobre que escrever e com
que preencher os biscoitos da sorte um após o outro.
[Quando quiser chorar não chorará, mas às vezes chorará sem que-
rer]
Ainda de namorados tinha prometido que não voltaria a fazer o que
tinha procurado o divórcio da sua primeira esposa e a perda de toda
comunicação com a filha deles. Sua filha, a única oportunidade pela
qual, talvez, ele poderia viver uma vida futura. Faltava pouco, me
dizia, para que ela perdoasse o que tinha acontecido entre ele a sua
mãe. Conforme uma triangulação rudimental o homem suspeitava
que a filha morava perto de Seattle. Tudo de Seattle lhe trazia lem-
branças da sua filha, sobretudo a chuva. Então, a verdadeira comu-
nicação chegou a ser essa: o tacto com a pele.
[Se faz o caminho ao caminhar]
O homem sentia que seu trabalho representava um dos cargos mais
agradáveis do mundo inteiro. Ao recorrer comigo os sítios do Ce-
mitério Limiar, murmurou não sei que sobre a potência que pode
portar uma comunicação simples. Deteve-se ao chegar a um sítio
ainda vago, meio afastado, mas cercado pelo gramado, a água, e as
árvores e disse: “Aqui meu bem.” Fez como quatro voltas ao redor do
lugar como os cães quando estão prestes a ficar num local por tempo
indefinido.
[Dali da beira uma palavra cai no chão]
Só importava uma mulher na sua vida. Tudo era questão de ansiar
uma comunicação e esquivar outra. Mas, sabia que não estava sozi-
117
 nho. Talvez o lobo comunicasse uma pena concordante à lua. E se no noroeste Pacífico alcance este recado. Por seu pai, digo. O ho-
não, pelo menos o eco da sua própria lamúria, sim. mem, quem sabe, entendeu melhor do que ninguém a potência que
pode portar uma comunicação simples.
[Tempus fugit]
Reconhecimento:
A quarta carta apareceu na caixa de correio da sua casa. “Lembran- Juan Carlos Onetti
ças de Yucatán” dizia. Na fotografia ela e outro anônimo quase se Rubén Darío
mostravam com perfeição. Pelo suor conspícuo, quase se cheirava o Antonio Machado
seu team spirit. Marisa Monte
Nirvana
[Vele vele quem pese dos pés à caveira] Dave Matthews

Enquanto elaborava comunicações pequenas no trabalho, o homem B. M. Goveia.

soía compor planos de ação para restituir a confiança da sua filha.
Contudo, sua esposa acertou na quinta carta. Saber que era de pro-
pósito ou por acaso é fútil. Chegou outra que dizia “Lembranças
de Montreal.” Não lhe chamavam a atenção os dois seres cândidos
na fotografia. No canto da cama de motel ficavam dois envelopes
idênticos. Era óbvio que o primeiro dos dois era o que tinha na mão
nesse momento. O outro estava destinado para Seattle, para um en-
dereço ignorado de Seattle.

[Beatus ille]

Já assinada a papelada e executado as formalidades, o homem

perguntou sobre as leis dos enterros. “Seis pés de profundida-
de,” lhe disse, “sempre.” Só depois compreendi que o sítio era para
ele mesmo. Quando vi seu nome no granito tive que consultar o
dicionário; agora posso dizer que seus avós acertaram ao chamá-lo
“Locus Amoenus,” porque entre o gramado, a água, e as árvores, ele
aproveitou de tudo. (O que é curioso é que nos papéis ele assinasse
o nome Dahlmann Silva) O penúltimo desejo lhe concedi porque
escavei quatro pés. Suficiente para que esquive uma comunicação,
porém fica mais capacitado para receber o tacto doutra. Espero que

118 119
 s
Luego la costra de todas las miserias

i s e r i a se va cayendo

M
lenta y dolorosamente.
deja una herida abierta
que me cuesta cerrar días,
lágrimas y palabras

Isabel Gómez Sobrino Por fin logro que os vayáis.

Entonces dejáis un pesado vacío

y me pregunto
Hay días en que me lo propongo de verdad si quizás sois parte esencial de mi existencia.
y decido deshacerme de vosotras
inoportunas miserias
que aparecéis sin avisar.

Quiero envolveros en una caja

prenderos fuego
echaros por la ventana
enterrar los restos bajo tierra
dentro
muy dentro
para que no podáis salir más.

Pero quedáis en la superficie

para embadurnarme completamente
como un barro pegajoso
que, al secarse,
deja una costra dura.
aniela Tomé
Vista al mar- D

120
120 121
 28 28
29
30
31

28 días faltan para 28 años El tiempo corre

Me vuelvo/ Me siento/ Parezco No hay parada
Anciano Para la vida
Con Barba blanca Vivir es solo

El 26 de enero del 2017 un dígito más.

Es el vigésimo octavo día del nombre mío
Solamente mío
24, 25, 26, 27,28

Cada año quemo una etapa George Barahona

La vejez
viene a mí
5
1 6
como el aire que respiro

Me vuelvo/ Me siento/ Parezco

Ser más sabio
Ser más millonario
Ser único
4
2
9
Un pequeño recuento de mi vida

8
1 título universitario
0 novias

3
500 amigos

7
122 123
 Migraciones y configuraciones
étnicas contemporáneas1
Mariela Inés Laghezza
I. Introducción
En el presente trabajo analizaremos a partir del cor-
tometraje 2español de Xavi Sala, “Hiyab: “El velo”, la re-
lación entre migración, tolerancia e identidad cultural.
Las manifestaciones que cada cultura posee en relación a cual-
quier actividad (formas de vestir, creencias, costumbres, alimen-
tación, actividades artísticas), forman parte del acervo cultural
de cada grupo social. Cuando estas manifestaciones se dan den-
tro del país y del entorno de esa cultura generalmente no lla-
man la atención. La dificultad surge cuando minorías étnicas
conviven con una mayoría perteneciente a otro ámbito cultural.
II. Diversidad cultural e interculturalidad. Propuestas con-
ceptuales para el análisis de los procesos migratorios
El problema que plantea el corto es el ingreso de Fáti-
ma, una adolescente musulmana, que ingresa por primera vez
a una clase de un instituto de enseñanza secundaria situado en
España. La directora trata de convencerla para que pase al aula
sin su velo, a pesar de la actitud reacia de la niña a quitárselo.
Ella manifiesta claramente que es una opción personal, que na-
die -ni sus padres ni sus creencias- la obligan, pero que se sien-
te rara si se ve sin el pañuelo. La directora del establecimiento,
argumentando libertad de culto, laicismo en el instituto, y la ne-
cesidad de ser igual a los demás y no estar “marcada” por un ele-
mento cultural, le insiste, hasta que logra que Fátima se quite el
pañuelo. Cuando la adolescente entra en clase, su mirada llena de
interrogantes, muestra su estupor: muchos chicos poseen opcio-
nes personales “marcas”. Algunos se cubren la cabeza con gorros,
gorras, pañuelos o cintas; otros llevan rastas, piercings o tatua-
jes, maquillajes exagerados o cortes de pelo y peinados destaca-
dos. El profesor la presenta como una alumna más, pero tal vez
se distinga del resto por esa normalidad que los otros no poseen.
El trasfondo del corto es el debate de las nociones de multi-
culturalismo e interculturalidad. Multiculturalismo e intercultura-
124
lidad. Multiculturalismo e interculturalidad se identifican porque
tanto la interculturalidad como el multiculturalismo presentan la
igualdad entre culturas. No existe una cultura superior a la otra, se
rechaza la neutralidad de los estados frente al pluralismo cultural
y plantean la necesidad de derechos diferenciados entre los miem-
bros que componen la sociedad.
Como diferencias, el multiculturalismo apuesta a la coe-
xistencia entre culturas y propone la tolerancia, se tolera aquello
que se disgusta, pero se debe aceptar. Sin embargo, la tolerancia
no alcanza para poder vivir en una sociedad multicultural, porque
las personas no pueden interactuar, intercambiar, integrarse entre
ellas y no existe un positivo desarrollo local de las sociedades te-
niendo en cuenta el aporte del flujo migrante.
El interculturalismo propone el diálogo y el respeto, cuali-
dades que no vemos en el multiculturalismo.
Entonces, ¿qué rol toma el Estado para lograr la integraci-
ón?, ¿cómo tienen en cuenta esta variable de interculturalismo? En
el nuevo contexto, la identidad étnica de la protagonista muchas
veces se reinventa, y la “cultura de origen” puede ampliarse, mo-
dificarse, circunscribirse, etc. En este nuevo escenario, se llevan a
cabo adaptaciones, modificaciones o resignificaciones de las prác-
ticas culturales.
Muchas veces se ve el país “receptor” como aquel que “so-
porta la carga” de acomodar a los otros. La experiencia del país re-
ceptor se entiende como la de un espectador “que por tanto tiene
pocas opciones aparte de cerrar rigurosamente las fronteras para
evitar una invasión”³.
Una variante sería considerar la temática del pluralismo
cultural, “que se basa en dos principios: el principio de igualdad o
de no discriminación en función de la raza, cultura, etnia, religión,
lengua, nacionalidad, origen regional y el principio de diferencia o
respeto y aceptación del otro”4.
Porque “la migración internacional siempre contribuye a
los intercambios culturales […] de diferentes culturas, etnias y re-
ligiones, es de esperar que continúe creando espacios multicultu-
rales y difundiendo ideas y valores”5.
Otro punto importante a destacar es la globalización “que
profundiza las desigualdades en los niveles de desarrollo, aumen-
ta la migración internacional y produce una visión conflictiva de la
inmigración en los lugares de recepción. Sin embargo, los riesgos
125
 ____________________________________________
inesperados amenazan los derechos de los individuos que migran 1 Mariela Inés Laghezza. Abogada con orientación en Derecho del Trabajo y la
y conforman una erosión de masa crítica de capital humano”6. Seguridad Social (UBA). Docente en la Universidad de Buenos Aires. Especia
Hoy en día los debates sobre la discriminación se centran lista en Migración y Asilo (UNLA). Diplomada en migrantes y protección a los
en cuestiones relacionadas con la raza, la religión y la cultura, por- refugiados (UBA).
2 https://www.youtube.com/watch?v=mDZHTIwsOxw
que se considera que las diferencias culturales y religiosas dificul- 3 Saskia, S. (2013). Inmigrantes y ciudadanos. Madrid: S. XXI Editores.
tan su incorporación. “Si repasamos los datos históricos y los actu- 4 Op. Citada 5.
ales veremos que estamos ante nuevos contenidos de una pasión 5 Op. Citada 5.
antigua: la discriminación por motivos raciales del foráneo y su 6 Aja Diaz, A (2004). Temas en torno a un debate sobre las migraciones interna
estigmatización en tanto a que <otro>. Hoy se estereotipa a ese cionales, Internet, Centro de Estudios de las Migraciones Internacionales, Uni
otro atendiendo a la raza la religión y la cultura”7. versidad de La Habana, Cuba.
7 Op. Citada 2.
La exclusión del otro puede ser para segregarlo o eliminar- 8 Op. Citada 5.
lo. Es necesario superar todas las formas de exclusión. Abordán- 9 Bartome, M. A (2006). Los laberintos de la identidad cultural. Procesos identi
dolo desde dos aspectos: combatiendo y superando la exclusión y tarios en las poblaciones indígeneas, avá N°9 / Agosto 2006
avanzando en una línea de educación intercultural. Logrando así la 10 Op. Citada 2.
incorporación de aquel que viene del extranjero.
El documental nos propone reflexionar sobre 1) los nacio-
nalismos que se oponen a la inmigración. Sasskia Sassen se pre-
gunta si “¿pueden coexistir la discriminación creciente contra el
extranjero, por un lado, con el reforzamiento, por el otro, de los de-
rechos otorgados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
en sentencias que confirman ciertos derechos de los inmigrantes
que los parlamentos nacionales habían intentado eliminar? ¿Aca-
so puede coexistir la renacionalización ideológica de la ciudadanía
con la europeización de la integración y los múltiples nacionalis-
mos que determinan las políticas de identidad?” 2) “El tránsito de
identidades nacionales de base territorial a otras menos abarca-
doras, pero de índole trasnacional, donde emergen nuevos actores,
organizados en comunidades y articulados por medio de redes […]
estos mantienen vínculos estrechos con sus áreas de procedencia
[…], a la vez que constituyen referentes colectivos de identidades
en sus comunidades de origen” 8. En esta ciudad global, “las identi-
dades y las etnicidades que se expresan son preexistentes a la mo-
dernidad y a la globalización capitalista contemporánea”9. 3) La
importancia del papel que desempeña el forastero en el proceso
de adquisición de derechos, “la historia demuestra que, en coyun-
turas críticas, reconocer las reclamaciones del inmigrante acaba
ampliando los derechos formales de los ciudadanos” 10.
Pero también es importante pensar en la democracia como
un contexto para impulsar los procesos de integración del “otro” y
también puede ser un marco para la reconstrucción o elección de
la identidad en el país de destino.

126 127
 I R I D IS CE NC I A
Hubo un día lluvioso entre siete soleados que por suerte nos pilló alegres Hubo un día que por suerte al cielo le pilló de colores
Alegres para comprender que a cualquiera le puede gustar el invierno Y ese día sentiste algo
Invierno que te hará pillar un trancazo tú, que tantas veces te habías prohibido sentir
trancazo de dolor, de vivir
Tu furia
Vivir que es lo que te gusta a ti Tu alma y sentimiento
A ti que tantas veces no quisiste ni existir Tu dicha y tu escucha
Tu injuria
Tu furia
Tu alma y sentimiento
María Prol Vila
Tu dicha y tu escucha
Tu injuria

Hubo un día soleado entre siete lluviosos que por suerte nos pilló tristes
Tristes para comprender que a cualquiera le puede gustar el verano
Verano que te hará lucir
Lucir las ganas de comerte el cosmos

Brillante cosmos que nos ha concebido inmunes

Inmunes a una sociedad que después nos hace débiles
Débiles a los sueños que soñamos
Fuertes a los daños que aguantamos

A ti que tantas veces no quisiste respirar

Tu furia
Tu alma y sentimiento
Tu dicha y tu escucha
Tu injuria Soledad -- IVAN MONTES

128
128 129
 Alta / amar

Clothes-Carmen Monzón
Abuela,
el agua está llena de polvo,
pétalos de azucenas y dientes
rotos como los de abuelo
que tantas veces te desamó.

Acuérdate otra vez

de las propiedades del agua,
el gesto reverente
de las mañanas pasadas
frente al altar
encendiendo velones de
siete
franjas
y garabateando plegarias a lápiz
en envolturas
de papel.
Kadiri Vaquer Fernández

Abuela,
le entrego al agua este cuerpo
que no me obedece pero soporta
la voluntad del oleaje
y la violencia de las despedidas
en alta mar.

130 131
 O biscoito do
baleeiro
Baseado—frouxamente—numa história verídica
Só foi a sua segunda vez num barco baleeiro, no segundo mês da
pesca, e já tinha saudade da sua ilha. Estranhava a areia da praia e queria
olhar voar as alma-negras e os angelitos, aves da sua terra natal. Mas não
viu voar nenhum pássaro na superfície do mar, só ondas e mais ondas, água
e mais água. Toda a família do jovem açoriano eram baleeiros, mas seus
avós, irmãos e seu pai nunca embarcavam em navios como esse, e tampouco
empreendiam viagens muito longas. Todos eles trabalhavam ao redor das
ilhas, caçando em pequenos botes baleeiros. As pequenas embarcações
de madeira dos açorianos foram criadas imitando o desenho da canoa
dos americanos nativos e só continham seis ou sete homens. Os baleeiros
valentes navegavam com vela ou com remos, procurando a fina névoa da
respiração da baleia. E sempre tinham os arpões a mão, prontos para caçar,
lutar e conquistar os cachalotes. Sem dúvida, a baleação foi uma profissão
incrivelmente difícil e perigosa, mas foi muito lucrativa. Foi por isso, pela
promessa do dinheiro do que precisava para começar uma nova vida, que o
mais novo dos Mendonça estava numa viagem de alto-mar tão longa e dura.
O jovem foi recrutado pelo capitão dum grande navio americano.
Os baleeiros americanos—os ianques—falaram-lhe em mau português
da riqueza dentro dos enormes cetáceos. Aproveitavam todas as partes
132
dos animais: faziam óleo da gordura, e este era exportado e convertido em
combustíveis e lubrificantes ou usado em sabonetes e perfumes. Com os ossos
triturados, faziam farinhas para fertilizantes e rações para gado. Também
podiam entalhá-los para uso em corpetes e guarda-chuvas. Muito raramente,
os baleeiros encontravam âmbar dentro do cachalote, e este produto especial
e valioso podia duplicar o lucro da caça. Os animais imensos tinham tantas
possibilidades comerciais em seus interiores, mas, para o Mendonça, matar o
imenso e elegante nadador era como um delito. Ademais, ele sonhava com outro
futuro mais terrenal. Sonhava e sonhava e pescava um pouco, e assim passavam
os meses.
Apesar dos muitos homens da tripulação—cerca de 40—sentiu-se
muito sozinho na viagem, e muito triste. Os baleeiros americanos não entendiam
a sua saudade—nem entendiam essa palavra—mas pelo menos eles também
cansavam da longa baleação; as viagens podiam durar de seis meses até quatro
anos. O açoriano escutava quando os ianques falavam de seus povoados dos
Estados Unidos, com as mulheres formosas, as músicas melódicas, as comidas
frescas e as terras férteis. A única mulher na extensa viagem foi a baleeira—o
barco mesmo—e a única música foi o assobio do vento. E a comida era péssima.
Normalmente não tinham mais que um pedaço de carne-seca e um biscuit
duro como um tijolo. Tinha saudade dos pratos saborosos da sua mãe, mas
estranhava demais os seus doces. Sonhava com os biscoitos da sua mãe, uns
doces tão simples, tão perfeitos. Sonhava com estes biscoitos e com a sua razão
de sair das ilhas. Não queria ser rico, só queria ganhar o dinheiro necessário
para ter uma padaria e fazer pão e doces para vender.
133
 Um dia, quando estavam na costa dos Estados Unidos, perto de San
Francisco, cansou de sonhar e decidiu que este era o momento. Não tinha certeza de
que tivesse suficiente dinheiro, mas não podia esperar mais—precisava de voltar à
terra, ainda que não fosse à terra da sua ilha. Então, saltou. E enquanto nadava ao
litoral, pensava nas coisas que tinha nos bolsos, seus únicos pertences: o dinheiro
para a padaria e a receita para os melhores biscoitos do mundo.
Hoje, o seu bisneto tem a receita, única lembrança do baleeiro:
Além dos saltadores, outros baleeiros açorianos ficavam nos Estados Unidos
durante os anos da baleação, e de fato, a maioria dos primeiros portugueses
que chegaram aos EUA eram dos Açores justamente por esta razão.
Uma comissão internacional proibiu a caça das baleias em 1986.
Desde então, a atividade principal da indústria das baleias é “whale watching”,
muitas vezes usando os mesmos barcos previamente dedicados à caça para
olhar e apreciar os animais aquáticos.

Ingredientes:
-farinha sem fermento, 5 xícaras de chá
-açúcar, 1.5 xícaras de chá Caroline B. Colquhoun
-manteiga, ½ libra
-ovos, 5
-fermento em pó, 4 colheres de chá

Preparação: Com a batedeira, misturar bem o açúcar com a manteiga. Adicionar

os ovos, 1 a 1, até obter um creme fofo. Juntar esta mistura com a farinha e
o fermento, e misturar até combinar. Formar bolas de pingue-pongue com a
massa, e rolá-los em tiras de 5 polegadas. Formar estas em pequenos círculos
como donuts e pôr os círculos em tabuleiros forrados com papel de cozer.
Levar a cozer em forno pré-aquecido a 350ºF cerca de 15-20 minutos.

Saltar dos navios baleeiros nos portos norte-americanos foi um acontecimento

bastante regular nas baleações, e contribuía à população açoriana dos Estados
Unidos. Foi especialmente popular nos anos do “Gold Rush” americano, mas também
podia passar em qualquer viagem muito longa, já que a mais longa durava onze anos.

134 135
 Desvelo

Frente a la puerta de cristal que daba al patio, se rascaba
el seno picado por algún insecto estival. Se sobresaltó al ver a su
dormir a su lado como siempre lo hacía. Caminaba la gata alrededor
vecino en el fondo del patio y, enseguida, supo que había sido un
de ella, como dibujando con una línea de leves pasos el contorno de
susto en vano. Era imposible discernir su desnudez detrás del cristal.
todo su cuerpo. Cuando la sintió cerca, estiró el brazo para alcanzarla
Desde afuera, el interior de la casa había sido eclipsado por rayos
y acariciarla. Sin poder agarrarla, su mano se quedó tanteando en
solares que parecían contener todos los soles negados por el diluvio,
el vacío como una criatura inquieta y desamparada. tanteando en
y que ahora se precipitaban como urgente descarga sobre todas las
el vacío como una criatura inquieta y desamparada. Entonces abrió
superficies.
los ojos, pero todo estaba oscuro. Ahora la sentía lamiéndose en una
Con el índice, empezó a tocar el contorno de la picada, esquina de la cama, percibiendo los golpecitos del vaivén como un
trazando un sinuoso monte colorado que solo ahora empezó a murmullo de olas lejanas. Luego sintió el movimiento intensificarse,
preocuparle. Veía cómo su vecino cortaba las ramas de un almez como las sacudidas de cuando la gata centraba todo su aseo en un
tumbado por el diluvio, tan inmenso que cubría los tres patios que área que compulsivamente mordisqueaba. Se imaginaba una pata
colindaban. La gata se paseaba entre las altas briznas del césped proyectándose como un bastón blanco y anaranjado por encima
después de días enclaustrada. Grupos de hongos silvestres cubrían el del cuerpo, sintiendo a la vez los temblores de su maniobra como
pasto como cúpulas de pueblos blancos. La gata bajó a beber agua un diminuto terremoto en la cama. Algo le picó el seno y deslizó
de la zanja que cortaba al patio como una herida perpetua, zanja el edredón para rascarse. Apoyó después el torso sobre un codo y
que ella había decidido era un arroyo de aguas manantiales. Ahora, encendió la luz. Quería ver en qué esquina se encontraba la gata
se tocaba todo el seno como queriendo asegurarse de su existencia, para llevarla a su lado y descubrió que no había nadie en la cama,
como queriendo demostrar que solo ella y nadie más podía tocarlo. que la gata seguía acurrucada como un caracol sobre la caja dorada.
Pero ya no estaba segura de nada.
La lluvia había caído por cinco días. La primera noche,
había traído los nuevos árboles de la terraza adentro para que no se
—Amarilis Ortiz
ahogaran. Los puso todos en el dormitorio para purificar el aire y
combatir el insomnio. Rodeada de cerezos y cornejos, fue una noche
casi perfecta. Desde la cama, se deleitaba con la silueta de la gata
acurrucada como un caracol sobre una caja dorada llena de revistas
viejas, con verla todavía viviendo como si no tuviera cáncer, como si
la medicina hubiera hecho un milagro que en ese momento ella creía
eterno.
Fue una noche de placeres simples, de respirar tierra, de gotas
resonando el metal como granos de maíz cayendo al suelo, de hojas
rozándole el rostro que le hicieron olvidar caricias previas. Abrazada
por un blanco edredón lleno de plumas se sintió amortiguada, como
si por fin hubiera alcanzado esas nubes en las que, de niña, siempre
quiso perderse. Inútilmente, sus párpados lucharon contra el cierre
de una noche que no quería dejar atrás. Entregada al sueño, sintió
los tenues pasitos de la gata sobre la cama, abandonando la caja para
136 137
137
 I

Y la estupidez de salir corriendo tras de ti.

Lástima,
el mundo era tuyo.

II

Tiempos aquellos de indiferencia,

en los que sacudías con facilidad tus pieles de pseudo izquierda.
¿Y quién muere hoy por la revolución?
Sacrifícate tú.

III

Ya no quiero domingos por la tarde que ensucien mis lunes.

Domingos de revolución teórica,
de Gin tonics,
y de sexo forzado.

De Revoluciones
VALENTINA CASTRO

Irresoluble-
138 Didier Barrera 139
 CARTA SIN FRANQUEO no celebrado. Eras manantial, pero también el torrente de una plenitud
todavía no consagrada. Perdona la cursilería, pero es quizá la única
Agustín García licencia que pueden permitirse los condenados a muerte. Porque yo
ya estoy muerto, mi vida, embriagado de la sangre propia y de la
de mis compañeros, que me observan escribir esta carta mientras
tiemblan de miedo y se disipan como una calada de humo que hay
A la luz de un quinqué, el sargento Robles reinició la tarea nada
que exhalar antes de dar las buenas noches a la muerte. Te quiero
conmovedora de escribir su maldita carta a aquella muchacha de
tanto... Son tan altos los sueños que he imaginado traducir contigo
tez cetrina, que anduvo pegada a sus hombros como una lapa en el
en la vida cotidiana, que ahora pierdo, quisiera perder, la luz de esta
baile del pueblo. Los boleros de Machín y las coplas de la Piquer,
consciencia que escuece como una herida demasiado abierta. Ojalá
restallaban en sus oídos como cañonazos sordos de un tiempo casi
pudiera sumirme en la paz neutra de los objetos que nos rodean como
olvidado. Afuera, las ramas de las hayas parecían gigantes torcidos
mudos testigos, ser un saco terrero o la taza de porcelana, que todavía
por una espesa capa de nieve. Intentó beber una achicoria caliente,
humea con la achicoria que nunca me acabaré...
que había encontrado en el almacén de suministros, para sentir la
tibieza en sus tripas rotas por tantos días de privaciones, pero sólo
Escucho, a escasos metros de mí, un lenguaje sordo, el susurro de
sintió la bajada de un líquido caliente como lava destructora por sus
un regular, que seguramente estará dando la orden de ataque a su
cañerías. Jugueteó con la estilográfica, enfrentándose al papel en
patrulla. Resistiremos, pero el resultado será el mismo, y lo sabemos,
blanco, y recordó los ojos de Teresa clavados como dos alfileres en
y por ello lloramos en silencio como niños abandonados. Somos
su rostro de soldadito valiente. No era capaz de expresar con rigor
padres, hijos, maridos, pero en realidad nuestro parentesco común, el
sus sentimientos, y pensó que quizá la pólvora y el frío le nublaban el
de estos hombres valientes y el mío, es la muerte. Teresa, mi amor, si
entendimiento y le impedían participar en aquel juego sentimental.
alguien por esos milagros del destino lograra hacerte llegar esta carta,
No iba a ser fácil escribir aquella última carta de amor. A través
no llores. Piensa en mí como en el hombre que pudo acompañarte el
del ventanuco roto de la casa, o más bien de la ratonera donde se
resto de tu vida, como en ese mequetrefe que te silbó desvergonzado
hallaban acorralados, observaba los movimientos de una montonera
con esa música ciega y primitiva de un mono en celo, aquella bendita
de reptiles uniformados con guerreras caqui, y los veía aproximarse
vez que te vio con las tinajas en la fuente del pueblo. He de apagar
en zig zag como una amenaza infranqueable.
el quinqué, amor mío, abandonar para siempre esta carta tan tuya,
y concentrarme en este maldito máuser que se encasquilla. No hay
“Querida Teresa, sólo soy un hombre que sufre y que ama, un hombre
tiempo para más, ni para menos. El destino dictará la felicidad en tu
de veinticinco años a punto de entrar en una espesa tiniebla. Quiero
corazón de mujer buena, actuará de pregonero de toda la ventura que
decirte que tu recuerdo me acompañará como un cortejo festivo en
mereces. Tuyo.
este destierro infernal y definitivo que me aguarda. Siento aún tus
manos nerviosas acelerarse sobre mis hombros como diez obuses
Luis Robles Gálvez
estallando mi resistencia. ¿Recuerdas la noche de nuestra despedida
Sargento I de la IV Compañía.
en el zaguán de tu casa, temerosa de que tu padre se levantara de
13 de abril de 1938
la cama y nos sorprendiera? Tu miedo era mi combustible, el arma
Frente de Gandesa
secreta para partir al frente con una sonrisa. Y siento, cómo no, la
fresca inocencia de tus ojos desviando la mirada cada vez que mis
labios buceaban en tu escote como dos espadas de un deseo todavía
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140
 Olas Fuego y aire
En la orilla

Contracción de vidas…
Expansión de cenizas

que construye energía…

que quema puentes
Renacimiento a diario de un mundo que derrama ruinas…

Como Fénix

Aire…
Rituales de oxígeno

Si fossi foco arderei lo mondo…

renovada
reinventada
Florece la profunda

…partículas de sabiduría quemada

Bendición
La purificación es el bautismo de la vida
Turbulencia, calma maleable de los abrazos
Sumersión y
Navegación
Océano, río, lago y pantano,
El agua es gota diáfana
Yemayá
Olokun
Agua
Témpano
Diluvio de granizo
Neblina, nieve sin nubes,
Forma cuerpo
Ausencia de cuerpo

William Luis
Anastasia Valecce

142 143
 El remojo

¿Pensando a dónde ir? ¿O simplemente esperando?

144 145
 A vida começa no centro das
cuecas de minha mãe.

Umas cuecas penduradas

na parede da cozinha
de noite.
Sujas, cheias de pó
e de ferrugem

Cuecas
de dia.
Umas cuecas que já viram
todas as maravilhas
e porcarias deste mundo

Mesmo ali.
No centro dessas cuecas.
David Vila
Começa minha vida.
Die(é)guez(s)
Umas cuecas que não foram
além do mercado da praça,
que falam uma língua proibida
língua que, as vezes,
só ela fala.

O mundo inteiro cabe

nas cuecas de minha mãe.

Cuecas furadas sem egos,

roídas de angustias passadas
imóveis e calmadas
no azulejo frio da cozinha.

O mundo inteiro cabe nas cuecas de minha mãe

e é justamente ai,
no centro dumas cuecas,
Luces que toda a vida começa.
146 Iván Montes 147
146
 CANCIÓN SIN PALABRAS
Elvira Aballí Morell

Déjame palpar tus dedos magros

Y cerrar tus párpados,
En este momento de profunda soledad,
Ahora que las gaviotas se retiran a orillas más caladas
Y sus alas mustias tuercen el viento.

Déjame volverte tú, por un segundo,

Y dime si me reconoces en ti.
Déjame perderme en el calor de tu regazohogar ciego
Y en las pupilas dilatadas de tus pechos de madre.
Ruega por mí.

Deja que llene de silencio la alcoba,

Déjame rozar los cueros de tu investido con respiraciones vivas
Y que tus besos recorran mis entrañas
Y que tus canas tejan la mañana.
Tus besos y tus canas que
Habrá de tragarse la tierra húmeda.
Ruega por mí.

Déjame sentir el dolor de tu pérdida,

Y tu pérdida en el dolor.
Déjame anticipar el dolor que falta por doler.
Déjame sentir, por ti, tu último orgasmo y tu desamor.

Quiero recordar cada hebra de tu abrigo rojo

Y cada flor de la batadecasa,
Quiero que me cuentes en el paño verde los milagros
De tus manos.
Quiero que me lleves como un ciego
corriendo entre la verde azucena de tus labios de muerta. Berenjenas para Oyá por Elvira Aballí Morell
Dime si te reconoces, soy yo.

148 149
 mangle Yo y el otro
del
Criaturas
Mayra Santos Febres William Luis

Poco a poco Madre de la enseñanza

enterrada en tu materia acuosa Padre de la guerra
humus primero de donde nace el azufre La anhelo con el alma
esa matriz Lo venero con la razón
lo que muere y se pudre para que nazca la vida Una es el agua, el otro es el hierro
lo que nace de la sangre que también Persisten, coexisten y juntos seremos otro
es agua y tierra Engendro de tu matriz y me pariste
minerales de hierro que se oxida Sincero
linfa roja que anuncia la permanencia de la vida Tu sangre es mía y soy
no hay nacimiento sin sangre Alma
ni muerte que nos perdone el tener que volver a nacer, cangrejo Hijo de tu flujo, eres mi padre
Da miedo, lo sé En mi soy tú
pero la tierra acuosa de la que salimos Padre es madre y madre es padre
sin más aliento que el de nosotros mismos Padre/madre, madre/padre, padre/padre, madre/madre, mapre, pamre
es lo que tenemos como dioses. Los viejos códigos son inútiles
No sirven para deducir la existencia
Que sea ella la que nos acoja hoy y en el día de nuestra muerte. Invento palabras que me definen
El silencio murmura, la bulla enmudece
Vuelvo a nacer
Soy otro, soy el otro, el otro soy yo
Yo y el otro

150
150 151
151

El llamado de mi voz
Una taza de café es todo lo que necesita mi alma para
atraer todos aquellos recuerdos del pasado que he decidido de-
senterrar. Son las 3:00 a.m., y la ciudad parece haber muerto, el
silencio se apodera de las estrechas calles de mi vecindario y los
árboles sacuden sus raquíticas ramas. El invierno ha llegado y
con él se han ido los bellos colores que iluminaban hasta mis días
más oscuros. La noche es fría y por medio de la empañada ven-
tana veo como el tiempo pasa lentamente. Los minutos se hacen
interminables, y la siguiente hora parece nunca llegar. En medio
de mi soledad veo mi cama y aún percibo la silueta de tu cuerpo.
Las sábanas blancas, perfectamente ordenadas, me recuerdan la
pureza de tu alma. Cómo olvidar aquella noche cuando perdi-
do por el mundo me encontraba vagabundeando sin dirección
alguna y el destino te puso frente a mí. Fuiste tú quien tumbó
mi resistencia. Después de mi atroz e inhumano pasado, había
prometido dedicarme a mí. Aquella noche, bajo la claridad de
las estrellas, mi corazón había perdonado a aquellos que se afer-
raron a lastimarme cuando lo único que buscaba era un poco
de amor. Me había perdonado a mí mismo por haber fracasado
como persona, como hermano, como amigo y sobre todo por
haber fallado como hijo. Sentado frente al extenso mar llegaste
como un resplandor que iluminó hasta el rincón más olvidado
en mi patética vida. Las olas y las brisas del mar eran el comple-
mento perfecto de aquel inolvidable santiamén. Mi frágil cuerpo
estaba en la expectación de aquel calor que por muchos abriles
busqué en las personas equivocadas. Tu suave piel rozó mis des-
perfectos dedos y un escalofrío se apoderó de mi cuerpo y alma
por un instante. Mirando hacia el horizonte había decidido dejar
atrás el ayer, y decidí empezar una nueva vida junto a ti. Sólo me
bastó mirar un instante tus luceros grises para entender que por
primera vez la vida se había compadecido de mí. No me importó
quien eras o de donde venías. Lo único que importaba en aquel
momento era hacia donde nos dirigíamos. Tu blanca melena ha-
cía un insólito contraste con el fulgor de la noche, tus cansadas
pupilas me me decían que la vida no había sido fácil y que aquel-
momento tan anhelado al fin había llegado. En ese momento en
tendí que todos ocultamos algo sobre nuestro pasado. ¿Quién
152
era yo para juzgarte? Tus defectos y tus virtudes serían un rom-
pecabezas por formar. Inefables fueron tus caricias que me lle-
varon del averno al firmamento en un solo instante. Tus manos
recorriendo mi cuerpo hicieron apagar la cólera del pasado. Fue-
ron tus ósculos y abrazos los que me sacaron del abismo y me
hicieron sentir deseado.
Ahora las noches son tan largas, y mis huesos son perfo-
rados por el frío que entra por el ventanal. Desde que te fuiste
todo se ve tan diferente; los pájaros ya no cantan al amanecer, el
cielo ha perdido su color, y el dormitorio se siente tan vacío sin ti.
Percibo tu semblante por todos lados. ¿Cómo olvidar esa sonrisa
que me hacía volar? ¿Cómo olvidar esa mirada que despertó en
mí las ganas de vivir cuando estaba en el precipicio? Echo de me-
nos los días de invierno cuando frente a las llamas de la hoguera
prometíamos nunca separarnos — ¿Por qué te fuiste?
Varios años han transcurrido desde tu partida y en me-
dio de mi desvanecimiento escucho la melodía de las luces navi-
deñas. Las enormes almendras aún sacuden sus ramas de lado a
lado haciendo volar sus enormes hojas. El viento barre las calles
sucias creando remolinos que se elevan hasta perderse entre las
nubes que avanzan con prisa. La lluvia cae frente al portal re-
frescando los enormes tulipanes que cierran sus hermosas flores
de engendro ante el crepúsculo. En la pared de madera de cedro
retiembla la imagen de la virgen María. El cuadro de San Judas
da vueltas constantemente, y las ventanas forzadas por el viento
rechinan creando un gran suspenso. El alba se aproxima y las cal-
les aún están vacías. Es navidad, y he decidido recordarte, mante-
ner vivo tu recuerdo reviviendo nuestro pasado. Te recuerdo con
la única esperanza de que tu espíritu acuda a mi llamado, ¡ven!
¡ven! que al cielo imploro tu regreso, amor de mis amores.
Ramiro Bautista
153
 poemimimi

enquanto sentado espero por um PF

Él se despierta antes del amanecer.
Ella camina con sus herramientas desenfundadas.
Todas las plantas están orgullosas enfrente de él,
Pero nunca tienen miedo.
Él usa sus herramientas para sacudir las plantas.
Ella usa sus herramientas para todo.
Todas las plantas resisten su toque,
Pero los granos de café caen con cada sacudida.
Él lucha con las plantas y los granos de café.
Ella tiene dos herramientas que no se pueden romper.
La Madre Naturaleza le da lo peor,
Pero ella demuestra que no puede sobrevivir sin que nada importe.
No hay nada más resistente que la mano,
De alguien que vive de la tierra.
Jacob Hardiman
na mesa d’uma lanchonete d’esquina
rabisco estas linhas & penso na vida
penso em você
em nós
& lembro da gente na véspera do teu aniversário
lembro da gente um ano atrás
do outro lado da rua
vejo um grupo de pessoas
uma família humilde com seu carrinho de catar papelão
abrigados da chuva naquela esquina sob o toldo
de um antigo restaurante por quilo
que por conta da “crise” fechou
& mesmo distante percebo que
há mais amor naquela família de catadores
há mais amor no sorriso daquele pai pobre
sentado no chão brincando com seu filho bebê no colo
há mais amor na filha mais velha dividindo
meia marmita fria com seu cão sarnento
do que em todas as repartições públicas de Brasília
do outro lado da rua
percebo que
um ministro morreu
mentira:
um ministro foi morto
um ministro foi descaradamente
morto
assassinado
pela mesma corja de calhordas que usurpou o poder no ano passado
neste lado da rua
percebo que
um amor morreu
mentira:
um amor foi morto deliberadamente
matado
assassinado
pelos mesmos motivos que meus amores sempre são suicidados

24
154 25155
155
 assim como teu cheiro
como o gosto enigmático do teu beijo
a temperatura peso & pressão do
teu corpo unido ao meu num abraço
sincero & profundo
são paulo (& você)
me inspiram me fazem querer fazem pensar
no filme besta disaster movie de terremotos
com uma bem desenhada moça de belos seios
& calça agarrada sobre vivendo aos destroços
de uma cidade que cai assim como eu
por dentro (mais uma vez) sou só destroços
enquanto
vejo aquele teu isqueiro bonito
todo trabalhado no dourado:
foi o teu aniversário & nem os astros
sabem o que fazer contigo
comigo
eu estúpido
eu que já deletei o tinder
happen & afins
eu que de propósito m’esqueci
que é melhor criar galinhas
do que expectativas
eu que sei
que nas mais escuras horas
quando o céu se enche
de nuvens negras & a inevitável tempestade
chega destruindo nossas hortas ainda não nascidas
sei que
apesar do relâmpago ser o amor que ilumina a vida
o trovão é o som de um coração quebrando
& mais uma vez o romantismo falhou.

bagadefente
poema e imagem

156 157
156
 OTRO
GIGANTESCO
NO
TRAS Cheikh Sene
EL
DE
LA
REVOLUCIÓN
DE
HAITÍ
En 1791, tras llegar a un punto culminante de lo
insoportable que eran las condiciones atroces del
sistema esclavista, los esclavos de los ingenios de
la colonia de Saint-Domingue, bajo mando de Toussaint
L’Ouverture, se rebelaron contra sus amos y explotadores
criminales. Pronunciaron un no gigantesco con las
armas en las manos. Esta vez, se trata del mismo
continente gigantesco donde se sacaron los esclavos
arriba mencionados. Un día, este continente que hoy se
admite que ha vivido las peores vicisitudes históricas
jamás vividas por ninguna otra comunidad humana, quiso
hacer (por deber moral y ético) un paso más hacia
la liberación. Desde hace unos meses, hemos vivido
158
transformaciones sociales y políticas que han
llevado a cuestionar la independencia monetaria de
un rincón de África, todavía sumiso a un sistema
monetario neocolonial inédito. Desde hace unos
meses, hemos notado en buena parte de las capitales
del mundo, empezando por capitales africanas como
Dakar, Abidjan, Bamako, Cotonou, Libreville, pero
también Washington, París, un movimiento popular
protestador. Desde África, núcleo del sistema
neocolonial económico francés, la gente de estos
países ha emitido un grito de “estamos hartos”.
Sí, completamente hartos, cansados de un sistema de
explotación sin término, un sistema protegido por
hombres deshonestos cuya única ambición es enriquecer
su vida, aumentar su “daradja”*. Primero, estos
deshonestos son africanos. Son hombres y mujeres
que se dicen africanos y patriotas. Son los que
tienen ciertos cargos políticos o administrativos.
Corruptos desde la última gota de sangre que
llevan en sus venas, son dirigentes de agencias y
administraciones que colaboran con los europeos que,
mediante unas maletas de billetes de euros o CFA (o
solamente mediante promesas de promoción política
o profesional), se dejan manipular por una red de
hombres potentes. Se dejan manipular y corromper
firmando los acuerdos económicos más criminales.
La esclavitud económica nunca ha terminado. La
servidumbre económica se manifiesta para nosotros
africanos por la sumisión a un sistema monetario
altamente explotador firmado y garantizado por
algunos dirigentes africanos corruptos e incapaces
de volver humildemente atrás y corregir su pecado
histórico. A veces por miedo a ser liquidados
(Sylvanus Olympio, Cheikh Anta Diop, Tomas Sankara,
Laurent-Désiré Kabila, coronel Muammar Kadafi,
pasaron por esta liquidación francesa), ellos ni
siquiera se atreven a afirmar su dignidad africana.
Para responder a la sumisión económica de África
hacia la metrópoli francesa, se oye, hace unos
pequeñitos meses, el fuerte grito desde las más
grandes ciudades y capitales del mundo, donde se
halla incluso la más pequeñita comunidad africana.
Los inmigrantes combaten el franco CFA desde sus
* En wolof, conjunto de los bienes materiales que a uno le eleva al grado
de fama, personalidad social, influencia en la comunidad, respeto popular.
159
 países de destino respectivos. Ellos forman un
núcleo potente, una masa popular que hace eco y
da fuerza al gigantesco NO anti-neocolonialista
europeo. Pero volvamos un instante a los factores
históricos del neocolonialismo monetario de
la república francesa en la mencionada África
francófona.
Los hombres y mujeres que viven en quince países
africanos, cuyos ancestros fueron esclavizados
durante más de cuatro siglos (1500-1888) y luego
colonizados durante innumerables décadas, llegaron
al tope de su poder de aceptación del sufrimiento
e irrespeto aprobados por una metrópoli europea
usurpadora de su dignidad humana, de sus libertades
monetarias y socio-económicas.
Si volvemos a la historia lejana, en los antiguos
pueblos africanos no se conocía la moneda basada en
piezas de metal o billetes monetizados. Esos vivían
en un sistema “monetario” basado en artículos de
intercambio local que respondían perfectamente
a las necesidades de intercambio interpersonal
o intercomunitario. Usaban productos cuyo valor
podía ser igual o calculable, a base de equidad y
confianza.
En mi pueblo natal, podía yo ver escenas de
intercambios basadas en artículos comercializables
como el pescado y la sal. Las mujeres compraban
pescado a cambio de alguna cantidad de sal que
daban a los pescadores locales, privados o grupos
de pescadores, que por todo el día frecuentaban
los pueblos más lejanos en las profundidades de
las islas del Sine-Saloum (región centro-oeste de
Senegal) conocidas por su abundante producción de
cereales (“bassin arachidier” = cuenca de maní).
En esta parte del país, los platos locales a base
de cereal suelen ir masivamente con el pescado. El
sistema mencionado existía hasta el año 2000 en
mis pueblos conocidos del Senegal. Pero volviendo
al pasado más lejano, estimemos que la llegada de
los colones europeos a finales del siglo dieciséis
va a ir cambiando progresiva pero totalmente el
muy estable sistema de intercambio comercial en
varias partes del continente africano.
160
Creada en 1939, la moneda colonial “las Colonias
Francesas de África” (CFA) entra en vigor tras
la segunda guerra mundial en 1945. Moneda
concebida para un grupo de países colonizados por
Francia, el franco CFA (acrónimo XOF) acompaña
estratégicamente y con profundidad al sistema
colonial y luego neo-colonial de Francia sobre
los territorios colonizados (como ocurre con la
lengua española de Antonio Nebrija acompañante
del imperio español en Latinoamérica). Son las
siguientes dos comunidades territoriales: la
UEMOA (Unión Económica y Monetaria del África
Occidental) que componen Senegal, Costa de Marfil,
Benín, Burkina Faso, Mali, Níger, Togo, Guinea
Bissau y la CEMAC (Comunidad Económica y Monetaria
de África Central) compuesta por Camerún, Gabón,
Guinea Ecuatorial, Chad, República Centroafricana,
y Congo. A estos catorce países, se añaden las
Comoras que también pertenecen a la zona del
franco, pero el franco utilizado en las Comoras no
es el franco CFA, sino el franco de las Comoras,
que se fija con el CFA.
Analicemos cómo funciona la zona Franco para ver
las raíces del mal monetario del África francófona.
De hecho, de las cuatro monedas emitidas hoy
dentro de esta zona, sólo el euro tiene un precio
en todas las subzonas. El franco CFA emitido
por el Banco Central de los Estados del África
Occidental («XOF»), el franco CFA emitido por el
Banco de los Estados del África Central («XAF») y
el franco comorano expedido por el Banco Central
de Comoras («KMF») deben ser compensados en euros
más allá de sus respectivas zonas. Durante las
últimas décadas, los economistas denuncian los
mecanismos de cooperación monetaria que se basaron
en una retención del 100% del producto de las
exportaciones africanas en los libros del Banco
de Francia, antes de pasar al 65 y al 55%. En este
sentido, los expertos africanos han conservado
cuatro preocupaciones importantes: ¿Sigue siendo
necesaria la garantía de la convertibilidad
ilimitada del Tesoro francés? ¿Pueden las reservas
acumuladas por los bancos centrales africanos
no satisfacer esta convertibilidad? ¿Por qué el
euro debe establecer oculto un costo adicional en
161
 vista de las fluctuaciones entre el franco CFA y
el dólar, la moneda de facturación de las materias
primas y las exportaciones de petróleo? ¿Cuál
es el costo de la depreciación del FCFA frente
al dólar en las exportaciones de la Zona CFA?
Valdría la pena examinar estas preguntas una por
una, pero brevemente, plantean un problema común
preocupante: la convertibilidad fija con el euro
y el sistema de reservas establecen un mecanismo
nada equitativo, basado en un sistema estructural
de explotación económica y monetaria de las
energías vitales africanas en general. Recordemos
que dicha cooperación tiene su base histórica en
que a los dignos hijos de África nos molesta hasta
el último átomo. Construida sobre los vínculos
históricos entre Francia y sus antiguas colonias,
la cooperación monetaria de la zona del franco
se rige por cuatro principios fundamentales: la
garantía de la convertibilidad ilimitada traída
por el Tesoro francés, las paridades fijas, la
transferibilidad libre y la centralización de las
reservas de divisas. A cambio de la garantía del
Tesoro francés, los tres bancos centrales están
obligados a depositar una parte de sus reservas
de divisas en una cuenta llamada «operaciones»,
abierta en los libros del Tesoro francés. Es decir
que todavía las antiguas colonias de Francia
en África siguen pagando un impuesto colonial
a la metrópoli. A través del pacto colonial,
los catorce países de la zona CFA están bajo
obligación de poner el 85% de sus reservas en el
Banco Central de Francia. Y lo peor es que Francia
no les permite sacar sino solamente un 15% anual.
Si estos países necesitan más de ese porcentaje,
deberán hacerlo en forma de préstamo y por supuesto
pagarlo a término. Desde esta perspectiva, podemos
imaginar el tamaño de la deuda que estos países
africanos acumulan a lo largo de una mera década
de operaciones monetarias.
Con todo lo que se acaba de decir y con otros
peores secretos que solamente saben los que firman
los papeles criminales, los movimientos populares
se han despertado en buena parte de estos países
colonizados a vida por Francia. Los movimientos
y sus activistas interpretan la situación de una
forma similar: es una esclavitud. El economista
162
togolés Kako Nubukpo califica de servidumbre
voluntaria el sistema monetario franco. Según
él, el uso de esta moneda, producida en Francia
y garantizada por el Tesoro francés, plantea
cuatro problemas principales. En primer lugar,
señala que el comercio entre las economías de la
zona del franco es muy bajo, del 15% (frente al
60% de la Unión Europea). En segundo lugar, una
moneda vinculada al euro, y por lo tanto demasiado
fuerte para la economía local, obstaculiza la
competitividad porque «actúa como un impuesto a la
exportación y una subvención a las importaciones».
Por lo tanto, aparte del caso notable de Costa de
marfil, el mayor exportador de cacao del mundo,
«todas las balanzas comerciales de las economías
de la zona del franco son deficitarias”. Estos
aspectos comerciales explican la debilidad de
los intercambios que los países del franco CFA
realizan. La solución para él es poner fin al
sistema, pasar la página de la paridad fija con el
euro y crear una moneda africana.
Calificada de esclavitud económica por el
Movimiento Urgencias Panafricanistas, la paridad
fija con el euro no deja ninguna posibilidad de
progreso social y económico a esta parte del
continente africano. Un activista panafricanista
anti-CFA, con el famoso nombre de Kémi Séba,
ciudadano franco-beninés, fue víctima de una
captura policial, seguida de una breve detención
que provocó demasiado ruido socio-político en las
asambleas populares senegalesas, por haber quemado
en público (y puesto el video en internet) un
billete de 5000 francos CFA el 19 de agosto de 2017
en la Place de l’Obélisque (Plaza del Obelisco,
Dakar). Apoyada por las incitaciones poderosas
del BCEAO (Banco Central de los Estados del Oeste
Africano), organización creada para regular el
sistema colonial CFA, su breve detención fue
seguida por su expulsión del territorio senegalés
por las autoridades gubernamentales, partidarios,
“corruptos”, según arguyen los activistas, de la
continuación del cordón umbilical colonial que
une los subsaharianos a los franceses.
El activista beninés, otro brazo tendido del
movimiento “NO al franco CFA”, Amadidjè Sèmevo
163
Mondésir, afirma que el franco CFA “es un hándicap dirigentes africanos, para mantener el sistema
sociológico, económico, social y político.” Para monetario del CFA? Sin ambigüedad, es porque
nosotros juventud africana y para la mayoría de tiene sus beneficios que valdrían la pena. El país
los economistas honestos como Kako Nubukpo, la zona europeo llena sus apetitos económicos a partir
franco es más que un hándicap. Es un obstáculo de la servidumbre monetaria que impone el franco
al desenvolvimiento humano de los africanos, a la CFA, este instrumento monetario fabricado desde
emergencia económica del continente. Su política es la metrópoli, en Chamalières, en una imprenta del
colonialista, y por consecuencia explotadora. Lo Banco de Francia rodeada de grillas insuperables.
cual hoy en nuestros días modernos contradice todas ¡Y…! Sonará la hora. La hora de … y los africanos
las disposiciones socio-económicas progresistas, tendrán por fin la última palabra. Llegará la
no importa la acepción sociológica de la relación hora… La hora del respeto a la tierra desde la
colonial que tengamos. El sistema mata a la dignidad cual partió toda vida humana…, advertía el gran
económica (y creo que ésta casi nunca ha existido historiador y egiptólogo africano del siglo XX,
para los africanos), desde cualquier perspectiva Cheikh Anta Diop.
macro-económica y micro-económica. Y para nosotros
juventud africana (residentes permanentes, diáspora
y otros) y desde el punto de vista de los economistas
honestos y ávidos de objetividad y de respeto
deontológico a su disciplina, «el surgimiento
de África debe pasar por la reconquista de los
instrumentos de su soberanía económica», liberada
de los criterios de convergencia impuestos por la
paridad rígida con el euro y además de los que
injustamente establecen el FMI y el Banco Mundial. De
ahí, afirmamos, brotará la liberación total política
y socio-económica del continente africano. Es un
derecho económico innegable el crear una moneda
soberana, independiente de cualquier otro sistema
de imposición monetaria colonialista. De ahí, se
ganará flexibilidad entre los mercados africanos
y los intercambios podrán crecer y sostenerse a
largo plazo. Y afirmamos que si los gobernantes no
cumplen con este requisito por el cual mayor parte
de ellos ha sido electa, las masas populares lo
van a adquirir, sin sorpresa, mediante episodios
semejantes a los que ya se saben en la historia
de la humanidad (he citado la revolución de Haití,
podemos añadir las revoluciones rusas, la revolución
china, la revolución cubana, el movimiento de mayo
68, el movimiento del 23 de junio en Senegal, la
primavera árabe en norte áfrica, etc.) Es obvio
decir que el sistema monetario franco-africano es
un cuello de botella para los africanos, pero una
fiesta financiera para el país europeo. ¿Por qué
Francia está cada vez más dispuesta a corromper
(casi siempre con maletas de billetes de banco) a
164 165
 Tres poemes curts
Així, lligats per les esferes
El vermell als ulls i la sal a les galtes
que ens tornen la mirada,
són luxes que no ens podem pas permetre,
almenys no gaire sovint, que ens visiten, ara a tu, ara a mi,
almenys no tots els dies. i per les ones que omplen l’aire,
vivim tu i jo; i pel demà passat,
Per això els propers, que el demà és encara d’hora,
quan són lluny, que l’avui fuig del nostre abast
són encara més llunyans.
i l’ahir existeix només a la memòria.
Per això quan els llaços, en creuar l’oceà,
es fan prims com cabells, Els nostres dies,
descomponent la seva matèria, versos encavalcats;
ocupant l’espai que ens separa, les nostres hores,
el silenci es fa còmplice, diferents sent les mateixes.
per poder suportar l’absència,
per dissimular que manca un tros de tu
que roman a l’altra part del món. La lluna que ara jo miro
la miraves tu fa no gaire.
El sol que ara et desperta
em despertarà serè,
Les rels tendres i subtils de l’heura quan arribi aquí l’alba.
em fan enveja, i al sol
les seves fulles, sempre més verdes,
sempre més altives i més fresques, José Gil Férez
i les seves sarments
que s’enfilen per la finestra
i s’arrapen a la barana.

Qui fos heura

i no pas jo,
foragitat de tota terra!

166 167
166 167
 Cetáceos
He escuchado llorar a los cetáceos
en las noches de más claro silencio.
Sé que la bahía puede ser estéril y amarga.
Sé que esperaban encontrar algo mejor.

Yo pudiera acercarme a ellos,

ayudarlos a morir con dignidad,
sepultarlos en la noche oscura
y sin que nadie me viera, regresar al alba.

Pero también sé
que es un espectáculo doloroso.
Prefiero quedarme entonces
a fingir que son llantos de niños ajenos,
o de fantasmas sin amor propio,
hasta el día en que ya no les escuche más
y deba llorar por una mano que nunca vendrá,
una mano a la que asusten
las mareas tristes
y el salitre. Pintor del cor
Llúcia Arredondo

Náthaly Hernández Chávez

168 169
Thelonious Monk-Didier Barrera
LA VIDA EN TREINTA SEGUNDOS
Megahan Montserrat Bailón Velazco

Caminar por la calle del desdén,

ir de picada en el precipicio de lo desconocido,
llenarse de la amarga confusión,
cubrirse con el fango de la falsedad,
creer en el destino,
mentirse asimismo,
negarse la fe,
orar otra vez,
caer, levantarse, huir,
machacarse los huesos
para oír tus propios gritos,
perder el conocimiento,
recobrarlo o morir,
renacer y seguir como si nada hubiese pasado,
una nueva vida,
un nuevo nombre,
otros sueños,
más desdenes,
otras vidas
pero siempre con la misma esencia
de café con canela.

170 171
 Elvira Aballí “de San Antonio a Maisí”, como le gusta de-
cir a su madre para señalar el apellido de un
Morell extremo al otro de la isla de Cuba, nació en
Guanabacoa—tierra de agua—en el año 1988.
Apasionada por la literatura y la música vive
imbuida en un mundo de travesuras artísti-
cas. Ha trascendido “la maldita circunstancia”
piñeriana y ha llevado consigo la lezamiana
“fiesta innombrable” a Vanderbilt, donde ac-
tualmente estudia en el Departamento de Es-
pañol y Portugués.
Marijo Alba He tomado parte en exposiciones colectivas
de fotografiá y pintura, a través de la capital.
Sánchez Tengo ganado dos premios de fotografiá: pri-
mer premio en Madrid y segundo premio en
Londres, donde vivo ahora. He publicado algu-
nos de mis poemas, ilustraciones y fotografiás
en revistas de poesía y arte como: Exiled Ink,
La Tundra y SMART. Fascines: Art for Art’s
Shake, with ART-con ARTE y London in Po-
etry, en Londres. La Arpillera ganó el tercer
premio de narrativa dedicado a Violeta Parra,
Londres.
Alana Álvarez (Caracas, 1985). I am an Assistant Professor
of Spanish at Mercer University in Macon,
Ga. I got my PhD in Spanish from Vanderbilt
University (2016), and I proudly graduated
magna cum laude (Licenciada en Letras) at
Universidad Central de Venezuela (2008). My
current research focuses on critical race stu-
dies, whitening studies, 19th and 20th century
Venezuelan literature, nationalist discourses,
cultural studies (with an emphasis in cultu-
ral material studies), 19th and 20th century
Venezuelan history. My broader interests in-
clude 19th, and 20th century Latin American
literature, Latin American Studies, and 20th
century Latin American poetry.
Alberto Architetto, ha vissuto e operato molti anni in
Africa, come esperto di urbanistica parteci-
Arecchi pata e di tecnologie appropriate per l’habitat.
Negli ultimi anni si è dedicato alla scrittura
di novelle e racconti brevi (e qualche poesia),
con i quali si è classificato in diversi premi let-
terari. Arecchi è presidente dell’Associazione
culturale Liutprand, che ha pubblicato studi di
172
storia e tradizioni locali, senza trascurare i ra-
pporti interculturali (sito internet: www.liu-
tprand.it).
Llúcia Soy una chica de 18 años, estudiante de Ba-
chillerato de Humanidades a la que le apasio-
Arredondo na la lectura. Escribo textos (a veces en prosa,
a veces en verso). Nací en Madrid pero tengo
un gran interés en la literatura catalana, lo
que me llevó a aprender el idioma y a escribir
en él.
Bagadefente é poeta, pirata & pai. escritor, artista visual &
videomaker. produtor cultural, arte-educador
& por aí vai, sempre utilizando o Acaso como
sua principal ferramenta criativa. Em 2011
trocou o cinza da cidade pelo verde do campo
e desde então vive em meio rural na cidade
de Botucatu/SP, dedicando-se à sua produção
artística autoral e atuando profissionalmente
como roteirista, videomaker e artista gráfico
freelancer. Desde 2015 também vem se dedi-
cando à publicação independente, tendo lança-
do 3 livros de poemas em edições artesanais,
limitados à 50 exemplares cada, feitos um a
um pelo autor.
Megahan Nació en Cuernavaca, Morelos, México, el 25
de marzo de 1998. Desde muy pequeña se vio
Montserrat fascinada por la escritura encontrando en ella
Bailón su santuario, decidió interesarse por el cuen-
to corto y la poesía, esperando incursionar en
Velasco un futuro en la novela experimental. Ha par-
ticipado en diversas publicaciones como en la
Revista Papalotzi de Guadalajara, El Diario de
Morelos, la antología Garabatos en las Buta-
cas y su más reciente colaboración en el taller
“Mujer Escribir Cambia tu Vida”.
José es un explorador, buscador de misterios y
enigmas, originario de Tijuana, Baja Califor-
Bañuelos nia, México. Canaliza su creatividad a través
de la escritura, capturando momentos en fo-
tografías y ocasionalmente haciendo música.
Sin embargo, no se limita solo a ello. Se mueve
de tema en tema buscando todo aquello que sea
interesante y único. Le gusta viajar, conocer el
folclor de las tierras y admirar la naturaleza
así como las creaciones de la cultura humana.
173
 George es venezolano. Tiene 28 años. Se graduó como
Técnico medio en Comercio exterior. Escribe
Barahona desde 2011 y ganó la edición 2016 del concur-
so de cuentos Moleskin. Ha sido dos veces fina-
lista del concurso de ensayo universitario en
sus ediciones de 2016 y 2014, respectivamen-
te.
Didier Colombiano. Tengo 30 años de edad. He publi-
Barrera Gil
cado trabajos de poesía y dramaturgia a raíz
de mi participación y selección de mis escritos
en diversos concursos de poesía y teatro como
lo son el Concurso Internacional de Poesía
“Castello Di Duino”, el Concurso Internacional
“Latin Heritage Foundation”, Concurso Inter-
nacional de Microficción “Garzón Céspedes”,
entre otros.
Ramiro Nació el 18 de agosto en Tabasco, México. Se
mudó a las Estados Unidos durante su adoles-
Bautista cencia. Se licenció en lenguas extranjeras y li-
teratura de la Universidad de Birmingham en
Alabama y actualmente se encuentra en la es-
cuela de posgrado. En su tiempo libre le gusta
pasar tiempo con su familia y ayudar a la co-
munidad latina en Birmingham, AL. Le fascina
tomar café y contemplar las noches lluviosas.
Es fanático de los libros de realismo mágico y
amante de la escritura.
Gaby Escritora y guionista. En 2011 viajé a Miami a
trabajar en un programa de televisión. Mi hijo
Caballero se quedó en Venezuela y la separación tempo-
ral se convirtió en un año. Durante ese tiempo
escribí para algunos shows, limpié casas y cui-
dé niños. Dormida, lloraba llamando a mi hijo.
365 días de distancia es lo más duro que he
vivido. Recordé a todas las madres que no tie-
nen la oportunidad de traerlos. Hoy me siento
agradecida de que mi hijo y yo tengamos una
mejor calidad de vida en este país mientras
trato de adaptarme a la soledad del emigrante.
Valentina Nació en Caracas, Venezuela, en 1985. Getting
rid of this stupid third person I’m gonna say
Castro que me gradué de Licenciada en Letras (Mag-
na Cum Laude) en la Universidad Central de
Venezuela. Creciendo en una burbuja gringa
174
en medio del trópico salvaje Venezolano, vine
a mi madre patria para emprender estudios
de doctorado at Vanderbilt University. Aunque
siempre he escrito poesía, ahora se ha conver-
tido en una manera passive aggressive de in-
formarle a mi marido lo histérica que estoy.
Currently living in Macon, Georgia, soy Visi-
ting Assistant Professor en Mercer University.
Joseph El autor es Licenciado en Filología Inglesa y
Postgrado en Filología Hispánica (Ciencias del
Cobano Espectáculo), Universidad de Sevilla. Formó
parte de la tercera selección de relatos Cuen-
tos Selectos hecha por la desaparecida y polé-
mica Editorial Jamais; del mismo modo cuenta
con publicaciones en lengua inglesa en fan-
zines universitarios, caso de Blueprint, o poe-
marios-compilación de tirada nacional, siendo
uno de los cuatro poetas seleccionados para
representar la ciudad de Leeds y Yorkshire
(norte de Reino Unido) durante dos años con-
secutivos, en 2003 para la compilación Rhy-
me and Reason y en 2004 para otra titulada
In This Life.
Caroline The editors are saddened to announce that Ca-
roline is trapped under a massive pile of books
Beard in the library. We are told there are signs of
Colquhoun life, and she is expected to emerge and make
a full recovery after exams. As we were una-
ble to obtain a biography, we ran a few Goo-
gle searches: She was born in Tennessee in
1988, fell in love with Spanish circa 2002, and
earned a Master’s in Spanish literature from
the University of Alabama in 2016. She is cur-
rently working her way toward a PhD in the
same at Vanderbilt University.
Argentina, cordobesa residiendo en Rosario.
Sonia
Física y educadora, le interesa la tecnología
Concari como medio para aprender y las energías sus-
tentables. Ama viajar para conocer culturas y
lugares, le gusta bailar y escribir. Ha publicado
cuentos en Opúsculo y en El Ojo de UK (https://
elojodeuk.com/2017/06/09/con-los-ojos-bien-
-abiertos/), y poesía, en la antología Corte al
bies veinte16, editada por GatoGrillé (2016).
175
 Sahai Couso Nació en La Habana, Cuba, y tiene 29 años.
Graduada de la Universidad de la Habana, ac-
Díaz tualmente estudia en el programa de doctora-
do del departamento de español y portugués
de Vanderbilt University. Le apasiona saltar
por el mundo y comparte el sueño de multipli-
car kilómetros. Vive de sus obsesiones, quiere
convertirse en polilla y de vez en cuando se
inspira detrás de un lente.
Marta Tras su formación y trayectoria fotográfica en
Zamora (2013) se traslada a Granada, don-
Del Pino de actualmente realiza fotografía social junto
con proyectos personales. Ha realizado talle-
res fotográficos con Alberto García-Alix en Se-
villa (2011), Ricky Dávila en Álava y Julián
Ochoa y Daniel Casares Román en Marruecos
(2014). Ha expuesto en la Galería de Arte Ce-
ferino Navarro de Granada, participado en la
feria fotográfica “Entre fotos Madrid” (2015) y
publicado en las revistas Ecléctica Revista de
Fotografía y Viento Sur (2016). En 2016 que-
dó finalista en el XVI Seminario de Fotografía
y Periodismo de la Fundación Santa María de
Albarracín.
Edward teaches Spanish and comparative literature at
Vanderbilt University. In 2015, he published
Friedman Quixotic Haiku: Poems and Notes (Juan de la
Cuesta).
Nací en Madrid, en 1961. Cursé estudios de So-
Agustín
ciología en la Universidad Complutense de Ma-
García drid. Participé en varias publicaciones duran-
Aguado te los años ochenta y noventa del siglo pasado.
Después de más de veinte años sin escribir,
sentí la necesidad de sumergirme nuevamen-
te en el misterioso universo de la creación. Es-
toy a punto de publicar mi primer libro de rela-
tos con la Editorial Acen y he sido finalista del
Certamen de Relatos Ciudad de Martos, 2017.
José Gil Professor per vocació, matemàtic per volun-
tat pròpia i nòmada per voluntat aliena. Nat al
llevant espanyol, es va llicenciar i doctorar a
Barcelona, des d’on el destí el va cridar a viure
al Japó, Txèquia, Itàlia, Estats Units i Suïssa.
Amant de les llengües, la seva complexitat i
bellesa.
176
Isabel Gómez es profesora de lengua y literatura españolas
en East Tennessee State University. Se acer-
Sobrino ca a la literatura y a la poesía en particular,
como una manera de entenderse a mí misma
y el lugar que ocupa en el mundo que le rodea.
Escribe poesía porque es la única manera que
tiene, hasta el momento, de darle forma a sus
fantasmas.
Obed México D.F., 1969. Maestro en la Escuela de
Artes de la Universidad Anáhuac México; par-
González ticipante del Seminario Internacional Políti-
cas de la formación docente inicial y continua
del Instituto Internacional de Planteamiento
de la Educación de la UNESCO. Obtuvo el Pre-
mio Accésit en la categoría de Investigación
Cinematográfica Internacional en el Festival
de Cine Español de Málaga, 2015.
Claudia nació en Oviedo, España, en 1991. Se licenció
en Filología Hispánica en 2014 y después pasó
González tres años en Estados Unidos para obtener su
Rivas máster y probar lo que era un doctorado. Du-
rante ese tiempo, ha publicado sus relatos “Lo
que Sara dijo” y “El diario de Jane” en la revis-
ta hispanista de The Citadel College. Además,
en diciembre de 2015, la Editorial Tandaia pu-
blicó su primera novela, Golden Galaxy Tour,
una comedia de ciencia ficción sobre el fin del
mundo.
Braden was raised in the Pacific Northwest of the Uni-
ted States of America, although he has lived in
Michael Alaska as well as in the Patagonia. Before pur-
Goveia suing a PhD in Vanderbilt University’s Depart-
ment of Spanish and Portuguese, Goveia re-
ceived a Bachelor’s degree in Philosophy and
in Spanish from Central Washington Univer-
sity. His current academic interests include,
but are not limited to, works of literature in
Spanish and Latin American Enlightenment.
Náthaly (Matanzas, Cuba, 1994). Poetisa y narra-
Hernández
dora. Pertenece a la Asociación Hermanos
Saíz. Estudia la carrera de Periodismo en la
Chávez Universidad de Matanzas. Obtuvo premio de
oro de literatura en el Festival Nacional de
Artistas Aficionados de la FEU 2015-2016,
177
 fue ganadora del Premio Bonifacio Byrne y
Mención en el Encuentro-debate José Jacin-
to Milanés 2016, entre otros. Sus poemas han
sido publicados en antologías y revistas litera-
rias del país y de América Latina.
Miguel Ángel Nací en Madrid en 1988 y desde entonces has-
ta hoy. Todavía no sé cómo he llegado donde
Herranz Cano estoy. Tras varios años tratando de encontrar
mi sitio, ya no busco. A veces escribo.
José Ramón Nací un dos de octubre de 1948, en un pueblo
de la provincia de Valencia (España), de nom-
Ibor i Orobal bre Sollana. Situado muy cerca de l’Albufera,
lago separado del mar por una dehesa. Soy
maestro de profesión, ahora jubilado. Hasta el
momento he publicado un libro de poesía en
valenciano y tengo otro en proceso editorial en
castellano. Cuento con más de dos mil poemas
y he colaborado en un total de 35 antologías
poéticas.
Daniela Artista plástica, escritora y cantautora nacida
el 24 de junio de 1968 en Mar del Plata, Argen-
Karina Tomè tina. En 2011 pinta el mural para la biblioteca
Roberto Artl y en 2014 el mural para la escuela
Teodoro Bronzini de la ciudad de Mar del Pla-
ta. Libros publicados (poesía e ilustraciones):
“Alas de bolsillo”, 2014; “Vuelos del poema ar-
dido”, 2016; “Alas de bolsillo pajarito”, México,
2017. Sus obras están expuestas en distintos
centros culturales de la ciudad.
Mariela Inés Abogada con orientación en Derecho del Tra-
bajo y la Seguridad Social (UBA). Docente en
Laghezza la Universidad de Buenos Aires. Especialista
en Migración y Asilo (UNLA). Diplomada en
migrantes y protección a los refugiados (UBA).
Nissim está en su segundo año de estudios en la Uni-
versidad de Vanderbilt. Un estudiante de la
Lebovits historia del Oriente Medio, él ha estudiado el
español desde 2012. Le inspira la poesía y la
literatura de Latinoamérica, y toma una asig-
natura secundaria en español. Quiere agrade-
cer a Amarilis Ortiz, su profesora de español
3301 y su mentor, por el apoyo y la ayuda con
la revisión.
178
Julio Logue Puedes llamarme Logue. Es un nombre que
combina mis apellidos para honrar a mi mamá
tanto como a mi papá. Estudio periodismo y di-
bujo, escribo y trabajo a tiempo completo para
solventar mis estudios. Peruano. Limeño. Leo.
Andrea V. Es licenciada en Literatura Hispanoamericana
por la Pontificia Universidad Católica del Perú,
López y actualmente es estudiante del programa de
PhD. en español en Vanderbilt University. Sus
intereses se centran en la literatura y carto-
grafía medieval, la literatura colonial y la po-
esía del Barroco de Indias. De niña se divertía
con una brújula de juguete y dibujando mapas
de tesoros escondidos en el jardín de su casa,
ahora estudia el de la ciudad de Tenochtitlán
de Hernán Cortés y el Mapamundi de Guamán
Poma de Ayala.
Álvaro nacido en Bogotá, Colombia, en 1978. Realizó
estudios de filosofía en la Universidad Pontifi-
Lozano cia Bolivariana de Medellín. Desde el año 2010
Gutiérrez forma parte del Colectivo Literario Sur-gente,
Letras informales y el Cine Club Caldo Diojo.
Actualmente se desempeña como docente de
secundaria. Ganador, entre otros, del concurso
de cuentos cortos latinoamericano (2017) con
el relato “esta tierra que habitamos”, del con-
curso Letras diversas de la Revista Goliardica
Medellín (2001) con la crónica “la bohemia”.
Colaborador habitual del Taller de formación
estudiantil Raíces TJER, de la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá.
Ha publicado en variados medios impresos y
digitales en Colombia y América Latina.
William Luis is the Gertrude Conaway Vanderbilt Professor
of Spanish at Vanderbilt University where he
also directs Latino and Latina Studies and edits
the Afro-Hispanic Review. Luis has authored,
edited, and coedited fourteen books and more
than one hundred scholarly articles. His books
include Literary Bondage: Slavery in Cuban
Narrative (1991), Dance Between Two Cultu-
res: Latino Literature Written in the United Sta-
tes (1997), Juan Francisco Manzano. Autobio-
grafía del esclavo poeta y otros escritos (2007),
179
 Bibliografía y antología crítica de las vanguar-
dias literarias del Caribe: Cuba, Puerto Rico,
República Dominicana (2010), Looking Out,
Looking In: Anthology of Latino Poetry (2013),
and The AmeRícan Poet: Essays on the Works
of Tato Laviera (2014). Luis was the recipient
of a Guggenheim Fellowship for 2012. Born
and raised in New York City, Luis is widely re-
garded as a leading authority on Latin Ameri-
can, Caribbean, Afro-Hispanic, and Latino U.S.
literatures.
José Luis Cursé estudios, en el Instituto de Profesores
Artigas, en las especialidades de Literatura e
Machado Inglés. En 2015 se editó (en un volumen doble)
Diario de un sinvergüenza y El ajedrez es mu-
cho más que un juego, dos libros de mi autoría
(Editorial Abrelabios). Y, como parte de la co-
lección de minilibros-tarjetas, Abrelabios edi-
tó “Fuera del tablero” y “Soñé que era árbol”
(2015). En noviembre de 2017, especialmente
para el XXI Festival Internacional de Poesía
de Cartagena (Cartagena de Indias, Colombia)
el minilibro Crá, que recoge poemas de mi au-
toría con temario relacionado al fútbol.
Mónica Nacida en Santa Ana, Manabí, Ecuador el 10
de julio del 2002, comenzó su educación ini-
Cristina Mara cial en el jardín de infantes “Semillitas”. A la
Arteaga edad de seis años inició sus estudios de prima-
ria en la Unidad Educativa Particular “Santa
Ana” donde se mantuvo hasta los diez años,
edad en que comenzó su afición por el dibu-
jo, la pintura y la literatura. Posteriormente
se transfirió a la Unidad Educativa Particular
“Simón Bolívar” en donde continua sus estu-
dios hasta la actualidad.
Masiel (Morón, Cuba, 1968) Escritora, poeta,
narradora y promotora cultural miembro
Mateos de UNEAC, UNHIC y ACDAM. Ha publica-
Trujillo do los poemarios Manuscrito del insomne
(2003), Ellas toman café junto al gramófono
(2006), La casa patas arriba (2007) y Las
Botellas traen mensajes a la costa (2010),
entre otros. También ha participado en an-
tologías y revistas en Cuba, Chile y Perú.
180
Ha recibido premios en el Concurso Interna-
cional de Relato de la Universidad Popular a
Distancia de Zamora, España, en 2010, y en el
concurso por el V Centenario de Santa Teresa
de Jesús, Iglesias Católicas de Cuba, en 2015.
Clara received her Ph.D. in Spanish Literature at
Vanderbilt University. She got her MA in Latin
Mengolini American and Peninsular literature from the
University of South Carolina in 2010 and her
BA in Latin-American literature, from the Uni-
versity of Buenos Aires, Argentina, in 2003.
She worked for three years as a high scho-
ol Spanish teacher at Whitmire Community
School, in South Carolina. Her interests are
Latin American Theater, Argentinean fan-
tasy literature and children’s literature. She
also enjoys writing short stories and drawing
with water colors. Currently she is an Assis-
tant Spanish Professor at Mercer University.
Josep Micó Antella (la Ribera Alta), 1949. Llic. en Filosof.
i Ciènc. de l’Educ. Professor de Català a diver-
Conejero sos IES del P. Valencià. És a revistes com La
Lloca, Barcella i Kamchatka. Publicacions:
XVè Premi La rosa de paper per El riu encara
baixa net (2011, Andana); Pels ulls tremola la
carn (Germania, 2013); Romandràs (Ianua,
2016) i Creuar l’instant, XVè Premi Literatu-
ra Breu “Vila de Mislata”, 2017. Coordinà l’An-
tologia catalano-portuguesa il·lustrada Mare
Omnium. Lastura 2015. És a les antologies:
“Màtria” Germania, Antologia Polímnia 2003-
2013 UPV, Angrois, I era pel maig (Català-Cas-
tellà-Gallec), Lastura i Miradas para compar-
tir la luz. (Boreal libros-UNESCO València).
Ana Paola is originally from Ecuador and has lived in Ca-
lifornia since 1999. She has a Master’s degree
Molestina in Spanish: Language and Literature, gradu-
ating with honors with Professional Promise
Award. Earned an honorable mention in the
contest Women’s History Month Essay Con-
test 2016. Has had the honor of publishing her
essays in Cathedral Tomada, Journal of Latin
American Literary Criticism, El Cid, the Na-
tional Journal of Tau Iota of Sigma Delta Pi,
181
 the journal Babelia of the Modern Language
department of California State University, Ful-
lerton, and Biblioteca Virtual Miguel de Cer-
vantes. She has participated in several lite-
rary conferences.
Iván Montes Mexicano aspirando a ser un fotógrafo todo
terreno.
Ivo Morales Nació en Barcelona en el 1984 y su primer
hobby fue el fútbol pero al llegar a la pubertad
otros intereses le distrajeron y acabó dejándo-
lo. Al poco descubrió el amor por los vinilos. El
punk, el rock, el soul y el techno eran y siguen
siendo su fuerte. La curiosidad por el mundo
de la fotografía llegó al dejar Barcelona por
Londres y sentir esa necesidad de fotografiar-
lo todo. Enseguida descubrió el photoshop: adi-
ós mundo. Después de Londres fue Mykonos y
desde hace cinco años Múnich es donde reside
y practica una nueva pasión: el jiu-jitsu brasi-
leño.
Berna Muñoz Sevilla, 1980. Soy tutor de español en Vander-
bilt University, Nashville, Tennessee, donde
también escribo una tesis doctoral sobre lite-
ratura de viajes en la Andalucía del tardofran-
quismo. Anteriormente fui instructor de es-
pañol e inglés en otras universidades y centros
de enseñanza de los Estados Unidos y España.
Me doctoré en Filología Inglesa por la Univer-
sidad de Sevilla, pero desde que vine a los Esta-
dos Unidos en 2012 con una beca de lectorado
para enseñar español no he podido dejar de es-
tudiar la lengua y la cultura del ámbito hispa-
nohablante. Leo, escribo, dibujo, cocino y viajo
todo lo que puedo. Recientemente he retomado
un impulso de mi adolescencia: estudiar árabe.
Amarilis Ortiz Nací en tiempos de zafra, en una noche oscu-
ra, despidiendo un dulce y rancio olor a mela-
za. Crecí respirando las cenizas de incendios
forestales. Soy paciente, prudente y genero-
sa. Confío en la honestidad de la gente. Bus-
co experiencias que me hagan cosquillas al
alma. Soy alérgica a las marcas, los perfumes
y la opulencia. No quiero ser la especialista de
nada. Me gusta escribir en soledad y de madru-
gada. El bosque es mi refugio, los conciertos de
Phish mi iglesia. Soy del mar, las montañas y
los cañaverales. Soy una flor extraña.
182
Francisca periodista y magíster en Comunicación Políti-
ca de la U. de Chile. Autora del libro Iquique
Palma Glorioso. Crónicas de la Tierra de Campeones
Arriagada y colaboradora del Movimiento de Acción Mi-
grante. Más trabajos en https://masomenos-
bien.carbonmade.com/
Marco Parodi …y bueno, de Marco Parodi desemboca un
tríplice o cuádruple vaho de secuencias sis-
temáticamente y a veces determinadamente
confusas que pudieran o no corresponder a le-
tras. Ese escape suele rendir en algún trasfon-
do carcomido por luciérnagas, o agujeros de
piñón en película, o la sorpresa de un campo
electrostático, o por lo menos eso se espera de
la interacción químico-mecánica que deja esos
huesos negros hechos de colecciones de bits.
La fundición de su engranaje invisible se man-
tiene, ahora, en el programa de doctorado en
la Universidad de Illinois en Urbana, IL.
Melisa Paz (1991, Cali, Colombia). Egresada en Comuni-
Gómez cación con énfasis en Producción Audiovisual
de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali,
Colombia. Llevó a cabo una maestría en Socio-
logía en la KU de Eichstätt, Alemania. Publicó
durante cuatro años para la revista australia-
na FUSE Magazine y ha publicado localmente
en varias ocasiones, generalmente sobre te-
mas de género y feminismo. Actualmente se
desempeña como guionista y tiene en proyecto
la adaptación de uno de sus relatos a la anima-
ción.
Iván Perera es un artista cubano. Se encuentra en su último
año en el Instituto Superior de Arte de La Ha-
bana (ISA) y antes se graduó de la Academia
de Artes Plásticas Eduardo Abela. Ha realiza-
do tres exposiciones personales y ha formado
parte de varias colectivas, tanto en la Habana,
como en Alemania y Estados Unidos. “Línea de
tiempo” (2014), la foto incluida en la revista,
muestra un detalle de una obra en la que se co-
locaron fragmentos de libros en el suelo, en for-
mas circulares y discontinuas. Se trata de una
obra que parte de la acción de separar en peda-
zos páginas de dos libros distintos que narran
una misma historia de manera diferente.
183
 Jorge egresado de la licenciatura de lingüística y li-
teratura hispánica por la Benemérita Univer-
Armando sidad Autónoma de Puebla. Es escritor, amante
Pérez Torres del arte, de la belleza. Para sobrevivir labora
como corrector de estilo, editor, diablero, al-
bañil y borracho. Le encanta la soledad y detes-
ta los autos, los bancos, los trajes, entre muchas
otras cosas. Odia escribir pero, de no hacerlo,
enferma. Ha participado en varios congresos
literarios a nivel estatal y nacional; pocas ve-
ces ha ganado en certámenes literarios en con-
traposición con los volúmenes que ha escrito.
Asimismo, ha colaborado en revistas literarias
como Río Arriba, Infame, Los Heraldos Negros,
entre otras.
Cu inquieto sincero e auto-exixente, mais dur-
María Prol miñon e cun pouquiño de carácter cando que-
Vila re, que naceu hai 22 anos nun dos lares máis
fermosos do mundo: Galiza. Graduada en Pu-
blicidade e Relacións públicas, actualmente vi-
vindo en Madrid, onde espreme o seu soño da
interpretación e da dirección. Tola da música,
do baile, do son do mar, do campo, do amor, da
súa familia e da sua terra, que hai pouco descu-
briu a poesía e a dramaturxia como unha for-
ma moi persoal coa que comunicarse co mun-
do. Por tanto, iso fago: escribir moito e facer
moito o pallaso tamén.
Isabel Rei estuda guitarra clássica na Galiza e na Alema-
nha. Na sua época de formação recebe aulas
Samartim magistrais de grandes intérpretes, é premia-
da em concursos e ganha a vaga de professora
no Conservatório Profissional de Compostela,
onde trabalha. Toca em Portugal, Itália e Gali-
za. Publica trabalhos diversos sobre música e
literatura galega. Em 2014 lança o disco A Vio-
la no Século XIX: Música de Salão na Madeira.
Atualmente redige a sua tese de doutoramen-
to A guitarra na Galiza. Mantém em paralelo
o seu ativismo reintegracionista através de co-
laborações com associações, jornais e revistas
em língua portuguesa. www.isabelrei.com
Samuel es máster en Filosofía Contemporánea
por la Universidad de Granada, España.
Rodríguez Ha sido profesor de Estética y Arte con-
Medina temporáneo en la Escuela de Arquitectu-
ra, Arte y Diseño del Instituto Tecnológi-
184 co y de Estudios Superiores de Monterrey.
En 2014 fue acreedor al premio de poesía “La
ciudad y yo”, gestionado por Taciturno Edito-
rial, en Guadalajara Jalisco. En 2016 publicó
el libro El despertar de la mirada (Editorial
Font). Ha tomado cursos de arte, filosofía, y
literatura en universidades como la Universi-
dad Carlos III de España y la Universidad de
Buenos Aires. Ha dado charlas y conferencias
en instituciones nacionales y extranjeras.
Daniel A. is a second-year Ph.D. student in the Spanish
and Portuguese Department at Vanderbilt
Romero University, where he tries to read as much po-
Suárez etry as possible.
Carmen Rosa Psicóloga, terapeuta de conducta. Escritora y
Monzón
músico intérprete y compositora. Ha estudiado
en la Universidad Mc Graw Hill de EEUU, PhD.
in Paintings, es además Diplomada en Dibujo
y Pintura y Dibujo. Ha estudiado en Inesem,
Instituto de Artes Visuales. Ha participado en
la Feria Art Fair, Málaga, 2017. Ha estado pu-
blicando en Internet, en Artelista, Virtual Gal-
lery, Oleamiarte, arte digital, entre otras.
Paula Ruiz Esta bilbaína trotamundos, reside actualmen-
te en Toronto, donde trabaja como profesora de
Santamaría español. Sus pasiones son la poesía, el humor
absurdo y viajar para fotografiar la belleza de
la vida. Periodista enamorada -y en posesión
de un máster- de la literatura hispanoamerica-
na y española, combina su afición por la decla-
mación poética, el teatro amateur y el apren-
dizaje de lenguas. Ha publicado artículos de
opinión en el Diario 20 Minutos (2011-2012),
trabajado como agente literaria, ayudante de
galerista de arte, librera y tiene dos blogs de
poesías que ha recitado en bares de ciudades
como Granada, Salamanca y Barcelona.
Maximiliano nació en Buenos Aires en 1974. Estudió pe-
riodismo y letras. Se desempeñó como arti-
Sacristán culista y asesor de redacción. Publicó El go-
tero de tinta (2004), Tríptico postmoderno
(2008), y Diario liberto (2012) en ediciones
independientes, más la novela Gayumbo em-
pieza por gay (Madrid, Literaturas com Li-
bros, 2016) como finalista del Premio Desfase.
185
 En 2016 ganó el XIV Concurso de cuento or-
ganizado por la Asociación “El coloquio de los
perros” de Montilla, España. En 2017 recibió el
segundo premio de cuento del Tercer concurso
organizado por la Asociación cultural “Letras
Cascabeleras” (Cáceres, España) por el volu-
men “Tripalium”, a publicarse próximamente.
Sussy es poeta. Nació en Santo Domingo, República
Dominicana. Su trabajo explora la experien-
Santana cia bilingüe y bicultural a través del texto y
el performance. Autora de Pelo Bueno y otros
poemas (2010) y del CD de poesía Radio ESL
(2012). Su trabajo ha sido publicado en varias
antologías y revistas culturales. Es la prime-
ra escritora latina en ganar la beca Maccoll
Johnson (2015). En la actualidad la autora
vive en Providence, Rhode Island. www.sussy-
santana.com
Mayra nació en Carolina, Puerto Rico, en 1966. Ha
sido profesora visitante en Harvard y Cornell
Santos-Febres University. Actualmente es catedrática y di-
rige el taller de narrativa de la Universidad
de Puerto Rico. Fundó el Festival de la Pala-
bra que se celebra anualmente en Puerto Rico.
En 1991 publicó los poemarios: Anamú y ma-
nigua y El orden escapado que obtuvo el pre-
mio de poesía de la Revista Tríptico en Puerto
Rico. Ha publicado también Pez de vidrio con
el que ganó el Premio Letras de Oro en 1994,
y Oso Blanco con el que obtuvo el Premio Juan
Rulfo de cuentos en 1996. En 2000 publicó Si-
rena Selena vestida de pena, y quedó como fi-
nalista del Premio Rómulo Gallegos de Novela
en el 2001. También ha publicado Cualquier
miércoles soy tuya y Sobre piel y papel, entre
otros. En el 2006 resultó primer finalista en el
Premio Primavera de la editorial Espasa Calpe
con su novela Nuestra Señora de la Noche y en
2009 publicó su novela Fe en disfraz.
Cheikh Sene Ciudadano de la República de Senegal. Na-
cido en el año 1988, en el pueblo de SOB (re-
gión de Kaolack, centro del país), pueblo
cuyo nombre significa un árbol en mi len-
gua materna: Sob = Tamarindus indica = ta-
marin (francés); o tamarisco (castellano).
186
Anteriormente hice estudios muy variados y
a veces incluso contradictorios. Lenguas Ex-
tranjeras Aplicadas (L.E.A) al Comercio Inter-
nacional (francés, inglés y español), Derecho
Comercial, Traducción, Gramática (francesa,
española e inglesa), Comunicación, Historia
General de África, Civilizaciones Hispanoa-
mericanas, Literatura española y comparada,
Literatura afro-cubana y hoy hago estudios
graduados en el campo de la literatura afro-
hispana.
Mario Alberto CDMX,1983. Escritor, historiador y promotor
Serrano cultural. Ha colaborado en periódicos y revis-
tas de su país. Escribe el blog En la Cara del
Avelar Cerro.wordpress.com desde 2009. Participó
en el taller de poesía de Enrique Villada y es
colaborador en Radio Mexiquense Amecame-
ca. Segundo premio de crónica en el concurso
“Punto de Partida” (UNAM, 2016) y finalista en
el II Concurso Internacional Hispanic Culture
Review (Virginia, EU, 2017). Fue director de la
Casa de Cultura de Tepetlixpa (2013-2014) y
cronista municipal. Autor de Gude (2015) y de
Tepetlixpa: una monografía colectiva (2015).
Tugba Sevin After studying at the Complutense Univer-
sity in Spain, Tugba Sevin received her MAT
Spanish degree from Florida Atlantic Univer-
sity and her doctoral degree from Vanderbilt
University. Currently, she is an Assistant Pro-
fessor and World Languages Coordinator tea-
ching Spanish and Italian language, literature
and culture courses at Southwestern Oklaho-
ma State University. Her areas of interests
are Golden Age Literature, Sephardic Studies,
Travel Literature, Mediterranean Studies and
Cultural Studies.
Víctor Hugo Ciudad de Valdivia, Chile. Profesor de fotogra-
fía del Liceo Armando Robles Rivera, he ex-
Toledo puesto en los países de Cuba, México, Perú y
Aguilar he desarrollado proyectos fotográficos en Ar-
gentina, Bolivia, Ecuador y gran parte de Chi-
le. He sido jurado en el Festival Internacional
FotoFest 2014 de Cuba y llevo más de 20 años
trabajando en talleres con alumnos de educa-
ción primaria y secundaria
187
 Luis Uip (Guatemala, 1991). Poeta y artista visual. Es-
tudió arquitectura en la Universidad de Tecno-
logía de Graz, Austria y finalizó sus estudios
en arte digital en la Universidad de la Bauhaus
en Weimar, Alemania. Su trabajo ha sido pre-
sentado en varios eventos literarios alrededor
de Europa, por ejemplo, en el segundo festival
latinoamericano de literatura de Copenhague
en el 2014. A éstas se le suman Berlín, Viena,
Graz y Praga, entre otras. Publicaciones: Mo-
mentología y las Rosas, 2009, ediciones bi-
zarras / s.o.p.a. Hombre Pez, edición bilingüe,
2011, ediciones bizarras / s.o.p.a. Ciudad De-
sierta, 2016 ediciones bizarras / s.o.p.a.
David Vila nasceu no seio de uma familia galega Euskal
Herriko herri txiki batetan, no norte da Espa-
Die(é)guez(s) nha. Gosta da música, da poesía e da cultura
em geral. Nunca publicará un dibujo o una foto
en esta revista porque son, by far, las dos co-
sas que peor hace en la vida. Toca en varias
bandas de música latina en Nashville e está a
fazer o seu doutoramento em espanhol na Van-
derbilt University. He lived in the UK for seve-
ral years before relocating to Nashville. Gosta
de tocar a guitarra e de escrever e conversar
com toda a malta que trabalha na universida-
de e nesta revista.

Anastasia es Profesora de Lengua, Literatura y Culturas

Oriane Brunet Saint Maurice Suiza. Graduada de la Universi-
Hispánicas en el departamento de World Lan-
Valecce guages and Literature de Spelman College en
dad de Edimburgo Escocia. Ciudadana del
mundo; promotora de la gastronomía, natu-
Atlanta (GA), Estados Unidos. Su investiga- raleza y cultura; traductora inglés, francés y
ción se centra en el Caribe Hispano contem- español.
poráneo con un enfoque sobre artes visuales,
cine, estudios de género y queer, literatura y
performance. Actualmente está trabajando en
varios proyectos que incluyen cine dominica-
no, culturas visuales en Puerto Rico y culturas
digitales en Cuba.

graduada en Estudios Ingleses en la Universi-

Noelia Vallés dad de Valencia. Estoy cursando actualmente
Egea un máster en Estudios Ingleses Avanzados. He
sufrido bullying desde pequeña y por lo cual,
ahora mismo y desde hace años, sufro de an-
siedad con tratamiento psicológico. Quiero
ser poeta, traductora y profesora en filosofía.
Principalmente poeta para poder expresar co-
sas como las que cuento en estos poemas y po-
der así llegar a gente que pasa o ha pasado por
lo mismo. Mi intención ha sido siempre ir en
contra de lo que creían de mí.

Kadiri J. Hace cosas con palabras. Nació en 1987 y cre-

ció en Juncos, Puerto Rico. Completó un ba-
Vaquer chillerato en Estudios Interdisciplinarios en
Fernández la Universidad de Puerto Rico y tiene un MFA
en Escritura Creativa en español de New York
University. Actualmente es estudiante docto-
ral del programa de español y portugués de
Vanderbilt University.

188 189
 E dición: K ad iri Vaq uer F e r n án d e z ,
D a v id V ila Die( é) g uez( s) , Be r n a M u ñ o z ,
Mi guel Herranz, E lv ira Ab allí M o re ll,
Ch e ik h Sene, C harlie Gey er, Caro lin e B .
C olq uhoun y Sahai C ou s o Díaz .

D i s eño g ráfico: B er na Mu ñ o z , Dav id

V ila Die( é) g uez( s) , K ad ir i Vaq u e r
Fer nánd ez, Mig uel H erran z y E lv ir a
Ab allí Morell

Nashv ille, feb rero d e 2 0 1 8 .

w w w. f u r man 2 1 7 . com

190