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VILLAHERMOSA
Ing. Industrial
Materia:
Análisis de la Realidad Nacional
Maestro:
Sebastián García García
Trabajo:
Crisis Petrolera
Presentan:
José Armando Silvan Cárdenas
Oswald Méndez García
Diego Arturo Rivas Gallegos
INTRODUCCIÓN
Presentación………………………………….………………….pag.1
Introducción………………………..………………..….pag.2
Índice……………………………………………………..pag.3
Desarrollo……………………………………………Pag.4 A 7
Conclusión…………………………………………….Pag.13
Bibliografía……………………………………………Pag.14
DESARROLLO
México no es una economía petrolera. A pesar de que hace varios años era
considerado un país con una economía basada en el petróleo, esta
característica se ha desvanecido, ya que México ha sido capaz de abrir y
diversificar su economía. De hecho, mientras que las exportaciones solían
representar menos de 10 por ciento del PIB a principios de los años noventa,
hoy en día éstas significan casi 30 por ciento. Por otra parte, 80 por ciento de
las exportaciones mexicanas son en realidad manufacturas. De hecho, la
producción de petróleo crudo y productos relacionados con el mismo sólo
representan menos de 6.0 por ciento del PIB y las exportaciones de petróleo
crudo representan únicamente 13 por ciento de las exportaciones totales. Los
precios más bajos del petróleo, una cuestión fiscal. La participación de los
ingresos fiscales relacionados con el petróleo representa alrededor de 33 por
ciento de los ingresos totales. Como resultado, las fluctuaciones de los precios
del petróleo sí tienen un impacto en los ingresos fiscales de México. Sin
embargo, existen tres mecanismos que han contribuido a atenuar el golpe de la
volatilidad del precio del petróleo sobre la economía: (1) el programa de
coberturas del gobierno; (2) el régimen cambiario de libre flotación de México; y
(3) políticas de precios de la gasolina internas del país.
México exporta más de 30% de su PIB, sobre todo a Estados Unidos, esa
apertura lo vuelve sensible a la suerte de su poderoso vecino y socio, incluso
"la incertidumbre del proceso electoral de los Estados Unidos, podría afectar
las inversiones que buscarían beneficiarse del TLCAN", señala Guillermo
Aboumrad, vocero de la casa de bolsa Finamex.
En el siglo XX, el papel del petróleo en México ha sido esencial, sobre todo
desde la creación de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en 1938, el pilar
económico de la nación. PEMEX es una de las compañías más importantes de
país y es la única de la industria que desarrolla toda la cadena productiva:
desde la exploración, hasta su distribución y comercialización.
En el mejor escenario posible, ese objetivo cuenta con una viabilidad limitada
en el mediano plazo. Por otro lado, a menos de que se crea que las reservas
naturales son inagotables y el cambio climático es una quimera, no existe tal
cosa como una explotación sustentable de combustibles fósiles. La industria
petrolera es contaminante por naturaleza. Esa asunción, sin embargo, no
implica que Pemex no pueda desarrollar esquemas de eficiencia energética
que minimicen el daño mientras la humanidad consolida modelos alternativos
de energía.
Irán e Irak, por su parte, van a elevar también su producción. La AIE insiste que
en las condiciones actuales no es posible que se produzca un alza de precios.
La percepción del mercado es que se empieza a tocar fondo tras 20 meses de
caída o que no caerá mucho más. Eso provocó que el barril que se negocia en
Nueva York se apreciara un 7% tras conocerse el informe, hasta los 33 dólares.
Las inversiones en el sector petrolero se están hundiendo a causa de la caída
de los precios y en todo el 2016 se reducirán 22%, advirtió este martes en
Roma el secretario general de la OPEP, Mohamed Barkindo.
El acceso a la tecnología
El desarrollo de las habilidades de nuestros profesionistas
Las inversiones se continúen dando.
Frente a esta crisis no ha habido voluntad global para asumirla, dado que
sobran los optimistas de que todo se resolverá a la vuelta de la esquina. Como
intenté plantear hace exactamente tres años en Para salvar a la economía y
al planeta, debemos comprender que el petróleo representa apenas el 40% de
la canasta de combustibles del mundo, y que la participación en el sector del
transporte es superior al 95%. Esto se debe a que la flota global de vehículos,
que suma más de 800 millones de unidades, y las industrias de transporte
aéreo y marítimo, se basan en motores de combustión interna en base al
petróleo, y no han generado sustitutos.
A la hora de plantear soluciones para el futuro se hace necesario pensar en
opciones alternativas para el desarrollo y dar paso a las nuevas fuentes
energéticas, sea solar, eólica, mareomotriz, etc. Nuestro mundo se acostumbró
durante 150 años (un período relativamente corto pero es todo el período que
conocemos), al poder del petróleo y a lo que implicó como cambio social en el
desarrollo humano. Generar inversiones que permitan la sustitución del
petróleo hacia los próximos 40 o 50 años es una tarea que bien puede ayudar a
superar la actual crisis.
Cuando se habla de colapso del sistema, hay que entender que se habla del
colapso del mundo que hemos conocido, lo que no quiere decir volver a las
cavernas o al código morse. Simplemente tal como el petróleo marcó estos 150
años de poderoso desarrollo industrial, así hay que reconocer que eso ha
llegado a su fin y que estamos en los inicios de la era post-petróleo… Y eso
debemos hacerlo antes de que el precio del petróleo nos asfixie y extermine a
la sociedad que conocemos. Hay todo un mundo posible de inventar, y no
debemos esperar el último minuto para tomar la decisión de hacerlo.
Si bien la probabilidad de un descenso en los precios del petróleo no es
despreciable y los niveles de vulnerabilidad de nuestro país ante este
fenómeno son mayúsculos, son muy escasos y parciales en la literatura
documentos que evalúen su posible impacto sobre la economía colombiana en
su conjunto. Por lo anterior, este artículo evalúa los efectos económicos y
sociales de una eventual caída en los precios del petróleo y presenta algunas
recomendaciones de política. Los impactos teóricos de esta caída a través de
un modelo tipo Mundell Fleming con ajuste inmediato en el mercado de dinero
y gradual en el mercado de bienes se resumen en, i) una contracción en el
producto en el corto plazo ii) overshooting en la tasa de cambio con un nivel de
largo plazo más depreciado que el inicial y iii) la economía retorna a su
crecimiento potencial pero con una pérdida irrecuperable del ingreso en el
periodo de transición.
En el segundo, al que se denominará escenario alternativo, se supone una
reducción en 8 Cuadernos PNUD el precio del petróleo a 60 dólares por barril y
una caída en la inversión extranjera directa (IED) asociada al sector minero–
energético a cero en el año siguiente al choque, reflejando la pérdida de
competitividad del sector. Estos supuestos corresponden a un estimativo bajo
pero probable de la cotización del crudo y al elevado costo de la exploración y
explotación petrolera en Colombia. Lo anterior, se traduciría en una reducción
sustancial en la entrada de dólares al país, generando una marcada
depreciación del peso. Esta subida de la tasa de cambio sería más
pronunciada en los dos primeros años siguientes al choque, alcanzando una
depreciación máxima del 40%. Posteriormente, con la recuperación de la
economía, el precio de la divisa bajaría paulatinamente hasta el punto en que la
diferencia entre el escenario con caída y sin caída de la tasa de cambio llegue
hasta un 20%.
CONCLUSIÓN