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El Día Internacional de la Lengua Materna

21 de febrero
El Día Internacional de la Lengua Materna, fue proclamado por la Conferencia General
de la UNESCO en noviembre de 1999. Anualmente, desde febrero de 2000, esta fecha es
observada con el objetivo de promover el multilingüismo y la diversidad cultura. Las lenguas son
el instrumento de mayor alcance para la preservación y el desarrollo de nuestro patrimonio
cultural tangible e intangible.
Esta celebración llega en un momento en que la diversidad lingüística está cada vez
más amenazada. El idioma es esencial para todos los tipos de comunicación; ahora bien, la
comunicación es lo que posibilita el cambio y el desarrollo en las sociedades. El uso –o el
desuso- de determinadas lenguas puede hoy abrir o cerrar puertas a amplios sectores sociales
en muchos lugares del mundo, por lo que esta iniciativa busca promover la difusión de las
lenguas maternas servirá no sólo para incentivar la diversidad lingüística y la educación
multilingüe, sino también para crear mayor conciencia sobre las tradiciones lingüísticas y
culturales del mundo e inspirar a la solidaridad basada en el entendimiento, la tolerancia y el
diálogo.
En la Concepción Maya, el universo, la naturaleza y la humanidad son una integralidad
armónica, en donde cada elemento tiene vida e interactúa para posibilitar la existencia de cada
elemento, cada quien tiene su razón de ser, en donde la persona no es más que otro de los
elementos. Toda esta realidad se concretiza en el Idioma Materno porque el lenguaje humano
es la obra más importante y más monumental que ha llegado a crear el espíritu humano, la
forma acabada con que se expresan todas las formas susceptibles de comunicación, el arte de
mayor amplitud y solidez que conocemos, y la obra gigantesca y anónima de incontables
generaciones. Por lo que, dicho anteriormente los idiomas desempeñan una función vital en el
desarrollo, al garantizar la diversidad cultural y diálogo intercultural, pero también en el
fortalecimiento de la cooperación y la consecución de la educación de calidad para todos, la
construcción de sociedades del conocimiento integradoras y la preservación del patrimonio
cultural, y en la movilización de la voluntad política con miras a aplicar los beneficios de la ciencia
y la tecnología al desarrollo sostenible.

• Guatemala, con más de 24 lenguas maternas, es uno de los países más


amenazados con perder patrimonio lingüístico.

• Muchos padres piensan, dadas las limitaciones que ellos han tenido por no hablar
castellano, que el aprendizaje de este idioma ofrecerá muchas más posibilidades a
sus hijos.

El idioma es un pilar básico para la cultura, pues a través de él se transmiten gran


parte de los conocimientos, tradiciones y valores indígenas. Sin embargo, el peligro
de extinción que amenaza a muchas lenguas indígenas es cada vez mayor, porque
el idioma y las costumbres de estas poblaciones van perdiendo importancia año tras
año. En consecuencia, una parte importante de la población indígena ya no habla su
idioma, no usa su traje ni se rige por prácticas ancestrales, aunque sí se identifica
claramente con su pueblo.

Guatemala, con 24 lenguas maternas, es uno de los países con mayor riqueza
lingüística y a la vez más amenazados con perder ese patrimonio. Con una población
total de unos 17 millones de habitantes, más del 60% son indígenas, incluyendo
mayas, garífunas y xinkas, según datos de la Mesa Nacional Maya. Estas poblaciones
hablan lenguas maternas como el kiché, el mam y kaqchiquel. Pese a la
institucionalización en 1984 de la educación bilingüe, respaldada por la Constitución
de 1985, las lenguas maternas no siempre tienen prioridad en los sistemas
educativos de Guatemala. Así, de las 7.832 escuelas que hay en los departamentos
con población maya hablante, el 76% son monolingües –imparten clases en
castellano– y el 24%) ofrecen un educación bilingüe (en castellano y la lengua
indígena materna).

En el aspecto docente, estas deficiencias se recrudecen especialmente: según los


datos del Proyecto MEDIR 2003 (Proyecto de Medición de Indicadores y Resultados
de Educación Bilingüe), en la mayoría de esas escuelas sólo hay un profesor
certificado como maestro bilingüe. Este hecho provoca que la educación no llegue a
muchos niños indígenas –incapaces de entender aún el castellano-, lo que se traduce
en unos niveles de escolaridad mucho más bajos respecto a la población no indígena.
Basta recordar que el promedio de escolaridad de las comunidades indígenas es de
4 años, frente a los 7 años de las poblaciones no indígenas. Al mismo tiempo,
también hay que luchar contra la elevada deserción escolar, que en los cursos
superiores alcanza el 84%. Todo ello tiene como resultado un elevado índice de
analfabetismo, especialmente acusado en las mujeres índígenas (el 80% de éstas
son analfabetas, frente al 22% de las mujeres no indígenas). Además, la mitad de
ellas son monolingües en un idioma autóctono, lo que limita su acceso a los derechos
básicos y su capacidad para defenderlos. Esto explica que muchos padres indígenas
piensen, dadas las limitaciones que ellos han tenido por no hablar castellano, que el
aprendizaje de este idioma ofrecerá muchas más posibilidades a sus hijos.

En este contexto, INTERVIDA pone en marcha un programa de diversidad cultural


que pretende promocionar la cultura indígena en las comunidades con las que
trabaja, donde la población indígena alcanza en ocasiones elevados porcentajes:
Totonicapán (97,1%); Solola (94%); El Quiche (85,2%); y Huehuetenango (66%).
Este proyecto -que en 2007 funcionará en 110 escuelas- se está implantando en 65
centros escolares, donde más de 5.500 alumnos participan en actividades que les
permiten conocer su cultura y tener un mayor respeto hacia las costumbres y
tradiciones.

Los equipos de educación de INTERVIDA trabajan en dos ámbitos, escuelas y


comunidades, facilitando espacios y recursos que promocionen la cultura local. En
el ámbito escolar, INTERVIDA va a capacitar a 150 docentes bilingües para que,
además de promocionar el multilingüismo y la convivencia cultural, pongan en
práctica técnicas educativas basadas en las matemáticas mayas y los juegos
tradicionales mayas. Todo ello se ha reforzado con la edición de material didáctico
en quiché y mam, las lenguas indígenas mayoritarias.

En un contexto donde cada día se pierden más lenguas originarias, y varios países
se encuentran en conflicto intentando luchar para preservar su tesoro lingüístico,
que la Unesco cuente con un día especial para reconocer a la Lengua Materna resulta
un verdadero alivio. Pero quizá lo más importante de todo es que la búsqueda de
este reconocimiento no pretende abarcar únicamente el nivel social o cultural, sino
todos los niveles. De acuerdo a la organización, para cumplir con sus objetivos de
Desarrollo Sostenible, la difusión de las lenguas en todos los contextos resulta
vital; por lo tanto, buscan que su inclusión se realice también en entornos
digitales y el mundo de internet.
La preservación de la Lengua Materna es esencial para garantizar que todas las
poblaciones logren un acceso real a una educación de calidad. Por eso, del mismo
modo en que se trabaja para eliminar las diferencias de género, distintos organismos
internacionales encabezados por la Unesco buscan con este día concientizar a la
población sobre la eliminación de las diferencias lingüísticas que solo
generan límites para las poblaciones minoritarias.
Cada rincón del mundo tiene la posibilidad de realizar la celebración que crea
correspondiente, contando con organismos como colegios y universidades como
actores sociales responsables de transmitir las enseñanzas lingüísticas a las futuras
generaciones.

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