Manif Pour Tous (Francia)

En Francia hay un fuerte impulso a la agenda de género por parte del gobierno socialista; esto
ha dado origen al movimiento de resistencia ciudadana "La Manif Pour Tous", que significa "La
Manifestación Para Todos" (en respuesta al slogan de los lobbys gays "Matrimonio para
todos").

La Manif Pour Tous ha logrado movilizar al pueblo francés, que ha tomado conciencia de las
graves implicaciones de las reformas legales que se pretenden impulsar. Por ejemplo, las leyes
PMA y GPA (Procreación Médica Asistida y Vientre de Alquiler) se impulsan para permitir a las
uniones homosexuales o personas solteras "tener" niños para sentirse "realizados" como
"familias".

Los franceses han comprendido muy bien que defendiendo la familia, también defienden su
libertad y su democracia. Las ideologías se construyen sobre las fallas de la democracia, y la
de género no es la excepción.

Empezamos diciendo que #LaManifPourTous #LMPT es un movimiento cada vez más fuerte,
que ha reunido en sus marchas a cientos de miles de personas, de toda clase: amas de casa,
padres de familia, solteros, jóvenes, viejos, incluso homosexuales; sin embargo, tienen poca y
mala presencia en los medios de cobertura mundial, que cuando se dignan mencionarlos,
les restan importancia y los presentan como un movimiento "homofóbico". No obstante, esta
estrategia de hacerlos invisibles en los medios, tiene un éxito cada vez menor ante su
innegable influencia que va irradiando por Europa: movimientos similares empiezan a nacer
en España, Italia e Inglaterra.

¿Cómo empezó este movimiento? En mayo de 2013, el gobierno francés promulgó la ley del
matrimonio igualitario, al mismo tiempo que puso en marcha el programa escolar ABC de la
Igualdad, que introducía de manera abierta y descarada la Ideología de Género en el jardín de
niños.

Esto hizo patente para la sociedad francesa, que es mentira el mantra tan repetido por el
activismo gay, en el sentido de que el matrimonio igualitario solo "reconoce el derecho de
casarse sin importar el sexo de los contrayentes" y que eso no afecta a nadie más. ¡Todo lo
contrario! Donde el matrimonio gay es aprobado, el Estado asume la obligación de enseñar y
defender la homosexualidad como una opción moral válida, incluso en contra de los deseos de
los padres. Además, el derecho a la no-discriminación se interpreta de forma tal, que cualquier
posición que no apruebe las exigencias del homosexualismo militante, empieza a entenderse
como homofóbica y discriminatoria.