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O P I N I N


Ernesto Bassi Arévalo

En mayo del 2005, Cartagena fue sede de la 37ª


reunión anual de la Asociación de Historiadores
del Caribe. La reunión estuvo llena de esos lugares
comunes que son un deleite para quienes estu-
diamos la historia del Caribe. Durante cuatro días,
los asistentes disfrutamos de estimulantes confe-
rencias sobre esclavitud, trata de esclavos, cima-

de Eric Williams y muchos otros interesantes


temas. Además, fuimos testigos de interminables
debates entre historiadores de las Antillas fran-
cesas y el Caribe inglés en torno a la supremacía
histórica y académica de sus territorios caribeños
y apreciamos los llamados de los historiadores de
Cuba y Puerto Rico a no olvidar la importancia del
Caribe español.
La reunión, sin embargo, también nos permitió
enterarnos de que para un buen número de histo-
riadores del Caribe, Cartagena y toda la región
Caribe colombiana (quizás con la excepción de San

territorial que ellos denominan “el Caribe”. De


hecho, a lo largo de la conferencia fueron frecuentes
las referencias al hecho de que esta era la primera
reunión de la Asociación que se celebraba por
fuera del Caribe. Esta observación se convirtió en
una especia de chiste, celebrado hasta la saciedad
por buena parte de la audiencia. Para el grupo de biano, el chiste era más bien un insulto. ¿Cómo era
posible que un grupo de historiadores caribeñistas
diversas disciplinas y visitantes acostumbrados considerara que Cartagena, la más caribeña de las
a pensarnos y describirnos como caribeños por ciudades del Caribe, no pertenecía al Caribe? ¿Qué,
haber nacido, crecido y/o adelantado gran parte de si no caribe, era entonces Cartagena? ¿Qué, si no
nuestra formación académica en el Caribe colom- caribeños, éramos los que nos sentimos insultados

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con el chiste? ¿Qué, entonces, es el Caribe? ¿Qué una cultura y/o una conciencia. Finalmente, con base
en la división histórica de Colombia entre “el inte-
Responder estas preguntas requiere entender rior” y “la costa,” presentaré una explicación de la
el problema de la pertenencia al Caribe como un reacción negativa generada por el mal chiste sobre
la no pertenencia de Cartagena al Caribe.
autodenominación choca con la identidad colec-
tiva como condición impuesta por otros. En
el caso particular de la pertenencia al Caribe de 
los habitantes del Caribe colombiano, las identi- 
examinan en este artículo. Así, este documento Lo ocurrido en Cartagena debe entenderse
está organizado en tres secciones, la primera de
las cuales proporciona un marco conceptual que identidad colectiva autoproclamada por los miem-
permite entender por qué para los habitantes del bros de un grupo y la identidad de dicho grupo
Caribe colombiano es (o debe ser) importante el
reconocimiento de la región como parte integral -
del Caribe. La segunda sección presenta un nuevo
por identidad. Mi uso del término identidad
es cercano al de Megan Vaughan, quien esta-
de islas, montañas, ríos, valles, penínsulas, bahías,
de las identidades como simultáneamente auto-

de la esclavitud en Mauritius durante el siglo


XVIII, Vaughan (1998: 192-193) sostiene que:

Cuando empleo el término ‘identidad’ con la inten-


ción de reconstruir la historia social de Mauritius en
el siglo XVIII, puedo estar usándolo en diferentes
formas. Puedo usarlo para hacer referencia a lo que
en los expedientes históricos aparece como iden-

referirme a la adscripción de identidades por parte


de un grupo de personas a sus contemporáneos. O
puedo usarlo en referencia a mi reconstrucción, en
retrospectiva, de identidades que los contemporá-
neos quizás nunca articularon; [puede hacer refe-
rencia a] mi ensamblaje de componentes (lenguaje,
vestimenta, comportamiento social, prácticas reli-
giosas) que, en mi opinión, deben haber constituido

grupo y otro; identidades que probablemente ‘son


vividas’ en el cuerpo, pero que carecen de un equiva-
lente discursivo.

De especial interés para mi enfoque son los dos


primeros usos del término: identidad como auto-

- colectivo para agrupar a sus miembros y describir


universo, su lugar en una sociedad determinada; e identidad

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caribeñista debe superar en algún momento en su
evolución intelectual. Por lo tanto, hay un número

de las cuales ha estado libre de la controversia que

Antonio Benítez Rojo (1998) fue uno de los


intelectuales que realizó mayores esfuerzos por

El reconocimiento de los múltiples obstá-


culos a que debe enfrentarse quien intente

partida de su interpretación. En su opinión,

       


   




     


Agrupando estos obstáculos / características


bajo la etiqueta de “diversidad”, Gary Van Valen
(2006: 30) destaca la heterogeneidad política,
como etiqueta asignada por un grupo de personas
a otro.
      
Entender las identidades de estas dos maneras     
permite explicar el mal chiste de Cartagena de
la siguiente forma: un grupo de personas que se      

autodenominan caribeños (caribeños # 1), niega la

identidad caribe a otro grupo cuyos miembros se
En un intento por superar los obstáculos y, al
mismo tiempo, reconocer la diversidad, Benítez
caribeños, pero son percibidos por los caribeños
Rojo describió al Caribe como el producto de una
# 1 como extraños, como personas por fuera del
“máquina”,” creada por Cristóbal Colón, mejorada
Caribe. La identidad caribe de los caribeños # 1,
por Pedro Menéndez de Avilés y perfeccionada por
por su parte, no fue puesta en duda: tanto en sus
mentes como en la de los demás, los caribeños #
Benítez Rojo (1998: 24), creó el Caribe, porque
1 son percibidos como del Caribe. ¿Son los cari-
beños # 1 más legítimamente caribe que los cari- 
beños # 2? ¿Son las islas del Caribe más caribe que 
el Caribe continental? Responder estas preguntas, 


Caribe.     

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el Caribe como una construcción socio-histórica
que varía de acuerdo con la perspectiva desde la

tan importantes como qué es el Caribe.



lugar, es decir, en términos puramente geográ-

que conforman las Indias Occidentales y (ii) el


Caribe como “aquellos países que bordean el Mar
-
-
tales del análisis de Antonio Gaztambide (2003),
-
ción pura y exacta del Caribe”, establece cuatro

la palabra Caribe en mapas y documentos escritos


por marineros, funcionarios de gobierno y cartó-
grafos ingleses, españoles, franceses y holandeses,
Gaztambide concluye que el término Caribe fue

a los pueblos indígenas que habitaban las primeras


      islas conquistadas por los españoles en América. El
     uso de Caribe para hacer referencia a un territorio,
 plantea Gaztambide, es una invención del siglo

 XX. En este sentido, la palabra Caribe se ha utili-
zado para hacer referencia a cuatro áreas geográ-

todo aquello que hace parte del Caribe, no Occidentales, incluidas las Guayanas y Belice y en
ofrece una respuesta convincente a la pregunta ocasiones incluso las Bahamas y Bermuda, (ii) el
qué es el Caribe. En este sentido, constituye un Caribe geo-político, constituido por las islas del
claro ejemplo de lo que Frank Moya Pons (1970: Caribe, América Central y Panamá, (iii) el Gran
36) denomina “el Caribe problemático.” Antes y Caribe o Cuenca del Caribe, que incluye el Caribe
después de Benítez Rojo, muchos caribeñistas han geo-político, Colombia, Venezuela y partes de
México y (iv) el Caribe cultural o Afro-América
Central, que abarca los territorios al norte de Brasil
(el Caribe como lugar) y, otras veces, como un y al sur de Estados Unidos (sin incluir ni al uno ni
espacio cultural, social, normalmente asociado a al otro) donde se desarrollaron economías de plan-
un determinado territorio (la ecúmene Caribe). En tación. Gatzambide (2003: 82)
otras ocasiones han argumentado que es necesario, -
dada la heterogeneidad de la región, pensar en la -
existencia de varios Caribes, algunos reales y otros cientes para ninguna de ellas. Sin embargo, dos de
- sus planteamientos deben ser tenidos en cuenta.
ciones me lleva a plantear la necesidad de entender

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se utiliza. En segundo lugar, llama la atención
sobre la necesidad de añadir un adjetivo (insular, que le permitieron interpretar el Caribe como un
- área socio-cultural caracterizada por las siguientes
ción del Caribe, lo cual, si bien no implica nece- nueve características:
-
cado del término Caribe, al menos proporciona un (1) una ecología de tierras bajas, subtropical e
mejor sentido de ubicación. insular;
(2) la extirpación rápida de las poblaciones indí-
 genas tras la primera llegada de los europeos;

esfera del capitalismo agrícola europeo, con base
en el cultivo de caña de azúcar, la mano de obra
esclava y el sistema de plantación;
Caribe mucho más elaborada, pero aún no del todo
(4) el desarrollo paralelo de estructuras sociales
satisfactoria. Más de treinta años atrás, Mintz (1971:
insulares caracterizadas por una débil organiza-
ción de las comunidades locales y el desarrollo
de una estructura de clases bipolar, mantenidas
gracias a la dominación extranjera, las restric-
ciones en el acceso a la tierra, la riqueza y el poder
político y el uso de diferencias físicas como indi-
cadores de estatus social;
(5) la coexistencia de grandes planta-
ciones y la agricultura en pequeña escala;
(6) la continua introducción de grandes cantidades
de “extranjeros” a los sectores más bajos de la
estructura social, en condiciones caracterizadas
por grandes restricciones en las oportunidades de
ascenso económico, social o político;
(7) la ausencia de una ideología de identidad
nacional que pudiera servir como un objetivo
para la aculturación masiva;
(8) la persistencia del colonialismo y del ambiente
colonial;
(9) un alto grado de individualización—
particularmente en términos económicos.

Caribe como una ecúmene, es decir, de acuerdo


con Kroeber, “una unidad histórica... un marco en
el que tiene lugar una combinación particular de
procesos que llevan a ciertos resultados únicos”. El

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          Dichos límites restringen esa visión común a un
       


Caribe, Belice y las Guayanas. Ciertas experien-
 cias históricas, como el cimarronaje y el sistema
 de plantación (ambas incluidas en sus nueve rasgos
        característicos del Caribe), tornan problemáticas
 las fronteras del Caribe de Mintz, pues le impiden
aceptar la existencia de un Caribe más amplio. Pero,
El énfasis de Mintz (1996: 299) en la importancia
de una cierta “visión del mundo” para entender
el Caribe, sin duda, un componente fundamental
de su interpretación, es claramente expresado en la
Belice y las Guayanas, Mintz sólo está interesado

 Por esta razón, su caracterización del Caribe como


         
       la pertenencia al Caribe de territorios no incluidos
       

partes del sur de Estados Unidos, los departa-
mentos del norte de Colombia y Venezuela y
algunos territorios de México y América Central.



Gaztambide dan la impresión de que el Caribe

-
mente. Algunos han propuesto que no existe el
Caribe, en singular. La idea de varios Caribes fue
propuesta, por primera vez, por Frank Moya Pons
(1970: 33), quien puso en duda la existencia de una
conciencia caribe, con la cual, a su vez, cuestionó
la existencia de un Caribe único:
Para la mayoría de la población del área, hablar
del Caribe sólo tiene sentido como una conve-
niencia [o convención] en las clases de geografía;
para la mayoría de sus habitantes el Caribe como
comunidad viva, con intereses y aspiraciones
comunes, simplemente no existe. En la práctica,
parece más sensato pensar en la coexistencia de
varios Caribes, uno junto al otro.



las que plantean la necesidad de reconocer varios

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Caribes coexistiendo uno junto al otro, están administrativa,1 la palabra caribe puede tener
estrechamente vinculadas con una zona geográ-
utilizado y sigue siendo utilizado como una cate-
un estudio reciente, Mimi Sheller trató de alejarse
Indias Occidentales o al Gran Caribe), como una
entender el Caribe como un objeto que puede ser categoría cultural (cuando se usa para describir la
estudiado y deseado, un objeto o una mercancía de música del Caribe o los alimentos del Caribe) y
consumo. Resumiendo las diferentes interpreta- como una categoría de identidad (cuando alguien
ciones que he presentado hasta ahora y añadiendo
Como lugar, el Caribe es real (es posible ir al
Caribe Caribe, pisar el Caribe); como categoría cultural
y como identidad, el Caribe es una invención. El
      
       
       


      



abandona completamente la idea de que el Caribe

es “a la vez real e imaginario”, y es a la vez real e


imaginario como “objeto de estudio, producido
en los centros académicos del norte y como objeto
de deseo en las culturas de consumo populares.




más se aproxima a mi propia interpretación. En


mi opinión, el Caribe debe ser entendido como
-

-
Caribe real y el Caribe inventado o imaginado no
trucción socio-histórica el término caribe debe
son mutuamente excluyentes. De hecho, coexiste
ser entendido como un concepto más cercano
uno junto al otro. Por lo tanto, debido a que
a “raza”, “clase” o “religión” que a Colombia,
existen muchos Caribes reales y muchos Caribes
Francia, África o Europa. De la misma forma que
el término “raza” que, dependiendo de quién lo
caribeñidad resulta bastante complicado.
esté utilizando, puede referirse a un tipo biológico,
una posición ideológica o una categoría político-          


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enfrentó a Cartagena, el principal puerto del virrei-
nato de la Nueva Granada, y a Santa Fe, la capital
del mismo. Esta rivalidad se expresó de manera
explícita durante la primera etapa de las guerras de
independencia, cuando Santa Fe se mostró parti-
daria de un régimen centralista y Cartagena optó
por el federalismo. Las guerras de independencia,
uno de cuyos resultados fue la destrucción y ruina

interior sobre la costa y marcaron el inicio de un


largo proceso de deterioro para Cartagena y sus
alrededores. (Bell Lemus 1991: 105-130) y (Meisel
y Calvo 2005). Desde las décadas inmediatamente
posteriores a las guerras de independencia, el dete-
rioro de Cartagena y las provincias vecinas fue
explicado con base en argumentos desarrollados
a partir de teorías de determinismo climático, que
presentaban la decadencia de la costa como conse-
cuencia natural de las condiciones climáticas de
la región. Asimismo, probablemente con miras a
presentar la nueva nación como capaz de desarro-
llarse, se inició un proceso de descaribeñización
que se hizo evidente en la asignación del término
“Costa Atlántica” a la región comprendida por las




de Cartagena y la importancia que asignan los


caribeños # 2 a ser percibidos como del Caribe
(en otras palabras, la importancia de eliminar las
distinciones entre caribeños # 1 y caribeños #
2) resulta necesario entender dos aspectos signi-

rivalidad histórica entre “la costa” y “el interior”;


y segundo, el giro lingüístico representado por la
transición del uso de la expresión Costa Atlántica
al uso de Costa Caribe. Esta transición ha sido
acompañada, en algunos casos, por un cambio en
la identidad: de costeño a caribeño.
La división entre la costa y el interior, tal como lo
han planteado varios historiadores, 2 tiene sus raíces
en la rivalidad que durante los tiempos coloniales





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provincias del norte de Colombia. El giro lingüís-
tico de Costa Atlántica a Costa Caribe, iniciado

tomó fuerza a partir de la aprobación de la Consti-


tución de 1991. (Bell 2006: 123-143). La transición
de costeño a caribeño, por su parte, aún está por
producirse.

        


       
   
      

Desde su fundación en 1533 y durante todo el


período colonial Cartagena fue una de las ciudades
más importantes de los territorios españoles en
América, probablemente sólo superada por México,
Lima y La Habana. Desde mediados del siglo XVI
hasta principios del siglo XVIII, Cartagena fue el
principal puerto de esclavos de la América espa-
ñola. Durante el período colonial, Cartagena basó
su importancia en el hecho de que la legislación
española la hizo “el único punto de contacto legal-
        
mente establecido con el mundo exterior.” (Múnera
1998: 43). Santa Fe, por su parte, fue siempre la 
capital de la Audiencia y, desde 1739, del Virrei- 
nato de la Nueva Granada. La distancia geográ-
         
y a lomo de mula) y las diferencias económicas 
(Cartagena fue uno de los principales defensores
del comercio con naciones extranjeras, mientras La decisión de hacer de Santa Fe la capital del
que Santa Fe se manifestó a favor de un sistema nuevo virreinato fue seguida por una serie de
de protección que favoreciera sus ventas de harina) decisiones políticas que ilustran una tendencia
explican la rivalidad que se desarrolló entre las
entonces en boga, a fortalecer la agricultura del
interior para promover el desarrollo del país.”
La creación del virreinato de la Nueva Granada (Múnera 1998: 49).
en 1739 fue uno de los momentos en que la riva-
lidad entre Cartagena y Santa Fe se hizo evidente. A lo largo del siglo XVIII, la rivalidad entre la
Tal como nos ha recordado Gustavo Bell (2006: costa y el interior se expresó a través de tres impor-
130), tantes debates en torno a tres temas recurrentes:
(i) el situado (transferencias de dinero de todas
 
las provincias del virreinato de Nueva Granada
       
        hecho de que Cartagena, como principal punto de
        entrada al virreinato, tenía que estar bien protegida

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frente a cualquier intento de invasión extranjera),
(ii) la construcción de caminos, y (iii) la produc-
ción y el comercio de harina.3 De acuerdo con
Múnera (1998: 130), los debates en torno a estos
temas revelan la existencia de “dos proyectos
contradictorios de desarrollo económico regional
surgidos de los intereses contrapuestos de las élites
de Cartagena y Santa Fe de Bogotá.” El Consu-
lado de Comercio de Cartagena, creado en 1795,
fue el organismo que mejor expresó la posición del
Caribe colombiano en estos temas. Su contraparte
en Santa Fe, el consulado de comercio creado un
par de años después del de Cartagena, defendió las
posiciones del interior en el tema comercial.
Las controversias generadas en torno a la
producción y el comercio de harina son el mejor
ejemplo disponible de las formas en que se expresó
la división entre Cartagena y Santa Fe durante
las últimas décadas del período colonial. En su
análisis de dicha controversia Múnera (1998: 126)
observa que,

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Con la llegada de las guerras de independencia


“la rivalidad entre cartageneros y santafereños se
transformaría en guerra abierta.” Durante la fase
inicial de las guerras de independencia, el gremio
de comerciantes de Cartagena “se convirtió en uno
de los organismos claves en la lucha por la auto-
nomía política del Caribe colombiano.” (Múnera
1998: 118, 116)




La crisis de la monarquía española luego de la toma


de la Península Ibérica por las tropas napoleónicas

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en 1808 es reconocida como el principal detonante Veinte años después, a principios de 1840,
de las guerras de independencia en la América a pesar de su incapacidad para recuperarse de
española4. La crisis también precipitó el desarrollo los daños causados por las guerras de indepen-
de una nueva etapa en la rivalidad entre Cartagena dencia, Cartagena (que pese a su deplorable estado
y Santafé. De hecho, una de las tempranas continuaba siendo la ciudad más importante del
manifestaciones de las guerras de independencia, Caribe colombiano) renovó su lucha por lograr
en la Nueva Granada, fue la lucha, liderada por mayor autonomía frente a Santa Fe. Este nuevo
Cartagena, por obtener no sólo su independencia intento autonomista se desarrolló como un capí-
de la monarquía española (a la cual inicialmente tulo (el capítulo Caribe) de la llamada Guerra de
Cartagena “sólo” le exigió mayor autonomía) sino, los Supremos—una guerra civil que enfrentó a las
sobre todo, de Santafé. élites provinciales en contra del poder central de
Durante los primeros años de las guerras de Bogotá—caracterizado por el intento del Caribe
independencia, la rivalidad entre Santa Fe y Carta- colombiano de tratar de separarse de Colombia
gena dio lugar a lo que en la historiografía colom- para formar las Provincias Federadas de la Costa
biana se conoce como la Patria Boba, una guerra Caribe. El intento, inicialmente exitoso, culminó
civil que enfrentó a las provincias que, lideradas en un estruendoso fracaso que profundizó la crisis
por Cartagena, apoyaron el establecimiento de un que las guerras de independencia habían produ-
sistema federalista contra las provincias que bajo cido en la región.
la dirección de Santa Fe se manifestaron a favor El corolario de la Guerra de los Supremos y
del centralismo. La táctica de Cartagena, durante su importancia en la determinación del papel
este período, que se extiende desde 1810 hasta del Caribe colombiano en la nación colombiana
1815, consistió en reclamar autonomía política y fueron recientemente descritos por Gustavo Bell

centro de poder.” (Múnera 1998: 164).


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los acontecimientos más dramáticos de la historia
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de Colombia, la llamada Reconquista, como conse- 
cuencia de la cual un ejército español comandado          
por el mariscal de campo Pablo Morillo resta- 
bleció la autoridad española en todo el virreinato.
Aunque el control español se mantuvo por menos
de 5 años, después de los cuales Colombia surgió       
como una nación independiente, la Reconquista       
tuvo consecuencias fatales para las aspiraciones        
de Cartagena de superar el control de Santa Fe.
De hecho, una de las consecuencias más desas- La ruina de la costa Caribe fue luego usada por
trosas de la Reconquista fue la ruina absoluta de las élites del interior para resaltar las diferencias
Cartagena tras sufrir un largo asedio por el ejér- entre las tierras altas (es decir, los Andes, Santa
cito español en 1815. Sólo cinco años más tarde, Fe, el interior) y las tierras bajas (para nuestros
una vez más, Cartagena fue sitiada, esta vez por propósitos, la región Caribe, Cartagena, la costa).
los patriotas dispuestos a expulsar a todos los espa- Con base en teorías de determinismo ambiental
ñoles de Colombia. El efecto combinado de los / climático desarrolladas a partir del siglo XVIII
dos sitios y las múltiples batallas libradas en Carta- para explicar la diferencia entre Europa y sus colo-
gena y sus alrededores determinaron la decadencia nias tropicales, un grupo de intelectuales neogra-
económica y política de Cartagena. nadinos, liderados por Francisco José de Caldas,

XVIII, una versión local de determinismo geográ-




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de los moradores” (Múnera 1998: 150). La costa
de una nación con dos componentes básicos: laci- Caribe, por su parte, era habitada por negros, que,
vilización de los Andes y la barbarie del resto del como nos recuerda Peter Wade (1993: 14), eran
territorio.” (Múnera 2005: 76)5 percibidos como perezosos e indolentes.
Luego de culminada la Guerra de los Supremos, Si bien la división entre Andes civilizados y
las doctrinas climáticas de Caldas fueron explíci- Caribe salvaje funcionaba como un paliativo
tamente expresadas en términos raciales, alegando contra los temores de las élites del interior (ya que
que la barbarie y el atraso del Caribe y el resto
de las tierras bajas tropicales se debían al hecho
de que estas tierras eran habitadas por las razas que pudiera competir en la escena mundial. Una
nación que pudiera ser moderna y progresista.”
(Wade 1993: 9). Para lograr esto, era necesario
presentar a toda la nación, no sólo a su interior
andino, como blanca, y, por lo tanto, capaz de
progresar y alcanzar niveles de civilización compa-
rables a los de Europa. La estrategia seguida para
lograr este objetivo se basó en dos componentes
fundamentales. Por un lado, el gobierno central
intentó (aunque sin éxito) fomentar la inmigra-
ción masiva de europeos blancos que deberían
mezclarse con negros e indios para “blanquear”
la nación. Por otra parte, dado que el término
“Caribe” se asociaba con la esclavitud, la oscu-
ridad y el atraso, el Gobierno optó por eliminar
el componente Caribe de la nación colombiana.
Con miras a lograr este último objetivo, tal como
lo demuestra Gustavo Bell (2006: 138-140),
con base en su lectura de una serie de compen-

término Mar Caribe fue sustituido en los mapas


de Colombia con el término Océano Atlántico. La
Costa Caribe, desde entonces pasó a denominarse
la Costa Atlántica. Colombia, buscando ser más
civilizada, más blanca, optó por la supresión de
su identidad caribeña. El atraso de la costa Caribe
-
impuras (es decir, los negros y los indios). Manuel ción de la identidad caribe. Al mismo tiempo, ese
Ancízar, uno de los geógrafos colombianos más atraso, derivado directamente de las guerras de
famosos del siglo XIX, manifestó claramente esta independencia, impidió a los habitantes del Caribe
posición en 1850, al referirse a las provincias del colombiano desarrollar cualquier acción tendiente a
interior como “los majestuosos Andes, habitados rescatar la identidad caribe de la nación colombiana.
casi en total por la raza blanca, inteligente y traba-
jadora, propietaria del suelo felizmente dividido en 
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 La rivalidad entre Cartagena y Santa Fe y la
división histórica entre la costa y el interior nos
 brindan las claves para entender que la identidad

22 VENTIUNO / DICIEMBRE 2009


de los habitantes del norte de Colombia se deriva sobre la región y la consolidación de su identidad.
directamente de una percepción negativa de lo que Más recientemente, con la idea central de hacer
visible la identidad caribe y continuar divulgando
(los cachacos), a su vez, se perciben a sí mismos en la idea de pertenencia al Caribe se han puesto en
marcha otras iniciativas como el Parque Cultural
la costa. En este sentido, la identidad de los habi- del Caribe y el recientemente inaugurado Museo
tantes del Caribe colombiano es una construcción
creada en oposición a lo que uno no es (no se es a nivel regional como nacional e internacional, la
cachaco).6 idea de que Colombia y muchos de sus habitantes
los habitantes del norte de Colombia como cari- pertenecen al Caribe.8 El reto ahora consiste
beños es un fenómeno reciente, aún en proceso de en recordarnos a nosotros mismos que somos
consolidación. Tradicionalmente los habitantes del Caribe; en hacer efectiva la transición de ser y
norte de Colombia nos hemos percibido a noso- sentirnos costeños, a ser y sentirnos caribeños.
tros mismos como costeños. La idea de ser caribe
ha sido una incorporación relativamente reciente, 
promovida por un grupo reducido de intelectuales,
académicos, políticos y gestores culturales. No existe un acuerdo general en torno a cómo
Uno de los aspectos fundamentales del proyecto
promovido por esta intelectualidad ha sido el -
intento de rescatar una identidad caribe evidente ción restrictiva que sólo entiende al Caribe como
en aspectos como la música, las comidas y el estilo la cadena de islas conformada por las Antillas
de vida. La idea, desarrollada inicialmente durante Menores y Mayores y una interpretación amplia
la década de 1980, tomó fuerza con la aprobación que incluye a todos los países con costas en el
de la Constitución de 1991 que creó estrategias de Mar Caribe. Además, existe una tendencia, mucho
desarrollo regional para cada región colombiana, más reciente, que intenta liberarse de la geografía
incluyendo lo que entonces empezó a ser llamado
institucionalmente Caribe colombiano. El Obser- fronteras físicas determinadas. Pese a la falta de
vatorio del Caribe Colombiano, centro de inves-
tigación económica, social y cultural del Caribe importante reconocer la importancia que algunos
colombiano creado en 1997, con miras a “generar pueblos (por ejemplos, algunos habitantes del
conocimiento de excelencia, promover el debate Caribe colombiano) asignan al reconocimiento
y producir propuestas que mejoren la calidad de como caribeños. La explicación de esa necesidad
vida de los habitantes del Caribe Colombiano,” de ser caribe tiene fuertes raíces históricas, cuya
así como, “divulgar ampliamente su producción comprensión hace posible entender (pero no cele-
intelectual,” 7 ha sido sin duda la institución que brar) el chiste sobre la no pertenencia de Carta-
ha liderado el proceso de generar conciencia en gena al Caribe.
torno a la identidad caribe de los habitantes de los Sin embargo, todavía queda mucho por hacer
departamentos del norte de Colombia. De la mano para apreciar el grado de caribeñización de la iden-
de entidades como el Banco de la República (Sede tidad costeña. Si bien la rivalidad que dividía y
Cartagena) y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, sigue dividiendo al interior y la costa es innegable,
Sede Caribe, el Observatorio ha publicado nume- es necesario plantear algunas dudas con respecto
rosos volúmenes cuya divulgación ha jugado un al grado de aceptación que el gentilicio caribeño ha
papel crucial en el desarrollo del conocimiento alcanzado entre los habitantes del Caribe colom-


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VENTIUNO / DICIEMBRE 2009 23


vínculos que hacían del Caribe colombiano parte
eso no necesariamente implica que la mayoría de integral del espacio Caribe, así como el proceso
ellos se piensen a sí mismos como caribe. La tran- mediante el cual se fueron debilitando (y olvi-
sición de costeños a caribeños es un proceso en dando) dichos vínculos. Reconstruir esta historia
desarrollo, cuya culminación exige la elaboración y permitirá fortalecer el argumento en torno a la
divulgación de estudios históricos que ilustren los importancia de ser caribe.


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

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

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 
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

24 VENTIUNO / DICIEMBRE 2009

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