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cian

escrito por: pixel


puede una nube
traer el blanco
que una esperanza previa avisó
y salvar el verde
bajo la sal
de los seres que habitan
vestidos de luz
la sal del cielo
un destello de objetos inertes
refractarios del espacio
en medio de materia gris
una fracción de luz
que envuelve la piedra seca
grises especímenes de la nube
sin rastros del cian prometido
tanta necesitad
de luz
a la distancia
de una vida
puede una nube hablar
el verbo de los vientos
acaso un espejismo del aire
un brillo fugaz de la piedra
que se desprende de su luz
apropiarse del blanco
que colma los espacios
menos afortunados
se trata de nubes
se trata de la ligereza del ambiente
de lo solubles que somos
dentro del ahora
busco el espacio
que no puede estar a tientas
busco la nube
que volvió
desprovista de sol
busco
y en mitad del aire
se esparce la sal
no solamente era un estupor general
era la certeza de un árbol vivo
un viento vivo
una tarde inesperadamente blanca
permeada de gris
afinar vientos
un grito en seco y montaña
andar en rojo
la luz limpia
el cielo no puede ser azul
es blanco
blanco neón
el cielo azul
no es más que un mito del futuro
una sugestión de la mente
un recurso inútil de redención
una sinapsis fallida
del blanco
coordinar el viento en pocas palabras
que las tormentas azoten tus manos
y que la piedra que cargamos
se torne gris y asuma la forma sin temor
que la nube sea ese grito
que se niega a salir
así van las cosas
a donde no deben
sin esfuerzo
convulsivas
estropeadas
sin sentido
y rojas
incluso verdes
las cosas
que poco saben
y avanzan
torpemente
y sin sol
cosas que se vierten en agua
se desmoronan
que piden perdón
cuando las tocas
seco
brutal
augurio de vidrio
nubes salpicadas
fuerza que deja
y arrastra
gritar
ser verde
pretender un cielo rígido
tiempo que escansea
apetito barato
explicación que se da en piedra
ablación
puntos en equis
sombra y fuga
una nube
una nube
y lo demás no puede ser
delante de una nube
la nube que tapa el sol
levitar
esperar
que el día
se apiade
de tantas cosas
que dejaron de ser
luz
vas a decir algo
desde lejos
vas a decir
que todo es silencio
luz
vas a apagarme
a dejar las luces apagadas
luz
que de lejos
me dejas
a oscuras
es así
ni marea
ni sustancia
pesado
y grueso
la más potente gladiola
el zarpazo de los dinosaurios
la vitrina cargada de fuego
vísceras
y hambre
en comparación con qué
sentimental
refugio
piedra que se seca
y ya no habla
yo no quería nada sutil
yo quería todo sublime
sublime y mío
lo que no se ve
y sin embargo
tiende a refugiarse
a tornarse gris
lo que parece
que está firme
lo que hiere
que demuestra frío
aunque siga
donde empezó
intento que se queda quieto
en poco menos que el verde
intento de que las cosas
sean piedras inamovibles
y viento derretido
gritos que se esparcen en el aire
poder que se escurre
por montañas y vidrios
andar vil y sincero
gritar verde
aunque no se entienda el blanco
no captar más
que la acumulación de frío
intentar en vano
que los números
regresen a su lugar
aspirar a rojo
fútil
dañino
duro
beso
vil
devastar miradas
ojo que se queda quieto
para servir al verde
sin imitarlo
este año no lloré
frío
este año no lloré
nieve
este año no
tampoco ella
porque la forma
deja de serlo
cuando soy
así las cosas reverdecen
en vientos y fuegos
soy verde y decido
soy verde y ato
soy sonido
ni vidrio ni mezo
frío sol
y el blanco me sobrecoge
rugidos
viento escanciado
gritos
verde que corre
y se escapa
cúmulos de roca
hielo seco
que se adhiere
a las manos
un día se acabó el rojo
las banderas ondearon
sin el cian
la historia no concluye
el magenta está por verse
ahora
decir piedra
bastaría
para aplastarte
las oportunidades de ser luz
en medio del aire
el espacio que se colma
con miles de blancos
demasiada liviandad
para no compartirla
andar a tientas en medio del camino
que poco trae
un frío que augura ternura
la ternura que viene
desprovista de compromiso
la sal del sol que se esparce
las ansias que se vuelven
masa fría
arriba de nuestras narices
súbito de blanco
impregnándose despacio
en medio de tanta calma
somos eso que se puede
la materia de los soles
que se esparcen
en el aire del mediodía
en medio
del camino
una nube
acompaña el rojo
sin más
cómo se dice
dolor
en un idioma
que no duela
el sonido
de un mar
que no existe
la piedra errática
de lo que llega a su sitio
la luz de la estrella de cada noche
la naturaleza de la elipsis
furia de dedos atados
olía a sal
y el frío dulce y cruel
la cubría
en tonalidades gruesas
aparentes
tanto avanza
sin descanso
en medio del camino
que tanto blanco
trae en calma
demarcación astral
impureza
afán
amarillo espeso
qué pide el aire
sino blanco
qué pide la piel
sino más piel
limitarse
de qué sirven
los siglos de cielos
a la luz de la luz
que entrega
su cuerpo
sin encandilarlo
es la frescura del ambiente
esa pieza que le falta al sol
cuando el aire se impregna
en los párpados
y la memoria
un campo de gloria
el cielo simplemente no puede ser azul
el cielo es un sacrificio del viento
efervescencia espacial
purificación solemne
cada luz más cian
fríos de furias
un peñasco que se desploma
ante la indiferencia del mar
limpias las nubes del sol
sin campos que se resistan
somos demasiados
y es el aire el que brinda por nosotros
no hay mayor confianza
que la que se deposita al fondo de la tierra
donde el trueno no puede arrasar
demasiada esperanza
para dejarse llevar por el frío
basta con que los ojos
se cierren de golpe
para que todo cobre sentido
en medio del blanco
que te deja al descubierto
el viaje que se aproxima
hacia el viento
que se aproxima a su vez
hacia un espacio
igual de afortunado
asistir al festejo del hoy
que el cian trae
como señal
de victoria
mis dedos te muestran
en medio del aire
el aire que es nube
en medio del sol
el sol que en luz
no es más
que día y viento
la luz que repleta
de oportunidades
te deja a la vista
ser piedra de aire
viento fugaz
la visita de la calma
que se esparce
en horas imprevistas
augurio de vidrio
la transparencia
del fruto cuadrado
mitad de azul
a la espera
nubes que sufren de furia y marea
que flotan al contacto del sol
nubes que no saben a dónde más ir
y por eso vuelan todo el frío y toda la tierra
que no te falte el cian
ni el bien común
que no te falte nadie
ni la dicha que aún no llega
porque así es como se alimentan
los días de la vida
que al menos no te faltan
las piedras que nacen luz
el sol que se adapta
a las condiciones del aire
las cosas que se dejan ir
sin esperar respuesta

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