Estados Unidos acudió en ayuda de Corea del Sur para repeler la invasión.

En solo dos
meses los defensores fueron empujados al Perímetro Pusan, un área pequeña en el extremo
sur de la península, antes de que los norcoreanos fueran detenidos. Una rápida
contraofensiva de las tropas comandadas por Estados Unidos, devolvió a tropas norcoreanas
al norte del paralelo 38, casi hasta el río Yalu. Entonces entró en el conflicto la República
Popular China del lado del Norte, con apoyo armamentístico de la Unión Soviética. El Ejército
chino lanzó una ofensiva que forzó a las fuerzas del sur a volver al otro lado del paralelo 38.
En 1953 la guerra cesó con un armisticio que restauró la frontera entre las Coreas cerca del
paralelo 38 y creó la Zona desmilitarizada de Corea, una franja de 4 km de ancho entre ambos
países. Desde entonces siguieron produciéndose periódicos rebrotes conflictivos entre ambas
partes.
La participación de las Naciones Unidas (ONU) en la guerra es materia de discusión. Estados
Unidos logró varias resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a favor de
Corea del Sur, avalando incluso el uso de la fuerza armada. La legitimidad de las resoluciones
de las Naciones Unidas con motivo de la Guerra de Corea fue cuestionada por la Unión
Soviética y otros estados no alineados con Estados Unidos, debido a la exclusión de la
República Popular China y la República Popular Democrática de Corea, así como la decisión
del organismo de no computar como veto la ausencia de la URSS de las reuniones del
Consejo de Seguridad en las que se sancionaron las resoluciones cuestionadas. Actualmente
la ONU considera que no se trató de una operación de las Naciones Unidas mediante el uso
de la fuerza (art. 42 de la Carta de la ONU), debido a que no fue conducida por el secretario
general (fue comandada directamente y bajo la responsabilidad de EE.UU.), no tuvieron
ambas partes oportunidad de explicar su postura (sólo lo hizo Corea del Sur) y se procedió al
uso directo de la fuerza armada.11