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Artículo de reflexión

La resistencia social: una resistencia para la paz


Sally González Higuera*, Juan Carlos Colmenares Vargas**,
Viviana Ramírez Sánchez Vargas***

Resumen
Recibido: 6 de marzo de 2011 Las iniciativas locales en el marco de la acción política de la re-
Revisado: 21 de marzo de 2011
Aprobado: 1 de abril de 2011 sistencia social están encaminadas a solucionar contextos com-
plejos, problemas puntuales y propios de una determinada comu-
nidad. Así su cobertura sea reducida porque se limita a lo local, ha
sido valioso su impacto en términos de bienestar. Pequeñas orga-
nizaciones locales han creado sus propios espacios para poder ac-
tuar, a veces, en concordancia con las políticas públicas estableci-
das y otras de manera absolutamente creativa y autónoma. Así, la
población se ha organizado para defender los derechos humanos,
prevenir el reclutamiento o para buscar la resolución pacífica de
conflictos. Exploran los alcances de la educación y la cultura para
la paz y la manera de proteger a la infancia de un destino que no
ofrezca opciones a la vida. Reconstruyen familias y comunidades
enteras para que las víctimas retomen una vida independiente y
económicamente viable, para que desvinculados de los grupos
armados ilegales se reintegren a la legalidad, en fin, realizan ac-
ciones concretas que, en pequeña escala, son esfuerzos tangibles

* Socióloga, docente investigadora de la Unidad de Investigación de la Universidad Santo Tomás. Coordinadora del programa Jóvenes Investigadores
de la USTA. Coordinadora editorial de la Revista electrónica de Investigación INNOVO. Actualmente cursa tercer semestre de la Maestría en Investi-
gación Social Interdisciplinaria de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Correo electrónico: sallygonzalez@usantotomas.edu.co
** Licenciado en Filosofía. Profesional de Formación para el Trabajo de la Alta Consejería para la Reintegración y consultor externo de la Corporación
Escuela Galán para el Desarrollo de la Democracia. Actualmente cursa tercer semestre de la Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Correo electrónico: jucacova@gmail.com
*** Licenciada en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Actualmente cursa tercer semestre de la Maestría en Investi-
gación Social Interdisciplinaria en la misma universidad. Correo electrónico: virasa080@hotmail.com

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La resistencia social: una resistencia para la paz

de resistencia social. Es inmenso el univer- políticas públicas locales, como ya lo han


so de acciones específicas que salvan vidas, demostrado algunas comunidades que se
reparan daños, frenan las acciones violen- abordaran en este documento.
tas o fortalecen las acciones colectivas y el
valor civil para sobreponerse a ellas. Todas Palabras clave
son expresión del esfuerzo local para resol-
ver una situación concreta pero, al mismo Resistencia, empoderamiento, no violencia,
tiempo, tienen la capacidad de incidir en las acción política.

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Sally González Higuera, Juan Carlos Colmenares Vargas, Viviana Ramírez Sánchez Vargas

The Social Resistance: a Resistance for Peace


Sally González Higuera, Juan Carlos Colmenares Vargas,
Viviana Ramírez Sánchez Vargas

Abstract
Recibido: 6 de marzo de 2011 Local initiatives within the framework of political action of the
Revisado: 21 de marzo de 2011
Aprobado: 1 de abril de 2011 social resistance are directed to solve complex contexts, precise
and own problems of a certain community. Even if their cover-
age is reduced because it is limited to a local level, their impact
has been valuable in terms of well-being. Small local organiza-
tions have created their own spaces to be able to act, sometimes,
in agreement with the established public policies and others in an
absolutely creative and independent way. Thus, the population
has organized itself to defend human rights, prevent recruitment
or look for a peaceful resolution to conflicts. They explore the
reach of education and culture for peace and the way to protect
the childhood from a fate that does not offer options to life. They
rebuild families and entire communities so that victims retake
an independent and economically viable life, so that people who
broke ties with the armed illegal groups return to legality… in
short, conduct concrete battles that, in small scale, are tangible
efforts of social resistance. The universe of specific actions that
save lives, repair damages is huge, these actions restrain violent
or fortify collective actions and the civil value to overcome them.
All of them are an expression of the local effort to solve a concrete
situation but, at the same time, they have the capacity to affect
local public policies, like some communities already have dem-
onstrated it, we shall approach them in this article.

Keywords
Resistance, empowerment, non-violence, political action.

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En todas las profecías está escrita la imaginarios, nuevos tabúes, nuevas funcio-
destrucción del mundo, nes sociales para actores emergentes, carac-
Todas las profecías cuentan que el hombre crea- terizados por buscar una interrelación, aun
rá su propia destrucción, cuando están movidos por la incertidumbre.
Pero los siglos y la vida que siempre
se renuevan, Lo sólido se derrite, se va entre las manos, y
Han creado también una generación de amado- según Bauman, con éste se van los vínculos
res y soñadores, entre las elecciones individuales y las ac-
Hombres y mujeres que no soñaron con la ciones colectivas. Lo colectivo y lo público
destrucción del mundo, construidos bajo intereses comunes de los
Sino con la construcción del mundo, las mari- individuos, se van también con la fluidez.
posas y los ruiseñores. Las condiciones impuestas por la contextu-
alidad de las dinámicas de la modernidad,
Los hacedores de sueños. Gioconda Belli ponen a los sujetos frente a cambios radi-
cales que exigen repensar los conceptos, las
En su colección de ensayos a propósito de las creencias y las estructuras que antes solían
implicaciones de la modernidad, el sociólo- articular y dar sentido a las dinámicas so-
go polaco Zygmunt Bauman hace referencia ciales. Así, es interesante analizar la reac-
a las características y especificidades de este ción, las respuestas y las estrategias que se
presente complejo. Bauman recalca que el desencadenan para enfrentar, sobrellevar
presente se caracteriza por la mutación de y sobrevivir esta contextualidad. Es la era
las relaciones interpersonales y la trasfor- de la desregulación, de la flexibilización, de
mación de los significados y significantes la liberación de los mercados. Una realidad
de estas en las dinámicas sociales de la ac- donde quedan muy pocas pautas “sagradas
tualidad. Nuevas concepciones de tiempo, e inviolables”, donde todo es posible y todo
espacio, poder, control, miedo y amor que depende de los intereses de intercambio
transforman el acercamiento y la relación desde los poderes individuales, desde el
del sujeto con el otro. Bauman (2000) destaca capricho del sujeto. De aquí, que las preo-
como valor característico y colectivamente cupaciones de la filosofía moderna se basen
compartido de este presente a la instantanei- en la ética y la estética, tendencia previsible
dad. De manera cada vez más tangible, hay del sujeto que se encuentra impávido y que
cercanía creciente con la total incertidum- necesita repensar nuevamente el mundo
bre; aún cuando, paradójicamente, estamos de las normas y del cómo actuar ante las
en la era de las redes y la información. dinámicas desconcertantes de la moderni-
dad líquida.
Bauman desmenuza un cambio de paradig-
ma, una modernidad sólida que se desdibu- En coherencia con el pensamiento de Bau-
ja y se reemplaza por un presente líquido, man, desde una perspectiva crítica, Félix
fluido, fugaz, inmediato. La transformación Guattari en su texto Plan sobre el planeta;
de lo sólido, entendiendo por esto, la desle- capitalismo mundial integrado y revoluciones
gitimación de la fuerza de la tradición, la moleculares; conjuga sus preocupaciones so-
cultura, los imaginarios sociales, los tabúes bre la instalación del problema político de
como normas o reglas sociales, se modifican las formas de vida en esta modernidad. En
por la fluidez, nuevas relaciones, nuevos

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su tesis sobre el capitalismo mundial inte- En este sentido, y a diferencia de los autores
grado1, Guattari resalta las nuevas confi- que evitan establecer una relación explícita
guraciones que ha adoptado el capitalismo entre el capitalismo contemporáneo y Esta-
desde los años setenta, y que se sustentan do, Guattari argumenta que el Estado nu-
en una efectiva reestructuración del poder. clear se ha convertido en la figura central del
Así, el autor reflexiona sobre el surgimiento CMI, ya que el Estado está directamente co-
de un nuevo capitalismo, que no reemplaza nectado con los componentes esenciales del
al antiguo, pero que coexiste con éste, gene- capital, lo que lo lleva a tener un lugar prota-
rando capitalismos de distintos niveles en gónico en la administración de los mecanis-
una misma realidad. mos de control, de represión y modelización
del orden dominante en los sujetos. Es decir,
En términos simples, el CMI represen- la principal característica en la reestructura-
ta “una figura de dominio que recoge y ción de las funciones tradicionales del Es-
exaspera la unidad del mercado mundial tado, encuentra respuesta en que “Todo se
sometiéndola a instrumentos de planifica- pone en funcionamiento para controlar los
ción productiva, de control monetario, de tiempos singulares de vida, para reducirlos
intervención política, con características a los tiempos capitalistas, bajo la amenaza
casi estatales” (Guattari, 2004), y en esta de la anulación del ser” (Guattari, 2004).
medida, pueden distinguirse tres aspectos
principales: el copamiento de zonas que Ligado a lo anterior, se produce un ajuste
aparentemente estaban excluidas de su con- cuidadoso entre el poder político ejercido so-
trol, el dominio total de cualquier actividad bre los individuos, lo que supone que el tipo
humana y la sobrecodificación y control de de poder que se da en nuestras sociedades
nuevas actividades. no es exclusivamente el disciplinario; basado
en el castigo de todos los que se apartan de
Según Guattari (2004) la reestructuración la norma, sino más bien un poder de control
del poder efectuada por el CMI tiene como continuo, sutil e inmediato. Es por esto que
eje central la integración de lo político y de hoy las instituciones parecen ser más flexi-
lo económico, del Estado y del capital. Es así bles, más abiertas y más conectadas entre sí,
como la autoridad estatal y los estados na- no tratan de modelar desde el exterior, sino
cionales se ven sometidos a una verdadera que su modelamiento es más indefinido, sin
y efectiva desterritorialización. De acuerdo contornos fijos, siendo la fluidez su principal
con el autor, el CMI no se limita a recompo- característica, esto es, un poder rizomático.
ner, según nuevas formas de unificación, el
flujo y las jerarquías de los poderes estatales Finalmente, en sus planteamientos Guatta-
en su acepción tradicional, sino que produ- ri, a través de la relación entre CMI y subje-
ce funciones estatales que se expresan a tra- tividad, advierte de la urgente necesidad de
vés de una red de organizaciones interna- reinventar el capitalismo sobre los espacios
cionales, las cuales se materializan a través de la vida cotidiana, al no estar ya en una
de los medios de comunicación, un control fase expansiva a nivel geopolítico:
del mercado y las tecnologías.
A partir del momento en que el capita-
lismo ha invadido el conjunto de las su-
perficies económicamente explotables
1 De aquí en adelante CMI.

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[…] su campo de acción queda clausu- ducción de subjetividades en una realidad


rado y […] tendrá que buscar los me- influenciada por dinámicas comerciales y
dios de expansión y crecimiento […]
económicas, al tiempo y en coherencia con
retransformando las relaciones socia-
les y desarrollando mercados cada vez lo planteado por Guattari, coexisten nuevas
más artificiales, no sólo en el ámbito necesidades de configuración de sujetos,
de los bienes, sino también en el de los pero sobre todo, de sentidos de vida, que
afectos (Guattari, 2004). distan mucho de sólo pretensiones econó-
micas o de prestigio comercial. Por el con-
Es a través de lo anterior, que para Guattari,
trario, las realidades imperantes son una
el CMI tiende a remover, transformar, para
posibilidad para la configuración de nuevos
nuevamente capitalizar y disciplinar la sub-
sujetos, mentalidades y posibilidades. Con-
jetividad humana. En definitiva, y por una
sideramos que lejos de querer establecer un
necesidad interna a su propia dinámica, la
panorama sombrío y sin salida sobre el fu-
principal habilidad que el capitalismo ha
turo de lo humano de la humanidad, estas
debido cultivar es la de recuperar los fe-
perspectivas teóricas permiten dar cuenta
nómenos subjetivos que él mismo ayuda a
de la realidad tal cual es, con sus caracterís-
desatar. No obstante, la pregunta común y
ticas, matices y variaciones, para ver desde
que persiste es ¿cómo resistir a la sociedad
el hecho posibilidades de ser, configuracio-
imperante y a sus estructuras de poder?,
nes de subjetividades complejas y sobre
¿cómo producir un cambio social? Ahora
todo distintas.
bien, ¿a qué tipo de sociedad pertenecemos?
Ante este panorama el profesor Óscar Useche
Milan Kundera describió “La insoportable
(2008) presenta una perspectiva más positiva
levedad del ser como el eje de la tragedia
y afirmativa sobre las realidades emergentes.
de la vida moderna”, y al parecer Bauman
y Guattari en sus reflexiones teóricas pare- A pesar de la crisis del capitalismo que
cen compartir dicha sentencia. Semejante ahora es general, no se exime a la socie-
descripción desesperanzadora de estos im- dad de dar lugar a relaciones sociales
que permitan que florezca la diversidad
portantes teóricos sobre este presente verti-
de la cual está constituida la vida. En
ginoso, es la antesala perfecta para analizar medio del desorden y la confrontación
las posibilidades de ser, en medio de las con- causados por los dispositivos de domi-
diciones deterministas y dramáticas de este nación y la guerra perpetua que se im-
pone, en las poblaciones surgen nuevos
presente. No obstante, a pesar de los plan-
modos de vida que se enuncian como
teamientos de Bauman y Guattari, validos y estrategias sociales y que por su carác-
justificados en la realidad y en las manifes- ter de ruptura con la lógica de guerra,
taciones latentes de la acción de algunos su- se denominan no violentos (p. 259).
jetos contemporáneos, discrepamos de ver y
sentir esta contextualidad como un precipi- En el documento “La resistencia social
cio desesperanzador contra la subjetividad como despliegue de la potencia creativa de
o contra la posible configuración de sujetos la vida”, el profesor Useche retoma la re-
con sentido. flexión sobre una opción y alternativa para
repensar y trasformar las condiciones ideo-
Si bien existen dinámicas del capitalismo lógicas y materiales que condicionan la con-
actual con sus modos y medios de pro- textualidad descrita por Bauman y Guattari:

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Sally González Higuera, Juan Carlos Colmenares Vargas, Viviana Ramírez Sánchez Vargas

la “resistencia social” como acción política y san en relaciones verticales intimidatorias y


liberadora, como punto de fuga de las fuer- de prestigios infértiles; la resistencia, por el
zas controladoras del poder hegemónico ac- contrario, propone relaciones de horizonta-
tual. “Resistir implica desplegar la fuerza, y lidad que permiten el cambio, la diversidad
en el mundo social esto se vive en los con- y las potencialidades de ser y hacer sin lími-
tactos de las interacciones sociales medidos tes impuestos.
por relaciones de poder” (p. 259).
En complemento, la resistencia civil se ca-
Es un error pensar la resistencia social en una racteriza por ser una opción de las socieda-
lógica de confrontación o como mecanismo des modernas para enfrentar las posibles
violento a manera de respuesta o retaliación. arbitrariedades de los gobiernos, cuando
Por el contrario, la resistencia social se basa estos se salen de los límites establecidos por
en un poder afirmativo en términos de po- los linderos propios de los derechos y las li-
tencia de vida, pacífica, sin violencia. bertades reales de los ciudadanos. Muchos
de los excesos de algunos gobiernos se en-
La resistencia social se hace tangible a par- cuentran suficientemente documentados en
tir de la consolidación de nuevas subjetivi- el texto Estado de excepción del filósofo italia-
dades, modos de relacionarse y de convi- no Giorgio Agamben.
vir orientados hacia las bases efectivas de
una democracia real. No se concibe desde Óscar Useche (2008) destaca a la resistencia
la polarización, ni a manera de oposición civil como un método de lucha política que
amigo-enemigo. Por el contrario, de ésta se parte de la base de que los gobiernos se de-
desprende la necesaria reconfiguración de ben a los ciudadanos y dependen de la cola-
conceptos tradicionales, pero actualmente boración, obediencia y legitimidad de la po-
vacíos de sentido: el poder, lo público, la blación civil y militar que pertenece a una
guerra, la comunidad, la participación, lo sociedad. La resistencia civil se materializa
cultural y las motivaciones inherentes a las en la politización efectiva y consiente de la
relaciones humanas. ciudadanía. Según Useche la resistencia so-
cial, como potencializadora de reflexiones
Al hablar de resistencia, no se habla desde éticas y creadoras de vida en el sujeto, es
las lógicas de dominación, de guerra o de funcional a éste para cuestionar, subvertir y
confrontaciones u oposiciones simbólicas dar golpe de opinión y de acciones afirmati-
de intereses o necesidades; por el contrario, vas ante las injusticias de un Estado despó-
se potencializan necesidades emergentes de tico, que ha olvidado su dependencia a los
diversidad, empoderamiento y beneficio intereses del ciudadano. Este tipo de resis-
mutuo donde se reivindican las luchas de tencias superan disidencias o desacuerdos
los excluidos, vulnerados o minorizados. individuales, pues va más allá de intereses
“Es una resistencia no violenta porque su particulares, buscando sobreponer valores
independencia depende de su capacidad de de humanidad favorables al colectivo sin
auto-definición de caminos propios funda- que de ninguna manera se haga uso siste-
dos en la alteridad”. La idea de resistencia mático de la violencia.
social no violenta rompe el imaginario de
subordinación que se desprende de la diná- La resistencia civil exige necesariamente
mica de la guerra cuyas estructuras se ba- una reflexión sobre las ideologías, episte-

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mologías y metodologías del poder; además sor Useche (2008) materializa estas acciones
de una resignificación de éste, repensándolo al mencionar los casos específicos donde
y desligándolo de conceptos e imaginarios la resistencia social se hace tangible en las
tales como: dominación e imposición. En prácticas y en las acciones de los miembros
contraposición debe pensarse al poder como de una comunidad:
potencializador, generador y dador de vida.
Comunidades rurales que exigen a los
Así, se subvierte la idea del poder como base
guerreros que les dejen vivir su vida a
invisible y alienante de los sistemas hege- su manera; jóvenes desempleados que
mónicos, dominadores y despóticos tradi- no quieren empleo sino un modo crea-
cionales. No poder por control y obediencia, tivo de producir; grupos urbanos que
sino poder por vida, por una ciudadanía no aceptan regulaciones extremas o
incluso, homosexuales y transexuales
con sentido. La resistencia social promueve
demandando reconocimiento a sus di-
la participación plena y decisoria de la gen- ferencias (p. 265).
te, además de los procesos de autoreflexión,
concientización y autonomía que “afianzan La desobediencia civil surge como una de
pactos flexibles y profundos que se hacen las estrategias para ejercer activamente una
entre comunidades concretas” (p. 264). resistencia no violenta, ya que como acción
política transgrede el paradigma de confor-
La resistencia civil potencia principalmente midad, impotencia u obediencia del sujeto
la creatividad y la resiliencia del sujeto y el ante la figura todopoderosa del Estado, a
colectivo, potencia estrategias y metodolo- través de una reflexión consciente y ética
gías inéditas y emergentes que coadyuvan a del sujeto, que le permite poner en entredi-
la superación de los poderes despóticos y al cho o desconocer decisiones inequitativas,
fortalecimiento de las estrategias de acción injustas, arbitrarias o despóticas de actores
política comunitaria, sin que las personas armados e, incluso, del mismo Gobierno.
tengan que adscribirse a categorías sectaris-
tas de raza, religión, cultura, actividad econó- Vale mencionar que la resistencia social
mica, tendencia partidista, etc. “La resistencia aparece como una opción esperanzadora
social no violenta se desenvuelve en el ámbi- de ética y estética, un escape posible de las
to de la micropolítica y es sumamente inno- acciones e ideologías impositivas del po-
vadora en materia organizativa” (p. 264). der tradicional. La ética se encuentra en el
estímulo del “actuar correctamente” con
Por otro lado, la resistencia social desen- base en valores humanistas y no de estra-
cadena un empoderamiento político de tegia económica o política. El ejercicio ético
acciones reflexivas y pacíficas desde la mo- de la resistencia adquiere sentido cuando
lecularidad de la acción, sin esperar como se reconoce que el poder no está solo en la
fin último incidir o imponerse sobre el co- estructura social, en las representaciones o
lectivo o la estructura dominante, tan sólo valores culturales o jurídicos, el poder está
ser, sentirse y existir con propuestas crea- en la cabeza de los sujetos que lo ejercen y
tivas de vida y de identidad. La fuerza de lo materializan en la interacción. El poder
este poder molecular radica precisamente no es únicamente una abstracción estructu-
en su negación a adscribirse o confrontarse ral, es materializado a través de la vivencia,
con el poder central hegemónico. El profe- la experiencia, los discursos e ideologías

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de los sujetos. Si bien, la historicidad y la dividuos desapasionados, sumisos y derro-


cultura inciden en las formas de imaginar tados de antemano” (p. 274).
individual y colectivamente, es preciso am-
pliar la perspectiva y entender que estas son Óscar Useche, en su texto “La resistencia
reinterpretadas por el sujeto y operadas en social como despliegue de la potencia crea-
sentido dialéctico a través de la interacción tiva de la vida” recoge algunas experiencias
social, dando lugar a nuevos fenómenos y que permiten iniciar una reflexión sobre el
realidades en los distintos momentos histó- cómo abordar y materializar las resisten-
ricos. “Esto si tenemos en cuenta a los hom- cias sociales, entre estas, se encuentran: i) la
bres como seres imaginativos y, al tiempo, recuperación de la memoria y el fortaleci-
constructores de realidades. En definitiva miento del tejido social solidario; ii) la pro-
responsables de su propia historia” (Baeza, ducción material, autónoma y autodetermi-
2000, p. 76). Entonces, la resistencia surge nada, desde las necesidades y cualidades de
como oportunidad para replantear el poder la comunidad y su entorno, eliminando la
tradicional y para que el sujeto sea promotor dependencia a intermediarios o al poder de
de transformaciones que no son impuestas, centro; y iii) la politización de la sociedad a
ni dadas por ajenos. Una resistencia ética partir de una resignificación de lo público.
viene de la problematización y autocon- Estas estrategias de largo plazo necesitan
ciencia del sujeto sobre su acción y sobre su tiempo social y comunitario para incubarse,
poder para revertirlo basado en su inheren- vivirse y creerse, para materializarse en una
te capacidad humanista de discernimiento. realidad plena de libertad, ciudadanía y de-
mocracia con valores de humanidad.
La pasividad no puede entenderse como
resistencia social. Lamentablemente una de La acción colectiva como
las dimensiones más peligrosas del poder resistencia social
tradicional o “poder sobre”, no sólo se da
en la toma de decisiones, sino también en Entre los elementos que caracterizan el ac-
lo suprimido, en lo invisible. “En aquello tual proceso de cambio de las sociedades la-
que no se toma en cuenta en la decisión y tinoamericanas, uno de los más importantes,
ni siquiera entra en la negociación. El poder por sus repercusiones inmediatas y por sus
sobre también se expresa en la capacidad implicaciones a más largo plazo, es la ten-
de decidir sobre qué se decide. No tomar dencia del campesinado de algunos países a
decisiones, dejar de hacer algo, no objetar, diferenciarse y a organizarse como un sector
también implica la presencia de poder y a específico de intereses sociales, que se mani-
esto se le denomina poder invisible” (León, fiestan en la emergencia de vigorosos movi-
1997, p. 17). La pasividad y la sumisión son mientos político-sociales, varios de los cuales
causas de la influencia aplastadora de la han logrado alcanzar un nivel considerable
necesidad de subordinar el poder tradicio- de desarrollo y han ejercido una profunda
nal. “La pasividad frente a la guerra es una influencia sobre sus respectivas sociedades.
autentica sesión de voluntad de poder”.
La comprensión de las causas de éxitos y
Según Useche (2008) “si la autonomía no es
fracasos de las estrategias de acción co-
deseada, fraguada y gestionada, las fuerzas
lectiva debe ser una fuente principal de
de la guerra avasallan la voluntad de los in-
aprendizaje para mejorar las intervenciones

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La resistencia social: una resistencia para la paz

públicas y privadas orientadas a modificar rurales recurren a la acción colectiva para


los sistemas de exclusión, promover nuevos enfrentar este nuevo escenario. El mayor
mundos posibles y mejorar el manejo de los protagonismo de la sociedad civil está lleno
recursos naturales (Torres, 2007, p. 81). de posibilidades y esperanzas, y de ello son
ejemplo miles de emprendimientos colecti-
Surge entonces el interés por el análisis de la vos a lo largo y ancho de la América Latina
acción colectiva, como ejercicio de resisten- rural. Son muchos los éxitos y los logros al-
cia social, que emerge desde diversas expre- canzados, pero también son numerosas las
siones asociativas en las comunidades rura- iniciativas que se han visto frustradas por
les y que expresan un sentido renovado de diversos motivos. Aparece entonces la re-
la política y de la práctica de la ciudadanía. sistencia social como un doble mecanismo,
La acción colectiva como construcción social por un lado, un mecanismo no violento de
conlleva y ofrece un vasto y complejo proce- construcción de paz, que evidencia proce-
so de producción de experiencias que tienen sos y acciones colectivas identificadas por
que ver con la configuración de la identidad sus protagonistas –sujetos sociales– como
personal y colectiva, sus formas de organi- “fuerza vital” y “ejercicio de autonomía,
zación y participación y con la proyección autodeterminación o neutralidad activa”;
política del colectivo (Miller, 2004). y, por otro lado, un mecanismo pacífico de
defensa y de propuesta, y esencialmente un
En otras palabras, se puede señalar que la poder pacifista transformador que nos con-
acción colectiva constituye en sí misma un duzca a pensar una realidad esperanzadora
espacio y una experiencia donde tiene lugar para este país.
la constitución de sujetos sociales, entendido
como una colectividad donde tiene lugar la Colombia, como la mayoría de los países
elaboración de una identidad y donde se ges- del mundo, es culturalmente diverso, pue-
tan prácticas mediante las cuales los miem- blos indígenas, afrodescendientes, gitanos,
bros pretenden defender sus intereses y ex- raizales, entre otros, materializan esta rea-
presar sus voluntades (Torres, 2007, p. 81). lidad. Ellos representan raíces importantes
en nuestro pasado, sus culturas milenarias
La resistencia social y el han dejado huella en otros pueblos y comu-
caso colombiano nidades, y quienes hemos podido conocer
algunos aspectos de sus cosmovisiones y
Colombia es un país complejo y diverso en
procesos, consideramos que tienen mucho
el que la violencia y la paz adquieren una
que aportar y enseñar a este país (Hernán-
connotación especial. La primera, como
dez, 2006).
problemática recurrente (Sánchez, 1995) y
de significativa magnitud; y la segunda, por Desde los valores de sus culturas y la diver-
representar un ideal, una necesidad y a su sidad que representan, pueblos indígenas y
vez una realidad perfectible, que ha comen- afrodescendientes han generado, dinami-
zado a recogerse desde las últimas dos dé- zado y visibilizado en la historia reciente
cadas del siglo XX (Hernández, 2008). de este país, procesos ejemplarizantes de
resistencia social. Ellos se han soportado
Ante esta realidad, diversos grupos, po-
en resistencias ancestrales, cosmovisiones
blaciones, comunidades y organizaciones

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Sally González Higuera, Juan Carlos Colmenares Vargas, Viviana Ramírez Sánchez Vargas

que ponderan la vida, la armonía y la soli- significativa visibilidad, sino que han po-
daridad, capacidades y poderes pacifistas y dido relacionarse con otras experiencias de
transformadores, y la necesidad de respon- su misma naturaleza, compartir con ellas
der a apremiantes desafíos impuestos por sus procesos, aprender mutuamente de sus
diversas violencias. estrategias, y descubrir que no están solos,
que otros también han emprendido luchas
A su vez, comunidades campesinas, ubica- similares, y que es posible articularse con
das en escenarios rurales y contextos en los ellos para tener mayores alcances.
que el conflicto armado se ha expresado con
intensidad, desde opciones no violentas y Estas relaciones se han hecho visibles en las
pragmáticas, han generado procesos de re- redes que han conformado, a nivel regional
sistencia social como ejercicio de autodeter- y nacional, sus relaciones interétnicas, los
minación, mecanismos de autoprotección y encuentros nacionales, y las agendas co-
propuestas de construcción de paz. munes que comienzan a construir mientras
el conflicto intenta erosionar, fragmentar y
Estas experiencias representan empode- debilitar la sociedad civil afectando su capa-
ramientos pacifistas, y registran como ele- cidad de acción colectiva y la efectividad y
mentos comunes el ejercicio de la acción fuerza que ella incuba, hay sectores y orga-
no violenta y la comprensión positiva de la nizaciones que buscan fortalecer sus accio-
paz2, pero difieren en cuanto a las pobla- nes desde una lógica civilista y no violenta.
ciones que las jalonan, las causas que las
generan, sus procesos y las modalidades de Paralelamente con estos movimientos e ini-
violencia frente a las cuales se ejercen. Al- ciativas, que quizá han contado con mayor
gunas surgen como respuesta de defensa a visibilidad dada la relevancia y el impacto
la violencia del conflicto armado, pero otras del conflicto armado en la vida nacional y
se ejercen en forma integral como mecanis- los vaivenes de la política que sitúan este
mo de lucha política y de defensa frente a tema, también se identifica un sinnúmero
la violencia estructural3 o la globalización. de iniciativas ciudadanas puntuales. Se tra-
ta de proyectos, programas, procesos y ex-
Durante mucho tiempo, las experiencias de periencias desarrolladas por organizaciones
resistencia civil construyeron sus procesos civiles que actúan frente a las acciones gene-
hacia dentro, en el ámbito de sus contex- radas por los grupos armados ilegales para
tos locales y rurales, lejanos de la mirada protegerse de su impacto, reparar el daño o
externa, en esfuerzos solitarios y aislados. para evitar que se extienda.
En la actualidad, no sólo han logrado una
Estas resistencias no violentas han venido
2 La comprensión positiva de la paz trasciende su tradicional concep- configurándose en distintos niveles y en
ción como ausencia de guerra y conflicto. Está integrada por diver- distintos rincones del territorio colombiano
sos valores, como inclusión social, profundización de la democracia,
“comunidades protagonistas de transfor-
respeto a la vida y demás derechos humanos, reconocimiento de la
diversidad étnica y los derechos de los pueblos y desarrollo, entre maciones superiores”. A continuación se
otros. presentará un breve análisis de experien-
3 La violencia estructural puede ser comprendida, en términos de cias humanas de comunidades y grupos
Johan Galtung, como aquella que impide a los seres humanos una
vida mínimamente humana y que se refleja en la imposibilidad de que optaron por otros caminos lejos del po-
satisfacer necesidades esenciales. der de dominación o poder de centro: 1) las

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La resistencia social: una resistencia para la paz

comunidades campesinas; 2) la resistencia el capital humano y el capital social. Estas


indígena, vista desde su tejido de comuni- capacidades no son transferibles linealmen-
cación; y 3) la historia de las mujeres riosu- te desde afuera hacia el interior de los gru-
ceñas que construyen paz. pos comprometidos en la acción colectiva.
Surgen de procesos de aprendizaje social
Acción colectiva en comunidades los que a su vez requieren de tiempos sufi-
cientes para su maduración.
rurales: una experiencia de
resistencia social De lo anterior se desprenden dos conclu-
siones. Primero, las estrategias de acción
La acción colectiva se desarrolla en un nue- colectiva requieren organizarse con base en
vo contexto y bajo la influencia de nuevos la construcción de capital humano y capital
paradigmas. El contexto es más individua- social a la eliminación de la pobreza, modi-
lista, el paradigma cada vez más alejado de ficación de las relaciones de poder, profun-
la utopía comunitaria. Como en todo nue- dización de la democracia. Segundo, las po-
vo escenario, hay problemas nuevos, pero líticas y estrategias de algunos organismos
también nuevas posibilidades y oportuni- internacionales, gobiernos y donantes que
dades. Lo fundamental es la necesidad de reclaman impactos inmediatos y visibles en
generar nuevos marcos interpretativos, que tres a cinco años y con referencia a objetivos
nos ayuden a comprender y mejorar nues- complejos, podrán ser efectistas, pero no se-
tra acción desde diferentes interpretaciones rán efectivas y menos sustentables.
de la realidad.
El éxito o fracaso de las estrategias de acción
La acción colectiva en las comunidades rura- colectiva en términos de mejorar las condi-
les es necesaria para dar respuesta a necesi- ciones de vida de las poblaciones rurales, de-
dades individuales y sociales que pertenecen pende de factores internos (valores, normas
al ámbito de la vida pública, las que no tie- de conducta, sistemas de reglas formales,
nen posibilidad de encontrar solución si las mecanismos para asegurar el cumplimiento
formas de acción social se reducen a aque- de las reglas y los compromisos, y tipo de
llas que son propias del neoliberalismo. Los liderazgo); externos (comunicación y concer-
principios de la solidaridad y la cooperación, tación multi-actores y vínculos con “motores
son los que sustentan la acción colectiva. de sostenibilidad” de la acción colectiva), y
de contexto (individualismo vs. solidaridad
Las estrategias de acción colectiva en el en el plano cultural, competencia vs. coope-
sector rural apuntan por lo general a los si- ración en el plano económico, democracia vs.
guientes objetivos: el mejoramiento de las autoritarismo en el plano político).
condiciones materiales de vida; la modifica-
ción de las relaciones de poder al interior de
Comunidades indígenas: la
los grupos, comunidades u organizaciones
rurales; o la profundización de la democra- experiencia NASA
cia y la expansión de la ciudadanía. Se trata,
en todos los casos de objetivos complejos La resistencia no violenta es una forma de
cuya consecución demanda la existencia o dimensionar los significados que le otorgan
el desarrollo de capacidades sustentadas en los indígenas a sus apuestas de vida como

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elementos constitutivos de procesos que devenir minoritario y desterritorialización


implícita o explícitamente, buscan dar nue- corresponde a un pensamiento posestruc-
vas definiciones del poder social. Es decir, turalista que piensa su fuga del capital y
cuando los actores, en tanto que movimien- del Estado. Es a eso a lo que se refiere una
tos sociales, despliegan conceptos alterna- frase recurrente de Deleuze y Guattari so-
tivos de mujer, naturaleza, raza, economía, bre la necesidad de crear “un pensamiento
democracia, ciudadanía o territorio, deses- que apele a un pueblo” (Deleuze & Guatta-
tabilizan significados culturales dominan- ri, 1985). Pero ¿puede acaso el movimiento
tes que ponen en marcha una política molar social indígena surgir del devenir-minorita-
desde abajo. rio? Interesante será explorar la noción de
“pueblo” que denota la existencia política
Precisamente, en ese acontecimiento y en de la comunidad NASA.
esas rupturas de lo político, es que se vis-
lumbra la posibilidad de contemplar una Pensar el devenir lleva a la pregunta por el
política emancipatoria por parte de las co- cambio histórico en cómo se ha nombrado
munidades indígenas. Desde la perspectiva y clasificado al movimiento social indíge-
del pensamiento de filósofos como Deleuze, na (los sujetos que lo conforman) e intentar
Guattari y Lazaratto, la micropolítica, tra- dejar espacio para que sean ellos quienes, a
ducida a “política a pequeña escala” o po- través de lo virtual cuenten su historia sin
lítica anti-institucional. La apuesta es mos- omitir el devenir minoritario. La cuestión
trar que la política puede no ser reducida a de la historia se refiere principalmente a la
dichas instancias universales, y en segundo cuestión deleuziana de cómo se puede crear
lugar que la micropolítica, si se la entiende un nuevo pueblo (que ya no es un pueblo),
como una política a escala, puede ser te- la cuestión de si las masas pueden hablar
rritorializada en los entornos virtuales, sin por sí mismas en el curso de un devenir.
perder de vista las luchas que se dan en los
campos estructurados por las tecnologías De lo que se trata es de cambiar la relación
de poder y saber gubernamental. lenguaje-cuerpo-lugar que no sólo afecte al
territorio asignado o domesticado, sino que
Lo que se puede decir es que la micropolíti- también a la disposición de los propios lu-
ca recoge la acción dinámica y las formas de gares enmarcados que impulsan prácticas
ser, estar y vivir en el mundo, otra política y formas de saber distintas. Una coyuntura
cuyo perfil aún no está escrito y cuya acción es la forma en que se organizan el saber, el
se desdibujan en múltiples propuestas que lenguaje y los cuerpos, está atravesada no
ofrece lo colectivo. De ahí la necesidad de sólo por hegemonías, sino por formas pací-
adherirnos a la noción de práctica política ficas de colonialidad del ser, saber, poder y
que nos muestra que el verdadero poder no la naturaleza.
radica en el gobierno, ni en el Estado; sino
que está y permanece en la sociedad, y más Las mujeres como poder
específicamente en el sujeto cotidiano. Esto
potencializador y dador de vida
también abre la posibilidad de seguir pen-
sando en una organización social indígena En tiempos en que se ha vaciado de conte-
donde lo político y donde conceptos como nido a muchas de las luchas de mujeres en

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La resistencia social: una resistencia para la paz

América Latina, la experiencia como movi- Son distintas e incontables las experiencias
miento social, político y filosófico se instala de organizaciones de mujeres que desde
en el espacio de “lo posible”, a otras en la su empoderamiento político, emocional y
necesidad de transitar el camino de “pensar económico han logrado subvertir lógicas
lo no pensado” de la mano de una historia de violencia, de sumisión, de pobreza y de
y una genealogía de mujeres; y a muchas a miedo, motivadas solamente por el amor
iniciar su camino de construirse mujer en la propio, el amor por sus familias y sus cerca-
desmemoria y la permanente apelación a la nos, el deseo por el progreso y por el “Bien-
amnesia histórica, que obliga a comenzar estar”. Estas experiencias ha sido posible
eternamente de cero. Instaladas, así, unas y realizarlas cuando las mujeres han decidido
otras en una encrucijada, no de fin de siglo pensar en colectivos que les permitan pro-
ni milenarista, sino de revisión profunda blematizar, cuestionar, reinventar y pro-
de nuestras propias prácticas políticas y de mover otros valores éticos, en los distintos
nuestros deseos de cambio y de futuro. Vol- ámbitos en que se han desenvuelto estas
ver a aventurarse a mirar la historia como personas.
un gran espejo que nos devuelva lo que he-
En Riosucio, Chocó, a orillas del Atra-
mos sido y lo que somos, nos coloca en la
to, a unos 100 kilómetros del golfo de
posibilidad de aprehender nuestra memoria Urabá, los muertos flotaban como tron-
y reubicarla en el centro de nuestra identi- cos astillados. Se contaron por cientos
dad y nuestras preocupaciones actuales. entre 1997 y 2005, cuando el último de
los ejércitos asesinos se marchó. Eran
Hablar del movimiento de mujeres en tan- días de una mudez que nadie se atrevía
a romper. Con la lista de los hermanos,
to objeto histórico es asumir que se cons- hijos, abuelos, tíos, padres, madres y
tituye como experiencia histórica a partir esposos muertos, podría llenarse una
de un tramado de grupos y organizaciones pared de la iglesia del pueblo, de don-
que comparten una identidad colectiva, de algunos llegaron a creer que Dios se
había marchado en los peores años de
una suerte de cultura común, sumergidas
la violencia […] Escogieron llamarse
en las prácticas cotidianas. En su devenir Mujeres Riosuceñas Construyendo Paz
histórico el movimiento ha experimentado (Macoripaz) […]. Soñaban entonces con
nuevas pautas culturales, nuevos sistemas tener una sede, crear un taller de mo-
distería para darles trabajo a otras mu-
de significación que con frecuencia se han
jeres y estimular a los estudiantes de los
opuesto a los de las relaciones sociales do- colegios del municipio para persistir y
minantes; por ejemplo, las maneras de vi- animarlos en la idea de que estudiar
vir la sexualidad, el sentido de la democra- era mejor, mil veces mejor, que dejarse
cia o la misma relación con la naturaleza, convencer de ser soldado de la guerra.
entre otros, se expresarán en nuevas for-
[…] Nosotras dijimos basta y comen-
mas de comportamiento frente a las cuales zamos a soñar, dice en un tono que no
el viejo orden se resiste. Y en esa resisten- deja dudas […]. Entonces decidió no
cia se juegan las fricciones y fragmenta- huir más y construir un futuro desde el
presente más azaroso. Al principio no
ciones del propio sujeto, que sucumbe a
fueron más que 20 mujeres. Insistieron
ellas, se divide, se multiplica, se atomiza y tanto con el alcalde de la época para que
se polariza, abriendo un abanico nuevo de les diera un auxilio, el que fuera, que
posibilidades. el municipio terminó contratándolas

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Sally González Higuera, Juan Carlos Colmenares Vargas, Viviana Ramírez Sánchez Vargas

como aseadoras de las calles, que en ca, un empeño por el bien colectivo y el re-
realidad más que barrer había que des- conocimiento de la pluralidad que las cons-
malezar. Desde entonces no han parado
tituye como movimiento, resulta principio
[…]. Hoy, 10 años después, Macoripaz
es una asociación de 400 mujeres cabe- orientador.
za de familia, decenas de ellas viudas
de la guerra. Su sede, en una calle inun- Análisis de dinámicas
dada con las aguas de un Atrato ancho locales y regionales
y feroz por culpa del peor invierno en
años, es una casa de dos pisos, la más
Las iniciativas locales están encaminadas a
grande del pueblo, con paredes de
abarco, cohíba, caracolí, roble, cedro. solucionar contextos complejos, problemas
Ellas dicen que tantas maderas hablan puntuales y propios de una determinada
de su propia naturaleza femenina: “Es comunidad. Así su cobertura sea reducida
que somos tan distintas y a la vez tan porque se limita a lo local, ha sido valioso su
semejantes […]” (Fragmentos del artí-
culo de Revista Semana. “Tercos Paci- impacto en términos de bienestar.
fistas: Premio Nacional de Paz 2010”).
Pequeñas organizaciones locales han creado
Las mujeres como actrices políticas de la paz sus propios espacios para poder actuar, a ve-
deben recoger los acumulados de las orga- ces, en concordancia con las políticas públi-
nizaciones de mujeres y apelar a construir cas establecidas y otras de manera absoluta-
sobre lo construido, por lo cual identificar mente creativa y autónoma. Así, la población
aprendizajes de las experiencias pasadas es se ha organizado para defender los derechos
necesario. Tener una voz activa y protagó- humanos, prevenir el reclutamiento o para
nica en los procesos de negociación implica buscar la resolución pacífica de conflictos.
conocimientos, destrezas, por lo cual están Exploran los alcances de la educación y la
avocadas a estudiar las realidades de otros cultura para la paz y la manera de proteger
países y a generar procesos de empodera- a la infancia de un destino que no ofrezca
miento de las mujeres y de las víctimas so- opciones a la vida. Reconstruyen familias y
brevivientes para que estas no se conviertan comunidades enteras para que las víctimas
en “objeto” del discurso de los derechos, retomen una vida independiente y econó-
sino efectivamente sujetos que demandan y micamente viable, para que desvinculados
posicionan sus intereses y contribuyen a la de los grupos armados ilegales se reintegren
construcción de la paz. a la legalidad. En fin, realizan acciones con-
cretas que en pequeña escala son esfuerzos
Por eso es importante insistir en generar tangibles de resistencia social.
procesos de articulación de las distintas al-
ternativas por la paz para desde acuerdos Es inmenso el universo de acciones especí-
políticos mínimos construir una propues- ficas que salvan vidas, reparan daños, fre-
ta de paz para participar de manera activa nan las acciones violentas o fortalecen las
como sociedad civil. Sólo la fuerza ciuda- acciones colectivas y el valor civil para so-
dana de aquellos que han optado por la vía breponerse a ellas. Todas son expresión del
civilista permitirá que la negociación sea esfuerzo local para resolver una situación
posible y que cuando esté andando, dé los concreta, pero, al mismo tiempo, tienen la
resultados que se esperan. En dicho proceso capacidad de incidir en las políticas públi-
una convicción profundamente democráti- cas locales, como ya lo han demostrado las

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La resistencia social: una resistencia para la paz

constituyentes municipales de Mogotes, que, en el ámbito de lo microsocial, pueden


Tarso o Micoahumado. develar las claves centrales para la resolu-
ción de esta violencia de tan larga duración.
La resistencia desde el territorio rompe la
lógica de territorialización de la guerra, Si bien se reconoce el papel desde lo micro,
diagramando un territorio sagrado, impe- ello no significa que se deba reducir su ac-
netrable, que debe ser defendido como la ción a este ámbito. Al contrario, se trataría
vida misma pues es el hábitat de la existen- más bien de darle continuidad a sus accio-
cia como pueblos, es en él que se efectúa el nes y lograr una mayor cobertura de las
plan de vida, la cosmovisión y la cosmo- mismas para llegar a las transformaciones
gonía de cada uno de los pueblos indíge- estructurales que establezcan barreras civi-
nas, tal como ocurre con las comunidades listas al conflicto.
indígenas del suroccidente colombiano. O
donde las experiencias se desarrollan en si- En este sentido, si las estrategias implanta-
tuaciones límites en donde la muerte es una das son una enseñanza en la construcción
compañera cotidiana y en donde el miedo de la paz y generan un impacto en términos
hace flaquear con frecuencia a los protago- de bienestar, es clave trabajar para ampliar
nistas de la resistencia, es allí donde la resis- su incidencia a través del territorio nacional
tencia civil no violenta es todo lo contrario a y en el tiempo.
la cobardía y así lo han tenido que vivir las
comunidades de paz de San José de Apar- A modo de conclusión
tadó y la Organización Popular Femenina.
Dada la relevancia de las iniciativas locales
Estas y muchas iniciativas más, que están en la reconstrucción social es oportuno des-
aún en mora de ser rescatadas del anonima- tacar su papel y establecer la necesidad de
to y merecen tener la oportunidad de ofre- consolidar ese esfuerzo local y configurar
cer su ejemplo a otros, dan muestra de las redes solidarias que puedan constituirse en
posibilidades de acción de los actores socia- sociedad civil activa. Para esto es clave es-
les para actuar por sí mismos frente a situa- tablecer alianzas entre los distintos actores
ciones que atenten contra sus derechos. Así, sociales con la perspectiva de fortalecer las
hacerle el frente a la violencia de diferentes salidas civilistas a la violencia y el tejido or-
formas y trabajar por la paz han sido opcio- ganizativo social que las impulsa.
nes que hasta la más pequeña comunidad
La construcción de consensos en el sentido
ha tenido que afrontar.
señalado tendría que estar normativamen-
Estas iniciativas han evidenciado que el te vinculada con un proceso de integración
cambio y la reconstrucción social pueden social creciente, tanto en el plano simbóli-
generarse desde iniciativas localizadas en co como en el material. Sin equidad no es
comunidades específicas, es decir, desde lo posible la otredad, ni siquiera la competi-
micro. Por ello, puede ser de vital importan- tividad económica es sostenible si siguen
cia para identificar rutas más seguras en la creciendo las distancias sociales. En esta
construcción de la paz, que se garantice su óptica, una participación creativa en la so-
sostenibilidad en el tiempo y se incremente ciedad emergente necesitaría estar acom-
el respaldo de la sociedad a estas acciones pañada por procesos de equidad y libertad

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Sally González Higuera, Juan Carlos Colmenares Vargas, Viviana Ramírez Sánchez Vargas

sociocultural, es decir, por el reconocimien- Un mayor conocimiento sobre las posibi-


to institucionalizado del derecho a existir y lidades de acción sirve para aumentar los
a ser diferente. En otras palabras, el consen- lazos entre las redes locales, regionales y
so plantea el peso estratégico de la cultura nacionales y, a su vez, generar una mayor
política democrática en un nuevo proyecto interacción, clave para el fortalecimiento de
emancipatorio de la modernidad (Calde- la sociedad civil como poder social.
rón, 2002, pp. 198-200).
La consolidación de una interlocución di-
Ampliar el acceso a la información y al co- recta entre estas iniciativas y el Estado ayu-
nocimiento sobre las diferentes experien- daría, también, a la sostenibilidad de estas
cias que incrementan la efectividad de las acciones locales. Para que un movimiento
organizaciones de la sociedad civil es una social por la paz aumente su efectividad
de las maneras de generar procesos mu- necesita desarrollar alianzas y acciones co-
cho más incluyentes que se reflejen en una ordinadas para potencializar aquellas áreas
mayor cobertura e impacto social. De esta en donde los diferentes actores se comple-
forma, las comunidades locales deben ser mentan. Eso permitiría, además de evitar
tomadas en cuenta tanto en la divulgación duplicidades que no contribuyen efectiva-
de sus acciones contra el conflicto como en mente a sumar esfuerzos, a superar des-
las oportunidades de entrenamiento y ca- confianzas que pueden surgir cuando se
pacitación para el fortalecimiento de la so- confrontan puntos de vistas y estrategias
ciedad civil. diferentes aún cuando estas apuntan a la
construcción consensuada de la paz.
Además, para llevar las prácticas locales y
regionales un paso más allá y hacerlas sos- El desconocimiento o, incluso, el rece-
lo abierto entre sectores muy diferen-
tenibles es importante fortalecer el tejido or-
tes como lo son las organizaciones de
ganizativo social de modo que, de acuerdo la sociedad civil (OSC), los medios de
con las múltiples opciones que ofrece la ya comunicación, la academia, etc. cons-
de por sí amplia y compleja variedad de ac- tituyen una barrera que dificulta iden-
ciones, se exploren nuevas vías y se amplíen tificar ventanas de oportunidad en las
múltiples alianzas posibles (Revista
los resultados de sus acciones. Latinoamericana de Desarrollo Huma-
no. “La sociedad civil: poder para tra-
La divulgación de acciones de resistencia bajar por la paz”. Boletín No. 25, sep-
social pacífica estimula a las comunidades tiembre de 2006).
a desarrollar sus propias iniciativas y es un
motor para comunidades con característi- Para quienes buscan soluciones efectivas a
cas similares que aún no han encontrando los conflictos colombianos es claro que hay
la manera de enfrentar su realidad o que no que actuar por encima de las diferencias y
están conscientes de su poder. Es clave en- lejos de personalismos. El objetivo debe ser
caminar los esfuerzos para incrementar la fortalecerse y organizase eficientemente.
capacidad de sectores concretos de la socie-
Para ampliar cada vez más la cobertura y
dad civil y transformar constructivamente
el impacto de las acciones colectivas por la
los conflictos locales, desplegar acciones so-
paz, la sociedad civil deberá enfocarse en
lidarias con los sectores afectados y allanar
reducir la fragmentación y actuar de forma
el camino de la reconciliación.

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La resistencia social: una resistencia para la paz

fortalecida en la búsqueda de un objetivo fíos de una sociedad moderna es aceptar los


común. El reconocimiento de estas y otras riesgos de la incertidumbre y, sobre todo, la
dinámicas plantea a los actores sociales el presencia del otro. Y aceptar por fin que sin
chance de comprender, que aceptar los desa- memoria no es posible una nueva historia.

Referencias
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