Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Bernardo Stamateas, psicólogo, sexólogo clínico y teólogo, introdujo el término “tóxico” aplicado a
personas y relaciones sociales que impactan negativamente la salud emocional; es así que se
aplica a “amistades tóxicas, familias tóxicas, relaciones tóxicas”.
Qué son las emociones tóxicas: “Nuestras emociones están allí para ser sentidas, pero no para
dominar nuestra vida, porque, de hacerlo, se volverán tóxicas”.1 La ansiedad, la angustia, la
insatisfacción crónica, el apego, la envidia, el miedo, la culpa, el rechazo, los celos, la ansiedad, el
enojo, la envidia... Cualquier emoción reprimida o guardada —sea positiva o negativa— es
susceptible de convertirse en tóxica.
La cuestión es otorgarle a cada emoción el verdadero significado que tiene. Las emociones no
pueden ser controladas desde fuera sino que deben serlo desde dentro de nuestra vida diaria.
Vivir significa conocerse, y ese conocimiento es el que nos permite relacionarnos con el otro y con
nosotros mismos. Cuando vivimos la emoción tóxica, de alguna forma nuestro cerebro la
reconduce y al final va a parar a algún órgano del cuerpo, enfermándonos.
Hay personas que les cuesta expresar, por ejemplo, el enojo. Creen que estar enfadado es malo y
que no es correcto mostrarse así, por lo que reprimen esa emoción, la guardan, se la tragan o la
disimulan y, sin querer, esa emoción no expresada la envían a una parte de su cuerpo y pudiendo
tener un problema de salud, como un infarto. Otras personas tienen miedo a tener miedo;
entonces evitan situaciones que les generen ansiedad, como por ejemplo hablar en público o estar
con otras personas, convirtiendo esa emoción en tóxica. Otros individuos guardan las emociones
por tener una autoestima baja y creen que no tienen derecho a expresar lo que desean o sienten,
por lo que anulan las emociones, canalizando erróneamente los sentimientos y llevándoles a un
estado físico y psíquico enfermizo. Hay multiplicidad de causas, pero todas ellas tienen algo en
común: cada vez que guardamos una emoción o la reprimimos, esa emoción puede acabar siendo
tóxica. Nos afecta produciendo enfermedades psicosomáticas, infartos, enfermedades
gastrointestinales, etc. Por lo general, todas las emociones tienen una plataforma emocional: el
estrés. Cuando una persona tiene una sobrecarga, llámese una deuda económica, un problema en
1
¿Sabes qué son las Emociones Toxicas?. https://evolucionconsciente.org/sabes-que-son-las-emociones-
toxicas/
el hogar, con los hijos o con el trabajo, toda esa sobrecarga al final produce una enfermedad, ya
sea con más o menos incidencia o más o menos gravedad.
Seguir el hilo del tema de las emociones, si bien es muy interesante, es enorme, por lo que el
interés es abordar el tema desde el campo educativo. Los síntomas son la
señal o indicio de algo que está sucediendo o va a suceder.2 Los síntomas pueden ser
determinados a partir de la observación cuidadosa de algunas características relacionadas con el
padecimiento. En nuestro caso las preguntas son: qué es un docente tóxico?, y si estos existen?.
En nuestra sociedad históricamente los docentes o maestros viven atados a una imagen social de
cuasi perfección, hay una resistencia a reconocer que son personas falibles. Así que afirmar que
existen docentes con aptitudes tóxicas desafía el pensar de sí mismos y de los demás. Sin embargo
es posible afirmar que quienes estamos en esta tarea, en algún momento hemos manifestado
aptitudes tóxicas en nuestras aulas. Esto es importante reconocer, pero lo es más estar atentos a
los síntomas y hacer frente a los mismos.
Se asegura también que ningún docente per se desea ser tóxico, o que ninguna escuela, instituto o
universidad de formación docente desea formarlos con características de toxicidad, sino que en el
ejercicio de la docencia pueden adquirir aptitudes tóxicas que al final se reflejen los alumnos. Es
decir que los docentes podemos intoxicarnos progresiva, y a veces, imperceptiblemente en el
ejercicio de la docencia. Este problema es exponencial, es decir, es como una fuente que se
contamina y, por seguir fluyendo, lleva la contaminación a otros sitios. Un docente “intoxicado”
puede, quiera o no, transmitir el “veneno” a sus discentes.
Entre los factores que tiende a intoxicar a una docente o un docente, se mencionan los siguientes:
Cuando varias convergen se produce una crisis personal que afecta el quehacer del docente
afectado. Difícilemnte se cumple aquella frase de “los problemas se dejan afuera, antes de entrar
al salón de clases”. Muchos de los problemas mencionados siguen fielmente al educador al
trabajo.
2
Diccionario de la Lengua Española. http://dle.rae.es/?id=Y00ZvBC
El Síndrome Burnout en el Docente
Ejercer como profesor y vivir ciertas condiciones, puede generar un desgaste personal, estrés
crónico, cansancio emocional, agotamiento, pudiendo llegar a derivar finalmente en el síndrome
denominado del “profesor quemado” o “burnout”.
El rol del docente ha cambiado bastante en los últimos tiempos. Los profesores se encuentran
actualmente en una situación delicada: Falta de medios, pérdida de autoridad, alumnos
conflictivos, etc… Estos factores pueden propiciar que el profesor se sienta abrumado y
desconcertado. Y, aunque el docente comience a ejercer su profesión ilusionado y motivado, en
pocos años, puede llegar a sentirse una persona frustrada y desconcertada.
El hecho de que los profesores puedan sufrir el síndrome del profesor quemado puede generar en
los niños una visión diferente y distorsionada de la realidad a la que nos gustaría mostrarles.
Cuando los profesores sufren estrés crónico o depresión su actitud hacia los niños es pobre y
muestran síntomas claro de estrés: En seguida, se irritan y evitan lidiar con los problemas
cotidianos. Tienen actitudes menos sensibles, más lejanas y menos implicadas hacia los niños.
Un grado alto de Burnout en los profesores trae como consecuencia un trato más distante e
indiferente a los alumnos y menos atención a sus necesidades educacionales específicas. Esta
actitud puede llegar a tener consecuencias negativas en la formación de los niños y adolescentes.
Existen estudios que incluso sugieren que el estrés que sufre el profesor se pueda “contagiar” en
clase entre estudiantes y profesores.
Científicos de la Universidad de British Columbia (UBC) analizaron la presencia de cortisol
(hormona vinculada al estrés) en más de 400 estudiantes de primaria y 17 maestros, y
encontraron que las aulas en las que los maestros dijeron estar más agotados física y
mentalmente, los alumnos presentaron, también, mayor presencia cortisol. Para Eva Oberle
(principal investigadora del estudio) “Esto puede sugerir que el estrés pudiera estar contagiándose
en las clases entre estudiantes y sus maestros”. “Se desconoce qué ocurrió primero, si los altos
niveles de cortisol o el agotamiento de los maestros. Consideramos la conexión del estrés entre
maestros y estudiantes como un problema cíclico en las escuelas”.3
El docente con este padecimiento ha perdido el interés por la enseñanza, y las ganas de educar. Es
posible que este agotamiento físico y emocional, le conduzca a tolerar ciertas conductas y
comportamientos erróneos. Por otro lado, los niños aprenden por imitación. Entonces, puede que
“copien” el comportamiento de sus profesores que tienden a estar deprimidos, de mal humor,
presentan ineficiencia a la hora de solucionar los problemas…
1. No trabaja contenido original. Un docente tóxico es el que repite los mismos contenidos
de un curso a otro, sin preocuparse por adaptarlos. Es muy común entre sus actitudes que
trabaje siempre mirando el trabajo de sus colegas y robándoles algunas ideas.
2. La vocación en segundo plano. El docente tóxico primero se preocupará de cumplir con
los temas del programa y cumplir con su horario.
3
BELÉN BENITO. El Síndrome del profesor quemado: Qué es y qué consecuencias tiene en los alumnos.
https://blog.cognifit.com/es/sindrome-profesor-quemado-consecuencias-alumnos/
4
Víctor Rawlins. Sintomatología del Docente Tóxico. http://webdelmaestrocmf.com/portal/victor-rawlins-
sintomatologia-del-docente-toxico/