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ANTECEDENTES DE LA PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA

Nombre: Lina Luz Reynoso Cuello

Al final de los años 80 y principios de los 90, las agencias ambientales en los Estados
Unidos y Europa reconocieron que el marco tradicional de control de la basura industrial y
la contaminación podría ser mejorado, animando a instalaciones industriales a aplicar
políticas preventivas de mayor impacto, como los tratamientos de efluentes y residuos.
Varios estudios habían demostrado que, en las compañías relevadas, los procesos si se
hubieran manejado con más eficiencia, hubieran comenzado con la reducción de la
contaminación, tiempo atrás.

Los investigadores descubrieron que podrían ayudar a casi cualquier compañía a


reducir los costos productivos con un análisis sistemático de las fuentes. Esto es conocido
como ir “encima del tubo” (over of pipe), en contraposición a los tratamientos de al “final de
tubo” (end of pipe), es decir antes de la descarga al ambiente. Intervenir en los procesos
de producción, mejora las operaciones de compra, y en última instancia implica el diseño
de los productos mismos. Pero esto requiere un equipo de producción, de administración
y de especialistas ambientales.

En los 90, en los Estados Unidos estas nuevas ideas y métodos fueron formalizados. La
Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos decidió llamarla “Prevención de la
polución” (Pollution Prevention) o P2. El P2 se plasmó en un acta que fue aprobada en
1990 por el Congreso de los Estados Unidos.
El acta estableció que el P2 era una prioridad superior para proteger el ambiente contra la
contaminación. Parte de la declaración recalcaba la idea que, aunque el tratamiento de los
desechos era importante, el esfuerzo debía hacerse en la prevención de la generación de
los residuos al final del proceso, para evitar que tengan que ser tratados. El acta recalca
que el reciclaje no es P2, es una forma de encontrar otro uso para algo que ya se ha
convertido en “basura.

En Europa, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), desde la


División de Tecnología, Industria y Medioambiente (Division of Technology, Industry and
Economics) de París hizo observaciones similares y se focalizó específicamente sobre la
necesidad de la prevención.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable de Johannesburgo estableció como uno


de los objetivos del plan de acción la necesidad de modificar las prácticas no sustentables
de producción y consumo, incrementando entre otras cosas, las inversiones en programas
de producción más limpia y ecoeficiencia, a través de centros de producción más limpia.

Por su parte, los países de la región manifestaron en la Iniciativa Latinoamericana para el


Desarrollo Sustentable (2002), presentada en la Cumbre, la necesidad de incorporar
conceptos de producción limpia en las industrias, crear centros nacionales de producción
limpia y trabajar en pos de un consumo sustentable. Esto establece el marco a nivel
internacional para definir políticas nacionales y desarrollar planes de acción en producción
limpia.

En países en vías de desarrollo, donde PNUMA es un recurso importante para la política


ambiental, no existían o había débiles regulaciones para el tratamiento de la contaminación.
La prevención sería por tanto rentable a través de una mejora en el manejo, logrando mayor
eficacia como la única manera de reducir la contaminación de la industria. El PNUMA llamó
a esto “Producción más Limpia”, CP (Cleaner Production) o P+L y promovió su aplicación
convirtiéndose en el término usado en casi todos los países, con excepción de los Estados
Unidos donde se utilizaba Prevención de la Polución.
No hay una diferencia verdadera entre los conceptos de Producción más Limpia y
Prevención de la Polución, pues ambos se han ampliado para incluir el ciclo vital completo
de productos y de los procesos, por lo tanto, el uso de cualquiera de os dos métodos es
indistinto.

ANTECEDENTES DE LA PRODUCCIÓN MÁS LIMPIA EN COLOMBIA


Si bien la Producción más Limpia como práctica es antigua, - y surge a partir de múltiples
decisiones empresariales que han buscado mejorar la productividad a partir de un uso
eficiente de sus insumos su impulso y desarrollo como estrategia nacional-, se relaciona
con un conjunto de tendencias nacionales e internacionales que confluyen a principios de
los años noventa. En primera instancia se destaca la aprobación de la nueva Constitución
Política en 1991 que incluye nuevos derechos y mecanismos judiciales para la protección
ambiental. Como resultado de esta nueva Constitución, la Asociación Nacional de
Empresarios de Colombia formaliza su comité ambiental en una Gerencia Nacional en el
año de 1992, para anticiparse al nuevo marco de la política ambiental. En el mismo periodo,
el gobierno nacional formula la ley que daría paso en 1993, al Ministerio de Medio Ambiente
y al
Sistema Nacional Ambiental (SINA).

Estas tendencias nacionales ocurran en la misma época cuando a nivel mundial surge un
mayor interés temas la problemática ambiental y desarrollo que resulta en la organización
de la cumbre mundial sobre medio ambiente y desarrollo en Río de Janeiro en 1992. Al lado
de la expedición de la Agenda 21, un plan de acción acordado por los mismos gobiernos
de los países participantes en la cumbre para reducir los impactos ambientales generados
por las actividades humanas, el mismo evento impulso el aumento de recursos de la
cooperación internacional en cuanto a la financiación y la asistencia técnica en programas
ambientales.

Como parte de su implementación del Plan Nacional de Desarrollo (1994-1998) se incluyó


por primera vez el tema de la Producción más Limpia como un programa central del capítulo
ambiental. Diferentes actores tenían interés de impulsar nuevos mecanismos de gestión
ambiental. Por el lado de la industria existía incertidumbre sobre los costos que implicarían
el cumplimiento de los nuevos requerimientos ambientales y la preocupación por el cambio
frecuente de las reglas. Por parte de
la autoridad ambiental se quería complementar los instrumentos tradicionales de comando
y control con iniciativas que promovieran la autorregulación empresarial y dieran flexibilidad
a las empresas en la búsqueda de alternativas de cumplimiento y la mejora del desempeño.
Importantes aportes se realizaron con el apoyo de asesores holandeses sobre los
instrumentos para promover la prevención, que fueron luego complementados por la
cooperación suiza que contribuyeron a la conceptualización e impulso del tema en el
entorno nacional, así como la expedición de nuevos instrumentos económicos para algunos
contaminantes hídricos: las tasas retributivas.

Las mencionadas tendencias resultaron en la firma de la Declaración Política de Producción


más Limpia, entre los presidentes de los principales gremios del país y los diferentes
ministros del momento, que fue impulsada por el Ministerio de Medio Ambiente y que se
suscribió en el Palacio de Nariño con presencia
del presidente de la República y miembros del cuerpo diplomático. Dicho evento ayudó a
elevar en su momento la importancia de la gestión ambiental como
prioridad para el desarrollo.

A partir del año 199 algunos gremios y corredores industriales (Mamonal, Oriente
Antioqueño, Asocaña, entre otros) firmaron los primeros convenios de Producción más
Limpia (PML) como acuerdos formales entre la industria y la autoridad ambiental para
trabajar juntos.

Estos primeros convenios se caracterizaban por ser agendas de trabajo concertadas que
recogían inquietudes y propósitos de los sectores productivos y la autoridad ambiental, pero
que estuvieron limitados por la ausencia de una línea base de información que permitieran
incluir metas de desempeño, salvo algunos parámetros de contaminación hídrica.

En 1997, después de un amplio proceso de concertación que incluyó las entidades del
sector público (Ministerios, institutos de investigación, corporaciones autónomas
regionales, etc.), entidades del sector privado (asociaciones gremiales), representantes de
la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, la Política Nacional de Producción
más Limpia fue aprobada por el Consejo Nacional Ambiental en 1997 y expedido por el
Ministerio de Medio Ambiente de su época.
En el periodo 1997 y 2005 se da un gran énfasis a programas e iniciativas orientadas a
mejorar los procesos; allí se destacan la creación del Centro Nacional de Producción más
limpia, los programas de excelencia ambiental empresarial de las autoridades ambientales
y nuevos espacios institucionales de trabajo como las Mesa Nacional de Curtiembres.

En el 2005 se expide la política y la norma de residuos peligrosos que incorpora en sí misma


y en sus instrumentos (normas y registro) de manera decidida el tema de la prevención
como la estrategia predilecta para afrontar los retos derivados de ella.
Lo más importante es que el tema de Producción más Limpia, impulsado hasta ese
momento por los programas voluntarios, influye en instrumentos de carácter obligatorio
como es la norma de residuos peligrosos.

En el 2005 además de una norma de eco-etiquetado hasta ahora de baja influencia, se


inicia el trabajo en el tema de productos, con un fuerte impulso del tema de residuos
peligrosos, derivado de la norma citada de residuos peligrosos que fija obligaciones pos-
consumo para fabricantes, importadores y consumidores.

Otro tema de avance importante para la introducción de conceptos preventivos en el


desarrollo de normatividad es la primera norma de pos-consumo para envases de
plaguicidas y otras normas en construcción para baterías y fármacos vencidos y los
programas voluntarios de celulares, cartuchos de impresión y otros que se lanzan en 2007.

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