La utilización de ácidos para mejorar el desempeño de la producción de los pozos,
disminuyendo el daño es una práctica común. Primero se empezó utilizando ácido
clorhídrico (HCL) para las formaciones de calizas, la producción incremento pero también la corrosión de la tubería de revestimiento. En 1931 se descubrió que el arsénico inhibía la acción corrosiva de HCL en los tubulares del pozo.