Você está na página 1de 24

Epistemologías del derecho indígena en Colombia

El derecho mayor, los derechos de la naturaleza y la


Recomposición étnica cultural emergencias liberadoras
*Tchyquy: Xieguazinsa Ingativa Neusa
(Rodrigo Niño Rocha)

“… Las culturas dominantes ajenas al pensamiento americano, en diálogos de saberes, reconocen con más
conocimiento y respeto la pertenencia originaria de nuestros pueblos, por lo tanto requiere compromiso de
todos, para entendernos en un trato diferenciado e incluyente.

En la práctica, nuestro Derecho Propio y la tradición, frente a la sociedad mayoritaria, comparten fronteras
socioculturales en mínimos de aproximaciones, pero en los máximos entrañan dificultades comunes históricas;
por lo tanto, debemos aunar esfuerzos para superarlas. De nuestra parte, la memoria del pensamiento va hacia
adelante, revalorando y resignificando el pasado; construyendo la historia perpetuando en este tiempo el logro
del Espíritu Universal Eterno: que es lo Ancestral y común al género humano”. (Academia de Historia de Villa
de Leyva)

ABSTRACT
Traditional Indigenous Authorities of Colombia or Ancestral have opted out dialogue permanently and the
law of the land and its peoples summoned to the scene of the time for from his own presence and intercultural
understanding with "our other" non-indigenous, visible between all the urgency of living; concerns
grandmothers and older wise counselors are the same warnings from our ancestors to the path of death, with
the understanding that life is comprehensive and diverse, our time and history is neither linear nor Eurocentric
and anthropocentric, have faced: transformations altered, imbalances and uncertainties and various forms of
violence and marginalization in the various global crisis. Understanding all the free flow of human nature is
contained in the nature of the whole flow of life force and that disrupts the immediacy of the effects of
colonization than modernized-civilized and unconscious, through economic systems "reductionist "as
globalization threatening existence. Modern cultures are altering the essence of life and living well; you must
decolonize the thought and go meet Epistemologies South (Latin America) including reassess the mistakes of
modern states at the expense of Nature, Mother Earth and humanity. These epistemologies are being built
from the 60s to critical thinking and resistance of indigenous peoples. The criteria of indigenous jurisdiction
of our continent were addressed especially Mayor Law and the Law of Origin and approach some
epistemologies of liberation and transformation as proposed solutions to the difficulties of our indigenous
peoples in the future of the XXI Century: The Bioespacio and the "ultimate instance" vital purpose anticipated
to productive systems of capitalism; The hegemony and homogeneity of knowledge obstruct the law of origin
and the largest law; Decolonization from cultural ethnic recomposition; Law of nature and indigenous special
jurisdiction; The good life, live well.

Como propósito inicial, se tendrá en cuenta que este no es sólo un escrito, sino la palabra que
acontece, no es una noticia o desde el mundo de las ideas un decir, es la proximidad de las
experiencias directas desde la tradición y el derecho de las Autoridades Indígenas Tradicionales o
Ancestrales de Colombia que han optado salir al diálogo permanentemente -es su tradición- y al
ordenamiento del territorio y de sus pueblos convocados, al escenario del momento; para que desde
su propia presencia intercultural y de entendimiento con “nuestro otro”, el no indígena, visibilicemos
entre todos la urgencia de vivir; que necesaria es la palabra de las abuelas y mayores sabios
consejeros1; sus preocupaciones son las mismas advertencias de nuestros antecesores, ante el camino

* Tchyquy: Sabedor, guía espiritual; autoridad ancestral o tradicional de la etnia Muisca Chibcha.
de la muerte, en el entendido que la vida es integral y diversa: transformaciones alteradas,
desequilibrios e incertidumbres y las distintas formas de violencia y marginación; comprendiendo
que su tiempo e historia no es lineal. Como entender que todo el libre fluir de la naturaleza humana
es contenido en la naturaleza del todo fluir de fuerza de vida y que se trastoca con la inmediatez de
lo modernizado-civilizado inconsciente. En la actualidad el cultivar no es cultura, hoy cultura puede
ser cualquier cosa alteradora de la esencia de vida y de vivir, se debe descolonizar el pensamiento e
ir al encuentro de las epistemologías del sur. Ya basta! Que estoy desapareciendo; después serán los
demás.

“A quién pertenece la vida ? A ella misma, se crea y recrea constantemente, y el cuerpo físico
que se nos ha dotado, es prestado, es el calendario propio, mi primer territorio; el segundo
territorio es “mi otro”, todo mi entorno visible e invisible; y el universo es el tercer territorio
continente, en ellos hay mundos y mundos, que obedecen a las relaciones armoniosas del
Derecho Mayor y su Ley de Origen. Madre Tierra es solo una, en ella infinitos mundos. Estamos
aquí para cuidarla y amarla, somos seres universales”.

El “nativo como actor investigativo y político”2 de los pueblos originarios, desde las metodologías y
perspectivas epistemológicas del sur, considera que las dificultades son el potencial critico y de lucha
social, desde la aproximación de varias disciplinas impone objetivamente la socialización del saber
académico, sin pretender agudizar los conflictos, no obstante mantiene el pensamiento crítico y debe
transitar desde lo bioético en el favorecimiento de todos los pueblos - el derecho indígena es integral
e integrador-, periferia y centro son un todo holístico, pero debe internarse en la situación particular
y critica de cada pueblo, en la solución de su propio estudio del caso, con el propósito de establecer
una comunicación asertiva y dialectal, encontrar elementos comunes que afectan las gentes, sus
culturas y territorios desde los sistemas de pensamiento ancestral (multiétnico). A partir de los
conceptos, categorías y lenguajes del pensamiento occidental o eurocéntrico, se realizara una
traducción desde el valor de la palabra en la lógica del Derecho Mayor y su Derecho Propio.

1. El Bioespacio y la “última instancia” finalidad vital anticipada a los sistemas productivos


del capitalismo
Hubiera pasado inicialmente a los temas descriptivos y enunciativos del derecho indígena, pero me
obligo primeramente ir al punto de “quiebre” de la inseguridad jurídica estructurada y sistémica de
fondo que afecta los derechos y el desarrollo de los pueblos. No se puede abstraer en el presente lo
histórico de los pueblos y naciones nativas y su devenir en las condiciones actuales, ya que aparecen
dificultades de impactos que a causa del orden mundial del capitalismo, y en respuesta a este surgen
varias formas de resistencia contrarrestando los distintos agentes externos que no terminan de afectar
las culturas y los territorios; los cambios en las teorías y regímenes de este sistema económico, traen
consigo una salida a la crisis, nuevas respuestas desde las distintas disciplinas del conocimiento
sociocultural y técnico científico desde las bases sociales, resignificando la imposibilidad en la

Estudios en Derecho y Ciencias Sociales. Universidad y Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Gobernador/ Autoridad Ancestral de la
Comunidades Indígenas del Pueblo Nación Muisca Chibcha Boyacá Vocero de la Coordinadora de Unión de los Pueblos Indígenas de Boyacá
CUPIB. Investigador y escritor de estudios de Fuero Indígena, Antropología Jurídica y Recomposición Etnocultural.
1
Iepri - Ecopetrol & Patrimonio Natural (2014) Seminario taller complejidad étnico territorial y economías extractivas. Impactos regionales
de la aplicación de políticas de Estado en las comunidades indígenas colombianas, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.

2Gómez, P. (2013). Esbozo de una Antropología de lo Muisca desde una perspectiva del sur: paralelos y tránsitos. Universitas Humanística
no.75 enero-junio (pp: 133-153).
continuidad del conocimiento hegemónico eurocéntrico, abriéndose un gran debate que como nunca
antes el derecho indígena compromete a todos los pueblos de arraigo amerindio: indígenas
amestizados y colonizados (mestizos de hoy) como a los descendientes pobladores en el hemisferio…
Estamos frente al dilema de la vida en donde se crea y recrea así misma, en el “ser” de acortar la
supervivencia; es decir, bajo corresponsabilidades de la historia de la humanidad se busca posibles
soluciones de las crisis de las culturas y la naturaleza-ambiente.
Desde el pensamiento critico, se realizan esfuerzos por la academia coadyuvando en este contexto,
Sergio de Subiria, refiriéndose al científico social Orlando Fals Borda, que se anticipó a los tiempos
actuales, en sus estudios sobre los territorios desde una mirada incluyente en el concepto del
bioespacio (2002), como enfoque epistemológico, a partir de la diferenciación étnica, cultural y
territorial, donde los gobiernos no han puesto atención en los planes de ordenamiento territorial y
desarrollo económico diferencial; por lo que cobra gran vigencia para estos tiempos (2014),
reconociendo que desde este planteamiento se deben superar las hegemonías y homogeneidad entre
las mas importantes la de los regímenes y sistemas políticos; distintos mundos deben converger para
emanciparse del pensamiento devastador, resumiendo:
“ Las nociones de espacio y territorios, mas allá de una concepción física, como espacio diverso de sociedades, entidades
espaciales ecológicos ambientales como construcción social, el bioespacio (biopolítica, bioética) frente a la crisis del
antropocentrismo, como respuesta a los procesos de desarrollo propio, procesos locales y regionales de desarrollo social,
económico y político que vincula actividades vitales de producción y reproducción con los recintos en que se ejecutan y
donde se derivan elementos de continuidad social pero también de diversidad cultural, en el campo se trata de zonas
relativamente homogéneas pero que a veces no caben en las determinaciones administrativas, ecosistemas, tierras valdías,
cuencas hidrográficas, regiones histórico culturales, territorios étnicos, resguardos indígenas, zonas de reservas campesinas,
provincias, parques naturales, municipios asociados, vecindarios, caseríos, una definición casi desde América…” (De
Subiria, 2013)3

Esta condición de lo biopolítico y bioético que se desenvuelve en el bioespacio a razón de la crisis


del antropocentrismo, se enuncio a finales del siglo XIX permitiéndonos anticipadamente un
pensamiento critico con la crisis del capitalismo en el siglo XXI en el desarrollo y agotamiento del
capital, explotación económica hegemónica en el reconocimiento de la multietnicidad y
pluriculturalidad. Los pueblos nativos afrontan una crisis cultural y ambiental-natural, en esta crítica
al capitalismo se ha olvidado: la vida como único fin de la solución al problema, en la concepción
de la ultima instancia de Carl Marx, crítico del sistema político del capitalismo. Los Estados y
naciones de este modelo económico se hubieran evitado persecuciones, invasiones y muertes… daño
a la naturaleza y a la misma vida hasta nuestros días, si se le hubiera interpretado desde el “ius natura”
(derecho natural). Enrique Dussel (2009)4, nos devela este episteme:
“[325] En cuanto momento de la esfera material del ejercicio de la política, la cultura es el ámbito en el que la vida humana
como totalidad cobra contenidos concretos, históricos, intersubjetivos. El «mundo» —en el sentido ontológico de
Heidegger— es siempre un «mundo cultural». La cultura es la totalidad que el ser humano, como especie, ha ido
construyendo en la naturaleza haciendo en ella su hogar (la oikía griega: una ecosfera cultural-humana en la biósfera). Se
trata de una igualdad entre «humanismo = naturalismo» —como expresaba Marx—. Siendo la cultura el modo de la vida
humana comunitaria, la política tiene entonces responsabilidad en cuanto a la preservación y desarrollo de la identidad de
cada cultura en su territorio. El Estado, como macro-estructura de factibilidad del ejercicio del poder político, viene cobrando
conciencia de que en su suelo había muchas culturas (aun en los países «centrales » o metropolitanos), y por ello no podrá
evitarse el tratamiento de la cuestión del multiculturalismo en política. Si la nación se refiere a una cultura, los Estados
modernos nunca fueron «nacionales» sino «multinacionales ». Hablaré siempre de Estados particulares, y nunca de Estados
nacionales. Por ello, nos enfrentamos a una buena cantidad de equívocos, de los cuales abordaremos indicativamente
algunos, y otros los expondremos de manera más crítica en el § 37.

3
De Subiria-Samper, S.(2013) Conferencia Investigación Acción Participativa y Epistemologías del Sur.
4
Dussel, E. (2009). Política de la Liberación. Volumen II La arquitectónica Editorial Trotta, S.A., Madrid.
En primer lugar, surge la pregunta ya habitual: ¿cuál es la última instancia: la sub-esfera económica o la cultural? Es el falso
dilema, no de Karl Marx, de la infraestructura económica y la supra-estructura ideológica.
No hay tal. En un materialismo pensado ontológica y antropológicamente (que es lo mismo) economía y cultura, como
hemos repetido hasta el cansancio, son momentos de la esfera material (en el sentido de contenidos referido a la vida
humana). La cultura no es una ideología.
La ideología puede ser un aspecto, casi insignificante del mundo cultural. Además la economía no es la última instancia,
sino más bien la ecología, pero ni siquiera ella es ese nivel fundamental, sino la vida humana misma: «Según la interpretación
materialista (materialistischen) el momento determinante (bestimmende Moment) en la última instancia (letzter Instanz) en
la historia es la producción y reproducción de la vida

No hay mejor expresión para rebatir al marxismo estándar: la «últimainstancia» (aunque le pese al pobre Althusser) no es ni
la economía ni siquiera la producción material, sino, de manera no mediada, la vida humana misma.”

En el agotamiento sistemático hacia futuro de los sistemas productivos del sistema capitalista, lo que
realmente importa “no es la economía, esta no es la última instancia, sino más bien la ecología, pero
ni siquiera ella es ese nivel fundamental, sino la vida humana misma, la ultima instancia en la
historia es la producción y reproducción de la vida” y el fin último es “de manera no mediada, la
vida humana misma”. El derecho indígena se anticipa y consolida este proceso de la sustentabilidad,
tan olvidado por el sistema capitalista mediático y de los Estados “corporativistas” (trasnacionales);
si aniquilamos la vida del planeta, colapsan todos los sistemas, tema que retomaremos mas adelante
cuando abordemos el aparte de Fuero indígena y la ley natural.
2. La hegemonía y homogeneidad del conocimiento obstruye la ley de origen y el derecho
mayor.
El colonialismo en su recurrencia, transformó consigo sistemas económicos, y su misma crisis desde
un “capitalismo democrático” moderno -asistencialista- a un corporativismo del capital transnacional
que supedita al Estado. El conocimiento hegemónico y homogenizante, reduccionista “del otro”
desde la colonia y la dominación generalizadora es cosa de todos los tiempos, impactando la
naturaleza y sus territorios, como a la cultura de los pueblos sin ninguna contemplación en sus
libertades, da como resultado la recurrencia de la inseguridad jurídica y la desconfianza institucional,
encrucijadas para recomponer el orden. La hegemonía del conocimiento jurídico y su ficción nos
atrapa con sus palabras que justifican las instituciones jurídicas de “lo injusto” e impunidad, entre
otros ejemplos: “el interés general prevalece sobre el particular”, “todos somos iguales frente a la
ley”, “la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley”, “el subsuelo es del Estado”, “la cosa
juzgada”, “las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio
arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, imprescriptibles
e inembargables.” etc. Igualmente los conocimientos de “homogenización y hegemonía” obedecen a
otras disciplinas, donde se ha expresado el eurocentrismo instrumentalmente a través del
pensamiento y la educación clerical, sistemas de influencia “transformadora” de las subjetividades e
intimidades? Hoy se adhieren a esta aculturación los medios de comunicación y las redes
informáticas y modelos educativos y pedagógicos antropocéntricos (anglosajones).
La prohibición del clero católico de que los nativos se relacionasen con la naturaleza, la medicina
ancestral y las plantas sagradas, sus ceremonias y los sitios sagrados, generó descomposición de la
espiritualidad propia, grupos sociales desarraigados indígenas amestizados y colonizados
(ladinismo) que hoy encarnan la subjetividad de desarraigo con “actos injustos” frente a la
naturaleza; la causa de este pensamiento se encuentra en la política de la hegemonía religiosa de la
inquisición del concilio de Trento, la contrarreforma (1545), que en su pretendido reduccionismo ha
cometido genocidios y arbitrariedades a las culturas americanas y a sus descendientes: Con la
concepción idolatra de un dios antropomorfo, y con el argumento de dominio y propiedad que el
“hombre es el rey de la naturaleza”, “el hombre es imagen y semejanza de dios” “la tributación y
las indulgencias te dan los cielos”, etc. se han cometido los crímenes más atroces a la vida.

Lo europeo ya no es el centro, “el centro de que”, en un mundo globalizado, no obstante, su propio


discurso hegemónico ha colonizado y en la idea obstinada de que existe un solo conocimiento, impide
percibir el mundo como propio vital y que lo asume como mercancía, en consecuencia vemos en los
procesos de la modernidad que el discurso “oficial” viene marginando y desconociendo la vitalidad
de los demás conocimientos, para nuestro caso la filosofía amerindia de América nativa ancestral
milenaria por más de ocho mil años, como acumulado de su substrato histórico contiene las
resistencias de las epistemologías del sur, frente a un choque de culturas de no más de 500 años:
Desde el “Derecho mayor” y la “Ley de origen” como armonía y orden de la ley natural siempre se
ha entendido que todos somos parte de la Madre Tierra, la madre naturaleza (en cada etnia o pueblo
tiene su propio nombre, pero puede encerrar los mismos atributos y contenido cosmogónico), y en
la lógica del pensamiento ancestral en esta relación, emerge el episteme que “nosotros no la tenemos
a ella, ella nos contiene”, por ello ante la conciencia social ecológica vital, se logra con esfuerzos la
Carta de la Tierra (1992)5 que convoca a la humanidad e igualmente el bloque de constitucionalidad

5
La Carta de la Tierra, surgió en 1987. La Comisión Mundial para el Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas hizo un llamado para la
creación de una carta que tuviera los principios fundamentales para el desarrollo sostenible. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
Medio Ambiente y Desarrollo (UNUMAD) y en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro en 1992. Recuperada en http://earthcharterinaction.org
de los Estados, como preámbulo y antecedentes en el planeta de los Derechos de la Naturaleza DDN
(2010)6, que legitima los esfuerzos en bien de la casa de nuestra armonía cósmica.

Cada cultura ancestral es ontocentrica y biocéntrica, recrea su origen desde su propio ser
(comunitario) y territorio o espacio vital, hacia todo lo universal, esta idea ha sido trastocada de
diversas formas, con el pensamiento colonial y sus secuelas hasta el siglo XXI, regiones en un
modernismo “eclipsado”, pensando como en la colonia, sistemáticamente el reduccionismo
hegemónico del indígena amestizado y colonizado, despojado en gran parte de la identidad propia de
su “propio centro”, “ombligo cosmogónico” y por ende ignorando la “ley de origen”, con el
agravante del reduccionismo –despojo- de la propiedad colectiva sobre los territorios indígenas; el
espacio vital, traspasa el territorio geográfico, va mas allá de los resguardos, hacia los espacios
sagrados en las áreas de influencia, la ley de origen es natural y cósmica:

“La territorialidad indígena ha pasado por una larga historia de expropiación, disminución y de un mínimo reconocimiento,
y estas corrientes se han manifestado en las normas: unas que propendían por la disolución de los resguardos otras por su
protección y otras más por el reconocimiento de derechos disminuidos como en el caso de las reservas indígenas, que poco
a poco se han ido trasformando en resguardos.”(ARBELAEZ 2004) 7

La etnohistoria se legítima significando y resignificando en la resistencia de los procesos de


recomposición étnico cultural, donde la memoria toma relevancia en las garantías y anticipación a
un mundo mejor, construyendo la historia de los marginados desde la histórica crítica con respecto
de la falseada, para equilibrar las tensiones de los conocimientos aparentemente ausentes, que
emergen naturalizándose y legitimándose en el campo del Estado. Se restablece el hilo conductor
de la memoria generacional, en los diálogos interculturales entre los pueblos, naciones y
comunidades en el tejido de las Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia recreando el
sistema de pensamiento del Orden del Todo8, donde pone a prueba el Derecho Indígena en los
principios del Derecho Mayor.
El pensamiento de los pueblos originarios como sistema filosófico y político, nos ubica en el presente
en una discusión de derechos y en una dialéctica frente a la vida, cuando los países de Abya Yala
(nombre del continente americano en chibcha cuna) no han asumido su “propia modernidad”. Cuál
será el punto de partida, los conceptos y metodologías de acciones a seguir, lo sugiere Boaventura
de Sousa Santos (2009) 9:
“Desde la conquista y el comienzo del colonialismo moderno, hay una forma de injusticia que funda y contamina todas las
demás formas de injusticias que hemos reconocido en la modernidad, ya sean la injusticia socioeconómica, la sexual o racial,
la histórica, la generacional, etc., se trata de la injusticia cognitiva. No hay peor injusticia que esa, porque es la injusticia
entre conocimientos. Es la idea de que existe un sólo conocimiento válido, producido como perfecto conocimiento en gran
medida en el Norte global, que llamamos la ciencia moderna. No es que la ciencia moderna sea en principio errónea. Lo que
es errado, o criticado por las Epistemologías del Sur, es este reclamo de exclusividad de rigor. Desde nuestro punto de vista
este contexto tiene en su base un problema epistemológico, de conocimiento, y es por ello que es necesario empezar por las
Epistemologías del Sur. Este es el punto de partida.” (De Sousa, 2009).

3. Descolonización y las epistemologías del sur: desde la recomposición étnica cultural

6
1er. Acuerdo de los Pueblos, 2010, Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, 22 de
Abril Cochabamba, Bolivia. Rescatado 10 octubre 2014. En http://www.un-nls.org/spip.php?page=article_es_s&id_article=2402
7
Arbeláez- De, L. (2004). La Jurisdicción especial indígena en Colombia y los mecanismos de coordinación con el sistema judicial nacional
8
Barbosa, R. El Orden del Todo (2013). Procesos de integración de los pueblos originarios ancestrales, algunos de sus principios son “La
recomposición espiritual de los territorios” y “la restauración de la confianza”…, desde los diversos encuentros y diálogos interculturales entre
las Autoridades Tradicionales o Ancestrales de Colombia, en su agenda general del Mandato de los Pueblos establece cuatro campos de
ordenamiento: Gobierno y Gobernabilidad, Territorio y Territorialidad, Cultura y Justicia.
9
De Sousa- Santos, B. (2009). Una epistemología del Sur La reinvención del conocimiento y la emancipación social.
La epistemología de descolonizar el pensamiento, no apuesta solamente a significar y resignificar el
pasado de la verdad histórica, para comprender el presente como consecuencia de ese pasado, no se
trata de regresar atrás, sino establecer una discusión desde los procesos de recomposición étnica
cultural, una epistemología de identidad ancestral, como sistema de reconocimiento de gentes
descendientes de los pueblos amerindios, epistemología de autonomía económica, política, cultural,
pedagógica, ambiental y de la naturaleza fortaleciendo hacia el interior de la gran epistemología del
sur la ampliación y garantías de los derechos de los pueblos indígenas traspasados por lo político y
la hermenéutica jurídica para reconocer los Derechos de la Naturaleza que junto con los Derechos
Humanos establecen un nuevo orden desde el “centro nativo americano” de reconocimiento pleno
de emancipación y liberación. Desde la participación organizada y pacífica de diálogos
interculturales, los descendientes de pueblos amerindios significan y resignifican la cultura y los
territorios, frente a una historiografía falseada, la concepción de quien escribió la historia “oficial”
el que “venció”; recientes investigadores serios anuncian que hay que “rescribirla”, entonces los
pueblos ancestrales tendríamos que decir: hemos tenido la razón, nuestra memoria es el control de
la misma historia, somos los actores reales no lo que otros contaron de nosotros, ajenos de nuestra
propia realidad, esa tendencia es lo que conocemos como la historia marginal, eurocéntrica; el
reconocer esa falsedad hegemónica, no vasta: Hay que construir la continuidad de nuestra historia,
en el lugar que a cada pueblo ancestral la ha suspendido, mediante el desarraigo e imposición. Urge
la resignificar los modelos educativos y pedagógicos en todos los niveles institucionales no solo en
la memoria histórica y etnohistórica. Esa descolonización y epistemología del sur nos coloca hacia
una trasmodernidad y no posmodernidad en términos de Dussel (2009)10.

En lo referente a las ideas y políticas hegemónicas de la revolución burguesa de Francia (1789), en


América agudizaron en cierta manera la situación de los pueblos y naciones indígenas: la propiedad
privada se impuso sobre la colectiva y las libertades se impusieron sobre el orden cosmogónico, en
si un orden económico liberal, hubo una independencia mas no liberación. Entre 1820-1886 se
configura un derecho indigenista republicano totalmente arbitrario con secuelas de un
neocolonialismo interno que viene a ser la causa de violencias y luchas de los pueblos indígenas
hasta nuestros días. Los nuevos dueños de las tierras conformaron renovadas clases - que emergen
después de este periodo - entre el clero católico y los nuevos usurpadores de los territorios indígenas,
polarizando la sociedad colombiana, con el agravante normativo hegemónico del “reduccionismo a
la civilidad” (Ley 89 de 1890) que se prolonga formalmente desde 1886-1991, atravesado por la
guerra de los mil días y las violencias bipartidistas e insurgentes a lo largo del siglo pasado.
Recientemente se ejemplifica en nuestro país uno de los casos de lo dicho sobre el discurso del
reduccionismo de la memoria histórica: cuando al indígena amestizado y colonizado despojado de
su cultura y territorios se le forza a asimilarse en el imaginario de campesino-obrero a causa de la
movilidad social de desarraigos, afianza así la mimesis de su identidad, en hibridación tardía
condicionada, hacia una nación homogenizante; igualmente se pretendió en los neocolonialismos
internos del siglo pasado, igualmente con otras etnias menos “reducidas” mas conservadas en si.
Todos victimas de conflictos de violencias y despojos (endémicos), que se concretan en instrumentos
jurídicos en normas actuales, donde gran parte de los colombianos fueron comprometidos por el
imperio de la ley de “lo injusto” a la desmemoria a partir de un conflicto reciente sin considerar las
“violencias” referidas antes del año 1985: Ley 1448 de 2011 “ley de victimas y restitución de tierras”
y el decreto 1433 de 2011 que reglamenta “las medidas de asistencia, atención y reparación integral
a los grupos étnicos”, normas aventureramente excluyentes, como si el devenir de los colombianos
se convalidara solamente a partir de esta fecha reduciendo nuestra verdad histórica y la reparación y

10
Op Cit. Dussel, E. (2009).
justicia a un icono meramente simbólico del pasado y de olvido, excluyendo a los descendientes de
las victimas, culturas y territorios, que padecieron lo mismo; la ley desconoce a estos pueblos y
naciones “invisibles” su realidad etnohistórica antes de este año (1985), a la cual también tienen
garantías a estos derechos, revictimizándolos con el olvido, la ley referida, expresamente dice:
“Para tener coherencia con el contexto colombiano, en el cual se deben responder a las violaciones más graves de derechos
humanos y no a todas, se incluyó que se cobijarán los hechos que ocurran en el marco del conflicto armado interno y con
posterioridad al 1º de enero de 1985. La restitución cobijará despojos posteriores al 1º de enero de 1991.
En todo caso, las víctimas de hechos anteriores a 1985 accederán a la reparación simbólica y a las garantías de no repetición”.

El diálogo desde las bases de los pueblos, naciones y organizaciones indígenas es simétrico con el
Estado y su institucionalidad, debiéndose reconocer los demás conocimientos y las
interculturalidades del saber que validan los campos de confrontación y pensamiento crítico en la
revaloración de que “lo hegemónico ya no es hegemónico” en los alcances del art. 7º C.P.C. de 1991
e igualmente, que las cosmovisiones y cosmovivencias de los pueblos ancestrales en las nuevas
formas de resistencia necesariamente deben “descolonizar el pensamiento11 sobre la base de un
pensamiento critico, igualmente corresponde a los euro centristas occidentales con apertura a la
trasmodernidad, construir e implementar propuestas de políticas sustentables de futuro mejor,
anticipándonos juntos e integradamente a un “mundo mejor” en las exigencias vitales de la Madre
Tierra y su Ley de Origen constitutiva:

“Los hispanos deben estudiar esas culturas como un momento de la constitución de su propia identidad, que se va creando,
modificando, creciendo en su paso por el espacio y el tiempo. En este caso la memoria es un momento fundamental de la
creación de identidad solidaria”. Dussel (2009)12.

Entre el periodo de 1886-1991 se discrimina constitucionalmente, lo nativo y a partir de un


“revanchismo del pensamiento colonial” por las elites y el clero conservador, para sus interés
favorecen en la ley 89 de 1890 y sus concordantes, la continuidad del reduccionismo, es así que la
norma en mención titulaba: “Por la cual se determina la manera como deben ser gobernados los
salvajes que vayan reduciéndose a la vida civilizada” -vigente- y que configura un país en el siglo
XX de nacionalidad naciente desde un proyecto político de marginación en los procesos de
resistencia y recomposición étnica cultural, pero aun así hay quienes se mantuvieron en
incertidumbre de garantías: la mayoría de colombianos son el producto de una mestización y quienes
en los últimos setenta años, padecieron una de las mas altas movilidades sociales y de
desplazamiento, quienes siempre han configurado ontológica y antropológicamente en sus propios
tiempos, identidad ancestral y vuelven a reencontrarse con su propia historia a través de la
vigorización de los procesos de recomposición étnica cultural : Kankui (Kankuamos), Quillasingas,
Embera Chamí…, Senu, Pijaos, Yanacona, Nasa, Muisca Chibcha, Sicuani, Guane, Achaguas,
Huitoto –la Chorrera-, Pastos, entre otros, tema que ahondaremos, en los siguientes tópicos
epistemológicos:

a) La Recomposición étnica cultural derecho de todos los pueblos, legitimación y garantía de


derechos. Las acciones de los sistemas económicos de dominación como el colonialismo
reduccionista -cultural y territorial-, han generado tensiones, no solo entre las distintas visiones del
mundo, sino en los impactos de vida. En la construcción de los conocimientos el juego de palabras
de los idiomas hegemónicos distorsiona los ordenes, el eurocentrismo no es la única visión del
mundo, ha fracasado, dejando consecuencias negativas, como: el no reconocimiento de la visión y

11
Paz García. A. P. (2011). El proyecto des-colonial en Enrique Dussel y Walter Mignolo.
12
Op. Cit. Dussel, E. (2009).
vivencias de lo originario ancestral, un fantasma no superado, que subyace en la subjetividad y
realidad de los pueblos; mimesis oculta, presente y no aislada de la etnohistoria, que nos ha dejado
la experiencia de trasgresión y descomposición del territorio; recurrente hoy, como el neo-
colonialismo. En la crisis de los paradigmas de la modernidad en la construcción de las nuevas
nacionalidades la historiografía “positiva” dominante inicia su sistematización escrita a comienzos
del siglo XX, como instrumento de poder desde las visiones gobiernistas, su discurso hegemónico
fue construyendo una estructura disfuncional de la realidad de los territorios, sus gentes y sus propias
historias, homogenizando con las ideas de estrategias del indígena mestizado y colonizado (mestizos)
en el estatus de las “mayorías”, desde un lenguaje de –tradición- ajustando su memoria etno-cultural
a expresiones en el campo de lo folclórico y de hibridaciones de reminiscencias.
El discurso invasor de las elites, el clero y los Estados trans-nacionalizados (corporativos), en su
insistente reduccionismo siguen persiguiendo la cosmovisión propia de los pueblos nativos, creando
una encrucijada desde el lenguaje, la semántica, con palabras dominantes hegemónicas-
homogenizantes que no reconocen la pluralidad étnica, además afectando las entnonímias nombre
de personas, territorios y naturaleza, como la cultura ancestral mimetizadas en la sociedad
mayoritaria (indígenas colonizados) que siempre ha estado presente; los llamados diálogos
interculturales permiten una aproximación a las distintas expresiones étnicas emergentes, sus
realidades y territorios, sin que los intereses de la sociedad antropocéntrica -occidental- margine sus
estados reales: experiencias vividas con el acumulado de su memoria, conocimientos y sabiduría
propia, son el pensamiento critico solidario, objetivo de la marginación y la exclusión. A razón de
los embates vividos contra la naturaleza desde las economías extractivas en estas relaciones
contradictoria entre marginadores y marginados deben orientarse complementariamente entre las
partes, desde la validez de estos conocimientos para reponer la justicia de los pueblos nativos
descendientes y al interior de los mismos a partir de la “restauración de la confianza”13, en el gran
acuerdo del “Orden del Todo”14 a partir de la ley de origen y ley natural, pero persiste ante esta
realidad de aproximaciones la tendencia de imponerse el discurso hegemónico. Es aquí donde cobra
el valor de la Consulta previa y el consentimiento libre e informado, como instrumento de
salvaguarda de garantía de los derechos y contingencia jurídica, para equilibrar los lenguajes,
pensamientos y voluntades, en la comprensión de las partes equiparadas, para el caso o diálogos a
contener.

b) Criterios históricos, jurídicos y antropológicos de la recomposición étnica cultural. Siempre


ha habido mestizaje entre los distintos pueblos. El mestizaje es el resultado de una política dominante
y variable, el indígena mestizado (ladino) se entiende como una etnia colonizada, lo que implica en
su reconocimiento una descolonización del pensamiento, y no en términos restringidos de
reetnización o reindianización, como una categoría instrumental de las políticas del gobierno que dan
una interpretación marginal semántica: del como “volver a ser indígena o etnia” (racial biológico o
culturalmente) cuando somos un acumulado etnohistórico cultural, manteniendo sus tradiciones
ocultas en silencio, para no ser victima de injusticias políticas y de fanatismos religiosos, como lo
recogen algunos hechos históricos dolorosos de varios momentos del siglo XIX con efectos en el
siglo XX:

“De hecho, la ofensiva liberal en contra de los resguardos se vio frecuentemente obstruida por leyes y decretos
"proteccionistas" que pretendieron atenuar los efectos perversos del reparto de las tierras a los indios,
prohibiéndoles la libre disposición de sus parcelas. Normas con ese propósito se expidieron en 1810, 1843, 1859

13
Memorias: Primer y Segundo “Encuentro de Autoridades Tradicionales de Colombia”. Grupo Región y Territorio, Instituto de Estudios
Políticos y Relaciones Internacionales IEPRI, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de
Colombia 2011,2012 y 2014 Bogotá D.C.
14 Op. Cit. Barbosa, R. (2013).
y 1890, y aunque su intención fuese buena, de hecho se reconocía con ellas el fracaso del proyecto republicano
de garantizar la igualdad de los indios con el resto de los ciudadanos. De todas maneras, esta política gradualista
de extinción de los resguardos procuró siempre asegurar los medios para facilitar el mestizaje tanto racial como
cultural de los indios, mediante su alfabetización, adoctrinamiento y mezcla forzosa con vecinos no indios,
supuestamente en procura de lograr su incorporación gradual a la categoría de "ciudadanos”(GUTIERREZ
2002)15.

Lo que llaman reindianización no es un acto espontaneo de un cometa fugaz a partir de 1991, sino la
mimesis acumulada de resistencia en aquellos que no dejaron su conciencia al reduccionismo
eurocéntrico, quienes potencialmente, en gran mayoría son los marginados sociocultural y
económica, condenados a estar en una frontera étnica entre el ser y no ser; igualmente se refiere a
aquellos que habiéndose mantenido en su identidad han venido perdiendo su condición etnocultural
y territorial que se resisten desde esa condición, a desaparecer como etnia. El Estado para los
inicialmente mencionados independientemente de su situación jurídica a través de control
constitucional y de garantías en la Sentencia T-792 de 2012 con respecto a este asunto proyecta,
dando inicio a un gran debate en Colombia, frente a las complejidades de estas fronteras étnicas,
entre el ser y no ser:

“Las comunidades en proceso de reetnización o reindianización.

2.11 Las comunidades en proceso de “reindianización” o “reetnización”, son grupos que tienen procesos más o menos
recientes de recuperación de su identidad étnica y, en esa medida, aunque en todos los casos satisfacen el criterio de auto
reconocimiento como comunidad indígena (criterio subjetivo), o bien no realizan ni siquiera de forma mínima ninguno de
los presupuestos objetivos, pues sus miembros no comparten una lengua, una forma de vestir, tradiciones religiosas o formas
de solucionar los conflictos, etc.; o bien la presencia de estos elementos es aún objeto de amplias discusiones políticas entre
las comunidades y el Estado, o las comunidades en proceso de reetnización y aquellas cuya identidad étnica se encuentra
más consolidada.

En la medida en que su propósito es construir una identidad individual y colectiva como indígenas es posible que, como
resultado del paso del tiempo y de la movilización social y política, algunas de estas comunidades logren consolidar no solo
la auto identificación de sus miembros como indígenas, sino la apropiación de territorios, la recuperación de la cultura, la
lengua y otros marcadores objetivos que los identifiquen como indígenas. Pero también es posible que luego del proceso de
reconstrucción de la identidad, la colectividad desaparezca o decida abandonar la pretensión de ser reconocida como una
comunidad étnica.

2.12 De acuerdo con Chaves y Zambrano, “los procesos de reindianización pueden verse desde dos ángulos: (1) como el
reverso deliberado de los procesos de desindianización; y (2) como la reconfiguración de la parte indígena de las identidades
mestizas”(…) .

En el primer caso, comunidades indígenas que se autodespojaron de su identidad en respuesta a presiones políticas, sociales
o económicas externas, deciden empezar a revertir estos procesos, reivindicando las tierras en las que siempre han vivido,
las prácticas cotidianas que mantienen, el autogobierno para todos aquellos que conocen una lengua étnicamente
diferenciada, etc. Ejemplo de ello es el caso emblemático de los Kankuamos de la Sierra Nevada de Santa Marta,(…)

2.13 El segundo caso se circunscribe a procesos de etnogénesis, en los que un grupo trabaja por el reconocimiento de su
diversidad cultural y étnica, no con base en la recuperación de elementos identitarios que quedaron prácticamente
invisibilizados o suprimidos, pero de los que se conservan al menos vestigios, sino con fundamento en la apropiación actual
de elementos étnicos propios de comunidades ancestrales –al menos aparentemente- extinguidas, con los que se construye
alguna conexión por la vía de la ocupación del territorio, de la práctica de ritos religiosos, o de la incorporación de prácticas
y costumbres tradicionales en la vida cotidiana .

En la medida en que la reindianización por esta vía constituye un proceso histórico y político, en este campo pueden hallarse
comunidades recién formadas que parecen encontrarse más cerca del mestizaje propio de la sociedad mayoritaria, y otras
que han logrado un reconocimiento étnico, decidido y pacífico de otras comunidades indígenas, del Estado y de otras
instituciones, de suerte que su “condición indígena” ha quedado ya fuera de discusión.”.

15
Gutiérrez-Ramos. J (2002). Instituciones Indígenas en el siglo XIX: El Proyecto republicano de integración de los indios.
Las llamadas resistencias emergen naturalmente desde el silencio, influyendo a estas bases sociales
marginadas e inmersas en la sociedad mayoritaria, en la necesidad del reencuentro, en el recordar
la memoria como sistema de desaprender y recrear en la construcción y vivencia de la historia, en
la búsqueda de estados de consciencia de arraigo ancestral y de descolonización del pensamiento,
que se logran mediante los procesos de recomposición étnica cultural16. Dejar de ser el otro para
ser el propio, corresponsabilidad de resignificación y revaloración entre los sistemas de organización
de cada uno de los pueblos y naciones en emergencia, que también son los últimos a desaparecer.
c) El mestizaje biológico. A partir de las disciplinas científicas de la antropología genética o
biológica, no se requiere un esfuerzo para entender los recientes estudios que nos dan la respuesta a
estas inquietudes de mestizaciones tardías, en los actuales tiempos de modernidad, para Colombia
predomina en la población el genoma dominante de madre indígena; en los primeros estudios de los
genomas se trato de homogenizar geográficamente a las distintas poblaciones desconociendo la
diversidad de los arraigos territoriales:

“…Para Yunis, el [estudio] de la década pasada, que analizó el ADN genómico, evidenciaría que Colombia regionalizó el
tema de la raza mediante un mestizaje “selectivo, discriminador hasta el punto de tener regiones negras (Chocó y San
Andrés), de predominio caucásico (la zona andina, sobre todo Antioquia y los santanderes) o indígenas (Cauca y Nariño),
en lugar de zonas más homogéneas”. 17

“ …Ese estudio, para el que se usaron cerca de 80.000 muestras de los 22 grupos sanguíneos conocidos, encontró que en
Colombia predomina el componente caucásico (blanco), que oscila entre el 28 por ciento, en la costa del Pacífico , hasta el
68 por ciento de los Llanos Orientales, pasando por el 66 por ciento de la región andina” 18.

En recientes estudios de la Universidad Nacional de Colombia, nos muestra los efectos del
reduccionismo estratégico colonial en el centro del país donde los mapas de Yunis muestran aparente
ausencia indígena: evidencian un mestizaje biológico de gran importancia para la recomposición
étnica cultural de la etnia Muisca Chibcha de la que se desconoce su presencia, aun siendo
considerada en la historiografía hegemónica oficial como extinta, y en un pasado entre las mas
importantes de América, el científico Rodríguez Cuenca (2011) concluye:
“Quienes consideran que los chibchas de los Andes Orientales de Colombia se extinguieron como consecuencia
del impacto de la conquista española, están profundamente equivocados, sus huellas permanecen en los cuerpos
de bogotanos, boyacenses, cundinamarqueses y santandereanos(…), el proceso de hibridación biológica y la
españolización de la sociedad, condujeron a que los chibchas no se extinguieran, sino que se mezclaran y dieran
origen a mestizos andinos (..) con un alto componente materno indígena (con casi el 80% de haplogrupos
mitocondriales indígenas A,B,C y D)…”19

Desde la misma Constitución Política en su articulo 7º: “El Estado reconoce y protege la diversidad
étnica y cultural de la Nación colombiana’’ se deduce también la composición del producto de un
mestizaje en la sociedad “mayoritaria civilizada”, los mestizos obreros y campesinos (ciudadanos)
migrantes a las urbes, son un residuo histórico de lo indígena y lo afrodescendiente, no obstante

16
Ingativa-Neusa. X. (Rodrigo Niño Rocha) (2013) La Integración de un Pueblo en la Palabra Originaria: Restaurando Memoria Histórica y
Cultura. En: “Violencia Memoria y Sociedad: Debates y Agendas en la Colombia Actual”. Compilación Editores Alejandro Castillejo
Cuellar/Fredy Leonardo Reyes Albarracín. Grupo de Memoria Universidad Santo Tomas y Comité de Estudio sobre la Violencia la Subjetividad
y la Cultura Universidad de los Andes. Editorial Usta. Bogotá. Extraido de D.Chttps://www.youtube.com/watch?v=biy8i43zjEo
17
Bejarano, B. El 85 por ciento de las madres colombianas tiene origen indígena. Eltiempo.com, Bogotá, Oct. 2006. Disponible en:
<http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2237257>.
18
Díaz del Castillo, A.; Olarte-Sierra, M.F.; Pérez-Bustos (2012) Testigos modestos y poblaciones invisibles en la cobertura de la genética
humana en los medios de comunicación colombianos Interface - Comunic., Saude, Educ., v.16, n.41, p.451-67, abr. /jun. 2012. Disponible en:
www.scielosp.org/pdf/icse/v16n41/a13v16n41.pdf
19
Rodríguez-Cuenca, J. V. (2011). “Los chibchas: hijos del sol, la luna y los Andes. Orígenes de diversidad” Departamento de Antropología,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de Colombia – IDU. Bogotá D.C.
llevados a esas condiciones o estatus social homogenizante asimilado; algunas comunidades no han
perdido su pertenencia del origen ancestral de donde provienen: el ser indígena desde lo mestizo.20
Para descolonizar el pensamiento todos los pueblos amerindios, les corresponde la vía de la
recomposición étnica cultural que reviste diversas características, entre ellas, en términos de
memoria y de anticipación, para algunos pueblos desde la urgencia del Plan de Salvaguarda y
Programa de Garantías (Auto 004 de 2009 Corte Constitucional), para otros desde las fronteras
étnicas del auto reconocerse y del auto recuperarse, epistemología de los derechos de identidad
cultural:
“habrá quienes no quieren recordar el pasado y los que no pueden olvidar, por ello el presente ratifica
o deslegitima; y no se trata sino de naturalizarlo”, (DE SOUSA, 2009)21.

4. El norte del sur también esta enfermo.

Nos enfrentamos a la crisis ya no solo de capital y trabajo, sino capital y naturaleza, situación que
compromete a todos en correspondencia complementaria de conocimientos y corresponsabilidades
frente a la vida en todas sus expresiones; el momento en que nos encontramos es el nuevo punto de
partida. Necesariamente uno de los temas que se viene configurando - hay que decirlo- que no es
coyuntural, sino del bloque de la política ambiental y de la naturaleza desde un pensamiento crítico
de las epistemologías del sur y que viene avanzando hacia el norte del Abya Yala en la pretensión de
abstraer la comprensión de otras realidades del hemisferio continental que en condiciones –similares
actuales- han adelantado estatalmente frente al sistema capitalista y sus impactos ambientales en la
paridad real de las crisis económica y de la naturaleza, a causa de las políticas extractivistas legales
e ilegales.

La riqueza cultural, ambiental y biótica de Colombia: selvática, costera y andina… similares en el


contexto de la región nativo americana, nos obliga a avanzar hacia esas epistemologías del sur de
descolonizaciones insistiendo también, que los países desarrollados deben descolonizarse del
occidente eurocéntrico para acoger la interculturalidad de los conocimientos, el derecho y la
hermenéutica jurídica en los avances mas importantes desde el año (2010): Los Derechos de la
Naturaleza DDN22, no como un paradigma alternativo de desarrollo, sino como una apuesta de Vida
en el “Orden del Todo”23 y las orientaciones y experiencias recorridas, en la construcción del
“Mandato de los Pueblos” 24. Se evidencia que en el norte del sur se viene consolidando la autonomía
y libre determinación del pensamiento y prácticas de la sabiduría del “Buen vivir, Vivir bien”25
basamento del nuevo desarrollo de los Estados, pueblos y naciones de América nativa.

20
Dussel, E. (2009) Descolonización Epistemológica - Interculturalidad, - Los Ángeles, organizado por el Centro Universitario del Norte de
la Universidad de Guadalajara en el marco de la FIL, México.
21
De Sousa-Santos, Boaventura (2009). Una epistemología del Sur La reinvención del conocimiento y la emancipación social México,
CLACSO y Siglo XXI,
22 Prieto-Mendez, J.(2013) Derechos de la naturaleza. Fundamento, contenido y exigibilidad jurisdiccional. Recuperado el 17 de septiembre de

2013 desde http://www.corteconstitucional.gob.ec/images/stories/corte/pdfs/derechos_naturaleza.pdf


23
Op.Cit. Barbosa, R. (2013)
24 “Universidad Nacional de Colombia; Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales”, “Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. Instituto

Distrital de Participación y Acción Comunal” (2013). Informe Final Encuentro Nacional de Autoridades Tradicionales Indígenas y Encuentro
Continental Raíces de la Tierra 2012.
25Huanacuni- Mamani. F. (2010) Buen vivir / vivir bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas. Coordinadora

Andina de Organizaciones Indígnas- CAOI - Lima


La necesidad e interés de un bien común expresado en los Planes Integrales de Vida, no
necesariamente corresponde a ciertos grupos étnicos privilegiados que en distintas realidades, pero
en espacios continentales comunes se correlacionan con la realidad del bioespacio de los territorios
americanos y sus descendientes “amerindios”: evocando en Colombia los Derechos de la Naturaleza,
necesariamente inspirados desde los pueblos ancestrales y por todos los actores sociales e
institucionales en la propuesta de un acto legislativo o de constituyente de estos derechos. El sur es
su propio centro en términos de geo referenciación, biopolítica y bioética, urgencia ante los desmanes
de la minería indiscriminada, en términos de liberación el norte del sur se encuentra enfermo, “el
saneamiento de los territorios” es la sanación de la Madre Tierra.

5. Impactos que afectan al Derecho Mayor, la ley de origen y la ley natural.


Impactos ocasionados por los procesos extractivos, además de crearse un desequilibrio en el derecho
indígena, de acuerdo con lo manifestado en los Encuentros Nacionales de Autoridades Indígenas
Tradicionales (2012) 26:

“1. Impactos sobre la gobernabilidad y autonomía política, Desconocimiento del carácter legítimo de la autoridad espiritual y política de
ancianos y sabedores, irrumpen en los ámbitos de decisión colectiva. El constreñimiento y acoso por parte de poderes políticos locales y
regionales a los representantes legales de los Cabildos desconoce el papel primordial de las autoridades espirituales tradicionales.

2. Impactos socioculturales: La desterritorialización consecuente, no solo expulsa a los pueblos indígenas de su territorio si no, que, los
sustrae del uso que tradicionalmente han dado a él en aplicación de su cosmogonía y su pensamiento, como territorio ancestral, y con ello
los impactos imprevisibles sobre la salud individual y colectiva, calidad de vida y educación propia y pertinente, esto se debería haber
considerado la división de etnias del Ministerio del Interior y de Justicia cuando en sus conceptos pretende demostrar la inexistencia de los
pueblos indígenas en las áreas de los megaproyectos mencionados, violando el derecho a la integridad étnica, social, territorial y cultural .

3. Impactos directos sobre el territorio ancestral: La base material eco-ambiental y garantía de pervivencia de los pueblos indígenas, es la
relación armónica e integral con el territorio que ocupan, la presencia de nuevos actores sociales, las nuevas actividades económicas, sociales
y las obras de infraestructura, no solo afectan esta base material del espacio ocupado si no que minan la relación armónica e integral de los
pueblos originarios; la presión sobre los territorios comunales, impiden el libre ejercicio espiritual del territorio, el acceso libre a los cerros,
lagunas, madre viejas, puntos de ritualización y pagamento e imposibilitan el saneamiento, el abastecimiento alimentario, el suministro de
plantas medicinales y el libre tránsito, cuyo deterioro ha de causar paulatinamente el exterminio de los pueblos afectados, y, asociado a la
circulación de dineros y otras formas de intercambio, monetarizan la vida comunitaria cambiando los usos y las costumbres de estos pueblos.

Es por eso importante seguir acompañando y fortaleciendo la acción colectiva que se viene realizando durante los últimos seis años. Esta
situación viene siendo examinada por las autoridades tradicionales indígenas a la luz del cumplimiento de los convenios internacionales, el
respeto y garantía a los derechos fundamentales comunitarios y el compromiso de garantizarle a las poblaciones originarias el disfrute pleno
de los derechos reconocidos constitucionalmente. Solo que al valorar el papel jugado por los agentes del Estado en las distintas instancias,
frente a la acción de las empresas transnacionales, las Autoridades Tradicionales sientan su voz de protesta e inconformidad contra el Estado
colombiano, que por acción o por omisión ha permitido la violación recurrente de los derechos de los pueblos indígenas. Que, aunque sea
una sanción ético política y moral, encuentra méritos suficientes para tal grado de responsabilidad.”

6. Derecho de la naturaleza epistemología del sur y la jurisdicción especial indígena.

El Derecho es la disciplina que se ocupa de las relaciones de las prácticas, costumbres tradiciones mediado
por normas reconocidas por los miembros de una comunidad o de la sociedad en general en relación
vinculante del sujeto con su entorno viviente y no viviente; estas normas escritas o no escritas, permiten
un control y organización social y corresponde su aplicación de la potestad reconocida por el grupo o
sociedad dentro de un territorio especifico, que le da jurisdiccionalidad y competencia para administrar
“lo justo”. El derecho existe desde que el ser humano tiene uso de razón, conciencia e identidad de si; el
derecho coexiste en la cultura y a su vez se sustenta en la vida humana y ésta en la naturaleza. La relación
entre pueblos y culturas trae consigo la relación de varios derechos o sistemas de derechos.

26Op. Cit. “Universidad Nacional de Colombia; Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales”, “Alcaldía Mayor de Bogotá
D.C. (2013).
El derecho occidental europeo es uno de los más cambiantes en la historia, e influyentes en el mundo, a
razón del desarrollo económico y comercial de las sociedades de su ámbito, con una alta dosis de derecho
romano por su expansionismo en el mundo occidental, que especialmente en las tierras americanas se
hibrida en el derecho canónico indiano (1492), por el mandato de la religión, este derecho eclesiástico
indiano, se puede decir de cierta manera que influenció jurídicamente con sus modificaciones. En
Colombia este derecho influencio en el poder del Estado, hasta 1991, ya hoy su influjo es más político, y
su jurisdicción es confesional, ya no del Estado; pero aparecen otras hibridaciones, con el derecho
republicano (1810), el derecho internacional, el constitucional, los derechos humanos, el financiero, etc.
Pero el hilo conductor de todas estas transformaciones y contradicciones es el sistema del modelo
económico capitalista, que viene dominando los Estados y naciones. No hay poder mas fuerte que el
“imperio de la ley” como resultado de un derecho positivista de poder político y económico. Pero hay un
derecho que siempre ha estado ahí invisibilizado tratando de mantenerse en sus instituciones milenarias
sin recepcionar otros derechos, por el contrario enriqueció a los propios sistemas jurídicos: al eclesiástico
indiano, republicano y moderno indigenista; el derecho eurocéntrico es el substrato de varios derechos y
se encuentra en crisis.

El derecho eurocéntrico positivo hibridado e inspirado por intereses hegemónicos. ha generado


“inseguridad jurídica y desconfianza institucional” se caracteriza por el exceso normativo contradictorio,
regula la intimidad de la sociedad, donde lo público se ha involucrado en lo privado, este es el derecho
del “deber ser” y de “lo injusto”, la norma que seguirá transformándose, es un derecho liberal
“egocéntrico” de antropocentrismo puro; en su relación con el derecho indígena se le dificulta el enfoque
diferencial étnico como resultado de su hegemonía histórica reduccionista y de contradicciones culturales
no comprendidas al interior de la rica diversidad étnica y cultural colombiana. Desde el pensamiento
indígena en los trabajos del Orden del Todo, la recomposición étnica cultural como resistencia propende
por “descolonizar el derecho” en un enfoque propio regional desde un” ius naturalismo constitucional”
de “lo justo”. No se puede concebir que los aportes del derecho de los pueblos indígenas por la vida para
los Estados y las sociedades en el sentido de solidaridad, tengan que seguirse validando en sus principios
y fundamentos como un derecho marginado, restrictivo ante el “derecho indigenista” (positivo), y la
Jurisdicción Especial Indígena JEI, en los últimos desarrollos jurídicos se le trata de tener en cuenta
tímidamente; no obstante su importancia sirvió para configurar el poder eurocéntrico del cual se nutrió en
gran medida -lamentablemente decirlo- pero tuvieron que pasar más de 490 años desde haberse pisado
tierra firme por parte del invasor, para obtener en Colombia los derechos indígenas “autónomos” (1991),
precisando que el derecho indígena mayor y propio coexisten con tradiciones de un derecho plural
continental por más de 8000 años y se encuentra vigente. En las Epistemologías del derecho indígena en
Colombia se ha de seguir profundizando desde las ciencias humanistas y la antropología jurídica, como
veremos en las siguientes aproximaciones conceptuales:

a) El fuero indígena. En el contexto del pluralismo jurídico, el derecho indígena no puede


ser interpretado como uno mas de los derechos “diferenciados” -aunque fue el primero que
adquirió este estatus (1991)- luego también lo son aquellos por: condición de desplazamiento,
reinserción, ciclo vital, sexo, etc. No todo lo diferenciado tiene el peso histórico, económico,
cultural y político como el “fuero indígena” y el logro de un tratamiento a través de una
Jurisdicción Especial, no todo auto reconocimiento reviste esta importancia, el ser indígena es
un sujeto de derechos que en estado de ciudadano, su condición propia e independientemente
de su situación jurídica adquiere una connotación especial dentro de la estructura del sistema
estatal, por su acervo de resistencia y permanencia, no solo histórica, cultural, económica
territorial, sino política, en eso radica su diferencia y en esto reside su importancia jurídica de su
derecho. Desde el entendimiento metodológico y de las ideas, es una mirada equivocada, mal
entendida y tergiversada equiparar su diferenciación con otros tipos de auto reconocimientos o
condiciones de diferenciación.
Aunque el mundo sea cambiante, el derecho indígena obedece a un “régimen especial” que ha
mantenido milenariamente su esencia (ley de origen), inmutable en los distintos pueblos y
naciones indígenas y para comprender este postulado que genera una discusión epistemológica,
hay que ahondar de cómo se ha configurado este derecho. La hermenéutica jurídica
epistemológica debe aplicarse en tres campos que se interrelacionan y se contienen en su
estructura de pensamiento holístico uno en el otro complementario, se puede abordar la “lectura
del caso” o la “historia del caso” (por ejemplo la consulta previa y el consentimiento, libre e
informada) metodológicamente desde el estudio de la periferia (derecho indigenista) hacia los
campos del interior de los demás campos del derecho indígena o viceversa: “no importa de donde
se tenga cogido el árbol, lo importante es que lo tengas cogido”. Este esquema metodológico
del derecho indígena es una epistemología que merece profundizarse, en sus elementos propios:
Ley de Origen, Ley Natural, Derecho Propio, Derecho Mayor, Derecho indigenista, espacios
componentes del fuero indígena integral. Recientemente se han enunciado en el campo del
derecho positivo, en la norma jurídica (Ley 1448 de 2011), criterios ya jurídicos normados con
“el riesgo” de salirse de la interpretación (ius naturalista) propia de la autonomía de los pueblos
nativos, para nutrir o fortalecer el Sistema Judicial Nacional en detrimento de la Jurisdicción
Especial Indígena. Todos estos contenidos y enfoque de gran importancia en los estudios
jurídicos y de inclusión en los planes de estudio de las Facultades de Derecho en el país,
epistemología frente al derecho hegemónico.

b) La ley natural y ley de origen. La ley natural desde de la concepción eurocéntrica se


puede llegar a interpretar desde la cosmovisión de creencias confesionales religiosas o como un
código civil universal, y por la negación y prohibición que los religiosos impusieron no asumir
a la naturaleza como cuerpo del espíritu creador, el pensamiento ancestral difiere de esta
concepción desde una epistemología del ius natura: en la comprensión que la naturaleza por si
misma depende del mismo espíritu creador y originador de sus propios ciclos de vida en la unidad
diversificada, que en términos eurocéntricos se traduciría en el Derecho Mayor como la unidad
absoluta diversificada de vida; además de partir del hecho irrenunciable que el hombre es un ser
moral y que la inteligencia humana (ontocentrica) es una inteligencia práctica de la
cosmovivencia bioética y biopolítica una razón moral capaz de ordenar nuestra conducta en
función del bien común, del Buen vivir y Vivir bien! y en la salvaguarda de los ordenamientos
de la Ley de Origen ordenadora y controladora desde su “ultima instancia” que es la fuerza
creadora sostenedora de vida, inmanente que recae como receptáculo en la Madre Tierra.

c) Derecho propio. Es el conjunto de manifestaciones culturales propias con arraigo


histórico y territorial; usos, costumbres, tradiciones y saberes (bioéticos); con gobierno propio,
régimen de autonomía, gobernanza y libre determinación que básicamente se sustenta en la “ley
natural” de la ”Madre tierra” donde se deriva el “ius natura”(derecho natural), y el sujeto se
reconoce ontocentricamente en el “ser” en “lo justo”; “biocentrismo” relativo donde en el “ius
natura” media la naturaleza, y media la necesidad para suplir las sostenibilidad y
sustentabilidad de la vida humana, y puede ser que le importe la economía o la producción
material a partir de los principios y ordenanzas de la “Ley de origen”: orden de la vida,
calendarios, mundos, seres y universo… El Derecho Propio es particular en cada etnia, aunque
hayan puntos de encuentro en los pensamientos, estos se fortalecen en la complementariedad, de
los diálogos interculturales y no en la asimilación del otro, (excepcionalmente en los casos que
medie los vínculos parentales); la esencia ”bioética” de este derecho es la producción y
reproducción de la vida pero también asimilando la creación y recreación de vida,
necesariamente la cosmovivencias de los pueblos indígenas siempre se han sustentado en los
fundamentos de los derechos humanos y de los derechos de la naturaleza, pero la crisis gradual
y sistemática de la naturaleza-ambiente por el sistema económico de extractivismo y otros
factores de impacto en la actualidad, legitima la emergencia de estos derechos desde la ley natural
(del derecho propio) en el campo del “ius natura” como fuerza de ley en “el deber ser” del
“derecho indigenista” o “derecho positivo”, resultado de las luchas de los pueblos indígenas por
proteger La Madre Tierra y en la urgencia que no privilegia a ciertos grupos étnicos sino que es
un problema de humanidad y no de exclusividad, lo que permite reconocer una verdadera
epistemología del sur, y de recomposición étnica cultural como resistencia liberadora,
fortaleciendo el derecho indígena en general.

Avanzando hacia la comprensión de la relación entre el derecho propio y el derecho mayor,


reiteramos de acuerdo con los hallazgos de Dussel (2009)27, que:
“La ideología puede ser un aspecto, casi insignificante del mundo cultural. Además la economía no es la
última instancia, sino más bien la ecología, pero ni siquiera ella es ese nivel fundamental, sino la vida humana
misma: «Según la interpretación materialista (materialistischen) el momento determinante (bestimmende
Moment) en la última instancia (letzter Instanz) en la historia es la producción y reproducción de la vida”

En el Derecho Propio hay mediación de naturaleza y de la ley natural, epistemología necesaria entre
“existir y ser”: en la producción y reproducción de la vida, donde mas allá de cualquier sistema
económico y de producción prima la vida humana, los Estados que no han avanzado en la
epistemología de “la ultima instancia” con arraigo constitucional o legal en la directa interrelación
con la naturaleza-ambiente, y su respectiva cosmovivencia (ordenamiento que siempre ha estado en
las tradiciones ancestrales) no están avizorando un futuro seguro. Para nuestro país en los últimos
años desde la autonomía, la ultima instancia se refleja en los Planes Integrales de Vida, Planes de
Salvaguarda y Programa de Garantías solo para 34 pueblos en eminente peligro de desaparecer (Auto
0004 de 2009 de la Corte Constitucional); aunque excluyente? para el resto de pueblos y naciones
indígenas, siendo mas de 100 etnias en Colombia, quienes en derecho de igualdad mantienen la
misma situación frente a las políticas reduccionistas.
En general, el derecho hegemónico en nuestro país en lo que respecta a los derechos de la naturaleza
no tienen en cuenta, lo que configura un “deber ser” “justo”, pero que si se contempla en el derecho
indígena y que debe incorporarse en todo el sistema jurídico nacional por que la reproducción y
producción de la vida sustentable es un derecho de todos un deber de humanidad.

d) Derecho Mayor. El derecho en su sentido mas elemental, regula relaciones mediando las
“normas”; pero el orden lógico de este derecho parte del principio de integración holística: de la
Ley natural sujeta al Derecho Propio que debe coordinarse con el Derecho indigenista
(normatividad jurídica estatal) este ultimo en el presupuesto del “deber ser” -kelseniano,
derecho positivo- esta ley es la expresión viva o manifestación de la Ley de Origen ordenadora
desde la biosfera causal de vida, fuente de “ordenanzas” del Derecho Mayor.

El fin último es la vida misma “de manera no mediada”, no hay mediación de la naturaleza y
ley natural manifiesta en la última instancia, epistemología necesaria para “existir y ser”: que
permite la creación, recreación y sostenibilidad de vida, donde ella misma se contiene en el seno
de la Madre Tierra y en el Universo. A quiénes o a quién le corresponde administrar esa ley y
compartirla? Al Consejo indígena de los mayores (as) como autoridades Tradicionales o
Ancestrales (arts. 329 y 330 C.P.C) donde su jurisdiccionalidad va allá del territorio físico, al
territorio del no tiempo-no espacio, los calendarios, los mundos del creador y sostenedor de vida,
territorios sagrados, sitios sagrados, santuarios naturales, la consulta interna, etc.

27
Op. Cit. Dussel, E. (2009). Política de la Liberación. Volumen II La arquitectónica.
La ultima instancia es el requisito “sine qua non” de la consulta previa para aclarar en ella
(mediante la consulta interna) en cooptación con la comunidad el consentimiento libre e
informado, en este no necesariamente se doblega al consultante, de lo contrario estaríamos ante
la inseguridad jurídica.
Para seguir profundizando en los fundamentos del Derecho Mayor, el mismo autor de El Capital,
prevé la misma suerte para el sistema comunista, Dussel (1977)28 da a conocer un manuscrito
revelador desconocido por los marxistas antes de esta fecha, escrito en (1844):
“211. Manuscrito III del 1844, xxxix; Marx, 1956, vol. I EB, 536; 1968, 143. En este texto Marx está pensando en un
«postulado»: el comunismo. En dicho estado, lógicamente posible, empíricamente imposible, se daría la identidad entre
naturaleza y humanidad. Sería una culturalización completa de la Tierra. Pero, fuera del titulado, toda cultura es ya el
comienzo de la humanización de la naturaleza; también en Dussel, 1985c.

l212. Engels, El origen de la familia, Prólogo (Marx, 1956, XXI, 27). La última expresión expresa: «[...] des
unmittelbaren Lebens». Unmittelbar significa «sin mediación alguna».”

“ No hay mejor expresión para rebatir al marxismo estándar: la «últimainstancia» (aunque le pese al pobre Althusser)
no es ni la economía ni siquiera la producción material, sino, de manera no mediada, la vida humana misma.”29

Vemos la importancia del derecho Indígena como una condición dialéctica entre la ley natural y el
territorio en la transformación del mundo emergiendo lo previsto según el análisis de Marx, donde
los sistemas económicos de cualquier régimen y sistema político no se pueden distanciar de la ultima
instancia, como lo han venido sosteniendo las naciones y pueblos indígenas desde el sustento propio
de la Ley de Origen y del Derecho Mayor, de acuerdo con los principios del “Orden del Todo30”: se
trata de contribuir con la “recreación y sostenibilidad de vida”, la “identidad entre naturaleza y
humanidad”, “una aculturación completa de la Tierra”, “toda cultura es ya el comienzo de la
humanización de la naturaleza”. La ley de origen no subyace, contiene el todo natural, que es la
misma vida, la noción del tiempo-espacio en la cosmovisión ancestral comprende ciclos asociados a
la propia historia, “es el presente un constructo y recreación de lo vital, de la armonía y el equilibrio;
el pasado no superado es el devenir del desequilibrio en el presente”. El derecho indígena consolida
el pensamiento, que anticipa la sustentabilidad de la ultima instancia, la vida humana, olvidada
por el sistema capitalista y de los Estados “corporativistas” (trasnacionales), que siendo accionistas
a su vez conceden licencias y tienen sin garantizar derechos; si aniquilamos la vida del planeta,
colapsan todos los sistemas.
En esta parte de nuestro estudio se nos sugiere en la práctica del derecho indígena que la autonomía
de la gobernabilidad y territorialidad se da en la medida que la autoridades tanto de Cabildos o
Asociación de Cabildos (administrativos) coordinen sus acciones internamente con los Consejos o
Autoridades Tradicionales o Ancestrales (consultivo, decisorios) mediados por el consentimiento de
la comunidad (por cooptación) antes de establecer cualquier iniciativa de relaciones con el Estado,
sus representantes o instituciones privadas, en los principios de coordinación y de pertinencia para
desarrollar integralmente la legislación del art. 246 de la C.P.C..

28
Dussel, E.(1997). De la naturaleza a la economía. En: Filosofía de la liberación (p.p. 129-180)
29 Op, Cit Dussel, E. (2009). Política de la Liberación. Volumen II La arquitectónica.
30
Op. Cit. Barbosa, R. El Orden del Todo (2013).
Figura.2 Aproximación grafica de la estructura y sistema integral e integrador de los tres campos del fuero indígena o derecho indígena.

e) Derecho Indigenista. Es el sistema de normas y procedimientos jurídicos que regulan y


establecen relaciones jurídicas referentes a los pueblos, naciones y comunidades de origen
amerindio en sus deberes, obligaciones y garantías con los Estados, sus regímenes de
gobiernos, instituciones y las sociedades, a través de sus autoridades legitimas, en el marco
de su régimen especial. Igualmente son los distintos sistemas jurídicos hegemónicos
eurocéntricos (indiano eclesiástico, republicano, moderno,..) que en el curso de la historia se
han impuesto, en la relación con los pueblos amerindios y sus descendientes, cualquiera sea
su situación jurídica. Estudios del Derecho Indígena que deben ampliarse, profundizar e
incluirse en los programas de estudio de las ideas y las políticas, derecho y las ciencias
sociales desde el enfoque diferencial de jurisdicción especial, en el pluralismo jurídico.

7. Los Derechos de la Naturaleza y la ley de Origen


En lo que respecta a este tema aunque ya hemos tratado buena parte es de considerar que no es fácil
comprender cuando nuestro pensamiento ha sido “colonizado y amestizado” desde una cosmovisión
eurocéntrica antropocéntrica, sustentada en el egoísmo, no obstante hemos aproximado el
pensamiento indígena para establecer el gran acuerdo, en el avance y fortalecimiento epistemológico.
Los Derechos de la Naturaleza no se deben ver como un paradigma alternativo, es una realidad
sentida de pervivencia y de producción y reproducción de creación y recreación de vida, se trata de
la misma vida humana, de la última instancia, mas allá de lo económico y de lo ecológico, con la
visión biocéntrica sustentada en el bien común. Si avanzamos en estos derechos hemos dado un salto
en el desarrollo mundial desde las epistemologías del sur, ya que no existe un solo modelo de
desarrollo.
La filosofía de los Derechos de la Naturaleza DDN, en el entendimiento del eurocentrismo, presenta
diversas dificultades, precisamente a la racionalidad del capitalismo y del mercado en la
instrumentalización de la naturaleza en el objeto-cosa y el ser humano objeto-cosa, en el máximo
beneficio económico con el menor costo, sin importar los impactos culturales y de la naturaleza en
los territorios, estas practicas configuran el derecho como un “deber ser”(injusto), es decir la norma
jurídica al servicio del interés particular (privado y de la impunidad). El tecnicismo jurídico ha
perdido el horizonte que la interpretación de la norma que en “la consulta previa y el consentimiento
libre e informado” debe hacerse desde el derecho natural, ius natura en el entender de la Ley Natural
manifestación de la Ley de Origen y en el entender del pensamiento ancestral (no teológico)
aproximado en este análisis, y que tiene en si misma “el ser” legitimo de lo natural, que una vez
incorporado jurídicamente -positivamente- en la norma escrita, como un “deber ser”, justo de lo
bioético y biopolítico, solo se debe interpretar desde la visión del derecho natural “ius natura” no
religioso, sino desde los principios universales de vida.
“El ser” se reconoce en el campo de lo bioético de los derechos humanos y de la naturaleza,
cuando se excluye de la interpretación de la norma escrita legalmente y se viola el debido
procedimiento, se convierte esa norma de lo injusto cuando frente a los pueblos, naciones indígenas
y naturaleza y en consecuencia no advertimos cual es el impacto o la huella que dejamos; los derechos
de la naturaleza debemos legitimarlos logrando desde el “ius natura” como preámbulo la Carta de
la Tierra31pero como instrumento transformador hay que elevarlos a rango constitucional en
complemento esencial de los derechos humanos y ambientales:
Cómo hacer conciencia que la naturaleza es sujeto de derecho? Qué es un ser vivo sintiente?
Qué es un ser cósmico? Qué es nuestra madre tierra? Porqué esta muriendo y esta enferma?
Cómo nosotros la enfermamos? Nosotros la tenemos o ella nos contiene? Somos sus hijos y
merece ser consultada? Etc. Preguntas de una epistemología de la trasmodernidad, Dussel
(2009).
Desde la racionalidad de la vida y su ordenamiento hemos abordado varios argumentos, para entender
la relación entre los derechos de la naturaleza y la ley de origen, realmente que si es una epistemología
liberadora, el pensamiento ancestral en su fundamento filosófico se puede aproximar en su
comprensión desde el mundo de relaciones armoniosas entre los tres territorios: el cuerpo físico
(consciencia humana y ontocéntrica; “el otro” mi entorno complejo; y el Universo. En este tejido
de relaciones e interdependencias y correspondencias de la naturaleza de estos tres mundos,
encontramos diversas intersubjetividades en un campo holístico: “madre tierra solo una, mundos
diversos”, sujetos-objetos en diversas contradicciones; para el indígena puede ser que no existan
objetos sino solo sujetos, pero en aras de estos entendimientos, no podemos cerrar la discusión
dialéctica con el plumazo hegemónico o reduccionista “que todo mundo es libre de creer como
quiera” no podemos cerrar nuestro pensamiento a que este asunto de los derechos de la naturaleza,
la recomposición étnica cultural o el Orden del Todo es una creencia, pero mas allá de las creencias
que son subjetivas y que se relacionan con los campos de lo objetivo los derechos de la naturaleza
son intersubjetivos desde la solidaridad de los derechos que afecten la vida misma, el campo de la
omnijetividad confronta y subsume todas las realidades en una misma esencia de las cosmovisiones,
en Izquierdo (2009)32:

31
Siguiendo la recomendación del Informe Brundtland, se redactan diversos borradores de Carta de la Tierra, dentro de la actividad de preparación
de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tierra), en Río de Janeiro en 1992. En ellos se intentan
establecer las bases éticas sobre las cuales se fundarían la Agenda 21 y otros acuerdos de la Cumbre. La aprobación de ese texto no es posible en la
Cumbre de Río. De esta forma, la Agenda 21 (el documento más importante de aquella Cumbre) acentúa su carácter técnico, al quedar privado de
fundamentación y de una visión de mayor alcance. En lugar de la carta, se decide redactar y aprobar lo que llega a ser la Declaración de Río sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo. Éste es el primer arranque real de lo que más adelante sería la Carta de la Tierra, es el principal intento de redactar
una Carta Magna o constitución del planeta.
“Este centramiento en el campo relacional entre humanos y no humanos es el que le imprime el carácter de
omnijetividad no antropocéntrica a este criterio y es el que devela no sólo la subsumción de la objetividad
enajenante dentro de la subjetividad antropocéntrica, sino también la subsumción de esta última dentro de
la omnijetividad no antropocéntrica. Lo anterior conduce a que sea el criterio de omnijetividad no
antropocéntrica el que rija la relación entre las normas de objetividad enajenante y de subjetividad
antropocéntrica al subsumirlos categorialmente desde la noción de omnijeto.

... Es por ello que este factor, al implicar la tendencia hacia la superación de las restricciones espacio -
temporales, se constituye en criterio dador de sentido hacia la búsqueda del retomo al origen perdido regido
bajo la condición de no tiempo - no espacio.
Es también igualmente por ello que este criterio supone el reconocimiento de los caracteres histórico,
teleológico, ontológico y escatológico propios del campo relacional entre poblaciones humanas y no
humanas de las que el humano sea consciente.”

Los tres territorios comparten la cosmovivencia de lo sagrado, por ser causa de la vida misma en si
(diversas formas), la concepción de territorio se amplia en las complejidades, imprimiéndole a esta
epistemología “la omnijetividad”, análisis que merece seguir profundizando en especificidades, se
ha de integrar la importancia de “lo sagrado” como argumento de jurisdiccionalidad en los
territorios, tenido en cuenta en varias sentencias de las altas Cortes de Colombia que desde la
concepción jurídica del Derecho Mayor los territorios es tan solo una extensión de los derechos de
la naturaleza de la Madre Tierra, dice Duque Cañas (2009)33:

“Lo sagrado representa lo normatizado, protegido y aislado, mientras que lo profano es aquello que no fue
marcado por el carácter sagrado, y por tanto está desprotegido y desprovisto de esencia religiosa, pero sin
embargo existe necesariamente. Podemos enfatizar los siguientes aspectos:

1. El hombre asume que hace parte de lo que le rodea, el cosmos.


2. Lo que le rodea, cognoscible o no para él, debe tener un orden que garantice su estructura, para que tenga
sentido su propia existencia.
3. El hombre se pregunta por ese orden, pero como el cosmos es en parte incognoscible para él, plantea
imaginativamente estructuras mediante las cuales pueda explicar tanto el cosmos absoluto como su propio
puesto en él.
4. Esta estructura explicativa que imagina es la manifestación del espíritu religioso, lo cual es inmanente
en el hombre.
5. Cada hombre o grupo social imagina su propia y particular explicación, y la relaciona con el entorno
natural específico que habita.
6. Cuando, a partir de esta estructuración, el hombre “encuentra” su lugar en el mundo, asume que así
adquiere su carácter esencial como componente del absoluto cósmico.
7. Esta pertenencia tiene que estar garantizada mediante mecanismos de comunicación representados en
procesos simbólicos y rituales.
8. Para garantizar la supervivencia de la comunicación, los procesos rituales deben recrearse en el tiempo.
9. Ante la necesidad de ubicarse espaciotemporalmente dentro de la totalidad que es el cosmos, el hombre
se localiza en el espacio que habita y lo ritualiza para garantizar la comunicación con el todo.
10. Al ritualizar el espacio, el hombre le otorga a éste el carácter sagrado.
11. La localización en el espacio se hace a partir de un punto central y jerárquico, y establece una
delimitación periférica para demarcar el territorio que, sacralizado, está ordenado y protegido. Esta
territorialización es la manifestación de lo sagrado.
12. Lo sagrado, configurado por estas manifestaciones religiosas, es la expresión revelada del espacio
absoluto.
13. Todo lo que está por fuera de esta demarcación es ajeno a la consagración y se considera caótico. Como
es carente de todo sentido religioso, se trata de lo profano.
14. Lo sagrado y lo profano son realidades opuestas, pero complementarias.

32
Izquierdo-Uribe. A (1998) Espacio – temporalidad y omnijetividad una aproximación epistemológica.
32
Duque -Cañas J. P. (2009) Tesis optar Titulo de Doctor en Historia, Lo sagrado como argumento jurisdiccional en Colombia (pp. 78-80).
15. Los estados nacionales actuales se caracterizan por presentar relaciones esencialmente profanas entre
los territorios, incluidos los sacralizados.
16. En consecuencia, como opuestos complementarios, la existencia del espacio profano es necesaria para
la prevalencia del espacio sagrado. En lo concerniente a lo territorial, es esta relación de opuestos la que
garantiza la comunicación y presencia de un territorio sagrado en contextos jurisdiccionales que, por no
obedecer a criterios de pertenencia de absolutos cósmicos de estructuración religiosa, son profanos, pero
garantizan la supervivencia de su contraparte sagrada.

A razón de estas consideraciones entre lo sagrado y lo profano según el autor, se podría


relacionar desde el derecho indígena entre lo legal o ilegal (legitimo), no obstante lo sagrado en
el Derecho Mayor se debe considerar, en lo visto, como la garantía que el ser humano se da de
existir y pervivir, en el producir y reproducir en el crear y recrear la vida dándose la posibilidad
en el campo de la biosfera en el pensamiento solidario de conservar la Ley natural manifestación
de vida, en producir y reproducir vida. La aspiración de prolongar generacionalmente vida,
abarca todos los mundos a su rededor como infinitas posibilidades de la fuente misma de la
ultima instancia como la misma fuerza del “espíritu creador” (no en la concepción teológica
religiosa). Este corolario gráficamente se representa en la Fig.2. De acuerdo con estas
consideraciones, “la necesaria y complementaria relación entre lo sagrado y lo profano en el
ámbito territorial justifica, entonces, asumir que lo sagrado debe incluirse en las discusiones
actuales sobre las características de lo jurisdiccional”.

Los avances de la epistemología del sur surte la perspectiva de encontrar una salida a la crisis
natural-ambiental, económica y cultural de los pueblos, ha de tomarse las preguntas hechas al
respecto, desde una perspectiva jurídica del derecho indígena, primero, siempre hemos
considerado que la madre es un ser, por ende desde lo omnijetivo es sujeto de derecho, segundo,
la madre naturaleza desde la tradición ancestral ha establecido un lenguaje con el sujeto activo
de derechos “el humano” (bioético, biopolítico) quien media en su entendimiento, a través de la
Consulta interna de los Ancianos (as) con el espíritu de vida en sus diversas manifestaciones,
consulta que tiene vínculos de efectos jurídicos, frente a la Consulta previa y consentimiento
libre e informado.

“En la Naturaleza como sujeto de derechos nos vemos enfrentados a una doble ficción: Por un lado,
la ficción de erigir la Naturaleza como sujeto y por otro lado, la ficción de simular una traducción de
los intereses de la Naturaleza”. En los desarrollos de esta epistemología Prieto-Méndez (2014)34.

“Se dice “simular” porque o bien se trata de la expresión de intereses humanos en los cuales la Naturaleza se ve beneficiada o
favorecida (en otras palabras, no es el interés de la Naturaleza del cual el hombre es vocero, sino el interés del Hombre que
reconoce un bien o beneficio en la protección de la Naturaleza) o se trata de recrear que el interés de la Naturaleza está siendo
traducido fidedignamente por el Hombre. Esta última opción es y será siempre una construcción artificiosa y subjetiva (tal como
lo señala Kenneth Gergen, la objetividad no es más que una coalición de subjetividades24) o liberador, solidario, respetuoso de
la vida.”

8. El buen vivir, Vivir bien. Afirmación y crecimiento de una sociedad en bien común, de vida
comunitaria y cósmica que comprende por correspondencia a la naturaleza con un sentido consciente-
espiritual de madre. Los mundos del mito son una narrativa racional, cosmovisiones y
cosmovivencias, de nuestra realidad ontocentrica universal, irrumpiendo en la complejidad de la
discusión con la modernidad, hacia una trasmodernidad en la epistemologías del sur, de la bioética
y biopolítica, relación armónica con lo económico siendo este componente secundario, frente a la
vida humana misma la ultima instancia, para garantizar la supervivencia. Las comunidades como

34
Prieto-Méndez, J.M. (2104) Derechos de la naturaleza, Fundamento, contenido y exigibilidad jurisdiccional.
actores de vida, son autónomos y se determinan libremente, con conciencia de nación étnica en el
Estado, con su gestión y participación en aparente contradicción con los gobiernos, Desde la dignidad
de pervivencia se plantea el compartir de descolonizar el pensamiento, reconociendo la realidad
interna histórica desde la multiculturalidad, la destrucción, e imposiciones violentas, como se ha visto
desde la llegada del invasor -eurocéntrico- creando brechas y distanciamientos no solo entre unos y
otros sino entre la relación con la naturaleza. El Derecho indígena es sagrado, no religioso esto es
una concepción de la re significación en el diálogo con el mundo no indígena, siendo una ontología
y concepción propia mas allá de la modernidad, donde esta en juego la pervivencia de la humanidad,
y solo queremos El buen vivir, Vivir bien! y restaurar las confianzas.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICA:

Arbeláez- De, Lucia. (2004). La Jurisdicción especial indígena en Colombia y los mecanismos de coordinación con el
sistema judicial nacional. En Justicia de paz y derecho indígena: Análisis y propuestas de coordinación”, “Due
Process Of Law Foundation, Fundación Myrna Mack De Guatemala” “Consejo Superior de la Judicatura de
Colombia”. Guatemala
Ariza-Santamaria.R (2012). Consulta previa. Dilemas del ejercicio de un derecho. (pp.283-302). En Toro C.- Fierro J.-
Coronado S. – Roa T. Minería, territorio y conflicto en Colombia. División de Investigación de Sede
Bogotá-Facultad de Derecho de Ciencias Políticas Sociales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Recuperado en http://www.mamacoca.org/docs_de_base/Ambienta/Toro-
Catalina_Mineria_territorio_y_conflicto_en-Colombia_noviembre2012.pdf proceso ( 15.10.2014).
Barbosa-Stepa, R. (2012) El Orden del Todo. Grupo Región y Territorio, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales IEPRI, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional
de Colombia. Editorial, Medellín Colombia.
De Sousa- Santos, B. (2009). Una epistemología del Sur La reinvención del conocimiento y la emancipación social.
Editorial CLACSO y Siglo XXI. México.
De Subiria-Samper, S. (2013) Conferencia Investigación Acción Participativa y Epistemologías del Sur, (Cátedra
Orlando Fals Borda) Departamento de Sociología, Universidad Antonio Nariño, Pasto. Recuperado desde
www.youtube.com/watch?v=IyKekZlSnUY (14.10.2014)
Duque -Cañas J. P. (2009) Tesis optar Titulo de Doctor en Historia, Lo sagrado como argumento jurisdiccional en
Colombia. La reclamación de tierras indígenas como argumento de autonomía cultural en la Sierra Nevada de Santa
Marta.
Departamento de Historia Facultad de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Dussel, E. (2007). Materiales para una Política de la Liberación, Universidad Autónoma Nuevo León Ed. Plaza y Valdés
Editores. México.
Dussel, E. (1977). De la naturaleza a la economía. En: Filosofía de la liberación. Edi. Edicol. México.Ruperado en
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/clacso/otros/20120227025752/5cap4.pdf
Dussel, E. (2009). Política de la Liberación. Volumen II La arquitectónica Editorial Trotta, S.A., Madrid.
Fuentes A. (2012). Legislación minera en Colombia y derechos sobre las tierras y los territorios. (pp.251-232). En Toro
C.- Fierro J.- Coronado S. – Roa T. Minería, territorio y conflicto en Colombia. División de Investigación de
Sede Bogotá-Facultad de Derecho de Ciencias Políticas Sociales. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Recuperado en http://www.mamacoca.org/docs_de_base/Ambienta/Toro-
Catalina_Mineria_territorio_y_conflicto_en-Colombia_noviembre2012.pdf proceso (15.10.2014).
García B. (2008). Nuevas tendencias en la seguridad energética mundial y sus impactos en América latina. En Fontaine
G. y Puyana A. La guerra del fuego, políticas petroleras y crisis energética en América latina. (pp.75 – 94).
FLACSO sede Ecuador, Ministerio de cultura del Ecuador.
Gómez-Montañez, P. F. (2013). Esbozo de una Antropología de lo Muisca desde una perspectiva del sur. Universitas
Humanística no.75 enero-junio (pp: 133-153) Universidad Santo Tomás, Bogotá, recuperado en
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/univhumanistica/article/view/5966/4822 (15.10.2014)
Gutiérrez-Ramos. J (2002). Instituciones Indígenas en el siglo XIX: El Proyecto republicano de integración de los indios.
En: Revista Credencial Historia. Edición 146 Bogotá - Colombia.
Huanacuni- Mamani. F. (2010) Buen vivir / vivir bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas.
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígnas- CAOI – Lima. Recuperado en
https://www.reflectiongroup.org/stuff/vivir-bien (10.06.2014)
Iepri – Ecopetrol & Patrimonio Natural (2014) Seminario taller complejidad étnico territorial y economías extractivas.
Impactos regionales de la aplicación de políticas de Estado en las comunidades indígenas colombianas,
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Ingativa–Neusa, X. (Rodrigo Niño Rocha) (2014) Seminario taller (segunda jornada): “Relaciones Jurídicas del
Pensamiento Ancestral, Derecho Mayor y Territorio” complejidad étnico territorial y economías extractivas,
Impactos regionales de la aplicación de políticas de Estado en las comunidades indígenas colombianas (pp.
21-25) Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales-Ecopetrol-Patrimonio Natural.
Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Ingativa–Neusa, X. (Rodrigo Niño Rocha) (2011) Seminario: “Trueque de Saberes Sobre la Memoria” - Facultad de
Comunicación Social para la Paz, División de Ciencias Sociales. Universidad Santo Tomás de Aquino, 14 de
Julio de 2011. Bogotá D.C. recuperado desde https://www.youtube.com/watch?v=biy8i43zjEo (15.10.2014).

Ingativa–Neusa, X. (Rodrigo Niño Rocha) (2013) La Integración de un Pueblo en la Palabra Originaria: Restaurando
Memoria Histórica y Cultura (pp: 603-619). En “Violencia Memoria y Sociedad: Debates y Agendas en la
Colombia Actual”. Compilación Editores Alejandro Castillejo Cuellar/Fredy Leonardo Reyes Albarracín.
Grupo de Memoria Universidad Santo Tomas y Comité de Estudio sobre la Violencia la Subjetividad y la
Cultura Universidad de los Andes. Editorial Usta. Bogotá.
Ingativa–Neusa, X. (Rodrigo Niño Rocha) (2014) Seminario Taller (segunda jornada): Complejidad étnico Territorial y
Economías Extractivas.. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales-Ecopetrol-Patrimonio
Natural. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Izquierdo-Uribe. A(1998) Espacio – temporalidad y omnijetividad una aproximación epistemológica. En revista
Nómadas. (pp. 241-248). Universidad de los Andes. Bogotá.
Paz García. A. P. (2011). El proyecto des-colonial. Enrique Dussel y Walter Mignolo: Hacia una Epistemología otra de
las Ciencias Sociales en América Latina. En Epistemología y descolonización, Cultura y representaciones
sociales. Año 5, núm. 10. (pp. 57-81) México.
Prieto-Méndez, J.M. (2104) Derechos de la naturaleza, Fundamento, contenido y exigibilidad jurisdiccional. Centro de
Estudios y Difusión del Derecho Constitucional-Corte Constitucional del Ecuador. Quito Ecuador.
Recuperado en http://www.corteconstitucional.gob.ec/images/stories/corte/pdfs/derechos_naturaleza.pdf
Rodríguez-Cuenca, J. (2011). Los chibchas: hijos del sol, la luna y los Andes. Orígenes de diversidad. Departamento de
Antropología, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de Colombia – IDU. Bogotá D.C. Universidad
Nacional de Colombia. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Departamento de
Antropología, Facultad de Ciencias Humanas. Memorias: Primer y Segundo Encuentro de Autoridades
Tradicionales de Colombia. Grupo Región y Territorio, 2011, 2012 Bogotá D.C.
Universidad Nacional de Colombia, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Alcaldía Mayor de
Bogotá D.C. Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal (2013). Informe Final Encuentro Nacional
de Autoridades Tradicionales Indígenas y Encuentro Continental Raíces de la Tierra 2012. Granada,
Cundinamarca.
Uribe A. (2005). Petróleo economía y cultura, el caso U´wa. Bogotá. Universidad del Rosario, Siglo del Hombre Editores.

LISTA REFERENCIA BIBLIOGRAFICA JURIDICAS


Convención 169 OIT (Ley 21 de 1991)
Constitución Política de Colombia 1991
Ley 99 de 1993, Ley de ambiente
Ley 397 de 1997 Ley General de Cultura
Ley 1185 de 2008 Ley de Régimen Arqueológico
Ley 1448 de 2011 Ley de victimas y restitución de tierras.
Ley 99 de 1993 Ley de ambiente
Decreto 2164 de 1995 Resguardos indígenas.
Decreto 1397 de 1996. Comisión Nacional de Territorios Indígenas y la Mesa Permanente de concertación.
Decreto 1320 de 1998 Consulta previa
Decreto 2820 de 2010 Licencia Ambiental.
Decreto 4633 de 2011 Victimas y restitución de tierras.
Decreto 2613 de 2013 Protocolo interinstitucional consulta previa
Sentencia C-225 1995 CC Bloque de constitucionalidad.
Auto 004 de 1999 C.C. Plan de Salvaguardas y Programa de Garantías.
Sentencia T-792/2012CC Derecho de identidad reetnización
Sentencia T-428-92 C.C. Territorio sagrado
Sentencia T-547-10 C.C. Territorio sagrado
Sentencia T-921-13 C.C. Conflicto jurisdicción
Auto A033 de 2012 C.C. Seguimiento de sentencia T-547/10 Territorio sagrado.

Você também pode gostar