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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0514/2007-R

Sucre, 20 de junio de 2007

Expediente: 2007-15974-32-RHC
Distrito: Cochabamba
Magistrada Relatora: Dra. Martha Rojas Álvarez

En revisión la Resolución 09 de 10 de mayo de 2007, cursante a fs. 82 y vta., pronunciada por la Sala
Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, dentro del recurso de hábeas
corpus interpuesto por Ysidro Ventura Acerico contra Marlene Pino de Terán y Juan de la Cruz
Vargas Vilte, Vocales de la Sala Penal Primera de la misma Corte Superior, alegando la vulneración
de sus derechos a la libertad de locomoción y a recurrir, previstos en los arts. 7 inc. g) y 16.IV de la
Constitución Política del Estado (CPE).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del recurso

I.1.1. Hechos que motivan el recurso

Por memorial presentado el 3 de mayo de 2007, cursante de fs. 3 a 6, el recurrente sostiene que se
halla privado de libertad desde el 26 de junio de 2006 por hechos relacionados con la Ley del
Régimen de la Coca y Sustancias Controladas. Presentada su solicitud de cesación de la detención
preventiva, pidió la aplicación de otras medidas para asegurar su comparecencia y el normal
desarrollo del juicio, celebrándose audiencia en la que adjuntó documentación que acredita que
tiene domicilio conocido, familia establecida y trabajo lícito, así como certificados de permanencia,
estudio y buena conducta al interior del recinto penitenciario donde se encuentra, con lo que se
demostró que las circunstancias que dieron lugar a su detención preventiva variaron
sustancialmente, y que ya no concurren los motivos que fundaron su detención.

Sin embargo, el Tribunal de Sentencia negó su solicitud de cesación de la detención preventiva,


refiriendo simple y llanamente a la “naturaleza del delito”, sin considerar que en la causa penal,
además del coimputado Nicolás Cusipuma, no hay otros procesados, y que la investigación ha
concluido, por lo que no existe peligro de obstaculización.

Apelada la Resolución que negó su solicitud, en la audiencia de 15 de marzo de 2007, la defensa


fundamentó que el Auto apelado carecía de sustento legal, por cuanto no obstante afirmar que ya
no existen los presupuestos establecidos en el art. 234.1 del Código de Procedimiento Penal (CPP),
señalan -de oficio- que subsiste el peligro de obstaculización porque el imputado podría influir
negativamente en otros partícipes, testigos o peritos, sin que exista evidencia que respalde dichas
afirmaciones.
No obstante la claridad y pertinencia de sus fundamentos, los Vocales recurridos, apartándose del
tema, en “base a simples frases huecas y argumentos infundados”, ajenos al contenido de la
apelación y a los fundamentos del Tribunal a quo, declararon improcedente la alzada, confirmando
el Auto apelado, convirtiendo su privación de libertad en una condena anticipada, dejándolo sin otra
alternativa que presentar el recurso de hábeas corpus.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El recurrente alega la vulneración de sus derechos a la libertad de locomoción y a recurrir, previstos


en los arts. 7 inc. g) y 16.IV de la CPE.

I.1.3. Autoridades recurridas y petitorio

Interpone recurso de hábeas corpus contra Marlene Pino de Terán y Juan de la Cruz Vargas Vilte,
Vocales de la Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba, solicitando
sea declarado procedente y “haber lugar” a la anulación del Auto de Vista dictado por la Sala Penal
Primera y a la “concesión de la cesación de la medida cautelar de mi detención preventiva” (sic).

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de hábeas corpus

En la audiencia realizada el 10 de mayo de 2007, cursante a fs. 81 y vta., con la presencia de las
partes y en ausencia del representante del Ministerio Público, se produjeron los siguientes
actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación del recurso

El abogado del recurrente ratificó los fundamentos del recurso, añadiendo que rechazada la solicitud
de cesación de la detención preventiva, recurrió de apelación para que el Tribunal de apelación
conceda el beneficio, “más grande fue la sorpresa” cuando los recurridos confirmaron el rechazo
arguyendo que su defendido tenía dos procesos instaurados en su contra por el delito de tráfico de
sustancias controladas, lo que es ilegal y atenta el derecho a la libertad de locomoción de su
defendido.
I.2.2 Informe de las autoridades recurridasPor informe cursante de fs. 79 a 80, los Vocales
recurridos señalaron que el 12 de marzo de 2007 fue remitida en apelación la medida cautelar
dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Ysidro Ventura Acerico, Nicolás
Cusipuma y Teodoro Flores por la presunta comisión del delito de tráfico de sustancias controladas,
señalando audiencia de consideración de la apelación para el 15 de marzo de 2007.

En la audiencia, la abogada defensora fundamentó la apelación, emitiéndose el Auto de Vista que


declaró improcedente el recurso y confirmó el Auto apelado dictado por el Tribunal Primero de
Sentencia, bajo el fundamento de que si bien Ysidro Ventura Acerico acompañó ante el Tribunal
aquo documentación que acredita que ya no existen los presupuestos de riesgo de fuga,
establecidos en el art. 234.1 del CPP en que se fundó la detención preventiva; empero, de los
fundamentos del Tribunal inferior se evidencia la persistencia del peligro de obstaculización, en
razón de que contra el recurrente se sustancia otro proceso penal, pues de los actuados procesales
se constata que el 30 de mayo de 2005 el Juez de Instrucción de Ivirgarzama dispuso la detención
preventiva del imputado por el delito de tráfico de sustancias controladas, y posteriormente, el 26
de junio de 2006, el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, dispuso también la detención
preventiva contra el recurrente por estar involucrado nuevamente en delitos incursos en la Ley del
Régimen de la Coca y Sustancias Controladas; por ello, actuando como tribunal de alzada,
consideraron razonable el fundamento del Tribunal a quo respecto a que el imputado podría influir
negativamente en otros partícipes, testigos o peritos para beneficiarse y de este modo obstaculizar
la averiguación de la verdad, haciendo presumir que no sólo puede influir negativamente en este
proceso, sino también en otras investigaciones que se sustancien en su contra, presupuesto que se
encuentra previsto en el art. 235 inc. 5) del CPP.

El Tribunal a quo consideró que no se había desvirtuado el riesgo de fuga, en cambio en apelación se
consideró que la documentación presentada era suficiente para desvirtuar ese peligro, pero que no
había sido desvirtuado el riesgo de obstaculización, argumento concordante con los fundamentos
del Tribunal a quo, por lo que al no cumplirse con la exigencia del art. 239 inc. 1) del CPP para hacer
procedente la cesación de la detención preventiva solicitada por el recurrente, se confirmó el Auto
apelado.

La decisión no es subjetiva, por cuanto los elementos objetivos que fundaron la decisión de los
Vocales cursan en el cuadernillo de apelación incidental, máxime si se toma en cuenta lo establecido
por el art. 250 del CPP que establece que el auto que imponga una medida cautelar o la rechace es
revocable o modificable aún de oficio, lo que determina el carácter provisional de las medidas
cautelares.

El recurrente no se encuentra ilegal o indebidamente detenido, perseguido o preso, por cuanto en


su contra se aplicó una medida cautelar de detención preventiva mediante Resolución emitida por
un Juez competente y no por el Tribunal de alzada.
I.2.3. ResoluciónLa Resolución 09 de 10 de mayo de 2007, declaró improcedente el recurso de
hábeas corpus, con los siguientes fundamentos:

1. El recurso hábeas corpus garantiza la libertad de locomoción de las personas cuando las
autoridades judiciales u otras emplean medios arbitrarios de detención. El recurso de hábeas corpus
no es el llamado para corregir supuestos errores o faltas procesales en la tramitación o formas de
resolución emergentes del proceso penal cuando el impetrado fue detenido preventivamente y
legalmente en la cárcel; cuando esto ocurre es posible acudir al amparo constitucional, pero nunca
al recurso hábeas corpus que garantiza únicamente la libertad de locomoción.

2. En el caso presente, el imputado Ysidro Ventura Acerico, antes de la audiencia de 15 de


marzo de 2007, en la que se confirmó el Auto de 8 de marzo de 2007 que rechazó la sustitución de la
detención preventiva por otras medidas cautelares, ya se encontraba con detención preventiva
dispuesta por autoridad competente; por eso la decisión tomada por la Sala Penal Primera en la
audiencia de 15 de marzo de 2007 no vulnera el derecho de locomoción del recurrente, y si
considera que ese Tribunal cometió errores procesales en la Resolución que dicta, el hábeas corpus
no es el camino para enmendarlos.

II. CONCLUSIONES

De la revisión del expediente y de las pruebas aportadas, se concluye lo siguiente:

II.1. El 30 de mayo de 2005, se llevó a cabo la audiencia de medidas cautelares dentro de la


investigación seguida por el Ministerio Público contra Ysidro Ventura Acerico, por “infracción a la Ley
1008”; en dicha audiencia, el Juez de Instrucción de Ivirgarzama ordenó su detención preventiva en
la cárcel pública de San Sebastián varones (fs. 26 a 27 vta.).

II.2. El 27 de junio de 2006, se llevó adelante la audiencia de aplicación de medida cautelar


dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra Nicolás Cusipuma Choque, Ysidro
Ventura Acerico y Teodoro Flores Colorado por el delito de tráfico de sustancias controladas; en la
audiencia, el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, dispuso la detención preventiva del recurrente
en el centro penitenciario de “El Abra”, argumentando que: 1. Existen suficientes elementos de
convicción para sostener que los imputados son probables autores o partícipes del delito de tráfico
de sustancias controladas, cumpliéndose con lo previsto en el art. 233 inc. 1) del CPP; 2. No se tienen
elementos de convicción que corroboren la existencia de familia, domicilio u ocupación lícita, por lo
que estaría cumplido el primer requisito del art. 234 del CPP; 3. Resulta razonable el temor de que
los imputados tengan facilidades para desplazarse de un lugar a otro, encontrándose presente el
peligro de fuga previsto en el art. 234.2 del CPP; 4. Los imputados no han demostrado un
comportamiento que demuestre su voluntad de no someterse al proceso, por lo que no se presenta
la circunstancia prevista en el numeral 4 del art. 234 del CPP; 5. En cuanto al peligro de
obstaculización previsto en el art. 235 inc. 2) del CPP, los delitos vinculados al tráfico de sustancia
controladas son de naturaleza compleja, en la medida en que interviene un conjunto de personas, lo
que permite ver la existencia de otros partícipes no identificados sobre quienes los imputados en
libertad pueden ejercer influencia negativa toda vez que la investigación se encuentra en la fase
inicial (fs. 29 a 33 vta.).

II.3. El 8 de marzo de 2007 se llevó adelante la audiencia pública de consideración de cesación de


la detención preventiva solicitada por Ysidro Ventura Acerico, dentro del proceso penal seguido por
el Ministerio Público contra el ahora recurrente y otros por la presunta comisión del delito de tráfico
de sustancias controladas. En dicha audiencia, los Jueces Técnicos del Tribunal Primero de Sentencia
rechazaron la solicitud de cesación de la detención preventiva impetrada por el recurrente, con el
siguiente fundamento: Que la defensa acompaña documentos que si bien demuestran que tiene
domicilio, trabajo y familia, en criterio del Tribunal son insuficientes para reatarlo al lugar de su
juzgamiento, tomando en cuenta la naturaleza del delito, la concurrencia de otras personas que no
están sometidas a juicio, por lo que se mantiene el peligro de obstaculización y también se considera
la circunstancia de que el imputado tiene otro proceso (fs. 60 a 61 vta.).

II.4. En la audiencia pública de vista y resolución de apelación de medida cautelar llevada a cabo
el 15 de marzo de 2007, la defensa del ahora recurrente fundamentó la apelación contra la
Resolución de 8 de marzo de 2007, argumentando que el Tribunal Primero de Sentencia rechazó la
solicitud de cesación de la detención preventiva no obstante haber demostrado con documentación
suficiente que existen nuevos elementos de juicio que tornen conveniente la cesación de la
detención preventiva, que la Resolución no fundamenta en derecho porqué esa documentación es
insuficiente y que señala que concurren otras personas que no están sometidas a juicio, cuando el
Ministerio Público no ha acreditado la participación de terceras personas, y sólo están siendo
procesados su defendido y otro co imputado, no existiendo riesgo de obstaculización ya que su
defendido se está sometiendo a proceso, aclarando que si bien existe otro proceso pendiente contra
de su defendido, en función al art. 6 del CPP, se presume su inocencia, no existiendo en dicho
proceso acusación y menos sentencia ejecutoriada .

En la audiencia, los vocales recurridos pronunciaron Resolución declarando improcedente la


apelación incidental interpuesta por el imputado, y en consecuencia, confirmando el Auto apelado,
con los siguientes fundamentos: 1. La defensa acompaño documentación que acredita que ya no
existen los presupuestos de riesgo de fuga establecidos en el art. 234.1 del CPP en que se fundó la
detención preventiva del imputado Ysidro Ventura Acerico; 2. Empero, se evidencia la persistencia
de peligro de obstaculización, ya que contra el imputado se sustancia otro proceso penal también
referido al delito de tráfico de sustancias controladas, resultando razonable el fundamento del
Tribunal a quo respecto a la circunstancia de que el imputado, ahora apelante, en libertad pueda
influir negativamente en otros partícipes, testigos o peritos para beneficiarse y de este modo
obstaculizar la averiguación de la verdad, haciendo presumir que no sólo puede influir
negativamente en este proceso sino también en otras investigaciones que se sustancien en su
contra, aspecto que no ha sido desvirtuado por la defensa (fs. 66 a 67 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente sostiene que los Vocales recurridos vulneraron sus derechos a la libertad y a recurrir,
por cuanto declararon improcedente el recurso de apelación que interpuso contra la Resolución que
rechazó su solicitud de cesación de la detención preventiva, basados en argumentos ajenos a la
apelación y a los fundamentos del Tribunal a quo. En consecuencia, corresponde determinar en
revisión, si tales aseveraciones son evidentes y si ameritan la protección que brinda el art. 18 de la
CPE.

III.1. Sobre la fundamentación de las resoluciones sobre medidas cautelares

El Tribunal constitucional, en su uniforme jurisprudencia, ha señalado que las resoluciones sobre


medidas cautelares deben estar debidamente fundamentadas, conforme lo exigen los arts. 236 inc.
3) y 124 del CPP; última norma que determina que las sentencias y autos interlocutorios deben
expresar los motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones, y el valor otorgado a los
medios de prueba, no pudiendo ser reemplazada la fundamentación por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes.

En ese sentido, la SC 0012/2006-R de 4 de enero, ha señalado:

“La motivación de los fallos judiciales está vinculada al derecho al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional eficaz, consagrados en el art. 16.IV Constitucional, y se manifiesta como el derecho que
tienen las partes de conocer las razones en que se funda la decisión del órgano jurisdiccional, de tal
manera que sea posible a través de su análisis, constatar si la misma está fundada en derecho o por
el contrario es fruto de una decisión arbitraria; sin embargo, ello no supone que las decisiones
jurisdiccionales tengan que ser exhaustivas y ampulosas o regidas por una particular estructura;
pues se tendrá por satisfecho este requisito aun cuando de manera breve, pero concisa y razonable,
permita conocer de forma indubitable las razones que llevaron al Juez a tomar la decisión; de tal
modo que las partes sepan las razones en que se fundamentó la resolución; y así, dada esa
comprensión, puedan también ser revisados esos fundamentos a través de los medios impugnativos
establecidos en el ordenamiento; resulta claro que la fundamentación es exigible tanto para la
imposición de la detención preventiva como para rechazarla, modificarla, sustituirla o revocarla”.

Conforme a la jurisprudencia glosada, la fundamentación de las resoluciones judiciales no sólo es


exigible al momento de imponer la detención preventiva, sino también cuando se rechaza la
solicitud de cesación de la detención preventiva, se dispone la sustitución o modificación de esa
medida o, finalmente, cuando se la revoca; aclarándose que la fundamentación se exige tanto en las
resoluciones pronunciadas en primera instancia, como aquellas emitidas en apelación, las cuales, en
virtud a lo establecido por el art. 398 del CPP, deben circunscribirse a los aspectos cuestionados en la
Resolución, conforme lo ha señalado la jurisprudencia del Tribunal Constitucional en la SC
0682/2004-R de 6 de mayo, al determinar que: “(…) toda resolución dictada en apelación, no sólo
por disposición legal sino también por principio general, debe sujetarse a los puntos de apelación
expuestos por la parte apelante, que se entiende deben estar relacionados con lo discutido ante el
juez a quo (…)”.

III.2. Casos de cesación de la detención preventiva

El art. 239 del CPP establece que la detención preventiva puede cesar: 1) cuando nuevos elementos
de juicio demuestren que no concurren los motivos que la fundaron o tornen conveniente que sea
sustituida por otra medida, 2) cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida
para el delito que se juzga; y, 3) cuando su duración exceda de dieciocho meses sin que se haya
dictado sentencia o de veinticuatro meses sin que ésta hubiera adquirido la calidad de cosa juzgada.
Vencidos los plazos previstos en los numerales 2) y 3) el juez o tribunal aplicará las medidas
cautelares que correspondan previstas en el art. 240 del mismo Código.

De acuerdo a la previsión contenida en el art. 239 inc. 1). antes referido, para resolver una solicitud
de cesación de la detención preventiva amparada en esa causal, el juez o tribunal debe realizar el
análisis ponderado de dos elementos: “1) ¿Cuáles fueron los elementos de convicción que
determinaron la imposición de la detención preventiva? y 2) ¿Los nuevos elementos de convicción
que aportó el imputado demuestran que ya no concurren los motivos que determinaron la medida o
la conveniencia de que la medida sea sustituida por otra?”, como lo precisó la SC 0807/2005-R de 19
de julio.

La misma Sentencia señaló que: “Del análisis y compulsa de ambos aspectos, el juez determinará la
cesación de la detención preventiva, si con los nuevos elementos de juicio el imputado logra destruir
o modificar sustancialmente los motivos que fundaron la detención preventiva o, caso contrario,
rechazará la solicitud explicando las razones por las cuales persisten los motivos que la fundaron, sin
que aquello implique inmiscuirse en la investigación del hecho”.

De lo dicho se concluye que la detención preventiva puede cesar cuando se demuestre que ya no
concurren los requisitos que motivaron su aplicación, con el advertido que la resolución que adopte
la autoridad judicial deberá estar debidamente motivada, explicando en forma clara y precisa si los
nuevos elementos de convicción aportados demuestran o no la concurrencia de motivos que
fundaron la imposición de la medida cautelar, realizando una valoración razonable e integral de las
pruebas presentadas.

III.3. Sobre la determinación del peligro de fuga

La jurisprudencia del Tribunal Constitucional contenida en la SC 0012/2006-R sobre la evaluación


integral de las circunstancias previstas en el art. 234 del CPP respecto al peligro de fuga, ha
establecido que:

“…la expresión 'evaluación integral' (…) implica que el órgano jurisdiccional debe hacer un test sobre
los aspectos positivos o negativos (favorables o desfavorables) que informan el caso concreto, de
cara a los puntos fijados por la ley para medir tanto el riesgo de fuga como el de obstaculización; de
tal modo que de esa compulsa integral, se llegue a la conclusión razonada sobre si existe o no riesgo
de fuga u obstaculización. En esta evaluación, unos puntos pueden reforzar, o por el contrario
enervar o eliminar los riesgos aludidos; lo cual, naturalmente, debe ser expuesto por el juez en la
resolución que emita de manera coherente, clara y precisa”.

Se entiende que el juez, al realizar la evaluación debe analizar las pruebas presentadas, para
finalmente fundar su determinación en las mismas, en forma razonada. Ahora bien, la concurrencia
de estas circunstancias, de acuerdo a la SC 1635/2004-R de 11 de octubre, corresponde que sean
probadas y demostradas por el acusador: “…no siendo suficiente la mera referencia y presunción de
que concurran las mismas, pues por determinación de los art. 16.II y 6 del CPP, se presume la
inocencia del encausado mientras no se pruebe su culpabilidad” (las negrillas son nuestras).

El art. 234.2 del CPP sostiene que para decidir acerca del peligro de fuga se tendrán en cuenta, entre
otras: “2) Las facilidades para abandonar el país o permanecer oculto”; sobre esta circunstancia, la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional contenida en la SC 0129/2007-R de 13 de marzo, ha
señalado que “Esta circunstancia debe estar objetivamente demostrada por el Ministerio Público o
querellante a través de las pruebas pertinentes, en base a las cuales el juzgador debe pronunciar
resolución, aclarándose que, como sostiene la jurisprudencia glosada, no es suficiente la mera
presunción respecto al peligro de fuga que realiza el juzgador basada en aspectos no vinculados a la
circunstancia prevista en el art. 234.2, como ser la buena situación económica del imputado, el que
tenga movilidad u otros bienes, pues estos, por sí mismos no configuran un riesgo procesal” (las
negrillas son nuestras).

III.4. Con relación al riesgo de obstaculización

La jurisprudencia del Tribunal Constitucional, respecto al riesgo de obstaculización previsto


en los arts. 233 inc. 2) y 235 del CPP, ha señalado que la autoridad judicial: “(…) deberá evaluar en
forma objetiva si existen suficientes elementos de convicción que determinen la concurrencia de
esos supuestos, a cuyo efecto deben ser valorados conforme a la conducta o comportamiento que
advierta el juez respecto del imputado durante la investigación del hecho o el proceso mismo; vale
decir, que podrá tomarse en cuenta como elementos o indicios de obstaculización a la averiguación
de la verdad todas las actuaciones y comportamientos del imputado ocurridos en los actos iniciales
de la investigación, los que forman parte de la etapa preparatoria o durante el proceso mismo y en
los que la conducta del imputado puede subsumirse a lo previsto en los arts. 233 inc. 2) con relación
al 235 del CPP” ( SC 1147/2006-R de 16 de noviembre) (las negrillas son nuestras).
En ese sentido, el art. 235 del CPP establece las circunstancias que pueden presentarse para
determinar el riesgo de obstaculización: 1. Que el imputado destruirá, modificará, ocultará,
suprimirá, o falsificará elementos de prueba; 2. Que el imputado influirá negativamente sobre los
partícipes, testigos o peritos a objeto de que informen falsamente o se comporten de manera
reticente; 3. Que el imputado influirá ilegal o ilegítimamente en jueces, jueces ciudadanos, fiscales
y/o en los funcionarios o empleados del sistema de administración de justicia; 4. Que el imputado
inducirá a otros a realizar las acciones descritas en los numerales antes anotados, y 5. Cualquier otra
circunstancia debidamente acreditada que permita sostener fundadamente que el imputado,
directa o indirectamente, obstaculizará la averiguación de la verdad.
Ahora bien, las circunstancias descritas, conforme a la jurisprudencia glosada, deben ser
evaluadas de manera integral, para llegar, así, a una conclusión razonada sobre si existe riesgo de
obstaculización, siendo indispensable que las circunstancias que se examinan se encuentren
objetivamente demostradas, no siendo suficientes las meras presunciones, suposiciones o
generalizaciones.

III.5. Caso analizado

En el caso analizado, el recurrente, por Resolución de 27 de junio de 2006, pronunciada por


el Juez Tercero de Instrucción en lo Penal, fue detenido preventivamente dentro del proceso penal
seguido por el Ministerio Público contra Nicolás Cusipuma Choque, Ysidro Ventura Acerico y
Teodoro Flores Colorado por el delito de tráfico de sustancias controladas, de acuerdo a los
siguientes argumentos: 1. Existen suficientes elementos de convicción para sostener que los
imputados son probables autores o partícipes del delito de tráfico de sustancias controladas,
cumpliéndose con lo previsto en el art. 233 inc. 1) del CPP; 2. No se tienen elementos de convicción
que corroboren la existencia de familia, domicilio u ocupación lícita, por lo que estaría cumplido el
primer requisito del art. 234 del CPP; 3. Resulta razonable el temor de que los imputados tengan
facilidades para desplazarse de un lugar a otro, encontrándose presente el peligro de fuga previsto
en el art. 234.2 del CPP; 4. Los imputados no han demostrado un comportamiento que demuestre su
voluntad de no someterse al proceso, por lo que no se presenta la circunstancia prevista en el
numeral 4 del art. 234 del CPP; 5. En cuanto al peligro de obstaculización previsto en el art. 235 inc.
2) del CPP, los delitos vinculados al tráfico de sustancias controladas son de naturaleza compleja, en
la medida en que interviene un conjunto de personas, lo que permite ver la existencia de otros
partícipes no identificados sobre quienes los imputados en libertad pueden ejercer influencia
negativa toda vez que la investigación se encuentra en la fase inicial.

De una atenta lectura de los fundamentos de la Resolución que dispuso la detención


preventiva del recurrente, se evidencia que en la misma se realizaron vagas consideraciones
respecto al peligro de fuga previsto en el art. 234.2 del CPP, toda vez que la Resolución se limita a
señalar que “resulta razonable el temor de que los imputados tengan facilidades para desplazarse
de un lugar a otro”, sin especificar cuáles serían esas facilidades, ni establecer en forma objetiva el
riesgo de fuga, cuando, conforme a la jurisprudencia glosada en los puntos precedentes, las
circunstancias previstas en el art. 234 del CPP debe ser el resultado de una evaluación objetiva y
razonable de los elementos de convicción existentes, no siendo válidas las presunciones y meras
generalizaciones.
Lo mismo sucede respecto al riesgo de obstaculización, dado que la Resolución ahora analizada de
manera genérica hace referencia a los delitos vinculados al tráfico de sustancias controlados,
señalando que estos son de naturaleza compleja porque en ellos interviene un conjunto de
personas; empero, la Resolución no explica de qué manera el riesgo de obstaculización, en el caso
concreto se presenta, no especifica en qué medida el recurrente podría influir negativamente sobre
los partícipes, testigos o peritos ni qué pruebas existen respecto a la conducta obstaculizadora del
ahora recurrente.
Ahora bien, considerando lo establecido en esa Resolución que, como se ha visto carece de una
adecuada fundamentación, pues no explica objetiva ni razonablemente el riesgo de fuga ni el de
obstaculización, el recurrente solicitó la cesación de su detención preventiva, en virtud a lo
dispuesto por el art. 239 inc. 1) del CPP, llevándose adelante la audiencia el 8 de marzo de 2007, en
la cual los Jueces Primero Técnicos del Tribunal de Sentencia rechazaron la solicitud de cesación de
la detención preventiva impetrada por el recurrente, argumentando que la defensa acompaña
documentos que si bien demuestran que tiene domicilio, trabajo y familia, en criterio del Tribunal
son insuficientes para reatarlo al lugar de su juzgamiento, tomando en cuenta la naturaleza del
delito, la concurrencia de otras personas que no están sometidas a juicio, por lo que se mantiene el
peligro de obstaculización, además de considerarse la circunstancia de que el imputado tiene otro
proceso.
Del análisis de la Resolución anotada, se puede concluir que la misma no se encuentra debidamente
fundamentada, toda vez que, por una parte, no explica porqué los documentos presentados por el
recurrente son “insuficientes para reatarlo al lugar de su juzgamiento”, tampoco expone las razones
por las cuales se mantiene el peligro de obstaculización, toda vez que sólo hace referencia a la
concurrencia de otras personas que no están sometidas a juicio y a la naturaleza del delito, pero sin
realizar mayor análisis respecto a la intervención de otras personas en el proceso, o a la conducta del
recurrente respecto a alguna de las partes, testigos o peritos. A ello debe añadirse que la Resolución
que dispuso la detención preventiva, conforme se tiene anotado, tampoco hizo un análisis detallado
de la supuesta conducta obstaculizadora del recurrente, sino que se limitó a realizar consideraciones
genéricas sobre los delitos vinculados a la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas; en
consecuencia, no podía evaluarse ni medirse, de manera objetiva, la existencia de riesgo de
obstaculización en la Resolución de detención preventiva de 27 de junio de 2006, con relación a la
nueva situación procesal del recurrente; pues se reitera, en esa primera Resolución, no estuvieron
detallados ni pormenorizados los presuntos riesgos de obstaculización.
Ante el rechazo de su solicitud, el recurrente interpuso recurso de apelación, que fue
fundamentado por su abogado en la audiencia de 15 de marzo de 2007, señalando: 1. Que el
Tribunal Primero de Sentencia rechazó la solicitud de cesación de la detención preventiva no
obstante haber demostrado con documentación suficiente que existen nuevos elementos de juicio
que tornan conveniente la cesación de la detención preventiva; 2. Que la Resolución no fundamenta
en derecho porqué esa documentación es insuficiente; 3. Que se señala que concurren otras
personas que no están sometidas a juicio cuando el Ministerio Público no ha acreditado la
participación de terceras personas y sólo están siendo procesados su defendido y otro co-imputado,
no existiendo riesgo de obstaculización ya que su defendido se está sometiendo a proceso, y 4. Si
bien existe otro proceso pendiente contra su defendido, en función al art. 6 del CPP, se presume su
inocencia, no existiendo en dicho proceso acusación y menos sentencia ejecutoriada.

Ante esa impugnación, los Vocales recurridos pronunciaron Resolución que declaró
improcedente la apelación y confirmó el Auto apelado, argumentando que si bien la defensa
acompañó documentación que acredita que ya no existen los presupuestos de riesgo de fuga
establecidos en el art. 234.1 del CPP en que se fundó la detención preventiva del imputado Ysidro
Ventura Acerico; empero, se evidencia la persistencia de peligro de obstaculización, ya que contra el
imputado se sustancia otro proceso penal también referido al delito de tráfico de sustancias
controladas, resultando razonable el fundamento del Tribunal a quo respecto a la circunstancia de
que el imputado, ahora apelante, en libertad pueda influir negativamente en otros partícipes,
testigos o peritos para beneficiarse y de este modo obstaculizar la averiguación de la verdad,
haciendo presumir que no sólo puede influir negativamente en este proceso sino también en otras
investigaciones que se sustancien en su contra, aspecto que no ha sido desvirtuado por la defensa.
Analizada la Resolución pronunciada por los Vocales recurridos, se constata que ellos
fundamentaron la improcedencia de la cesación de la detención preventiva en la persistencia del
peligro de obstaculización, sin embargo, conforme se tiene dicho en párrafos precedentes, el riesgo
de obstaculización no estuvo de ninguna manera fundamentado ni en la Resolución que dispuso la
detención preventiva, ni en la Resolución del Tribunal a quo que rechazó la solicitud de cesación de
la detención preventiva; pues sólo hicieron consideraciones genéricas respecto a los delitos
vinculados a la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas, más de ningún modo analizaron
las circunstancias que se presentaban en el caso concreto para determinar el riesgo de
obstaculización.
Por ello, los Vocales recurridos no podrían basar su decisión en la persistencia de un peligro de
obstaculización que no fue analizado ni precisado en forma concreta, objetiva y razonable, y si bien
los Vocales recurridos hicieron referencia, en su Resolución, a que contra el imputado se sustancia
otro proceso penal también referido al delito de tráfico de sustancias controladas, y que por ello
podría influir en otros partícipes, testigos o peritos, corresponde señalar que ese argumento no
fundamentó ni basó la Resolución que dispuso la detención preventiva del recurrente; en
consecuencia, menos podría servir para sustentar la persistencia del peligro de obstaculización.

Además de lo anotado, se constata que los Vocales recurridos afirmaron de manera genérica, sin
demostrar a través de elemento de convicción alguno, que el imputado, en libertad, podría influir
negativamente en otros partícipes, testigos o peritos para beneficiarse y de este modo obstaculizar
la averiguación de la verdad, cuando, conforme a la jurisprudencia glosada precedentemente, para
que una Resolución sea razonable y objetiva, ese peligro debe estar demostrado con la prueba
pertinente, no siendo válidas, tampoco, las meras presunciones que pueda realizar la autoridad
judicial respecto a la actuación del imputado, como las que realizaron efectivamente los Vocales
recurridos al señalar que se presumía que el imputado no sólo influiría negativamente en este
proceso sino también en otras investigaciones que se sustancien en su contra.

Por los argumentos anotados, se constata que los Vocales recurridos no fundamentaron en
forma razonable, objetiva ni motivada la Resolución que declaró la improcedencia del recurso de
apelación y aprobó la Resolución que rechazó la solicitud de cesación de la detención preventiva del
recurrente, por lo que corresponde otorgar la tutela que brinda el recurso de hábeas corpus,
disponiendo que las autoridades recurridas pronuncien una nueva resolución de acuerdo a los
fundamentos de la presente Sentencia.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal de hábeas corpus, al haber declarado improcedente el
recurso, no ha valorado correctamente los alcances del art. 18 de la CPE así como los hechos y las
normas aplicables al mismo.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que ejerce por mandato de los
artículos 18.III y 120.7ª de la CPE; arts. 7 inc. 8) y 93 de la Ley del Tribunal Constitucional, en revisión,
resuelve:

1. REVOCAR la Resolución 09 de 10 de mayo de 2007, cursante a fs. 82 y vta., pronunciada por


la Sala Civil Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Cochabamba y, en consecuencia,
declarar PROCEDENTE el recurso.

2. Disponer que los Vocales recurridos pronuncien una nueva resolución, debidamente
fundamentada, conforme a los fundamentos de la presente Sentencia.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.

Fdo. Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas


presidenta

Fdo. Dra. Martha Rojas Álvarez


DECANA

Fdo. Dr. Artemio Arias Romano


magistrado

Fdo. Dra. Silvia Salame Farjat


MagistradA

Fdo. Dr. Wálter Raña Arana


MagistradO

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