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HISTORIA DE LA LINGÜÍSTICA

1. Antecedentes históricos.

Aunque suele situarse el origen de la lingüística en la Grecia clásica, que


abordaremos enseguida, es habitual afirmar que los primeros textos gramáticos
pertenecen a una protolingüística hindú que tiene su punto de origen en los Ocho
libros de Panînî (s. V a.C.) sobre el sánscrito. En estos libros se recogen incluso
referencias a trabajos previos basados en el estudio de la literatura religiosa del
período védico (1200-1000 a.C.). Los estudios gramaticales hindúes profundizan
en la estructura interna de la palabra, con un avanzado conocimiento morfológico.

Sin embargo, será la cultura griega la que inaugure la tradición lingüística occidental.
Suele considerarse que el momento del nacimiento de la reflexión lingüística se
produce en el seno de la filosofía presocrática.. Heráclito, dicen los testimonios,
defendió el origen divino del lenguaje frente a Demócrito, para quien “el lenguaje
(...) es de origen puramente convencional, debido a la necesidad comunicativa de
los hombres”. Con ellos nace una polémica que cruza toda la lingüística occidental.
Platón y Aristóteles son considerados como los máximos impulsores de esta
polémica en al concepción naturalista y la concepción arbitrarista del
lenguaje. Paralela a esta polémica, circulará también la discusión entre la relación
analógica o anómala entre el lenguaje y la naturaleza. Estas polémicas marcan el
futuro de la lingüística occidental en tanto señalan los dos caminos que ésta seguirá
en su evolución: la especulación teórica por una lado, y la aplicación práctica y
normativa por otro.

Los estudios gramáticos griegos son los que establecen las categorías gramaticales
y la clasificación de las palabras tal y como las conocemos hoy en día. Las
aproximaciones gramaticales de la época postalejandrina y helenísticas en las
escuelas estoica y neoplatónica establecen un fuerte lazo de unión entre la
lingüística griega y la latina y sientas las bases de toda la lingüística occidental hasta
la Edad Moderna.

Roma, como en tantas otras cosas, adapta el sistema griego a sus estudios
gramaticales. La gramática, casi completamente perdida, de Varrón es una
excelente resumen de los logros acumulados ya en siglo I a.C., pero la culminación
de la tradición grecolatina serán los trabajos de Donato y Prisciano.

2. La Edad Media.

Durante toda la Edad Media, la lingüística de orientación más descriptiva y


normativa se dedicará básicamente seguir el modelo marcado por las gramáticas
latinas. La Gramática – con mayúscula – se considera una forma de arte, de la forma
que la etimología, por ejemplo, adquirió una enorme importancia, como demuestra
la monumental obra de Isidoro de Sevilla. En el ámbito de la aplicación, por otra
parte, se produce un importante trabajo de planificación lingüística en los diferentes
reinos medievales (Alfonso X El sabio, por ejemplo) que culminará a la larga con la
consolidación de las diferentes lenguas romances.

A la vez, sin embargo, se desarrolla una interesante tarea lingüística de tipo


especulativo-teórico gracias a los modistae, que aúnan la descripción gramatical
con la filosofía neo-aristotélica. La teoría modista considera que cada parte de la
oración se caracteriza por representar una parte de la realidad de
un mododeterminado. A partir de esta premisa, abordan cuestiones de enorme
interés en el ámbito de la sintaxis, la morfología o la semántica, como la función
metalingüística del lenguaje, el concepto de “significado”, o los binomios intensión-
extensión y connotación-denotación.

Considerando, además, que para los modistae todas las lenguas tiene una e
idéntica esencia, dan el primer paso hacia las teorías universalistas que tanta
importancia tendrán en el futuro.

3. El Renacimiento (siglos XVI y XVII).

En el ámbito de la aplicación, el Renacimiento supone una verdadera revolución de


los estudios gramaticales, no tanto por un cambio de modelo – que no se dio, ya
que se seguirá imitando el modelo de las gramáticas grecolatinas, aunque con
innovaciones como las aportadas por Scaligero (1540) – como por la aparición de
las primeras gramáticas de las lenguas romances.

La gramática del castellano de Antonio de Nebrija (1492) es la primera de esta


nueva corriente, a la que pronto se sumarán Trissino y su gramática del italiano
(1529), de Oliveira con la del portugués (1532) y Meigret con la del francés (1550).
Estas gramáticas suelen mostrar una evidente intención normativa y de fijación de
la lengua, así como un espíritu claramente didáctico, vinculado a la política de
expansión del reino. En esa voluntad de fijación normativa, cabe destacar la enorme
importancia que dio Nebrija a la ortografía.

Está línea descriptiva y/o normativa tendría su continuación, en lo que al castellano


se refiere, a lo largo de estos años, en las obras de el conde de Viñaza, la gramática
anónima de Lovaina, las gramáticas de Villalón y Jiménez Patón, o la original e
imprescindible Arte kastellana de Gonzalo Correas, con su revolucionaria
propuesta ortográfica (no tan diferente de la que propuso García Márquez en un
reciente congreso de la lengua española). También debemos mencionar el Diálogo
de la Lengua de Juan de Valdés, reflejo de las preocupaciones lingüísticas de tipo
práctico de los intelectuales renacentistas, de especial interés por su reflexión sobre
la distancia entre lengua oral y lengua escrita. En el ámbito de los diccionarios, en
1611 aparece el curioso Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de
Covarrubias, verdadera amalgama de conocimientos lexicográficos, folclóricos,
enciclopédicos e históricos.

En el ámbito de los estudios especulativos, además de mencionar el trabajo poco


conocido y peor estudiado de Juan Luis Vives – autor de una verdadera teoría
semántica en De censura veri -, la figura más destacada es sin lugar a
dudas Francisco Sánchez de las Brozas, el Brocense, autor de una Minerva (1587)
que ejercería enorme influencia en la lingüística racionalista de la época (vid. infra).
El punto de partida del Brocense no es la norma, la autoridad, como en Nebrija, sino
la razón. Y por eso escribe una gramática del latín, porque busca, desde la razón,
la base gramatical última de todas las lenguas. El Brocense esboza el primer intento
serio de una sintaxis no descriptiva, sino explicativa. Su sintaxis, que modifica las
categorías gramaticales de la tradición grecolatina, es una antecendente muy
importante de la gramática de constituyentes, ya que establece dos grandes grupos:
nominal y verbal, sujeto y predicado (Marcos Marín, 1994; 70), y se convierte en
objetivo último de la gramática, dejando un lugar muy secundario para la semántica.
Destaca asimismo su teoría de la elipsis, que, a través de Port Royal (vid. infra)
tendrá enorme importancia en las corrientes generativistas del siglo XX.

La corriente más importante de la época, sin embargo, es la lingüística racionalista


francesa que culminaría en la Grammaire genérale et raisonnée de Port
Royal (1660) y que tendría enorme peso en las teorías chomskianas trescientos
años más tarde. La gramática de Arnauld y Lancelot tiene, como la del Brocense,
una marcada tendencia universalista, basada en métodos demostrativos y logicistas

4. La ilustración (s. XVIII).

Las ideas lingüísticas del siglo XVIII, encuadradas entre los últimos estertores de la
antigua tradición escolástica y la explosión de la lingüística histórico – comparativa
del XIX, suelen quedar en cierto modo algo olvidadas en las historias de la
lingüística al uso. A lo largo de todo el siglo, como señala Marcos Marín, la reflexión
sobre la lengua se verá marcada por la polémica entre empirismo y racionalismo.
Abundan las elucubraciones sobre el entendimiento humano, influenciadas sobre
todo por la obra de Locke y Leibniz, en las que suele primar la concepción
arbitrarista del lenguaje, aunque con considerables diferencias entre el inglés - que
considera la experiencia imprescindible en la formación de las ideas en la mente - y
el alemán - férreo defensor de las ideas innatas, que llega en algún momento a rozar
el naturalismo platónico-. Será el francés Condillac quien lleva esta perspectiva
hasta sus últimas consecuencias, rompiendo toda relación entre concepto y
referente, entre signo y objeto. Otro francés famoso, en cambio, se situará en el polo
opuesto al reivindicar una concepción completamente naturalista del lenguaje: “el
primer lenguaje del hombre es el grito de la Naturaleza” (Rousseau).

En la tradición de las gramáticas generales de la época, destacan las obras de


Beauzée, Condillac y sobre todo, James Harris, que publicó su Hermes en 1751,
obra en la que, a pesar de vacilar inconsistentemente entre racionalismo y
empirismo, puede leerse lo que Marcos Marín considera la primera historia de la
gramática y puede encontrarse un modelo gramatical y un criterio científico que
anticipa con acierto la revolución de la ciencia lingüística que estaba por llegar.
5. La Lingüística en el siglo XIX.

A la luz de la revolución científica del siglo XX y del éxito de las teorías


evolucionistas y positivistas, la lingüística histórico - comparativa, cuya inauguración
se sitúa tradicionalmente en la conferencia de sir William Jones de 1786 – en la que
se establecía por primera vez una relación de parentesco lingüístico entre varias
lenguas indoeuropeas -, será la gran corriente a lo largo de todo el siglo en los
estudios sobre el lenguaje.
Al hablar de lingüística comparada es fácil que los primeros nombres en los que se
piense sean Schlegel, Humboldt, Herder, Bopp. No es este el lugar para tratar con
detenimiento la ingente cantidad de trabajos y descubrimientos de los
comparatistas, pero sí merece la pena recordar al menos algunos de los aspectos
que mayor importancia conservan para la lingüística actual.

De los estudios histórico – comparatistas proceden las primeras investigaciones de


tipo científico sobre fonética (Schleicher, Leskien, Brugmann) así como la
formulación de sus leyes de evolución (fonéticas y fonológicas). También fueron
fundamentales para el estudio posterior del sistema lingüístico los trabajos sobre
analogía (sobre todo morfológica, pero también fonética) de autores como Meyer-
Lübke o A. Castro. La clasificación de las lenguas en familias y tipos, las primeras
investigaciones sobres universales gramaticales, la clasificación morfológica de las
lenguas (aislantes, aglutinantes, flexivas) proceden de esta tendencia lingüística.
Los primeros estudios científicos sobre el significado de la mano de Reissig,
Darmetester y, sobre todo, Bréal, asientan las bases de la semántica como parte
integral del estudio del lenguaje, si bien lo hacen desde un punto de vista diacrónico,
como es de suponer.

No podemos dejar el siglo XIX sin mencionar, al menos, algunos trabajos


precursores de la nueva lingüística que nacería con el siglo XX. Trabajos como los
de William Withney (que formuló ya la teoría de la lengua como conjunto arbitrario
de signos), Baudain de Courtenay (que ideó el concepto de fonema como
equivalente psíquico del sonido), Meillet (al que se considera creador de la
Lingüística general), Vossler (precursor de las perspectivas psicológicas e
idealistas,...) así como los arriba mencionados demuestran la intensa actividad en
la que se sumergieron los estudiosos del lenguaje del siglo XIX, cuya productividad
abrió el camino para la confirmación definitiva de la lingüística como auténtica
ciencia.

6. La lingüística como ciencia: el siglo XX

El Curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure se publica en 1916. Y la


lingüística cambia para siempre. Como volverá a hacerlo en 1957, cuando Chomsky
publique Estructuras sintácticas e inicie el camino de las gramáticas generativas,
con una novísima perspectiva sobre la capacidad lingüística del ser humano. En la
década de los setenta, un nuevo punto de vista genera una nueva rama de la
lingüística con una perspectiva más funcional y aplicada gracias a los trabajos de
M.A.K. Halliday, de la que se derivarán la lingüística crítica (Fowler, Hodge, Kress)
y el análisis del discurso, todas ellas estrechamente asociadas a las corrientes
pragmáticas iniciadas también en los 60 por los estudios de Austin y Searle. En
estas últimas décadas, gracias al desarrollo tecnológico e informático, cobran
también enorme fuerza la lingüística computacional y la lingüística de corpus. En
este sección, no podemos permitirnos más que una brevísima introducción a los
rasgos fundamentales de algunas de estas corrientes. No es, ni puede ser, nuestra
intención ser exhaustivos, ni siquiera minuciosos.

TESIS DEL APARECIMIENTO DEL LENGUAJE

El origen del lenguaje es uno de los enigmas que difícilmente resolveremos en un


futuro cercano. Como pasa con la mayoría de los “orígenes de las cosas”, hay
muchas teorías pero ninguna comprobada. A continuación mencionaremos las más
importantes. Quizás no sea ninguna de estas, y probablemente hasta que no
podamos viajar al pasado no tendremos una respuesta definitiva. Mejor, así usamos
nuestra imaginación.

La primera división en las hipótesis, está marcada por la creencia en teorías


divinas o evolucionistas.

La hipótesis divina del origen del lenguaje nos dice que Dios le otorgó al
hombre la capacidad de dar nombre a todos los seres de este mundo (libro
del Génesis).

En cuanto a las evolucionistas, todas las hipótesis, pese a sutiles diferencias,


concuerdan en que el habla apareció por la necesidad de comunicarse. Los
impulsores de estas teorías dicen que es muy posible que el lenguaje haya
aparecido en la era de Neandertal, y que con el Homo sapiens se haya desarrollado
más vertiginosamente. Las diferencias entre los evolucionistas:

– La teoría onomatopéyica afirma que el hombre comenzó a hablar imitando los


sonidos de su alrededor, como los que producían los animales o los distintos
elementos que estaban a su alcance.

– Para los filósofos griegos, el origen residía en que las palabras o sonidos
asignados, eran similares a lo que se quería representar, y entonces era algo
“natural”.

– La teoría de la repetición sugiere que el habla pudo haber estado en un principio


estrechamente vinculado al esfuerzo físico. Es a día de hoy que cualquier actividad
corporal que implica el uso de mucha energía nos hace emitir sonidos
involuntariamente. Entonces, cuando se requería repetir tal esfuerzo físico, se cree
que se comunicaban imitando el sonido que espontáneamente salía al hacerlo.

Asimismo, existe el pensamiento de que hubo primera una única lengua y que todas
las demás son sus derivados. Esta teoría la propuso el filósofo alemán Gottfried
Wilhelm Leibniz en el siglo XVIII, y se conoce como “monogénesis”. Mientras tanto,
“poligénesis” es el nombre que recibe la teoría contraria a la de Leibniz. Tampoco
hay respuesta aún a esta pregunta.

Hipótesis Principales

La aparición del lenguaje en los seres humanos ha contribuido de gran manera a la


elevación de la raza con respecto de cualquier otra forma de vida conocida. Sin el
lenguaje, en estos momentos seguiríamos siendo una raza animal más dentro del
planeta, sin sociedades complejas, sin una capacidad desarrollada de expresión...
sin ciencia.

Los lingüistas están de acuerdo en que el cambio crucial se produjo en algún


momento tardío de la prehistoria y, lo más importante, este cambio sólo se produjo
una vez (probablemente en África Oriental). La aparición de una única fuente de la
que derivaron todas las lenguas actuales y las ya desaparecidas simplifica de forma
considerable la búsqueda de una explicación para dicho fenómeno.

Los partidarios de las hipótesis gestuales defienden que el lenguaje derivó de un


sistema gestual en el que se podrían haber entremezclado sonidos vocales. Lo que
no logra explicar es cómo y porqué los gestos dieron lugar al lenguaje vocal.

Las hipótesis vocalistas tratan de ver en nuestros antepasados a unos simios


capaces de realizar diversas vocalizaciones instintivas y de los cuales
evolucionamos cuando fuimos capaces de combinar esos sonidos en un número
infinito de secuencias con distinto significado. Este cambio, debió ocurrir hace unos
100.000 años y se debió a una mutación genética.

Rechazando este último aspecto, las hipótesis no específicas creen que la aparición
del lenguaje no fue debida a ninguna mutación, sino, al aumento progresivo de la
inteligencia, paralelo al aumento de la capacidad craneal y a un lento desarrollo
cultural. La contra hipótesis surge cuando nos preguntamos por qué nuestra raza
ha sido la única capaz de llegar hasta aquí, ya que no debemos olvidar que animales
como los delfines, las ballenas y los chimpancés tienen una masa cerebral bien
capaz (según esta hipótesis) de haber seguido nuestro camino.

Otra cosa importante en el origen del lenguaje es la cuestión fisiológica. El ser


humano es el único ser entre las especies existentes que tiene la capacidad de
poder articular las palabras y expresarlas al tiempo que se generan mentalmente,
en cuestión de segundos la boca y lengua son capaces de articular las ideas que
se generan en nuestro cerebro a una buena velocidad. Es importante señalar que
el lenguaje articulado solo es una de las variadas maneras en que el hombre ha
podido comunicarse, aunque sea la más importante, está la existencia de un
lenguaje pictográfico que después se convierte en un idioma al combinar el habla
con la escritura.
Teoría Evolucionista

Al parecer fue en la era de Neandertal cuando se inició el lenguaje, pero hasta la


aparición del Homo sapiens no se dio una evolución lingüística significativa.

El origen del lenguaje fue producto de la necesidad del hombre primitivo para poder
comunicarse, y así transmitir lo que el pensamiento daba lugar, el hombre por su
naturaleza y raciocinio necesita de la comunicación con los demás, y es por eso que
el lenguaje solo puede tomar sentido en masa, por tanto para poder subsistir a las
dificultades de la vida primitiva fue necesario utilizar algún tipo de lenguaje y he ahí
el origen de éste, que por consiguiente llega a convertirse con el tiempo en un
idioma.

Así, el lenguaje humano puede contar con 30.000 ó 40.000 años de existencia. La
enorme diversidad de lenguas que hay en el mundo demuestra que una vez que
apareció el lenguaje se produjeron los cambios a gran velocidad. No es posible
saber si hubo una primera y única lengua, ni cuáles fueron sus sonidos, gramática
y léxico. La lingüística histórica, que se encarga de descubrir y describir cómo, por
qué y de qué manera surgieron las lenguas, apenas puede sugerir algunas hipótesis
para explicar esta evolución.

En el siglo XVIII el filósofo alemán Leibniz sugirió que todas las lenguas que existen
y han existido proceden de un único protolenguaje, hipótesis que recibe el nombre
de monogénesis. Aunque muchas lenguas vivas proceden de una única lengua
anterior, esto no significa que el lenguaje humano haya surgido en varias partes del
mundo de forma simultánea, ni que las lenguas vivas precisen de un solo
antepasado, sino que pudo haber varios. Esta segunda hipótesis, que explica el
origen múltiple para las familias de lenguas, recibe el nombre de poligénesis.

Teoría Teológica

Esta teoría nos indica que el lenguaje humano es un don Divino entregado por Dios
para todos nosotros los hombres. La Biblia cuenta la creación del primer hombre:
de su cuerpo material y de su alma espiritual e inmortal, por eso no se puede decir
que el hombre viene del mono, así, simplemente. Es necesario admitir la especial
intervención de Dios. El cuerpo puede venir por evolución; pero no el alma, que es
espiritual. El alma humana ha sido infundida por Dios en el momento de la
concepción. Nunca el espíritu puede venir por evolución de la materia. El salto de la
materia al espíritu sólo puede darse por la intervención de Dios.

Entre el mono y el hombre hay un abismo. Este abismo es la inteligencia. La


inteligencia es de orden espiritual. Dijo el Premio Nobel de Medicina John C. Eccles
en el prólogo de “Las fronteras del evolucionismo” lo siguiente: “Cada alma es una
nueva creación divina. Me permito decir que ninguna otra explicación es sostenible”.
La Iglesia siempre ha insistido en el hecho de que siendo espiritual el alma humana
sólo puede existir por haber sido creada, y no es posible que proceda de un animal
inferior por evolución “La fe católica nos obliga a retener que el alma humana ha
sido creada inmediatamente por Dios”, dice Pío XII en la Encíclica Humani Generis.
Con todo, no hay dificultad en admitir, dentro de la doctrina católica, que Dios
infundió el alma espiritual en un mono antropomorfo. Un cuerpo animal no es más
indigno que un pedazo de barro para percibir el soplo espiritual de Dios.

En la historia bíblica de la formación del primer hombre lo que se quiere destacar


es que el hombre proviene de Dios. La intervención de Dios en la infusión del alma
espiritual en el hombre se explica en la Biblia con las palabras: “Hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza... Dios Creó al hombre a imagen suya”. El hombre
es imagen de Dios sólo en el alma espiritual, pues Dios - Creador no tiene cuerpo
material. Dios es espíritu puro. Alma significa el principio espiritual del hombre. El
llevar en sí la imagen y semejanza de Dios lo debe el hombre, no a su figura
corporal, sino a su alma espiritual, dotada de entendimiento y voluntad. Sin duda
alguna, la palabra hebrea bará (creó) indica una acción especial divina.

El hombre es la cumbre de la obra de la creación. Por haber sido hecho a imagen


de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es algo, es alguien . En la
evolución del Universo y de la vida, llegó un momento en que, superando las
energías materiales y vitales inferiores, apareció en la Tierra una energía de una
calidad eminentemente superior: la energía psíquica humana.

El hombre es algo más que un simple animal. En el hombre hay un alma espiritual
que no puede venir por evolución de la materia, sino por creación de Dios. El hombre
es algo más que el resultado de una evolución biológica.

“Por simple evolución no es posible franquear el abismo que existe entre el reino
animal y el hombre. Con las solas fuerzas naturales, ningún animal pudo evolucionar
y llegar a un grado de perfección tal que le permitiera salir del círculo de la especie
animal y entrar en el de la especie humana. El primer hombre no es, ni pudo ser, el
resultado supremo de una evolución animal, sino un ser que existe porque Dios lo
creó. Dios está en el origen del hombre; y sin su acción especialísima, el hombre no
hubiera llegado a existir”.

Otra Teoría (Alienígena)

Haciendo una retrospectiva hacia nuestros orígenes nos preguntamos si, en cierto
modo, no habremos sido "elegidos para hablar". Y es que no parece otra cosa. Pero
entonces deberíamos suponer que algo o alguien se molestó en condicionar a los
seres humanos (quien sabe si entonces aún éramos unos simples primates) para
que algún día fueran capaces de emplear un sistema avanzado de comunicación.
La intervención de terceras personas en nuestra evolución lingüística no debe
sonarnos tan descabellado. Y si no, dirijamos nuestras miradas hacia los actuales
laboratorios. En ellos nuestros científicos han logrado que los chimpancés aprendan
un lenguaje rudimentario que en estado salvaje han sido totalmente incapaces de
desarrollar. Pero entonces surgen dos grandes interrogantes: ¿Quién intervino en
nuestra evolución y por que motivo lo hizo? Las respuestas permanecen sepultadas
bajo el peso de los siglos.
TEORÍA INTERJECTIVA

Esta teoría surge como oposición a la teoría


onomatopéyica del lenguaje, que coloca al hombre en un plano inferior a
los animales (pues, el hombre es un simple imitador). Según esta teoría,
posiblemente las primeras palabras surgieron como expresión de
los estados emotivos (dolor, temor, alegría) viv idos por el hombre
(Gonzales, pastor, s- a: 44). Interjecciones primarias como: oh, uf, ay, etc.
Quizás hayan sido, los primeros testimonios del lenguaje articulado
proferido por el hombre primitivo en sus inicios. (El origen acústico Del
lenguaje) a finales del siglo XVIII, Jean Jacques Rousseau
había adelantado la tesis de que esta se había originado en aquellas
expresiones emotivas del hombre causadas por el dolor, la sorpresa, el
miedo, el placer o la rabia tales como ¡ay! ¡chist! ¡hum! Estos gritos
sirvieron para la composición de las palabras, que el hombre encontró
como instrumento de comunicación más efectivos que los gesto
TEORIA ONOMATOPÉYICA
El origen del lenguaje y por ende los inicios de la comunicación entre los seres
humanos, no resulta claro, se manejan diversas teorías e hipótesis que consideran
que en un determinado momento de la historia de la humanidad, el hombre primitivo,
aprendió a desarrollar el habla y por consiguiente la capacidad para de
comunicarse. Lo mas probable es que en estos comienzos el lenguaje y la
comunicación debieron ser muy primitivos, posiblemente el hombre no tuviera la
capacidad de razonar, lo que implicaría que el lenguaje no era usado para transmitir
ideas.
Entre las diversas teorías existentes, se destaca la teoría Onomatopéyica, esta
enuncia que el lenguaje nació de la imitación de los diversos sonidos producidos
por lo diferentes elementos que conformaban el medio ambiente en el que se
encontraba el hombre, como era el caso de los ruidos producidos por animales.
Respecto a esta teoría, hasta en la antigüedad filósofos griegos pensaban que las
palabras poseían una adecuación natural con aquello que querían simbolizar. Tal
adecuación existe ciertamente en algunas palabras, como aquellas que contienen
fonemas sibilantes (por ejemplo: s, z, ch) y parecen estar relacionados con sonidos
producidos por el agua. Estas palabras, precisamente por su asimilación al sonido
que representan, suelen ser muy parecidos en varios idiomas.
Analizando otras teorías, la onomatopéyica deja ciertos interrogantes con respecto
a las verdaderas motivaciones que tuvieron los seres humanos para buscar
comunicarse entre si, otras hipótesis mencionan que el hombre simplemente no
buscaba imitar los sonidos de la naturaleza, sino que através de un análisis mas
profundo se puede determinar que el desarrollo del lenguaje inicia cuando el hombre
comienza a adquirir la capacidad de razonar y se da cuenta de su existencia.
PRINCIPALES RAMAS DE LA LINGÜÍSTICA
La lingüística posee diversidad de ramas que abarcan estudios específicos del
lenguaje. Algunas ramas estudian la comunicación o el lenguaje escrito y otras el
oral. A continuación las principales ramas de la lingüística.
Fonología
La fonología es la rama que se ocupa de la organización sistemática de los sonidos
en las lenguas. La fonología se encarga de la caracterización abstracta y gramatical
de sistemas de sonidos o signos.
Tradicionalmente se ha centrado en el estudio de los sistemas de fonemas en
lenguas particulares, pero también puede abarcar cualquier análisis lingüístico, ya
sea a nivel inferior a la palabra (sílaba u otros) o en todos los niveles del lenguaje
donde el sonido se considera estructurado para transmitir significado lingüístico.
Morfología
La morfología es el estudio de las palabras, cómo se forman y su relación con otras
palabras en el mismo idioma. Asimismo, la morfología analiza la estructura de
palabras y partes de palabras, tales como tallos, raíces, prefijos y sufijos.
La morfología también examina partes del habla, la entonación y el estrés, y las
formas en que el contexto puede cambiar la pronunciación y la significación de una
palabra.
Sintaxis
La sintaxis es el conjunto de reglas, principios y procesos que rigen la estructura de
las oraciones en un lenguaje dado, específicamente el orden de las palabras y la
puntuación.
El término sintaxis también se utiliza para referirse al estudio de tales principios y
procesos. El objetivo de esta rama de la lingüística es descubrir las reglas
sintácticas comunes a todos los idiomas.
Fonética
La fonética es la rama de la lingüística que abarca la disertación acerca de las
resonancias y percepciones fónicas de la lengua humana o, en el caso de los
lenguajes de signos, los aspectos equivalentes de los signos.
Se refiere a las propiedades físicas de los sonidos o señales del habla: su
producción fisiológica, sus propiedades acústicas, su percepción auditiva y su
estado neurofisiológico.
Semántica
Semántica es el estudio lingüístico y filosófico del significado, en el lenguaje, los
lenguajes de programación, la lógica formal y la semiótica.
Se ocupa de la relación entre significantes como: palabras, frases, signos y
símbolos. Estudia lo que representan, su denotación.
En el vocabulario científico internacional, la semántica también se denomina
semasiología. La semántica palabra fue utilizada por primera vez por Michel Bréal,
un filólogo francés. Denota una gama de ideas, desde lo popular hasta lo altamente
técnico.
En lingüística, es el estudio de la interpretación de signos o símbolos utilizados en
agentes o comunidades dentro de circunstancias y contextos particulares.
Dentro de esta visión, los sonidos, las expresiones faciales, el lenguaje corporal y
la prosémica tienen contenido semántico (significativo), y cada uno comprende
varias ramas de estudio.
Por ejemplo, en el lenguaje escrito, cosas como la estructura del párrafo y la
puntuación tienen contenido semántico.
Pragmática
Es la rama de la lingüística que ensaya las maneras en las que el contexto aporta
significado en la comunicación.
La pragmática comprende la teoría del habla, la conversación durante la interacción
y otras perspectivas del comportamiento del lenguaje en diversas ciencias
humanitarias.
La pragmática es el estudio de cómo el contexto afecta el significado, tal como cómo
se interpretan las oraciones en ciertas situaciones (o la interpretación del significado
lingüístico en el contexto).
El contexto lingüístico es el discurso que precede a una oración a interpretar y el
contexto situacional es el conocimiento sobre el mundo.
En la siguiente frase: “los niños ya han comido y sorprendentemente, tienen
hambre”, el contexto lingüístico ayuda a interpretar la segunda oración dependiendo
de lo que dice la primera oración.
El contexto situacional ayuda a interpretar la segunda oración porque es de
conocimiento común que los seres humanos no suelen tener hambre después de
comer.
Lexicografía
La lexicografía se divide en dos grupos separados, pero igualmente importantes:
 Lexicografía práctica es el arte u oficio de compilar, escribir y editar
diccionarios.
 Lexicografía teórica es la disciplina académica que analiza y describe las
relaciones semánticas, sintagmáticas y paradigmáticas dentro del léxico
(vocabulario) de un lenguaje.
Lexicología
La lexicología es la parte de la lingüística que estudia las palabras. Esto puede
incluir su naturaleza y función como símbolos, su significado, la relación de su
significado con la epistemología en general, y las reglas de su composición
comenzando con elementos más pequeños.
La lexicología también implica relaciones entre palabras, que pueden implicar
semántica (por ejemplo, amor vs. afecto), derivación (por ejemplo, sondable vs
insondable), uso y distinciones sociolingüísticas (por ejemplo, pulpa vs. carne) y
cualquier otro tema envuelto en el análisis de todo el léxico de una lengua.
El término apareció por primera vez en la década de 1970, aunque hubo lexicólogos
en esencia antes de que el término fuese acuñado.
La lexicología computacional es un campo relacionado que se ocupa del estudio
computacional de los diccionarios y de sus contenidos.

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