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¿Cuándo surge? El Estado desarrollista japonés surge durante la posguerra, a partir del año de
1952—cuando se da fin a la ocupación estadounidense. En dicho año Japón transformaría su
movilización nacional de guerra para convertirla en una movilización nacional para el desarrollo de
la economía.
¿Qué impulsa este modelo económico? Las instituciones que impulsan y alientan el estado
promotor son resultado de la innovación, así como de la experiencia histórica de Japón. Ello
constituye una ventaja comparativa esencial para Japón, puesto que le permite al Estado—en
conjunto con el sector privado—una capacidad para enfrentar los periodos de crisis mediante el
usos de su “tecnología de ajuste industrial” y las nuevas políticas de crecimiento y cambio industrial
y tecnológico.
Otros
•La insuficiente dotación de recursos naturales, las razones geográficas y de aislamiento y la poca
tierra cultivable.
Factores externos que influyen en el desarrollo de Japón De acuerdo con López Villafañe
(1994: pp. 22, 23, 24, 25, 30.32)
Económicos
•La ayuda del exterior sería importante y provino de la acumulación anual que se agregaba la capital
que era acumulado de las empresas.
•Apoyo económico bridado por Estados Unidos en los primeros años de la conclusión de la guerra.
•El clima de posguerra aumentaría la demanda normal de productos japoneses.
Políticos y sociales
•La coyuntura mundial de la guerra fría haría que estados Unidos protegiera militarmente a Japón;
además, EEUU le proporcionaría acceso a su mercado, recursos y tecnología y le abrirá la puerta a
otros mercados. Japón sería el aliado clave para la contención del comunismo en Asia.
•Las guerras de Estados Unidos--en Vietnam y Corea—en Asia han sido un aliciente para el
incremento de su demanda.
Yoshida
Creada por el primer ministro Yoshida Shigeru mediante su diplomática "gran estrategia" conocida
como la Doctrina Yoshida. La estrategia que pretendía realizar la reconstrucción de la economía
interna de Japón como la principal prioridad política, se compone de tres elementos clave: la
reconstrucción de la economía nacional a través de un énfasis en las relaciones económicas en el
extranjero, el mantenimiento de un bajo perfil en la política internacional y la dependencia de las
garantías de seguridad de Estados Unidos.
Finales de la década de 1990, el consenso nacional sobre la doctrina comenzó a derrumbarse.
E final de la Guerra Fría trajo consigo nuevos desafíos que condujeron a una especulación sobre la
suficiencia de la Doctrina Yoshida para asegurar los intereses japoneses. Lo más importante, los tres
principales amenazas estaban empezando a dar forma a la perspectiva exterior de Japón desde
principios de 1990: un "levantamiento" de China, la nuclearización de Corea del Norte, y por último,
el aumento de las dudas sobre el "abandono" por parte de Estados Unidos.
Fukuda
La doctrina Fukuda, anunciada en 1974, marcaba un nuevo inicio en las relaciones de Japón con el
Sureste Asiático y fue determinante para las relaciones mutuas en las décadas posteriores. Para
finales de los años 90, las presiones combinadas de una economía estancada y una China emergente,
mostraban la necesidad de una estrategia más activa hacia el Sureste Asiático. El primer ministro
Junichiro Koizumi trató de plasmar tal estrategia e introdujo dos nuevas direcciones en dos áreas
determinadas: asuntos de seguridad y asociación económica. Siete años después de Koizumi, el
nuevo gobierno de Shinzo Abe se encuentra con que las mismas limitaciones geopolíticas de finales
de los 90 se mantienen.
18 de agosto de 1977, durante una visita a Manila, el primer ministro Takeo Fukuda dio un discurso
en el que estableció los nuevos principios que guiarían la política japonesa para el Sudeste de Asia.
Estos principios son: "1) Japón está comprometido con la paz, y rechaza el papel de ser una potencia
militar; 2) Japón hará todo lo posible para consolidar la relación de confianza mutua y la
comprensión de las naciones del sudeste de Asia, 3) Japón cooperará positivamente con ASEAN,
mientras que el objetivo de propiciar una relación basada en el conocimiento mutuo con lospaíses
de Indochina y de ese modo contribuir a la construcción de la paz y la prosperidad en todo el sudeste
Asia.
El fin de la Guerra Fría coincidió con el final de la era Showa larga (1926-1989) y el comienzo de la
era Heisei (1989-). Con esta transición, se amplían sentimientos de exaltación, así como las
esperanzas de la nueva era. Ello puede ser detectado en las páginas del Libro Azul 1989. El Libro
Azul pone énfasis en la política exterior de Japón como miembro de la región de Asia y el Pacífico.
Los líderes japoneses ven al regionalismo como un desarrollo positivo porque una región
más estable y próspera sirve directamente a la seguridad y los intereses económicos de Japón. Ellos
han buscado durante mucho tiempo jugar un papel de liderazgo en la región -de hecho, Japón tiene,
sin duda, mucho que ofrecer a sus vecinos, a partir de los conocimientos tecnológicos de apoyo
logístico.
Dada la condición de Japón como potencia económica en Asia oriental, el establishment de
la política exterior japonesa ha considerado durante mucho tiempo que la responsabilidad de Japón
para promover el desarrollo económico y humano de la región a través de una afluencia de ayuda
oficial al desarrollo (AOD) y la inversión del sector privado.
La ayuda exterior fue la pieza central del enfoque de Japón durante las primeras décadas de
la posguerra. Japón sigue apoyando la creación de capacidad en sus vecinos menos desarrollados,
el aumento de la AOD para ayudar a la mejora de la infraestructura y haciendo hincapié en el
componente intelectual de la ayuda exterior.