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MÉTODO DE LA

CONCORDANCIA

CURSO:
DOCENTE: Dr. Carlos Percy Ramírez Cayro
PRESENTADO POR:
 Gonzales Galindo Kelly Vanessa
 Huanca Choque Yudelka Fabiana
 Lanza Sánchez Carol
INDICE
METODO DE LA CONCORDANCIA ............................................................................................................ 1
MÉTODO .................................................................................................................................................. 1
1. EL MÉTODO, SEGÚN DESCARTES................................................................................................. 1
2. EL MÉTODO, SEGÚN GALILEO ..................................................................................................... 3
3. EL MÉTODO, SEGÚN BACON ....................................................................................................... 4
1.1. EL MÉTODO INDUCTIVO. ..................................................................................................... 5
1.2. LA CAZA DE PAN. ................................................................................................................. 6
1.3. LAS TABLAS. ......................................................................................................................... 6
VALOR DEL MÉTODO ............................................................................................................................... 7
1. LOS MÉTODOS DE MILL ............................................................................................................... 8
1.4. MÉTODO DE CONCORDANCIA. ............................................................................................ 8
1.5. MÉTODO DE DIFERENCIA. ................................................................................................... 8
1.6. MÉTODO CONJUNTO DE CONCORDANCIA Y DIFERENCIA. ................................................. 9
1.7. MÉTODO DE VARIACIONES CONCOMITANTES.................................................................... 9
1.8. MÉTODO DE RESIDUOS. ...................................................................................................... 9
RESULTADO ........................................................................................................................................... 10
Jhon Stuart Mill ................................................................................................................................. 10
Canon I. Método de Coincidencia: ........................................................................................................ 12
Canon II. Método de Diferencia: ........................................................................................................... 13
Canon III. Método Combinado: Coincidencia + Diferencia: .................................................................. 13
Canon IV. Método de los Residuos:....................................................................................................... 14
APLICACIONES ....................................................................................................................................... 14
MÉTODO LÓGICO INDUCTIVO ........................................................................................................... 14
1. INDUCCIÓN COMPLETA. ........................................................................................................ 15
2. INDUCCIÓN INCOMPLETA: .................................................................................................... 15
CONCLUSIONES ..................................................................................................................................... 21
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................................................ 22
METODO DE LA CONCORDANCIA

MÉTODO
Cerda (1990) declara: “Entiendo por método, reglas ciertas y fáciles, gracias a las
cuales quien las observe exactamente no tomará nunca lo falso por verdadero, y
llegará, sin gastar inútilmente esfuerzo alguno de su espíritu, sino aumentando
siempre, gradualmente, su ciencia, al verdadero conocimiento de todo aquello de
que sea capaz”. Ésta es la definición que del método ofrece Descartes, en sus
Reglas para la dirección del espíritu (Regla IV). A ese valor que el método tiene, se
refiere igualmente en su Discurso del Método: gracias a él está seguro de elevar su
espíritu al más alto grado posible de conocimiento. Para él, como más tarde para
Pascal, no basta poseer “un buen espíritu”: lo importante es aplicar bien ese espíritu
al conocimiento de la verdad. Fijar las reglas del método es fijar los medios que
aseguren no sólo la obtención de la certeza científica, sino también el ahorro de
esfuerzo, el progreso y hasta la perfección del espíritu del hombre.

La preocupación por establecer las reglas del método científico, es decir, del
procedimiento que asegurase la obtención de nuevas verdades y la certeza de esas
verdades, es propia de la Edad Moderna. Tres grandes figuras: Descartes, Galileo y
Bacon, coinciden, hacia el 1600, en su preocupación por hallar el método que fuese
no simplemente demostrativo, como lo era la silogística, sino el método “inventivo” –
según se decía en aquel entonces-, o sea el método para descubrir nuevos hechos.

Descartes, Galileo y Bacon coinciden en su desprecio por la silogística en cuanto


ésta pretendía ser método “inventivo”. Le asignaban, a lo sumo, valor demostrativo; y
ese valor demostrativo no – consistía sino en la traducción, al lenguaje lógico, de lo
que otros procedimientos habían probado previamente.

1. EL MÉTODO, SEGÚN DESCARTES


El método, así entendido, supone en primer lugar un criterio de verdad, un criterio
que permita “no tomar nunca lo falso por verdadero”. Ese criterio es, para Descartes,
la evidencia. Por ello, cuando formula sus cuatro famosas reglas del método,
enuncia en primer término la que se refiere a ese criterio de la verdad:

 No aceptar como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese


como tal. No aceptando como cierto sino lo que se presentase a mi
espíritu de manera tan clara y distinta, que acerca de su certeza no
pudiese caber la menor duda.
Las otras tres reglas son más rigurosamente metodológicas, si por método se
entiende el conjunto de operaciones que orienten la búsqueda de la verdad en una
ciencia cualquiera:

1
 Dividir cada una de las dificultades en tantas partes como sea
necesario para resolverlas.
 Ordenar los conocimientos desde los más sencillos, subiendo por
grados, hasta llegar a los más compuestos (y suponiendo un orden en
aquellos que no lo tengan por naturaleza).
 Hacer enumeraciones tan completas y generales, que den la seguridad
de no haber incurrido en ninguna omisión.

LO CLARO Y LO DISTINTO. La primera regla contiene dos palabras que han


sido objeto de interpretaciones diversas y de largos estudios. Son las palabras
claro y distinto. En el proceso de su duda metódica, que le llevó a descubrir
en el "yo pienso" el fundamento de su filosofía, Descartes se preguntó por qué
el "yo pienso, por lo tanto existo" se le aparecía como verdad indudable. y
hallo que la imposibilidad de pensar que él, que pensaba, no era, le forzaba a
aceptar la verdad de su ser. Ésa era una verdad evidente: la veía con toda
claridad y distinción. (Aunque no siempre recurra Descartes a esas dos
palabras – otras veces dice claro y exacto, claro y evidente-, ésas son las que
por lo general usa). Siempre que un hecho se nos presente como siendo claro
y distinto, debemos aceptarlo como verdadero; de lo contrario, no. Pero,
¿cuándo un conocimiento es claro y cuándo distinto? "Llamo claro – explica
Descartes – al conocimiento que es presente y manifiesto a un espíritu atento:
así como decirnos que vemos claramente los objetos cuando, estando éstos
ante nuestros ojos, actúan con fuerza bastante sobre el os, y ellos están
dispuestos a contemplarlos; y distinto al conocimiento de lo que es de tal
manera preciso y diferente de todos los otros, que no comprende en sí sino lo
que manifiestamente se le aparece a quien lo considera como corresponde”.

Puedo ver algo con toda claridad, pero confundirlo con otro objeto. Lo claro se
opone a oscuro; lo distinto, a confuso. Puedo tener, con toda claridad, un
dolor, pero no distinguir, sin embargo, su contenido; tengo con toda claridad
una sensación de rojo, por ejemplo, pero no puedo analizarla. En cambio, lo
que es distinto es siempre claro. De lo que solamente es claro, como
observaba Leibniz comentando a Descartes, no puedo dar la definición: es
entonces cuando recurrimos al “no sé qué”, o a nuestro vulgar “sé lo que es,
pero no sé cómo decirlo”. Cuando veo el contenido de un hecho,
distinguiendo sus elementos, puedo definirlo. Y siempre que defino algo, ese
algo es distinto y, por lo mismo, claro.

Esto permite aceptar las consideraciones de lógico francés Goblot. Las cosas
reales nunca son perfectamente distintas, porque lo que en ellas hay que
conocer es infinito. Los conceptos construidos por el espíritu son distintos (y
claros), porque sus cualidades o propiedades derivan de una propiedad
fundamental, que es la ofrecida en la definición. (“Isósceles: triángulo que

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tiene sólo dos lados iguales.” Eso es distinto y claro. En cambio, el concepto
“sensación” es claro, sin ser distinto. Su definición está llena de dificultades.)

2. EL MÉTODO, SEGÚN GALILEO


La lógica deductiva enseña – dice Galileo – a conocer si los razonamientos y las
demostraciones ya hechos son concluyentes; pero no enseña a encontrar los
razonamientos y las demostraciones. En cuanto a la inducción completa de los
aristotélicos, la declara o imposible o inútil: la inducción, SI tiene que registrar todos
los casos, es imposible, ya que los casos son infinitos; y si los casos no son infinitos
y se los puede registrar todos, la inducción es inútil, pues su conclusión nada agrega
a lo que ya sabíamos.

Si de lo que en ciencia se trata – y no se puede tratar de otra cosa, según Galileo-,


es de descubrir las relaciones matemáticas de la realidad, ni la deducción silogística
ni la inducción sirven, pues no son métodos de descubrimiento. Lo que importa, en
ciencia, es hallar ese método. Y el método no consiste, para Galileo, sino en la
demostración rigurosa, cuyo modelo es la matemática, pero aplicada a
enunciaciones ciertas y comprobadas como tales por medio de la experiencia.
El investigador debe acomodar su razón a lo que la naturaleza le enseñe a través de
la experiencia, y no intentar acomodar la naturaleza a su razón. La experiencia tiene
su punto de partida en los sentidos, como el mismo Aristóteles lo había enseñado –
ya que había dicho que quienes negaban el valor del testimonio de los sentidos
merecían verse privados de ellos-. Una sola experiencia basta para destruir mil
argumentos en contra. Hecha la experiencia, observada con objetividad, aplicado a
ella el método demostrativo de la matemática, el error es imposible. Ningún error
puede haber ni en la experiencia ni en el método: sólo puede haberlo en el hombre
mismo en cuanto se aparta de la experiencia o de la demostración.

No hay tampoco, para Galileo, restricciones a la verdad. Entre la verdad y la


falsedad no hay término medio. Quien parta de la experiencia y aplique el método de
la matemática, llegará a la verdad; y si no llega a ella es porque se equivoca o
porque ha querido llegar a una conclusión que ya se ha fijado de antemano.

El hombre de ciencia no debe proponerse demostrar nada: demostrará lo que la


razón, aplicada a la experiencia, concluya forzosamente. La demostración ha de
venir siempre después, porque “la naturaleza hizo primero las cosas a su manera, y
después fabricó los discursos humanos aptos para entender (eso sí, con gran
esfuerzo) algo de sus secretos”. Y, por último, tiene que ser regla del método el
progreso gradual, precisamente como sucede en la matemática, que sólo permite el
paso de una afirmación a otra mediante todas las afirmaciones intermedias que sean
necesarias. Sólo así puede llegarse a “no pronunciar una sola palabra que no esté
impuesta por el rigor absoluto”.

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Galileo sostenía que el método preconizado por Aristóteles, aunque no seguido por
los aristotélicos, era el suyo: atenerse a los sentidos, a la observación, a las
experiencias, y después buscar los medios para demostrar eso y no otra cosa.

Debe advertirse que Galileo en realidad procedió, como lo prueban sus Diálogos
sobre dos nuevas ciencias, imaginando primero las experiencias y razonando sobre
esas experiencias imaginarias, sin todavía realizarlas: una vez obtenida su
conclusión, buscaba en la experiencia realizada la confirmación de lo que había
concluido razonando. Pero éste no es un reproche: la ciencia contemporánea
procede, en muchos casos, de la misma manera: imagina una experiencia y razona
sobre esa experiencia imaginaria; y llega hasta a imaginar experiencias que sabe
prácticamente irrealizables.

3. EL MÉTODO, SEGÚN BACON


Hacia la misma época en que el francés Descartes enunciaba las reglas de su
método y creaba la geometría analítica, y en que el italiano Galileo daba las del
suyo, creando la física moderna, el Inglés Bacon, sin ser hombre de ciencia, se
planteaba el mismo problema del método “inventivo”, “instaurador” de las ciencias. Al
Órganon aristotélico, quería oponer un Nuevo órgano, un nuevo “instrumento” del
saber.

Una imagen de Bacon permite en seguida entender su posición. No debemos, dice,


atenernos a la simple experiencia suministrada por los sentidos, ni a la simple razón;
no debemos ser ni empíricos ni dogmáticos: “Los primeros se contentaron con
almacenar, consumiendo luego sus provisiones, como las hormigas; los últimos
tejieron redes con materia extraída de su propia sustancia, como las arañas. La
abeja guarda el punto medio: extrae la materia prima de las flores en huertos y
jardines, y luego, con arte que le es propio, la elabora y digiere.” Ni la experiencia
bruta, ni el razonamiento vacío: ésa es la fórmula de Bacon, en su aspecto negativo.

LOS ÍDOLOS. El esfuerzo de Bacon estuvo enderezado, primero, a señalar los


prejuicios que impedían el progreso científico. Dio a esos prejuicios el nombre de
“ídolos” o “fantasmas”, y los clasificó en cuatro grupos: los ídolos de la tribu, los de la
caverna, los del foro y los del teatro.

 Los ídolos de la tribu, o raza, son propios de la especie humana, y se


resumen en la afirmación según la cual e hombre es la medida de todas
las cosas. Se trata del mismo “ídolo” que había combatido Galileo: el falso
método que consiste en querer acomodar la realidad a nuestro
entendimiento y no nuestro entendimiento a la realidad.

 Los ídolos de la caverna son, no ya los del hombre como especie, sino los
de cada hombre, de cada individuo. Son los prejuicios del antro en que

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cada uno de nosotros vive, y donde la luz natural de las cosas se quiebra,
deformando las imágenes. Los hombres – decía Heráclito, invocado por
Bacon – buscan las ciencias en sus minúsculos mundos particulares y no
en el mundo universal, en el común a todos. No son las impresiones
individuales, deformadas por la índole de cada uno, por sus preferencias o
inclinaciones, por su educación, por sus admiraciones, y por la variabilidad
del estado de ánimo, las que pueden constituir el punto de partida del
progreso científico.
 Los ídolos del foro son los prejuicios de las palabras. El lenguaje asocia a
los hombres; pero ese lenguaje, admitido sin análisis, es un conjunto de
nomenclaturas inexactas, de expresiones inadecuadas, que estorban a la
inteligencia: aceptadas esas palabras, es en vano toda tentativa de
aclararlas mediante definiciones o explicaciones. El hombre cree dominar
a las palabras; pero las palabras suelen dominarlo.

 Los ídolos del teatro, o fantasmas de los espectáculos, son los prejuicios
de los sistemas filosóficos consagrados, “farsas inventadas, que los
filósofos fueron representando por turno”. No sólo en los sistemas
considerados globalmente, sino también en sus principios, en sus
axiomas, aceptados sin crítica, es donde residen los fantasmas del teatro.

Para obtener el progreso dé la ciencia, es necesario que ahuyentemos todos esos


fantasmas y que volvamos a nuestra pureza original. (Este tema es el mismo que
habían desarrollado cuantos quisieron reaccionar contra el aristotelismo: “Volvamos
a las primeras letras”, decía el italiano Campanella. Bacon concluía: “Preciso es que,
mediante inalterable y solemne resolución, renunciemos, abjuremos, libremos de los
fantasmas al entendimiento; lo purguemos; porque el único camino que queda al
hombre para imperar sobre la naturaleza, dominio del que no puede disfrutar ano ser
mediante las ciencias, es el mismo que conduce al reino de los cielos, en el que no
logramos ser admitidos, si no somos como inocentes niños” (Novum organum, I,
168). El programa de Bacon era, en ese sentido, el mismo de Descartes, aunque
menos claramente concebido y expuesto: el rechazo de cuanto se había tenido por
verdadero, y la búsqueda del punto de partida que permitiese construir sobre bases
sólidas la ciencia.
Para Bacon, el fin de la ciencia no es el de explicar la realidad, sino el de dominarla.
La ciencia ha de proponerse enriquecer la vida humana, y para ello necesita
descubrir los secretos de la naturaleza.

1.1. EL MÉTODO INDUCTIVO. Bacon opone su método al de la inducción


llamada completa, que consiste en derivar de una totalidad de casos una
afirmación general que vale precisamente para todos esos casos. La

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inducción, así entendida, no permite el progreso de los conocimientos. La
deducción tampoco lo permite, porque no puede ofrecer sino lo que está
dado en las premisas. Quien quiera descubrir los secretos de la naturaleza
deberá recurrir a otro método.

Hay que torturar a la naturaleza, dice Bacon, y poner plomo, no alas, al


pensamiento. La naturaleza, por sí misma, no revela sus secretos. Es
preciso arrancárselos mediante experiencias, creando las situaciones más
propicias para observarla, así como en las relaciones de hombre a hombre
“el método más seguro para descubrir lo natural y los secretos
sentimientos de cada individuo está en observarlo en los momentos de
trastorno y viva emoción”.

1.2. LA CAZA DE PAN. No basta hacer una experiencia: es necesario variarla,


prolongarla, transferirla a otras situaciones semejantes, invertirla en su
proceso, compararla con otras. Hay que variarla, para saber si se cumple
únicamente en el caso de que se trata (si fabricamos papel con una
determinada sustancia, ver si se lo puede fabricar con otra parecida, y qué
propiedades especiales tendría). Hay que prolongarla, para ver si lo
observado subsiste (caliento un cuerpo; el cuerpo se dilata; ¿seguirá
dilatándose indefinidamente?). Hay que transferirla a situaciones
semejantes (el calor dilata los cuerpos; ¿en cuántas formas se presenta el
calor?; ¿toda forma de calor – rayo, aguas termales – dilata los cuerpos?).
Hay que invertirla en su proceso (enfriar lo que se calentó, para ver si el
cuerpo se contrae y si vuelve o no a su situación anterior). Hay que
comparar las experiencias, registrándolas de manera que, a través de sus
semejanzas y diferencias y variaciones, puedan descubrirse los principios
que las rigen.
Esto constituye “la caza de Pan”, título que Bacon dio a su teoría del
descubrimiento. (Pan había conseguido lo que los otros dioses no habían
conseguido: descubrir a la diosa Ceres.)

1.3. LAS TABLAS. Las experiencias deben ser registradas en las que Bacon
llamó “tablas”, y que son: de presencia, de ausencia y de comparación.
En la tabla de presencia se registrarán todos los casos diferentes en que
se da el mismo fenómeno; en la de ausencia, los casos en que el
fenómeno que interesa no se da a pesar de que tienen circunstancias
comunes con aquel en que se da; en la tabla de comparación, los casos
en que el fenómeno presenta variaciones o diferencias. Bacon ilustró este
aspecto de su método especialmente con el estudio del fenómeno del
ca1or. (Presencia del calor: en los rayos del sol, en las aguas termales, en
los rayos. Ausencia de calor sensible al tacto: en los rayos de la luna; en
los relámpagos, que no incendian. Comparación: Entre los cuerpos sólidos

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tangibles no hay ninguno caliente por naturaleza; las aguas calientes de
las termas parecen deber su calor a causas accidentales – fuegos
subterráneos-..., etc.).

Así fundaba Bacon el método, que consiste en buscar los fenómenos tales que:
cuando se da uno de ellos se da el otro; cuando no se da uno de ellos no se da el
otro; y cuando uno de ellos varía, varía el otro. Comprobada esa triple relación,
podía enunciarse la relación forzosa que existía entre los hechos. De éstos se
pasaba a la afirmación general. Para Bacon la inducción es, pues, el paso de los
hechos a la afirmación de la relación constante que 1os enlaza; es decir, el paso de
los hechos a la ley que los rige.

Bacon no demostró, en la aplicación de su método, la capacidad científica de


Descartes ni de Galileo. No registró siquiera en orden claro las presencias,
ausencias y comparaciones. Requerido por múltiples ocupaciones de orden no
científico, t no rudo ser un hombre de ciencia, en el sentido de que no empleó su
método de la “Invención” para descubrir nuevas verdades.

Su recomendación de poner plomo, y no alas, al pensamiento, se funda en las


mismas razones que les hicieron sostener a Descartes ya Galileo la necesidad de
proceder gradualmente y no por saltos. Esa marcha gradual es necesaria porque la
aparición de un solo caso contrario basta para que la conclusión quede desmentida.
De los hechos hay que ascender a los principios, y de éstos descender a la
afirmación de nuevos hechos. En eso consiste la inducción. La inducción útil es la
que procede analizando las operaciones de la naturaleza, seleccionando las
observaciones y experiencias, desechando todo lo que no sea concluyente. La
inducción, es posible, pues, no por simple acumulación de casos, sino gracias al
examen que descubre en ellos el principio común que los rige, y para ello lo que el
hombre debe hacer es detenerse en la observación de lo que conoce, en vez de
afanarse por investigar lo que no conoce.

VALOR DEL MÉTODO. Es en la observación atenta de lo conocido donde el


hombre conseguirá alcanzar el objeto de la ciencia: inventar lo que sea capaz de
cambiar la faz del globo, como la cambiaron las tres revoluciones provocadas por la
imprenta, la pólvora y la brújula (revoluciones en las letras, en la guerra, en la
navegación). La gran ambición de la ciencia es el dominio de la naturaleza para
aumentar el bienestar del hombre; y si la ciencia debe descubrir los principios que
rigen a la naturaleza es porque “para mandar a la naturaleza hay que obedecerle”.
La lógica tradicional era “el arte de extraviarse metódicamente”. Lo podía todo,
aparentemente; pero sólo en cuanto a las opiniones, porque en cuanto a las cosas,
nada podía, ya que procedía como si la naturaleza no existiese.

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Bacon, el primero de los filósofos que concibió algo así como una salvación del
género humano gracias a la ciencia – anticipándose a las ideas propias del siglo
XIX-, llevó su optimismo, en lo que se refiere al método, hasta creer que gracias a él
quedaban casi igualadas las inteligencias. El valor del método reside, para él como
también para Descartes, en que permite el progreso sin necesidad de esperar la
aparición del genio o la aparición del azar.

1. LOS MÉTODOS DE MILL


John Stuart Mill, en su Lógica, retomó tres siglos más tarde las ideas de Bacon
acerca del método inductivo. Para Mill, los “métodos” son cuatro: el de concordancia,
el de diferencia, el de variaciones concomitantes y el de residuos. Los tres primeros
tienen cierta semejanza con los ya señalados por Bacon; el cuarto es aplicable en
los casos en que ninguno de esos tres lo es. Para Mill el método experimental tiene
por objeto encontrar ya sea las causas ya los efectos de un fenómeno dado; y ésta
es diferencia fundamental con respecto a Bacon: lo que Bacon buscaba era la
esencia del fenómeno.
1.4. MÉTODO DE CONCORDANCIA. Si dos o más casos, objeto de la
investigación, tienen solamente una circunstancia común, la circunstancia
en la cual todos los casos concuerdan es la causa (o el efecto) del
fenómeno. Se trata, según este método, de estudiar casos diferentes para
comprobar en qué concuerdan. Ejemplos: para buscar el efecto de una
causa. Sea el contacto de una sustancia alcalina y de un aceite, que
producen una sustancia grasienta, detersiva o jabonosa. Yeso sucede
siempre, en circunstancias variadas. Para buscar la causa de un efecto:
Se comparan dos casos conocidos en que los cuerpos cobran estructura
cristalina, sin ninguna otra concordancia, y se halla que su antecedente
común es el depósito, en estado sólido, de una materia líquida, en fusión o
en disolución. (En el primer ejemplo, la producción del jabón es el efecto;
en el segundo, la solidificación de la sustancia la causa de la cristalización.
Para MilI, causa es el antecedente necesario e invariable de un
fenómeno.)

1.5. MÉTODO DE DIFERENCIA. Si un caso en el cual el fenómeno se


presenta y otro en que no se presenta tienen todas las circunstancias
comunes, menos una, presentándose ésta solamente en el primer caso, la
circunstancia única en la que difieren los dos casos es el efecto de la
causa que se conoce o la causa (o parte de la causa) del fenómeno. Se
trata, en este método, de buscar casos que se parezcan en todas sus
circunstancias y difieran en alguna. Ejemplo: Un hombre en perfecta salud
ha recibido una bala en el corazón y ha muerto. Antes y después de la

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herida todo estaba igual. La bala en el corazón es lo único diferente: ésa
es la causa de la muerte.

1.6. MÉTODO CONJUNTO DE CONCORDANCIA Y DIFERENCIA. Si dos


casos o más en los cuales se da el fenómeno tienen una sola
circunstancia común, mientras que en dos casos o más en los cuales no
se da no tienen de común sino la ausencia de esa circunstancia, la
circunstancia por la cual, únicamente, difieren los dos grupos de casos, es
el efecto, o la causa (o parte necesaria de la causa) del fenómeno. Se
trata, aquí, de la utilización conjunta de los otros dos métodos: una
concordancia con una diferencia. Ejemplo: Los animales de sistema
respiratorio bien desarrollado coinciden en ser animales de sangre
caliente; los que no tienen sistema respiratorio bien desarrollado, carecen
de sangre caliente. Podemos, pues, afirmar que la sangre caliente
depende de la influencia de la respiración sobre la sangre.

1.7. MÉTODO DE VARIACIONES CONCOMITANTES. Un fenómeno que


varía de una manera cualquiera todas las veces que otro fenómeno varía
de otra manera, es una causa o un efecto de ese fenómeno, o está ligado
a él por algún hecho de causación. Aquí no se trata, rigurosamente, de
establecer siempre relaciones de causa a efecto entre dos fenómenos. Los
fenómenos estudiados podrían ser, ambos, efectos de una misma causa.
Ejemplo: Las variaciones en la posición de la luna son seguidas por
variaciones en las mareas.

1.8. MÉTODO DE RESIDUOS. Sepárese de un fenómeno la parte que, por


inducciones anteriores, se sabe que es el efecto de cienos antecedentes:
el residuo del fenómeno será el efecto de los antecedentes restantes. Se
trata, en este método, de averiguar las causas cuya presencia no puede
ser eliminada por experimentación: el péndulo, por ejemplo, puede ser
sustraído a la influencia de una montaña, pero no a la influencia de fa
tierra, para ver si seguirá oscilando en caso de que la acción de la tierra
fuese suprimida. Ejemplo: Se predice por el cálculo la llegada de un
cometa en cieno punto y en cieno momento; si no llega cuando se lo ha
previsto, eso indica un fenómeno residuo: la existencia de un medio
resistente.

Estos métodos de Stuart Mill, independientemente de las fáciles críticas a que


pueden ser sometidos (¿qué significa “perfecta salud”, en el caso del hombre que
recibió el balazo?; ¿qué significa no tener ninguna otra circunstancia común dos
fenómenos en que se presentan cuerpos provistos de forma, de color? ...), deja

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intacto el problema previo: el del fundamento de la inducción, o sea el de su
legitimidad.

RESULTADO

Jhon Stuart Mill

Pérez (s/f) indica que “No hay duda de que el empirista inglés más conocido del
siglo XIX, tanto en su época como en la nuestra, es John Stuart Mill (1806-
1873), economista, político, historiador, escritor, editor y filósofo, así como
defensor de los derechos femeninos, empleado de la Compañía de las Indias
Orientales por más de 30 años (1823-1858), finalmente miembro del Parlamento
británico (1865), y uno de los más grandes victorianos”. El padre de Mill (amigo
de Jeremy Bentham) decidió hacer un "experimento" con la educación de su hijo
John y lo inició en el aprendizaje del griego a los tres años de edad y del latín a
los ocho años; posteriormente aprendió hebreo y otros idiomas modernos
(francés, alemán, ruso, pero no español), así como historia antigua, matemáticas
y lógica. Es importante señalar que todo su conocimiento de la ciencia lo obtuvo
Mill de segunda mano, a partir de los libros, y no de la experiencia personal. Se
trata, pues, de un típico filósofo de la ciencia. Sin embargo, Mill también debe
haber sido un sujeto interesante, porque a los 23 años de edad se enamoró
perdidamente de una mujer no sólo casada sino de la más alta sociedad, a la
que siguió amando hasta que el marido murió y logró desposarse con ella; este
romance alcanzó gran popularidad en la sociedad victoriana, además de que
para Mill representó el estímulo para sus actividades en pro del feminismo,
incluyendo sus escritos, muchos de los cuales fueron firmados por la feliz
pareja.

En 1843, cuando Mill ya se había recuperado de un terrible colapso mental


juvenil (tenía entonces 37 años de edad) apareció su libro System of logic ("El
sistema de la lógica"), que representa su principal y casi única contribución a la
filosofía de la ciencia y que de toda su obra será la que comentaremos aquí. Es
interesante saber que éste fue el primer libro publicado por Mill y que escribirlo
le costó trece años de arduos trabajos. En contra de lo que su título sugiere, no
se trata de un volumen sobre reglas o estructura del pensamiento, sino que más
bien es el manifiesto más extremo del empirismo epistemológico, basado a su
vez en las profundas convicciones liberales de su autor, quien usaba el término
"empirista" en sentido despectivo y lo contrastaba con "conocimiento científico".
De espíritu antikantiano, El sistema de Mill se inicia con una crítica del
intuicionismo y con la declaración de que tanto la planeación social como las
actividades políticas deberían basarse en el conocimiento científico y no en la

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costumbre, la autoridad o la revelación; para Mill, el "conocimiento" obtenido a
partir de métodos no inferenciales, o sea intuitivo o a priori,", pertenece a la
metafísica. Las inferencias alcanzadas por deducción, como en el caso de los
silogismos, son incapaces de generar información no contenida implícitamente
en las premisas; sin embargo, Mill propone que el razonamiento que pretende
pasar de lo general a lo particular en realidad no existe, sino que todas las
inferencias son siempre de particular a particular. Cuando decimos "Todos los
hombres son mortales, Sócrates (aún vivo) es un hombre, por lo tanto, Sócrates
es mortal", las verdaderas pruebas que tenemos para afirmar que Sócrates
morirá es que Tales, Anaxímenes, Empédocles, Herodoto, Pitágoras y muchos
otros individuos muy semejantes a Sócrates murieron antes que él; el principio
general "Todos los hombres son mortales" no es realmente una prueba objetiva
sino más bien una especie de nota o resumen de muchas observaciones
individuales. La verdadera inferencia es la que se hace cuando tal resumen se
integra sobre la base de casos aislados, o sea durante la inducción; en la
deducción, la inferencia sólo es "aparente".

Mill propuso que los principios matemáticos también son empíricos, o sea
no son ni las "relaciones de ideas" que postulaba Hume, ni tampoco
productos de la mente humana, como señalaba Kant, sino que surgen de la
observación del mundo que nos rodea. Las conclusiones de la geometría,
ciencia deductiva por excelencia, sólo son necesarias en el sentido en que
dependen de las premisas de las que se deducen, porque las premisas
mismas —axiomas— se basan en la observación y en generalizaciones a
partir de experiencias repetidas. Lo mismo ocurre con la aritmética y el
álgebra, que, en lugar de ser relaciones lógicas primarias, en realidad se
derivan de experiencias empíricas. Mill señala que, por ejemplo, un grupo
de 4 cosas puede disponerse en dos grupos de 2 cosas, o en un grupo de 3
cosas y otro de 1; después de haber experimentado que esto siempre es
así, concluimos que 2 + 2 y 3 + 1 son necesariamente iguales. Esta forma
extrema del empirismo no ha sido aceptada por la mayor parte de los
empiristas moderados, lo que Mill ya anticipaba:
[ ...] Probablemente ésta es la proposición, de todas las
enunciadas en este libro [El sistema], para la que debe
esperarse la recepción más desfavorable.

El argumento que generalmente se esgrime en contra de la proposición de


Mill, de que los axiomas o principios geométricos y matemáticos son
empíricos, es que no se admiten pruebas experimentales en contra de las
leyes de la aritmética o del álgebra; por el contrario, cuando los datos
recogidos por medio de observaciones contradicen los axiomas

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matemáticos, lo primero y lo único que se acepta es que son las mediciones
y los cálculos derivados de ellas los que ameritan revisarse y corregirse.

La operación central en El sistema de Mill es la inducción, que


descansa en el principio fundamental de la uniformidad de la naturaleza,
que postula que lo ocurrido una vez volverá a ocurrir cuando las
circunstancias sean suficientemente semejantes. Este principio es también
empírico y se deriva de un proceso natural y primitivo de inducción, iniciado
cuando observamos unas cuantas regularidades y predecimos que seguirán
ocurriendo en el futuro; si nuestra predicción resulta correcta, a partir de ella
se generaliza proponiendo que en vista de que algunos eventos se han
dado en patrones recurrentes, todos los eventos futuros se darán también
en patrones recurrentes. Por lo tanto, el principio de la uniformidad de la
naturaleza puede analizarse en sus distintos componentes, que son
generalizaciones de menor amplitud y hasta relaciones causales
individuales. Para Mill, la causa de un fenómeno es el antecedente, o
concurrencia de antecedentes, con los que está invariable e
incondicionalmente ligado. Igual que el principio de la uniformidad de la
naturaleza, el principio de la causalidad (o sea, que cada fenómeno tiene
una causa) se confirma por toda nuestra experiencia; de hecho, el principio
de la causalidad no es más que una forma más precisa de enunciar el
principio de la uniformidad de la naturaleza. Sin embargo, la inducción
aristotélica, por simple enumeración, puede llevar a proposiciones generales
falsas. Lo que en última instancia se desea en la ciencia (según Mill) es
llegar a proposiciones como la siguiente: o A es la causa de a, o bien
existen eventos sin causa, y como estamos seguros de que todos los
eventos tienen causa, entonces A es la causa de a. Esto se logra por medio
de métodos más elaborados de inducción, de los que Mill describió cinco,
los famosos "cánones de la inducción" basados, como se mencionó antes,
en la obra de Herschel.

Canon I. Método de Coincidencia:

Si dos o más ejemplos de un fenómeno bajo investigación


poseen una sola circunstancia en común, esta única
circunstancia, presente en todos los ejemplos, es la causa (o el
efecto) del fenómeno mencionado.

El ejemplo usado por Mill para ilustrar este método de coincidencia no fue
muy afortunado: pensando que el factor común que poseen todas las
sustancias químicas que cristalizan es que se precipitan de una solución,
concluyó que ésta era una causa, o por lo menos un factor contribuyente,
del fenómeno de la cristalización. Como todos sabemos hoy (y los

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alquimistas sabían desde el Medievo), este ejemplo es falso; sin embargo,
es muy fácil pensar en otros ejemplos ilustrativos de este método que sí son
verdaderos.

Canon II. Método de Diferencia:

Si una situación en que ocurre el fenómeno en investigación, y


otra situación en que no ocurre, se parecen en todo excepto en
una circunstancia, que sólo se presenta en la primera situación,
entonces esta circunstancia, que es la única diferencia, entre
las dos situaciones es el efecto, la causa, o una parte
indispensable de la causa, del fenómeno mencionado.

El ejemplo de Mill para ilustrar este método de inducción por diferencia fue
muy dramático, pero dada la importancia que le concedió posteriormente,
también fue desafortunado; Mill escribió que si un hombre en la plenitud de
la vida moría repentinamente, y su muerte estaba inmediatamente
precedida por un balazo en el corazón podía concluirse que el balazo era la
causa de la muerte, porque era lo único diferente entre el hombre vivo y el
hombre muerto. Para los que hemos invertido casi toda nuestra existencia
trabajando científicamente en la frontera que separa a la vida de la muerte,
el esquema de Mill se antojó grotescamente incompleto; desde luego que
las diferencias entre el mismo hombre, vivo y muerto, son mucho más
numerosas y complejas que el orificio producido por la bala. De hecho, la
determinación de la causa de la muerte (como la de la causa de la vida) es
enormemente compleja, no sólo por razones empíricas sino por
complicaciones filosóficas.

Canon III. Método Combinado: Coincidencia + Diferencia:

Si dos o más ejemplos en los que el fenómeno ocurre


muestran una sola circunstancia en común, mientras que dos o
más situaciones en las que el fenómeno no ocurre sólo
comparten la ausencia de la circunstancia mencionada,
entonces tal circunstancia, la única, en que difieren los
ejemplos mencionados, es el efecto, la causa, o una parte
indispensable de la causa, del fenómeno estudiado.

Tal como lo enuncia su nombre, este método es la combinación de los dos


anteriores, por lo que a él se aplican las mismas observaciones ya
mencionadas.

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Canon IV. Método de los Residuos:

Cuando se resta o sustrae de cualquier fenómeno la parte que


por inducciones previas se sabe que es el efecto de ciertos
antecedentes, el residuo del fenómeno es el efecto de los
antecedentes restantes.

Como veremos en un momento, este método (como todos los otros


propuestos por Mill) supone una relación 1:1 entre causa y efecto; si Mill
hubiera sido un científico y no un filósofo, habría experimentado en carne
propia que este tipo de relaciones causales sólo se da por excepción en la
realidad, en fenómenos muy simples o al final de investigaciones
prolongadas y exitosas, cuando ya sólo quedan problemas "residuales" por
resolver.

Canon V. Método de las Variaciones Concomitantes:

Cuando un fenómeno varía de alguna manera particular, es


causa o efecto de otro fenómeno que varía de la misma o de
otra manera, pero concomitantemente.

Mill sostuvo que de los cinco métodos resumidos arriba, el más importante era
el canon II o método de las diferencias. Sin embargo, para que este método
funcionara, Mill reconoció que era necesario que entre una observación y otra
del mismo fenómeno sólo hubiera una diferencia, que podría ser de tiempo o
de espacio, pero nada más; en otras palabras, Mill parecía exigir un nivel de
identidad entre sus dos observaciones que, en sentido estricto,
no puede darse en la realidad. Pero Mill tenía clara conciencia de este
problema y señaló que para el uso adecuado de su método de las diferencias,
bastaba con que en las dos observaciones se conservaran iguales sólo las
semejanzas relevantes entre ellas. Esto plantea de inmediato los criterios
para juzgar de la relevancia, que deben anteceder a la comparación entre las
dos observaciones requeridas. En otras palabras, el uso del método de las
diferencias requiere de un proceso previo, de naturaleza indefinida pero no
por eso menos importante, que no forma parte de los esquemas de Mill.

APLICACIONES
MÉTODO LÓGICO INDUCTIVO
Es el razonamiento que, partiendo de casos particulares, se eleva a conocimientos
generales. Este método permite la formación de hipótesis, investigación de leyes
científicas, y las demostraciones. La inducción puede ser completa o incompleta.

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1. INDUCCIÓN COMPLETA. La conclusión es sacada del estudio de todos los
elementos que forman el objeto de investigación, es decir que solo es posible
si conocemos con exactitud el número de elementos que forman el objeto de
estudio y además, cuando sabemos que el conocimiento generalizado
pertenece a cada uno de los elementos del objeto de investigación.

Las llamadas demostraciones complejas son formas de razonamiento


inductivo, solo que en ellas se toman muestras que poco a poco se van
articulando hasta lograr el estudio por inducción completa. Ejemplo:

"Al estudiar el rendimiento académico de los estudiantes del curso de tercero


de administración, estudiamos los resultados de todos los estudiantes del
curso, dado que el objeto de estudio es relativamente pequeño, 25 alumnos.
Concluimos que el rendimiento promedio es bueno. Tal conclusión es posible
mediante el análisis de todos y cada uno de los miembros del curso."

2. INDUCCIÓN INCOMPLETA: Los elementos del objeto de investigación no


pueden ser numerados y estudiados en su totalidad, obligando al sujeto de
investigación a recurrir a tomar una muestra representativa, que permita hacer
generalizaciones.

Ejemplo: "los gustos de los jóvenes colombianos en relación con la música"

El método de inducción incompleta puede ser de dos clases:

2.1. Método de inducción por simple enumeración o conclusión


probable. Es un método utilizado en objetos de investigación cuyos
elementos son muy grandes o infinitos. Se infiere una conclusión
universal observando que un mismo carácter se repite en una serie de
elementos homogéneos, pertenecientes al objeto de investigación, sin
que se presente ningún caso que entre en contradicción o niegue el
carácter común observado.

La mayor o menor probabilidad en la aplicación del método, radica en


el número de casos que se analicen, por tanto, sus conclusiones no
pueden ser tomadas como demostraciones de algo, sino como
posibilidades de veracidad. Basta con que aparezca un solo caso que
niegue la conclusión para que esta sea refutada como falsa.

2.2. Método de inducción científica. Se estudian los caracteres y/o


conexiones necesarias del objeto de investigación, relaciones de

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causalidad, entre otros. Este método se apoya en métodos empíricos
como la observación y la experimentación.

Ejemplo: "Sabemos que el agua es un carácter necesario para todos


los seres vivos, entonces podemos concluir con certeza que las plantas
necesitan agua".
En el método de inducción encontramos otros métodos para encontrar
causas a partir de métodos experimentales, estos son propuestos por
Mill:
2.2.1. Método de concordancia: Compara entre si varios casos en que
se presenta un fenómeno natural y señala lo que en ellos se repite,
como causa del fenómeno.

Este se usa cuando en dos o más fenómenos se nota alguna cosa


—singular— en común. Éste es la causa del fenómeno observado.
Con el método de concordancia se eliminan todos los sucesos que
no ocurren cuando el fenómeno que estamos buscando sí pasa. En
palabras de Mill: “si dos o más casos del fenómeno que se investiga
tienen sólo una circunstancia en común, esta circunstancia es
(probablemente) la causa o el efecto del fenómeno dado.

Gráficamente podemos verlo de esta forma:

D: a, b, c, d…Q
D: a, f, c, d… Q
D: a, f, i, g… Q
∴ a es la causa de Q

Ejemplo:

Un médico fue llamado a altas horas de la noche para atender a


unos excursionistas que presentaban problemas gastrointestinales,
al interrogarlos sobre lo que habían comido en las últimas horas,
obtuvo las siguientes respuestas:
--Roxana: frijoles enlatados, carne seca, queso, atún y duraznos
en almíbar.
-Pedro: duraznos en almíbar, queso, camarones enlatados, carne
seca y frijoles enlatados.
-Antonio: camarones enlatados, atún, jugo de naranja, frijoles
enlatados y salchichas
-Sofia: salchicha, jugo de naranja, carne seca, frijoles enlatados y
atún.

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Con estos datos, el médico concluyó que la causa del problema
gastrointestinal de ellos habían sido los frijoles enlatados.

2.2.2. Método de diferencia: Se reúnen varios casos y observamos que


siempre falta una circunstancia que no produce el efecto,
permaneciendo siempre todas las demás circunstancias,
concluimos que lo que desaparece es la causa de lo investigado.

Este método se encuentra cuando si en un fenómeno se observa


comúnmente y una circunstancia específica desaparece, también
desaparece el fenómeno común y, por lo tanto, aquella es causa
directa de ésta. Dicho de otra forma —la de Mill—, “si un caso en
que se presenta el fenómeno que investigamos y otro en que no se
presenta tienen las mismas circunstancias en común excepto una,
que ocurre sólo en el primero, esa circunstancia sola en la que los
dos casos difieren es (probablemente) el efecto o la causa o una
parte indispensable de la causa del fenómeno”. El método necesita
de un caso positivo y uno negativo, con las circunstancias
antecedentes que difieren en un solo aspecto.

Graficamente:

D: a, b, c, d…Q
D: a, b, f, c, d… Q
D: f, i, g…
∴ a es la causa de Q

Ejemplo:

En un mundo paralelo, los mismos excursionistas se enfermaron


menos Ana. Entonces, el médico les pregunta qué comieron.
-Roxana: frijoles enlatados, carne seca, queso, atún y durazno en
almíbar.
-Pedro: durazno en almíbar, queso, camarones enlatados, carne
seca y frijoles enlatados.
-Antonio: camarones enlatados, atún, jugo de naranja, frijoles
enlatados y salchicha.
-Sofia: salchicha, jugo de naranja, carne seca, durazno en
almíbar y atún.
Por lo tanto, lo que causó el daño fueron los frijoles enlatados,
porque Sofia fue la única que no los comió.

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2.2.3. Método de variaciones concomitantes: Si la variación de un
fenómeno se acompaña de la variación de otro fenómeno,
concluimos que uno es la causa de otro.

Este método nos dice que si en un fenómeno se observa que al


variar una de las circunstancias que concurren en él, varía de
manera proporcional, entonces, esta circunstancia es la que causa
el fenómeno. Más fácil, cuando un fenómeno varía en proporción
directa o inversa a la variación de una circunstancia dada, ésta es
su causa.

Graficamente:

D: a, b, c, d…Q
D: a’, f, c, d…Q’
D: a’’, f, i, g…Q’’
∴ a es la causa de Q —y de sus variantes—

Ejemplo:

En México, entre 1970 y 1991, por cada 100 mil habitantes se


pasó de 22.83 a 43.4 personas alcohólicas. Asimismo, la incidencia
de cirrosis se incrementó en estos años
Podemos suponer, por lo tanto, que un elemento causante del
aumento de cirrosis en México es el alcoholismo.

2.2.4. Método de los residuos: Consiste en ir eliminando de un


fenómeno las circunstancias cuyas causas son ya conocidas. La
circunstancia que queda como residuo se considera la causa del
fenómeno.

Este método nos dice que cuando en un fenómeno pueden


separarse algunos elementos, por saber que no lo determinan, en el
resto de las circunstancias debe estar la causa del efecto
producido. O mejor leamos lo que dijo Mill: “Restad de un fenómeno
la parte de la cual se sabe, por inducciones anteriores, que es el
efecto de ciertos antecedentes; el residuo del fenómeno es,
entonces, el efecto de los antecedentes restantes”.

Graficamente:

D: a, b, c, d, f… Q, R, S, Z

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b, c, d, f… R, S, Z
∴ a es la causa de Q

Ejemplo:

La pobreza en México puede deberse a su cercanía con Estados


Unidos, a la forma de gobierno, al presidente o a una mala
distribución de la riqueza.
No puede ser la cercanía de Estados unidos ya que Canadá
también lo está y éste tiene una economía y nivel de vida buenos
para sus habitantes.
No puede ser nuestra forma de gobierno ya que otros países
poseen la misma que nosotros y tienen buena situación económica.
No puede ser el presidente porque el problema no es sólo de un
sexenio, sino que se ha dado desde hace muchísimo tiempo.
Por lo tanto, la causa de la pobreza en México es la mala
distribución de la riqueza ya que pocos tienen mucho y muchos
tienen poco.
2.2.5. Método lógico: Consiste en inferir de la semejanza de algunas
características entre dos objetos, la probabilidad de que las
características restantes sean también semejantes. Los
razonamientos analógicos no son siempre válidos.

2.2.6. El método histórico: Está vinculado al conocimiento de las


distintas etapas de los objetos en su sucesión cronológica, para
conocer la evolución y desarrollo del objeto o fenómeno de
investigación se hace necesario revelar su historia, las etapas
principales de su desenvolvimiento y las conexiones históricas
fundamentales. Mediante el método histórico se analiza la
trayectoria concreta de la teoría, su condicionamiento a los
diferentes períodos de la historia. Los métodos lógicos se basan en
el estudio histórico poniendo de manifiesto la lógica interna de
desarrollo, de su teoría y halla el conocimiento más profundo de
esta, de su esencia. La estructura lógica del objeto implica su
modelación

Los métodos de Mill pueden ser efectivos pero la verdad es que ellos, así como la
inducción en sí son engañosos. Para empezar porque la inducción, si bien es usada
mucho en la vida cotidiana y hasta en la ciencia, no llega a resultados verdaderos
como lo son otro tipo de razonamientos —como la inducción, por ejemplo—.
Además, el método de concordancia se hace débil porque es posible que la

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circunstancia en cuestión sea sólo una causa accidental, y no se excluye la
pluralidad de causas; el de diferencia también ya que la debilidad del razonamiento
está en que lo que llamamos causa puede ser sólo parte necesaria de la misma.

Aguilar (s/f) menciona que el Método de concordancias es uno de los métodos que
tienen mayores aplicaciones. En la cual el procedimiento metódico es destacar la
relación de varios hechos observados y comparar fenómenos que aunque se
presenten en diferentes circunstancias, concuerden en lo que concierne a la sucesión
de aspectos que el investigador quiere estudiar de manera particular, aislándolos de
los demás. Dice una de las reglas del método experimental o la lógica tradicional:
“posita causa, ponitur efectos” lo que significa “puesta la causa se sigue el efecto” El
investigador busca la causa de un hecho y encuentra su presencia en varios casos,
totalmente diferentes, que no tienen circunstancias comunes; en consecuencia, es
probable que tal hecho que se repite en todas las circunstancias, sea la causa
buscada.
Ejemplo:

Se observa en un grupo de estudiantes una circunstancia en común: ninguno de ellos


ha aprovechado las enseñanzas, pues no saben cómo responder al interrogatorio del
maestro. La causa de esto es la falta de estudio, o sea que puesta la causa aparece
el efecto. La concordancia consiste en un elemento en común, o sea, la falta de
estudio

En otras palabras, si en dos o más casos en que se produce el fenómeno que se


investiga solo poseen una circunstancia en común, esta constituye probablemente la
causa o el efecto del fenómeno examinado.
Constituye un razonamiento o inferencia por concordancia se basa en la comparación
de las circunstancias que han acompañado varias veces la aparición de un fenómeno.
John Stuart Mill al referirse al método de concordancias establece que si “A” va
seguida de “a” entonces presumiblemente “A” es la causa de “a”. La palabra
presumiblemente es utilizada a propósito pues es claro que “A” no es necesariamente
la causa de “a” aunque siempre la haya precedido. La inferencia por concordancia se
puede presentar esquemáticamente de la siguiente manera:

Casos Condiciones Efecto


1 ABCD a
2 ABKM a

En este método se tienen que comparar al menos dos casos. Por ejemplo, podemos
inferir que C y D no pueden ser las causas de A porque faltan en el segundo caso.

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Tampoco pueden ser K y M porque faltan en el primer caso. Se infiera inductivamente
por concordancia que la causa o parte de la causa de “a” es A o B o ambas
condiciones en conjunto.
Por ejemplo:

Si se dice que en mi casa a la hora de la comida el guisado se sirve después de la


sopa nadie pensaría que la sopa es la causa del guisado.

La investigación y el razonamiento según el método de concordancias se componen


de los siguientes elementos:

 Se averiguan las causas posibles del fenómeno investigado


 Enseguida, comparando los casos en que se haya producido el fenómeno y
basándonos en la propiedad de la relación causal, dilucidamos cuales de las
posibles causas no lo son
 Después de eliminarlas se llega a la conclusión de cuál es la causa real

Los razonamientos acerca de la relación causal de los fenómenos según el método de


concordancias se apoyan sobre principios generales que expresan las propiedades de
la dependencia causal. Además, para sacar la conclusión es necesario en cada caso.

 Como primer punto conocer las circunstancias que anteceden al fenómeno


objeto de investigación, y
 Segundo, saber que todos los casos en que se produce el fenómeno
concuerdan únicamente en una circunstancia

CONCLUSIONES

En las ciencias sociales, naturales y técnicas no basta con la realización de las


aplicaciones de distintos métodos, sino que es necesario la aplicación de diferentes
procedimientos que permitan revelar las tendencias, regularidades y las relaciones
en el fenómeno objeto de estudio, uno de estos procedimientos son los estadísticos,
tanto los descriptivos como los inferenciales.

Es difícil escoger un método como el ideal y único camino para realizar una
investigación, pues muchos de ellos se complementan y relacionan entre sí; entre
uno de estos métodos esta la concordancia la cual se utiliza dependiendo del tipo de
investigación del objeto de estudio.

El método de concordancia constituye un razonamiento acerca de las causas


basado en la comparación de las circunstancias que han acompañado varias veces
a la aparición de un fenómeno y señala lo que en ellos se repite, como causa del
fenómeno.

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Se utiliza con el propósito de investigar la causa presumiblemente de un procedido
ya que la investigación y el razonamiento según el método de concordancia se
componen de los siguientes elementos: Primero se debe averiguar la causa posible
del fenómeno investigado, Segundo se debe comparar los casos en la que se haya
procedido el fenómeno y basándose en la propiedad de la relación causal.

BIBLIOGRAFIA
Pérez Tamayo, Raúl (1998) ¿Existe el método científico? Historia y realidad.
Recuperado de https://ained.files.wordpress.com/2009/10/ruy-perez-tamayo-existe-
el-metodo-cientifico1.pdf
Cerda, Hugo (1990). Introducción a la Investigación. Ediciones Búho. Bogotá
Colombia.
Aguilar, Francisca (s/f) Método de las concordancias. Recuperado de
https://www.academia.edu/18400338/Metodo_de_concordancias
Aletzantro. (2012, diciembre 9). ¿Qué rayos son los métodos de Mill? [Comentario
en un blog]. Recuperado de
https://voxpopulivoxanimus.wordpress.com/2012/12/09/que-rayos-son-los-metodos-
de-mill

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