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GANAR Y PERDER: LA LOGOTERAPIA Y LOS VÍNCULOS EMOCIONALES.

ELISABETH
LUKAS.EDICIÓN EN CASTELLANO PUBLICADA CON PERMISO DE PROFIL VERLAG. TRAD. HÉCTOR
PIQUER. PAIDÓS BARCELONA 2002

¿Cómo se puede prestar ayuda a las personas que padecen una crisis psicológica de cualquier
índole? Un dilema ancestral cuya respuesta pasa por reconocer que en principio sólo se puede
ayudar hasta cierto punto. Porque, finalmente, el ser humano está a solas consigo mismo. Se le
puede ofrecer proximidad, comprensión e interés… siempre que lo desee. Se le puede
aconsejar con razones… siempre que atienda a ellas. Se le pueden mostrar perspectivas
esperanzadoras… siempre que esté abierto a ellas. Pero si lo rechaza todo, no hay nada que
hacer.

El gremio de los profesionales de la ayuda ha crecido durante el siglo pasado como nunca lo
había hecho. Paralelamente, la proliferación de métodos serios y no tan serios de asistencia
terapéutica también se ha disparado. Sin embargo, la cifra de personas que padecen crisis
psicológicas no se ha podido reducir de forma apreciable, lo cual, como mínimo, da que
pensar. La única explicación razonable apuntaría a una sobrevaloración de las posibilidades de
una ayuda verdadera. La vida nos sumerge en luces y sombras, nos despierta de día y nos
adormece de noche. Desde que nacemoshasta que morimos, el dolor se alterna con la alegría y
el fracaso sucede al éxito con la misma intermitencia que las mareas bañan las costas. Lo que
la pleamar del destino arrastra hacia nosotros, nos lo vuelve a arrebatar la bajamar de la
transitoriedad. Todo llega, pero nada se queda. Hasta las crisis, resueltas o no, pasa, y si al
llegar se antojan abrumadoras, con el tiempo parecen despreciablemente pequeñas.

El célebre psiquiatra Viktor é. Frankl tuvo presentes estas reflexiones en la psicoterapia que
fundó, llamada logoterapia, ,y renunció a desarrollar psicotécnicas a guisa de recetas para
situaciones de shock o estrés, ya sea para mitigarlas en el momento de su aparición o para
elaborarlas una vez padecidas. Frankl sabía por propia experiencia que las situaciones eternas
difícilmente pueden ser las que acaban con la paciencia de una persona: él mismo salió
mentalmente intacto y optimista de años de sometimiento y humillación al terror nazi. Pero,
de la misma manera, a partir de las miles de conversaciones con pacientes en su clínica,
también sabía que una persona puede perder todos los estribos incluso viviendo en la riqueza
y la abundancia, con un trabajo seguro y un hogar confortable. Por consiguiente, Viktor E.
Frankl se interesó menos por las cosas tal como son y más por la manera de verlas e
interpretarlas. Así, descubrió criterios altamente eficaces para mantener la estabilidad
corporal, espiritual y mental que esbozaremos.

Nuestra manera de ver el mundo y las cosas que hay en él descansa fundamentalmente en la
averiguación de un sentido, mejor dicho, en un interrogatorio sobre el sentido (el sentido
general de la existencia no se puede averiguar, es una especie de última instancia, un muro
que impide ver más allá, mientras que al a existencia del mundo se le puede interrogar sonbre
el sentido de cada uno de sus incontables matices). El ser humano tiene el anhelo permanente
de comprender, su deseo de captar el sentido de cada situación es innato. Una crisis, una
enfermedad o una aflicción dejan de preocupar cuando se sitúan en contextos comprensibles.
Ya sabemos que la ayuda exterior sólo alcanza hasta cierto punto, porque cuandouno se
encierra en sí mismo, nada ni nadie podrá ayudarle. Sin embargo , a la vista de una situación
con un sentido comprensible, el ser humano se dará a sí mismo una nueva oportunidad. Ésta
fue la revolucionaria labor precursora de Vikor E. Frankl: con sus investigaciones, haber
descubierto lo importante que es tener la vista puesta en el sentido de los que el destino
depara a las personas, sobre todo a las que están desesperadas y mentalmente trastornadas.

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