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Introducción .................................................................................... 1
Eje temático 1: Beligerancia popular .......................................... 3
Eje temático 2: Beligerancia populae. Los movimientos sociales
en Argentina ................................................................................ 6
Eje temático 3: Modalidades de organización piquetera ........... 10
Eje temático 4: Sobre la Argentina que ya fue. Las diferencias
entre clases populares ayer y hoy .............................................. 13
Eje temático 5: Los otros efectos de las políticas neoliberales.
La privatización del espacio urbano ........................................... 21
Eje temático 6: El fenómeno de la inseguridad .......................... 26
Eje temático 7: Conceptos y enfoque teórico sobre el modelo
de la conflictividad ....................................................................... 32
Bibliografía .................................................................................. 42
Introducción
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necesidad de implementar un nuevo modelo de gestión democrática
de la conflictividad.
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1. Beligerancia popular. Los movimientos sociales en América Latina
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de lucha a fin de accionar en pos de estas demandas. “En consecuen-
cia la acción social perseguía el acceso al estado para modificar las
relaciones de propiedad y ese objetivo justificaba las formas estado-
céntricas de organización asentada en el centralismo, la división en-
tre dirigentes y dirigidos y la disposición piramidal de la estructura de
los movimientos.” (Zibechi, op.cit.).
Características comunes:
1. Territorialización5 del movimiento: fuerte anclaje en espacios fí- 5
Retomaremos más ade-
sicos conquistados a partir de luchas como efecto de la crisis y lante este concepto para
ubicarlo en la experiencia
la incidencia de la desocupación donde los sectores populares argentina.
deben reubicarse nuevamente. Este tipo de estableciemiento re-
configuraron los espacios físicos existentes.
2. Autonomía material y simbólica: toman distancia con respecto a
los Estados y los partidos políticos ya que cuentan con la capaci-
dad de asegurar la existencia de sus seguidores.
3. Revalorización de su cultura e identidad: reafirman sus diferen-
cias étnicas y de genero (movimientos de indígenas, de mujeres,
de nuevos pobres). Según Zibechi la exclusión de estos sectores
de ciudadanía los motiva a construir su mundo de pertenencia sin
perder sus particularidades. Esto obliga a repensar el concepto
de ciudadanía ya que el mismo pierde sentido cuando la exclu-
sión está istalada en nuestra sociedad.
4. Formación de sus propios grupos de intelectuales: la masificación
de la educación permitió que se formen intelectuales provenientes
de los sectores indígenas y populares. Este grupo de intelectuales
provenientes del movimiento se mantienen vinculados social, cul-
tural y políticamente al mismo. A su vez, individuos con estudios
que formaban parte de las capas medias que se empobrecieron
también contribuyen a la autoorganización y autoformación. Esto
lo podemos ver por ejemplo en diversas formas de la educación
con contenidos pedagógicos propios (indígenas ecuatorianos di-
rigen una universidad, movimiento sin tierra cuenta con más de
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1500 escuelas, muchos grupos piqueteros con formación en ofi-
cios, escuelas secundarias en fábricas autogestionadas, etc.)
5. Papel de las mujeres: en muchos casos son dirigentes sociales o
políticas con cargos destacados en los movimientos sociales y en
ocasiones hasta en el parlamento. Esta situación se propicia por
las nuevas relaciones de género que se entretejieron en los sec-
tores populares a partir de los cambios operados en los noventa
(en varios casos las mujeres son jefas de familia, se vinculan con
actividades que aseguren la subsistencia: cultivo de la tierra, edu-
cación, sanidad, emprendimientos productivos, etc.
6. Organización del trabajo y preocupación por la naturaleza: se 6
Característica de la pro-
piensa en tierras, fábricas y asentamientos como espacios donde ducción en serie con tra-
bajos jerarquizados entre
sea posible promover relaciones igualitarias y producir sin patro- quienes dirigen y quienes
nes ni capataces al tiempo que no sean depredadoras del medio ejecutan.
ambiente. Es decir, estos grupos procuran alejarse del trabajo
con relaciones de tipo taylorista o fordista6. Las fábricas recupe-
radas que funcionan como cooperativas autogestionadas son un
ejemplo de este tipo de acciones. En todos los casos estas mo-
vimientos sociales tienden a reproducir la vida cotidiana, familiar
y comunitaria asumiendo la forma de redes de autoorganización
territorial que en general apelan a la cohesión y el mantenimiento
de una vida de tipo colectiva.
7. Corrimiento de las formas de acción instrumentales anteriores (por
ejemplo las huelgas) generando nuevas estrategias autoafirmati-
vas donde los nuevos actores adquieren visibilidad y reafirman su
identidad. Por ejemplo en los piquetes se cortan las rutas porque
la policía no puede actuar y hasta tanto lo hace la gendarmería la
noticia del corte llega a los medios de comunicación. También se
evidencia en espacios que deben ser respetados por la polícía,
como es el caso de las rondas de los jueves de las Madres de de
Plaza de Mayo.
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2. Beligerancia popular. Los movimientos sociales en Argentina
a) El santiagazo
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b) La pueblada de Cutral Co – Plaza Huincul
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c) El correntinazo
La tercera protesta que retrata Auyero se origina a fines de los
años noventa. El correntinazo cobró forma en piquetes, huelgas, ma-
nifestaciones y una gran concentración en la plaza central de la capi-
tal. El conflicto fue protagonizado por docentes, empleados estatales
y otros ciudadanos extendiéndose durante 6 meses desde junio de
1999. El reclamo de salarios, la oposición a la consumación de despi-
dos, el repudio a la corrupción y el clientelismo político fueron, nueva-
mente, los motivos que motorizaron el aguante correntino.
Tal como narra Auyero, el correntinazo se produjo en el marco
de conflictos políticos entre las autoridades gobernantes del Partido
Nuevo (PANU) aliado al menemismo y una coalición opositora con-
formada por radicales, peronistas y autonomistas liberales, que ata-
caban por corrupción e ineficiencia al partido del gobernador Brai-
llard Poccard. Este último fue depuesto de su cargo y reemplazado
por el gobernador Perié. En medio de la disputa, la propagación de
hechos de violencia entre los grupos enfrentados culminó con la des-
titución del intendente local “Tato” Romero Feris y la propagación de
la creencia en una posible intervención federal. Las autoridades del
gobierno contrario al PANU fueron obligadas por el gobierno nacio-
nal (presidido por Carlos Menem) a efectuar un ajuste que implicó
despidos masivos, la disminución de gastos y privatizaciones.
En la plaza central se instalaron centenares de carpas de maes-
tros “autoconvocados” a los que poco a poco fueron sumándose em-
pleados públicos y sindicatos. La protesta fue legitimada por el nuevo
gobierno así como también por la iglesia católica. Ambos reafirmaron
la necesidad de conseguir fondos federales para el pago de salarios
y llamaron a los manifestantes a conservar la “dignidad”, tanto en la
provincia como cuando se decidió hacer oír los reclamos en Plaza
de Mayo. Luego de la realización de un piquete en el puente General
Belgrano fuertemente enfrentado con personal de gendarmería, el go-
bierno nacional intervino la provincia disponiendo de esta última fuer-
za para reprimir la protesta. El acontecimiento culminó con la muerte
de dos manifestantes: Francisco Escobar y Mauro Ojeda.
Foto: todocorrientes.com
>>
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3. Modalidades de organización piquetera
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Un aspecto interesante que señalan Svampa y Pereyra en rela-
ción a la protesta de Cutral-Co es que el suceso puede comprenderse
como punto de arranque de la generalización de mecanismos de ac-
ción directa en los barrios y piquetes. Esto es importante, ya que: “[…]
la práctica asamblearia entraña una redefinición del quehacer político,
que apunta en especial a la revalorización del aporte individual, indepen-
dientemente de su formación previa o de su trayectoria política” (2003:
183). Una de las cuestiones centrales que emergen en las asambleas,
puntean Svampa y Pereyra, son el hambre y la desocupación. Estos
y otros problemas comenzaron aflorando a modo de desahogo de los
propios asambleístas y muchas veces acabaron politizándose. Pero,
por sobre todas las cosas, las asambleas se erigieron en espacios de
consolidación de vínculos comunitarios.
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Svampa y Pereyra: “[…] no hay que olvidar que, desde el comienzo, la
estrategia estatal respecto de las organizaciones piqueteras ha ido al-
ternando una política de cooptación, de corte netamente clientelar, con
una política represiva, sobre todo en contra de los actores organizados
más movilizados” (2003: 203).
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4. Sobre la Argentina que ya fue. Las diferencias entre
las clases populares ayer y hoy.
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Esta nueva situación que se acentuó y profundizó en los años
noventa despojando a diversas esferas vinculadas con:
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con una serie de conquistas sociales o luchas por derechos que con-
formaron las identidades populares de la clase trabajadora. Recorde-
mos que en la Argentina, existieron fuertes mecanismos por parte del
Estado (si se quiere a partir de su conformación y de los procesos de
fomento a la inmigración que los precedieron) donde existía fuertemen-
te la perspectiva de extensión de ciudadanía a través de prestaciones
públicas tales como la salud, la educación, el acceso a la vivienda y
el voto. El siglo XX en Argentina se caracterizó por la incorporación
de la mayoría a las esferas políticas, económicas y sociales, por una
movilidad social sin precedentes (esto puede evidenciarse, por ejem-
plo en la obra “M´hijo el Dotor” del dramaturgo Florencio Sánchez en
1903). Siguiendo este desarrollo histórico, los sindicatos tuvieron un
papel preponderante en la construcción de la política nacional desde
comienzos de siglo hasta 1989, teniendo su punto álgido durante el
primer y segundo gobierno de Juan D. Perón.
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Desafiliación y políticas sociales
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La protesta y las demandas hacia el Estado se combina con
la participación activa en estas mismas políticas sociales, es decir,
por un lado se depende del Estado y por el otro lado se debe nego-
ciar con él.
Inscripcion territorial
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afirma este autor, “la acción de los ocupantes carece de legalidad pero
el Estado también está en falta porque debería garantizar una serie de
derechos y no lo hace.” (pp.: xx)
Por último queremos rescatar otra vez más que estos cazadores
logran obtener algunas formas de afiliación y de inscripción territorial
a través de su pertenencia al barrio, de su sistema de intercambios y
solidaridades. Estas cuestiones hacen que no se encuentren comple-
tamente excluidos de la vida institucional ni de la actividad económica.
Si bien estos individuos de las clases populares forman parte de la so-
ciedad a través de estructuras inestables las organizaciones barriales
deben lidiar de manera cotidiana con cuestiones que hacen al territorio
del que forman parte (lucha por una escuela o un centro de salud) al
tiempo de tener la necesidad de buscar de manera continua los recur-
sos para sobrevivir.
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5. Los otros efectos de las políticas neoliberales. La pri-
vatización del espacio urbano.
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Ya nos hemos referido al aumento de las desigualdades y de la
violencia y a las características heterogéneas que adquiere la pobreza,
que ya no comprende sólo a los sectores populares, sino que además
incluye a parte de los grupos medios donde la inseguridad se convirtió
en un tema central para muchos.
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Svampa retoma la hipótesis de Richard Sennett, pensador con-
temporáneo que tiene una perspectiva similar a la de Castel y Bauman
en relación a la nueva cuestión social que vimos en el núcleo anterior.
Para Sennet el nuevo modelo de acumulación flexible a nivel mundial
lleva implícita la consigna “nada a largo plazo”, esto desorienta la pla-
nificación tanto en el corto como en el largo plazo y también diluye
los vínculos de compromiso y confianza entre los individuos. Así, la
incertidumbre es moneda corriente en el sistema capitalista actual y la
inestabilidad se vive con normalidad. Estas cuestiones las habíamos
analizado anteriormente pero para definir a los sectores populares. Es
llamativo como los cambios en el sistema capiltalista contemporáneo
impacta en las formas de vida de todos los grupos sociales.
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Un ejemplo de esto son las quejas y litigios que se manifiestan Para ampliar esta infor-
mación puede consultarse
en los barrios aledaños a estos emprendimientos privados que constru-
la nota periodística dis-
yeron canchas de golf o lotes subiendo y rellenando tierras. Esto gene- ponible en: http://24con.
ró que muchos lugares más bajos cercanos, generalmente ocupados infonews.com/conurbano/
nota/31490-Advierten-
por sectores populares, se inunden.8
que-el-country-que-hicie-
ron-Sabatini-y-Nicklaus-
inunda-la-zona/
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6. El fenómeno de la inseguridad
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Entre 1991 y 2002 se produce en Argentina un aumento aproxi-
mado del 300% para delitos urbanos sucedidos en Buenos Aires con
una suba del 12.7% entre 2000 y 2003 y una leve baja entre el 2º
semestre de ese año y el 1º de 2004. Sin embargo, desde 2003 el por-
centaje de individuos que perciben a la inseguridad como el principal
problema del país se duplica. Hacia 2004, el tema supera a cuestio-
nes mucho más arraigadas como el desempleo convirtiéndose en el
principal factor de legitimación/ deslegitimación gubernamental.
Fuente: periodicotribuna.
>> com.ar
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un crimen paradigmático de la dictadura que sólo comenzó a ocupar la
agenda mediática cuando afectó los intereses de los sectores de clase
social alta y no cuando fue objeto de temor de los sectores populares,
que previamente constituyeron el grupo más temeroso.
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Fuente: asosiacionmadres-
>> deldolor.blogspot.com
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Modalidades de organización de ciudadanos-víctimas
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Sin embargo, la manera de vincularse con el sector público del
Movimiento Blumberg y la Fundación Axel es distinta de la que se valen
los “nuevos agentes de seguridad”. Por un lado, el movimiento Blum-
berg emplea relatos afines a sus respectivos intereses contra un otro
negativo identificado con el Estado y los sectores excluidos. En cambio, 10
El modelo implementado
los agentes que se organizan para la prevención del delito apuntan a un por los nuevos agentes
victimario que no excede el ámbito local. Por otro lado, los ciudadanos securitarios se basa en
organizados en asociaciones barriales actúan con miras a confeccionar la participación en foros,
charlas con técnicos e in-
un plan “alternativo” al de “mano dura” de Blumberg, sin lograr tanta telectuales de distintas
repercusión mediática como el grupo al que representa este último sec- disciplinas, el intercambio
tor. Si el Movimiento Blumberg y la Fundación Axel consiguen difundir entre ONGs y agrupacio-
nes diversas a partir de
en los medios demandas que bregan por el “endurecimiento” de leyes, convocatorias constituidas
los “nuevos agentes de seguridad” se organizan “hacia adentro” para desde el Estado. Las po-
hacer cumplir las normas vigentes mediante el establecimiento de un líticas que se desarrollan
en estos encuentros par-
vínculo con el Estado, que intentan fortificar a partir de la implementa- ten de un diagnóstico de
ción de diferentes iniciativas. situación elaborado con
la colaboración de ciuda-
danos y ciudadanas que
Las Organizaciones de la sociedad Civil (OSCs) a través de las aportan información, re-
cuales se reúnen estos últimos sectores, componen un espacio de en- clamos y posibles solucio-
cuentro entre vecinos, jóvenes y especialistas de distintos rubros, que nes al interior de un nuevo
espacio público de gestión
participan de un proceso de monitoreo securitario y elaboran técnicas de la conflictividad. Para
que permitan hacer frente a los conflictos locales, en el marco de un mencionar algunas de las
modelo de contención del delito y la violencia promovido desde el Esta- medidas y prácticas adop-
tadas hasta entonces, se
do. Esta matriz no enmarca las políticas de gestión del conflicto secu- puede aludir: la confec-
ritario en la idea de orden ni apunta a la idea de castigo, como proce- ción de “mapas del delito”,
diera el “paradigma punitivo” predominante en las formas de afrontar el la formulación de políticas
de carácter “situacional-
problema por el Movimiento Blumberg y la Fundación Axel.10 ambiental” (establecimien-
to de mayor iluminación en
El diseño de políticas que operen contra el delito sin causar ma- las calles, poda de árboles,
organización de cuadrillas
yor exclusión es un tema complejo cuya respuesta permanece abierta. vecinales de vigilancia,
Para intentar aproximarnos a una posible estrategia de abordaje, el etc.), la implementación
siguiente apartado retoma las ideas de Alberto Binder (2010), formula- de mecanismos de super-
visión hacia los agentes de
das en Análisis Político Criminal. Bases Metodológica para una política seguridad, la planificación
criminal minimalista y democrática. de criterios de rotación de
las “paradas policiales”, la
instalación de cámaras de
vigilancia en sitios estraté-
gicos, la programación de
rutinas de ingerencia po-
licial, la estructuración de
proyectos de reinserción
en el mundo educativo y
laboral dirigidos hacia jó-
venes provenientes de
zonas marginales, entre
otras.
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7. Conceptos y enfoque teórico sobre el modelo de la
conflictividad
Fuente: homodefectus.
>> com
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Dicho esto, Binder procede a explicitar su mirada cuyos funda-
mentos se inscriben en el “modelo de la conflictividad”. En principio,
es preciso reconocer que no ha habido ni habrá sociedad sin conflic-
tos: éstos existen permanentemente, en mayor o menor medida, en
un orden social donde afloran y sobre el cual operan. ¿Acaso es lo
mismo un orden democrático que un orden autoritario? La cuestión
puede desenmascararse si atendemos al patrón de funcionamiento
social que se pretende impugnar: “[…] Partir de una visión conflicti-
vista de la sociedad significa, antes que nada, repudiar una visión de
la sociedad fundada en la idea de orden” (2010: 3. Subrayado en el
original). Pues, ¿podría existir un orden sin cambio, sin movilidad?,
¿podría existir un orden sin intereses en pugna, sin expectativas con-
tradictorias, sin conflicto?
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res: manifestantes, funcionarios públicos, medios de comunicación,
agentes de seguridad. Cada grupo actuó recíprocamente en relación
a los demás en función de expectativas, necesidades y condiciones
de posibilidad.
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Lo mismo sucede con el fenómeno del delito. Si partimos de la
idea de que las sociedades se hallan sujetas a una tracción perma-
nente entre el orden y el conflicto de donde deriva un tipo de sociedad
(Kessler, 2009) podremos advertir al delito como un hecho eminente-
mente social, cuya significación no puede desconocer el carácter arbi-
trario de la tipificación penal: ésta, considera como delictuosos aquellos
actos que atentan contra el orden de la democracia liberal.
Así como existen los más variados factores que pueden conlle-
var a que las fuentes de beligerancia se erijan en causa de un conflic-
to particular, puede que esta situación no suceda: “En definitiva –dice
Binder- fuente, condición y contexto son analíticamente separables
en el conocimiento del conflicto, por más que las fronteras entre uno
y otro concepto se desdibujen totalmente en el desarrollo social de
los conflictos” (2010: 10. Subrayado en el original). Si pensamos en
las manifestaciones de inseguridad, podemos deducir que el temor al
delito urbano en tanto fuente de las demandas por justicia y seguridad
puede implicar un descontento o cuestionamiento político hacia la ad-
ministración estatal.
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Así como hemos advertido que todo conflicto cumple una fun-
ción positiva al interior del orden social, diremos por último que no to-
dos los sucesos conflictivos contribuyen a generar estabilidad. En la
propia definición de la idea de conflictividad existen disputas por dotar
de significación e impulso a los acontecimientos, que impiden lograr un
consenso pleno o acabado acerca de los mismos. Binder explica este
punto remitiéndose a los autores Mack y Synder: “[…] parte del proble-
ma de diferenciar los aspectos funcionales y disfuncionales del conflicto
consiste en identificar las condiciones en las cuales las consecuencias
disfuncionales pueden ser minorizadas. Una cuestión fundamental que
hay que averiguar es, entonces, ¿cómo y por qué las consecuencias
disfuncionales de un conflicto llegan a predominar?” (2010: 11).
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preciso apuntar es “[…] la imposibilidad de sostener una intervención
en los conflictos sobre la idea de orden desde el punto de vista de
una perspectiva democrática de esa intervención” (2010: 13). La matriz
conflictivista reconoce la propagación de pautas materiales capaces
de contribuir a solventar los conflictos, incluso por medio de la fuerza,
priorizando que en la mediación prime la contención de la violencia.
Cierre
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tión de los conflictos mediante el uso de la violencia. Probablemente,
los crímenes y los enfrentamientos podrían haberse prevenido si se
hubiese recurrido a una perspectiva democrática al momento de defi-
nir los conflictos como negativos para cierto tipo de formación social.
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El valor de la gestión pública no es otro que el de identificar el
tipo de relación social a establecer con cada sector en conflicto a par-
tir de la sistematización de las uniformidades que presenta la acción
social, así como las perspectivas de los actores que la protagonizan.
De este modo, el Estado puede conocer, prever y orientar convenien-
temente una política pública capaz de impactar en el campo social.
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orden hacia el sujeto depositario de riesgo social. La estigmatización
de sujetos dotados de peligrosidad legitima la exclusión, al tiempo que
contribuye a extender el conflicto relegando su dimensión social.
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daje empleados para enfrentar el conflicto conllevan repercusiones dis-
tintas del orden social. El reconocimiento de conflictos y el grado de
tolerancia a la conflictividad se hallan íntimamente ligados al modelo
institucional que se intente fortalecer o debilitar. El alcance de las polí-
ticas democráticas de gestión de la conflictividad recae en que operan
sobre las reglas del juego que orientan la organización social mediante
el diseño de normas de tolerancia que favorecen un orden dinámico,
abierto y con inclusión social.
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Bibliografía Obligatoria
Bibliografía Complementaria
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