Você está na página 1de 1

Cuando España era algo más católica, pongamos que hablo de hace 40-45 años:

- Apenas había impuestos. No había IRPF ni IVA, y dudo que existiera el de sucesiones,
o al menos no en la cuantía actual. Solamente estaba el IGTE (Impuesto General de
Tráfico de Empresas), que yo lo conocí al 4,5%.
Ahora tenemos una carga fiscal, de una media de un 50% de nuestros ingresos.

- Un trabajador se compraba un piso con una media de 18 mensualidades brutas de


trabajo. Ahora se necesitan más de 200. EL plazo máximo legal para la devolución de
un préstamo hipotecario era de 12 años. Hoy los hay de más de 30 años.

- Las familias tenían una media de 3-4 hijos, y encima prosperaban.

El primer gran corrupto es el Estado, los que están al frente, y aquéllos a quienes este
sistema sirve.

Tenemos una deuda pública de 950.000 millones de € (ZP la dejó en 750.000 millones),
mientras que en la época de Franco, la deuda pública estaba en mínimos históricos.
Conviene conocer que la deuda pública es el instrumento del NOM para el
sometimiento de las naciones (caso de Argentina).

La cuestión es ¿realmente le corresponde al César todo aquéllo que el César dice que le
corresponde?

Porque, de facto, en España, vivimos en un régimen comunista para la tropa, donde


nuestros ingresos nos son esquilmados por el Estado, y donde nos están instalando en
una pobreza artificial al confiscarnos lo que en justicia nos pertenece, para después,
mayormente, malgastarlo en su ingeniería social.

¿Qué establece realmente el Catolicismo ante esta situación? ¿Balar y decir beee a todo
lo que nos imponen, u otra cosa?

Ciertamente que la mentira es detestable, pero la primera gran mentira, es el propio


Sistema instalado.

Você também pode gostar