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SUBSEDE HUEHUETENANGO
CARRERA INGENIERIA AMBIENTAL y AGRONOMIA
CURSO MANEJO ECOLOGICO DE PLAGAS
RESP.: ING. FOR. JUAN RENARDO VILLATORO
DOCUMENTO DOCENTE
TIPOS DE CONTROL EN PLAGAS
CONTROL QUÍMICO
El Control Químico de las plagas es la represión de sus poblaciones o la prevención de su
desarrollo mediante el uso de substancias químicas.
Los compuestos químicos que se utilizan en la protección de los cultivos reciben el nombre
genérico de Pesticidas o plaguicidas. Estos compuestos, según su efectividad particular
contra insectos, ácaros, ratas, caracoles, o nematodes, reciben los nombres específicos de
insecticidas, acariciaos, raticidas o rodenticidas, caracolicidas o molusquicidas, y nematicidas
respectivamente. También se incluye a los herbicidas y fungicidas que se utilizan para
combatir las malezas y las enfermedades fungosas respectivamente.
El éxito del control químico, o por lo menos de una aplicación de insecticidas, en el combate de
las plagas está supeditado al buen criterio que se tenga para decidir:
Estas decisiones exigen conocimientos sobre las características de los productos insecticidas, los
equipos de aplicación, las plagas y la planta cultivada.
También hay que tomar en cuenta las prácticas culturales, las condiciones climáticas, las
condiciones económicas del cultivo y del agricultor, y las características culturales y sociales
del medio.
Las primeras aplicaciones de insecticidas modernos fueron tan especuladores que muchas
esperanzas se cifraron en la posibilidad de erradicar las principales plagas. Desafortunadamente
después de algo más de cuatro décadas de aquellos resultados extraordinarios se puede
comprobar que los problemas de plagas no han desaparecido y, por el contrario, en muchos casos
se han agravado. La utilización de los pesticidas trajo consigo fenómenos nuevos, no previstos,
como el desarrollo de resistencia a los insecticidas y la aparición de nuevas plagas por la
destrucción de sus enemigos naturales.
Muchos de los problemas citados se han derivado del mal empleo y uso excesivo de insecticidas y
pesticidas en general. Aún hoy mucha gente, incluyendo agricultores y profesionales no bien
enterados, cree que el combate de las plagas por medio de insecticidas es algo simple y basta
con seguir las instrucciones de los envases de pesticidas o, lo que es peor, creer que "si poco es
bueno, mucho es mejor". De esta manera aumentan dosis innecesariamente o mezclan productos
sin ninguna racionalidad, para estar seguros de no fallar con el tratamiento.
Desde el punto de vista ecológico, el insecticida es una substancia tóxica que el hombre
introduce al ecosistema agrícola afectando a todos sus organismos en particular, a los
animales. La intensidad del efecto varía según las características de insecticida, el grado de
susceptibilidad de las especies fitófagas y benéficas presentes, la formulación y dosis del
producto, la forma en que es aplicado, la clase de cultivo, y las condiciones climáticas
prevalecientes durante las aplicaciones. Es normal que los efectos se extiendan más allá de los
límites del campo aplicado, pues los insecticidas son fácilmente llevados por el viento y el agua.
Efecto sobre los insectos benéficos: Los controladores biológicos normalmente son más
susceptibles que las especies fitófagas, por lo que sus poblaciones son afectadas por las
aplicaciones de insecticidas más drásticamente. La destrucción de los controladores
biológicos produce dos fenómenos: la rápida resurgencia de la plaga-problema, (que dio motivo a la
aplicación), y la aparición de nuevas plagas.
Toxicidad contra los insectos: Para que un insecticida cause la muerte de un insecto debe afectar
un sistema vital de su organismo. Así por ejemplo, las piretrinas, la nicotina, los
insecticidas orgánicos sintéticos fosforados, carbamatos y piretroides afectan el sistema
nervioso; los tiocianatos afectan el aparato respiratorio; los arsenicales destruyen la pared
intestinal; y los insecticidas clorados orgánicos afectan procesos nerviosos axónicos. Otros
insecticidas modernos afectan los procesos de muda o de quitinización del integumento.
Expresión de la toxicidad: La Dosis Letal Media: El grado de toxicidad de un insecticida contra
una población de insectos se expresa como Dosis Letal Media o DL50; esto es la cantidad de
insecticida requerida para causar la muerte del 50 por ciento de un grupo representativo de
insectos. La dosis letal media puede expresarse en cantidad de insecticida por individuo, digamos
15 microgramos por larva o por insecto adulto; o, en forma más precisa, en cantidad de insecticida
por unidad de peso del insecto. Así por ejemplo, se dice que la DL50 del parathión para la
cucaracha americana es de 1.2 microgramos por gramo de peso vivo del insecto adulto.
Expuestos al medio ambiente, los insecticidas con alta tensión de vapor resultan volátiles y se
disipan más rápidamente que aquéllos con baja tensión de vapor. Por otro lado, los factores
físicos, químicos y biológicos del medio ambiente también influyen marcadamente en la
estabilidad y persistencias de los productos. Entre estos factores se encuentran la temperatura,
luz, radiación ultravioleta, los agentes oxidantes, hidrolizantes y reductores y el pH del medio; así
como los fermentos y los microbios desintegradores.
Efecto de los insecticidas sobre las plantas: Los insecticidas agrícolas normalmente no son
fitotóxicos porque en el proceso de su selección se eliminan las substancias con esos efectos.
Ciertos compuestos pueden resultar tóxicos para algunas especies de plantas o variedades, o
pueden afectar la fisiología normal de la planta (floración, retención de frutos), en grados que
varían con las dosis, el estado de desarrollo de la planta, las condiciones ambientales en el
momento de la aplicación y la frecuencia de las aplicaciones del producto.
Efectos sobre las semillas: Los insecticidas pueden afectar las semillas al ser aplicados como
fumigantes, coberturas de semillas, o tratamientos al suelo. El daño de los fumigantes puede
estar relacionado con el alto contenido de humedad de la semilla (mayor de 10%), y como
resultado se reduce el porcentaje de germinación o se retarda la germinación. En la cobertura de
semillas la fitotoxicidad puede aumentar con la edad de la semilla y el tipo de coadyuvante.
Las impregnaciones de semillas con concentrados emulsionables suelen resultar más fitotóxicos
que las impreganciones con polvos concentrados mojables o para espolvorear. La utilización de
las formulaciones granuladas en ei suelo disminuyen los riegos de fitotoxicidad. Todas las
semillas no son igualmente susceptibles; las leguminosas suelen ser más susceptibles que los
cereales y entre los cereales, el maíz y el trigo son más susceptibles que la cebada.
La rapidez con que se disipan los depósitos de los insecticidas en las plantas depende de
varios factores:
En cuanto a la naturaleza de los insecticidas, existen ciertos productos que son extremadamente
estables y otros que se descomponen rápidamente. El aldicarb, por ejemplo es un compuesto que
penetra a la planta y perdura por varias semanas. En cambio, el mevinfos, que también penetra y
circula en el interior de la planta, se metaboliza rápidamente en pocas horas, sin dejar residous
tóxicos.
Hay que distinguir el concepto de resistencia que es la pérdida de susceptibilidad de una población
como consecuencia de las aplicaciones de insecticidas y la tolerancia que es la ausencia de
susceptibilidad de una población de insectos a un producto como una característica natural.
El nivel de resistencia que finalmente alcanza una población puede ser similar o superior a la
tolerancia que registraron los individuos menos susceptibles de la población. Pueden
distinguirse tres casos principales de resistencia.
Según la vía de ingreso al cuerpo del insecto: Este criterio de clasificación es mencionado por
algunos autores como "forma de acción" del insecticida, terminología que en realidad no es
apropiada.
Insecticidas superficiales
Insecticidas de penetración o profundidad
Insecticidas sistémicos (sistemáticos, endoterapéuticos, teletóxicos o citótropos):
Substancias que son absorbidas por la planta y luego movilizados a lo largo de sus
órganos en concentraciones suficientes para matar a insectos localizados en partes distantes
al lugar de aplicación.
Según la efectividad particular contra las plagas: Se usan diversos términos descriptivos tales
como:
Según el origen y la naturaleza química del producto: Los numerosos compuestos insecticidas
que se usan en agricultura se han agrupado clásicamente en: Insecticidas minerales o inorgánicos,
insecticidas de origen vegetal, e insecticidas orgánicos sintéticos.
Las pulverizaciones y los espolvorees son las dos formas más comunes en que se aplican los
insecticidas agrícolas. Estas operaciones tienen por objeto distribuir y depositar el insecticida de
manera uniforme sobre la superficie de las plantas. Otras formas, son las aplicaciones de
granulados a las plantas y al suelo, los tratamientos de semillas, las mezclas con fertilizantes,
las inyecciones al suelo, los cebos envenenados, y las aplicaciones de gases o fumigantes al
suelo o a los productos almacenados.
Estas dosificaciones son válidas sólo para el producto comercial referido y tienen como
propósito depositar una determinada cantidad de insecticida (ingrediente activo) sobre las
hojas. Si se tiene otro producto comercial más concentrado las dosificaciones recomendadas,
con toda seguridad, van a ser menores. Pero si en lugar de la etiqueta de un frasco insecticida la
dosificación se lee en una revista científica o técnica lo más probable es que la dosificación se
refiera al ingrediente activo, es decir al insecticida puro. Corresponde al técnico encontrar la
equivalencia en relación a un producto comercial.
CONTROL CULTURAL
El control cultural consiste en la utilización de las prácticas agrícolas ordinarias, o algunas
modificaciones de ellas, con el propósito de contribuir a prevenir los ataques de los insectos, hacer el
ambiente menos favorable para su desarrollo, destruirlos, o disminuir sus daños. En general no
se trata de medidas tomadas de improviso, ante la presencia de la plaga, sino que, por el contrario,
normalmente responden a una planificación previa dentro del proceso normal de la producción
agrícola e incluye medidas como: labores de preparación de tierras, métodos de siembra,
selección de variedades, ejecución de cultivos y aporques, manejo del agua, y de los
fertilizantes, oportunidades de cosecha, períodos de campo limpio, etc. La adecuada aplicación
de las prácticas agrícolas con estos fines, requiere de conocimientos apropiados sobre la
fisiología y fenología de las plantas cultivadas y de sus características agronómicas; de las
modalidades de las prácticas agrícolas propiamente dichas; y naturalmente, un buen conocimiento
de la biología de las plagas locales, su comportamiento y su ocurrencia estacional.
Para eliminar las fuentes de infestación se recomiendan las siguientes medidas; destrucción
de los residuos de cosecha, eliminación de malezas y limpieza de los bordes del campo, podas y
quema de órganos infestados, y destrucción de pupas en el suelo mediante araduras.
Dentro del campo, las malezas no solamente son competidoras de nutrientes, luz y agua
de los cultivos, sino que pueden favorecer el desarrollo de varias especies de plagas y
enfermedades por lo que es aconsejable su destrucción. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que,
en algunos casos, la destrucción de malezas infestadas de plagas puede provocar su
concentración en el cultivo; esto es particularmente evidente en infestaciones de nocluidos y
arañitas rojas.
PODAS Y DESTRUCCIÓN DE ÓRGANOS INFESTADOS
La práctica es factible sobre todo en propiedades pequeñas y medianas y, para que su efecto sea
más beneficioso, es aconsejable coordinar estas labores con los agricultores vecinos. Las podas
de los árboles frutales suelen ser prácticas comunes en la conducción de los huertos.
Desde el punto de vista fitosanitario deben considerarse las podas de las ramas infestadas
fuertemente por queresas y otras plagas como los insectos barrenadores. En ambos casos se
produce debilitamiento de las ramas infestadas que puede extenderse hasta producir la muerte de
las plantas o, por lo menos, reducir la capacidad de recuperación de la planta si las ramas
no son podadas oportunamente. Las ramas cortadas deben ser retiradas del campo y quemadas
para evitar el traslado de migrantes de queresas o de insectos adultos barrenadores a las plantas
sanas.
Las aradura s después de l as cosechas incorporan el suelo los restos de tocones, malezas y
plantas aisladas conjuntamente con los insectos que albergan y que quedan así enterrados. Las
araduras afectan también a las larvas de vida subterránea como los gusanos de tierra, los gusanos
alambre y los gusanos blancos, que quedan expuestos a los predadores y privados de alimentos por la
destrucción de las plantas hospederas.
Para interrumpir la sucesión de los ciclos de vida de los insectos se emplean dos prácticas básicas: los
"períodos de campo limpio" y la "rotación de cultivos".
Período de campo limpio: El período de campo limpio consiste en mantener el área agrícola y
sus alrededores libres del cultivo y de otras plantas hospederas de las plagas principales por un
período relativamente prolongado, generalmente no menor de dos o tres meses. En ese lapso, los
insectos adultos que emergen de la campaña anterior no encuentran plantas para ovipositar y los
estados larvales que no completaron su ciclo en el cultivo previo mueren por falta de alimento. Para
obtener resultados satisfactorios la medida debe aplicarse sobre un área extensa.
Control de la densidad: En general se considera que una densidad alta, como consecuencia de
la poca distancia entre plantas y/o entre surcos, tiende a producir un ambiente de alta
humedad y reduce la insolación debajo del follaje. Estas condiciones favorecen numerosas
especies de insectos y enfermedades de las plantas.
Control de los riegos y la fertilización: Si bien los factores determinantes del riego son el tipo del
suelo y los requerimientos hídricos del cultivo, el manejo del riego, dentro de ciertos límites,
influye en la tasa de crecimiento vegetativo de la planta, su arquitectura, desarrollo y consistencia
de las hojas, la formación de los frutos y su maduración. Estos factores a su vez tienen influencia
sobre el desarrollo de las plagas.
Práctica del "despunte": Esta práctica consiste en el corte del brote terminal de la planta con el fin
de detener el desarrollo de altura en beneficio de las ramas ya formadas. El despunte ayuda a retener
los órganos de fructificación y favorece una maduración más temprana y uniforme.
Práctica del aporque: En los cultivos de tubérculos como la papa, sobre todo cuando la tuberización
ocurre muy superficialmente, se recomienda efectuar buenos aporques para que los tubérculos
queden bien protegidos. Se considera que esta práctica reduce las infestaciones de campo de
la polilla de la papa.
Plantas trampa: Se consideran plantas trampa a aquéllas que son preferidas por la plaga y que
normalmente son infestadas antes de que se produzcan las infestaciones en el cultivo principal. El
valor de las plantas trampa como medio de control de plagas no está muy bien establecido y con
frecuencia hay discrepancias entre los especialistas; hasta se dan reportes contradictorios. Es
posible que la falta de consistencia en los resultados de los pocos experimentos que se han llevado al
respecto se deba a los múltiples factores que intervienen en cada caso, incluyendo la relativa
atractividad de la planta trampa, su estado de desarrollo respecto al cultivo, la proporción de
área que cubre, y su localización respecto al cultivo principal y a las fuentes de infestación.
Cultivos asociados: Los pequeños agricultores suelen asociar dos o más cultivos con el objeto
de asegurarse diversidad en la cosecha, reducir el riesgo frente a condiciones desfavorables y
optimizar el uso del terreno. Se considera que, adicionalmente, la asociación de cultivos
contribuye a reducir las incidencias de plagas y enfermedades en comparación a los
monocultivos. No hay una evidencia clara de este efecto; aunque hay reportes que indican que la
asociación de maíz y frijol contribuye a reducir las plagas del maíz y del frijol.
Mecanismos de Resistencia: Los factores o componentes de la resistencia de las plantas a las plagas,
corresponden a las categorías de no preferencia o antixenosis, antibiosis, y tolerancia, a lo que podría
agregarse la resistencia mecánica. En cada una de las categorías se pueden presentar diferentes
niveles de resistencia los que a su vez, corresponden a diferentes factores genéticos. Una misma
planta puede exhibir una condición de resistencia por causa de diferentes factores, incluyendo
aquellos de diferentes categorías.
La antibiosis es el efecto adverso que tiene una planta al desarrollo normal del insecto, sea
causándole mortalidad en sus primeros estadios, retardando su desarrollo, disminuyendo su
tamaño o reduciendo la capacidad de reproducción de los adultos. Se considera que la
antibiosis se debe a la presencia de substancias químicas que son de alguna forma perjudiciales para
el insecto, a la ausencia de algunos nutrimientos esenciales, o al desbalance entre las
substancias nutritivas.
La resistencia mecánica consiste en la exclusión del insecto de llegar a los órganos o tejidos
susceptibles, por mecanismos de protección o por la formación de tejidos duros que interfieren
con el desarrollo del insecto.
El valor práctico de la resistencia o tolerancia de las plantas no se limita a los niveles más altos.
Cierto grado de resistencia que permita tolerar infestaciones moderadas sin causar daño
económico permite que los enemigos naturales de las plagas tengan tiempo para multiplicarse y
ejercer su acción benéfica con eficiencia. De igual manera se dispone de mejores condiciones
para utilizar otros métodos de control, sin el apremio que se presenta en el caso de cultivos
marcadamente susceptibles.
CONTROL LEGAL
El control legal consiste en las disposiciones obligatorias que da el gobierno con el objeto de
impedir el ingreso al país de plagas o enfermedades, impedir o retardar su propagación o dispersión
dentro del país, dificultar su proliferación, determinar su erradicación y limitar su desarrollo
mediante la reglamentación de cultivos. También se incluyen aquellas disposiciones que regulan la
comercialización y el uso de los pesticidas. En general son medidas que deben ser observadas por
todas las personas de un país, región o valle. El control legal incluye las medidas de cuarentena,
inspección, erradicación, reglamentación de cultivos y reglamentación del uso y comercio de los
pesticidas.
CUARENTENA
La cuarentena tiene por objeto evitar la introducción de plagas y enfermedades peligrosas que
no existen en el país o están muy poco difundidas; o evitar la propagación o dispersión dentro
del país de aquéllas que ya han sido introducidas pero que tienen una distribución restringida. Para
tal fin las disposiciones cuarentenarias condicionan, regulan, restringen o prohíben la
introducción, transporte o existencia de plantas o productos vegetales. La cuarentena puede ser
externa o interna según que el área de protección sea todo el país o una región dentro del país. El
establecimiento de medidas cuarentenarias debe hacerse a base de consideraciones
biológicas, geográficas, climáticas y económicas.
Consideraciones geográficas: Para que la cuarentena sea factible, deben existir barreras
naturales como desiertos, cordilleras, ríos, lagos, o mares, que imposibiliten el ingreso natural de
la plaga. Las barreras naturales pueden ampliarse con la eliminación de las plantas hospederas
en las áreas limítrofes.
Consideraciones climáticas: Hay que considerar las posibilidades que tiene la plaga para
establecerse en el nuevo territorio. No tendría sentido una cuarentena contra una plaga que no
tiene posibilidades de establecerse en la nueva zona por razones climáticas
CUARENTENA EXTERNA
La Cuarentena Externa trata de evitar el ingreso al país de las plagas y enfermedades
peligrosas que no existen o están muy poco difundidas. La Cuarentena Externa puede ser
absoluta o parcial según que se prohíba terminantemente la importancia de ciertas semillas,
plantas o productos, o que se permita su ingreso si se cumplen ciertos requisitos. La cuarentena
externa se establece restringiendo las aduanas por donde se pueden introducir las plantas al país.
Debido a la facilidad con que los insectos pueden ser transportados en los aviones de viajes
internacionales, se procede a la aplicación de aerosoles en los compartimientos de pasajeros e
equipaje tan pronto el avión arriba. Una amenaza permanente contra la eficiencia de la
cuarentena son los pasajeros que por irresponsabilidad o ignorancia introducen furtivamente
materiales vegetales al país.
CUARENTENA INTERNA
La Cuarentena Interna trata de evitar la difusión, propagación e incremento de las plagas existentes
en el país o introducidas que ocupan una limitada área territorial. E n l a c u a r e n t e n a i n t e r n a l a s
principales medidas legales consisten en prohibir la movilización de las plantas o de sus partes, de
las zonas infestadas hacia las zonas libres, estableciéndose estratégicas garitas de control en las vías
de transporte.
REGLAMENTACIÓN DE CULTIVOS
La Reglamentación o Regulación de Cultivos tiene por finalidad establecer las condiciones
menos propicias para la supervivencia y proliferación de las plagas. La reglamentación es el
dispositivo legal que considera una serie de medidas culturales y de control que deben
cumplirse obligatoriamente en todo un valle o región a fin de obtener el máximo beneficio.
Los principales aspectos considerados en las reglamentaciones de los cultivos son: zonificación del
cultivo, período de campo limpio; fechas límites de siembra y variedades; medidas de control
fitosanitario y destrucción de residuos. Independientemente de la reglamentación de cultivos
existen disposiciones legales que establecen el control obligatorio de determinadas plagas o
enfermedades en ciertas áreas.
Fechas límites de siembra, resiembra y transplante: Limitar las fechas de siembra dentro de
un período determinado contribuye a lograr plantaciones más uniforme y restringe el período total
con plantas en el campo. Un período amplio de siembra favorece la proliferación de las plagas que
se inician con los cultivos más tempranos y se acentúan en los cultivos más tardíos. En ciertos casos la
restricción de la fecha de siembra está orientada a evitar que hayan en el campo plantas al
tiempo de la emergencia de los insectos invernantes. En tal caso se retrasa la fecha de siembra. La
limitación de las fechas de siembra puede hacerse en un período fijo del calendario o puede
determinarse en forma flexible, en función de otros factores como la disponibilidad de agua de
regadío.
Fechas límites para la destrucción de los residuos del cultivo: El establecimiento de fechas
límites para destruir los residuos de cosecha tiene por fin destruir las poblaciones remanentes de las
plagas. A esta medida, junto con la limitación de las fechas de siembra permiten el establecimiento de
los períodos de campo limpio antes mencionados.
Destrucción de malezas y plantas hospederas: Esta medida tiene por finalidad destruir las
fuentes de aumento y protección de las plagas, intervalo entre dos campañas de cultivo o en el
intervalo entre dos campañas. En este último caso se evita la continuidad de los ciclos
biológicos y se reduce así la población inicial de infestación.
ERRADICACIÓN DE PLAGAS
La erradicación de una plaga consiste en la destrucción absoluta de la población infestante.
Para lograr tal objeto se requiere la adopción de medidas drásticas, generalmente muy costosas, que
sólo pueden ser posibles mediante dispositivos legales obligatorios. Estas medidas pueden incluir
aplicaciones masivas de insecticidas o la destrucción de un cultivo, incluyendo su prohibición
por un tiempo suficientemente largo que elimine toda posibilidad de supervivencia de la plaga.
Un programa de erradicación sólo es factible cuando se trata de una nueva plaga cuya infestación
es incipiente o restringida y su aplicación se justifica económicamente en razón del área del
cultivo que se encuentra amenazada por la plaga.
REGLAMENTACIÓN DE PESTICIDAS
Los pesticidas o plaguicidas se encuentran reglamentados en lo que respecta a su comercialización
y utilización.
Comercialización: Cada producto pesticida debe ser aprobado y registrado en el Ministerio de
Agricultura siguiendo un procedimiento establecido. La autorización es válida por dos años al
término de los cuales debe renovarse. La venta debe hacerse en envases aprobados
oficialmente; en ningún caso se permite envases de vidrio para productos tóxicos. Las etiquetas
también son aprobadas oficialmente, debiendo estar en castellano e indicar el nombre comercial del
producto, el tipo de formulación, composición química, la riqueza en ingrediente activo,
contenido neto en volumen o peso; instrucciones para su empleo incluyendo dosis de aplicación,
tiempo mínimo entre la última aplicación y la cosecha, precauciones para evitar accidentes,
antídotos y medidas en caso de intoxicaciones; si el producto es explosivo o
inflamable, número de lote y fecha de expiración de la acción insecticida si tal ocurriera, y el
número de registro expedido por el Ministerio de Agricultura. Está prohibida la venta de pesticidas de
"composición secreta".
Utilización de pesticidas: Cuando se trata de aplicaciones aéreas las especificaciones son más
estrictas, sobre todo en el caso de los herbicidas. Las restricciones en el uso de los
insecticidas orgánicos se dan en las reglamentaciones de los cultivos específicos que se han
mencionado anteriormente.
En otros países hay una tendencia a considerar disposiciones generales más estrictas que las
que existen en nuestro país; así, por ejemplo, al adquisición de pesticidas extremadamente
tóxicos solo pueden realizarse con la autorización escrita de un Ingeniero Agrónomo o un técnico
autorizado por el Ministerio de Agricultura; y su aplicación sólo puede hacerse bajo su
dirección o con sus indicaciones por escrito. En todo caso los usuarios son responsables de los daños
causados por el uso indebido o la mala aplicación de los productos pesticidas.
CONTROL BIOLÓGICO
El control biológico es un método de control de plagas, enfermedades y malezas que consiste en
utilizar organismos vivos con objeto de controlar las poblaciones de otro organismo. En terminos
mas entendibles puede definirse como un método agrícola de control de plagas (insectos, ácaros,
malezas, enfermedades de las plants, etc.) que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros
medios naturales. Puede ser un componente importante del control integrado de plagas y es de gran
importancia económica para la agricultura.
El concepto de control biológico hay que diferenciarlo del control natural, que es el control que
sucede en las poblaciones de organismos sin intervención del hombre y que incluye además de
enemigos naturales la acción de los factores abióticos del medio. Por ello hay que entender el
control biológico como un método artificial de control que presenta limitaciones especialmente en
cuanto al conocimiento de los organismos afectados, lo que trae consigo una serie de ventajas e
inconvenientes en su aplicación, sobre todo si se relaciona con los métodos químicos de control.
Entre los inconvenientes más importantes se encuentran:
A pesar de ello, también presenta una serie de ventajas que hace que este tipo de control se convierta
en uno de los más importantes para la protección fitosanitaria. Entre ellas se pueden destacar
(Barrera, 2006):
1. Poco o ningún efecto nocivo colateral de los enemigos naturales hacia otros organismos,
incluso el hombre.
2. La resistencia de las plagas al control biológico es muy rara.
3. El control es relativamente a largo término, con frecuencia permanente.
4. El tratamiento con insecticidas es eliminado por completo o de manera sustancial.
5. La relación costo/beneficio es muy favorable.
6. Evita plagas secundarias.
7. No existen problemas de intoxicaciones.
8. Se le puede usar dentro del Manejo integrado de plagas (MIP).
Estrategias de control biológico: El control biológico puede llevarse a cabo a través de manera
intencional, directa por parte del hombre o bien a través de acciones indirectas mediante el manejo
de las interacciones existentes en el agroecosistema.
La lucha contra la mosca del olivo, Bactrocera oleae, por medio de una serie de agentes parasíticos
proporciona ejemplos de una variedad de controles biológicos.
Caben distinguir tres estrategias básicas de aplicación del control biológico: importación e
incremento, como resultado de la intervención directa del hombre y conservación como resultado de
acciones indirectas. Algunos autores (Dent, 1995) definen dos estrategias adicionales al considerar
al mismo nivel que las anteriores las estrategias de inoculación e inundación; sin embargo en este
caso se va a seguir el esquema clásico, por lo que se considerarán estas dos últimas como tipos
especiales dentro de la estrategia de incremento.
Importación: Se puede decir que el control biológico inicia su desarrollo con el éxito obtenido en
1880 tras la importación a EE. UU. desde Australia del coccinélido Rodolia cardinalis para el
control de una plaga exótica en América, la cochinilla acanalada Icerya purchasi. De esta forma se
plantea la estrategia de importación como la introducción de un enemigo natural para el control de
un agente exótico productor de daños. A pesar de la aparente sencillez del planteamiento, su puesta
en práctica requiere una serie de pasos, en ocasiones sumamente especializados.
Desde entonces, ha sido la técnica más frecuentemente utilizada contra plagas introducidas en
nuevas áreas y establecidas de forma permanente sin un complejo de enemigos naturales asociado;
habiéndose introducido tanto invertebrados como vertebrados, así como también microorganismos
en áreas agrícolas, naturales y urbanas.
Recientemente, se está sugiriendo e incluso aplicando esta estrategia para el control de organismos
perjudiciales nativos que no presentan enemigos naturales eficaces o cuando el control natural no es
capaz de limitar las poblaciones a las densidades requeridas por la agricultura intensiva. Sin
embargo en la actualidad se discute la inconveniencia ecológica de introducir especies en lugares
donde antes no existían. Por ello, la técnica clásica de importación sólo debe aplicarse para el
control de organismos nocivos foráneos habiendo realizado previamente serios estudios ecológicos
con objeto de evitar desplazamientos de los enemigos naturales autóctonos.
Tradicionalmente, ha sido una técnica considerada prohibitiva en la mayor parte de las aplicaciones
debido al elevado costo de producción y aplicación de las liberaciones de enemigos naturales; sin
embargo, cada vez más aparecen empresas especializadas o administraciones públicas que ofrecen el
material dispuesto para su liberación o aplicación a un costo que lo hace perfectamente viable. El
gran éxito de esta técnica surge con los cultivos protegidos debido a que son sistemas cerrados, con
problemas constantes, ambiente controlado y producción elevada tanto en cantidad como en valor
económico.En función de las características de aplicación y planteamiento del control es posible
diferenciar dos tipos fundamentales: inoculación, con finalidad preventiva; e inundación, con
finalidad curativa.
Inoculación: la inoculación es una estrategia utilizada cuando es posible una cierta permanencia del
enemigo natural en el cultivo pero que es incapaz de vivir sobre él de forma permanente. Las
liberaciones inoculativas se hacen al establecimiento del cultivo para colonizar el área durante el
tiempo de permanencia del cultivo (o estación climatológica) y de esta forma prevenir los
incrementos de la densidad del agente perjudicial.
Para poder llevar a cabo esta estrategia es fundamental la existencia de enemigos naturales que
lleven a cabo un control natural de la población que produce el daño, pudiendo actuar sobre los
elementos del medio tanto modificando los factores que interfieren con las especies beneficiosas
como realizando un manejo de los requerimientos ecológicos que necesitan las especies beneficiosas
en su ambiente.
CONTROL ETOLOGICO
Etología es el estudio del comportamiento de los animales en relación con el medioambiente. De
modo que por Control Etológico de plagas se entiende la utilización de métodos de represión
que aprovechan las reacciones de comportamiento de los insectos. El comportamiento está
determinado por la respuesta de los insectos a la presencia u ocurrencia de estímulos que son
predominantemente de naturaleza química, aunque también hay estímulos físicos y mecánicos.
Cada insecto tiene un comportamiento fijo frente a un determinado estímulo. Así una sustancia
química presente en una planta puede provocar que el insecto se sienta obligado a acercarse a
ella. Se trata de una sustancia atrayente. En otros casos el efecto puede ser opuesto; entonces se
trata de una sustancia repelente. Hay substancias que estimulan la ingestión de aumentos,
otras que lo inhiben.
Así podría decirse que el comportamiento de los insectos es un conjunto de reacciones a una
variedad de estímulos. Parte de ese comportamiento se debe a estímulos que se producen como
mecanismos de comunicación entre individuos de la misma especie. Los mensajes que se envían y
recepcionan pueden ser de atracción sexual, alarma, agregamiento, orientación y otros. Desde el
punto de vista práctico, las aplicaciones del control etológico incluyen la utilización de
feromonas, atrayentes en trampas y cebos, repelentes, inhibidores de alimentación y
substancias diversas que tienen efectos similares.
USO DE FEROMONAS
Muchos insectos se comunican entre sí por medio de sonidos, pero la mayoría lo hace por
medio de olores. Se trata de substancias llamadas feromonas que son secretadas por un
individuo y son percibidas por otro individuo de la misma especie, el cual reacciona ante
el olor con un comportamiento específico y fijo. Hay feromonas que sirven para atraer
individuos del sexo opuesto (feromonas sexuales); otras, para producir agregamientos
concentraciones de insecto de la misma especie (feromonas de agregamiento), para señalar el
camino que deben seguir otros individuos, o para provocar alarma y dispersión entre la
población. La obediencia ciega del insecto a la feromona abre muchas posibilidades para
manejar a voluntad su comportamiento. Los primeros usos prácticos se han logrado con
feromonas sexuales cuya ocurrencia es común entre los insectos.
Las feromonas de agregamiento, que se presentan sobre todo en escarabajitos de los troncos
(escolítidos), están siendo utilizados experimentalmente para orientar a estos insectos hacia
árboles que no son susceptibles (hospederos inapropiados).
El uso de trampas tiene las ventajas de no dejar residuos tóxicos, de operar continuamente, de no
ser afectadas por las condiciones agronómicas del cultivo y, en muchos casos, de tener un
bajo costo de operación. Las trampas consisten básicamente en una fuente de atracción, que
puede ser un atrayente químico o físico (la luz), y un mecanismo que captura a los insectos
atraídos. Los atrayentes químicos son substancias que hacen que el insecto oriente su
desplazamiento hacia la fuente que emite el olor.
ATRAYENTES DE ALIMENTACIÓN
Los atrayentes de alimentación pocas veces son substancias nutritivas en sí; más comúnmente son
compuestos asociados con ellas de alguna manera, como la fragancia de las flores para los insectos
que se alimentan del polen o del néctar, substancias relacionadas con la descomposición o
fermentación de los alimentos, o substancias que producen respuestas similares sin guardar
aparente relación química con los alimentos. Los atrayentes de alimentación pueden
obtenerse a base de extractos de la planta, frutas maduras y trituradas, harina de pescado
y otras materias igualmente complejas. Las substancias más simples generalmente son
productos de descomposición orgánica, como el amonio, aminas, sulfures y ácidos grasos. Un
atrayente de alimentación para los moscas de la fruta usado comúnmente es la proteína hidrolizada.
Trampas químicas: Las trampas químicas se utilizan ampliamente en la detección de las moscas
de la fruta. Existen diversos tipos, siendo las más comunes las "botellas mosqueras" o trampas
McPhail, las trampas tipo Steiner, las trampas Nadel y las trampas pegantes.
Trampas pegantes de color: Ciertos colores resultan atrayentes para algunas especies de insectos.
Entre ellos el color amarillo intenso atrae áfidos, moscas minadoras y otros insectos; el
blanco a varias especies de trípidos y el rojo, a los escarabajos de la corteza.
Trampas luminosas: En las trampas luminosas el atrayente puede ser un foco de filamento de
tungsteno, un tubo fluorescente, un tubo de luz ultravioleta, o la llama de un mechero (Pozo,
1973; García y col., 1972). El sistema de captura de los insectos está formado por mandilones o
superficies de impacto, un embudo y un recipiente donde caen los insectos.
CEBOS TÓXICOS
Los cebos tóxicos son mezclas de una sustancia atrayente con un insecticida. Los cebos
generalmente están orientados a controlar insectos adultos por que la movilidad de los
individuos es fundamental para la eficiencia del cebo. En algunos pocos casos se usan cebos
contra larvas como en el control de los gusanos de tierra (noctuidos).
La gran ventaja del cebo tóxico es que el efecto insecticida se restringe a la especie dañina que
es atraída por el cebo. De esta manera se confiere especificidad al tratamiento evitando
dañar a los insectos benéficos. Al mismo tiempo se ahorra insecticida porque la aplicación es
localizada. En general, el tratamiento tiende a ser más económico y selectivo.
Cebos para la "mosca de la fruta": En nuestro medio se usa comúnmente aspersiones gruesas
de una mezcla de proteína hidrolizada y un insecticida, generalmente triclorfon o Malathión en
el combate de las moscas de las frutas. La aspersión de la mezcla normalmente se restringe
a un quinto del área del huerto. Esto se logra aplicando una fila de árboles de cada cinco filas
o un árbol de cada cinco árboles, o una porción equivalente de cada planta (Gamero 1961).
Cebos para gorgojos: El gorgojo de la caña de azúcar Metamasius hemipterus L. puede ser
controlado mediante cebos preparados de la siguiente manera: se tritura un pedazo de caña de
unos 40 cm., se le sumerge por 12 horas o más en una dilución que contiene 15% de melaza de
caña y 0.1% de Parathión. Los pedazos de caña se cuelgan mediante un alambre de las matas
de caña a unos 40 cm. de altura; se les distribuye en el interior y en la periferia del campo,
debiendo renovársele cada 15 días (Risco 1967; Rossignoli 1972).
Cebos para "gusanos de tierra": Para controlar a los gusanos de tierra, se usan cebos desde
hace mucho tiempo. Una fórmula común es la siguiente:
Insecticida en polvo
CONTROL MECÁNICO
El control mecánico de las plagas comprende las técnicas más antiguas y simples de la lucha
contra los insectos. Estas técnicas consisten en la remoción y destrucción de los insectos
y órganos infestados de las plantas. También se incluye la exclusión de los insectos y otros
animales por medio de las barreras y otros dispositivos. La aplicación de estas técnicas demanda
mucha mano de obra por lo que tienden a desaparecer de las grandes y medianas áreas de
cultivo. En ciertos casos, particularmente cuando se trata de la pequeña agricultura, el
control mecánico puede aplicarse con relativa eficiencia. Entre las diversas técnicas de control
mecánico se pueden mencionar las siguientes:
RECOJO DE INSECTOS
La práctica más conocida de control mecánico, e indudablemente el método más antiguo de
control de plagas, es el recojo manual de insectos y caracoles. Para que esta práctica sea
factible los insectos, larvas o adultos, o masas de huevos, deben ser de tamaño grande y fácilmente
visibles. Se recomienda el recojo de larvas de esfíngidos, como los gusanos cornudos del tomate,
tabaco, vid, y yuca; de escarabajos adultos de la familia Scarabaeidae; de gorgojos grandes
como Rhynchophorus del cocotero y de los caracoles, en diversos cultivos.
Los insectos recolectados pueden eliminarse por diversos medios; una forma muy común consiste
en sumergirlos en recipientes con kerosene y agua. En el recojo del arrebiatado, cada recolector va
provisto de una botella con kerosene y agua en la que va introduciendo a los insectos que captura.
TRITURACIÓN DE INSECTOS
En los países industrializados, particularmente en los Estados Unidos, se han ensayado
destrozadoras (desbrozadoras) mecánicas de residuos del algodonero con el fin de eliminar el
gusano rosado que se cobija en el rastrojo, restos de bellotas y semillas, que quedan después de la
cosecha; pero la eficiencia de estas máquinas parece ser limitada. En la industria de la
molinería se ha desarrollado una máquina llamada "Entoleter" que destruye a los insectos de los
granos por impacto. En esta máquina el grano es lanzado por fuerza centrífuga contra las paredes de
un cilindro causando la muerte del insecto y el quebrado de los granos infestados. Los insectos y
los granos quebrados son separados luego por medio de tamices.
Cuando se trata de recuperar los insectos benéficos, el material recogido se coloca en bandejas
apropiadas dentro de “cámaras de recuperación”. Estas cámaras normalmente poseen ventanas
con mallas apropiadas que permiten la salida de los parásitos pero retienen a las plagas,
aprovechando las diferencias en el tamaño. En otros casos, los parásitos pueden ser recolectados
con aspiradoras pequeñas para ser liberados posteriormente.
La exclusión de las hormigas de los árboles, donde resultan perjudiciales por interferir con el
control biológico de las queresas cóccidas, se logra impregnando los troncos con substancias
adhesivas especiales. También puede utilizarse barreras con insecticidas a base de un producto
formicida. Cualquier insecto que no vuele es susceptible a barreras que se colocan en los tallos de
los árboles. Las barreras pueden construirse con bandas de papel, cartón o plástico impregnadas
con insecticida.
L a e x c l u s i ó n s e u s a m á s frecuentemente contra plagas caseras y de almacenes. En muchos
lugares es común el uso de mallas metálicas o plásticas en las ventanas y puertas para evitar el ingreso
de moscas, zancudos, arañas y otros animales al interior de las casas; o de polillas y roedores a los
almacenes.
CONTROL FÍSICO
El Control Físico consiste en la utilización de algún agente físico como la temperatura
humedad, insolación, fotoperiodismo y radiaciones electromagnéticas, en intensidades que resulten
letales para los insectos. El fundamento del método es que las plagas sólo pueden desarrollarse
y sobrevivir dentro de ciertos límites de intensidad de los factores físicos ambientales; más allá
de los límites mínimos y máximos, las condiciones resultan letales. Los límites varían según las especies
de insectos; y para una misma especie, según su estado de desarrollo. Además, los límites de
cada factor varían en interacción con las intensidades de los otros factores ambientales y con el
estado fisiológico del insecto. Los insectos en diapausa, por ejemplo, son capaces de soportar
temperaturas muy bajas que resultarían letales para los individuos que no se encuentran en ese
estado.
Los factores físicos del ambiente en el campo son esencialmente los constituyentes del
clima, factores que hasta el presente no pueden ser manipulados significativamente por el
hombre. En unos pocos casos es posible lograr algunas variaciones microclimáticas que tienen efecto
sobre las plagas; como el manejo de la densidad del cultivo (distancia entre plantas y entre surcos), la
orientación del surco respecto al movimiento del sol; la utilización de sombra para ciertos cultivos como
el cafeto y el cacaotero. El manejo efectivo de los factores físicos del medio, como la
temperatura, humedad y radiaciones electromagnéticas, sólo es posible en ambientes cerrados.
En esas condiciones se les puede utilizar para combatir plagas de frutas y hortalizas cosechadas,
y plagas de productos almacenados.
MANEJO DE LA TEMPERATURA
Las temperaturas extremas, altas o bajas, pueden utilizarse para combatir los insectos que dañan
frutos, granos y otros productos cosechados.
Las temperaturas altas: Las temperaturas altas suelen ser más efectivas que las
temperaturas bajas en un rango más estrecho. La mayoría de las especies de insectos mueren
expuestos a temperaturas de 52°C a 55°C por el período de 3 a 4 horas. Muchas otras especies mueren a
temperaturas menores o en períodos más cortos. Sin embargo, el uso de altas temperaturas tiene muchas
limitaciones pues muy pocos son los productos vegetales capaces de soportar calentamientos sin
dañarse. Además existen otros problemas como la lenta penetración del calor en la masa del producto
almacenado: requiriéndose exposiciones prolongadas. Sistemas muy elaborados, como hacer pasar
granos almacenados por tubos en un sistema de calentamiento, resultan anti-económicos. Cuando se deja
secar el grano al sol sobre tendales en capas muy delgadas, es posible lograr temperaturas
letales para los insectos en los granos mas expuestos. Las temperaturas altas se aplican para
combatir insectos, nematodos y hongos en los suelos de los invernaderos y viveros. Para tal fin se
puede utilizar vapor o un sistema eléctrico. Una forma simple de tratar pequeñas
cantidades de tierra es aplicando agua hirviente.
También existe la técnica de solarización que consiste en cubrir el suelo húmedo de una cama
de vivero con plástico transparente y dejarlo expuesto al sol por varias semanas. La temperatura del
suelo se eleva a niveles que son letales para insectos, hongos y nematodos. El fuego directo tiene
algunas aplicaciones limitadas en el campo. Por ejemplo, la destrucción con lanzallamas de la
vegetación invernal de las acequias en los climas templados para destruir al pulgón Myzus
persicae y evitar que en primavera este insecto migre a los campos de remolacha azucarera
y propague virosis.
Las temperaturas bajas: Las temperaturas bajas pueden llegar a producir la muerte de los
insectos pero normalmente sólo después de exposiciones muy prolongadas; de lo contrario, el
insecto se recupera del estado de sopor ocasionado por el frío. En muchos casos, el uso de bajas
temperaturas no tiene como intención principal provocar la muerte del insecto sino retardar su
desarrollo en los productos vegetales almacenados. Los insectos en estados invernales suelen ser
muy resistentes a las bajas temperaturas; las larvas invernales de la polilla de la manzana, por
ejemplo, llegan a soportar temperaturas de -20°C sin congelarse.
Los insectos de granos almacenados son bastante susceptibles a las bajas temperaturas. En lugares
con inviernos muy fríos se recomienda abrir los almacenes o trasvasar el grano de un silo a otro
con el fin de enfriarlo. Temperaturas de almacenamiento de granos y semillas de 8° a 10°C
inactivan a los insectos; sin embargo debe tenerse cuidado que la humedad sea menor de 12% para
evitar el desarrollo de ácaros que sí pueden estar activos a esas temperaturas.
MANEJO DE LA HUMEDAD
La humedad tiene gran influencia sobre las poblaciones de los insectos pero su manipulación como
medida de control es muy limitada. En algunos casos es posible reducir la humedad en el espacio
cubierto por el follaje, mediante la eliminación de las malezas y seleccionando plantas que
tienen hábitos de crecimiento foliar abierto o erecto. La alta humedad de los granos almacenados
favorece el desarrollo de las plagas y hongos; de allí que se recomiende el almacenamiento de los
granos cuando su humedad no sea mayor al 12 por ciento.
MANEJO DE LUZ
La iluminación es otro factor que tiene influencia en el desarrollo pero sobre todo en el
comportamiento de los insectos. Su utilización no ha sido mayormente desarrollada para
combatir plagas. Uno de los pocos casos es la utilización de la luz como fuente de atracción de
insectos, tema que se trata más extensamente en el capítulo sobre Control Etológico.
El efecto letal contra los insectos suele ocurrir entre unos pocos días a dos semanas, según la
especies de insecto, tipo de producto almacenado, temperatura, humedad y calidad de la
atmósfera controlada. El tratamiento no debe afectar la calidad de productos almacenados.
La atmósfera normal del almacén debe ser desplazada por la atmósfera controlada en uno o dos
días. El oxígeno se suele disminuir por combustión (generalmente con quemadores de gas
natural o propano); el bióxido de carbono se libera de galones de gas concentrado; y el
nitrógeno a partir de nitrógeno líquido o separado del aire comprimido. Algunos insectos de
granos almacenados son controlados exponiéndolos por 2 0 3 días a 0.5 por ciento de oxígeno y
11.5 por ciento de dióxido de carbono; o dióxido de carbono sobre 70 por ciento a 27°C y
60% de humedad relativa. Temperaturas más bajas y humedades relativas más altas requieren
mayor tiempo de exposición (Mitchel y Kader, 1992).
El uso de atmósferas controladas para productos frescos está en investigación. Se sabe que
manzanas, peras, duraznos, nectarinas, ciruelas, fresas y naranjas valencia tienen
tolerancia razonable a concentraciones muy bajas de oxígeno (0.25 -0.50 por ciento) por períodos de
8 a 40 días según el producto y la temperatura. Pero la tolerancia a mayores concentraciones de
CO2 parece limitada.
MANEJO DE LA RADIACIÓN
Desde la década de 1960 se ha tratado de utilizar comercialmente el tratamiento de
productos agrícolas secos y frescos con radiaciones (rayos gamma y rayos X) usando fuentes de
Cobalto y Cesio radiactivos, para controlar plagas y enfermedades. Los insectos son más
sensibles a la radiación que los hongos, bacterias y virus, y mueren dentro del límite de
radiación máxima aprobada por razones de seguridad (100 kilorads). Las radiaciones utilizadas no
deben dañar la calidad del producto (apariencia, sabor, color, valor nutritivo, etc). Las dosis efectivas
están entre 45 y 60 kr. y pueden ser toleradas fácilmente por la fruta seca y las nueces. En cambio,
productos frescos suelen sufrir cambios fisiológicos indeseables por acción de las radiaciones
(Lindsey y col., 1989). En general es un procedimiento costoso y complicado.
CONCLUSIONES
Las plagas han sido un problema que ha afectado en gran manera en diversos lugares la
producción y por ello se han desarrollado gran diversidad de técnicas para poder controlarlas
y así poder tener una mejor productividad.
El control químico ha sido la más utilizada por productores para poder erradicar este tipo de
problemas, lamentablemente no se ha utilizado de una manera adecuada lo que ha generado
grandes consecuencias como la contaminación de los recursos naturales.
Otro tipo de control utilizado es el cultural que se trata mas que todo realizar las practicas
agrícolas necesarias y de manera adecuada para poder evitar y controlar así las plagas.
El control legal se refiere a normativas estipuladas por países o regiones para evitar que
ingresen a su medio plagas o si ya están presentes en un área evitar que se propaguen.
El control biológico es una de los más beneficiosos al medio ambiente ya que se utilizan
organismos vivos para poder evitar el crecimiento de otros que sean perjudiciales a los
cultivos.
El control etológico utiliza recursos de reacción de los insectos para así poder alejarlos de las
plantaciones y evitar su propagación.
El control físico no es más que la utilización de los recursos del medio para poder atacar una
plaga; se realizan estudios de dicha plaga para saber a qué son vulnerables y se les expone a
ello, como, la temperatura, humedad, radiaciones, luz, entre otras.
Los diferentes tipos de control utilizan gran diversidad de elementos los que muchas veces es
favorable, ya que son medios alcanzables y desfavorables por que no dan resultados de
inmediato.
La aplicación adecuada de las diferentes técnicas de los tipos de control garantiza el control
de las plagas, y con ello la productividad adecuada y de calidad.