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ECOLOGÍA EXPERIMENTAL Y ECOFISIOLOGÍA:

BASES PARA EL USO SOSTENIBLE


DE LOS RECURSOS NATURALES DE
LAS ZONAS ÁRIDAS NEO-TROPICALES
MIRIAM DÍAZ

a ecología y la ecofisio- resultados más relevantes que han permi- moldean el cinturón árido peri-caribeño,
logía, como ciencias in- tido la resolución de algunos problemas incluyendo el norte de Venezuela y Co-
tegradoras de la biología de producción vegetal, que pueden ser lombia, las islas del Caribe, una buena
de los organismos y sus relaciones tanto utilizados como herramientas fundamen- proporción en América Central, especial-
con su hábitat físico como con sus co-ha- tales de planificación para la producción mente México y Guatemala (Lahey, 1974;
bitantes han evolucionado de tal forma en las tierras secas. El análisis integral de Walter, 1973; Medina et al., 1985; Díaz,
que hoy día no solo son generadoras de la biología, ecología y fisiología de espe- 1988) y el nordeste de Brasil. En el Cari-
conocimientos básicos, sino que han ad- cies autóctonas ha permitido promover la be, estas tierras albergan un mosaico in-
quirido el carácter de ciencias experimen- utilización racional de los recursos y pro- trincado de formaciones vegetales que
tales, lo cual las hace partícipes indispen- poner tanto cultivos alternativos como son asociadas con cambios micro-topográ-
sables del proceso de planificación y pre- sistemas alternativos de producción para ficos y micro climáticos (Beard, 1944;
dicción de la producción. Poniendo a el trópico seco, como una contribución al Loveless y Asprey, 1957; Huber y Alar-
prueba los principios ecológicos descritos desarrollo sostenible de las tierras áridas cón, 1989; Díaz, 1995a; 1999), e incluyen
en condiciones naturales, se pueden gene- y semiáridas del noroeste de Venezuela, bosques secos y muy secos tropicales
rar nuevos paradigmas y sobre todo se ya que las condiciones edafo-climáticas (sensu Holdridge, 1967), los cuales están
pueden producir recomendaciones de ma- (climas megatérmicos, lluvias escasas, va- siendo reemplazados por matorrales y
nejo para los sistemas de producción que riables e impredecibles, tasas altas de espinares. En ellas coexisten muchas for-
sean más acordes a las realidades indivi- evapotranspiración) representan un am- mas de vida. Por ejemplo, se encuentran
duales de cada hábitat en particular y biente severo para las plantas, dificultán- plantas caducifolias, perennifolias y sucu-
más amigables con el ambiente. Por lo dose la producción agrícola de rubros tra- lentas, formando una intrincada red de ni-
tanto, la ecología es hoy una herramienta dicionales. Estos ecosistemas son muy chos ecológicos y una excelente compar-
fundamental en la resolución de proble- susceptibles a los procesos de degrada- tamentalización del espacio horizontal y
mas para la producción en las zonas ári- ción. La ecología experimental puede vertical (Wingfield, 1991; Medina, 1995;
das y semiáridas tropicales. contribuir a detener estos procesos y a Díaz 1995a, 1999), acoplada a la variabi-
El Centro de Investiga- mitigar los efectos de la sequía, generan- lidad espacio-temporal de las lluvias. Sin
ciones en Ecología y Zonas Áridas do sistemas alternativos de cultivo para embargo, la mayoría de los sistemas de
(CIEZA) se ha dedicado a estudiar con zonas áridas. producción en estas áreas se especializan
profundidad los sistemas naturales, detec- en monocultivos de alta demanda hídrica
tando en ellos los mecanismos más exito- Características que Condicionan y química, donde se remueve la vegeta-
sos de respuesta de las plantas y los ani- la Productividad de las Zonas Áridas ción arbórea y se inducen cambios am-
males al entorno, seleccionando plantas y Neo-Tropicales bientales drásticos.
animales de uso potencial. Se han reali- Las tierras secas predo-
zado experimentos de campo para validar En la América tropical minan en una importante porción del te-
los resultados observados en condiciones alrededor de 1,5 millones de hectáreas rritorio venezolano, donde ocupan cerca
naturales. En este trabajo se recogen los son afectadas por climas muy secos que de 50000km2. En algunas dependencias

PALABRAS CLAVE: Uso Sostenible / Recursos Naturales / Zonas Áridas Neo-Tropicales /


Recibido: 09/04/2001: Aceptado: 16/08/2001

Miriam Díaz. B.S. en Botánica, Universidad de Florida, EEUU. M.Sc. en Ecología, Instituto
Venezolano de Investigaciones Científicas. Ph.D. en Ecología Tropical, Universidad de Cambridge, Inglaterra. Jefe, Labora-
torio de Ecofisiología Vegetal, Centro de Investigaciones en Ecología y Zonas Áridas (CIEZA). Profesora Titular, Cátedras
de Ecología y Fisiología Vegetal, Escuela de Agronomía, Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda
(UNEFM). Dirección: CIEZA-UNEFM, Apartado 7506. Coro, Falcón, Venezuela 4101. e-mail: midiaz@funflc.org.ve

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los, con la consecuente pérdida de su
capacidad productiva. (Rodríguez, 2001)

Bases Ecológicas y Fisiológicas para el


Diseño de Sistemas de Producción en
el Trópico Seco

Las zonas áridas y se-


miáridas cubren alrededor de un tercio de
las áreas continentales de la tierra y son
consideradas como muy frágiles. Estas
regiones son en la actualidad afectadas
por una gran variedad de procesos de de-
gradación (físicos, químicos y biológi-
cos), que conllevan a la formación de
nuevos desiertos (Verstraete y Swchartz,
1991). Dichos procesos son acelerados
tanto por la intervención humana como
por los cambios climáticos globales. Con-
sideramos que una de las causas más im-
portantes de degradación ha sido la apli-
cación de técnicas de agricultura intensi-
Figura 1. Distribución de las zonas áridas en el norte de Venezuela, mostrando los va, generadas para sistemas menos frági-
climadiagramas correspondientes a promedios mensuales de registros de 20 años de varias les y con características edafo-climáticas
localidades secas y una húmeda. Nótese la diferencia entre sitios, sólo en pocos lugares muy diferentes a las del trópico seco
hay una verdadera época húmeda, simbolizada por el sombreado negro y que prácticamen- americano. Otra causa importante es el
te no existen meses con cero lluvias. Tomado de Medina et al., 1985. acelerado crecimiento poblacional que cu-

federales como el estado Falcón, cubren 60cm de profundidad (Díaz, 1999), lo


alrededor del 75% del territorio (Figura cual explica la proliferación de raíces
1). Estos hábitats se caracterizan por po- superficiales en los árboles de la zona
seer un clima mega-térmico, con tempe- (Díaz, 1995a). La distribución de las llu-
raturas medias entre 27 y 30°C, precipi- vias es irregular. En áreas muy cercanas
taciones erráticas tanto en espacio como entre sí las lluvias anuales fluctúan entre
en tiempo, con promedio anual que varia 200 y 600mm (Figura 3). Sin embargo,
entre 250 y 500mm. Las tasas de evapo- en casi todos los meses se observan llu-
transpiración oscilan entre 1600 y vias efímeras (5-10mm) que provocan
2300mm (Figura 2), con vientos entre 4 cambios fenológicos. El balance precipi-
y 8ms-1 y niveles de radiación total cer- tación-evapotranspiración y la distribu-
cana a los 6500 Kwatt/dia. La radiación ción espacial y temporal de la precipita-
fotosintéticamente activa alcanza 3200 ción son las fuerzas que moldean la pro-
mmolms-2-1, muy por encima de los nive- ductividad en estas áreas. Estas condi-
les de saturación de luz requeridos por ciones edafo-climáticas colocan a estos
el proceso de fotosíntesis en varias espe- ecosistemas dentro de los más frágiles Figura 2. Registros mensuales (promedio de
cies de la región (Díaz y Medina, 1984; del planeta, observándose ya claros 10 años) de precipitación y evaporación en
Díaz y Yépez, 1990; Lee et al., 1989; ejemplos en la región, donde el mal ma- la estación Pueblo Nuevo, de la Península de
Adams et al., 1989). Los suelos son en nejo del sistema y en especial de los re- Paraguaná, donde se destaca el déficit hídri-
su mayoría alcalinos, pesados y a menu- cursos hídricos ha conllevado a un seve- co ocasionado por la excesiva evaporación
do con horizontes argílicos entre 40 y ro problema de salinización de los sue- cuando se compara con la precipitación.

Figura 3. Registros de precipitación en localidades cercanas de la Península de Paraguaná que muestran la alta variabilidad espacio-temporal.

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TABLA I
EFECTOS DE LA REDUCCIÓN DE LA RADIACIÓN SOBRE LA PRODUCTIVIDAD Y EL RENDIMIENTO
DE PLANTAS SUCULENTAS EN CORO, FALCÓN, VENEZUELA

Especie Biomasa (g PS) Carbohidratos solubles (%) Productos (g PS) Fuente


expuestos DS sombra DS expuestos DS sombra DS expuestos DS sombra DS

Aloe vera* 608,0 14,0 390,0 11,0 nd nd Gel 92,0 13,0 260,0 22,0 Díaz y González,
1986
Alc 3,5 0,5 2,4 0,3 Díaz y González,
1986
Aloe vera* 2173,0 18,9 4632,0 53,0 nd nd Gel Díaz y Yépez,
1990
Alc Díaz y Yépez,
1990
Aloe vera** 35,5 9,1 56,8 8,8 nd nd Gel 11,4 1,1 36,3 1,8 Gutiérrez, 1999
Alc 0,4 0,0 0,5 0,1 Gutiérrez, 1999
Aloe vera** 97,3 2,0 173,7 1,5 nd nd Gel 38,0 11,1 85,6 18,5 Primera, 1998
Alc 0,4 0,1 0,4 0,2 Primera, 1998
Agave cocui* 8,6 1,9 2,7 0,8 40,1 0,9 49,9 0,8 Peña, 1998
Agave cocui** 54,0 9,4 96,4 1,0 8,6 1,6 14,9 1,8 García, 1999
A. vera *: Plantas adultas; **: Plantas jóvenes. Alc: Alcíbar o pasta. A. cocui *: Plántulas; **: Plantas jóvenes.

riosamente esta asociado a las zonas ári- bosque nublado como los de las monta- caprinos y otros en procesos industriales
das y semiáridas del mundo. ñas costeras de Venezuela se encuentran (Díaz, 1988). En estos bosques, observamos
La tierras secas han sido grandes árboles de copas redondeadas a los cactus Cereus horrispinus, Opuntia
consideradas como poco productivas y de que casi se solapan, y sobre ellos epifitas caracasana y Acanthocereus tetragonus
bajo potencial agrícola, por lo que indis- (orquídeas, bromelias y cactáceas); a los (cardones, tunas y pitahayas) y las brome-
criminadamente se han usado productos lados crecen árboles de menor tamaño, lias Bromelia humilis y B. chrysantha (teco
químicos y se ha practicado riego arbustos e hierbas; pudiéndose describir y maya) formando densas asociaciones
tecnificado, bajo la premisa de que sólo muchas formas de vida vegetal convivien- bajo el dosel en bosques muy secos y se-
así puede llevarse un cultivo a ser exito- do en áreas pequeñas, amén de la fauna y cos tropicales. Estas observaciones permi-
so. Sin embargo, estas tierras pueden ser vegetales inferiores. En los bosques en tieron vislumbrar algunas alternativas de
altamente productivas si son manejadas tierras más secas, por ejemplo en la Pe- manejo y la proposición de sistemas agro-
de forma adecuada. Prueba de ello es la nínsula de Paraguaná y en algunas islas forestales con la inclusión de cultivos su-
diversidad y compartamentalización del del Caribe, la situación es bastante pare- culentos en el sotobosque (Díaz, 1988;
espacio encontrada en los sistemas natu- cida, pero la altura, diversidad y densidad 1991; 1995b). Estos sistemas son formas
rales. La pérdida de los suelos arables es son menores. Generalmente se encuentran de uso y manejo de los recursos naturales
consecuencia del mal manejo de los re- varios estratos de vegetación, que inclu- en los cuales especies leñosas (árboles, ar-
cursos naturales, basado en pretender ma- yen árboles perennifolios y caducifolios, bustos y palmas) se utilizan en asociación
nejar y utilizar un sistema sin antes cono- arbustos, cactus, orquídeas, bromelias te- deliberada con cultivos o con animales en
cerlo. Cualquier recomendación de mane- rrestres y epifitas, hierbas etc. el mismo terreno, de manera simultánea o
jo, bien sea con fines de producción agrí- Los árboles más comu- en una secuencia temporal (Montagnini,
cola, de explotación industrial y/o turísti- nes en las zonas semiáridas pertenecen a 1992). Los mismos han sido utilizados con
ca, debe estar fundamentada en el conoci- la familia de las leguminosas (Wingfield, éxito en regiones bajo diversas condicio-
miento profundo del sistema, de cómo 1991), entre los que destacan Prosopis nes ecológicas, económicas y sociales, y
funciona cada una de sus partes, cómo juliflora (cují), Acacia macracantha (aca- constituyen alternativas para las zonas ári-
interactúan las especies entre si, y cuál es cia), Caeasalpinia coriaria (dividivi), das, ya que proporcionan una mayor segu-
su capacidad de carga. Sin esta informa- Erythrina velutina (barisigua), Tabebuia ridad contra las anomalías del clima.
ción, se corren graves riesgos de aplicar billbergii (curarí) y Geoffraea spinosa Los sistemas agrofores-
soluciones inadecuadas para el intrincado (taque). Otros árboles perennifolios muy tales en zonas áridas deben incluir espe-
mosaico del trópico seco, en especial de comunes son: Capparis odoratissima (oli- cies suculentas con metabolismo ácido de
las tierras áridas y semiáridas peri- vo), C. linearis (olivo hembra), C. pa- crasuláceas, considerando su alta eficien-
caribeñas. chaca, Guajacum officinale (guayacán) y cia del uso del agua, ya que fijan el CO 2
Al estudiar cuidadosa- Jacquinia aristata (trompillo). Estos árbo- durante la noche, cuando las temperaturas
mente los ecosistemas naturales de los les han sido tradicionalmente utilizados, son más bajas y la humedad relativa es
trópicos americanos, invariablemente se junto a muchos otros, como fuente de ma- más alta. Ha sido demostrado experimen-
encuentra un número considerable de es- deras de fuste corto, en la construcción talmente (Tabla I) que la protección par-
pecies coexistiendo y explotando nichos artesanal de muebles y otros objetos, algu- cial de los árboles favorece la productivi-
ecológicos diferentes. Por ejemplo, en un nos de los frutos como alimento para los dad de algunas suculentas, como el teco

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TABLA II una fuente de nitrógeno para los sistemas
COMPOSICIÓN Y PRODUCCIÓN DE FRUTOS CUANTIFICADA* de cultivo (Alarcón y Díaz, 1993). Los
EN Prosopis juliflora EN EL EDO. FALCÓN DURANTE 1991-1993 árboles del género Prosopis son además
utilizados para estantillos, carbón y otros
Producción de frutos (Frutos/árbol/mes) 3460-8670 usos artesanales (Felker, 1984; Karlín,
1984). Otros árboles de interés incluyen ta-
Producción de frutos (Kg/árbol/año) 300-2000 que (G. espinosa) y dividive o watapana
Concentración de Proteinas (%) 8,2-18,4 (C. coriaria) cuya productividad máxima
utilizando el método de la canasta alcan-
Concentración de Azucares (%) 15,2-20,2 za hasta 800kg de frutos por árbol por
Concentración de Fibras (%) 18,4-20,9 año (datos inéditos). Los frutos de divi-
dive fueron producto venezolano de ex-
portación durante casi dos siglos (Blanca
*Se colocaron canastas de recolección en tres sitios. Siete árboles por sitio y tres canastas por árbol. De Lima, comunicación personal) utili-
La mayor producción se observó en mayo y junio. zándose como fuente de taninos para el
curtido de pieles y en el proceso de recu-
peración de crudos en la industria petro-
(Bromelia humilis; Medina et al., 1986; nías), sustancias medicinales, melaza, y a lera. Otros estudios (Pacheco, 1997) han
Lee et al., 1989), la sábila (Aloe vera; partir de sus cormos horneados se fabrica mostrado que el taque es una fuente im-
Díaz y Yépez, 1990) y el Agave cocui, una bebida alcohólica muy apreciada. En portante de nutrientes, ya que tanto su fo-
debido a que la sombra parcial favorece condiciones naturales A. cocui se encuen- llaje como sus frutos poseen las concen-
el balance hídrico, permitiendo una ma- tra distribuido en forma gregaria, general- traciones adecuadas de proteína, N, Ca y
yor fijación de carbono y disminuyendo mente en laderas, pero las poblaciones Mg para suplir la dieta de caprinos y
el gasto energético por transpiración y más densas se encuentran siempre asocia- ovinos, es altamente palatable y sus semi-
respiración. En condiciones experimenta- das a la vegetación arbórea y acumulan llas son utilizadas para hacer infusiones,
les se demostró que las plantas de A. ve- una mayor proporción de biomasa y car- como vermífugo, y en la elaboración de
ra en hábitats totalmente expuestos y con bohidratos solubles en condiciones de dulces caseros.
déficit hídrico disminuyen su eficiencia sombra. En cuanto a las especies arbó- En cuanto a la compe-
fotosintética, experimentan fotoinhibición reas, E. velutina ha sido tradicionalmente tencia por espacio y agua, se ha estableci-
y estimulan la producción de rodoxantina, utilizada en la industria artesanal del Es- do que la coexistencia de grupos funciona-
un pigmento del grupo de las xantofílas tado Falcón, pero nunca se ha cultivado. les (caducifolios y perennifolios) es posi-
conocidos como protectores de la clorofi- Esta planta nativa se encuentra hoy sólo ble porque las especies no explotan los
la (Díaz et al., 1991). Éstas producen me- en sitios protegidos de la Península de mismos recursos hídricos y se señala a las
nos gel y pasta (productos comercializa- Paraguaná, con árboles de hasta 13m de perennifolias como freatofítas o explotado-
dos de esta especie) que las sombreadas altura y 1m de diámetro. Por su creci- ras de recursos hídricos profundos y casi
y sin riego (Gutiérrez, 1999; Primera miento y arquitectura, puede ser amplia- permanentes; y a las caducifolias, como
1998). Resultados similares se obtuvieron mente utilizada para sombra en plantacio- explotadoras de recursos hídricos estacio-
en Opuntia ficus-indica (Adams et al., nes de ciclo largo, y en zonas con proble- nales y más superficiales. Sin embargo,
1989) y Agave cocui (Peña, 1998; García, mas de sequía prolongada o con cultivos estudios experimentales en Centroamérica
1999). En referencia a las necesidades de de alta demanda lumínica. Otras especies han demostrado que el riego superficial no
riego y fertilización en A. vera se encon- de este género han sido utilizadas con cambia drásticamente la fenología y la
tró que un riego cada 10 días es necesa- éxito en sistemas agroforestales en Cen- productividad de especies caducifolias
rio para su producción óptima en hábitats tro América y Brasil (Montagnini, 1992). (Wright y Cornejo, 1990; Borchert, 1994;
expuestos y que no responde a la fertili- En experimentos en con- Aide y Angulo, 1997) indicando que la
zación con N, P y K (Yépez et al., diciones naturales y en plantaciones expe- fenología de éstas no es dependiente del
1994), mientras que en hábitats sombrea- rimentales, la asociación de A. cocui o A. agua depositada sobre la superficie de los
dos la necesidad de riego es menor (cada vera con P. juliflora o A. macracantha in- suelos. Un estudio en la Península de Pa-
15 días) o desaparece completamente, al dujo a un aumento de la productividad en raguaná corrobora estos resultados (Díaz,
ser sólo dependiente de las lluvias efíme- ambas especies. En A. vera la biomasa 1999). El estudio comprendió observacio-
ras características del área (Primera, total, el acíbar, el gel y el cristal fueron nes en condiciones naturales durante 28
1998; Dávila, 1999). hasta tres veces mayores en áreas donde meses, en un experimento donde se com-
Estas especies han sido los árboles redujeron entre el 60 y el paró el riego en el dosel mediante nebuli-
sugeridas debido al amplio uso que se les 50% de la radiación o donde la radiación zadores con el riego superficial mediante
da en la zona. A. vera es una planta de incidente estuvo más cercana al punto de mini aspersores. Se produjeron nuevas ho-
múltiples usos. Introducida desde el siglo saturación de luz para la fotosíntesis en jas en casi todos los meses del año en
XIX como cultivo en Venezuela, especial- esta planta (800µm). En cuanto al creci- Croton heliaster (semi-caducifolia) y C.
mente en el Estado Falcón, donde ha lo- miento de los árboles, estos estuvieron en odoratissima (perennifolia), correspondien-
grado conquistar los más diversos hábi- etapa reproductiva en menos de tres años. do a las lluvias efímeras registradas, pero
tats, y a pesar de que su productividad y Utilizando canastas de recolección de ho- se observaron sólo dos cohortes en E.
crecimiento son mayores en hábitats par- jarasca demostramos que los árboles de velutina (caducifolia), correspondiendo a
cialmente sombreados, generalmente se le P. juliflora produjeron hasta 2 toneladas los meses con mayores precipitaciones. La
cultiva en espacios abiertos. A. cocui es de frutos por árbol por año (Tabla II), los producción anual de flores, frutos y la lon-
una especie nativa ampliamente utilizada cuales son una fuente importante tanto de gevidad foliar fueron más altas en los ár-
desde épocas precolombinas. De ella se proteínas como de azúcares. Ésta es una boles regados en el dosel. La aplicación
extrae fibra de excelente calidad (para la especie altamente resistente a la sequía, de irrigación en la superficie a intervalos
fabricación de hamacas, cuerdas y artesa- con capacidad de regulación hídrica y regulares no cambió los patrones fenológi-

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cos generales de las especies estudiadas.
Estos resultados sugieren que la disponibi-
lidad de humedad del suelo no es la señal
desencadenante de los cambios fenológi-
cos, lo cual permite concluir que la pro-
ductividad en estas zonas áridas no obede-
ce a la existencia de estaciones secas o
húmedas, sino más bien plantea que las
especies responden a los pulsos de agua
introducidos en el sistema por las lluvias
efímeras y esto es lo que permite la activi-
dad de producción durante todo el año.
Estos resultados conducen a reconsiderar
el manejo de sistemas de producción y
abren la posibilidad de aumentar la efi-
ciencia del uso de agua para el riego y el
manejo de las épocas de cosecha en los
frutales cultivados en las zonas semiáridas,
lo cual garantizaría que pueda contarse
con frutos aún durante periodos largos de
sequía. Una ventaja adicional de utilizar
estos árboles nativos, es que la mayoría
tiene sus raíces confinadas al diámetro de
sus copas y a los primeros 30cm del suelo
(Díaz, 1995a), tal vez como respuesta a
las condiciones edafoclimáticas descritas y
por tanto la competencia radical con otros
cultivos pudiera limitarse.
Existen otras plantas na-
tivas con usos posibles dentro de las zo-
nas semiáridas, que junto a los árboles
estudiados y a las suculentas, pudieran
apoyar el diseño de sistemas de produc-
ción más resilientes u homeostáticos. Por
ejemplo, Muñoz (1994), estudió los hábi-
tos alimenticios de los ovinos y caprinos
en libre pastoreo en las planicies costeras
de Adícora, en Paraguaná. A través del
estudio de las heces determinó las espe-
cies de alto consumo. De los análisis bro-
matológicos de estas especies y a través
de su dinámica poblacional y su cobertu-
ra en condiciones naturales, propuso ocho
especies de potencial forrajero. Entre
ellas destacan Sporobulus pyramidatus,
Tephrosia littoralis y Gomphrena alba.

Sistemas Experimentales 1. Árboles; 2. Arbustos; 3. Suculentas; 4. Banda de protección contra el viento.


de Producción para las
Zonas Áridas y Semiáridas Figura 4. Esquema simplificado e idealizado de los sistemas agroforestales propuestos
como alternativas de producción en las zonas áridas y semiáridas neo-tropicales. a: Perfil y
Estos estudios con un vista aérea de un sistema agroforestal secuencial que se inicia en áreas ya degradadas,
fuerte basamento ecofisiológico, que ex- donde se proponen barreras rompeviento, plantación de árboles y arbustos frutales, legumi-
plican el porqué de la supervivencia y nosas arbóreas y herbáceas y maíz, sorgo u otros cultivos de ciclo corto en los espacios
convivencia de las plantas en las zonas abiertos. b: Perfil y vista aérea de un sistema agroforestal simultáneo que se inicia en
semiáridas, junto a los estudios de la ve- áreas sin deforestar, utilizando los árboles presentes y manejando el sotobosque o poda se-
getación nativa han permitido la formula- lectiva, donde se proponen barreras rompeviento, leguminosas herbáceas en conjunto con
suculentas en áreas arboladas y otros cultivos de ciclo corto en los espacios abiertos.
ción de modelos alternativos de cultivo
que han sido parcialmente experimenta-
dos y se describen a continuación.
A partir de la informa- ción de árboles y plantas suculentas de adicional de mejorar el balance hídrico y
ción obtenida sobre la dinámica, estructu- metabolismo CAM como la sábila, los nutricional del sistema. En general estos
ra, funcionamiento y potenciales de uso agaves, nopales y ananás con otros culti- sistemas deben ser diseñados como siste-
de varias especies de la zona se plantea vos de ciclo corto y forrajes nativos, de- mas agroforestales y/o agrosilvopastoriles
el establecimiento de sistemas agro-fores- jando los árboles como fuentes de proteí- que imiten la estructura de las comunida-
tales de cultivo (Figura 4), con la asocia- na en pie, los cuales proveen el beneficio des naturales a fin de lograr una produc-

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ción más eficiente y que cause menor de- notablemente el rendimiento en azúcares y ben convertirse en apéndices esenciales
terioro del ambiente. En aquellos hábitats la biomasa aérea en el A. cocui (García, de los planes de desarrollo, ya que antes
donde aún persisten elementos arbóreos, 1999) y el rendimiento en gel y pasta en de manejar los sistemas naturales debe
deben manipularse sólo los estratos bajos A. vera (Gutiérrez, 1999). conocerse tanto su estructura como su
del bosque con la inclusión de especies Mussett y Díaz (2001) funcionamiento. En los trópicos y en es-
de mayor valor comercial y/o alimenticio, evalúo la productividad de un sistema pecial en el trópico seco, no existen aún
estableciendo sistemas secuenciales o si- agroforestal simultáneo en su fase inicial, paquetes tecnológicos adecuados para
multáneos. Este modelo propone poca in- donde se combinaron plántulas de E. cada área en particular, por lo que debe
tervención sobre el estrato arbóreo (Figu- velutina como elemento arbóreo, y el cul- usarse el sentido común y recolectar la
ra 4b) y la combinación de suculentas y tivo de A. cocui como estrato inferior, en- mayor información posible dentro del
herbáceas de interés comercial en el es- contrándose que las plantas de A. cocui ecosistema natural para el diseño de cada
trato bajo. Por ejemplo, en áreas con asociadas a E. velutina tuvieron mayor sistema.
abundantes elementos arbóreos aún sin crecimiento y mayor concentración de N
deforestar, como el cují, el dividivi o foliar. Los estudios en varias leguminosas
REFERENCIAS
watapana, el yabo o palo verde (Cerci- arbóreas y rastreras así como de algunas
dium praecox) y el laguarí (Pithecello- gramíneas nativas arriba citados, plantean
bium dulce) pueden removerse las cactá- la posibilidad de sistemas de producción Adams W, Díaz M, Winter K (1989) Diurnal
ceas nativas y otras hierbas y reemplazar- menos agresivos con el ambiente, ya que changes in non-radiant energy dissipation,
se por sábila, cocuy o piñas en las zonas las leguminosas nativas más comunes photosynthetic efficiency and reduced state
of q in response to natural high light in
más sombreadas, y en los corredores o constituyen una excelente fuente de pro- northern Venezuela. Oecologia Berl. 80:
espacios libres puede pensarse en maíz, teínas y carbohidratos para la dieta de los 553-561.
sorgo y frijoles, que son parte de la dieta animales en pastoreo. Aide TM, Angulo-Sandoval P (1997) The effects
de los campesinos. Las citadas observacio- of dry season irrigation on leaf phenology
En áreas ya degradadas nes en los ecosistemas naturales en las and implications for herbivory in a tropical
se sugiere el inicio con plantaciones si- zonas semiáridas de Falcón, acoplados y understory community. Caribbean J. Sci. 33:
142-149.
multáneas de especies arbóreas, bien sea fundamentados en los resultados de los
frutales o especies de interés comercial experimentos llevados a cabo y en la ca- Alarcón C, Díaz M (1993) Relaciones hídricas y
nutricionales de Prosopis juliflora en las zo-
para madera, con suculentas, hierbas y racterización bromatológica y ecofisioló- nas semi-áridas al norte de Venezuela. Biolo-
cultivos de ciclo corto a fin de generar gica de especies nativas e introducidas, gía Tropical 45: 111-116.
sistemas de cultivos múltiples (Figura 4a) permiten vislumbrar algunas alternativas Beard, JS (1944) Climax vegetation of tropical
. Se debe iniciar la plantación de árboles, para el manejo adecuado de las tierras America. Ecology 25: 127-158.
a la densidad adecuada, permitiendo el áridas pericaribeñas. Se proponen siste- Borchert (1994) Induction of rehydration and bud
uso del resto del área para la plantación mas agroforestales y agro-silvopastoriles break by irrigation or rain in deciduous trees
de cultivos tanto de ciclo corto, como su- que imiten en lo posible la estructura y of a tropical dry forest in Costa Rica. Trees
8:198-204.
culentas cosechables a mediano y largo funcionamiento de los ecosistemas natu-
plazo, como sábila y cocuy. rales, lo que conducirá a sistemas más Dávila LF (1999) Influencia del tipo de riego so-
bre las densidades óptimas de cultivo para
Estos modelos han sido resilientes u homeostáticos que garanticen el establecimiento de semilleros de Aloe
puestos a prueba en forma experimental en la conservación de los recursos naturales vera. Tesis de Grado. Agronomía. UNEFM.
Coro, Venezuela, y han resultado altamen- y a la par permitan la producción de cul- Coro. 56 pp.
te beneficiosos para la productividad en tivos a corto, mediano y largo plazo, que Díaz M (1988) Las zonas áridas al norte de Ve-
términos de biomasa, productos comercia- sean rentables, que ayuden a aminorar el nezuela: hacia el aprovechamiento racional
lizables, concentración de carbohidratos, y proceso de desertificación y proporcionen de sus recursos naturales renovables. En Ca-
liman A, Paredes L (Eds.) Zonas Áridas.
proteínas en plantas suculentas (Díaz, sistemas de producción sostenibles. La FUNDACITE Zulia. Maracaibo. pp. 33-54.
1995b; Gutiérrez 1999; García, 1999). Gu- idea central debe ser garantizar al pro- Díaz M (1991) Plant physiological ecology and
tiérrez (1999) y García (1999) demostra- ductor insumos intermedios con los culti- the development of alternative crops for the
ron la posibilidad de cultivos simultáneos vos de ciclo corto que suplan en lo posi- tropical dry lands. En Faruqui AM, Hassan
en sistemas agroforestales siguiendo el ble las necesidades inmediatas del mis- M, Sandri G (Eds.) The Role of Women in
modelo presentado en la Figura 4a, donde mo, hasta tanto las plantaciones no lle- The Development of Science and Technology
in The Third World. TWAS. World Scientific
se realizó sólo la remoción del sotobos- guen a su estado de madurez o edad de Publ. London. pp. 887-893.
que, y se evaluó el crecimiento y compor- explotación y, a su vez, que el sistema
Díaz M (1995a) Árboles Calcícolas de las Zonas
tamiento ecofisiológico de especies sucu- subsista aún a pesar de eventos severos Semi-áridas al Norte de Venezuela: Adapta-
lentas como A. vera y A. cocui asociado de sequía. Las suculentas son una garan- ciones Ecofisiológicas y Morfológicas. Tra-
con el Sorghum bicolor y con el P. tía de que el sistema pueda producir aún bajo de Ascenso. Universidad Francisco de
juliflora, encontrando en los sistemas aso- en las condiciones de sequía extrema. Miranda. Coro. Venezuela. 97 pp.
ciados cují-sábila-sorgo o cují-agave-sorgo, En cuanto al uso de es- Díaz M (1995b) A model for sustained food and
que la productividad de las especies sucu- pecies nativas se sugiere continuar estu- economic resources producing system in The
Tropical Dry Lands. En Dennis P, Cetto A
lentas es favorecida (Tabla I) y que aún dios para la detección y domesticación de (Eds.) Proc. TWOS Internat. Conf.: Visions
cuando la biomasa del sorgo fue menor en plantas nativas de las zonas semiáridas of Science and Technology for Development.
sistemas asociados que cuando se plantó útiles al hombre como cultivos alternati- TWAS-TWSO. Trieste. Italia. pp. 193-196.
solo, su contenido proteico fue mayor. Se vos. Entre las que consideramos más pro- Díaz M, Medina E (1984) Actividad CAM de
observó que al disminuir la demanda misorias se encuentran P. juliflora, C. co- cactáceas en condiciones naturales. En Medi-
evaporativa por efecto de la disminución riaria, T. billbergii, Sporobulus pyramida- na E (Comp.) Physiological Ecology of CAM
Plants. CIET-IVIC, UNESCO. Caracas. pp.
de la radiación, aumentó la conductancia tus, Tephrosia litoralis, Gomphrena alba, 98-113.
induciendo apertura estomática diurna y A. cocui, G. spinosa y E. velutina. Díaz M, Yépez L (1990) Caracterización de la
nocturna, lo que, aunado a la disminución Finalmente, cabe enfati- Resistencia a la Sequía en respuesta al Rie-
de la temperatura y del DPV, incrementó zar que la ecología y la ecofisiologia de- go y Fertilización en Aloe vera. FUNDACI-

OCT 2001, VOL. 26 Nº 10 477


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