Mar del Sur

Cartografía de la

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992


INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
1
Lópait Góaiux II, 238.
' Ai ettptao pueda nx ka capn 11
fW-
' lépa dr Cóiun: II. 217.
1'DdferafeiHfi.
tía Cw ác r/».^ryiA . atufe ta
b Carola, ti aupa de ii fde MU, j
ia¿Ai tomo abjea orpnkv y rip-
ia b» expedidme) al MiSuco. Ciorak
Cwk» I ra¡¿i¿ «a «leedui tabre )v
Us Maluat il ic] it Ponupj. d
pwyeso de «m Cm coodujtf. C¡L 2,
IWí.
Las costas australes de México
penas concluid) la con
quista de Tenochtidan,
Cortó y sus huestes
avanzaron en busca del
Mar dd Sur que Vasco
Niiñra de Balboa había
descubierto una década
an íes. Actuaban conforme aJ deseo profundo e
imperio» de la Coroiu española y de unios los
conquistadores: llegar lo más pronto posible a
las Indias, establecer el contado directo con
cus tierras llenas de riqueza, de especias, de oro
y piedras preciosas.
Loí portugueses ya se habían addaniado a
España. Comandados por Vasco de (lama,
rodearon Africa y llegaron a Calicut y Coa, en
la India, en 1498. A partir de entonces no
dejaban de crecer el comercio y la influencia
lusitana en Asia. «Deseaban en Castilla hallar
estrabo en las Indias para ir a las Molucas, por
quitarse de pleito con Portugal sobre la
Especiería»'. Se crda que las islas Molucas y
Gpango, centro del tráfico de especias y de
metalo preciosos, estaban cerca de Nueva
España. Este anhelo se expresó en muchos
mapas que ubican estas tilas a cona distancia
del territorio novohispano1.
Lúí enviados de Cortés llegaron a las costas
del Mar del Sur en l yi2, en los límites de lo
que hoy son los otados de Guerrero y Mi-
choadn. En la desembocadura del rio Balsas, el
conquistador mandó fundar el puerto de Za-
catilla, donde instaló el primer astillero novo-
hispano. Cortés «envió cuarenta españoles car-
pinteros y marineros a construir en Zacarullan
o Zacauila... dos bergantines para descubrir
aquella costa y el estrecho cjur entonces pensa-
ban y otras dos carabelas para buscar islas. que
tuviesen especias y piedras, c ir a las Molucas; y
tras ellos envió áncoras, velas, maromas y mu-
chas otras jarcias y aparejos de naos que tenía
en Veracruz con muchos hombres y mujeres;
que fue un gasto y camino muy grande-Poco
después, el extremeño construyó otro astillero
en Tehuamepec, aprovechando que las condi-
ciones del terreno permitían abastecer los bur-
eos empleando carretas y bestias'.
Pero no era Cortés el único conquistador
empeñado en explorar el Mar del Sur y llegar
a las islas de las Especias. La conquista de las
costas panameñas del Pacífico por Pedradas
Dávila, en 1515. abrióla posibilidad de viajar a
las Molucas desde Panamá. Asi lo pensó
Cristóbal de Hard, factor de la Casa de Contra-
tación de la Especiería del Maluco', quien
respaldó a Gil González Dávila en la organi-
zación de un viaje con esc rumbo, González
Dávila y el piloto Andrés Niño, con quien se
asoció, proyectaron navegar primero hacia el
norte en busca de un paso que uniera a los dos
octanos y, de no bailarlo, a la altura de las
costas novuhispanas, virar al occidente. El viaje,
iniciado en enero de 1522, no se realizó como
se había planeado. González Dávila destmbarcó
en Nicaragua y emprendió la conquista de la
región. Andrés Niño continuó navegando hasta
Tehuamepec, donde encontró a la gente de
Cortés. En ate recorrido, de más de trescientas
leguas, no encontró ningún paso que comu-
 GUTtXaAríA DE LA Mak oa Su*
niara al Atlántico con d Pacífico*. Segura-
mente a d se deben algunas de las primeras
noticias que permitieron trazar el perfil de las
cosas occidentales de Centroamérica y del sur
de México.
Aunque Núñez de Balboa había puesto fin a
la idea de que las tierras descubiertas por Colón
formaban parte de Asia, ames del viaje de
Andrés Niño no existían datos sobre las costas
del Pacífico de Nueva España y Ccmroamé-
rica. Todos los mapas anteriores a 1520 sólo
muestran el perfil de las costas atlánticas de
América.
Por tierra, las regiones occidentales de
Nueva Espafijj fueron exploradas por varios
capitanes españoles. En 1522, Juan Rodríguez
de Villafijertc y Juan Alvarez Chico fueran
enviados por Cortés a Zacatilla y Colima,
respectivamente. Ante la resistencia indígena,
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Cristóbal de Olid acudió en su auxilio. A su
vez, Alonso de Avalos recorrió una parte de
Jalisco. En 1523 volvieron a sublevarse los
indígenas de Colima, y Gonzalo de Sandoval
acudió a someterlos, «logrando pocas ventajas
en la provincia de Chilpanoinco, tomaron a lo
largo de las costas de Guerrero hasta vencer a
los colimcmcs y fundar su capital. Colima».
También sometió la región de Zacatula,
protegiendo las inversiones que Cortés ya habla
hecho en ese puerto y los barcos que allí
construía. De esta manera el occidente de
Nueva España fue explorado hasta Jalisco.
Al mismo tiempo, Pedro de Al varado
marchó con rumbo aJ sur en diciembre de
1523, atravesando Tututcpcc, Tchuantepec y
Soconusco llegó hasta Guatemala, y en su
camino buscó un paso que uniera ambos * Lópa de Gómiri: L 287.
océanos. También, en diciembre de 1523, Orairo y Bern; 121
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
Diego Godo>' partió a ¡someter a los indios de la
villa de Espíritu Santo y continuó hasta Chia-
pas. Por w parte, Cristóbal de ülid viajó por
mar rumbo a las Hibueras, hoy Honduras, en
busca del canal que comunicara el Atlántico con
el Pacifico. Todas atas expediciones de conquis-
ta proporcionaron datos sobre la conformación
del terreno, de las tribus que lo habitaban y.
cuando llegaban al mar, del perfil de las cosus.
De esta manera, para 1524 ya se tenia una
visión bastante complexa de las costas del sur de
México. Los datos obtenidos en todas estas
expediciones se reflejaron en las cartas <íd sur
de Nueva España y Ceniroamérica. Uno de los
primeros mapas que recoge la información de
estos litorales a de Juan Vespucio, The World
Map, de 1526. Aunque tiene algunos errores,
en él ya no queda duda de que Centroamérica
es un istmo en donde no1 habla paso que
conectara a los dos océanos .
CmtuonAttA HbtOwca na EieaiEvroo de Münucr
Los itinerarios tie la Especiería
Los esfuerzos de Cortés para explorar y
conquistar las tierras que pudieran ser
descubiertas en el Mar del Sur dieron frenados
por los acontecimientos políticos. El desdi-
chado viaje que emprendió en 1524 a las
Hibueras para castigar a Cristóbal de Olid tuvo
efectos muy negativos para él. Su alejamiento
de la capital permitió a sus enemigos adueñarse
del gobierno de la Colonia, afectando de
múltiples formas sus intereses y frenando la
construcción de los barcos en el astillero de Za-
catula. Cuando Cortés regresó, los avíos (velas,
cables, jarcias, etc) para los cuatro barcos se
habían quemado en un extraño incendio. A
pesar de eso, Cortés respondió afirmativamente
a la petición que le hizo Carlos I para enviar
auxilio a los expedicionarios españoles que es-
taban en las Molucas.
 CAíTOOlAFtA fit U Ma* Ott Su*
Eíi efecto, en tarta que el emperador le
envió a Cortes en julio de 1526, le mencionó
que 57 sobrevivientes de L armada de Maga-
llanes habían quedado en las Malucas v le
informó de las otras dos flotas que había man-
dado con ese rumbo. Comandadas por Fray
García Jofrc de Loaysa y Sebastián Ciboto,
respectivamente, por lo que le mandó que
•para saber la llegada de dichas armadas a ellas
y el suceso que han tenido, convenía que con
diligencia se enviase por esas parles (México)
una carabela o dos, a traer la relación de dio» .
Esta misiva fue el origen del primer viaje de
Nueva España a Asia. Cortes, que ansiaba
ocuparse de las conquistas en el Mar del Sur,
vio en este encargo una oportunidad única.
Rápidamente ordenó que se prepararan ¡res
naos. Antes de mandarlas a un recorrido can
lejano las sometió a prueba y las envió a
recorrer la costa con rumbo al none hasta llegar
al puerto de Santiago (Manzanillo). Este fue el
primer recorrido marítimo al none de Za-
catilla", y proporcionó datos sobre esc litoral,
que serían utilizados por navegantes posteriores
y quedarían plasmados en los mapas de la
época. Finalmente zarparon de Zihuaiancjo,
a finales de octubre de 1527, los navios Fiando,
Santiago y Espirita Santo, ai mando de Alvaro
de Saavedra Cerón. Es muy posible que, en su
travesía, Saavedra haya avistado la isla Je
Clippcrton, que fue disputada entre México y
Francia 3 principios de nuestro siglo".
Asimismo, estableció la ruta que siguieron ai'iu
tras año los galeones que iban a Filipinas
saliendo de Acapulcn.
A las Molucas sólo llegó la Florida casi cinco
meses después, el 27 de marzo de 1528. En Ja
isla Tidorc encontró los restos de la armada de
Loaysa dirigidos por el capitán Hernando de la
Torre, quien le dio noticias de los continuos
ataques que sufrían por parte de los portu-
gueses y del destino de ios sobrevivientes de la
flota de Magallanes.
Cuando consideró concluida su misión,
Saavedra abasteció su nave pan regresar y la
cargó con una buena cantidad de clavo. Enfiló
su proa al noreste, pero al llegar a la altura de
las islas Marianas no pudo continuar por la
falta de vientos y por tener una corriente
marina contraria. Regresó a Tidorc. y en mayo
de 1528 intento otra vez el recomí a iNnrv.i
España. Volvió a Iracaur después de varios
meses ¿c ¡minie; esíiiciTnv Sajvedri fallecí» v
el resrn de lo; tripulantes rcgrcsaiors a Tidure.
donde fueron hechos prisionero* por los
portugueses, quienes Iw cnvi:iror¡ j Lisboa.
Este era el segundo fracaso cu d inicnu» de
regresar a America atravesando d Pacífico: el
primero lo sainó la nao ihtadul con los so-
brevivientes de la expedición <ic Magallanes
El revés de la armada de Saavedra Cerón y el
«•iafe que Cortés hizo a España de principios de
marro de 1528 a julio de 1530 frenaron Jas
expediciones españolas por d Mar del Sur y
fueron, en cambio, capitalizados por los portu-
gueses. que se apoderaron de ins mapas que
llevaban los españoles capturados, ti caso de
Andrés de Urdancu. que destacaría por descu-
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brir la rura de retorno a América, es ejemplar.
Urdaneta participó en la expedición de l-oaysa
y fue hecho prisionero por los portugueses.
Enviado a Lisboa en 153k las autoridades lo
recibieron «con un injusto despojo de sus im-
portantísimos papeles. Algunos <ic dim pasaron
a España... ntms. junto con una yaxi cantidad
de mapaw, deben hallara en l'orvupaJ-.''
A su regreso. Cortes x alonó por conocer
las costas del noroccidenre de Nueva España.
No por esto dejó de ¡menrsarse por cficút>trar
lis ruta* más adecuadas para llegar a la
Especiería y promover d comercio con ella.
Además, aprovechando las llamadas de auxilio
que Francisco Pi tarro envió desde l'eni en
1536- el extremeño mandó dos buques
comandad us por Hernando de Grijaka. En el
primer viaje marítimo desde un puerto
novuhispano. Acapulco, al Pacífico sur \
Cuando llegó a México, el virrey Antonio
de Mendoza tomó en sus manos la tarea de
establecer Lio; permanentes entre Nueva •* Ad l„ Iulc tir.rir Miptd León-1'orti-
España y la Especiería. En noviembre de 1542 III. ufti tic lín inmlijpduio iliri UIVW
envió seis buques al mando de Ruy López de mí» dUunpjiik» v <jur mis )u
al jvin« de Im oiudioi uncs^i/iiu,
Villalobos, que zarparon dri pueno de Na- c liisiiintirt. pjíTumiirmcnic ra lo qir
vidad. Después de descubrir la isla conocida w rrfidr al tii«nl novehupíno en (I
Mir
" VerJdSux.
al respecto d irtioilu «U
actualmente como Parión, a ia que bautizó Clip}<non». <ic Miguel ConuJa A»r-
como Roca Partida", del archipiélago de las Iji. en Ron. IW:
Revillagigedo. llegó a las ísks que denominó "Cuewu: 112. 11 ? 11*
Filipina*, en honor del futuro Felipe II. La des- " lión-Porulb.
gracia también se abatió sobre esta expedi- " Gomílo Oliakr». MmWc y (,011-
ílln Gómei Ffíncúcu. -lUit Rrviib-
ción. El capitán Villalobos murió en la Lia gipcdí». en Ríjt». IW2: I7'.
 í_MTOC*AH<* Herrete A RQ Encuentro DE DOS Mukdos
de Ambón en 1)46. el resto no pudo regre-
sar ¿ América V fue capninjfjo por íoí luíiia-
ota. quima los envuron & nidia a Europa'.
Después del viaje de Villalobos cesaron por
un tiempo las intentos de navegar desde Nueva
España a b Espediría. Sin embargo, había
quedado U inquietud pin las lilas Filipinas. El
segundo virrey de Nueva España, Luis de
Vekscu, convenció a Felipe II de orpniur una
nueva empresa pan colonizarlas.
Esta expedición, que se inició en noviembre
de 1564. encabezada por Miguel López de
Lcpzpi, concluyó cor. la conquista de Fili-
pinas. Andrés de Uidanna, que además de su
propia eiperiencia había recogido la de otros
viajen», quedó encargado de intentar ei
retomo a Nueva España. Tomando en cuenta
los problemas que los anteriores navegantes
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
habían tenido con Las corrientes marinas y los
vientos, Urdanrta decidió navegar al noreste
basta llegar a 39 grados de Latitud none y allí
millar al oriente rumbo al litoral americano,
aprovechando la corriente marina Kvro Sino y
los vientos que en esas latitudes son favorables
para navegar hada América. En todo d reco-
rrido se hicieron levantamiento* y anotaciones.
Al llegar a América se recogió la descripción de
todos los accidentes geográfico», por ejemplo:
«... de la liara lita va una punta de tierra baja
de dos leguas hacia el sureste, que es donde se
ranaca la dicha tierra de California y sobre la
punta hace un pan redondo que parece isla y es
todo tierra firme y la pane de la tierra hace otro
mogote a manera de pan de azúcar»". Ei
levantamiento hecho por L'rdincca del perfil
costero de California tiene tomo antecedente el
viaje realíudo por Juan Rodríguez Cabrílio, al
que nos referiremos mis adelante.
Las exploraciones por California
La región occidental de Nueva España despenó
grande» expectativas entre los apañóles. Se afir-
maba que allí existían amazonas, ciudades de
oro, úLu donde abundaban pedas y piedras
H-UkMUMM,. P'Y™ 0bttntr b «""rizacifa P« api»-
1 Gado cuCiidoai' 113 raí la comarca y someterla al dominio español
C&>. Migbd Augd148..Lu ítb fue
Rere», iwi unaÑuño
Cortil, permanente fuentePedro
de Guzmin, de conflictos entrey
de Alvarado
"kWea: 280-2(1. ti virrey Antonio de Mendoza.
Cortés fue el pionero de los viajes marítimos
y terrestres hacia esa región. Por tierra, a finales
de 1526 y principios de 1527, envió a su
sobrino Francisco Cones de San Buenaventura,
entonces gobernador de Colima, a una
expedición de conquista con rumbo al norte,
durante la cual éste vio desde la costa los picos
de las islas Marías''.
Aprovechando el viaje de Cortés a España,
en 1529, Ñuño de Guzman avanzó en plan de
conquista por Michoacín, Jalisco, Nayarit y la
pane sur de Sinaioa, donde fundó Culiacán.
Las fuerzas 3 su mando recorrieron la costa y
contribuyeron a definir los accidentes geo-
gráficos. tanto en el liíorj como en el interior
del territorio. Guzmin envió un bergantín
capitaneado por Pedro de Guzmin, quien se
dirigió a las islas Marías para tomar posesión de
ellas en nombre de la Corona española".
A íu regreso de España, Cortés traía la
capitulación firmada por la reiru Juana que le
permitía «conquistar y poblar cualesquicr islas
que en ta Mar del Sur de la dicha Nueva
España, que estén en su paraje, y todas las que
hallad es hacia el poniente delia»". Construyó
entonces nuevas embarcaciones para recorrer
las costas occidentales.
De las cuatro expediciones realizadas por
órdenes de Cortés a Baja California, las dos
primeras, en 1532 y 1533, concluyeron trá-
gicamente. En ambas hubo amotinamientos: en
la inicial, los marino* del San Marcos forzaron
el regreso a Bahía de Banderas, donde murió la
mayoría a manos de lo* indios; en la segunda,
el piloto Fortún Jiménez encabezó el motín y el
asesinato del capitán del navio, Diego de
Becerra. En la primera desapareció el San
Miguel, capitaneado por Diego Hurtado de
Mendoza; en la otra, el jefe de los amotinados,
Fonún Jiménez, murió en la bahía de la Paz a
manos de los indígenas; los sobrevivientes
regresaron a Nueva España.
La primera fio a comandada por Diego
Hunado de Mendoza, si bien llegó a las islas
Marías, proporcionó pocos datos para
completar la geografía de ta región.
La segunda expedición, al mando de Diego
de Becerra y Hernando de Gríjalva, realizó en
octubre de 1533 un viaje para probar la
resistencia de las naves. Zarparon del puerto de
CastocplaRa de la Ma* oa Sim
Manzanillo en un recorrido que fue «desde los
23 grados al Norte hasta poco más allá de las
costas de Chiapas, de manera que fue una de
las mis fructuosas para la ciencia»". A su
regreso la ilota emprendió una travesía más
larga, pero a los pocos días se dividió. En uno
de los buques, la tripulación amotinada se
dirigió aJ norte y descubrió Baja California, en
el Sanio Tomdí Hernando de Grijalva llegó a
finales de 1533 a las islas que llamó Santo
Tomás y la Anublada, hoy Socorro y San
Benedicto respectivamente, del archipiélago
RcvilLgigedo '. Estos exploradores pudieron
regresar a Nueva España a dar cuenta de sus
descubrimientos.
Fueron el tercero y el cuarto viajes,
organizados por Cortés en 1535 y 1539, los
que proporcionaron más datos para trazar los
primeros mapas del litoral del occidente
novohispano. La expedición de 1535 fue la
única que el encabezó en persona. A mediados
de abril, los conquistadores partieron de
Chiamctla en rres navios: San ¡Maro, Santa
Agueda y Sanio Tonuis. Llegaron a La Paz el 3
de mayo. Las ¡menciones de Cortés eran
establecer una población y explorar las zonas
aledañas en busca de riquezas. No pudo
realizarlas y sufrió un rotundo fracaso: perdió
dos buques, perecieron muchos de sus
acompañantes, y si bien fundó una población,
6ta fue abandonada al poco tiempo por la
imposibilidad de sostenerse en la comarca.
Los viajes que realizó Cortés alrededor de La
Paz le permitieron trazar el primer mapa de la
región, con fecha de 1535 En él presenta la
porción sur de la península y las costas novo-
Impanas de Jalisco, Nayark y Sinaloa. A partir * Otcuco y Bao; 103.
dd Cabo Corrientes, sube por la costa hasta " Garulla Dáralm. Matilde- Gonza-
lo Crfmo. F ancuco, en Rrya. IWi
llegar a San Pablo, pasando por Chiamctla y r174-177
M«p» 94.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
Culiacán, entre otros topónimos. Traza en for-
ma bastante aproximada el extremo sur de 95.u Agfif
MATWVW* OVAL aaii
IM2 12,fUniv
la península, marcando S. Cruz (La Paz) y Lla No india 6j
isla que denomina Santiago (hoy Ccrralvo) '. « ] Manuscribe» lo ráelo shrnv
plr «íbrt pagunino. Bihltotro Sirio-
Según León-Portilla, la medición que hace de rul de M»dn¿ EipaAa.
 CAHTOGMfU HBTOUCA DH ENCUENTRO Ut IX» Ml/NDW

la Latitud de La Paz es un poco inexacta: mar-

ca 23 grados 30 minuros, cuando cu realidad
es de 24 grados V minutos de laiicud norte.
La derrota no amedrentó a Cortés, quien
organizó una cuarta expedición dirigida por
Francisco de Ulloa. Participaban cambien
Domingo dd Castillo, que trazó después un
importante mapa de la zona, el piloto mayor
Francisco Preciado y Pedio de Falencia, que
dejaron testimonios escritos dd viaje. Partieron
del puerto de Santiago el 23 de agosto de 1539-
A1 llegar a Baja California, Preciado creyó que
se trataba de una isla, y en lo que puede ser
la «mis antigua mención del nombre que
haya llegado a nuestro poder» la llamó Cali-
fornia*.
La expedición de Ulloa recorrió d mar de
Cortés. De regreso dio la vuelta i la península y
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

navegó por d Pacífico a lo largo de una buena

parte de la costa bajacaliforniana. Este es el
origen .del mapa de Domingo del Castillo^. En
d se traza toda la costa dd Padfico de Nueva
España, desde d sur de Tehuantepec hasta la
desembocadura dd rió Colorado, incluyendo la
costa occidental de la península bajaca-
lifomiana hasta los 28 grados, un poco mis
arriba de Punta Falsa. En la única versión
conocida dd mapa, que data del siglo XVIll,
aparece la península con d nombre de
California, se act que fue añadida en d siglo
XVTJJ por el arzobispo de México. Lorcnzana,
(que) retocó algo d mapa indicado, para mejor
intdigenda dd mismo»*.
Etta carta nene la virtud de ser la primera
que traza en forma muy aproximada a la
realidad la costa occidental de Nueva España,
con la península de Baja California, sus
principales puertos y bahías, y las costas de
Sonora, Sinaloa y Baja California, que eran
poco conocidas en esa época. A pesar de ello
fue escasamente difundida en d siglo XVI. 154(T. Asimismo se localizan en el mapa la
Puede añadirse, como dato relevante, que en la mítica ciudad de Cíbola, aquí llamada Cíbora,
desembocadura del rio Colorado, Dd Castillo y la isla Santo Tomás, aunque está mal ubicada.
• Ixón-PonilU. 1989:49- dibujó la unión de dos ríos c incluso a uno lo El regreso de Alvar Núñez Cabeza de Vaca
* Dd Fonikr 120. En In fumJunaiul llamó «Río de la buena guía» en homenaje al de su largo peregrinaje por las regiones ignotas
coincide coo esa venión León-Pon ¡Ib, virrey Mendoza, que tenía cu expresión como del norte de América encendió la imaginación
I'm 139-140. lema, lo que se explica en buena medida de las autoridades coloniales. El virrey
" Mj¡U 100.
■ Dd Portillo: 120-121. Mil tddxnu porque Del Castillo también acompañó a la Mendoza autorizó al fraile Marcos de Niza para
votrerernai pan aplicar d origen <Sd expedición de Hernando de Alarcón, que llegó que recorriera esas regiones con el negro
núdbft CaLíorao. hasta la desembocadura dd río Colorado en Estcbanico, compañero de Cabeza de Vaca.
"WD-PotQIIWIE
 Cmtoc*aMa de la. Hi* na Sin
Cinco meses viajaron el fraile y su acom-
pañante por esc territorio donde abundaban los
bisontes llamados cíbolos por Itw españoles,
raión por la cual se le denominó Cíbola a esa
región que hoy es parte de Arizona y Nuevo
México. Mucos de Ni ¿a contempló desde lejos
los asentamientos de los indios pueblo, con
casas adosadas a los riscos, de dos o tres niveles
comunicados por medio de escaleras, unas
labradas en la roca y otras hechas de madera. Su
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
imaginación enfebrecida por los mitos hizo lo %. MONDO NOVO t OCEANO MOHO).
demás. A su regreso el fraile informó fantasias: IS41 BíHÚu Apar Encala prifid en
que allí existían siete ciudades más populosas y rruHju. 22.6 i I5í cm. Minútenlo
culoradc» i unta, atoa y lioiuu Je wo
ricas que Tenochtitlan, habitadas por pueblos KitnT [tagarnina. íliblnitrci MkbnuI
muy cultos que construían edificios de siete it MadiuL bfufU
pisos con muros relumbrantes de plata. Las
llamaba Cíbola, Quivira, Totonteac y otros
nombres mis.
Con esas halagadoras noticias, el virrey
obtuvo la autorización real para continuar los

•Mmp.96.
* Mijn 10&
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
97. uai rvjnoa 1W. Joan MmJtrn.
Eaub pifta ca legua. Wí>«30.4 an.
Mmmasm z nm y maple con Umuu
ceccouórepapnuao. B¿Jkkí£j NV
ooniJdr Miimi Elfa/u.
(_akjoc»-aHa Hbtohica pa Encuentbo de Do* mundos
descubrimientos. Antonio de Mendoza envió
dos expediciones mis. Una terrestre, coman-
dada por Francisco Vázquez de Coronado, y
otra marítima, al frente de la cual iba Francisco
de Alarcón. La a pedición del primero avanzó
por Sonora costeando el golfo de Cortés,
atravesó los montes del sudoeste de Arizona y
se dividió en dos; un grupo fue hacia el este
hasta encontrar el territorio de los indios
tnoquis y llegó finalmente a lo que hoy es di
estado de Kansas, otro fue ai oeste y descubrió
el Gran Cañón del Colorado. Sus expectativas
de obtener grandes riquezas se esfumaron. No
existían Us ciudades de la¿ que habló el fraile
Niza. Cíbola era un pueblo llamado ¿uni por
sus habitania y de ninguna manera respondía a
las ilusiones que se hablan hecho los con-
quistadores gracias a los relatos del fraile.
Vázquez de Coronado regresó sin riquezas. Sin
embargo, sus aportaciones a la geografía fueron
de singular importancia: por primera vez ojos
europeos contemplaron d Gran Cañón del
Colorado; también recorrió el litoral de Sinaloa
y Sonora y conoció los territorios de lo que hoy
es el suroeste de Estados Unidos.
Ijüí resultados de los descubrimientos
geográficos hechos durante las expediciones de
Cortés, UUoa y Hernando de Alarcón fueron
incorporados a algunos mapas europeos.
Battista Agnese, destacado cartógrafo vene-
ciano, elaboró en 1542 el mapa Mondo Nuovo e
Octano Pacificó. Es uno de los primeros de la
cuenca del Pacifico y en él se ven las costas de
América y una parte pequeña de Asia (aunque
existe otra versión de los mismos años en la
cual la costa de Asia está más delineada)*"'. En
esta carta ya aparece la costa occidental de
Nueva España, con la península de Baja
California. Es un portulano con rosa central
policroma de 32 vienios y 12 rosas periféricas,
en el cual los accidentes del litoral novohispano
no son muy exactos, aunque la idea global se
 CARTOGRAFIA DE LA MAÍ DEL Su*
apega más a la realidad que muchos de los
mapas europeos posteriores. Yucatán está
dibujado como isla y de las costas suda-
mericanas sólo hay una pane, aunque sí está el
estrecho de Magallanes. A pesar de sus limi-
taciones, no comete dos errores característico!
de muchos mapas posteriores: interrumpe el
trazo de las costas americanas a la altura de Baja
California, por lo que no une el continente
americano con Asia, y tampoco indica el
estrecho de Anián.
Otro mapa de Agncse, de 1542, es un pla-
nisferio de trazo oval con el perfil del continen-
te americano muy aproximado a la realidad:
también está trazada la ruta que siguió el primer
viaje de circunnavegación iniciado por Magalla-
nes y concluido por Elcano. Respecto a la Nueva
España, Yucatán vuelve a ser representado como
isla y el trazo de sus costas occidentales es muy
general, con Baja California como península, sin
que continúe el trazo más al norte*'.
Alonso de Santa Cruz, Cosmógrafo Real de
la Casa de Contratación de Sevilla, elaboró en
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
1542 un planisferio en el cual ya aparecen las 9H (.MITA lit AMBAJ u*1a> fU o.v
costas occidentales de Nueva España y Bap TSOAMIWcA. IS42. Aloruo dt San-
California. Es posible que los datos geográficos 20.ta Cns.
5 cm, lúcill gráfica, enimuIrguli.
Manuscrita y «uuiriik
contenidos en el trabajo de Santa Cruz no iidire [uprl Hlblruin» Nacional dt
hayan tenido la misma difusión que los de MádráJ. Espato.
Agncse. ampliamente conocidos en Europa,
debido al secret u en que las potencias man-
tenían las caras y los mapas de navegación". En
el mapa de Santa Cruz, d Mar de Conés está
desproporcionado, muy ancho, casi circular v
tiene tres islas sin nombre. La península de
California aparece dividida en dos. la parte sur
queda corno una isla, que, según una leyenda
del mapa, fue descubierta por el marqués del
Valle; también es más pequeña y d Cabo San
Lucas aparece al none del trópico de Cáncer. El
perfil dd litoral occidental es inexacto: Te-
huantepec está colocada muy al centro y la
provinaa de Guatemala se prolonga muy al in-
terior de Nueva España: no aparecen ni Aca-
pulco ni Huatulco y Zacatula también está mal
ubicado. Al norte de la península no podían * Mapa 95.
foliar los dibujos referentes a las místicas siete ~ Mapa 98.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
100. TOMIM umXIlAOUN MICHA C
.*.<» « IM5. W Ui UH COSTAS QL'L
OÍJDi fl SEXO MBUG*NO_ 1M5.
Dominjpdd CuuBo. Original de 1 ffl.
pcnfido, copia icalizadi (kh un autor
doteooodo en d liilimo tooo dd
ágfa XVU. No imíka nrali 26,7 x
14.7 an. Mamacrilo a tina y
wbte papd Muku Naral de Madrid.
L siguiendo las creencias de la época, Caboto no
'Mlpa99.
dudada. Tiene una anotación Junde se dice
que ese territorio fue descubierto por órdenes
del virrey Mendoza. Resulta notable d hecho
de que d río Colorado no aparrcea en d mapa.
Otro Mapamundi importante es d de
Sebastián Caboto de 1544". En esta cana.
Caboto traza el litoral ocudcntzl de Nueva
España con bastante aproximación. La penín-
sula de California tiene dibujadas sus cosías
más al norte de Punta Falsa, mis o menos hasta
Punta Baja. En las costas de Sinaloa está
dibujado un golfo que no existe, Cabo Co-
rrientes está más o menos bien ubicado, pero la
localización dd resto de las bahías, cabos,
puntas y golfos no son de fur. Al norte de
Nueva España, en Alta California, están dibu-
jados dos indígenas y bajo dios hay una ins-
cripción donde se dice que esa tierra fue des-
cubierta por Hernán Cortés. Aunque no se
continúa con el trazo de la costa noroccidcntal
más allá de la península bajacalifomiana,
duda en anotar que entre Norteamérica y Asia,
(.MTWÜILVtA HlSTÚMCA UtL ENCUEKTIO Di IX» MUNIXtS
cerca de los dominios del -rey de los Tártaros-,
hay una -Terra Incógnita»,
En la pugna por la conquista de las tierras
en el Mar dd Sur intervino también Pedro de
Alvarado, quien finalmente llegó a un acuer-
do mn el virrey Mendoza para actuar conjun-
tamente en esta empresa. La repentina muerte
de Alvarado dejó al virrey dueño de una flota
importante. Una parte de ella, comandada por
Ruy López de Villalobos, fue enviada a las islas
de la Especiería. Otros dos navios, el San Salva-
dor y la Victoria, al mando de Juan Rodríguez
Cabrilla, fueron enviados con rumbo al norte.
Esta expedición zarpó del puerto de Navidad
en junio de 1542 y regresó en abril de 1543.
Recorrió Las costas del Pacífico de Norteaméri-
ca desde Baja California hasta el paralelo 42.
Visitó algunas de las islas mis importantes de
esta zona dd Pacífico y los marinos realizaron
valiosas anotaaones geográficas.
Los nuevos descubrimientos proporcionaron
la materia prima para que los cartógrafos
europeos daboraran nuevos mapas, como el
 CartoghakIa Bt ua Mar na Sim
Mapamundi de Pedro de Medina, incluido ni
Summa de Qtwographui publicado en ! 545. Se
traca de un mapamundi en el cual el dibujo de
América del Sur adolece de muchos defectos.
En lo que roca a Mexico, tiene aciertos
impórtame, a pesar de que la peninsula de
Baja California está un poco alarida y
ensanchado el golfo de California. El resto de ta
costa del Pacífico está bien dibujado, para las
condiciones de la época, aunque se exageran
algunos accidentes geográficos, por ejemplo, d
Cabo Corrientes está muy prominente. A]
norre de la península de Baja California no está
dibujada la costa de Norteamérica, simple-
mente se insinúa su continuación hacia el
occidente". El mismo Pedro de Medina ctabora
otros mapas que fueron publicados en el Am
de navegar, pero éstos sólo incluyen menos de
la mitad de las costas del sur de Nueva España,
ni siquiera llegan al Cabo Corrientes1*.
A diferencia de los mapas de Medina, el
Mapamundin de Giacomo Gastaldi de I54(í
traza parte de las costas al norte de Baja
California y comete el error de unir Asia con
América formando el «Golfo de Tonza*, en
medio del cual está la isla de Cipango. Acierta,
en cambio, al recoger los datos obtenidos por la
expedición de Rodríguez Gibrillo limera el
paralelo 36. El resto del litoral de Nueva
España es poco fiable, sobre rodo en la parre
sur, donde está muy mal trazado el gulfn de
Tehuantepec y repite la localización de las siete
ciudades de oro en ta Alta California. Dos años
después apareció otro Mapamundi de Cattalili
en /jí Geografía di Claudio Piolomeo... En él
seguía con la idea de que la parte noroccidcntal
del continente americano se prolongaba hawa
prácticamente tocar las tierras de Asia.
Ccntroaméria está muy mal trazada, como
una bola ligada por un cordón umbiltca! a
América del Sur. En Nueva España, la penin-
sula de Baja California está empequeñecida, el
golfo de Tehuantepec exageradamente grande y
falta el Cabo Corrientes*.
También los ingleses estaban poseídos por <1
deseo de hallar el estrecho de Anián. El famoso
pirata Francis Drake emprendió un viaje para
depredar ios puertos españoles del Pacífico y
encontrar el paso de Anián, cruzarlo y regresar
a Inglaterra. Después de pasar el estrecho de
Mjplbncs naco las pwcsitwis f,p.;ñ„ku on
América del Sur y Nucvj Lspañi Buscando el
anhelado estrodii) tie Anián. navego bjcu el
norte y Itcgó basta les 46 grados de latitud. Al
no hallarlo, tomó rumbo al sur coste-tiido
California. El 1? de junio Je ] 5"') entró en ta
bahía que ahora se conoce como San Francisco
y tomó posesión en nombre de b reina Isabel I
y llamó Nueva Albión a ese territorio Retornó
a Inglaterra navegando por el Pacifico, com-
pletando la segunda vuelta al globo. Las
experiencias del viaje de Drake quedaron plas-
madas en un t/uipamundi que esta en la
Biblioteca Británica. Grabado hacia 1583. debe
haber sido elaborado dos o tres afios antes. En
el. Baja California aparece como península y al
none «rá la inscripción -Nova Albio»'. Al
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
parecer file publicado pot Richard HakKut en
su edición del Dr Orbe Now¿t Pedro Mártir
de Angierta". E«o demuestra que no fue Drake
quien introdujo en Europa la idea de que Baja
California era una isla'".
Sebastián V¡?£aíno. uno de los más im-
portantes exploradores de Baja California,
rcili/ó dos viajes, uno en I "Wit y otro de I (>02
a 1603- En el primero. Vizcaíno llcyó a l;t bahía
que denominó La Pat, k misma que Cortés
había llamado Santa Cruz. Este cambio se
reflejó en la cartografía. Por el Mar Cortés llegó
solamente hasta la latitud V grados norte.
Bautizó a Baja California como provincia de
Hueva Andalucía y rsgnai'i a Nikyj España en
diciembre de 1596. seis meses después de haber
zarpado.
la segunda expedición de Vbcalno tenía
como objetivos reconocer las cnuii ucci-
denialcs de Baja California y don arcar los
puerros desde Cabo San Lucas haata Cabo
Mcudocino. Urvaba instrucciones estrictas de
no explorar tierra adentro ni penetrar en el Mar
de Cortés, uno dirigirse dircciamcmc al
Pacífico, hirió de Acapuleo el S de mayo de " Mijn 101
1602. En d contingente iban el cosmógrafo - Mjpi IW.
Jerónimo Martín Palacios, que haría las "Mifu 102.
* Mipj 103.
mediciones geográficas: sondeos, alturas, ' El iiupj oti repíoduado en Lrtn-
demarcaciones, etc., y el fraile Antonio de la i'onilU. 1989: 7).
" Lrin-I'onül». 1989: 78.
Ascensión, clérigo creyente de todos los mitos " Úrozai x Bcm ifirmi que fue un
relacionados con la región. Cuando arribaron al rauludo dd vu¡c de Ünkí ou ida.
Cabo Blanco en 43 grados norte, tí fraile OroJto y Bern. IM. Obntntenicei
mcftduudo dctnnonc bq
aseveré que hablan llegado a la entrada del wcnbáft.
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
101 I/MYMSAÍI nuaumoní m
un* u rijuu coNOsam. av mi
IMS Femando Bendb-Cocoau Gai-
uldi, No india dkiiii 77.4 a 44.4 un.
Grabado en Umiia wbrt papd. ilu-
minado i li acuuda. Biblioteca dó
Coopoo. Tjáunpoo. D C. EUA.
* Lon-Pmulli. 198¾ 85.
' Uóo-Ponílb. 198¾ 85. fouam,
maur.tniruiroic 161I. Vuciire «njA
i japén ornado p>f dnricyacaublcxer
la primera rdaaón anrr d Imperó deí
Sol Naacnu y Nueva EapaAa. Rípevi
en un buco taponó, pto¿»Weinoiic m
lo que fura d prima ruic realizado de
ese p¡k a Arana.
•' tWtr.-PmiiU. 1989: 85417.
*" Leín-Pomlb, 1989; 87.
" £1 mapa ie induje en la o&tre ubn
de Samúd Purchaí. Halduyw Puuiiu-
fnou» w Pudú» Hb Pílpim. Lundia.
1625. LeiJo-Porulk, 1989:91-92.
OSTOCtAflA HtíTOftJCA ÜU EÁiCVEMTKO r.F l>» Ml'NDUS
estrecho de Aniin y umbién que 1estaban cerca
de las Siete Ciudades ricas en oro* .
Esta expedición fue muy fructífera gracias a
la información reunida por Martín Palacios: -el
célebre Enrico Martina preparó treinta y seis
planos de demarcación, desde el puerto de
Navidad hasta el Cabo Mcndocino... que cons-
tituyen los primeros trabajos de demarcación
realizados con criterios acmíficos en el conta-
to del Pacífico americano»".
Por su parte, fray Antonio de la Ascensión
siguió creyendo a pies juntillas que Baja Cali-
fornia era una isla. Con este criterio elaboró un
mapa donde pintaba sus costas y puertos. «La
existencia de copias de este mapa, al igual que
la difusión de las noticias propaladas por este
fraile sobre el carácter insular de California y el
estrecho de Anián, habrían de tener grandes
consecuencias... iban a alterar radicalmente la
representación de California en la cartografía
universal»".
Juan de Oñate, conquistador de Nuevo
México, llegó a la desembocadura del ib
Colorado en 1605. pero su haza ha no
contribuyó a despejar el error fomentado por
(IKlir
fray Antonio de la Ascensión. A partir de
entonces, durante indo d siglo XVII, fue
reiterada la idea del carácter insular de
California por varios autores: fray Jerónimo
Zarate Salmerón y dos notables franciscanos
que publicaron importantes obras, Juan de
Torquemada. autor de Monarquía Indiana
(1615), y Agustín de Vet an curt, responsable del
Thtairo Mexicano (1698)".
La difusión de esta idea en Europa se debe
al corsario holandés Joris van SpÜbcrgcn, quien
en 1615, después de atacar Aapulco, apresó al
barco San Francnro, donde encontró una copia
del mapa de Antonio de la Ascensión en el que
se plasmaba la insularidad de Baja California.
Llevó el mapa a Europa y durante más de cien
años se propagó esta idea.
A partir de una carta de la America sep-
tentrional diseñada por Henry Briggs, grabada
por IL Eistracke y publicada en 1625, en la
cual aparece Baja California como una isla que
se inicia en el paralelo 23 y termina cerca
del 43". se sucederán los mapas europeos que
reproducen este error. La misma cartografía
española que había dibujado a Baja California
CaktoükafM de u Mar Da Su*
como península reprodujo este error por dos
razones: la influencia de los demás cartógrafos y
porque algunos cronistas importantes así lo
difundieron, induso antes del mapa de Briggs.
Tal es el caso de Antonio de Herrera, en un
mapa incluido en su Historia de las Indias, de
1622".
Mapas y mitos en la cartografía
del litoral Pacífico
Los descubrimientos que se realizaron en las
costas novohispanas del Mar del Sur, y en
general la misma conquista, no ftjcron ajenos
a la mitología. Cortes y sus compañeros
conocían bien los libros de caballería. Lo
prueban las repetidas comparaciones que hace
Berna! Díaz entre las maravillas que veía con
las que contempló el Amadís de Caula, o la
imploración de Cortés al llegar a San Juan
de Ulúa pidiendo icncr la lucra de Roldan.
El viejo mi ¡o de las amazonas fue una de los
más difundido* y aceptados por [os conquis-
tadores*. Contribuyó a difundir esta creencia
uno de los libros de caballería miv leídos. Las
Sergas de Bplatuiián. que habla de una tribu de
mujeres guerreras, poseedoras de grandes rique-
zas. que habitaban en una isla ubicada a «la
diestra mano de las Indias... muy llegada a la
parte del Paraíso Terrenal-, donde el único ' Lcin-Ponilla. 192ri
meiaJ que existía era el oro' . " Turo unta influencia cnirc Un am-
Cuando Cortés parrió de Cuba, entre las ((unudoto dr Amina, que Friniiwu
órdenes detalladas que recibió de Diego de Ordlana. descubridor dd rio Ama-
Velázqucz, el 25 de octubre de 1513, en el Kiporque
iws. lonulaíuuiuó segurocondeoírhabernombre
tum-
punto vigésimo sexto, ¿sie lo alerta -porque diz bando en su» ribero contri un pueblo
que hay gentes de orejas grandes y anchas v de cmijeto guerrera»
' Dd Portillo: 130.
otras que tienen caras como perros, y asimismo * Citado en Leonard: VV
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
donde y en que parte están las amazonas que 103. S..1UJ. IMS. Ciaüv
dicen csios indios que con vos lleváis, que están mo Gaiialdi. No indica csola IT S ,
cerca de allí»*1. 13.lobrt5 an.papel.Grabado
Tomadoendelámina
A. L deN'ocobre
rdo-
Esta creencia se reforzó eon los mitos kinld. fMiimik AlUi

" Lttpc-Puruli. 197V 3.22V mesoamcricuios. según los cuales las mujeres
* A maiujos dd ugk pnude. fcai«i;d
que morían de parto con un prisionero en su
C«n:i Hjfc tac¿ccolaUSnjm
ill Je cmocñc o«3mjCjífarna
úr b
vientre « convertían en corn pañeras del Sol. y
pudo lubif dido rorahrr J b fcrlmaij
su lugar de residencia estaba en k pane
v Scryu tir hf-landiiin, de (Jará Ordónez de
Oruuu j Bern 127. occidental del ciclo, al poniente de ia Nueva
~ Mipi life España. Para los aztecas, el poniente, además de
ser la -Casa del Sol», era también Cihuatlarnpa,
•hacia el rumbo de las mujeres-**. De ahí la
intensa búsqueda que llevaron a cabo los
KM. M.TVO UWitJU. IMS. Pedro de
Mniiu. Ejdb griAa rn Irpm. 26J i españoles por mar y por tierra en busca de
15cm. GaWki tn frudcM mbft pjprl Ghuatlán —el lugar de las mujeres—. la
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
GuTucíAm I ItnrmicA OIL ENCULOTIO DE DOS MuwDu*
misteriosa y mística ciudad que creían habitada
por las amazonas. Este miin proporcionó el
nombre de la región noroccidenul de Nueva
España, ya que en el libro mencionado de Ijts
MonalvQ. aparecen las amazonas con su reina
Calaña habitando la isla de California".
Tardó muchos años en debilitarse la creencia
en las amazonas, a pesar de que los hechos
demostraban lo contrario. Uno de los jefes que
acompañaba a Ñuño de Guzmán en la con-
quista de Jalisco, Gonzalo López, logró llegar al
poblado indígena denominado Ciguatán y
corrió el rumor de que efectivamente había
amazonas. Sin embargo. Ñuño de Guzmán le
afirmó a Fernández de Oviedo que ^es muy
grande mentira decir que son amazonas ni que
viven sin hombres, porque él estuvo allí, como
<3 dicho, é que á la vuelta las halló con sus
maridos/'.
Otro mito que obsesionó a ios descu-
bridores españoles fueron las Siete Ciudades de
Oro. que afirmó haber visto fray Marcos de
Niza en 1539. Durante décadas intentaron
localizar Cíbola y Quivira. Vázquez de Coro-
nado fracasó en el intento de hallarlas. Obvia-
mente nunca existieron, sólo había pequeños
pueblos, muy alejados de la imagen de riqueza
que se difundió. Sin embargo, los nombres de
las míticas ciudades lueron recogidos en
infinidad de mapas. Entre ellos destaca el Li
Secii Nominad Qvola del lamoso cartógrafo
Joan Martines, elaborado hacia 1578. El mapa
se encuentra salpicado de ciudades en el
territorio de Srnaloa y Nueva Vizcaya, donde se
ubica a las siete ciudades; más al sur, caca de
Colima y de Guatemala, están dos ciudades
con el nombre de Cibula. A pesar de que Ur-
daneta, en 1564, ya había determinado que la
distancia de Filipinas a Nueva España era muy
grande, en ate mapa continúa ubicándose a
Norteamérica cerca de la isla de Giapan. Las
anomalías que contiene son muchas y mayús-
culas; además de las ya señaladas encontramos
que Baja California csii dibujada muy pe-
queña y ancha, con una ciudad en su centro".
En 1589, Abraham Ortelius elaboró el mapa
Maris Pacifi, donde se denomina Quivira al
extremo noroeste del continente americano. La
costa de América se adentra, en el Pacífico, se
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
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INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992

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INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992 CATTOGIUflA HaKütiCA ÜU. ENUIEmiO

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rPATRICIO ZT IXG¿ÑlQ>}Í0^Vf
pjfjNICOLAO JtOCCOXiO,
109. fcWHii MOMO (QU3D WUB UM ziv&DEMQyiÁVTVKfcMMri®;
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UN1LNA, IKH ÍIBQUI IHCUntU ftOSUl
vmw, wjwisma uuaurno. IW \a-h'irU>f rjc
Abraham OiuLul Na india %
i Mfi era. GtibtAo en iimiru de oobtr
«abrí juprl. iluminado a b

prolonga hacia el oeste muchos grados y se
acerca a Asia. El golfo de California está
deformado, en su parte final se ensancha y
forma un globo. La ubicación de la península
es más o menos correcta. El resto de las costas
occidentales muestran algunos errores: la bahía
de -Huatulco» está exagerada y ubicada más al
norte, aproximadamente donde está Acapulco,
al cual se omite. Tampoco está bien ubicado el
golfo deTchuantepec.
Ortelius sostuvo la ubicación incorrecta de
Quivira en varios mapas. Ya lo había hecho en
,J 1584, en el Americtu Sive Novi Orbis Nova
Mipu 107 y 109. DttmptMK Ahí la península de Alaska, llamada
Quivira, está mucho mis certa de la península
bajacaliforniana y Totontcac corresponde a la
Alta California. Desde esta región hasta los
límites de Sonora dibuja siete ciudades con los
nombres empleados por Niza para bautizarlas:
Totontcac, Ciuola. Tiguex, etc. Además del río
Colorado, delinca otro llamado río "liguas,
Aunque dibuja América separada de Asia,
marca el estrecho de Anián en la parte noroeste
de América y denomina esos territorios como
«regiones incógnitas*. Tanto en America Sive
Novi Orbi) como en Maris Patifi de Ortelius
aparece en el extremo sur una Terra Ausrraíis,
que según dice ahí mismo no está detectada.
 Cartografía de la Mar ua Su*
4ARIS PACIFIC!
^ .(qypd y*4j? íur dd zur >
La obsesión europea por el estrecho de
Anián quedó reflejada en la cartografía dei siglo
XVI. Desde 1550, por lo menos, en que se
elaboró el Mapamundi de Pierre Descclícrs,
empezó a aparecer la indicación del tan deseado
paso. Este mapa ya presenta, en forma más
exacta que en los de Pedro de Medina, la parte
sur del continente americano, peto no así en lo
que toca a Ccntroamérica, que aparece
ensanchada en su pane central. En el norte del
continente se indica el lugar de lo que podría
ser un paso entre los océanos Atlántico y
Pacífico. Asimismo, la costa oriental del
continente está muy extendida hacia el csic.
penetrando en el Atlántico. Por lo que íc refiere
a Nueva España, sólo está el litoral dd golfo de
México y una pequeña parte dd litoral del Pa-
cífico, en d cual se aprecia d golfo de Tchuan-
tepec mis adentro del macizo continental de lo
que está en realidad.
A mediados de siglo, los mapas todavía
presentaban buena cantidad de errores. En la
arta Univtrulis Exactísima Atíjue non metis
modo de Giacomo Gastaldi y Gerard de Jode de
1555 se une a los continentes americano y
asiático y se dibuja d Oceania Sepwimonatis al
norte de América. También se indica el paso de
Anián a este océano. Por lo que respecta a la
Nueva España. Yucatán es una jsk cercana a la
costa, el golfo de Tehuaniejicc penetra en tierra
exageradamente v la península de Baja
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
California está más pequeña >• torada hacia el
continente^.
Otro integrante de la familia de Jode,
Corndis, elaboró los mapas denominados
Qumrigt Rfgnum y Amerita Pan Iturralis,
Florida. BitícaLiüi, Canada Conrrralis, ambos
de 159). El primer mapa representa una parte
de la rosta occidental dd continente ame-
ricano. más al norte de la península bajaca-
liforniann. A esa región, que correspondería en
pane a California, la denomina Quivita Reptu.
Los accidentes geográficos de la costa están mal
señalados; basta ron mencionar que coloca
juntos d cabo Mcndocino y el cabo Comentes.
En la pane extrema del norte está la entrada al
atrecho de Anián, arriba del circulo Artico.
El segundo mapa comprende la parte norte
de México, Estados Unidos y Canadá. En d
ensancha la parte que une la península
californiana al continente y más al norte marca
Tontotwac y Cenóla. La costa atlántica de
Estados Unidos ata muy extendida al oriente y
ensancha exageradamente d románente, y en la
pane superior dd mismo aparece el anhdado
otredio de Anián, que empieza en d Atlántico,
al norte de "Ierranova y d Labrador y más al
septentrión dibuja una tierra incógnita.
Podemos preguntarnos: sin la creencia en los
mitos que hablaban de tierras fabulosas, de
inmensas riquezas, ¿la exploración dd Nuevo
Mundo hubiera podido realizarse en esc tiem-
po?. ¿hubiera podido establecerse su conforma-
ción geográfica? Es muy dudoso que sin el * Mipj 105.
 Ca*toc;iafu HoTówLA Da Encuentro di IX» Munix»
extraordinario impulso que le dieron Lis creen-
cia* míticas 2 los exploradores hubiera podido
ddjnemc el perfil continental en el tiempo en
i|ue se realizó.
EJ otro pan aliento descubridor .) ruvet
mundial tardó i-arias icinurm en .ipjreccr:
hisa finales del siglo x\nt. Se susicnu- en el
interés científico, en La vision opuou ¿ los
INEGI. Cartografía histórica del encuentro de dos mundos. 1992
mitos. Correspondió su inicio 2 James Cook.
Su motivación: preciar Ins verdaderos contor-
nos de la Tierra, depurándolos de cualquier
mmficacjón. la ciencia desplanaba al milu en el
ámbito de b geografía: el hombre $e adentraba
en nuevos mundos que ya no eran producto de
sus fantasías, sino del conocimiento más
piafuiulo del planeta en que vivimos.