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¿YA NO SON NECESARIAS LAS TAREAS EN NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO?

En las últimas semanas se ha venido discutiendo acerca de un interesante pero controversial


anuncio sobre la necesidad de abolir las tareas usualmente establecidas en instituciones
educativas oficiales y privadas, específicamente del municipio de Soledad, Atlántico; fue su
alcalde Joao Herrera Iranzo, quien estableció que a partir del año 2018 los niños y niñas que
reciben clases en este municipio no tendrán que realizar tareas en sus casas teniendo en
cuenta la poca preparación académica con la que cuentan los padres de familia y el escaso
tiempo para desarrollar dichas tareas, que terminan siendo una perturbación para éstos.
Con la finalidad de establecer diferentes perspectivas que permitan asumir una postura
basada en información obtenida a través de estudios realizados en relación a esta temática
se mencionan algunos de los más relevantes, lo que permitirá responder al siguiente
interrogante: ¿Ya no son necesarias las tareas en nuestro sistema educativo?
De acuerdo a información del OECD (2014) las tareas son oportunidades para el aprendizaje
y permiten reforzar las desigualdades socioeconómicas en el rendimiento de los alumnos.
Los centros y los profesores deben buscar formas de animar a los alumnos desfavorecidos y
con dificultades para que realicen las tareas.
Por otro lado, estudios basados en los resultados de PISA del año 2015 (OCDE, 2017)
muestran que los alumnos que realizan actividades rutinarias con sus padres en el hogar,
como comer juntos o pasar tiempo «simplemente hablando», no solo sacan mejores notas en
PISA, sino que también están más satisfechos con sus vidas.
De acuerdo a los aspectos mencionados anteriormente, las tareas en sí mismas cumplen con
un papel importante dentro del modelo educativo de una institución escolar al permitir por un
lado el reforzamiento del rendimiento académico de los estudiantes y por el otro,
consolidarse como una actividad que brinda la oportunidad de establecer vínculos con las
familias una vez el estudiante se encuentra fuera del entorno escolar.
Hasta este punto es notable el significado de desarrollar tareas en casa dentro de los
procesos de aprendizaje de los estudiantes, sin embargo surge inquietud con respecto a
aquellos países que se han destacado por su alto rendimiento en pruebas internacionales y
cuya similitud radica en las pocas tareas que sus sistemas educativos dejan para casa e
incluso en la disminución de horas de estudio dentro de espacios escolares.
Uno de los casos a mencionar es el de Finlandia, que de acuerdo a los resultados del
Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos-PISA-, desde el año 2000 (primera
prueba realizada) este país cuenta con un destacable puntaje, llevándonos a analizar las
características principales de este modelo: se tienen en cuenta los ritmos de aprendizaje de
cada estudiante, para ejercer la profesión de maestro se requiere tener mínimo una maestría
en educación, no existe un sistema estatal de evaluación docente, casi todas las escuelas
son públicas, el promedio de estudiantes por clases es de 23, las jornadas son más cortas en
comparación con otros países con la finalidad de pasar tiempo en familia, asignación de un
profesor especializado en trabajar con alumnos con dificultades (OCDE, 2017) y entre otros
aspectos los estudiantes dedican a las tareas en casa de 10 a 20 minutos diarios y algunas
veces no existe este tipo de compromisos escolares.
En lo expuesto antes efectivamente la eliminación de tareas excesivas compone un aspecto
que llama la atención e invita a replicarlo en sistemas educativos como el nuestro en el cual
los estudiantes y padres de familia parecen agobiados algunas veces con el material a
desarrollar en casa. Sin embargo, es importante tener en cuenta las otras características
mencionadas que en su conjunto son determinantes para el éxito de este modelo educativo y
lo más importante el contexto y sus necesidades.
Todo lo anterior, nos invita a reflexionar sobre lo que implica el establecimiento de una
medida como la tomada por el alcalde de Soledad, primero la necesidad de realizar un
análisis detallado de las políticas educativas, el estado actual de la educación para
posteriormente tomar decisiones que sean las más favorables para que se logren las metas
que se esperan.

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