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Bill Cosman
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"Reconocemos que el mundo está experimentando cambios muy
importantes conducentes a un clima político, más favorable para la
democracia, la cooperación internacional, un goce más generalizado
de los derechos humanos y las libertades fundamentales y la
consecución de las aspiraciones de todas las naciones al desarrollo
económico y el bienestar social. Ello no obstante, el mundo de hoy
sigue acosado por actos de violencia y otras formas de delincuencia
grave que, allí donde se producen, constituyen una amenaza para el
mantenimiento del imperio de la ley;
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el marco de la justicia penal, al desenvolvimiento de la persona, al
desarrollo socioeconómico y cultural, a los derechos humanos, la
fraternidad y la paz.
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importante que el medio de la justicia penal es, en realidad un medio
educativo que requiere una modificación a fondo de su paradigma.
Morin y Ferland [186] desarrollaron ulteriormente ese planteamiento.
En el período comprendido entre 1985 y 1990, en colaboración con
otras organizaciones no gubernamentales, con el apoyo decidido de
varios gobiernos nacionales, con ayuda de muchos particulares, y en
consulta con la Subdivisión de Prevención del Delito y Justicia Penal de
la Oficina de las Naciones Unidas en Viena, el Consejo se dedicó a la
tarea de difundir ese punto de vista. En 1990 se dio un paso
importante cuando las Naciones Unidas resolvieron promover la
función y el ejercicio de la educación en la esfera de la prevención del
delito y la justicia penal, prescribiendo una base adecuada para su
incorporación en la normativa del sector público. Con ese fin, la
Asamblea General y el Consejo Económico y Social han adoptado tres
resoluciones(*2) que ofrecen, entre otras cosas, una orientación y una
base normativa para el ejercicio de la educación en las prisiones, base
que, con el tiempo, deberá reflejarse cada vez más en la legislación y
las políticas de los Estados.
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impuesto a otros. La segunda categoría, donde la meta fundamental
es obtener reparaciones, y en la que se une el deseo de venganza al
afán de encontrar una víctima propiciatoria, también puede
subdividirse en dos grupos, dependiendo de la forma como se
determina la severidad de castigo, ya sea que se base principalmente
en la gravedad de la ofensa o en la culpabilidad moral del delincuente.
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Disuasión. Los estudios empíricos han demostrado que el
encarcelamiento tiene muy poco efecto disuasivo en el delincuente,
en parte por el rechazo que éste experimenta al verse recluido, y
porque ese rechazo genera hostilidad y profunda desconfianza, y un
contra-rechazo del sistema penitenciario, sus funcionarios y todas sus
disposiciones. En esas condiciones no puede haber una reacción
positiva por parte del recluso.
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De lo anterior se deduce que el castigo impuesto jurídicamente no
cumple las finalidades preventivas previstas, aunque éstas se sigan
invocando para darle legitimidad pública.
2. Reparación
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La dificultad de excluir los conceptos de reparación y castigo del
pensamiento ético indica la fuerza de la costumbre en el pensamiento
y el sentimiento humanos. El hecho de que existan esos conceptos, sin
embargo, no justifica que se perpetúen. La venganza no puede
generar la no venganza. El castigo no propicia la reconciliación y la paz.
Sin embargo, pese a todas las experiencias humanas de violencia y
pese a los más elevados planteamientos espirituales, las sociedades
siguen respondiendo, en sus sistemas jurídicos, a los impulsos
primordiales e imitativos de la ira y la venganza.
1. La educación y el castigo
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desarrollo de la persona en todas sus dimensiones humanas. Es muy
difícil que la educación pueda prosperar en un medio en que impera el
castigo. De hecho, el castigo es contrario a la educación.
Los estudios también indican que las fuerzas de policía, los tribunales
y los establecimientos penitenciarios generan o intensifican en el
recluso una sensación de rechazo como miembro de la sociedad, a la
cual éste responde rechazando a su vez a quienes lo han repudiado.
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4. Filosofía de la educación
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En el contexto de estas observaciones, por educación se entiende la
enseñanza estructurada, es decir, programas especializados, dirigidos
expresamente a conseguir determinados resultados en el desarrollo
de la persona. No se trata del tipo de desarrollo que todo ser humano
deriva del entorno físico, el sistema económico, las costumbres
sociales, la tradición, u otros factores semejantes. Tampoco es el tipo
de capacitación que resulta apropiado para adquirir competencia en el
manejo de máquinas de oficina, sierras industriales o maquinaria
pesada. Esas son actividades sencillas en las que nadie pretendería
cifrar el pleno desarrollo de la personalidad humana y que por lo
general no plantean mayores dificultades.
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leyes de secuencia y otros principios aplicables al objeto. Con ello se
excluía la experiencia cualitativa, la experiencia vital y emotiva, que se
situaba fuera del contexto del desarrollo del discernimiento, fuera de
la razón, en un ámbito remoto y muy incierto.
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b) La experiencia de los sentidos no es el nivel más simple desde el
cual se parte y al cual se regresa. Los datos de la experiencia no son
sencillos, y su complejidad no está oculta ni es meramente una
elaboración de la mente. Los objetos de la experiencia suponen
siempre formas de asimilación mucho más complejas y concretas que
las impresiones fragmentarias y mecánicas. La calidad de los sentidos
es siempre típicamente rica y brinda diversas formas de estímulo y por
ello la experiencia puede ofrecer objetos reales de índole muy diversa,
desde un amanecer hasta un complejo químico o un peñasco;
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comunidades. Sin embargo, una sociedad de seres alienados,
actuando cada uno en su propio interés o por un bien remoto,
simulando solidaridad a la vez que mantienen un distanciamiento
altivo pero ilusorio, no constituye una comunidad. Sólo conforman una
comunidad quienes están comprometidos con una realidad efectiva
compartida. Esa realidad objetiva, amplia y reducida, en sus diversas
manifestaciones, es el elemento que sustenta a la comunidad, y
quienes no se someten a ella y participan de su capacidad de
sustentación no pueden integrar efectivamente una comunidad. El
sentido comunitario se deriva de lo que los diversos miembros de la
colectividad reconocen recíprocamente como elemento que
trasciende y transforma su ego y sus impulsos inmediatos. El
reconocimiento de la riqueza y complejidad de los objetos y hechos
reales es lo que crea comunidad, no sólo en un círculo reducido sino
también en la humanidad en general.
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puede ser descrita y compartida y que propicia el entendimiento entre
las personas.
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Nairobi.
*2 Véanse las resoluciones 45/111 y 45/122 de la Asamblea General, de 14 de diciembre de
1990, que se refieren a los principios básicos para el tratamiento de los reclusos y la educación
en materia de justicia penal, respectivamente, y la resolución 1990/20 del Consejo Económico y
Social, de 24 de mayo de 1990. relativa a la educación en los establecimientos penitenciarios.
*3 Esto no debe entenderse como un argumento contra la reclusión de individuos que hayan
demostrado ser violentos y peligrosos.
*4 En esta sección se recogen algunas observaciones epistemológicas de C:A: Baxter, aún no
publicadas,
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