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Cuando la cizana parece trigo… ¡Que

triste y lamentable!
Y él les dijo: Un hombre enemigo ha
hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres,
pues, que vayamos y la cojamos? 29 Y él dijo: No;
porque cogiendo la cizaña, no arranquéis
también con ella el trigo. 30 Dejad crecer
juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al
tiempo de la siega yo diré a los segadores: Coged
primero la cizaña, y atadla en manojos para
quemarla; mas recoged el trigo en mi alfolí.
Mateo 13:28-30

La razón del porqué no se les permitió a los


labradores intentar arrancar la cizaña, según la parábola,
fue precisamente porque en sus etapas de crecimiento la
cizaña y el trigo tiene tanto parecimiento entre sí, que el
ojo poco adiestrado puede confundir la una por la otra.
El propósito de esta parábola es evidente: mostrar
que hay personas que pueden aparentar ser una cosa —
creyentes— cuando en realidad son las personas más
agnósticas que uno podría imaginar.
En algunos círculos eclesiásticos, sin embargo,
identifican a la cizaña como gente atea, incrédula, e
inclusive a enemigos del reino. Cuando leemos
detenidamente la parábola y la comparamos con otras
que presentan similar contenido, nos damos cuenta que
la cizaña no es otra cosa más que creyentes que han
aprendido un Evangelio de imitación, un Evangelio
social, de expresión, pero carentes de convicción.
Lo primero que debemos observar en la parábola
es que ambas, el trigo y la cizaña están plantadas en el
mismo campo, la una junta a la otra, nutriéndose ambas
del mismo terreno. Este mismo detalle se observa en la
parábola del sembrador:1 la misma semilla, el mismo
terreno, pero tanto la semilla caída junto al camino, la
caída entre pedregales y la entre espinos, todas se
malograron. En ambos casos el planteamiento está
dirigido a mostrar, que el problema de aquellos que no
pueden seguir a Jesús es porque no aceptan la Palabra
con la suficiente convicción como para ser capaces de
renunciar al espíritu del mundo.
La cizaña son los hijos del malo —explicó Jesús,2 y
éstos no necesariamente gente impía, inconversos, gente
depravada, inmoral y perversa. Si comparamos la
expresión con otra similar aparecida en el sermón del
monte: —obradores de maldad,3 nos daremos cuenta que
Jesús está identificando gente del reino, gente nacida de
nuevo, pero que abortaron su proceso de desarrollo por
causa de haber permitido como Evangelio doctrina
inofensiva que no alimentó sus vidas espirituales.

1 Mateo 13:1-13
2 Idem. Vrs.38
3 Idem. 7:23
No se trata de gente que incurrió en pecado, que es
hasta estos momentos la única razón que tenemos como
aceptada, de alejamiento de Dios.
Se trata de gente que no se dio cuenta del alimento
que escogió para alimentarse. Gente que escogió
inadecuadamente los pastores que los pastorearon.
Gente que aceptó un Evangelio social, cultural, religioso,
que no trascendió espiritualmente para desarrollar en
ellos una fe para escuchar y seguir la voz de Dios.
¿Cómo conocer e identificar aquello que conduce
a convertirnos en cizaña? ¿Cómo puedo cuidar mi
desarrollo espiritual?
—No todo el que me dice, Señor, Señor... explicó
Jesús. Aquí está la clave para identificar a quién
escuchar, y de quien recibir el alimento adecuado: ¿Qué
es lo que dice? Escuche detenidamente lo que las
personas hablan.
El Evangelio actual está lleno de tantas frases
bonitas, expresiones “slogans” que solo tienen el
propósito de motivar el ánimo de las personas, palabras
llenas de positivismo pero carentes de verdad, del peso
de Gloria que posee una palabra de convicción de aquel
que vive la Palabra.
Las vemos todos los días en las páginas sociales
que frecuentamos, y se citan tanto que comenzamos a
hacerlas circular, y les damos “like”, pero son solo
palabras motivadoras.
Cuántos no hemos visto —o, escuchado—
expresiones, tales como:
—lo mejor está por venir; o
—Dios quiere usar lo poco que tienes para bendecir a
muchos.
En forma similar:
—el mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el
que vuelve sin miedo a la batalla.
Expresiones todas ellas ingenuas, inocuas, pero
lamentablemente no nos hemos percatado que este es el
Evangelio que estamos predicando y distribuyendo, y el
mucho daño que nos está haciendo.
Nos estamos llenando de positivismo, de
evangelio “slogan” que no profundiza en nosotros
convicción, y no nos permite escuchar la voz de Dios.
Triste es ver gente de Dios que endosa técnicas de
programación mental, disque que para vivir mejor,
llevando a otros incautos a practicarlo porque quien lo
recomendó es una persona confiable, un pastor, que lo
ve como recurso paralelo del Evangelio del reino.
La predicación de la Palabra de la cruz no es
palabra motivacional, es potencia de Dios para salud a todo
aquel que cree.4 La razón de por qué muchos creyentes no
podemos mantenernos ante la prueba, ante la tentación;
peor aún, creyentes que no sabemos qué hacer, cuándo

4 Romanos 1:16
hacerlo, en torno a la Voluntad de Dios. Todo como
resultado del Evangelio motivacional, positivista, al que
nos hemos acostumbrado, el que muchos predicadores
modernos han identificado como el Evangelio de
vanguardia.
Las instrucciones que encontramos en las
Escrituras son claras y precisas: exhortarnos a mantener
y crecer en la fe. Este era el protocolo de la iglesia, lo
observamos claramente en los siguientes textos:
Y con otras muchas palabras testificaba
y exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta
perversa generación. Hechos 2:40
El cual, como llegó, y vio la gracia de
Dios, regocijóse; y exhortó a todos a que
permaneciesen en el propósito del corazón en
el Señor. Hechos 11:23
Confirmando los ánimos de los discípulos,
exhortándoles a que permaneciesen en la fe,
y que es menester que por muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios. Hechos 14:22
El testimonio de varios predicadores de la época
que quedaron plasmados en sus escritos muestra el
énfasis de la iglesia de mantenerse en lo que habían
aprendido, y recurrir a sus enseñanzas y repetirlas:
¿Qué hay pues, hermanos? Cuando os
juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo,
tiene doctrina, tiene lengua, tiene
revelación, tiene interpretación: hágase todo
para edificación. 1ra. Corintios 14:26
Hablando entre vosotros con salmos,
y con himnos, y canciones espirituales,
cantando y alabando al Señor en vuestros
corazones; Efesios 5:19
La palabra de Cristo habite en
vosotros en abundancia en toda sabiduría,
enseñándoos y exhortándoos los unos a los
otros con salmos e himnos y canciones
espirituales, con gracia cantando en vuestros
corazones al Señor. Colosenses 3:16
¿Está alguno entre vosotros afligido?
haga oración. ¿Está alguno alegre? cante
salmos. Santiago 5:13
Si las Escrituras nos establecen el protocolo de
operación, y nos presenta ejemplos inclusive de cómo se
edificó la fortaleza de la iglesia del Señor, su cuerpo,
¿Por qué los creyentes de la época moderna tenemos
que recurrir al positivismo, y construir un Evangelio de
slogans?
Algo está sucediendo con el mensaje que estamos
transmitiendo, y no nos estamos percatando. Las
tinieblas han sembrado cizaña en el campo, y la
tendencia de los que hemos hecho confesión de fe es
querer parecernos más a la cizaña que al trigo.
El Espíritu está dando testimonio, y alertándonos,
para que corrijamos el camino caminado y volvamos a
restaurar el ministerio de la Palabra, la Palabra de
autoridad para someter y sojuzgar todo aquello que se
ha levantado contra el conocimiento de lo Alto.
Que el Dios del Señor nuestro Jesucristo,
el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y
de revelación para su conocimiento; Alumbrando
los ojos de vuestro entendimiento, para que
sepáis cuál sea la esperanza de su vocación, y
cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en
los santos, Y cuál aquella supereminente
grandeza de su poder para con nosotros los que
creemos, por la operación de la potencia de su
fortaleza, La cual obró en Cristo, resucitándole
de los muertos, y colocándole a su diestra en los
cielos, Sobre todo principado, y potestad, y
potencia, y señorío, y todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, mas aun en el
venidero:

Pastor Pedro Montoya


Tel Cel. (407) 764-2699
Twitter: @pastormontoya
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